Cuentos Extraños de Escocia - Jack Strange - E-Book

Cuentos Extraños de Escocia E-Book

Jack Strange

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Beschreibung

Extraños cuentos de Escocia trata sobre un aspecto particular de los misterioso escoceses.
Aprenderás sobre los fantasmas que aparecieron en la boda del Rey Alexander II, y los monstruos, como el Shellycoat y el caballo de agua, que se pensaba que habitaban en los lagos de Escocia.
Otra parte habla exclusivamente del Lago Ness, y de los extraños sucesos que pasan en aquellas aguas misteriosas. Después, echamos un vistazo a las muertes en el Faro de las Islas Flannan, y las raras criaturas que una vez se creyó que infectaban las colinas y valles de Escocia, incluyendo el terrible brollachan y el slaugh.
Cuentos de sirenas y fin-men son descubiertos, así como las terribles historias de las cuevas, incluyendo sacrificios humanos en la Cueva del Escultor de Moray. Las leyendas de la Capilla Roslin y su Castillo cercano son examinadas, con una posible conexión con los Caballeros Templarios.
Finalmente, veremos la leyenda del ejército fantasma de Escocia; soldados quienes se rehúsan a desaparecer aun después de siglos de haber peleado sus batallas y de que las causas se desvanecieran con la historial.
Bienvenidos a los Cuentos extraños de Escocia.

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Veröffentlichungsjahr: 2023

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CUENTOS EXTRAÑOS DE ESCOCIA

SERIE LOS EXTRAÑOS CUENTOS DE JACK

LIBRO UNO

JACK STRANGE

Traducido porFERNANDA QUINTANA MALDONADO

Derechos de autor (C) 2017 Jack Strange

Diseño de Presentación y Derechos de autor (C) 2023 por Next Chapter

Publicado en 2023 por Next Chapter

Arte de la portada por The Cover Collection

Todos los derechos reservados. No se puede reproducir ni transmitir ninguna parte de este libro de ninguna forma ni por ningún medio, electrónico o mecánico, incluidas fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso del autor.

ÍNDICE

Introducción

El Espectro En La Boda

Monstruos En El Lago

Desaparecidos

Monstruos De La Tierra

Criaturas Del Agua

Cuevas De La Muerte

La Misteriosa Rosslyn Y Los Templarios

Bluidy Tam

La Maldición Del Hueso Egipcio

El Ejército Fantasma De Escocia

Requiem Por El Duque Unionista

Un Heredero Para Iain El Chimuelo

Sawney Bean

Entre Los Sexos

Christie Cleek, El Canibal De Perth

El Comandante Weir, El Mago

El Vidente De Braham

El Gran Hombre Gris De Ben Macdhui

Cuerpos Para El Doctor Knox

El Lobo De Badenoch

El Malvado Lord Soulis

La Gente De Paz

Goblin ha’

El Castillo Borthwick

Castillo De Edimburgo

Castillo Riat

Castillo De Comlongon

Castillo De Glamis

El Gaitero Sin Dedos

El Castillo Ardvreck

Pieza Final

Querido lector

Acerca del Autor

¿Cómo íbamos a cantar un canto del Señor en un suelo extranjero?

SALMO 137:4

INTRODUCCIÓN

Este libro tiene historias sobre lo inusual, lo bizarro y lo, simplemente, aterrador. Unas son viejas, otras bastante modernas y, también, algunas contienen elementos de ambas. No tendrían mucho en común de no ser porque, en algún momento, la gente ha creído en ellas.

Escocia puede ser un país bastante raro, aún en la actualidad; lo que es inusual en otras partes, es común aquí. Intrínsecamente, pueden encontrarse piedras pictas talladas en cementerios o a un lado de las carreteras; círculos de piedra erupcionan desde páramos o en campos, misteriosos Broch que solo existen en Escocia, y hasta hace poco, los granjeros dejaban una esquina de sus campos abandonada. A estos últimos se les conoce como los crofts del Diablo o de Guderman, aunque la tradición, probablemente, se extendió mucho antes de cualquier creencia de la antítesis de Jesucristo. La mayoría de estas esquinas fueron meramente abandonadas, pero en otros lugares hubo estrictas ceremonias. Por ejemplo, en Corgarff, arriba de Aberdeenshire, había dos lugares así, cada uno rodeado por una albarrada. El primer día de abril, aquellas áreas eran ungidas en leche, lo que prevenía que el diablo entrara en la casa, en el granero o en el establo. No era aconsejable que el granjero, ni su esposa, ni su caballo o su ganado cruzara por este pedazo de tierra maldito por peligro de invocar mala suerte.

Había otros métodos para proteger la tierra y a los animales, por supuesto; el más común siendo una rama de serbal puesta en una posición prominente para alejar a las hadas, brujas y criaturas indeseables. Los serbales aún son bastante comunes cerca de las casas, no solo en las Tierras Altas.

A veces, los nombres de los lugares de Escocia pueden esconder extrañas historias. Como el pueblo de Aberfeldy, por ejemplo. El nombre viene de Peallaidh, el peludo, quien era un uruisg. Para los que no lo saben, un uruisg era una criatura grande y peluda, que no era ni hombre ni bestia, y, normalmente, vivía cerca de una cascada. En este caso, se creía que Peallaidh era el rey de los uruisgs, y vivía en las espectaculares Cascadas de Moness, a unas millas de Aberfeldy.

Uno se pregunta si la creencia en los uruisgs era un folklórico recuerdo del tiempo antes de los homo-sapiens, cuando otro tipo de humanos rondaban la tierra.

Mientras el uruisg era benigno, había criaturas que era mejor evitar, como los horrendos Cu-saeng que infestaron el Parbh, cerca de Cape Wrath, en el noroeste de Escocia. Este era uno de los más misteriosos horrores que acechaban al país, y, también, se decía que estaba en Rannoch Moor y en residuos interiores de los Grampianos. Sin embargo, gracias a su naturaleza depredadora, nadie podía describirlo porque nadie había vivido para contarlo. Lo más cerca que alguien estuvo de él, fue un afortunado viajero que vio su sombra en una colina remota —y juró que tenía dos cabezas.

Otro caminante encontró una vez enormes huellas en la nieve cerca de Cape Wrath, lo que trae ecos de Pie Grande o el yeti. Uno se pregunta si esta cosa está relacionada con el Gran Hombre Gris de Ben MacDhui.

Aún debe comprobarse que tales historian tienen, al menos, un elemento de verdad. Algunas personas creían que Long Tam Dalyell estaba en la misma liga que el diablo; otros creyeron ver los extraños seres esqueléticos que bailaron en la boda del Rey Alejandro III; gente que realmente presenció un hueso egipcio ser lanzado por los aires en un departamento de Edimburgo; quizá habían caníbales en la costa de Ayrshire o en las orillas de las Tierras Altas; muchos castillos tienen una atmósfera extraña y los cuidadores de los faros de luz de las islas Flannan, sin duda alguna, desaparecieron sin dejar rastro.

Así que, si hay, al menos, un pequeño indicio de verdad en estas historias, tienen la habilidad de incomodar un poco. Si son completamente ciertas —y si la historia del Gran Hombre Gris de Ben MacDhui está apoyada por testigos verdaderamente confiables—, estas pueden dejar al lector preguntándose si hay más de Escocia de lo que se ve a simple vista, y puede dejarle, a él o a ella, preguntándose si los científicos, después de todo, tienen todas o, por lo menos, una de las respuestas.

Así que sigue leyendo y prepárate para tener un sentimiento de incomodidad cuando termines este libro y camines por las montañas, cañadas y calles de Escocia.

EL ESPECTRO EN LA BODA

Viendo hacia atrás a través de las bélicas páginas de la historia de Escocia, puede parecer inevitable que esta pequeña nación del norte tuvo que luchar por su supervivencia cuando su vecino del sur es, discutiblemente, el estado más agresivo de Europa. Después de todo, cada uno de los vecinos de Inglaterra sufrieron por su propensión a la invasión. ¿Por qué Escocia debía ser la excepción? Lo que es aún más intrigante es por qué los escoceses confiaron en Eduardo Plantagenet de Inglaterra lo suficiente para invitarlo a arbitrar la sucesión de la realeza escocesa a finales del siglo XIII. En retrospectiva, confiar en un rey inglés medieval era como poner la cabeza en la boca de un cocodrilo y luego preguntarle si tenía hambre. De todos modos, eso es lo que los escoceses hicieron en el año 1280, y esto resultó en siglos de una de las más sangrientas y más amargas guerras de Europa, si no es que del mundo entero. Y todo fue causado por el amor de un hombre hacia una mujer.

Él no era un hombre común y corriente, por supuesto, era de la realeza. Era el rey Alejandro III, conocido como El Glorioso, cuyo reino fue la última Era de Oro que Escocia disfrutaría por siglos. Era un fuerte rey que evitó una gran invasión noruega en las Batallas de los Largs y que devolvió las Islas Hébridas a Escocia. Fue un enérgico rey que se rehusó a rendir homenaje por su reinado al astuto Enrique III de Inglaterra. En efecto, si Alejando hubiese sobrevivido, Eduardo Piernas Largas nunca habría intentado imponer su reinado en Escocia, y las relaciones entre ambas naciones habrían sido mucho más fáciles, aun en la actualidad.

Sin embargo, aun los reyes fuertes tienen debilidades humanas, y la de Alejandro fue tan humana como era posible. Su primera esposa, Margarita, hija de Enrique III de Inglaterra, le dio tres hijos enfermizos, pero todos murieron a pocos años después de la muerte de su madre, dejando a Alejandro sin esposa ni heredero. Ambos elementos eran esenciales para un rey medieval, así que Alejandro comenzó a buscar a alguien adecuado. Él necesitaba una mujer vigorosa, capaz de engendrar hijos varones, y la encontró en la bella Yolanda de Dreux, Duquesa de Britania, una noble francesa que se ajustaba a sus necesidades perfectamente.

El plan de Alejandro era casarse en la abadía de Kelso, pero el vidente más famoso de Escocia, True Thomas de Ercildoune, tuvo un sueño en el que el techo de Kelso colapsaba sobre la congregación reunida. En consecuencia, el rey alteró sus planes y eligió la abadía de Jedburgh en su lugar, que estaba a unas cuantas millas más lejos a través del verde borde del campo. La gente tendía a escuchar a True Thomas porque sus predicciones tendían ser correctas. Él ya había previsto la victoria escocesa de Largs, aun a pesar de la inexperiencia del ejército escocés, y él habló de otros eventos que todavía no habían de venir. Su predicción sobre Kelso fue verdadera también, pero no lo fue sino después de unos cuantos cientos de años cuando el techo de la abadía colapsó en el siglo XVIII.

Así que fue en Jedburgh, y el espléndido edificio de lado de Jed Water vio una magnífica boda real. Era una ocasión muy significativa, y, de acuerdo con el Scottichronicon de Walter Bower, escrita alrededor de 1440, hubo una danza de espadas, seguramente una de las primeras que fueron registradas. Sin embargo, no fue eso ni las gaitas lo que dieron de qué hablar.

Como parte de las celebraciones se llevó a cabo un baile de máscaras, y entre los felices invitados, True Thomas vio una siniestra forma de esqueletos que bailaban. Otros pudieron haber visto la misma cosa, o al menos una solitaria figura que no fueron capaces de describir como un hombre o como un fantasma. Algunas fuentes hablan de mujeres gritando y caballeros cruzando sus espadas contra las artes oscuras. Lo que sea que haya aparecido ante la élite de Escocia ese día, parecía deslizarse en vez de caminar, y ciertamente eso no era un buen augurio.

La gente debió haber recurrido a True Thomas por una explicación, pero los videntes raramente pueden explicar sus propias visiones. Ellos solo ven y hablan y dejan que el mundo tome su propio curso. Había tantas historias sobre Thomas como las historias que él contaba, y la mayoría eran una completa mentira. La gente decía que él había visitado el Mundo de la Hadas por una puerta en las Colinas de Eildon, y que la reina Hada le había dado el don de la profecía a cambio de su destreza como amante. También decían que él era incapaz mentir.

La gente tiende a decir cosas ridículas por gusto.

Pero, por el momento, Alejandro se olvidó del vidente más famoso de Escocia y se concentró en su nueva esposa. Como era común en la realeza, los asuntos del estado los mantenían alejados de cuando en cuando, y en un oscuro día de primavera, Alejandro se encontraba en Edimburgo mientras Yolanda está en Fife. Él deseaba regresar a lado de su esposa, pero toda la corte recomendaba lo contrario. Ellos veían el clima, a las agitadas olas del Fiordo de Forth y negaban colectivamente con la cabeza.

Si Alejandro escuchó a True Thomas cuando pensó que lo mejor era no casarse en Kelso, también debió escucharlo aquel día, pues el vidente profirió una profecía que sería contada por los siglos siguientes en la historia de Escocia.

«Al día siguiente, antes del mediodía, soplará el mayor viento que se haya escuchado antes en Escocia».

Ignorando el buen consejo, Alejandro tiró de su rango y obligó a los siempre independientes balseros del Forth a llevarlo a través de una milla o dos del agua espumosa que, en ese entonces, era conocida como Scotswater o el Mar Escocés. Ahora es llamado el Fiordo de Forth pero, en un día ventoso, las olas aún golpean a la orilla, y el viento puede hacer de caminar por la orilla una aventura y de navegar, un peligro.

Sin duda, gruñendo entre dientes, los balseros hicieron lo que el rey comandaba, y ya después todos estarían aliviados cuando llegaran a la orilla norte y el rey pudiera apresurarse a Fife. Él se habría burlado de todos los dudosos, porque todo lo que él tenía que hacer era navegar un puñado de millas a lo largo de la costa y estaría a salvo en los brazos de su esposa, dónde él pertenecía.

Consecuentemente, tomó un caballo y se dirigió al este, pero, en algún lado, a lo largo del camino alto que seguía la línea del acantilado entre Kinghorn y Burntisland, su Majestad se resbaló y cayó. Su cuerpo fue encontrado a la mañana siguiente y todo Escocia sintió su muerte.

Un poema del periodo dice:

Cuando Alejandro, nuestro rey, murió

Quien dirigió a Escocia con ley y amor,

Ya no hubo abundancia de cebada y pan,

Ni de vino ni cera; ya no hubo más juegos ni diversión,

Nuestro oro fue convertido en plomo.

Cristo, que naciste de una virgen,

Rescata, y da remedio para Escocia,

Que está plagada de problemas.

La gente estuvo bien en lamentarse, y True Thomas estuvo bien acerca de la tormenta, la cual había estado amenazando desde que los reyes ingleses decidieron que ellos debían agregar a Escocia a sus dominios, y ahora, las nubes se amontonaban sobre el horizonte grisáceo de una nación medieval. Sin un heredero definitivo, y con un gran número de demandantes ansiosos por sentarse en el trono escocés por algún azar de su nacimiento; los escoceses estaban inseguros de quien elegir. Confiando en que Eduardo Piernas Largas era un verdadero caballero, los escoceses le pidieron que arbitrara en la selección del nuevo rey. Él accedió, con la condición de que él debía ser el jefe supremo. Creyendo que la alternativa sería una guerra civil, los escoceses aceptaron.

Lo demás es muy bien conocido al detalle. Eduardo eligió a John Baliol como monarca de Escocia y lo molestó hasta que el tan-calumniado-hombre se levantó contra el rey Plantagenet. Un ejército inglés veterano devastó Berwick y masacró a sus habitantes, destrozó al anfitrión feudal escocés de Dunbar y ocupó el país.

La derrota parecía total e irrevocable, pero Escocia no es una nación que puede ser subestimada. Tambaleándose, una nueva Escocia emergió, una Escocia de Wallace y el Negro Douglas, de guerra de guerrillas y de Robert de Brus. A décadas de guerra le siguió la hambruna y más guerra, como lo que una vez había sido una pacífica y próspera nación, enfrentaba un mundo en el que el valor de un hombre era juzgado por el tamaño de su vena combativa, y la guerra se convirtió en una forma de vida.

¿Y qué pasó con True Thomas? La leyenda dice que él estaba en su torre de Ercildoune cuando una cierva y un venado blanco aparecieron en el exterior. Sabiendo lo que eso significaba, él dejó la torre y los siguió directo a los brazos de la Reina Hada. Él debió haber encontrado en paz ahí, pero la reina Yolande ciertamente no lo hizo. Ella aún puede ser vista a veces, caminando alrededor de la base de la cruz Celta que fue construida para marcar el lugar exacto en el que su esposo murió.

MONSTRUOS EN EL LAGO

De todas las leyendas sobre monstruos en el mundo occidental, la del Lago Ness es, probablemente, la más conocida. Este estrecho de agua oscura al norte de Escocia atrae miles de turistas año tras año; ha habido docenas de libros escritos, unas cuantas películas hechas, miles de millones de fotografías tomadas y numerosos artículos en periódicos, ya sea burlándose o analizado el fenómeno del lago. Hay cazadores de monstruos profesionales y gente igualmente desesperada por comprobar que todo el asunto es una farsa; aun a pesar de toda la publicidad, nadie ha logrado constatar finalmente la existencia o falsedad de este supuesto monstruo.

El primer avistamiento registrado sobre una extraña criatura en el área fue en el siglo VI, cuando San Columba vino al este desde Iona para propagar la Palabra del Cristianismo al pagano Brude, rey de los Pictos, cercano a Inverness. Adomnan, el biógrafo de Columba, escribió sobre un conflicto sobrenatural entre Columba y Broichan, quien era el druida personal de Brude, así como su padre adoptivo. Lo que pudo haber impresionado al druida fue un encuentro afuera del fuerte del rey, puesto que vio una larga criatura que se elevó desde el Río Ness y estaba lista para cerrar sus enormes mandíbulas en la cabeza de un inocente transeúnte, cuando Columba alzó su mano y gritó. Su voz, la Palabra de Dios, fue suficiente para espantar a la criatura a una retirada apresurada.

Broichan pudo haberse sentido apabullado por esta descarada muestra del poder del cristianismo en su propio patio trasero, así que predijo que una tormenta bañaría al santo en su retorno al oeste. Su predicción resultó ser correcta, pero como Columba vivía en una de las islas Hébridas, estaba acostumbrado al mal tiempo y regresó a casa a salvo. De todos modos, era una apuesta bastante segura el predecir un clima tormentoso en el occidente de Escocia; hubiera sido más impresionante si Briochan hubiese dicho que habría buen clima.

Esa no fue solo la primera mención conocida de un monstruo en la región de Loch Ness, también fue la primera mención sobre la magia en ese lugar, ambos siendo entrelazados en la leyenda de Nessie, el nombre familiar del Monstruo de Lago Ness. Los locales que hablan gaélico la llamaron An Niseag —la pronunciación en Scots sería neeshack. Sin embargo, hay un mensaje oculto que insinúa un conocimiento antiguo. En Balmacaan, no muy lejos del lago, hay una piedra con grabados que datan de mucho antes de la memoria del hombre, estos muestran a una extraña bestia que parece ser una serpiente, o algo mucho más largo. Puede ser Nessie, o puede que no. Como muchas cosas de ahí, es más un misterio que un hecho factible.

Aunque la leyenda de Nessie es vieja, avistamientos parecen ser remarcablemente infrecuentes. Aparentemente se menciona sobre ello en el siglo XVI, lo que fue también un tiempo de grandes agitaciones religiosas y de juicios de brujas, así que la gente estaba muy receptiva a ideas extrañas. En el siglo siguiente, en el Atlas de Blaeu, publicado en 1653, no menciona un monstruo, pero registra: «olas sin viento, peces sin fin y una isla flotante»; todos los cuales, al menos, son inusuales. Parecería que hay algo diferente acerca del lago, pero nada espectacular… aún.

Así que el monstruo, si es que ella lo es, era remarcablemente silenciosa. Sin embargo, hay historias locales acerca de otra criatura: un caballo de agua que espera a la orilla del lago a que un desprevenido suba a su lomo, dónde, inmediatamente después, galoparían dentro del agua y mataría al desafortunado jinete. Como en la mayoría de estas historias, nunca hubo más que rumores y leyendas, oscuros murmullos mientras el inverno se acercaba a las colinas de los alrededores y advertencias de peligro por las aguas profundas.

A principios del siglo XIX, las aguas del lago fueron molestadas cuando ingenieros decidieron crear el Canal de Caledonia para facilitar el paso entre las costas del Este y el Oeste de Escocia. Quizá el sonido de más buques con barcos de vapor uniéndose a los fantasmagóricos barcos de velas debilitaron a la criatura, ya que ella levantó su mal acogida cabeza en más de una ocasión en ese siglo. O quizá no era el monstruo, sino el caballo de agua el que era visto vagamente a través de la neblina de la creencia y el miedo.

Había, también, accidentes ocasionales de hombres que caían por la borda de los barcos, justo como el pastor Duncan MacLaren, quien se ahogó en febrero de 1860, y Edward Murphy, un baterista del Cameron Highlanders que navegaba en un pequeño bote en el lago en julio de 1885. Este se volcó en aguas tranquilas sin ninguna causa o explicación.

Algunos pensaron que el lago demandaba muerte, y se hablaba de los viejos días cuando los animales y, quizá, niños eran sacrificados al espíritu del agua o a dioses olvidados, exiliados por la cruz de Columba.

Otros tuvieron más suerte: un escape fortuito ocurrió el 31 de marzo de 1829, cuando una caravana fúnebre se desplazaba desde Inverness a la vieja iglesia en Boleskeine. Una carrosa pasaba por la Piedra Negra de Inverfarigaig cuando, sin razón alguna, el conductor de un carruaje decidió dejar su puesto, entonces, este se volcó y se deslizó hacia el lago. El coche solo se detuvo porque chocó con unos árboles de abedul. Exactamente en la misma área, en junio de 1831, la congregación de la iglesia de Boleskeine fue alarmada por un cambio inesperado en el clima y, cuando corrieron al exterior, se encontraron con, como ellos lo llamaron, una «tromba marina», la cual se llevó un gran número de graneros y los sumergió en agua hasta la mitad.

Boleskeine era así, cosas extrañas pasaban ahí.

Hubo naufragios ocasionales, como el Comodoro de Greenock, que llevaba un cargamento de avena y que se volcó en una borrasca repentina en enero de 1853. El maestre, el Capitán Colquhoun y la tripulación abandonaron el barco y este, más tarde, fue descubierto flotando a la deriva cerca de las rocas de Inverfarigaig, no muy lejos de Boleskeine. Colquhoun tuvo éxito salvando su barco.

Cosas extrañas siguieron pasando; cada una insignificante por sí sola, pero juntas, la suma de sus partes era más que igual a un agujero de misterio. En diciembre de 1856, en el Inverness Courier se reportó que había una «bestia voraz» que se comió trece patos al extremo oeste del lago en un solo día, y un gran número de pavos un poco después. En agosto de 1863, la gente local quedó estupefacta cuando los salmones del lago decidieron, de repente, correr río arriba en las pesquerías Ness Salmon. O ellos sabían que se venía una tormenta, o algo los perseguía.

Mientras tanto, la vida normal de las comunidades cercanas al lago continuó, ellos siguieron cosechando, pescando, cazando, viviendo, amando y muriendo.