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Este libro es una herramienta fundamental para equipos directivos y docentes en general que aspiran a ocupar cargos jerárquicos, comprometidos con la educación como herramienta de transformación. A través de un enfoque práctico y reflexivo, la autora aborda la importancia de la planificación estratégica en la gestión escolar, proporcionando claves para el liderazgo pedagógico, el diagnóstico participativo y la mejora de la enseñanza. Con un lenguaje claro y accesible, se presentan estrategias para fortalecer la autoridad pedagógica, diseñar proyectos institucionales y evaluar procesos educativos con un enfoque inclusivo. Una obra imprescindible para quienes buscan mejorar la calidad educativa desde una mirada integral y transformadora.
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Seitenzahl: 78
Veröffentlichungsjahr: 2025
JULIA MIGUELES
Migueles, Julia La planificación estratégica : herramienta clave para una gestión educativa exitosa / Julia Migueles. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2025.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-6190-9
1. Educación. I. Título. CDD 370.711
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Foto de portada: Maximiliano Altamirano (2020)
Prólogo
Introducción
1. Un equipo directivo con autoridad pedagógica
2. La planificación estratégica
3. Diagnóstico participativo
4. Proyecto institucional (PI): ¿qué es y cómo se construye?
Conclusión
Bibliografía
“Si la finalidad de la educación es garantizar el acceso y la apropiación efectiva de los saberes culturales, es obligación del Estado generar las condiciones para que la educación se torne posible. En este sentido, entendemos que los equipos de conducción de las escuelas tienen una misión político-pedagógica sumamente relevante: impulsar y direccionar los esfuerzos de su institución para lograr que cumpla con sus propósitos educativos”.
Prof. Alberto Sileoni, 2010.1
1 Entre directores de una escuela primaria. “El trabajo del director y el proyecto de la escuela”, Ministerio de Educación, Presidencia de la Nación, 2010.
¿Por qué me permito escribir este libro?
En Pedagogía de los sueños posibles, Paulo Freire (2015) sostiene que una escuela que no se reinventa, que no asume su tarea como un acto político, no hace más que reproducir el orden social y condenar a la repetición tanto a los docentes como a los alumnos. Frente a las visiones fatalistas o deterministas, concibe la historia como una posibilidad, y para ello reivindica los sueños como motor de transformación y la educación liberadora como una herramienta para hacer posible, aunque sea, una parte de lo imposible. El autor sostiene que la escuela debe ser un espacio donde los sueños puedan florecer.
En esas palabras encuentro los fundamentos para iniciar esta obra. Este libro nace de una necesidad personal y profesional, como acto de agradecimiento y amor hacia quienes creyeron en mis posibilidades y fomentaron mis sueños, principalmente mis maestros/as, quienes con su labor enarbolaron la educación como un acto político, con la firme convicción y responsabilidad de cultivar en cada uno de nosotros la capacidad de soñar.
Por eso quiero contarles parte de mi historia, para que comprendan la importancia de fomentar los sueños en cada uno de los estudiantes que transitan por el sistema educativo, ya que “no hay cambio sin sueño, como no hay sueño sin esperanza. La comprensión de la historia como posibilidad…”.2
Me llamo Julia Argentina Migueles. Nací en un pueblito de la provincia de Corrientes llamado Perugorría, en el año 1977. Allí, en 1983, inicié mi educación primaria a los seis años de edad, en la escuela N. º 410. Cabe señalar que mis padres no tuvieron la oportunidad de finalizar la educación primaria y desertaron en los primeros grados.
En 1986, me trasladé con mi familia a la zona rural perteneciente al departamento de Curuzú Cuatiá, en la misma provincia, ya que allí mis padres realizaban tareas en una estancia dedicada a la producción ganadera. Junto a mi hermana mayor, continuamos nuestra escolaridad en la Escuela Rural N.º 302 “Malvinas Argentinas”. Allí nos recibió el maestro Obregón, personal único, a quien admiré por su pasión por la educación, su dedicación, su compromiso y su arte de enseñar.
Recuerdo que había un aula multigrado con un solo pizarrón oscuro que abarcaba toda la pared. Éramos alrededor de quince alumnos de diversas edades, y el maestro dividía el pizarrón de acuerdo a los grupos y empezaba la magia. Con mi hermana nos apurábamos a terminar las tareas porque había que ayudar a los compañeros que necesitaban apoyo. Además, colaborábamos con la preparación del desayuno y organizábamos el ingreso a clases colocando un viejo tocadiscos a pila debajo de los árboles para que su melodía acompañara el izamiento de la bandera mientras entonábamos la canción Aurora3.
De fondo, casi desafiando el orden establecido, los pájaros interrumpían nuestro ritual con sus cantares y aleteos. Puedo asegurar que, en ese santuario natural, nació un sueño, un deseo casi imposible de cumplir porque las oportunidades parecían estar en otra parte del mundo. Y, enfrentando un destino que parecía estar escrito, me aferré a ese sueño de niña, que me permitió ser quien soy.
Allí estuvimos un poco menos de dos años, y luego nos mudamos a la localidad de Mariano I. Loza, un pueblito de la provincia de Corrientes, con aproximadamente 1800 habitantes, cercano a la finca rural donde se quedó trabajando mi padre.
En dicho pueblo, ingresé a la Escuela Provincial N.º 407, donde cursé los dos últimos años de la primaria, finalizando 7.º grado en 1989. En dicho lugar conocí a la señorita Haydeé, mi maestra de 6.º grado, quien no hizo más que empoderar mis sueños y mi destino. Con sus actos, me enseñó que la educación siempre debe ser una oportunidad de superación y justicia social. Puso en valor mis logros y fortalezas, creyó en mí, y yo creí en ella.
En 1990, inicié mis estudios secundarios en el Colegio Carlos Alberto Castellán, del mismo pueblo, finalizando este nivel en 1994. Tuve la oportunidad de conocer y transitar esta etapa con profesores/as que quedaron en mi memoria por su calidad y calidez humana y profesional.
En 1995, con dieciocho años, me mudé a casi 700 km hacia la provincia de Buenos Aires, dejando atrás a mi familia, mis amigos, mi pueblo y mi historia, persiguiendo el sueño de ser maestra. Durante algunos años, realicé múltiples actividades laborales hasta que, con el inicio del nuevo siglo, comencé la carrera de Profesora de Educación Primaria en el Instituto de Formación Docente N.º 112 de San Miguel, Provincia de Buenos Aires, certificándome posteriormente. El sueño de mi vida comenzaba a hacerse realidad.
A partir de 2005, estuve a cargo de alumnos como maestra durante aproximadamente diez años, un período de mucho aprendizaje y constantes desafíos.
En 2011, comencé a estudiar la Licenciatura en Trabajo Social en la Universidad Nacional de Luján, certificándome luego en dicha formación. Sin duda, esto enriqueció mi desempeño docente y me permitió construir respuestas ante situaciones constitutivamente complejas, que aparecían en el ámbito educativo.
Llegó un momento en el que ya no solo me preocupaba por mi grupo de estudiantes o la gestión de mis clases, sino que empecé a observar la escuela en su integralidad: sus rutinas, fortalezas y debilidades, las prácticas de enseñanza y aprendizajes, así como el contexto socioeducativo de los alumnos.
Entonces supe que debía empezar a prepararme para asumir nuevos desafíos con mayores responsabilidades. Fue así que, en 2018, me presenté a las Pruebas de Selección para cargos directivos, accediendo ese mismo año al cargo de vicedirectora provisional.
En 2019, la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires realizó una convocatoria a Concurso de Títulos, Antecedentes y Oposición con el objetivo de cubrir, con carácter titular, los cargos directivos de establecimientos educativos de educación primaria. Con la firme convicción de que ese era el camino que quería transitar, me presenté al concurso y, con mucho éxito, logré acceder al cargo de directora titular.
Los años de gestión a cargo de la dirección me llevaron a posicionarme como una líder pedagógica, como alguien que buscaba la mejora escolar en la comunidad de manera constante. Siempre insistí en la importancia de mirar y organizar la escuela en todas sus dimensiones para detectar aquellas prácticas que debían revisarse para lograr aprendizajes socialmente productivos en un ambiente propicio y cuidado.
Desde esta perspectiva de gestión, sentí la necesidad y el compromiso social de posicionarme desde otro lugar para seguir creciendo profesionalmente y construyendo, junto a otros, la mejor propuesta para nuestros estudiantes.
Fue entonces que, en 2022, me presenté también de manera exitosa a las Pruebas de Selección para Inspectores de Enseñanza Primaria de la Provincia de Buenos Aires. Actualmente, me encuentro desempeñando esa función.
Por todo lo dicho, siento el compromiso, la necesidad y la responsabilidad de agradecer a todos los que creyeron en mí y devolverles aunque sea un poco tanta generosidad, para que entre todos sigamos pensando a la educación como un derecho fundamental que brinda herramientas para ampliar oportunidades, que reducen desigualdades y permiten tomar mejores decisiones.
Cada año vuelvo a mi pueblo, paso por las escuelas que transité en mi infancia y adolescencia, miro la escuelita rural que parece dormida en el tiempo. Los árboles de eucaliptos siguen custodiando sus paredes y se me infla el pecho de emoción y orgullo.
Gracias, maestro Obregón.
Gracias, señorita Haydeé.
Gracias a la educación pública y a mi familia por creer en mí.
¿Cómo no devolverles en palabras un poco de todo lo que me dieron, me escucharon y me cobijaron?
Nunca dejen de invitar a soñar y perseguir sus sueños.
Julia Migueles
2 - Freire, P. (1992). Pedagogía de la esperanza (p. 116). Siglo XXI Editores.
3 Perteneciente a la óperaAurora del compositor y director argentino Héctor Panizza (1875-1967), esta pieza es reconocida en Argentina con la jerarquía de canción patriótica, debido a que su texto lírico trata sobre la bandera nacional.