La Rareza Que Es Gales - Jack Strange - E-Book

La Rareza Que Es Gales E-Book

Jack Strange

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Beschreibung

Descubra las extrañas leyendas, cuentos e historia de Gales.

¿Los galeses cruzaron el Atlántico en el siglo XII?

¿Fue galés el Rey Arturo?

Incluídas están historias de fantasmas - tanto reales como falsos - y la leyenda del Rey Arturo. La cultura galesa a los animales, costumbres, monstruos y también la música son examinados. Una de las aldeas más extrañas en el mundo tiene un capítulo para ella sola, asi como también las brujas, los mineros y los druidas.

El libro está escrito en un estilo personal, con amor, con referencias geográficas para ayudar en la identificación de los sitios. A pesar de que las historias están intencionadas más al entretenimiento que a la educación, los hechos históricos son precisos.

Esperamos que Usted salga con un punto de vista diferente sobre Gales - y una sonrisa en el rostro.

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LA RAREZA QUE ES GALES

JACK STRANGE

Traducido porCARLOS PRAHL

ÍNDICE

Agradecimientos

Introducción

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Capítulo 29

Querido lector

Derechos de Autor (C) 2020 Jack Strange

Diseño de maquetación y Copyright (C) 2021 por Next Chapter

Publicado 2021 por Next Chapter

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de ninguna forma o por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabaciones o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso del autor.

este es Gales. Todos tienen una canción o una historia

Aelwen Prichard

Gales: la cuna de la raza británica

Dicho tradicional

Gales: la ciudad de los orígenes

Dicho tradicional

AGRADECIMIENTOS

Me gustaría agradecer al personal de la Biblioteca Nacional de Gales, a la linda gente que me mostró los sitios fuera del mapa en varias partes de Gales, al perro collie que me mantuvo entretenido en el Puente del Diablo y a la Señora Aelwen Prichard, que salió de la nada, me entretuvo con música, anécdotas, conocimiento e historias y luego se desvaneció sin darme su dirección. También me gustaría agradecer a mi esposa, esa loca mujer que me acompañó en los andanzas sin sentido y no se quejó (mucho) cuando nos empapábamos o nos enlodábamos cuando nos resbalábamos en los raros lagos, andábamos pesadamente por los agitados ríos y husmeábamos por castillos y otras antigüedades.

INTRODUCCIÓN

Mi nombre es Jack Strange. Hace algunos años escribí Extraños Cuentos del Mar, que pareció gustar a algunas personas, y preguntaron que por qué no escribía otros. Entonces escribí Extraños cuentos de Escocia, y también Es un extraño lugar, Inglaterra. A. J. Griffith-Jones, un autor de excelentes libros, sugirió que continuara mi serie con un libro dedicado a Gales. La tarea no fue difícil, puesto que Gales es un país que conozco y amo y, entonces, aquí escribo algunas de las extrañezas de Gales.

Es posible, remotamente lo es, que en algún lugar del mundo hubiese alguien que nunca hubiera escuchado sobre Gales. En beneficio de esa alma solitaria, y cualquiera que desee saber ligeramente más, comenzaré este librito con una breve introducción, muy personal, sobre Gales, desde la perspectiva de Jack Strange. Aquellos que ya tienen un profundo conocimiento sobre Gales, pueden saltarse los siguientes párrafos.

Gales es un país muy extraño. Toca las cuerdas del corazón de una forma como ningún otro lugar, tal vez excepto Tierra Santa. Por qué es eso, no entiendo; puede ser la combinación de leyendas, escenarios e historias entretejidas en una cierta atmósfera indefinida que penetra el aire, y la lluvia, y el alma.

Gales nos llama con su único lenguaje, sus adorables paisajes de verdor, su antigua y retadora historia y la música que toca el viento a través de sus valles y colinas. En Gales siempre parece haber música. Está en el lenguaje del pueblo, en los topónimos de pueblos y aldeas de nombres que hacen torcer la lengua, los excitantes coros y los partidos de rugby e incluso el oleaje rompiente en la austera costa occidental.

De todas las naciones de la unión política y monárquica que conforma al Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, Gales es el más británico, y también inquebrantablemente único, diferente. Es el más británico porque es el hogar del pueblo conocido como Bretones, los descendientes de los pueblos nativos de estas islas. LLevados en dirección occidente por las tribus invasoras de Anglos y Sajones, atacados por los feroces irlandeses y los paganos vikingos, los bretones resistieron con fuerza. La historia galesa es rica en historias de héroes y guerreros que lucharon en contra de inmensas y arrolladoras posibilidades, y siempre ganaron.

Las montañas cambrianas forman la columna vertebral de Gales; una cadena escabrosa que se extiende al norte y al sur, creando un dramático paisaje ideal para cuentos de hadas y monstruos, brujas y espectros. Gales del Sur tiene al Tintern encantado, las bulliciosas ciudades de Swansea y Cardiff, el apasionado deporte y las minas cundidas de fantasmas. Está la costa de Pembrokeshire, que roba el aliento, con recuerdos de sirenas y de la última invasión de Bretaña. Al norte dando cara al oeste está la amable Bahía de Cardigan, completa con la tierra desvanecida y luego, cuando el visitante piensa que él o ella ha visto ya lo mejor, se topa de cara con Caernarvon y la isla druida de Anglesey, colocadas contra la increible belleza de Snowdonia. Siguiendo la costa hacia al Este en dirección a Inglaterra, ya habrás rodeado Gales, aunque queda mucho por visitar para terminar de entender. Para conocer apropiadamente un lugar es necesario hablar con la gente y escuchar lo que te dice. Uno debe ahondar en el pasado, no sólo leer las historias oficiales que nos presentan con cuidado hechos escogidos, sino que entrar en las mentes de los nativos y descubrir lo que pensaban y en qué creían, las tradiciones y el folclore, los temores y leyendas que nos dan indicios del alma oculta de esta tierra. Hasta que estas creencias de la población indígena hayan sido develadas, el visitante, ya sea con mucho o poco tiempo para quedarse, siempre será un extranjero.

Es difícil no encontrarse leyendas, folclore y mitos aquí en Gales. Algunas veces suenan como pura fantasía, y otras están basadas en algún evento probable en el pasado distante que ha pasado a la memoria popular, alterado y retorcido por cientos de generaciones de narraciones. Algunas veces la historia es tan antigua que no quedan palabras, sino sólo duras rocas que quedan viendo al harapiento cielo. Tal es el caso con Mynydd Prescelly, el sitio de la cantera para Stonehenge, y eso, en sí mismo, es extraño. ¿Cómo hizo la gente de las planicies de lo que es ahora Inglaterra incluso para conocer este lugar, qué habilidades y mano de obra se necesitó para cincelar y sacar estos enormes bloques rocosos y cuánto esfuerzo se utilizó para transportarlas tan lejos?

Gales puede ocultar sus talentos y proteger a sus hijas e hijos mejor que cualquier otra nación que yo conozca. Se presenta a si misma como una nación de poetas y mineros de carbón, en donde el narciso y el puerro son importantes, y el dragón es su símbolo. Todo eso puede ser verdad, aunque Gales es mucho más que ello. Es una tierra de suprema belleza que ha producido tal vez más personalidades famosas que cualquier otra de tamaño similar. A pesar de eso, el mundo aún no se da cuenta de la herencia galesa de sus hijos e hijas. Lawrence de Arabia, Henry Morgan el bucanero, Tommy Cooper el comediante, Roald Dahl el autor, el Rey Enrique V de Inglaterra, Robert Recorde el matemático del siglo XVI, Geoffrey de Monmouth quien escribió "Rey Arturo", y Aneurin Bevin quien inventó el NHS. Estos fueron algunos de los famosos y no tan famosos que llamaron "Hogar" a Gales. Otras personalidades son también de ascendencia galesa. ¿Sabía Usted que Daniel Boone proviene de estirpe galesa? Su madre, Sarah Morgan, fue una cuáquera galesa.

¿Habrá sido un galés el primero en descubrir América, siglos antes de Colón? Es posible, dada la historia náutica de los galeses. ¿Fue el Rey Arturo galés? Gales abunda en cultura arturiana, se dice que Arturo luchó contra monstruos y gigantes en el norte del país, como si luchar contra los sajones invasores no hubiese sido suficiente. ¿Habrá tesoros piratas enterrados en una isla de la costa galesa? ¿Quién fue el caballero fantasma de Tintern? ¿En dónde está la Lourdes de Gales? Hay muchísimas preguntas sobre ésta, la más extraña de las tierras.

Así como con toda nación europea, las fronteras de Gales han sufrido alteraciones a lo largo del tiempo. En una época todo lo que es ahora Gales e Inglaterra, además del sur de Escocia, hablaban el idioma que hoy conocemos como Galés, aunque la idea de una única nación unida en un estado no fue entonces considerada. Para simplificar una compleja situación que toca la religión y la inseguridad nacional inglesa, en 1536, el rey Enrique VIII dictó la asi llamada Acta de la Unión en la que fijaba los límites entre Gales e Ingleterra. Algunos trozos de lo que una vez fue Gales fueron incluídos en países ingleses, y se ve en la plétora de nombres en galés en el suroeste de Herefordshire. Topónimos de aldeas, como Llancillo, Llandinabo y Llanrothal, todas ahora en Inglaterra, hablan de herencia galesa. Puedes sacar a un galés de Gales, pero nunca lo galés del paisaje. Y eso nos presenta la pregunta: ¿Por qué los extranjeros usan los términos Gales y Galés?

El nombre correcto para Gales es Cymru, la palabra para lo galés, y la Cymry, usada para el país. El nombre Galés viene del alemán, anglosajón, palabra usada para riqueza, que significa "extranjero". En otras palabras, cuando las tribus germánicas invadieron esta tierra durante los siglos V y VI, designaban con esa palabra a cualquiera no-alemán, incluidos los extranjeros Cymry en su propio país. Y esto se pone cada vez más raro.

Gales es tierra de castillos, a menudo construidos por los invasores para intentar controlar un pueblo no fácil de volver subordinado. Los invasores, que llegaron ola tras ola, de los romanos a los sajones a los normandos, debían haber sido aprehensivos al poder de los galeses para guardarse dentro de tan formidables fortificaciones. Imagínese, con guerreros como Owen Glendower y Llewellyn el Grande defendiendo Gales; los invasores eran personas muy sabias como para esconderse dentro de muros de roca sólida.

El idioma galés no es el más fácil de leer. Es antiguo, es celta, y ha sobrevivido años de persecución. Agregaré una breve nota para ayudar con la pronunciación. Hay solamente veinte letras en galés, opuesto a las veintiséis del inglés, con las consonantes j, k, q, v, x y z desconocidas. Como consuelo, la letra ‘f’ es pronunciada como ‘v’ y la doble f ‘ff’ es pronunciada como ‘f’. La doble ‘d’ – ‘dd’ es igual que la ‘th’ inglesa (dh en español) y la ‘ll’ es similar a la ‘hl’ – ¡Usted debe escuchar el sonido para pronunciarlo debidamente! Los topónimos son a menudo topográficos, con llyn siendo un lago y bryn una montaña.

He aquí unas pocas palabras comunes que suceden en la geografía de Gales:

Aber – estuario

Afon – río

Bach – pequeño

Bont – puente

Bwlch – paso

Caer – fort

Capel – capilla

Cwm – valle

Fawr – grande

Gwyn – blanco

Llan – iglesia

Llyn - Lago

Maen – roca, acantilado

Mynydd – montaña

Tre – pueblo.

He hecho lo mejor que puedo para pronunciar y escribir correctamente los nombres galeses, pero es inevitable que cometa algún error. Por ello, sólo puedo disculparme y esperar el perdón.

Con cabañas con muros para protegerlas del clima, cervezas llamadas Cerebros, una historia de minería que se extiende a hasta el 2000 a.C., y una plétora de fantasmas, así como pequeñas criaturas, castillos encantados y mosntruos lacustres; costumbres inusuales o símbolos históricos, Gales es, de hecho, un país como ningún otro, es un país extraño. Es Gales. Cymru am byth! ¡Por siempre Gales!

1

LOS SÍMBOLOS DE GALES

DRAGONES, NARCISOS y PUERROS

Toda nación tiene sus símbolos nacionales. Los Estados Unidos de América tienen el águila calva y el bisonte, Canadá tiene la hoja de arce y el castor, Rusia el oso. Gales, siendo antiguo y galés, tiene tres, el dragón, el narciso y el puerro. Podría tomar en cuenta las tres plumas del Príncipe de Gales, pero es más un símbolo real que uno nacional. Otros podrían estar en desacuerdo, y puede ser que tengan razón.

De todos los símbolos de Gales el dragón es, indiscutiblemente, el mejor conocido. De hecho, Gales es el hogar del dragón o el draig en galés. Es cierto, otras naciones tienen dragones en sus ceremonias e historias, y se dice que San Jorge venció al dragón en el medio oriente, pero Gales está tan orgullosa de su dragón, que hasta lo lleva en su bandera.

Sin ser sorpresa, hay muchas leyendas de dragones en Gales. Por ejemplo, está la historia de Vortigern, un rey celta semilegendario de alrededor de fines del siglo IV y principios del V d.C. Según una leyenda, Vortigern intentaba escapar de la horrible invasión sajona, y decidió construir un castillo en la pequeña colina de Dinas Emrys en lo que ahora es Gwynedd en el noroeste de Gales. Sin embargo, las primeras obras de Vortigern no tuvieron éxito, y se le dijo que las fuerzas sobrenaturales eran las que estaban evitando que tuviese éxito. La cura para tal interferencia, dijo algún sabio, era sacrificar a un hombre joven. Vortigern buscó algún sacrificio apropiado y halló a un tipo llamado Merlin, quien le había dicho al rey que era un poco tonto intentando construir un castillo sobre un lago subterráneo que tenía dos dragones durmiendo.

En esos días de antaño parecía ser rutinario toparse con muchos dragones en Gales, por lo que los trabajadores de Vortigern cavaron y cavaron hasta encontrar a las ofensivas criaturas. Un dragón era rojo y el otro blanco y, tan pronto llegaron los humanos, comenzaron a pelear entre ellos. El rojo era símbolo de los bretones, o galeses, mientras que el blanco era de los invasores sajones o ingleses. Eventualmente, obtuvo la victoria el rojo y su triunfo fue tomado como profesía de que vendría el rey Arturo. Uno debe tener en cuenta que el padre del rey Arturo era nada más que Uther Pendragon, y la leyenda dice que Arturo peleaba bajo el estandarte de un dragón. En este confuso revoltijo de leyendas puede haber un grano o dos de verdad. Algunos dicen que el dragón rojo ha sido el símbolo de Gales desde la época de Vortigern, y para siempre.

Lógicamente no hay una sóla leyenda que explique el origen del nombre del castillo de Vortigern. Una versión de la historia dice que el Dinas Emrys honra realmente el místico Myrddin Emrys, más conocido como Merlín. Otras personas afirman que Dinas Emrys significa La Fortaleza de Emrys, otro nombre para Ambrosius Aurelianus, quien poseyó la fortaleza después que Vortigern. Las leyendas y mitos no son muy honestas, y a menudo entran y salen de la verdad, fantasía y posibilidades en un nudo celta que parece estar determinado para confundir al lector.

Indudablemente hubo una fortaleza en Dinas Emrys, con Llewelyn el Último (c 1223 – 1282) el último Principe de Gales nativo, a quien se le da el crédito de haberla construido, y no Vortigern. Sin embargo, las ruinas actuales están emplazadas en un sitio más antiguo, que data probablemente de unos dos mil años, y cuando los arqueólogos examinaron el fuerte en la década de los 1950s, hallaron un estanque o lago, aunque los dragones hacía tiempo se habían marchado. ¿Que fue primero, el estanque o la leyenda? ¿O habrá tenido algún morador del fuerte, ya olvidado hace tiempo, algunas bestias exóticas en ese estanque?

Por supuesto que existe también una leyenda que nos narra cómo llegaron los dragones a ese estanque, en primer lugar. El Mabinogion, ese fantástico libro que contiene tanto del folclore galés, es la fuente. El Mabinogion establece que, cuando Lludd era el rey, una época tan distante que fue incluso antes de que arribaran las legiones romanas "de hierro", cada víspera de mayo toda la campiña se estremecía bajo un terrible grito. El sonido era tan espantoso, que todo quien lo escuchaba, quedaba petrificado, causaba abortos y mataba animales en el punto. Llefelys, el rey de Gaul, le contó a Lludd que era el sonido que los dragones emitían al luchar entre si. Llefelys afirmaba que el dragón británico gritaba porque un dragón invasor lo estaba derrotando.

Para confundir más las cosas, en ese entonces los dragones se convertían de forma periódica en cerdos, de forma que Lludd esperó hasta que ambos alteraran su apariencia y capturó a ambos cerdos-dragones en un caldero lleno de vino de miel. Una versión alterna de la historia nos dice que los dragones simplemente bebieron el licor de miel y cayeron dormidos por la borrachera, sin hacer mención al cambio a cerdo. De cualquier manera, una vez que hubo capturado a ambas bestias, Lludd los enterró en la Dinas Emrys. El sitio en el que permanecen se encuentra aún señalizado, como un círculo de rocas que precede incluso a la fortaleza original.

Una leyenda lleva a la otra, y a otra. Hallaremos una gran cantidad de tesoros en nuestro andar por Gales, y un lote le perteneció a Merlin o Myrddin. Él ocultó su tesoro en una caverna cerca de Dinas Emrys, y profetizó que, cuando un individuo en particular, de hermosa cabellera y ojos azules llegara, él o ella escucharía una campana, la que lo llevaría a la caverna. Lógicamente, la cueva se abriría mágicamente, aunque no está claro qué sucede luego. Se presume que el individuo de cabello bello se retorcería de placer y delicia al hallar tanto oro; el equivalente medieval de ganarse la lotería. También, cerca de Dinas Emrys está Cell y Dewiniaid, un nombre que, aparentemente, significa "el huerto de los magos". El folclore local indica que los magos que se reunían aquí eran los sacerdotes de Vortigern, y quedaron sepultados en el campo vecino. Posiblemente, y esta es una conjetura tentativa, todos estos sucesos mágicos están ligados con estas actividades de los una vez druidas, que estuvieron activos en ésta área y emergieron a todo lo largo y ancho de Gales. Aunque los robles y los druidas tienen una conexión, con toda seguridad, la memoria popular sólamente retuvo algunas confusas colecciones de aquella antigua religión.

Pero ya nos hemos desviado un poquito en el tema de los dragones galeses. Yaciendo los dragones de Vortigern, el blanco y el rojo uno junto al otro, el símbolo de los dragones es muy antiguo y puede, de hecho, preceder a la leyenda. Cuando los romanos ocuparon las dos terceras partes de Bretaña, las de más al sur, reclutaron hombres para su ejército, y esos soldados parece ser que lucharon bajo un estandarte de dragón. Algunos creen que Magnus Maximus, un general romano español, basado en Gales cuando el imperio romano se desintegraba, adoptó el dragón como su símbolo. Otras personas dicen que, cuando los romanos se retiraron, algunos reyes británicos usaron el logo en su bandera, dada la conexión arturiana. O eso dicen las leyendas, así como la Historia Brittonum, escrita alrededor del 828 d.C.

Con una base histórica más concreta, tenemos a Henry Tudor, quien luego se convirtió en el Rey enrique VII. Este rey Enrique en particular nació en el castillo Pembroke en Gales, y fue uno de los protagonistas en La Guerra de las Rosas. En 1485, mientras marchaba hacia la batalla de Bosworth contra Ricardo III, muchos galeses apoyaban a Enrique y tenían al dragón rojo volando por sobre sus cabezas. Luego que la batalla fuera ganada y asegurada la corona, el rey Enrique utilizó la bandera galesa del dragón bendecida en la Catedral de San Paulo en Londres. Con la típica ingratitud de los reyes, cuando la Unión de las Coronas entró en vigor en 1603, sólamente las cruces de Escocia e Inglaterra se utilizaron en la primera bandera de la Unión. El dragón de Gales quedó abandonado en el frío.

Para complicar más las cosas, hay un rival para la bandera galesa. En Gales, el dragón rojo es Y Ddraig Goch, mientras que el estandarte de Owain Glyndwr era Y Ddraig Aur, el dragón dorado. Owain Glyndwr (c 1349-c1416) fue un príncipe galés que intentó unir Gales y expeler a los ingleses. Tras una serie de victorias, fue vencido, eventualmente. Son inciertos los detalles de su muerte, pero quedó como una figura influyente en las mentes galesas. Owain Glyndwr alzó su bandera del dragón durante la batalla de Tuthill en 1401, y algunos piensan que el dragón dorado sobre fondo blanco fue la insignia original de Uther Pendragon y Arturo, más que un dragón rojo. La bandera actual de Gales tiene un dragón rojo de Cadwaladr ap Cadwallon, sobre el campo de verde y blanco de los Tudor de Enrique VII. En caso que Usted no lo sabía, Cadwaladr ap Cadwallon fue el rey de Gwynedd desde la década de los 650s hasta 682, y luchó contra los Anglos, que avanzaban, con un impresionante éxito.

Como ya mencioné antes, Gales tiene un cúmulo de leyendas de dragones. En mis recorridos por el país, tanto física como metafóricamente, localicé algunas, y las listo aquí abajo pero, indudablemente, hay más.

Hay una rara historia sobre el castillo de Gwys, otrora conocido como castillo de Wiston en Pembrokeshire, que era el hogar de un dragón con muchos ojos. La leyenda dice que, si alguien resultaba viendo al dragón antes que éste lo hiciera, esa persona podría reclamar las tierras y el castillo para sí. Mucha gente lo intentó, sólo para que la bestia de múltiples ojos los viera de primero. Eventualmente, un chico se metió dentro de un barril y puso a personas a rodarlo dentro del castillo. Presumiblemente, espió por un agujero en el barril y vio al dragón de primero, reclamando el premio.

Aparentemente los dragones han sido cosas engañosas y los humanos han necesitado ser siempre astutos para derrotarlos. Cuando un dragón se estableció en la torre del campanario de la Iglesia de San Teilo en Llandeilo Graban en Powys, los locales no estaban nada felices. Sabían que no podrían matar a la criatura en una pelea directa, y entonces un hombre decidió engañarlo. Hizo un dragón de roble con un artefacto de trampa automática con púas de acero, como un erizo gigante. El dragón del campanario vio a su rival y voló a atacarlo, sólo para ser atravesado por las púas, y morir.

Ese dragón se pudo considerar muy afortunado, comparado con el de Newcastle Emlyn en Carmarthenshire. Este orgulloso dragón vivía en un castillo local abandonado, y con su cuerpo con gruesa armadura, su cola que azotaba y su aliento venenoso, pensó ser invulnerable. Sin embargo, como Aquiles o Superman, todos y todo tiene un pundo débil, y el dragón de Newcastle Emlyn no era la excepción. Un guerrero local supo sobre el punto débil del dragón y se las arregló para alcanzarlo. Consiguió un cuadro de tela roja y lo agitó, lo cual irritó al dragón, que voló hacia él en su ataque, tomó la tela y salió volando de nuevo. Sin embargo, cuando ése se elevaba, el guerrero obtuvo una clara vista del trasero del dragón y le lanzó una flecha. Esa era su lugar vulnerable. El dragón se fue volando, gritando, como cualquiera con una flecha clavada en su trasero, y cayó al rio. Todo el veneno en su cuerpo se derramó y masacró a los peces locales.

Y no hemos acabado aún con los dragones. Hay algunos detallitos más en la tradición galesa de dragones. Para la Primera guerra mundial (1914-1918) los soldados galeses parecieron adoptar, o mejor dicho, reafirmar el dragón rojo como su emblema, y se convirtió oficialmente en la bandera nacional de Gales en la década de los 1950. Siendo Gales, por supuesto, hay otra alternativa para bandera nacional con la antigua Cruz de San David, una cruz dorada sobre un fondo negro. Sin embargo, aún seguimos hablando de dragones.

A principios del siglo XX y, especialmente en 1910, los miembros galeses de las Casas Parlamentarias hicieron campaña para que el dragón galés fuese introducido en el estandarte real. Un pequeño poema de 1901 le manifiesta al rey:

"Oh tómadme en vuestros brazos Reales, os ruego

Y dejadme estar en el estandarte

No echéis a andar las carrozas reales

Hasta que tengan un drag-ón."

Para el día de San David, se realizaba una práctica común desde 1922: el izar la bandera de la Unión en la torre del águila y la del dragón en la torre oriental baja del castillo de Caernarvon, lo que, para los galeses, indicaba que el dragón se encontraba en una posición subordinada en su propio país. Para el Día de San David de 1931, la Oficina de Trabajo rehusó que el dragón galés volara sobre la torre del águila, de modo que un grupo de nacionalistas galeses tomaron el asunto en sus propias manos. Arrastrando la bandera de la Unión, enarbolaron la del dragón galés, para enfado de los ingleses y unionistas incondicionales. Cuando ondeaba el dragón, la multitud aplaudió y aclamó. Desafortunadamente, las autoridades bajaron a tirones la bandera galesa y restauraron la bandera de la Unión. En 1932, una reunión de estudiantes galeses bajó la bandera de la Unión y la rompió en pedazos.

Tras la conmoción de 1932, Mr Ormsby-Gore MP, Lord Harlech declaró que en el futuro dos banderas deberían ondear a la misma altura para el día de San David y para el cumpleaños del rey. Para las celebraciones de coronación de 1937 el pueblo de Gales tuvo la oportunidad de exhibir su bandera del dragón rojo en vez de la de la Unión.

Inclusive en Gales, no todo mundo aprueba al dragón galés. En agosto de 1949, en la iglesia parroquial de Santa María en Dolgelly en Gwynedd, fue derribada la bandera de la unión e izada la galesa. Los campaneros locales inmediatamente bajaron al dragón y colocaron de vuelta la de la unión. Aparentemente objetaron, pues habían dado la bandera de la unión a la iglesia en primer lugar. Y, en 1955, cuando la bandera de la unión ondeó sobre la eisteddfod – el festival musical y cultural galés - los galeses la tumbaron e izaron el dragón, con la excusa de que la de la unión ondeaba más alto que los dragones que la flanqueaban.

El dragón galés es una criatura susceptible, y nadie puede oponerse a ello. Como dijo una vez Tolkien: "nunca te mofes de dragones vivos", y el dragón galés está muy vivo, por lo que nunca debe ser objeto de burla.

Otros dragones, bajo diferentes nombres, también pueden estar vivos. Hay un túmulo prehistórico en Trelech a’r Betws en Carmarthen, que tiene un dragón, o sea un gwiber, o una serpiente voladora, para protegerlo, aunque no ha sido visto durante muchos años. No pude obtener ninguna historia o leyenda que notifique sobre algún ataque realizado por tal criatura, a diferencia del Wybrant Gwiber de Betws y Coed que, según una leyenda, una vez le partió la garganta a un hombre que lo atacó, y luego lanzó al desafortunado, y muy estúpido, al rio.

Hay muchas otras leyendas, como la del dragón de Llyn Cynwych en Dolgellau en Gwynedd, que no usa fuego sino sólo el poder de su mirada para matar. Un granjero local esperó hasta que el dragón se quedara dormido y le aplastó la cabeza con un hacha. Los locales lo enterraron cerca. Entonces fue el dragón el que una vez acosó la aldea de Llanrhaeadr ym Mochant en Powys. Los locales fracasaron al matarlo por los métodos usuales de espada, lanza y esperanza. Como último recurso, erigieron un pilar de piedra, añadieron una capa de lanzas y cubrieron el edificio entero con una tela roja. Como todo el mundo sabe, el color rojo irrita a toros y dragones, por lo que el dragón se esponjó y atacó el pilar de trampa. Arremetiendo sin ningún cuidado, el dragón se empaló a si mismo en las lanzas, y murió.

¿No será bueno tener una historia de dragones en la que éste gane? Toda esta matanza de dragones es por lo general algo parcial.

Finalmente, hay otro dragón en Penmynydd en Gwynedd. El terrateniente local estaba tan molesto al ver que perdía su dinero, ovejas y, sin duda, varias vírgenes, devorados por la criatura alada, que contrató a un hombre que erradicara la peste. Luego de que el matadragones hubiese fracasado en destruir a la bestia a espada y lanza, él, como otros antes de él, recurrieron a astucias bajas. En vez de utilizar una trampa con lanzas, el matadragones cavó una profunda fosa y colocó un espejo de bronce en el fondo. Lógicamente, el dragón cayó en el agujero, vio su reflejo y luchó contra él. Cuando quedó agotado, el matadragones saltó a la fosa y machacó la cabeza de la criatura exhausta.

Como puede notarse, muchas de las historias de dragones son cortas y carecen de detalle. Es posible que en algún momento hubiesen sido más extensas, pero el tiempo las ha erosionado, o tal vez siempre fueron los trocitos sin contenido. No debe sonar tan raro que Gales posea toda una plétora de cuentos de dragones, pues sería más raro que la tierra del dragón careciera de ellas.

Así como dragones, Gales tiene el humilde puerro como símbolo nacional. Según varias tradiciones, los antiguos druidas usaban puerros en sus ceremonias, pero lo mejor registrado es una leyenda que indica que el uso del puerro data del año 633 cuando Cadwallon, rey de Gwynedd, venció a Edwin, rey de Northumbria. Cadwallon era el regente contra las fuerzas dominantes del siglo VII, una época en la que los anglos y los sajones expandían sus fronteras dentro de la tierra de los Cadwallon los detuviera e inflingiera derrotas de primero en los mercianos y luego en los Nortumbrianos, con la batalla decisiva en Hatfield Chase, en la que se dice que los hombes de Cadwallon llevaban puerros para distinguirse de los enemigos.

Bede, el sacerdote Nortumbriano, y también historiador, llamó a Cadwallon "el líder indiscutible de los bretones", y también un "un atroz tirano", de manera que el rey galés tenía que haber sido muy efectivo contra los Nortumbianos. Los insultos de un enemigo siempre deben ser vistos como elogios.

Otra tradición indica que fue San David el primero en pedir a los galeses el llevar puerros para identificarse, desde tanto como el año 540 d.C. Esa leyenda también fue una buena excusa pra presentar a San David, el santo patrono de Gales. En galés, él es el Dewi Sant, y nació en Caerfai en Pembrokeshire, siendo canonizado en 1120 por el Papa Calixto, cuando los galeses resistóan las invasiones normandas en su país. David es el único santo nacional británico que nació en la tierra de la cual es patrono, con Patricio (santo de Irlanda) nacido en Escocia, Andrés (santo de Escocia) nacido en Palestina y San Jorge (santo de Inglaterra), supuestamente soldado romano, nacido en Turquía. San David tenía sangre azul, con su padre como un príncipe y su madre hija de un cacique local. Fue ordenado arzobispo tras un peregrinaje a Palestina, y también fundó una docena de monasterios que fueron reconocidos por su simpleza austera. El milagro más conocido de David ocurrió cuando predicaba en el Sínodo de Brefi. La multitud era tan grande, que no podían todos verlo o escucharlo, de manera que levantó el suelo bajo sus pies para asegurarse una visibilidad realzada.

Con tantas leyendas arturianas en Gales, tal vez no sea sorpresivo que algunos creyesen que San David era el sobrino de Arturo. Raramente, el Dia de San David no es un asueto público, con el Primer Ministro Tony Blair rechazando las súplicas para que lo fuera, inclusive tan recientemente como en 2007.

En el Londres del siglo XVII, más de un siglo después de la "Unión" entre Gales e Inglaterra, cualquier connato de celebración galesa al Día de San David, era celebrada con mofas hacia las multitudes inglesas que desfilaban por las calles linchando efigies de los galeses. No estoy seguro del por qué había tanto ánimo hacia el pueblo nativo británico que celebraba al santo nacido en casa. Un siglo después, el Día de San David se celebró comiendo un "Taffy", un pan de jengibre en forma de un galés montando una cabra. Hoy en día es más común celebrar el día de San David llevando un narciso o un puerro, con una tradicción en los regimientos galeses de la armada Británica, en la que los soldados comen puerro crudo.

Para el día de San David de 1808, el 23vo Regimiento, los Fusileros Reales Galeses, navegaban hacia Canadá. Era tradicional que cada oficial comiera un puerro, con una estricta orden de prioridad. Los oficiales más antiguos y los que habían peleado en campañas, tenían permitido un puerro pequeño, condimentado con sal. Los oficiales que habían prestado al menos algunos años de servicio pero no habían visto acción, debían comer un puerro más grande, y sin sal. Y para los oficiales que celebraban por primera vez el Día de San David en el regimiento, se les conseguía el puerro de mayor tamaño posible, y debían ingerir cada trozo y, según el Insignia Thomas Henry Browne, luego General Browne "pasan los días antes de que el olor y sabor se hayan pasado". No hay dudas de la duradera conexión entre los soldados galeses y los puerros, pues en 1917, un soldado galés escribió a casa desde Medio Oriente, diciendo que "los puerros son tan grandes como postes". Los turcos, el enemigo en ese entonces, se referían a los galeses como "Demonios Azules".

Dejando de lado la idea de San David introduciendo los puerros, existe una insinuación más prosaica, que dice que los puerros se volvieron un cultivo importante cuando los granjeros de Gales del Sur se ayudaron entre si a la hora de arar el suelo. Este evento en comunidad fue celebrado con un tazón de sopa comunal, para la cual cada granjero aportó un sombrero repleto de puerros.

Una sugerencia, la última relacionada con los puerros, proviene de la Batalla de Crecy, a menudo celebrada como la gran victoria inglesa sobre los franceses. Y fue, de hecho, un ejército aliado, con caballeros ingleses, y lanceros galeses e irlandeses, y arqueros ingleses, quienes derrotaron a los franceses y sus aliados ese sangriento 26 de agosto de 1346. Según la historia, en cierto punto los arqueros galeses acampaban sobre un campo de cultivo de puerro, cuando un cierto capitán Cadwgan Voel les ordenó colocar puerros en sus cascos, para identificarlos mejor. Shakespeare lo puso sucintamente en Enrique V, acto 4, escena 7: "los galeses prestaron bien su servicio en un jardín en el que crecían los puerros".

Aparentemente, la conexión entre Gales y los narcisos es más reciente. En 1912, la prensa tuvo un vívido debate de si emblema nacional de Gales debía ser la "verdura apestosa", el puerro, o el bello narciso. Tan recientemente como en julio de 1911, cuando uno de los muchos reales "Eduardos" fue coronado Príncipe de Gales en el Castillo de Carnarvon, aceptó al narciso como el emblema nacional de Gales.

Hay una extraña leyenda sobre cómo llegó a Gales el narciso. Hace unos pocos miles de años, cuando los pueblos del norte de España eran expertos en la forja del hierro, usaban carbón vegetal para fundir el mineral. Durante un otoño, uno de sus barcos fue atrapado en una tormenta y llevado muy cerca de la costa de Gales. Los marineros bajaron a tierra y vieron a los galeses escarbando la hulla (carbón mineral), que ellos usaban como combustible.

Como, lógicamente, los españoles eran curiosos y nunca habían visto hulla antes, se preguntaron si estas extrañas piedritas negras serían más efectivas para fundir el metal, en vez de sus carbones vegetales nativos. ¿Pero qué podían dar a cambio? El simple robo de la hulla estaba fuera de cuestión, pues los galeses eran guerreros muy cruentos. Pero al ver los españoles a los galeses adorando al sol, se les ocurrió una idea: no le podrían dar a los galeses el sol pero, a cambio, les entregarían lo más cercano a él, una flor muy similar al astro rey en el cielo. Navegaron de regreso a casa y volvieron con una carga de bulbos de narciso, que los galeses aceptaron en trueque, quedando como el símbolo nacional de Gales.

Existe, lógicamente, una explicación más racional, aunque menos colorida. La palabra galesa para narciso es Ceninen Pedr, Puerro de San Pedro, y los dos nombres y plantas se confundieron al realizar la traducción. Personalmente, prefiero la historia más rara.

Por último, deberé mencionar el idioma de Gales. El galés es uno de los lenguajes nativos de les islas británicas, junto con el gaélico y el cómo se haya llamado el idioma de los Picts de Escocia. Sin embargo, ha estado bajo ataque desde las invasiones por las tribus germánicas de los sajones, jutos y anglos, durante los siglos V y VI.