La guerra de las deudas - Diana Requejo - E-Book

La guerra de las deudas E-Book

Diana Requejo

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Beschreibung

Bienvenido a La guerra de las deudas, un campo de batalla donde el dinero, las creencias heredadas y la neurociencia se cruzan en una danza tan letal como fascinante. ¿Te atreves a luchar en esta guerra o prefieres seguir siendo víctima de tus propias finanzas? En este libro, Diana Requejo, consultora financiera y terapeuta, se pone al mando de tu escuadrón con el Método DIANA, una estrategia radical que no solo te ayudará a salir de las deudas, sino que cambiará la forma en que tú y tu familia se relacionan con el dinero para siempre. Y no, esto no es el típico sermón financiero que ya has escuchado mil veces. Aquí, las finanzas se enfrentan de una manera que jamás habrías imaginado: NeuroFinanzas, un concepto revolucionario donde tu psique, tus emociones y tus decisiones económicas están intrínsecamente conectadas. ¿Pensabas que tus deudas eran solo números en rojo? ¡Error! Son el resultado de un cóctel explosivo de creencias limitantes y patrones tóxicos que heredaste, como una reliquia familiar maldita, y que ahora ha llegado el momento de romper. Prepárate para una lectura irreverente, mordaz, y sí, bastante entretenida, que te arrancará de la cómoda pero destructiva idea de que estar en deuda es normal. Con un estilo fresco y sin pelos en la lengua, Diana te llevará por un recorrido que empieza con tus batallas financieras perdidas pero termina en una victoria personal tan poderosa que no solo transformará tu vida, sino la de las generaciones que vienen detrás de ti. La guerra de las deudas no es solo un libro; es tu hoja de ruta para una vida libre de cargas, donde el dinero no es tu enemigo sino tu aliado, y donde las historias de escasez que heredaste se desvanecen, dando paso a una nueva era de abundancia. Así que, querido lector, la pregunta no es si necesitas este libro. La verdadera pregunta es: ¿te atreves a cambiar tu destino financiero y romper el ciclo de deudas que ha gobernado tu vida hasta ahora? Si la respuesta es sí, abre estas páginas y comienza tu propia guerra. Te aseguro que, con las herramientas correctas, la victoria será tuya

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Seitenzahl: 152

Veröffentlichungsjahr: 2025

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© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

[email protected]

© Diana Requejo

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz

Diseño de cubierta: Rubén García

Supervisión de corrección: Celia Jiménez

ISBN: 978-84-1089-810-3

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

Dedicatoria

El amor y el propósito son las fuerzas que mueven el destino de las personas. Este libro está dedicado a mi mayor motor: a mi madre, por ese amor silencioso pero inquebrantable con el que me moldeó; a mi amore, por nunca poner límites a mis sueños; y a mis pajaritos, que con su sola existencia me inspiran a ser siempre la mejor versión de mí misma. Amigos, mentores, jefes y todos aquellos que me inspiraron, al cruzarse en mi camino, dejaron huellas imborrables, trazando el mapa que ha guiado mi vida.

Millones de gracias.

Prólogo

Querido lector, déjame empezar con una confesión: en el mundo del dinero, como en la vida misma, los secretos, intrigas y fórmulas mágicas son tan abundantes que pretender tener la última palabra sería una herejía, o peor, una locura. No te equivoques, aquí no encontrarás recetas infalibles, pero lo que sí encontrarás es una realidad tan cruda como liberadora: nadie está exento de cometer un buen puñado de errores financieros, y ¿sabes qué? Eso está bien. Muy bien, diría yo: entre más rápido los cometas, más rápido aprenderás las lecciones que te van a dejar las batallas perdidas.

Después de más de una década en la consultoría financiera, he aprendido una verdad incuestionable: la vida financiera de cada persona tiene tantas facetas y giros inesperados que juzgarse por los tropiezos es simplemente una pérdida de tiempo. Los errores —sí, esos a los que temes más que a una visita inesperada de tu tía que pregunta por tu vida amorosa— no son el fin del mundo. Al contrario, son parte de la trama, parte del gran guion que te llevará, si insistes y perseveras, a alcanzar tus objetivos. Porque si algo tengo claro es que perder algunas batallas es la clave para ganar la guerra.

La mayoría de quienes acuden a mí lo hacen con el corazón en la mano y una montaña de deudas sobre la espalda, normalmente fruto de un sueño, un anhelo o esa maldita carencia que parece perseguirnos como una sombra. Y sí, confieso que también fui parte de ese club exclusivo de los que se endudan con la ilusión de conseguir la llave de la felicidad. Pero aquí viene el giro de la trama: cuando llevas contigo creencias heredadas, patrones ancestrales y paradigmas obsoletos, y no te tomas el tiempo de desenredar ese caos mental, cualquier estrategia financiera, por brillante que sea, está condenada a llevarte directo al abismo. Ahí es donde la guerra se desata y, créeme, no querrás perder esa batalla.

Nuestra cultura hispanohablante, particularmente la latina, tiene una sed insaciable por entender el dinero de una manera que vaya más allá de esos conceptos rebuscados y llenos de tecnicismos que nadie entiende. Queremos más. Queremos vivir en una sociedad donde la prosperidad no sea un lujo, sino un derecho natural. Donde, como los niños de este milenio que nacen sabiendo cómo manejar un teléfono inteligente, las futuras generaciones nazcan sabiendo manejar sus finanzas con la misma facilidad. Mi visión es esa: que nuestras próximas generaciones sean nativos financieros, sin miedo al dinero y sin que la escasez sea la norma.

Mi propósito, desde que tengo memoria, ha sido desafiar el destino, vivir una vida en la que mi origen no determina mi final, sino que ambos sean diametralmente opuestos. Y eso mismo es lo que quiero para ti. Te exhorto a que te abras a esta posibilidad, a que no temas cometer errores y, lo más importante, que nunca te castigues por ellos. Los fracasos financieros no son más que una pieza del rompecabezas que conforma nuestra vida, profundamente ligados a nuestra propia existencia neurótica. Por eso existe el concepto de NeuroFinanzas , porque al final, el dinero no es solo lo que sabes, sino lo que vives. Y aquí, querido lector, comienza tu guerra.

Introducción

Querido lector, ¿te has dado cuenta de que sigues endeudándote para impresionar a tus vecinos? Tal vez sea hora de impresionar a tu cuenta bancaria; ella te lo agradecerá.

Ah, querido lector, si estás leyendo esto, es probable que ya estés más enredado en deudas que una telenovela mexicana. Tal vez te encuentres abrumado por un mar de números, facturas, y ese saldo de la tarjeta de crédito que te acecha como un tiburón en las sombras, siempre al acecho, esperando el momento justo para devorarte. Pero no temas, porque para eso estoy yo: tu guía, terapeuta y consejera financiera personal, lista para llevarte de la mano (o darte una buena patada en el trasero, según sea necesario) en este maravilloso viaje de autodescubrimiento monetario.

Vivimos en un mundo donde la economía ha mutado más veces que un villano de película de ciencia ficción. Hemos pasado del dorado brillo del papel moneda respaldado por oro a un universo digital donde el dinero se reduce a un conjunto de ceros y unos, flotando en la nube, sin otro respaldo más que la fe ciega en la tecnología y unos cuantos geeks programadores. Hoy, la bandera de las finanzas digitales ondea con la promesa de inclusión: todos, sin importar raza, edad u origen, deben tener la oportunidad de acceder a productos financieros. Suena utópico, ¿verdad? Pero como todo lo que brilla no es oro, este avance también tiene su lado oscuro.

Desde mi perspectiva, uno de los monstruos más temidos es el multiendeudamiento, un enemigo que se infiltra en nuestras vidas con la sutileza de un camello en el desierto, pero con la fuerza destructiva de una avalancha. Este monstruo no es solo peligroso, sino adictivo. Sí, has leído bien, adictivo. Aunque la medicina aún no lo ha catalogado, el multiendeudamiento puede ser tan dañino como cualquier droga. ¿Cuántas personas conoces que han sufrido ataques de pánico o han visto sus vidas desmoronarse por culpa de las incesantes llamadas de cobradores? Tal vez más de las que te gustaría admitir.

Así que decidiste que ya era hora de dejar de vivir al borde del colapso financiero y hacer algo al respecto. ¡Felicidades! Bienvenido al club de los que se han dado cuenta de que la deuda no es un estilo de vida glamoroso, sino más bien un agujero del que te arrastras a duras penas cada fin de mes. Claro, no es un club exclusivo, pero te garantizo que es el único donde, en lugar de acumular millas de viajero frecuente, acumulas migrañas al ver tu extracto bancario.

Este libro no es solo una guía; es tu manual de supervivencia en el despiadado mundo de las finanzas personales. Aquí no encontrarás soluciones mágicas ni promesas de riqueza instantánea. Lo que sí encontrarás es una buena dosis de realidad, condimentada con sarcasmo y sazonada con humor negro, porque, francamente, si no puedes reírte de tu propia situación, entonces estarías completamente jodido. Y créeme, el humor es el único lujo que no puedes permitirte perder.

Vamos a hablar sin rodeos. Estás en este camino porque has decidido que ya no quieres ser el héroe trágico de una película de bajo presupuesto cuyo clímax siempre termina con el banco llamando para recordarte que el dinero no crece en los árboles. Aquí es donde nos enfrentamos a la dura verdad: no, no eres rico; solo estás endeudado. Y lo peor es que estás endeudado porque durante demasiado tiempo te has creído la mentira de que las cosas bonitas de la vida vienen con una etiqueta de precio y un conveniente plan de pagos.

Vivir endeudado es como vivir en una comedia de enredos, solo que no hay risas grabadas y el final feliz está en duda. Todos hemos caído en la trampa alguna vez. Un día decides que necesitas ese nuevo iPhone porque, claro, ¿quién no querría estar endeudado durante los próximos dos años para poder mandar mensajes con emojis más bonitos? Es una lógica impecable, ¿no es así? Y así, te encuentras con una deuda que te sigue como un fantasma, acechando en cada rincón, esperando el momento perfecto para recordarte que en realidad no eres tan rico como tu tarjeta de crédito te hizo creer.

Pero lo que realmente te tiene atrapado no es la deuda en sí, sino la mentalidad que la sostiene. Porque, querido lector, si algo me ha enseñado mi tiempo como terapeuta financiera es que el verdadero enemigo no es el banco, ni las tasas de interés, ni siquiera esa irresistible oferta de «compra ahora, paga después». No, el verdadero enemigo está en nuestra cabeza. Es ese pequeño demonio que nos susurra al oído que está bien gastar hoy lo que aún no hemos ganado mañana. Y lo hace con tanta dulzura que incluso logramos convencer a nuestros amigos de que somos prósperos, cuando en realidad estamos a un paso de mudarnos al sótano de nuestros padres.

Aquí no voy a andarme con rodeos. Las finanzas son un campo de batalla y tú, mi querido lector, eres el soldado raso que está a punto de ser enviado al frente sin más armas que una calculadora y tu sentido común (ese que perdiste cuando firmaste ese contrato de tarjeta de crédito, por cierto). Pero no te preocupes, porque estoy aquí para devolverte ese sentido común a base de lecciones duras y realidades incómodas. Porque el dinero no es solo para gastar. Es para invertir, para crecer, y sobre todo para asegurarte de que no termines comiendo sopa instantánea a fin de mes. A menos que la sopa instantánea te guste, en cuyo caso, adelante, derrocha.

No todo es oscuridad y desolación en este viaje. Cada capítulo de este libro vendrá con una recomendación musical porque si vamos a arreglar tu vida financiera, lo haremos con estilo. Así que prepara tus auriculares y tu mejor playlist. No te prometo que te convertirás en millonario, pero al menos lo intentarás al ritmo de buena música. Después de todo, si vas a ir al infierno financiero y regresar, más vale que lo hagas bailando.

Recomendación musical para esta introducción:

Money dePink Floyd: Porque no hay mejor manera de empezar a hablar de dinero que con un clásico que te recuerda que, aunque el dinero no lo es todo, sí que hace girar al mundo. Y si alguna vez necesitas un recordatorio de lo absurdamente poderosa que puede ser la influencia del dinero en tu vida, basta con darle play y dejar que esos acordes te lo graben en el cerebro.

Nota para el lector distraído: Si llegas a un punto en el libro en el que sientes que te hablo directamente, es porque, bueno, lo estoy haciendo. Este no es un libro más de autoayuda financiera; es una conversación directa entre tú y yo en la que de vez en cuando te recordaré que te pongas las pilas y dejes de postergar el poner en orden tu vida financiera.

Reconociendo tu realidad financiera:

Vamos a empezar con algo básico, algo que probablemente ya sabes pero que has decidido ignorar, como todos lo hacemos alguna vez: el hecho de que las deudas no te hacen rico, te hacen esclavo. Sí, lo sé, fuerte, ¿verdad? Pero aquí no estamos para endulzar la verdad con palabras bonitas. Cada vez que pagas el mínimo de tu tarjeta de crédito, estás básicamente diciendo: «Por favor, mándenme otra cuerda para seguir ahorcándome lentamente». Y ese es solo el comienzo del juego perverso que aceptamos jugar.

Es momento de mirarte en el espejo y aceptar que cada vez que firmaste un contrato sin leer la letra pequeña, cada vez que pagaste el mínimo y cada vez que pensaste que la deuda era manejable, estabas construyendo los muros de tu propia prisión financiera. No te culpo, después de todo, vivimos en una sociedad que nos dice que la deuda es normal, que es necesaria para vivir la «buena vida». Pero, querido lector, si esta es la buena vida, prefiero pasar hambre.

La deuda es la plaga moderna que se ha infiltrado en nuestras vidas con una facilidad alarmante. Se disfraza de «oportunidad», de «mejor calidad de vida», e incluso de «inversión en el futuro». Pero la realidad es que la deuda es una cadena invisible que te mantiene atado a un ciclo sin fin de pagos y más pagos. Es un depredador que se alimenta de tus esperanzas y sueños, y que te deja en la estacada cuando más necesitas un respiro.

Y lo peor de todo es que hemos normalizado esta plaga. Vivimos en un mundo donde es más normal tener una hipoteca que tener un plan de ahorro, donde se espera que compres a crédito antes de haber ahorrado lo suficiente para pagar en efectivo, y donde el estatus social se mide por la cantidad de cosas que posees, aunque no sean realmente tuyas.

Parte del problema es que vivimos en una cultura de gratificación instantánea. Queremos todo y lo queremos ya. ¿Por qué esperar para comprar algo que puedes tener ahora con solo deslizar una tarjeta? Y así es como empezamos a cavar el agujero. Porque ese «ahora» tiene un costo, y ese costo es tu libertad financiera. Cada vez que eliges el camino fácil, te estás atando un poco más a la rueda de hámster del endeudamiento.

Pero no te preocupes, no todo está perdido. Este libro es esa mano amiga (o más bien esa voz sarcástica) que te enseñará cómo dejar de cavar ese agujero en el que estás. Porque el primer paso para salir de un hoyo es dejar de cavar, ¿verdad? Vamos a enseñarte cómo poner el freno de mano, cómo evaluar tus decisiones financieras con la cabeza fría y cómo comenzar a construir una vida que no esté sostenida por hilos tan frágiles como los del crédito fácil.

A lo largo de este libro, no solo aprenderás a manejar mejor tu dinero, sino que también transformarás tu forma de pensar sobre él. Porque, querido lector, lo que necesitas no es solo más dinero, sino una mentalidad que te permita manejar el dinero de forma inteligente. Y eso comienza con dejar de ver el dinero como un medio para satisfacer deseos inmediatos y empezar a verlo como una herramienta para construir un futuro seguro.

Te voy a enseñar a adoptar una mentalidad de abundancia, a dejar de lado el miedo que te empuja a tomar malas decisiones financieras, y a comenzar a ver la deuda no como un mal necesario, sino como una palanca que, bien utilizada y gestionada para un propósito específico, puede potenciar tu futuro. Porque la verdadera libertad financiera no es tener el control sobre el dinero que tienes sino, sobre todo, sobre tus emociones.

Recomendación de libro para acompañar este capítulo:

El hombre más rico de Babilonia de George S. Clason: Porque si alguien sabía cómo ahorrar, eran los babilonios. Léelo porque es más viejo que tu abuela, pero sus consejos son tan actuales como el último meme de finanzas en Instagram. Es un libro que te enseñará las leyes fundamentales de la riqueza, esas que no cambian sin importar cuánto evolucione el mundo.

Bienvenido a La guerra de las deudas:

En resumen, prepárate para un viaje en el que te haré cuestionarte cada decisión financiera que has tomado hasta ahora. Pero no te preocupes porque lo haremos con humor, con estilo, y con esa dosis de realidad que nadie más se atrevería a darte. Vamos a desmantelar todas esas mentiras que te has contado a ti mismo sobre el dinero y vamos a construir una nueva narrativa, una en la que tú eres el protagonista y no la víctima de tus finanzas.

Att. Tu loca pero amada Terapeuta Financiera,

Diana Requejo.

Capítulo 1El caballo de Troya en nuestras finanzas: desenmascarando nuestros propios engaños

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Querido lector, bienvenido al espectáculo más grande de tu vida: tu épico enfrentamiento con las deudas, esas a las que he decidido llamar «deudas brutas». Hoy, vamos a desenmascarar a ese pequeño y bastardo de madera que todos, en algún momento, hemos dejado entrar en nuestras finanzas pensando que era un regalito del cielo. Sí, me refiero al famoso caballo de Troya, ese artefacto financiero que luce tan inofensivo y que, de alguna manera, terminó por joderte la vida.

Este capítulo va dedicado a todos los que, como tú y como yo, hemos caído en la tentación de las deudas disfrazadas de oportunidades. Porque, querido lector, si algo he aprendido a lo largo de mis batallas contra las deudas, es que esta guerra se gana batalla tras batalla, y a veces, con más cicatrices de las que nos gustaría admitir.

Nuestro querido Robert Kiyosaki, en su sabiduría, nos habla de la deuda buena y la deuda mala. De cómo esta clasificación depende del destino y de la rentabilidad que pueda generar. Pero aquí te va mi verdad: si no tienes las habilidades necesarias para manejar tu dinero con la destreza de un maestro ninja, toda deuda es una mala deuda. Fin de la discusión.

Al final del día, ya sea una deuda para un negocio, una casa, unas vacaciones o simplemente para comprar ese televisor gigante que tanto anhelas, si te encuentras con múltiples deudas y una pésima administración de tus recursos, estarás condenado a un colapso financiero tarde o temprano. Y cuando eso pase, querido lector, la paz —ese lujo que no tiene precio— será lo primero que perderás. Y la paz, créeme, es lo más valioso que tienes.

El multiendeudamiento: el infiel de las finanzas

Ahora hablemos de un concepto que suena tan horrible como es: el multiendeudamiento. Este término, que parece sacado de una novela de terror, es simplemente la práctica de acumular varias deudas al mismo tiempo. Es como tener una pareja oficial, dos amantes y un par de amigos con derecho a roce. Al principio, todo es diversión y adrenalina, pero tarde o temprano, una de esas relaciones se va a complicar y, créeme, no querrás estar ahí cuando ocurra el desastre.

Debes entender que las relaciones con los bancos son largas, muy largas. Pueden durar desde seis meses hasta 30 años, y si te metes en el juego de la refinanciación o la compra de cartera, podrías pasar la mayor parte de tu vida pagando deudas. Si consideramos que la esperanza de vida ronda los 80 años, eso significa que podrías pasar al menos 50 años de tu vida siendo esclavo de los bancos. Es una relación más larga que muchos matrimonios, y definitivamente mucho menos divertida.