La inteligencia en el fútbol. Entrenamiento y desarrollo táctico para un juego intencional y creativo - Israel Teoldo - E-Book

La inteligencia en el fútbol. Entrenamiento y desarrollo táctico para un juego intencional y creativo E-Book

Israel Teoldo

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Beschreibung

En un mundo en constante cambio, como es el del fútbol, solo la inteligencia puede ser verdaderamente útil, ya que, además de poder actuar con eficacia, es imprescindible saber pensar en la mejor manera de actuar. Por eso, en los últimos años del fútbol moderno, el componente táctico ha sido cada vez más valorado y difundido. Especialmente en el fútbol contemporáneo, esta dimensión del rendimiento deportivo ha sido estudiada y aplicada por muchos profesionales de este ámbito, desde los niveles iniciales de formación hasta el nivel profesional. Por todo ello, este libro ha sido concebido para ayudar a quienes dedican gran parte de su tiempo a mejorar la calidad del juego y a formar jugadores lo más creativos e inteligentes posible. Para ello, esta obra presenta procedimientos e ideas que, además de ayudar en la tarea de evaluar el rendimiento táctico de los jugadores y equipos de fútbol, permiten mejorar su práctica a lo largo de la fase de aprendizaje y entrenamiento.

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Israel TEOLDO, José GUILHERME y Júlio GARGANTA

La inteligencia en el fútbol. Entrenamiento y desarrollo táctico para un juego intencional y creativo

Fundada en 1920

Comunidad de Andalucía, 59. Bloque 3, 3ºC

28231 Las Rozas - Madrid - ESPAÑA

[email protected] – www.edmorata.es

© Isarel TEOLDO, José GUILHERME y Júlio GARGANTA

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

Todas las direcciones de Internet que se dan en este libro son válidas en el momento en que fueron consultadas. Sin embargo, debido a la naturaleza dinámica de la red, algunas direcciones o páginas pueden haber cambiado o no existir. El autor y la editorial sienten los inconvenientes que esto pueda acarrear a los lectores pero, no asumen ninguna responsabilidad por tales cambios.

Equipo editorial:

Paulo Cosín Fernández

Carmen Sánchez Mascaraque

Ana Peláez Sanz

© EDICIONES MORATA, S. L. (2022)

Comunidad de Andalucía, 59. Bloque 3, 3ºC

28231 Las Rozas (Madrid)

[email protected]

Derechos reservados

ISBNebook: 978-84-19287-16-8

Compuesto por: M. C. Casco Simancas

Diseño de la cubierta: Ana Peláez Sanz

Nota de la editorial

En Ediciones Morata estamos comprometidos con la innovación y tenemos el compromiso de ofrecer cada vez mayor número de títulos de nuestro catálogo en formato digital.

Consideramos fundamental ofrecerle un producto de calidad y que su experiencia de lectura sea agradable así como que el proceso de compra sea sencillo.

Por eso le pedimos que sea responsable, somos una editorial independiente que lleva desde 1920 en el sector y busca poder continuar su tarea en un futuro. Para ello dependemos de que gente como usted respete nuestros contenidos y haga un buen uso de los mismos.

Bienvenido a nuestro universo digital, ¡ayúdenos a construirlo juntos!

Si quiere hacernos alguna sugerencia o comentario, estaremos encantados de atenderle en [email protected] o por teléfono en el 91 4480926

Este libro está dedicado a todos

aquellos que han empleado gran

parte de su tiempo al fútbol y a las

personas involucradas en él, que

ayudan a transformar el mundo y

hacerlo un mejor lugar para vivir

y convivir.

Introducción

Prefacio, por Paulo AUTUORI

Prefacio, por Renê SIMÕES

Prefacio, por Adenor Leonardo BACCHI (Tite)

Sobre los autores

Resumen de los capítulos

PARTE I: LA COMPRENSIÓN DEL JUEGO DE FÚTBOL Y SUS DINÁMICAS

CAPÍTULO 1. Fútbol: Un juego de saberes tácticos

La táctica como dimensión compleja

Los caminos tomados por la táctica

El inicio del juego, el inicio de la táctica

CAPÍTULO 2. La táctica en el fútbol

Táctica y estrategia: Dos caras de la misma moneda

La lógica interna y las fases del juego de Fútbol

Esquema de Juego y Sistema de Juego

Principios Tácticos de Juego

Los Principios Tácticos y el proceso de Enseñanza y Entrenamiento

El fútbol sala como elemento importante para la comprensión táctica del juego

CAPÍTULO 3. Modelización táctica en el fútbol

Una manera para comprender y delinear el juego

Una manera de cartografiar las ideas para jugar

Compatibilizar la organización funcional del equipo y las posiciones de los jugadores

PARTE II: POTENCIAR LA CALIDAD DEL JUEGO: EL ENTRENAMIENTO Y LA EVALUACIÓN COMO PIEZAS CLAVE DEL JUEGO INTELIGENTE Y CREATIVO

CAPÍTULO 4. Periodización del entrenamiento táctico

Entrenamiento de fútbol

La importancia de la configuración del entrenamiento para jugar

Plan conceptual

Plan operacional

El contexto del entrenamiento: la sinergia deseable entre el entrenador y los jugadores que hace que el proceso de entrenamiento sea eficaz

CAPÍTULO 5. Instrumentos de evaluación del comportamiento táctico

Evaluación Táctica en el Fútbol: Características e Instrumentos

Alcance y Límites de los Instrumentos de Evaluación

Descripción de las características de las pruebas y procedimientos

CAPÍTULO 6. Contribuciones para la observación e interpretación del juego de fútbol

Aprender a ver para percibir

Del análisis a la síntesis del juego, en busca de la información relevante para entrenar bien y jugar mejor

Naturaleza y pertinencia de los procedimientos utilizados en la observación, análisis e interpretación del juego de fútbol

Sugerencias para la observación y registro de los eventos tácticos de juego en partidos de fútbol

Bibliografía

El fútbol ha demostrado ser un fenómeno de impacto social sin precedentes, ocupa un lugar destacado en la vida cotidiana de millones de seres humanos pues es un fenómeno que puede ser presenciado incluso en los lugares más remotos del planeta.

En el escenario de los partidos y entre los bastidores de la práctica y el entrenamiento, las exigencias de especialización son cada vez mayores y más refinadas, lo que justifica una mayor responsabilidad y una competencia más precisa por parte de todos los implicados.

Los jugadores juegan el partido y los entrenadores dedican su tiempo y energía a mejorar el rendimiento de los jugadores y los equipos. A su vez, los analistas de rendimiento, los fisioterapeutas, los psicólogos, los clínicos y el resto del personal se dedican a optimizar los recursos que ayudan a potenciar los niveles de rendimiento de jugadores, equipos, entrenadores y demás agentes implicados.

En este contexto, en el entrenamiento en etapas de formación y en los equipos profesionales de alto nivel, se han planteado continuamente problemas diferentes y desafiantes, en lo que respecta a la pertinencia del entrenamiento, para jugar de acuerdo con las ideas y estilos de juego que permiten la materialización de estas ideas. Por ello, las modernas metodologías de entrenamiento se ven incesantemente urgidas a incluir prácticas relacionadas con la representatividad y la especificidad de los modelos y concepciones de juego, con el fin de garantizar una transferencia significativa del rendimiento deportivo, desde el entrenamiento a la competición, y hacer que la preparación sea cada vez más consistente.

Es evidente, por tanto, que el progreso del fútbol depende, cada vez más, de la necesidad de crear y sistematizar un cuerpo de conocimientos que apoye la evolución de los entrenamientos. Por todo esto, parece pertinente estudiar el fútbol, en sus diferentes ámbitos, para ayudar a comprender los condicionantes que favorecen o dificultan el progreso de los jugadores, de los equipos y del propio juego. Al mismo tiempo, es necesario difundir los conocimientos, para poder beneficiarse de ellos.

Los autores de este libro han dedicado una parte importante de su tiempo académico, profesional y personal a este apasionante deporte de equipo y, a lo largo de los años, se han dado cuenta de que no existe una única “geografía del conocimiento” en el fútbol, al igual que no hay una única respuesta a las preguntas: ¿Cómo entrenar? ¿Cómo jugar?

Efectivamente, la riqueza del fútbol parece residir, en gran medida, en el hecho de que puede jugarse, practicarse y pensarse en plural. De ahí que no seamos partidarios de la globalización de los métodos de entrenamiento, ni de la estandarización de los estilos de juego. Por el contrario, reconocemos que las diferentes perspectivas, entrenamientos y formas de expresión de equipos y jugadores, constituyen un activo importante para que este deporte no deje de ser un arte y, como tal, permanezca muy vivo y siga despertando emociones.

Esta obra es fruto del estudio, la práctica y la reflexión de sus autores, teniendo siempre como lema el juego y el entrenamiento en el fútbol. Además, fue concebida con el propósito de difundir y compartir una forma de análisis y de evaluación del juego en el fútbol de acuerdo con determinadas lógicas y principios. A partir de una organización conceptual, se presentan varios ejercicios y se sugieren procedimientos de evaluación que pueden ser aplicados para recoger información sobre el rendimiento táctico de los jugadores y de los equipos.

Hay que decir, sin embargo, que la sistematización de concepciones y conocimientos que aquí se presenta no debe perfilarse como una prescripción. Por el contrario, se pretende constituir también una contribución que desafíe otras formas de ver y entender el fútbol.

Queremos dedicar este libro a todos los que admiten que el acto de entrenar con calidad es la condición más influyente en la mejora de los jugadores, de los equipos y en la transformación positiva del fútbol.

Escribir el prefacio de un libro de reconocidos estudiosos y investigadores del fútbol como Israel Teoldo, Júlio Garganta y José Guilherme no es una tarea fácil.

Según dice Júlio Garganta, el fútbol se juega con ideas; el buen fútbol, con buenas ideas; el mal fútbol, con malas ideas y, a veces, sin ninguna idea. Esta reflexión, por sí misma, ya nos muestra el rico contenido desarrollado por los autores a lo largo de este trabajo.

La pasión que caracteriza casi todo lo que envuelve el fútbol es algo fantástico. Todavía, cuando el tema central es el juego, la cuestión merece ser tratada con la percepción de lo complejo que es el jugar. Y es precisamente eso lo que hacen los autores. En la medida en que el trabajo propone una inmersión a la complejidad de la dimensión táctica, más atractivo se vuelve el tema. Y eso me hace recordar de Constantin Brancusi, cuando dice que “la simplicidad es la complejidad resuelta”.

Por lo tanto, la gran jugada es generar ideas que puedan desarrollar una atmosfera que facilite la creación de soluciones para un juego simple, pero sobre todo, con calidad y eficacia. Y todo desarrollado dentro de una lógica. Lógica interna del juego, lógica de comprensión. Una lógica que, sin la pretensión de ser diferenciada, así lo es. Y diferenciada porque, incluso en un universo extremamente competitivo, hay espacio e importancia para contemplar y salvaguardar, a lo largo de todo el proceso, las vertientes social, antropológica y filosófica, tan fundamentales cuando se trata de manejar personas.

Es diferente también porque, proponiendo “el juego/entrenamiento de regreso a los jugadores”, implícitamente, no deja de considerar la importancia de los juegos de fútbol practicados en espacios públicos, como calles, terrenos baldíos, playas, etc. En este aspecto, una de las principales ideas se refiere a la libertad propia de estas prácticas lúdicas, donde es permitido que los practicantes se asuman como “los verdaderos propietarios del juego”, no solamente imitando a sus ídolos, en el intento de repetir sus expresiones corporales y gestuales, sino sobre todo dentro de un escenario de inagotable creatividad.

En este ambiente, niños y jóvenes aprendían a jugar jugando, captaban el espíritu del juego y actuaban en todas las funciones posibles, desarrollando así sus habilidades motoras, sus capacidades de coordinación, así como los aspectos cognitivos, perceptivos, de atención y de tomas de decisión. Todo eso se traduce en un “conocimiento específico del juego”, manifestado de manera natural, espontánea, lúdica y creativa, convirtiéndose en cautivadora y resultando en la dicha pasión por el “juego del balón”.

En un contexto actual, este libro está escrito con mucha sensibilidad y con una visión global, en él se siente el juego, y sus autores consiguen transmitir un saber profundo desde el desarrollo de las competencias necesarias a su práctica.

Basados en un pensamiento sistémico, muestran que un equipo es algo diferente de sus jugadores, que dejan de ser partes solas para formar una unidad con los otros y así adquirir una nueva expresión.

Potenciando el entrenamiento y las maneras diferenciadas de evaluar, Israel Teoldo, Júlio Garganta y José Guilherme proponen una nueva manera de preparar adecuadamente a los jugadores y, principalmente, al equipo, a la razón del juego en sí.

A través de las interacciones permeadas por intenciones (comportamientos), jugadores y equipo son capaces de materializar las ideas propuestas inicialmente. Así, se tornan capacitados por el amplio repertorio adquirido y aplicado de manera sistematizada en las sesiones de entrenamiento. Además, son estimulados a reflexionar sobre lo que hacer en los diferentes momentos o fases del juego, permitiendo que, en determinados contextos, tomen decisiones más adecuadas a las diferentes exigencias y de la manera más eficaz posible. Así, se comprende que “el entrenamiento es el que hace el juego el cual justifica o valida el entrenamiento” (J. Garganta).

Bien, estos son algunos de los ingredientes que el querido lector encontrará en este importante trabajo sobre la pedagogía del fútbol, escrito por tres de los mayores exponentes en esta área del conocimiento, y que ciertamente lo hará reflexionar críticamente sobre varios aspectos de la enseñanza del fútbol, confrontando metodologías tradicionales con las actuales.

¡Buena lectura!

Escribir el prefacio de un libro con tantos contenidos teóricos que fueron testados sobre el fútbol es algo muy gratificante y al mismo tiempo extraño para mí. Esto se debe a que después de cuarenta años de profesión en Brasil y en todo el mundo, aún me etiquetan, de manera peyorativa, como entrenador teórico. Todo eso porque valoro un fútbol en el que el jugador no solamente juegue el juego, si no que también lo lea, piense y tenga ideas.

Siempre he creído que nuestra manera (brasileña) de mirar y comprender el juego era muy subjetiva, solo tenía que mirar y analizar las jugadas de cada jugador y teníamos todos los indicadores que necesitábamos para comprender el rendimiento del equipo.

Nos acostumbramos a pensar que un equipo es la suma de rendimientos individuales y de sectores que se agregan como un todo. Conseguimos llegar donde llegamos, entrenando la técnica de nuestros jugadores que, por su exuberancia y genialidad, nos hicieron cinco veces campeones del mundo.

Todavía hoy empezamos a percibir que el camino para volver a las victorias y a los títulos mundiales pasa por una adecuación muy precisa como la que este libro nos plantea con tanta propiedad.

El nuevo fútbol en contraste con el fútbol hace tres décadas nos muestra que ya no podemos “jugar” sin alguno de los once jugadores del equipo, en los diferentes momentos del juego: ataque, defensa y transiciones ofensivas y defensivas. Y eso no se refiere a tener un jugador expulsado, sino un jugador que está en la cancha y no realiza acciones colectivas para alcanzar el objetivo.

En este contexto, los autores, doctores en sus actividades, nos muestran QUE NO ES SUFICIENTE JUGAR EL JUEGO, eso todos los hacen, QUE NO ES SUFICIENTE SABER LO QUE HAY QUE HACER EN EL JUEGO, eso muchos lo hacen, sino que sobre todo, lo que es preciso saber es EL PARAQUÉ de cada detalle de este complejo sistema, que tiene varios juegos dentro de un juego (jugar en casa o fuera, inicio o final del partido, inicio o término de la competición, empezar ganando o perdiendo, entre otros).

Así, este libro nos permite adentrar el mundo de la objetividad del fútbol, posibilitando que tengamos herramientas que nos facilite trabajar con nuestro objetivo SMART de manera precisa, sin que, obligatoriamente, se pierda la belleza del juego bonito.

Las herramientas didácticas y de evaluación aquí presentes posibilitan la anticipación de escenarios y en vista del contenido presentado hacen que este sea un libro de cabecera de los entrenadores que desean convertirse en vencedores en esta profesión tan difícil y cruel, y no menos honorable y hermosa.

¡¡¡Buena lectura!!!

Mi pensamiento sobre el fútbol y los conceptos que trabajo sobre el juego traen ideas para un juego que prioriza la sincronización de todos los aspectos tácticos hasta la excelencia técnica de los jugadores. Los conceptos que trabajo con mis jugadores pasan por la buena definición de sus posiciones y función durante el juego y envuelven, entre otros aspectos, la posesión calificada del balón, las triangulaciones especialmente en profundidad, la marcación agresiva, y la velocidad de las acciones en transición de juego.

Creo que para desarrollar estos conceptos y maximizar la calidad deportiva de un equipo debemos prepararnos para, inteligentemente, conseguir extraer el potencial máximo de nuestros jugadores en las diferentes componentes del juego (física, técnica, táctica y emocional).

Para cumplir con eso este libro llega en un buen momento y con una importante misión: ayudar los entrenadores y profesionales del fútbol, en general, a agregar conocimientos para que podamos fundamentalmente capacitarnos para presentar cada vez más trabajos que califiquen nuestro juego.

Sus autores nos alertan de la interrelación entre los conceptos de táctica y estrategia, desarrollo de la táctica a través del modelo y de los principios de juego, la creación y ocupación de espacios, el posicionamiento y los movimientos de los jugadores, que considero conceptos fundamentales para cuando nos preparamos para jugar un partido. Haciendo esta preparación, creamos una estrategia, anticipamos posibles situaciones, buscamos dar a los atletas y al equipo opciones de movimientos ofensivos y posicionamientos defensivos que posibilitarán alcanzar nuestros objetivos. Una buena y fundamentada preparación nos permite, a lo largo del partido, reafirmar o, si necesario, repensar la estrategia inicial, pues el juego habla y nos muestra otros caminos, lo que implica que, eventualmente, utilicemos el plan B, alternativas tácticas que también fueron trabajadas en el pre-partido.

En uno de los capítulos de este libro se destaca la Modelación Táctica que es la manifestación de lo que planeamos y comprendemos del juego y como interpretamos su esencia. Para que un fútbol sea jugado con ideas, la modelación del entrenamiento y del juego debe proporcionar a los atletas las condiciones para que piense y realicen propuestas de juego. A través de esta organización podemos calificar sus tomas de decisión y tener jugadores más activos que reactivos al juego. Lo digo, porque a mí me gusta más ver jugadores y equipos que no presenten sistemáticamente un juego reactivo.

Para verificar si los jugadores comprenden los conceptos que les transmito busco sistemáticamente herramientas para evaluar, operativizar y direccionar el entrenamiento en función de la manera en la que pienso el fútbol y cómo me gusta ver mis equipos en la cancha. Soy defensor de equipos que tengan jugadores creativos, con buena calidad técnica (buen dominio, buen pase, etc.) con buena lectura del juego, intensos, veloces, dinámicos, competitivos y solidarios… Por supuesto, sé que todas estas cualidades son difíciles de encontrar en un mismo equipo, pero cuantas más de estas cualidades tenga mi equipo, más cerca de la excelencia en rendimiento y, consecuentemente, de las victorias, estaremos.

En particular, 2014 fue un año de cualificación profesional. Reservé en mi vida personal y profesional un tiempo para observar in situ los partidos del Bayern Munich, Barcelona, Real Madrid, Arsenal, Manchester City, Atlético de Madrid, entre otros equipos, y seguir partidos decisivos como las finales de Champions League y de la Copa Libertadores. Tuve la oportunidad de interactuar con profesionales de alto nivel como Carlos Bianchi y Carlo Ancelotti y tener varias conversaciones interesantes, con las que pude revisar y confirmar mis conceptos de fútbol. Aproveché este tiempo para también leer y estudiar los principios tácticos (Generales, Operacionales, Fundamentales, Específicos) y las maneras de aplicarlos a la metodología de entrenamiento que adopto para permitir que mi equipo actúe como proponente del juego. A través del conocimiento adquirido he podido pensar en entrenamientos nuevos y motivadores que pueden, entre otras cosas, ayudar el posicionamiento de los jugadores en la cancha en varias situaciones como: coberturas defensivas y ofensivas, creación de jugadas ensayadas en los balones parados ofensivos, posicionamiento y movimientos de defensores en balones parados, organización intra- e interlíneas del equipo, movimientos “agresivos” y “veloces” en las transiciones de juego, como en el “pierde-presiona”, contraataque, entre otros.

Así, dada la creciente importancia de la componente táctica para el juego de calidad —y hemos podido constatar de cerca esta importancia en los juegos del Mundial en Brasil— este excelente libro del trío de profesores Israel Teoldo, Guilherme Oliveira y Júlio Garganta trae ideas que permiten iluminar el fútbol y, como promotores directos de este espectáculo, creo que nosotros todos debemos aprovechar esta luz. Por lo tanto, espero que usted, lector, pueda aprovechar esta lectura. ¡Yo y mis compañeros de la Comisión Técnica ya estamos aprovechando!

Buena Lectura.

Israel TEOLDO

Universidade Federal de Viçosa

Centro de Investigación y Estudios en Fútbol (NUPEF)

[email protected]

Doctor en Ciencias del Deporte por la Facultad de Deporte de la Universidad del Oporto (2010), profundizando en la evaluación del comportamiento táctico. Posdoctorado en Ciencias del Deporte por la Brunel University London (2015), centrado en la evaluación de la toma de decisión. Actualmente, es Profesor de Fútbol del Departamento de Educación Física de la Universidade Federal de Viçosa y Coordinador del Curso de Posgrado Lato Sensu en Fútbol (http://www.ufv.br/des/futebol/) y del Centro de Investigación y Estudios en Fútbol (http://www.nucleofutebol.ufv.br/espanol). Su línea de investigación es la Cognición y Táctica aplicada al Fútbol en los programas de posgrado Lato Sensu y Stricto Sensu. Es autor y coautor de varios trabajos publicados en revistas y libros, de circulación nacional e internacional. Miembro del consejo editorial de revistas científicas en Brasil y en el extranjero. Profesor de las licencias A y C de formación de entrenadores de la CBF, desde 2005, e instructor en los cursos de formación de FIFA y de las Licencias de Entrenadores de la CONMEBOL. Trabaja como consultor del Cuaderno de Directrices Metodológicas del Fútbol Brasileño, con la Dirección de Desarrollo de la CBF y es también consultor de varios clubes de fútbol en Brasil y Europa, especializado en la formación de jugadores inteligentes y creativos para el juego.

José GUILHERME

Facultad del Deporte de la Universidad de Oporto (FADEUP), Portugal

Centro de Investigación, Formación, Innovación e Intervención en Deportes (CIFI2D)

[email protected]

Doctor en Ciencias del Deporte y profesor de la Facultad de Deportes de la Universidad de Oporto. Coordinador del Gabinete de Fútbol de la FADEUP y miembro del Centro de Investigación, Formación, Innovación e Intervención en Deportes y del Centro de Estudios de los Juegos Deportivos. Formador de los cursos de entrenador de fútbol de los diferentes niveles. También es formador en cursos internacionales organizados por federaciones, universidades y clubes. Es entrenador de fútbol con el curso UEFA PRO. Fue entrenador de las categorías de formación del SC Espinho (1991-1993) y del FC Porto (1998-2008 e 2011-2013), de la Académica de Coimbra (2010-2011), del FC Porto B (2014), del Departamento de Formación de la Federación Portuguesa del Fútbol de los Sub-16, Sub-17, Sub-18 y Sub-20 (2015-2021) y entrenador adjunto de la Selección Nacional Portuguesa (2008-2010), participando en el Mundial de Sudáfrica 2010. Actualmente es Director Técnico Nacional Adjunto de la Federación Portuguesa del Fútbol.

Júlio GARGANTA

Facultad del Deporte de la Universidad de Oporto (FADEUP), Portugal

Centro de Investigación, Formación, Innovación e Intervención en Deporte (CIFI2D)

[email protected]

Es doctor en Ciencias del Deporte y profesor de la Facultad del Deporte de la Universidad de Oporto (FADEUP), donde coordina el Gabinete de Fútbol desde hace más de 25 años. Es miembro de la Comisión Científica del Doctorado en Ciencias del Deporte de la FADEUP, y es parte del Comité de Seguimiento de la Unidad de Salud y Rendimiento de Football School, de la Federación Portuguesa de Fútbol. Dirigió varias tesis de maestría y de doctorado y es autor de diversos trabajos publicados en periódicos, revistas y libros, además de integrar el cuerpo editorial de periódicos científicos y técnicos, en Portugal y en el extranjero. En las últimas tres décadas ha impartido cursos de formación de profesores y entrenadores en Europa, África, Asia y América del Sur. Ha sido colaborador del FC Porto y del Sporting CP, en el ámbito de la observación e interpretación del juego de Fútbol. Ha realizado funciones idénticas en la Selección Nacional AA de Portugal, con presencia en las fases finales de la Eurocopa 2012, en Polonia/Ucrania, y en el Mundial de Brasil 2014.

Capítulo 1: Fútbol: Un juego de saberes tácticos

En el primer capítulo, se destacará la importancia de la dimensión táctica para el juego en el fútbol desde la perspectiva en la que esta dimensión está directamente relacionada con la construcción de la identidad de los equipos, siendo fundamental en el plan operativo del proceso de formación. También se presentarán evidencias de cómo ha sido la evolución táctica en el juego del fútbol, considerando para ello el período que se refiere desde la aparición del juego, hasta las más modernas propuestas de organización del fútbol actual. Finalmente, en este capítulo, se contextualizarán los nombres de algunos de los principales responsables del desarrollo y la evolución de la dimensión táctica en el mundo del fútbol, destacando algunas informaciones que demuestran cómo fueron capaces, a partir de esta dimensión, de “cambiar” el juego del fútbol.

Capítulo 2: La táctica en el fútbol

En el segundo capítulo, se presentarán las principales definiciones y conceptos relacionados con la dimensión táctica del fútbol. Encontraremos una sistematización que permitirá la comprensión de estos conceptos de forma más clara y con posibilidades directas de transferencia a la práctica. Destacaremos los siguientes conceptos: táctica; estrategia; sistemas tácticos y esquemas tácticos. Además, veremos de forma detallada y sistematizada los principios tácticos del juego en el fútbol, a saber: Principios generales, operacionales, fundamentales y específicos. En el último tema del capítulo, se destacarán los aspectos relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje de los principios tácticos, explicando la importancia de los espacios y su impacto en la comprensión del juego, a la vez que la relación de los contenidos tácticos con los diferentes grupos de edad.

Capítulo 3: Modelización táctica en el fútbol

En este capítulo explicamos en detalle la importancia de la modelación táctica del juego en el fútbol para orientar y sistematizar el proceso de formación y adquisición de las habilidades tácticas a la hora de resolver problemas en el juego. También se presentarán algunas estrategias que pueden utilizarse para comprender mejor el juego y se destacarán algunas de las principales formas de mapear las ideas para un juego de calidad. Por último, encontraremos evidencias e informaciones importantes que permiten comprender la forma adecuada de estructurar la organización funcional de los equipos, respetando las características de los jugadores y sus respectivos roles posicionales.

Capítulo 4: Periodización del entrenamiento táctico

Presentamos aquí información sobre la periodización del entrenamiento táctico en el fútbol, destacando su relación con la comprensión de la lógica espacio-temporal para la construcción de una forma de juego. También se abordará una breve contextualización sobre el origen de la periodización táctica, así como la evolución de las formas de entrenar/periodizar el entrenamiento en el fútbol desde los modelos más tradicionales hasta los más modernos. Además, en este capítulo se destacará la importancia de la configuración/organización del entrenamiento para obtener la forma de juego deseada. Por último, se presentará en detalle cómo se desarrollaron las estructuras conceptuales y el plan operativo de la periodización táctica.

Capítulo 5: Instrumentos de Evaluación del Comportamiento Táctico

En el quinto capítulo veremos los principales instrumentos de evaluación del comportamiento táctico en el fútbol. La evaluación de esta dimensión es extremadamente importante ya que, solo con información sobre las limitaciones y el potencial de los jugadores, será posible calificar el proceso de entrenamiento. Teniendo en cuenta esto, este capítulo destacará varias pruebas que pueden ser utilizadas para evaluar a los jugadores de fútbol y que pueden ser aplicadas en diferentes contextos, como por ejemplo, en el laboratorio o en el campo de juego. También se responderán algunas posibles preguntas sobre la aplicación, el alcance y la limitación de estas pruebas e instrumentos de evaluación, así como el contexto en el que se puede utilizar adecuadamente cada uno de ellos.

Capítulo 6: Contribuciones para la observación

e interpretación del juego de fútbol

En el último capítulo, haremos énfasis en las importantes contribuciones de los autores sobre la observación e interpretación del juego en el fútbol. Inicialmente, en este capítulo se destacarán algunas reflexiones sobre las necesidades de aprender a ver el juego de una manera mas profunda y menos superficialmente. Posteriormente, se discutirá la necesidad de buscar en el proceso de observación del juego la información que es relevante, y que tiene impacto en la mejora del entrenamiento y del propio juego. Además, en este capítulo se explicará la naturaleza y relevancia de los procesos de análisis/observación/interpretación del juego, como la observación del juego caso por caso y sistemática, el enfoque cualitativo y cuantitativo, y la comparación entre las perspectivas elementales y complejas utilizadas en el análisis del rendimiento. Por último, se presentarán sugerencias prácticas para mejorar los procesos de observación y registro de los acontecimientos tácticos del juego en los partidos de fútbol.

La táctica como dimensión compleja

A lo largo de los años, el juego de fútbol ha sido analizado bajo diferentes perspectivas que surgen en función de la utilización de distintos paradigmas que parte de la comunidad científica empezó a adoptar en la lectura y a comprender la realidad de los fenómenos por ella generados y creados (Capra, 1996; Morin, 1991).

Durante los últimos siglos, la evolución de los saberes y de los conocimientos se fundamentó en paradigmas que separaban los fenómenos u objetos de estudio, para de una manera más simple, comprenderlos (Morin, 1991). Estos enfoques permitieron percibir que la complejidad de algunos fenómenos y áreas no se podrían estudiar bajo esta perspectiva, es decir, no se podrían simplificar; tenían que ser estudiadas dentro de la complejidad que les es inherente, de lo contrario dejarían de existir. En el intento de resolver este problema, a partir de la década de los sesenta, de una manera más consistente, surgieron nuevas ciencias, teorías y metodologías de investigación, que intentarán percibir los fenómenos dentro de su naturaleza compleja (Benkirane, 2002; Capra, 1996; Morin, 1991; Stacey, 1995).

El intento de comprensión y entendimiento del juego de fútbol también está pasando por esta dicotomía de paradigmas. Si por un lado se observa una separación del juego en cuatro dimensiones: la táctica, la técnica, la física y la psicológica, por otro, surgen nuevos enfoques que eligen el juego como una creación entera y compleja, en que cualquier intento de división es considerado mutilador de su esencia. Si en el primer enfoque se estudian estas diferentes dimensiones hasta el más ínfimo detalle, en la segunda, el estudio de la totalidad, de la dimensión o de la particularidad son inseparables de la complejidad que le es intrínseca.

Ante estos diferentes enfoques, elaborados con el objetivo de percibir y actuar de manera eficaz y eficiente en el juego y, consecuentemente, en el entrenamiento que lo crea, entendemos que el concepto de táctica en el fútbol se debe también equiparar a la luz de la complejidad correspondiente.

En este contexto, si las definiciones de táctica de los diferentes autores (Garganta y Oliveira, 1996; Gréhaigne, 1992; Mahlo, 1974; Teodorescu, 1984) nos remiten a los comportamientos que el jugador y/o el equipo realizan para resolver correctamente los problemas sistemáticamente presentados por el juego en el plan de la ocupación del terreno, tiene sentido afirmar que el concepto de táctica puede ser concebido como la gestión (posición y desplazamiento/movimientos) del espacio de juego por los jugadores y equipos.

Este concepto presentado así trata pues de lo que se puede observar en lo que se refiere al comportamiento de los jugadores/equipo dentro de la cancha. Para llevar a cabo una adecuada gestión del espacio del juego, el jugador necesita ser consciente y estar bien (in)formado sobre las posibilidades del espacio que existen en el juego, concretamente en tres importantes niveles de interacción, siendo el macro los espacios fijos y dinámicos que abarcan todo el nivel colectivo (táctica colectiva); el meso, que es la primera línea de oposición y la primera línea de apoyo a nivel de grupo (táctica de grupo), especialmente en el centro del juego; y el micro, que son los espacios entre el jugador y el balón (i), entre el portador del balón y el jugador de marcaje (ii), detrás del jugador de marcaje (iii), detrás del portador del balón (iv) (táctica individual). Por lo tanto, enfatizamos que se trata de una forma simples de concebir la táctica, porque subyacente a cada posición y desplazamiento/movimiento hay un proceso complejo que implica múltiples aspectos de la cognición del (de los) jugador(es), entre ellos la percepción (central y periférica), el procesamiento de la información, la atención/concentración, la memoria (central y periférica) y el conocimiento (procedimental y declarativo) que subsidian una toma de decisión más creativa y/o inteligente de los jugadores y del equipo para llevar a la solución de los problemas que el juego plantea.

Esta comprensión de táctica promueve esta dimensión a un proceso emergente (Frade, 1990; Laughlin, 2008), resultante de la interacción de un conjunto de factores, ideas y conocimientos específicos (Guilherme, 2004; Mahlo, 1974) entre los diferentes actores de un equipo: jugadores, entrenadores y el contexto (Guilherme, 2004). De esa forma, la dimensión táctica de un equipo de fútbol debe considerarse como una construcción singular que se caracteriza por su complejidad y dinámica no lineal y espiral. En síntesis, se trata de un contexto cultural específico creado por la interacción de sus diferentes agentes, que con el paso del tiempo permite la emergencia de una identidad colectiva.

Esta noción de construcción singular de la dimensión táctica, en que cada equipo presenta la suya de una forma sui generis, contrasta con la noción abstracta con que frecuentemente se presenta. Por lo tanto, cuando hablamos de la dimensión táctica de un equipo no estamos hablando de un concepto general, sino de un concepto específico que contextualiza, da sentido y consistencia a todas las otras dimensiones.

En este caso, según Gibson (1979), la especificidad se refiere a un concepto calificador de una relación de interacción de variables. Estas variables representan la información específica de un determinado contexto (Laughlin, 2008). Como tal, las variables solamente son consideradas específicas si las relaciones informacionales entre ellas mantienen una relación de dependencia (Beek, Jacobs, Daffertshofer, y Huys, 2003). Así, la dimensión táctica asume en cada equipo, un cuerpo diferenciado, con su propia identidad y particularidades, que emerge de la relación de complicidad con las otras dimensiones. Estas dimensiones también presentan características peculiares, afectadas por el contexto informacional específico generado por sus respectivas interacciones.

Como resultado de estas propiedades, las dimensiones técnica, física o psicológica dejan de tener sentido sin la dimensión táctica para contextualizarlas, así como la dimensión táctica no se puede exprimir si alguna de las otras no está presente. Con esta afirmación no se pretende transmitir la idea de que la dimensión táctica es más importante que las otras, sino destacar que asume el rol de generador, catalizador y coordinador informacional específico de cada equipo.

Como se ha mencionado, esta comprensión de la táctica remite a la interacción de distintas variables: las ideas y los conocimientos específicos de los diferentes actores.

Las ideas están relacionadas con la dirección que damos de la forma de resolución de los problemas. Normalmente, los entrenadores tienen ideas sobre el tipo de juego que desean para su equipo. Saben lo que desean en los diferentes momentos de juego, saben lo que quieren cuando el equipo se encuentra en organización ofensiva, organización defensiva o en las respectivas transiciones (defensa-ataque y ataque-defensa). Son estas ideas las que se transmiten a los jugadores por medio del entrenamiento, proceso de incorporación al juego (Maciel, 2011), que direccionan los caminos que los equipos y respectivos jugadores deben seguir. Las ideas del entrenador funcionan como un faro que orienta el camino a seguir. Por lo tanto, el juego creado está directamente relacionado con las ideas que el entrenador transmite.

Los conocimientos específicos de los jugadores están relacionados con la interacción entre su conocimiento táctico específico y sus conocimientos específicos relacionados con las habilidades motoras específicas (Guilherme, 2004). El conocimiento táctico específico nos conduce al conocimiento que el jugador tiene que le permite jugar, eligiendo las opciones que le parezcan más adecuadas ante las diferentes situaciones. Es un conocimiento que está relacionado con los conocimientos declarativos y procedimental. Por su parte, el conocimiento específico relacionado con las habilidades motoras específicas se puede considerar como el saber y las competencias que el jugador presenta que le permite ejecutar las decisiones tomadas, es decir, es la habilidad que garantiza la viabilidad de la acción pretendida para hacer operativa la decisión tomada. Este tipo de conocimiento es fundamentalmente procedimental (Guilherme, 2004).

Cuando las dos variables anteriores, las ideas de juego de los entrenadores y los conocimientos específicos de los jugadores interactúan entre sí, el producto final es un proyecto colectivo de juego dinámico, simultáneo y, paradójicamente, previsible e imprevisible.

La previsibilidad emerge de las ideas de juego que el entrenador transmite y están estructuradas en un plan macro. La imprevisibilidad surge de la interpretación e interacción que los diferentes jugadores, con sus conocimientos, percepciones y particularidades, hacen con estas ideas y, por su parte, están estructuradas en el plan micro.

Hagamos una analogía para comprender esta idea. Supongamos que las ideas de juego que el entrenador desea transmitir son representadas por el color azul. Cuando transmite la idea de este color, los jugadores la interpretarán y cada uno va a reconocer este azul de una manera propia según sus experiencias, características, capacidades, limitaciones, gustos, emociones. A partir de la existencia de estos diferentes azules que los jugadores manifiestan, el resultado de la tonalidad azul que emerge es imprevisible.

Con esta analogía que acabamos de presentar, pretendemos demonstrar que la previsibilidad es la constatación que la interacción de las ideas del entrenador y de los conocimientos específicos de los jugadores serán representados por el color azul, y no por la roja, verde o amarilla. Todavía, la tonalidad del azul que resultará de toda la interacción no se sabe con precisión cual es. Esta es la imprevisibilidad, la tonalidad del azul, del plan macro, y las diferentes tonalidades de los jugadores, en el plan micro.

La combinación de las ideas de los entrenadores, de las respectivas interpretaciones por los jugadores y de la consecuente recreación de estas ideas, a través del proceso de entrenamiento, es lo que permite que el (los) jugador(es) busque(n) permanentemente nuevos caminos colectivos e individuales.

Es este punto, pretendemos destacar que la táctica es una dimensión compleja que está relacionada con la identidad del equipo, pero también con el proceso operacional de la construcción de esta identidad. En el punto siguiente, vamos a intentar percibir la evolución táctica que el juego y el jugador tuvieron a lo largo de los tiempos.

Los caminos tomados por la táctica

Desde su origen, hasta nuestros días, el fútbol ha atravesado por diferentes fases, que se caracterizaran por manifestaciones de juego también distintas (Guilherme, 2004). Estas fases permiten percibir la evolución del juego, del jugador y, simultáneamente, del concepto de táctica.

Así como mencionamos en el punto anterior, actualmente la definición de táctica nos remite a los comportamientos que el jugador y/o el equipo asumen para resolver los problemas del juego. También se ha observado que los patrones de estos comportamientos emergen de la interacción entre varios planos, a saber, las ideas de los entrenadores y los conocimientos específicos de los jugadores. Por lo tanto, comprendemos la táctica como un concepto del cual emerge un contexto informacional propio, específico, que se va construyendo y recreando de forma espiral a medida que sus actores interaccionan en los entrenamientos y juegos.

Como consecuencia de ello, somos conscientes de que el inicio de la táctica, en el juego de fútbol, está ya en el origen del propio juego, sin embargo, encontramos en la actualidad diferentes matices.

El inicio del juego, el inicio de la táctica

La emancipación del fútbol como juego surge en su institucionalización, a través de la Football Association, en el año de 1863, en Inglaterra. Todavía, su práctica como modalidad reconocida, empezó en los primeros años de este siglo (Enciclopedia Mundial de Fútbol, s/d).

Las primeras reglas conocidas remiten a 1815, propuestas por la Universidad de Eton. Sin embargo, solamente en 1848, en Cambridge, en un encuentro entre las universidades de mayor prestigio de la época, se crearon las primeras reglas uniformizadas, en gran medida muy influenciadas por el rugby (Enciclopedia Mundial de Futebol, s/d; Sebastián, 1996). Las particularidades que presentaban, como por ejemplo, la prohibición de un pase a un compañero más adelante, considerado en fuera de juego, condicionaba la progresión en la cancha del equipo y de los respectivos jugadores, determinando las características del juego y del jugador de esta época (Castelo, 1996). La manera que se encontró para superar este problema fue la progresión a través de acciones individuales. El poseedor del balón avanzaba intentando regatear a todos los oponentes que surgían, y finalizaba, si podía. En el caso de que alguno de los adversarios le quitase el balón, este intentaría ejecutar las mismas acciones de progresión y regate. Los compañeros del poseedor del balón se preocupaban de acompañarle con el objetivo de, si lo perdía, de recuperarlo y comenzar una nueva acción de penetración driblando. Los jugadores del equipo adversario intentaban impedir esta progresión y cuando recuperaban el balón intentaban avanzar. Debido a que el juego manifiesta estas características, a esta fase del fútbol se denominó época de los dribladores (Castelo, 1996). La disposición de los jugadores en el campo utilizada por entonces consistía en: un portero, un defensa y nueve delanteros (1-1-9) (Figura 1.1). Esta solución transformó el juego en un conjunto de acciones individuales con poco sentido colectivo.

Figura 1.1. Representación de la disposición de los jugadores en el campo: (1-1-9) 1 portero, 1 defensa y 9 delanteros.

Fuente: Guilherme (2004).

Con la creación de la Football Association, en 1863, se intentó emancipar, definitivamente, el fútbol del rugby. Este esfuerzo permitió que, en 1866, se introdujera modificaciones en las reglas, que fueron determinantes en la evolución del camino que se ha seguido desde entonces.

La modificación más relevante, entre muchas, ha sido la transformación de la regla del fuera de juego. Se consideraba fuera de juego solamente un jugador que recibía el balón sin tener por lo menos tres adversarios entre sí y la línea de fondo del oponente. Esta modificación de la regla posibilitó los pases hacia delante, lo que hizo que el fútbol se transformara, progresivamente, de un juego de manifestaciones fundamentalmente individuales a colectivas (Gréhaigne, 1992).

Con la finalidad de crear nuevas soluciones a las posibilidades y características que el juego empezó a tener, las disposiciones de los jugadores se alteraron. Se observó una disminución del número de delanteros y un aumento del número de jugadores con tareas defensivas y de organización del juego, es decir, las preocupaciones pasaron, gradualmente, por crear un menor desequilibrio entre el número de jugadores en la defensa y en el ataque (Figura 1.2) (Castelo, 1996).

Figura 1.2. Representación de las diferentes disposiciones de los jugadores en el campo: (1-1-1-8) 1 portero, 1 defensa, 2 mediocampistas y 8 delanteros; (1-1-2-7) 1 portero, 1 defensa, 2 mediocampistas y 7 delanteros; (1-2-2-6) 1 portero, 2 defensas, 2 mediocampistas y 6 delanteros.

Fuente: Guilherme (2004).

Estas modificaciones fueron progresivas, durante unos veinte años, hasta que, en 1884, corolario de la evolución que había sido constatada, surge el que fue considerado el primer sistema de fútbol, el “Sistema Clásico” o “Pirámide” (Figura 1.3). Este sistema se organizaba con los jugadores dispuestos en: 1 portero, 2 defensas, 3 mediocampistas y 5 delanteros (1-2-3-5). Fue considerado el primer sistema del fútbol en virtud de valorar, por la primera vez, los tres sectores del equipo: la defensa, el mediocampo y el ataque y, consecuentemente, permitir algún equilibrio entre las acciones ofensivas y defensivas (Castelo, 1996; Mendes, 1979).

Figura 1.3. Representación del “Sistema Clásico” la “Pirámide”: (1-2-3-5) 1 portero, 2 defensas, 3 mediocampistas y 5 delanteros.

Fuente: Guilherme (2004).

En comparación con el fútbol practicado en las décadas anteriores, el sentido del juego había sido definitivamente modificado. El juego dejó de ser un conjunto de acciones individuales de progresión con regates, y se tornó un juego más colectivo, en virtud de la posibilidad generalizada por el pase.

Esta fase de adaptación y evolución hasta un juego con características diferentes, más colectivo, persistió durante unos cincuenta años. En 1925, el cambio en la regla del fuera de juego, que disminuyó de tres a dos los jugadores adversarios que el atacante podría tener entre sí y la línea de fondo del adversario al recibir el balón, hizo que el juego evolucionara considerablemente. Desde entonces las puertas para el desarrollo de la táctica también se abrieron porque las ideas para la resolución de los problemas del juego se diversificaron. Como ejemplo de los cambios que han sido observados en la época, los defensas que anteriormente jugaban en proyección (uno delante y otro detrás) pasaron a jugar en línea para beneficiarse de la regla del fuera de juego. Los jugadores avanzados por las laterales, conocidos como extremos, avanzaron para jugar cerca de la línea de los defensas. Con esto surgió el “W” de sistemas marcaron época y han tenido mucho éxito desde la década de 1930.

Esta década, por su parte, fue considerada muy rica, porque surgieron tres entrenadores, de países distintos, que revolucionaron las características del fútbol de entonces e influenciaron las generaciones siguientes. En Inglaterra apareció Herbert Chapman; en Italia, Vittorio Pozzo; y en Austria, Hugo Meisl.

Herbert Chapman, entrenador del Arsenal, creó un nuevo “sistema” de juego, denominado de “WM”, en 1932 (Figura 1.4). Este “sistema” fue revolucionario porque proporcionaba, por primera vez, un equilibrio numérico entre defensas y delanteros y, consecuentemente, surge la defensa individual como preocupación colectiva (Sebastián, 1996). Si proyectamos las letras de este sistema entre los equipos, verificamos que el W (ataque) proyectado en el M (defensa) propicia el encaje exacto de la marcación para cada jugador; el defensa central con el delantero, los laterales con los dos mediocampistas y los enganches con los volantes. Además, este sistema permitía una ocupación equilibrada, para la época, de todos los espacios de juego: defensa, mediocampo y ataque. Estas características posicionales hacían emerger un juego más colectivo en comparación con el hasta entonces practicado, y fue a partir de ese momento cuando la dimensión táctica del juego pasó a ser reconocida en las características y calidades que el juego presentaba (Guilherme, 2004).

Figura 1.4. Representación del “Sistema WM”, de Herbert Chapman.

Fuente: Guilherme (2004).

El “sistema WM”, también conocido como “cuadrado mágico”, debido al posicionamiento, en cuadrado, de los cuatro jugadores de mediocampo, fue preponderante en la evolución de las características del juego y del jugador. Del juego, porque pasó a desarrollar un sentido más colectivo (Castelo, 1996); del jugador porque pasó a ser parte integrante de un conjunto con funciones y objetivos previamente determinados, no siendo el resultado final la suma de las funciones de todos los jugadores, sino de las relaciones que asumían. Por primera vez, surgió una idea de equipo instituido, tanto colectiva como individualmente (Guilherme, 2004).

Vittorio Pozzo, entrenador de la selección italiana que se coronó campeona del mundo en 1934 y 1938, y también ganó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Berlín, en 1936. Pozzo fue un entrenador muy importante en este momento, en virtud de los títulos conquistados y de sus ideas de juego. Sus ideas se basaban en el juego sin balón y en la preparación que exigía que el equipo tuviera. Pretendía que el equipo presentara una organización defensiva muy rigorosa y segura con el objetivo de ganar la posesión del balón y salir al contraataque, con un juego rápido y en profundidad. Fue el precursor del contraataque y de los cambios de posiciones de los delanteros. El “sistema” de juego que presentaba era el “WW” (Figura 1.5), una adaptación del “sistema clásico”, cinco defensas, dos mediocampistas y tres delanteros. En cuanto al nivel de la preparación del equipo, influenciado por el régimen militar que involucraba el país entonces, imponía una preparación física y psicológica muy exigente y rigorosa, porque entendía que ese era el camino para alcanzar el éxito (Sebastián, 1996).

Figura 1.5. Representación del “Sistema WW”, de Vittorio Pozzo.

Fuente: Guilherme (2004).

Hugo Meisl, entrenador de la selección austríaca, creador del “Wunderteam” maravilló a toda la Europa, entre el 1931 y el 1935, con la calidad de su fútbol. Meisl unió a la reconocida calidad técnica de los jugadores austríacos las nuevas ideas de juego que fueron revolucionarias en ese momento y que inspiraron a las siguientes generaciones. En términos defensivos fue el primer equipo en considerar a los adversarios de manera colectiva. No eran solamente los jugadores con tareas defensivas los que lo hacían, sino también los que tenían funciones ofensivas, haciendo surgir la idea de organización defensiva colectiva y de pressing. Ofensivamente, pretendía una gran movilidad de todos los jugadores; requería que los jugadores cambiaran constantemente sus posiciones con el objetivo de crear más problemas a los adversarios e igualmente, solicitaba que los jugadores con tareas defensivas se involucrasen en tareas ofensivas (Sebastián, 1996).

Estas ideas, en ese momento, totalmente revolucionarias y llevadas a cabo con jugadores de gran calidad técnica, permitieron un fútbol con una calidad jamás vista hasta entonces. La estructura que Meisl utilizaba era una adaptación del “sistema clásico”, todavía con algunos cambios con el objetivo de crear un equilibrio de los tres sectores y una ocupación racional del espacio de juego (Figura 1.6).

Figura 1.6. Representación del “Sistema”, de Hugo Meisl.

Fuente: Guilherme (2004).

El “Wunderteam” fue considerado, en este período, la expresión máxima de fútbol de ataque (Márcio et al., 1992; Sebastián, 1996). Su continuidad no ha sido posible, en virtud de la muerte de su progenitor, en 1937, y porque sus jugadores estuvieron involucrados en la guerra durante muchos años. Por estos motivos, las ideas de Meisl, en ese momento, fueron abandonadas, quizás porque eran demasiado revolucionarias para esta época, sin embargo, fueron las inspiradoras, a posteriori, de muchos entrenadores que también fueron preponderantes en la evolución del juego.

La importancia de los tres entrenadores mencionados fue determinante por las ideas introducidas, por los caminos que abrieron y, consecuentemente, por la versatilidad ideológica que el fútbol a partir de entonces pasó a patentar. Es decir, la relevancia de la dimensión táctica pasó a asumir contornos como hasta entonces no sucedía.

El predominio del “WM” duró hasta principios de la década de los 1950, más precisamente en noviembre de 1953, cuando la Inglaterra fue derrotada en su país por Hungría, 6-3, y pasados algunos meses, ya en 1954, en la propia Hungría, por 7-1. En los 20 años transcurridos entre estos períodos, surgieron variaciones del “WM”, siempre con el propósito de mejorarlo. Los verdaderos cambios sucederían en la década de los 1950, con las selecciones de Hungría y Brasil (Sebastián, 1996).

La selección de Hungría, entrenada por Gustav Sebes, estaba constituida por un conjunto de jugadores de gran calidad técnica, pero fueron las características tácticas las que la hicieron diferente y las responsables de los éxitos alcanzados (Mendes, 1979). La característica fundamental de la selección húngara era la dinámica que sus jugadores y, consecuentemente, el equipo, lograban imprimir a su juego ofensivo. Sin embargo, otra evidencia presentada era la disposición diferente de los jugadores cuando defendían y cuando atacaban (Figura 1.7). Este cambio creaba grandes problemas a los equipos que jugaban contra Hungría, debido al estaticismo posicional por parte del resto de los equipos.

Figura 1.7. Representación del “Sistema”, de Gustav Sebes, disposición de los jugadores en defensa y ataque.

Fuente: Guilherme (2004).

A partir de entonces, la dinámica, es decir, la movilidad del equipo y de los jugadores con y sin balón pasaron a ser aspectos fundamentales del juego. Era el regreso de una manera más incisiva y definitiva de las ideas de Hugo Meisl.

La selección de Brasil, en ese período, también fue determinante, debido a los nuevos sistemas que presentó. Primero, el “1-4-2-4” (1 portero, 4 defensas, 2 mediocampistas y 4 delanteros), en 1958 y, más tarde, en 1962, el “1-4-3-3” (1 portero, 4 defensas, 3 mediocampistas y 3 delanteros), este último en virtud de la adaptación de las posiciones a las características de los jugadores (Figura 1.8).

Figura 1.8. Representación de los “Sistemas” 1-4-2-4 y 1-4-3-3 utilizados por la Selección Brasileña en los Mundiales de 1958 y 1962, respectivamente.

Fuente: Guilherme (2004).

El primer sistema (1-4-2-4) era el corolario de la evolución de algunos años de experiencias y adaptaciones del fútbol sudamericano. A partir de la aplicación de los sistemas “WM” y “WW” en Brasil, principalmente en los equipos del Flamengo y Fluminense en las décadas de los 1930 y 1940, surgieron alternativas para la manifestación del juego y, poco a poco, mostrando la esencialidad del fútbol brasileño (Parreira, 2005).

El primer cambio registrado fue el cambio de la diagonal X del Sistema “WM” para el “WM” asimétrico (ver Figura 1.9), haciendo con que uno de los mediocampistas fuera desplazado hasta adelante y el otro tirado hacia atrás. De esta forma, surgían dos nuevas funciones en el fútbol: el enganche y el punta lanza.

Figura 1.9. Diagonal X del Sistema “WM” y el “WM” asimétrico, respectivamente.

Fuente: Guilherme (2004).