La Guía de las Flores de Bach: Con el poder de las 38 flores de Bach hacia una salud fuerte y una mente sana – incluye un índice de síntomas de la A a la Z y aplicación en animales - Elisa Feenders - E-Book

La Guía de las Flores de Bach: Con el poder de las 38 flores de Bach hacia una salud fuerte y una mente sana – incluye un índice de síntomas de la A a la Z y aplicación en animales E-Book

Elisa Feenders

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Beschreibung

Flores de Bach: Usar el poder natural de 38 flores seleccionadas para el equilibrio emocional, la armonía física y el bienestar general ¿Crees que la clave para todo lo que necesitas para una buena vida está en la naturaleza? ¡No estás solo! Esta creencia forma la base del suave método de la terapia floral de Bach, y esta guía te mostrará cómo usarla fácilmente en tu vida diaria. La verdadera enfermedad surge de un conflicto entre el alma de una persona y su camino de vida real, y al final, solo la persona afectada puede curarse a sí misma. Partiendo de esta premisa, el Dr. Edward Bach desarrolló su famosa terapia floral de Bach. La buena noticia es que puedes obtener apoyo en forma de la información energética de flores específicas. Diluidas según los principios homeopáticos, las esencias de 38 flores ayudan con 38 formas de trastornos del estado de ánimo, que son la causa de molestias y quejas. En este libro descubrirás cómo funciona, qué mecanismos están en juego y cómo el poder de las flores puede ser utilizado de diversas maneras. Con explicaciones fáciles de entender, información detallada sobre cada flor, formas de uso y opciones de aplicación, te familiarizarás con estos remedios especiales y descubrirás cómo usar las flores de Bach en la vida diaria. ¿Tienes formación médica? ¡No es necesario! Porque este libro te proporcionará toda la información esencial sobre la dosificación, el uso, la selección de los remedios y la determinación de los síntomas de manera simple y comprensible. Cursos básicos sobre flores de Bach: Aprende los efectos, los principios básicos, los grupos emocionales y la botánica de las flores; familiarízate con lo básico en un abrir y cerrar de ojos. Aplicación fácil: Descubre qué métodos están disponibles para seleccionar las flores correctas y aprende todo sobre las formas de aplicación, la dosificación y la duración de la terapia. Práctica diaria: Equilibrio emocional, bienestar físico, claridad mental; descubre cómo las flores de Bach pueden ayudarte con una variedad de problemas como el estrés, los trastornos del sueño, los problemas digestivos, la ansiedad y muchas otras quejas. Pensando más allá: Con afirmaciones que mejoran los efectos, aplicaciones para animales y niños, y información sobre obstáculos como la exacerbación inicial, sacarás el máximo provecho de la terapia floral de Bach. Este libro es tu guía experta a través del fascinante mundo de la terapia floral de Bach y te muestra lo que puedes lograr con el poder de las flores. La guía de referencia de los síntomas de la A a la Z facilita la selección de las flores correctas y te prepara para el uso diario. Entonces, ¿qué estás esperando? Haz clic en "Comprar ahora con 1 clic" y usa el poder de las plantas naturales para ti, tu familia y todos aquellos que amas!

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Veröffentlichungsjahr: 2025

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Edición 2024

Contenido

I El poder de las flores1

Introducción al mundo de las flores de Bach1

El origen de la terapia con flores de Bach2

Principios básicos de las flores de Bach7

II Las 38 flores de Bach en resumen13

La elaboración de las esencias florales13

Los 7 grupos emocionales de la terapia con flores de Bach16

Las 38 flores de Bach en detalle27

III Fundamentos de la aplicación109

La selección de las flores de Bach adecuadas109

La dosis, la frecuencia y la duración del tratamiento120

IV Las flores de Bach en la práctica124

Flores de Bach para el equilibrio emocional124

Flores de Bach para el bienestar físico127

Las flores de Bach y la psique131

Flores de Bach y claridad mental134

V Ámbitos de aplicación de las flores de Bach en la vida cotidiana136

Flores de Bach en el trabajo136

El payaso de la clase y el hiperactivo: flores de Bach para niños hiperactivos140

VI Retos y soluciones144

Cómo lidiar con las reacciones individuales a las flores de Bach144

El ajuste de las mezclas de flores de Bach en caso necesario146

Consejos para superar posibles obstáculos durante el tratamiento147

VII Las flores de Bach y la medicina veterinaria149

El uso de las flores de Bach en animales149

El papel del propietario del animal160

Ayudar a los animales domésticos con las flores de Bach162

Áreas de aplicación específicas165

VIII Flores de Bach y afirmaciones « »171

El poder de las afirmaciones171

Afirmaciones para cada flor de Bach173

IX Síntomas de la A a la Z: el índice para consultar182

A: De la delimitación a las enfermedades autoagresivas182

B: desde problemas pancreáticos hasta agotamiento184

C: Ataques de colera185

D: Desde vegetar hasta tener poca resistencia185

E: Del egoísmo a los trastornos alimentarios186

F: Del fanatismo al miedo187

G: Desde problemas de vesícula biliar hasta cavilaciones187

H: Desde molestias en la garganta hasta hipocondría188

I: De egocentrismo a aislamiento189

J: De quejarse a picar189

K: De la capitulación a la memoria a corto plazo190

L: desde síntomas de parálisis hasta apatía191

M: De la sed de poder al desánimo192

N: Desde problemas cervicales hasta nostalgia193

O: Desde el desmayo hasta la osteoporosis193

P: Del pánico a las fobias194

R: De la inquietud a la intranquilidad194

S: De la vergüenza a los problemas de adicción195

T: De la ensoñación a la tiranía197

U: De la hiperactividad a la falta de criterio197

V: Desde el agotamiento hasta la simulación199

W: De la inconstancia a la ira200

Z: De la indecisión a la duda200

Fuentes y bibliografía adicional201

I El poder de las flores

Introducción al mundo de las flores de Bach

Durante nuestra vida en la Tierra, cada uno de nosotros pasa por un complejo proceso de introspección y autoconocimiento. Aprendemos cosas nuevas, ampliamos nuestras capacidades y superamos retos. Las experiencias que vivimos los seres humanos van desde las más sutiles hasta las más complejas, ya que podemos aprender tanto de una gota de lluvia que cae sobre la superficie del agua y se disuelve en la inmensidad del océano como de un grave conflicto interpersonal que nos lleva al límite de nuestras aparentes capacidades. En cualquier caso, la vida está llena de sorpresas y crisis que vale la pena superar, porque nos permiten aprender mucho sobre nosotros mismos. Una y otra vez nos sentimos inspirados y motivados para superarnos y desarrollarnos. Los conocimientos adquiridos son los que hacen posible el crecimiento personal.

Este es un proceso que llamamos «vida» y del que nadie puede escapar. Nadie es capaz de controlar las experiencias que vive y que le permiten crecer. Sin embargo, lo que sí puede influir es en cómo las afronta. Si se enfrenta a una situación determinada con rencor, miedo y resistencia, el resultado será diferente que si lo hace con apertura, aceptación y paz. Pero esto no siempre es fácil. Cuando tu pareja te grita o tu jefe critica tu trabajo delante de tus compañeros, no es nada fácil mantener la calma y seguir tranquilo y confiado. Imagina que pudieras apoyarte a ti mismo en esos momentos difíciles en los que te sientes desequilibrado. Imagina que pudieras pedirle a la naturaleza fuerza y apoyo en momentos de crisis y encontrar una forma de afrontar los problemas de manera más constructiva y desarrollarte mejor en la vida.

Aquí es donde entran en juego las flores de Bach. De una forma u otra, cada persona vive sus propios retos, ya sea en forma de conflictos internos o enfermedades físicas. Aunque no podemos evitarlo, sí tenemos la posibilidad de aprovechar el poder de las plantas para ayudarnos en los momentos difíciles. Las llamadas «flores de Bach» comprenden un total de 38 esencias elaboradas a partir de determinadas flores a las que se atribuyen propiedades concretas. El descubridor de estas propiedades fue el médico inglés Dr. Edward Bach, quien dio su nombre a las « » (esencia floral de Bach). Se dio cuenta de que los poderes curativos que las esencias florales concentradas transmiten al usuario tienen un efecto equilibrador y beneficioso para el alma humana.

Las flores pueden considerarse verdaderamente la corona de la naturaleza. La naturaleza se supera a sí misma cada vez que un nuevo capullo se abre al mundo y revela toda su belleza. Casi ningún ojo puede resistirse a sus colores brillantes: su encanto es tan seductor como su aroma, que desencadena todo un fuego artificial de sensaciones en todos los seres vivos que tienen el placer de disfrutarlo. La flor atrae magnéticamente al observador, que quiere sumergirse en el centro de este festín para la vista y absorber con una respiración profunda y plena el bouquet de aromas. Las flores expresan la belleza y la perfección de la naturaleza de una manera impresionante, cada una de ellas es una obra de arte en sí misma, cuyo atractivo reside en su singularidad y fugacidad. Según el Dr. Edward Bach, no solo son hermosas a la vista, sino que también poseen un poder al menos igual de impresionante que todos, incluso tú, pueden aprovechar para sí mismos y para su vida. Pero, ¿en qué consiste exactamente la terapia con flores de Bach? ¿Cómo surgió y cuál es su mecanismo de acción? Acompáñanos en un viaje al fascinante mundo de las flores de Bach y descubre qué se esconde detrás de esta terapia única, que combina la impresionante belleza de las flores con un aspecto orientado a la curación.

«No dejéis que la simplicidad del método os disuada de utilizarlo, porque cuanto más avancéis en vuestra investigación, más se os revelará la simplicidad de toda la creación».

- Dr. Edward Bach -

El origen de la terapia con flores de Bach

El conocimiento del poder de la naturaleza se ha conservado en todos nosotros desde tiempos inmemoriales.

El poder curativo de la naturaleza no es un concepto nuevo que haya surgido con la civilización moderna. No, porque el conocimiento de la importancia de las plantas está profundamente arraigado en los seres vivos que llaman a la Tierra su hogar, en todos ellos. Ya en los tiempos en que nuestros antepasados se reunían alrededor del fuego para calentarse y aún se dedicaban a recolectar y cazar en la naturaleza, se dieron cuenta de que los animales heridos se dirigían intuitivamente a lugares donde crecían determinadas hierbas que aceleraban su curación. Así, antiguas tradiciones de culturas de todo el mundo nos cuentan cómo se administraban plantas e es específicas como remedios frescos, en infusiones, en forma de aceites o esencias para provocar un efecto deseado en el organismo.

La fitoterapia ya fue difundida por grandes personalidades como Hipócrates o Hildegarda de Bingen. La humanidad sigue beneficiándose hoy en día de sus complejos conocimientos, que han sobrevivido desde la Antigüedad y la Edad Media hasta nuestros días.

La homeopatía: inspiración para el posterior desarrollo de la terapia con flores de Bach

Mientras que algunos representantes de la fitoterapia preparaban determinadas partes de las plantas, como raíces, tallos, hojas o flores, y las recetaban a los enfermos para su ingestión oral o aplicación externa, el fundador de la homeopatía, Samuel Hahnemann, en el siglo XVIII, y obtuvo resultados impresionantes en sus pacientes incluso después de diluir extremadamente las tinturas de determinadas plantas, hasta el punto de que apenas se podían detectar átomos de la planta original: estamos hablando de una dilución de hasta 1 a 1 quintillón, un número con 30 ceros. En los llamados glóbulos homeopáticos solo queda una proporción apenas medible de los «ingredientes» de las plantas correspondientes. Estas pequeñas bolitas blancas son simplemente el vehículo de los principios activos homeopáticos, ya que están compuestas por azúcar de caña simple, que solo se ha humedecido con determinadas sustancias homeopáticas altamente diluidas. De este modo, Samuel Hahnemann demostró que solo la información energética del medicamento, transferida a los glóbulos, puede tener efectos curativos en el organismo vivo, incluso cuando no se pueden detectar ni medir sus ingredientes.

Digresión: la vida de Samuel Hahnemann

Christian Friedrich Samuel Hahnemann vino al mundo el 10 de abril de 1755 en Meissen. Ya en su juventud reveló su talento para los idiomas, la química y la tecnología, por lo que a los 15 años obtuvo una beca para la escuela principesca de Santa Afra en su ciudad natal. Su gran sueño era estudiar medicina, pero tuvo que ser creativo para financiar sus estudios, ya que su familia era considerada pobre. A los 20 años pudo cumplir su deseo al obtener otra beca para estudiar medicina en Leipzig. Durante esos años, los conocimientos teóricos que adquiriste no te bastaban, por lo que te trasladaste a la Universidad de Viena, donde pudiste acercarte a la medicina de forma práctica. Se te permitió acompañar al médico jefe y director médico de un hospital durante las exploraciones y así pudiste observar el trabajo de un médico experimentado, el e . Este te consiguió un puesto como profesor particular, bibliotecario y médico personal. Después de obtener el doctorado en 1779, Samuel Hahnemann fundó una consulta médica en Hettstedt, al tiempo que ampliaba sus conocimientos con una formación en farmacia práctica en Dessau. Allí conoció a la que sería su esposa, con la que tuvo once hijos.

Para asegurar el sustento de su creciente familia, Samuel Hahnemann trabajó, además de como médico, como químico, traductor y escritor, lo que le permitió adquirir cada vez más conocimientos en los ámbitos químico, médico y psicoterapéutico. La información que obtuvo le llevó a realizar un experimento consigo mismo: a través de los síntomas similares a la malaria que experimentó tras ingerir un determinado componente vegetal, la corteza de quina, se dio cuenta de que los medicamentos curativos provocaban en una persona sana los mismos síntomas que los médicos querían curar en una persona enferma. Así nació la homeopatía.

Cuanto más investigaba el médico alemán en esta dirección en los años siguientes, menos se identificaba con la medicina convencional. Llegó a la conclusión de que esta ignoraba las fuerzas autocurativas, incluso debilitaba el cuerpo y, a menudo, empeoraba los síntomas.

Después de establecer su ley de similitudes en 1796 y publicar sus conocimientos sobre la homeopatía en 1810 en su obra «Organon der rationellen Heilkunde» (Organon de la medicina racional), abrió en 1828 una consulta muy exitosa, que dirigió de acuerdo con sus principios. Tras mudarse a París, donde fundó otra consulta de gran éxito, trató allí a varias personalidades destacadas. Samuel Hahnemann falleció finalmente a los 88 años, el 2 de julio de 1843 en París, dejando este valioso conocimiento de la homeopatía clásica.

La homeopatía es un método de tratamiento alternativo que actúa de forma especialmente suave gracias a la fuerte dilución de los medicamentos. Se basa en el llamado principio de similitud, según el cual las sustancias que provocan síntomas en personas sanas pueden utilizarse en altas diluciones para curar a pacientes que padecen esas mismas enfermedades. El fundador de la homeopatía lo resumió de la siguiente manera:

«Lo similar se cura con lo similar».

- Samuel Hahnemann -

Las potencias homeopáticas tienen como objetivo estimular de forma específica el organismo para activar las fuerzas autocurativas del cuerpo y restablecer así el equilibrio natural y holístico del ser humano. El término «potencia» se remonta a la fabricación de los remedios homeopáticos. El proceso de potenciación describe el procedimiento por el cual la tintura madre se tritura con lactosa o se diluye con alcohol en varios pasos, lo que, según la doctrina homeopática, refuerza el efecto de la sustancia medicinal original, que se «potencia». Existen diferentes potencias, que se designan con «C», «D», «LM» y «Q», así como con números. Estos datos indican la frecuencia con la que se ha diluido y potenciado. Por ejemplo, la «D» significa «decimal», lo que significa que el remedio homeopático se ha diluido con alcohol en una proporción de 1 a 10. El número que sigue a la letra indica cuántas potencias se han aplicado después de cada paso de dilución. En una potencia D200, por ejemplo, la sustancia original se ha potenciado 200 veces, por lo que su efecto es más intenso que, por ejemplo, una potencia D12.

Finalmente, fue el Dr. Edward Bach quien, en 1928, realizó sus primeras experiencias con las esencias florales, que más tarde se convertirían en una forma de terapia y que siguen existiendo en la actualidad.

La vida del Dr. Edward Bach y el descubrimiento de las flores de Bach

Edward Bach nació el 24 de septiembre de 1886 en Inglaterra, cerca de la ciudad de Birmingham, en el seno de una familia de origen galés. Tras su formación escolar, trabajó primero como aprendiz en la empresa familiar de sus padres, una fundición de latón, donde ya pudo establecer las primeras conexiones entre las dolencias físicas de sus compañeros y sus conflictos emocionales. Desde muy joven, Edward Bach sintió el deseo de ayudar a otras personas que no podían solucionar por sí mismas sus problemas de salud. Este fue finalmente el motivo decisivo por el que en 1906 comenzó a estudiar medicina en Birmingham y Londres, donde se doctoró con éxito. Su primer trabajo como médico consistió en dirigir el servicio de urgencias del University College Hospital de Londres. Además, fue asistente en el departamento de bacteriología e inmunología, lo que le permitió establecer más conexiones entre determinadas bacterias y las enfermedades que se producían. Se dio cuenta de que en la flora intestinal de los pacientes afectados por enfermedades había un exceso de determinadas bacterias. Su deseo era desarrollar vacunas a partir de siete cepas bacterianas especiales, lo que persiguió con gran pasión.

En 1917, el Dr. Edward Bach sufrió un duro golpe del destino. El diagnóstico: tumor maligno en el bazo con una esperanza de vida de solo tres meses. Sin embargo, su impulso por completar sus investigaciones en el campo de la medicina hizo posible lo imposible y el inglés logró superar la enfermedad.

Tras recuperar la salud, el Dr. Edward Bach trabajó en el Homoeopathic Hospital de Londres, donde entró en contacto con las ideas de Samuel Hahnemann, fundador de la homeopatía, que marcarían toda su vida. Allí encontró la confirmación de sus propias ideas y visiones. En Londres también tuvo la oportunidad de continuar sus investigaciones sobre sus vacunas. Influenciado por la medicina homeopática, el Dr. Edward Bach comenzó a potenciar sus cepas bacterianas, es decir, a diluirlas fuertemente. El médico logró transformar las siete vacunas de cepas bacterianas del intestino humano en sustancias homeopáticas, llamadas nosodes de Bach. En homeopatía, los nosodes son potencias como las cepas bacterianas degeneradas que determinó el Dr. Edward Bach, que se utilizan para tratar enfermedades según el principio de similitud. En términos sencillos, el médico británico extrajo las bacterias patológicas del intestino de personas enfermas y, según el concepto homeopático, las transformó en un medicamento mediante una fuerte dilución. A cada uno de sus siete nosodes les asignó estados de ánimo concretos de sus pacientes, ya que se dio cuenta de que vuestros estados de ánimo estaban estrechamente relacionados con vuestras enfermedades.

Pocos años después, el Dr. Edward Bach abrió un laboratorio y una consulta en Londres, donde sus investigaciones se fueron concretando cada vez más. Se centró cada vez más en la mejora de sus vacunas, que aún no le satisfacían plenamente, ya que su objetivo era sustituir los nosodes de Bach, que consistían en bacterias intestinales humanas, por sustancias vegetales, ya que las consideraba remedios más puros. Además, integró cada vez más la observación de la psique en relación con las enfermedades humanas y comenzó a publicar sus hallazgos.

Para dedicarse por completo a sus descubrimientos, el médico decidió finalmente vender su consulta y emprendió un viaje por Inglaterra y Gales. Lo que buscaba eran plantas adecuadas para su proyecto. Esta búsqueda dio sus frutos, ya que entre 1930 y 1933, el Dr. Edward Bach encontró las primeras 19 plantas para sus remedios, que preparó mediante un proceso de fabricación desarrollado por él mismo, el llamado «método solar». En un capítulo posterior veremos con más detalle cómo se elaboran exactamente las esencias florales de Bach.

Numerosos pacientes del médico británico se beneficiaron de sus novedosos remedios, que dio a conocer en su obra titulada «Heal Thyself» (de , del inglés: Cúrate a ti mismo). A pesar de las graves dificultades con la organización médica debido a la difusión de sus conocimientos entre los legos en medicina y a la colaboración con estos, el Dr. Edward Bach logró evitar su expulsión del registro médico.

El desarrollo de sus esencias vegetales seguía fascinándole, por lo que se trasladó al pueblo de Sotwell, que le acercaba a la mayoría de las plantas que había encontrado. Aquí encontró los últimos 19 géneros de sus 38 esencias y desarrolló un nuevo método de elaboración: el método de cocción. De hecho, en 1936, el Dr. Edward Bach llegó al punto en que consideró que su obra sobre las flores de Bach estaba terminada y completa. Ahora era el momento de revelar sus descubrimientos e investigaciones al mundo en una serie de conferencias. El 27 de noviembre de ese mismo año, el médico británico finalmente encontró la paz y falleció de un fallo cardíaco. Sin embargo, sus enseñanzas sobrevivieron y desde entonces han enriquecido la vida de muchas personas en todo el mundo. El «Bach Centre» oficial sigue existiendo hoy en día en Sotwell como la sede oficial de la terapia con flores de Bach.

Principios básicos de las flores de Bach

La terapia con flores de Bach actual es un sistema terapéutico alternativo para el tratamiento de estados emocionales y comportamientos desequilibrados. Se basa en 38 sustancias diferentes, llamadas flores de Bach, que fueron seleccionadas por el propio fundador, el Dr. Edward Bach, en el siglo XX.

Como ya se ha indicado, la terapia con flores de Bach actúa únicamente a través de la transmisión de información y no mediante principios activos concretos o sustancias medicinales, sino que actúa a nivel energético. El Dr. Edward Bach consideraba que no era necesario curar la enfermedad, sino al paciente en sí mismo, ya que veía en el desequilibrio del alma de una persona la causa de sus trastornos psíquicos y físicos. Este trastorno mental se manifiesta como consecuencia de malentendidos en la psique, por ejemplo, cuando crees que tienes que hacerlo todo solo o que no eres capaz de tomar decisiones. A partir de estas creencias se manifiestan patrones de pensamiento y comportamiento negativos y destructivos, como la duda o el miedo, que parecen ocultar el acceso al verdadero yo. Se obstaculizan las fuerzas de autocuración del alma, entre las que se encuentran el valor, la certeza y la capacidad de decisión, y poco a poco perdemos la conexión con nuestro conocimiento intuitivo innato. Por lo tanto, la ingesta de flores de Bach tiene como objetivo, por un lado, restablecer el equilibrio psíquico y energético y, por otro, fortalecerlo, aclarando los malentendidos mentales y ayudando al paciente a encontrarse a sí mismo a través del autoconocimiento. Aunque la ciencia , en su estado actual, aún no es capaz de medir este nivel de eficacia, innumerables testimonios hablan por sí mismos, como quedó claro en el estudio piloto de Regine Pitscheneder titulado «Estudio de campo controlado con placebo sobre el efecto de las flores de Bach en los trastornos de ansiedad», realizado en 2016. En él se demostró que los sujetos con trastornos de ansiedad y depresión que recibieron flores de Bach mostraron mejoras significativas tras su ingesta, mientras que en el grupo de control, que solo tomó gotas de placebo, no se observó ninguna reducción de la ansiedad y la depresión. Estos impresionantes resultados se obtuvieron independientemente del sexo, la edad o el nivel educativo de los sujetos. No obstante, es importante señalar que la terapia con flores de Bach aún no está reconocida científica ni médicamente.

La filosofía de la terapia con flores de Bach: la visión del Dr. Edward Bach sobre la salud y la enfermedad

El fundador de la terapia con flores de Bach consideraba que el cumplimiento de una misión espiritual era la tarea central de la vida humana. Para el Dr. Edward Bach, la salud se alcanzaba cuando la persona actuaba de acuerdo con los deseos de su alma y, por lo tanto, seguía el objetivo de su vida. En su opinión, la enfermedad es, por el contrario, una señal clara de que la personalidad afectada vive en sus pensamientos, palabras y acciones separada de su intuición interior, es decir, de las instrucciones de su alma, lo que puede provocar un trastorno físico o psíquico. Las flores de Bach tienen la función de restablecer la armonía para que la persona afectada vuelva a conectar con su alma y con su misión en la vida.

El Dr. Edward Bach identificó un total de 38 potenciales del alma que pueden manifestarse en los seres humanos y definió las formas desarmónicas correspondientes que se manifiestan cuando la persona afectada pierde la armonía con la misión de su alma. El médico consideraba estas debilidades de carácter como las verdaderas enfermedades. Así surgieron los 38 pares de estados de ánimo del ser humano que, según descubrió el médico británico, están representados por determinadas plantas. En el siguiente capítulo los trataremos en detalle.

Los campos energéticos positivos y armoniosos de las plantas entran en resonancia con los sentimientos humanos que se les asignan y, de este modo, pueden surtir efecto. En otras palabras: si una personalidad presenta una alteración en partes de su campo energético que se manifiesta a través de estados de ánimo negativos, la especie vegetal correspondiente puede superponer su propio campo energético armonioso al de la persona afectada por el « » y, de este modo, restablecer el equilibrio. Sin embargo, el Dr. Edward Bach no veía en sus flores de Bach una nueva forma de medicamento destinado a «eliminar» un «problema» suprimiendo los síntomas. Su esperanza era que, además de tomar las flores de Bach, sus pacientes comprendieran que vosotros mismos tenéis en vuestras manos la forma en que percibís vuestra realidad. El médico tenía la visión de que las personas utilizaran las flores de Bach como apoyo, pero que, en última instancia, se convirtieran en sus propios sanadores transformando sus patrones de pensamiento y comportamiento de tal manera que pudieran sacar provecho de ello para sus vidas.

La visión del Dr. Edward Bach: el médico del futuro

En su obra «Heal Thyself» (Cúrate a ti mismo), publicada en 1931, el fundador de la terapia con flores de Bach formuló su visión de cómo podría ser el médico del mañana.

«Así, el médico del futuro tendrá dos grandes objetivos: el primero será ayudar al paciente a conocerse a sí mismo...».

- Dr. Edward Bach -

Con estas palabras, el médico británico expresa que da prioridad al autoconocimiento del paciente. En su opinión, ciertos patrones de pensamiento y comportamiento provocaban que este padeciera una o varias enfermedades. Sin embargo, la curación de los síntomas solo puede lograrse si el afectado es capaz de descubrir cuáles de sus pensamientos, sentimientos y reacciones causaron el malestar. El Dr. Edward Bach ya debió de darse cuenta en aquella época de que ningún medicamento del mundo puede curar completamente, sobre todo si no se elimina la causa fundamental de la enfermedad. Por lo tanto, mientras el paciente no llegue a conocer qué es exactamente lo que le ha enfermado, no podrá curarse.

Aquí, el Dr. Edward Bach asigna un papel importante al médico del futuro, ya que su tarea debe ser explicar al paciente, a través de su conocimiento de las llamadas leyes espirituales, qué pensamientos y acciones amenazan la armonía y el equilibrio en el ser humano. Este médico debe conocer a fondo la naturaleza humana, ya que debe ser capaz de reconocer en sus pacientes los factores responsables del conflicto enfermizo entre el ser humano y su alma. Además, debe ser capaz de dar consejos sobre las virtudes que hay que desarrollar para que la enfermedad pueda curarse.

En este punto, el Dr. Edward Bach vuelve a subrayar la importancia de la responsabilidad personal en el proceso de curación. Instruye al médico del futuro para que nunca te quite a tus pacientes la responsabilidad de sí mismos . Esto significa que debe hacer comprender al afectado que sus propios pensamientos, sentimientos, palabras y acciones han provocado su sufrimiento actual. Por supuesto, no se trata de encontrar un culpable, sino de dejar claro que cada persona es creadora de su propia vida y debe trabajar en sí misma; ninguna terapia ni ningún medicamento pueden sustituirla en esta tarea. No debe acudir al médico para eludir su responsabilidad siguiendo las instrucciones de un profesional de la medicina y dejando que este combata sus síntomas. En lugar de eso, debería acudir al médico del futuro para que le ayude a reconocer las causas de sus enfermedades y a superarlas por sí mismo.

«El segundo deber del médico consistirá en administrar medios [...] que permitan que la paz y la armonía vuelvan a toda la personalidad».

- Dr. Edward Bach -

El segundo objetivo del «médico del futuro», tal y como lo concibe el Dr. Edward Bach, es utilizar ciertas formas de terapia y medicamentos que apoyen el proceso de autoconocimiento y la transformación de los patrones de reacción negativos en positivos. Por un lado, estos medios deben fortalecer el cuerpo físico para que pueda hacer frente a la enfermedad y sobrellevarla. Solo una forma material fuerte puede soportar las dolencias y curarse en el camino hacia el autoconocimiento. Por otro lado, los medios administrados por el médico del futuro deben garantizar que también se tenga en cuenta la mente: es de vital importancia que la mente pueda relajarse para ampliar sus horizontes y aspirar al autoconocimiento. Si la psique está sumida en el caos porque nos sentimos confundidos por demasiados pensamientos y sentimientos negativos, es difícil volver a encontrar la unidad con el alma. Sin embargo, si ciertos remedios, como las esencias florales de Bach, ayudan a aportar un poco de calma, el afectado es capaz de comprenderse mejor a sí mismo, ampliar su conciencia y reconocer así lo que le ha enfermado, para poder eliminar estos factores bajo su propia responsabilidad. La única tarea del médico del futuro, según la visión del Dr. Edward Bach, es estar al lado del paciente para que la armonía y la paz puedan volver por fin a su personalidad.

El modo de acción de la terapia con flores de Bach

Cuando el fundador de la terapia con flores de Bach investigaba los nosodes de Bach, en los que se utilizaban bacterias intestinales degeneradas para fabricar vacunas, ya se dio cuenta de la importancia del estado de ánimo para el deterioro de la constitución de sus pacientes. El Dr. Edward Bach defendía que el tratamiento del estado emocional tenía prioridad sobre el de la enfermedad propiamente dicha. Esto llevó al médico británico a dejar de examinar las heces de los pacientes para obtener información sobre sus dolencias físicas e identificar el nosode de Bach adecuado. En su lugar, trasladó su investigación al ámbito de la psicología, identificando los rasgos característicos típicos de los pacientes. Si detectaba un estado de ánimo negativo concreto, como el miedo o la desesperanza, administraba nosodes contra él, con el efecto de que, al mismo tiempo, se curaba la enfermedad. Estas fueron las primeras experiencias que sentaron las bases de la posterior terapia con flores de Bach.

En el caso de las esencias florales de Bach, no se puede hablar de sustancias o medicamentos, ya que, debido a su método de elaboración, el principio activo químico apenas está presente. La afirmación de que estas pequeñas gotas con un principio activo prácticamente indetectable no pueden curar dolencias debería reconsiderarse, a más tardar, cuando se observan los enormes efectos de la energía nuclear. También en este caso, cantidades mínimas son suficientes para provocar consecuencias increíbles. Sin embargo, en el caso de las flores de Bach, no es la sustancia en sí misma la que produce el efecto positivo, sino la energía que contiene.

Por lo tanto, el efecto de las flores de Bach en las personas se consigue únicamente a nivel sutil, lo que además tiene el efecto positivo de que no pueden producirse efectos secundarios, aunque en algunos casos pueden aparecer los llamados «agravamientos iniciales» de los síntomas. Más adelante volveremos a tratar este fenómeno con más detalle. La sutileza describe aquellas cosas con una densidad baja que no son visibles para el ojo humano. En contraposición a esto se encuentra la materia densa, con la que tratamos a diario: abarca todo lo que podemos ver y medir porque tiene una alta densidad y, por lo tanto, es perceptible por los sentidos del cuerpo, como por ejemplo el cuerpo de una persona, los animales, las plantas, una silla o una lámpara. Estas cosas tienen una frecuencia que se encuentra dentro del rango de medición de nuestros dispositivos técnicos. Sin embargo, en el plano sutil, la vibración es más alta y, por lo tanto, invisible e inmensurable para la mayoría de las personas. Así, el alma humana también es de naturaleza sutil.

Las flores de Bach no son medicamentos que tratan los síntomas provocando una reacción bioquímica en el organismo. No tiene mucho sentido utilizarlas como remedio convencional para enfermedades, ya sean físicas o mentales. Por lo tanto, ten en cuenta que las flores de Bach no pueden sustituir un diagnóstico y tratamiento médico necesarios. Dado que las vibraciones de las flores actúan en el plano sutil, se dirigen principalmente a la parte sutil del ser humano. Son capaces de influir en el estado de ánimo, lo cual es una gran capacidad, ya que, según el fundador de esta terapia, esto puede favorecer o curar enfermedades. Esto ya lo sabemos por la psicosomática, que busca una visión holística de las dolencias.

Esta doctrina afirma que los pensamientos, los sentimientos, los conflictos no resueltos y los traumas también pueden manifestarse a nivel físico en forma de enfermedades, ya que la psique está estrechamente entrelazada con el cuerpo.

Las esencias ingeridas tienen un efecto positivo en el estado de ánimo del paciente, ya que aumentan su vibración. Esto se consigue porque los sentimientos positivos, como la alegría, el optimismo y el amor, vibran más que, por ejemplo, la ira, la frustración o el miedo. Una persona que se ve influida por la frecuencia más alta de las flores de Bach adaptará automáticamente su estado de ánimo a la positividad que estas transmiten. Es como si el paciente escuchara sonidos y palabras agradables o contemplara imágenes maravillosas que son capaces de levantarle el ánimo. El Dr. Edward Bach defendía que una persona que tiene un estado de ánimo positivo está más cerca de su propia alma y, por lo tanto, de su misión en la vida que alguien que experimenta sufrimiento y dolor. Por lo tanto, la paz y la armonía solo pueden establecerse cuando el paciente se inunda con las vibraciones superiores de las esencias florales de Bach, ya que entonces ninguna enfermedad puede afianzarse en el cuerpo. Una persona energéticamente equilibrada, cuyo cuerpo, mente y alma están en armonía, no tiene lugar para las enfermedades.

Las esencias apelan al yo superior del usuario y estimulan tu subconsciente para que cambie tus actitudes y comportamientos para mejor. Se refuerza el potencial positivo ya existente en los sentimientos para compensar el potencial negativo y restablecer así el equilibrio. Las flores de Bach nunca actúan de forma coercitiva o invasiva sobre la psique humana, ya que solo la inspiran a tener más confianza en sí misma, armonía y concordia. Favorecen el crecimiento interior personal de la personalidad, pero es esta la que debe iniciarlo por sí misma.

Resumen de los principios de la terapia con flores de Bach

En la terapia con flores de Bach se trata a la persona, no a su enfermedad.

No se tienen en cuenta las enfermedades ni sus síntomas.

Las debilidades de carácter son las verdaderas enfermedades.

El sufrimiento y el dolor surgen siempre que se produce un conflicto entre la personalidad y el alma.

Estos conflictos son el resultado de no cumplir con la misión del alma.

Los conflictos se expresan a través de estados de ánimo negativos.

El estado de ánimo negativo puede influir en el estado de salud y provocar diversas enfermedades.

A cada uno de los 38 estados de ánimo del Dr. Edward Bach se le asigna una flor de Bach.

El lenguaje del alma de una persona se expresa a través de su intuición, sus preferencias, sus deseos y sus aversiones.

La terapia con flores de Bach ofrece un enfoque holístico para la mente y el cuerpo y tiene como objetivo recordar a la personalidad de una persona su misión espiritual y, así, perfeccionarla.

II Las 38 flores de Bach en resumen

La elaboración de las esencias florales

El médico británico Dr. Edward Bach descubrió en sus investigaciones que las flores son la parte de la planta con mayor fuerza vital. Por el contrario, las raíces, los tallos, las semillas y los tubérculos tienen un valor menor, por lo que decidió desarrollar sus esencias a partir de las flores de determinadas plantas.

Durante su vida, el médico británico recolectó él mismo las flores que necesitaba para elaborar las esencias, excepto el olivo y la vid, haciendo uso de su intuición altamente desarrollada. Utilizó exclusivamente materiales procedentes de plantas silvestres que crecían en los alrededores de su lugar de residencia en Inglaterra. Por cierto, las «auténticas» flores de Bach que se pueden comprar hoy en día se siguen recolectando en Inglaterra de forma silvestre, tal y como lo hacía su descubridor, ya que si se cultivaran, sus propiedades curativas se verían reducidas.

El Dr. Edward Bach utilizó agua pura como sustancia portadora de la energía vital que quería obtener de este componente vegetal, es decir, de las flores. En los dos métodos de elaboración diferentes que veremos en este capítulo, las vibraciones sutiles de las flores se transmiten a la sustancia portadora. Dado que en el siguiente paso se produce una fuerte dilución de la sustancia, similar a la que conocemos de la homeopatía, toda la esencia se vuelve aún más sutil y puede actuar mejor sobre el yo superior y el alma del usuario. Este proceso hace que las esencias florales de Bach no actúen como materia, es decir, en forma burda, sino que sus poderes se ejerzan en el plano sutil.

El método solar

Algo que tiene un poder igualmente impresionante es el sol. Él da vida a las cosas de la Tierra, ya que sin él no podrían existir ni las plantas ni los animales. Por lo tanto, utilizar esta energía para la elaboración de las esencias es probablemente el método que genera una calidad especial. Veámoslo más de cerca.

El método solar es una forma de elaboración de las esencias florales de Bach en la que se extrae la información del alma de las plantas a partir de su forma física. Se utiliza siempre que se trata de una flor delicada que florece en los meses con una radiación solar especialmente intensa. A finales de la primavera y en verano, el sol alcanza su máxima intensidad, por lo que esta época es ideal para la elaboración de esencias florales de Bach mediante el método solar.

En un día soleado y sin nubes, por la mañana se recogen las flores correspondientes de tantas plantas diferentes del mismo género como sea posible. Aunque no siempre es fácil encontrar un día tan perfecto en el que se den ambos factores importantes, es decir, un tiempo soleado y sin nubes y flores completamente maduras, es esencial prestar atención a estos detalles. Solo cuando el capullo se ha abierto por completo, justo antes de marchitarse y caer, y se encuentra, en el sentido más literal, en el pleno apogeo de su vida, es cuando posee la mayor parte de su poder curativo.

Al recoger las flores, hay que tener cuidado de que estas partes de la planta no entren en contacto con el cuerpo humano, ya que de lo contrario se «contaminarían» con la huella energética de la persona que las recoge. Por eso, se puede colocar una hoja entre el pulgar y el índice para garantizar que las flores permanezcan completamente limpias mientras se recogen con cuidado de la planta.

A continuación, se llena rápidamente un cuenco de cristal con agua limpia de manantial o de arroyo y se colocan tantas flores como sea necesario hasta que esté lleno y la superficie del agua quede completamente cubierta por los componentes de la planta. Cuanto menos tiempo transcurra entre la recolección y la preparación, menos energía se perderá. No se remueve ni se sumergen las flores, simplemente se colocan sobre el agua. El cuenco se deja al sol directo durante unas 3 a 7 horas. Entonces deberían aparecer los primeros signos de marchitamiento de las flores. Esto se manifiesta en que los pétalos parecen empapados o han perdido color. Además, con el tiempo se forman pequeñas burbujas en el agua. Estos síntomas indican que la esencia de las flores se ha transferido al agua y que el proceso ha finalizado. A continuación, se filtra a través de un paño estéril o un filtro de papel hasta que no queden restos de plantas y se vierte el agua en botellas oscuras, que se rellenan con la misma cantidad de alcohol, por ejemplo, brandy, de modo que se obtenga una mezcla 1:1. De este modo se ha elaborado la denominada «tintura madre» o esencia madre, que se conserva prácticamente indefinidamente gracias al alcohol.

Si se desea utilizar esta esencia madre, primero hay que diluirla. Para ello, se añade una gota de tintura madre a 240 gotas de brandy en una botella y se agita bien para mezclarlo todo.

El método de cocción

El método solar es un método de elaboración perfecto que produce esencias florales extremadamente potentes gracias al poder del sol. Lamentablemente, no todas las esencias pueden elaborarse con este método, ya que algunas especies de plantas florecen en épocas en las que la energía del sol no es suficiente. Este es el caso, por ejemplo, de los meses de marzo y abril. Por este motivo, el Dr. Edward Bach desarrolló el llamado método de cocción, en el que no se utiliza la energía del sol, sino la del fuego.

En principio, los métodos de elaboración no difieren mucho, ya que solo se diferencian en la forma de energía que une la información del alma de las flores al agua: ya sea mediante los rayos del sol o la fuente de calor durante la cocción. Las flores completamente maduras se recogen de la misma manera, en un día soleado y sin nubes, teniendo siempre mucho cuidado al recogerlas y evitando el contacto con la piel.

A continuación, se vierte agua pura de manantial o de arroyo en una olla y se cubre abundantemente con las flores. La cocción provoca que la información se desprenda de las flores y pase al agua. Las flores permanecen en el agua hirviendo a fuego lento hasta que se marchitan y todas las vibraciones se han transferido claramente al agua. Esto suele durar unos 30 minutos.

A continuación, se cuela el agua, se embotella y se rellena con alcohol, tal y como se ha descrito en el apartado sobre el método solar. La esencia madre resultante se diluye de nuevo en una proporción de una gota por cada 240 gotas de brandy.

Estos dos métodos son tan sencillos como ingeniosos: el proceso de elaboración de las esencias florales es totalmente armonioso y natural, ya que se pierde muy poca energía, ya que el tiempo entre la recolección de las flores y la elaboración de la esencia es muy reducido. Además, se incluyen los cuatro elementos de la naturaleza: para la maduración de las flores, la planta necesita tierra y aire. Con la ayuda del fuego, o del sol, se extrae la información del alma de la planta de la flor y pasa a la sustancia portadora, el agua. De este modo se crea una mezcla perfecta con un alto poder curativo.

Los 7 grupos emocionales de la terapia con flores de Bach

Antes de entrar en detalle en cada una de las flores de Bach, veamos primero qué son los llamados grupos emocionales de la terapia con flores de Bach, que son siete en total.

El Dr. Edward Bach dividió las 38 flores de Bach en 7 unidades individuales para facilitar su selección. Estos grupos emocionales ofrecen una visión general de los efectos de las esencias y son especialmente útiles cuando hay varias flores de Bach que podrían ser adecuadas y hay que decidir cuál es la más adecuada para ti. No obstante, esta división en siete estados emocionales ya no hace justicia a las esencias individuales, ya que con el desarrollo de la terapia con flores de Bach se han ido descubriendo cada vez más características concretas del estado de ánimo que requerirían una clasificación más compleja. Por este motivo, algunos expertos actuales prescinden de los siete grupos emocionales y clasifican las flores de Bach simplemente por orden alfabético según su nombre en inglés. No obstante, las siete unidades emocionales ofrecen una buena visión general de los distintos ámbitos temáticos de las esencias y, por lo tanto, pueden resultar muy prácticas para el usuario.

Flores de Bach para quienes sufren de ansiedad

Este grupo emocional tiene como objetivo hacer que el usuario se sienta despreocupado. Las flores de Bach que pertenecen a este grupo son muy adecuadas para combatir los miedos, ya que, entre otras cosas, transmiten seguridad, confianza, paz y valor.

N.º

Flor de Bach

Denominación alemana Denominación

Efecto

Efecto

2

Aspen

Álamo temblón

Tendencia a la nerviosidad, presentimientos negativos, fantasías angustiosas y preocupaciones; miedos desconocidos

Delicadeza, confianza, seguridad y sensibilidad realista

6

Cerezo

Ciruelo damasco

Miedo a perder el control, miedo a perder el autocontrol

Equilibrio y relajación interior, autocontrol

20

Mimulus

Flor de juglar

Miedo a situaciones concretas, temor y timidez

Valentía, confianza y coraje

25

Castaño rojo

Castaño rojo

Miedo exagerado, preocupación y compasión por otras personas

Confianza en los demás y paz interior, independencia

26

Heliantemo

Heléna

Miedo repentino, pánico y pérdida de control en determinadas situaciones excepcionales

Prudencia, clemencia, valentía, calma y fuerza

Flores de Bach para quienes se sienten inseguros

Las siguientes flores de Bach son ideales para personas que sufren de inseguridad, ya que te transmiten una sensación de seguridad en ti mismo y autoestima, fomentando la esperanza, la alegría, la claridad y la confianza en tu propia intuición.

 

 

N.º

Flor de Bach

Denominación alemana Denominación

Efecto

Efecto

5

Cerato

Plumbago

Desconfianza en ti mismo, falta de independencia y dependencia de la aprobación externa

Mejora del juicio, confianza en tu propia sabiduría e intuición

12

Genciana

Genciana

Desánimo, decepción y frustración ante los fracasos

Fe, confianza y optimismo saludable

13

Aguarrocho

Aguarrocho

Inseguridad y pesimismo que a menudo llevan a rendirse demasiado pronto; desesperanza

Esperanza y confianza

17

Carpe

Carpe

Indecisión y desgana con tendencia a no ponerse en marcha y huir; cansancio mental

Entusiasmo, fuerza, vivacidad y vitalidad

28

Scleranthus

Planta anual

Sentirse dividido entre varias opciones, incapacidad para decidir y volubilidad, indecisión

Claridad en la toma de decisiones, capacidad para decidir

36

Avena silvestre

Avena silvestre

Tener muchos intereses y sentirte insatisfecho al mismo tiempo, búsqueda inquieta del camino correcto en la vida, falta de objetivos

Realización, autodescubrimiento y sentido de la vida, autorrealización

Flores de Bach para quienes están demasiado atrapados en el pasado o en el futuro

Este grupo emocional está dirigido a personas que tienden a perder de vista el presente porque viven demasiado en el pasado o en el futuro. Las flores de Bach que se pueden asignar a este grupo te ayudan a volver a anclarte en el aquí y ahora, promoviendo, entre otras cosas, la conciencia de la realidad, la superación de experiencias pasadas y la tranquilidad mental.

 

N.º

Flor de Bach

Denominación alemana Denominación

Emoción

Efecto

7

Brotes de castaño

Brotes de castaño

Falta de interés por las circunstancias actuales de la vida, con tendencia a repetir siempre los mismos errores debido a dificultades de aprendizaje y falta de concentración.

Capacidad de desarrollo y aprendizaje, conocimiento, sabiduría

9

Clematis

Clematis

Ausencia mental debido a una gran imaginación y al refugio en mundos oníricos (soñador), Fuga de la realidad, falta de interés por el aquí y ahora, desgana y hastío

Sentido de la realidad, arraigo y conciencia del presente