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Los 11 cuentos son sobre Maximiliano, un niño pequeño y Bello, una adorable pero algo impetuosa perro que siempre está al lado de Maximiliano. Las aventuras de Maximiliano y Bello experiencia juntos son emocionantes, divertidas y educativo al mismo tiempo. Los dos amigos tienen que trabajar juntos para resolver desafíos dominar y aprender lecciones importantes en el camino sobre la amistad, la confianza y la unión. 11 emocionantes cuentos ¡Disfruta leyendo! Edad de lectura a partir de 5 años. www.astridhaman.com
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Seitenzahl: 38
Veröffentlichungsjahr: 2023
AGRADECIMIENTOS
LA CARRERA
LA VISITA AL MÉDICO
BELLO EL TALENTO MUSICAL
DEMASIADA AZÚCAR NO ES BUENA
LA PRIMAVERA Y EL COLORIDO PRADO
BELLO QUIERE VOLAR
EL VIAJE EN CANOA
EL LECHO SECO DEL RÍO
LA FIESTA BARBACOA
AVENTURA EN LA CANCHA DE TENIS
EN LOS GRANDES ALMACENES
SOBRE EL AUTOR
Me gustaría agradecer a todos los que han contribuido a la creación de este libro infantil para aprender a leer.
En primer lugar, me gustaría agradecer a mis ilustradores que dieron vida a la historia con su habilidad y creatividad. Un agradecimiento especial a mi editora, quien me ayudó con su agudo sentido de las palabras correctas para hacer que la historia sea aún mejor.
También me gustaría agradecer a mis editores, quienes confiaron en este proyecto y me apoyaron en la publicación.
Por último, pero no menos importante, me gustaría agradecer a mi familia que siempre me ha animado a perseguir mis sueños y me ha apoyado en el trabajo en este libro.
Espero que este libro ayude a los niños a aprender a leer y agradezco a todos los que han contribuido a su creación.
Maximiliano era un niño brillante y aventurero de 8 años que no amaba nada más que jugar afuera en la naturaleza. Su mejor amigo en esta aventura era su fiel perro Bello, que siempre estaba a su lado.
Un día soleado, Maximiliano y Bello estaban fuera de casa en un gran prado jugando a la pelota. Maximiliano corrió tan rápido que Bello apenas pudo alcanzarlo. "¡Soy el corredor más rápido aquí!", gritó Maximiliano.
Bello resopló y ladró, como para decirle que lo estaba desafiando. "Está bien, Bello, hagamos una carrera. Si me alcanzas, recibirás un regalo", dijo Maximiliano, mostrando un puñado de galletas a Bello.
Bello aceptó el desafío y se paró en la línea de salida. Maximiliano hizo lo mismo y contó hasta tres. "¡Vamos!", gritó, y ambos corrieron. Al principio Maximiliano lideraba la carrera, pero después de unos segundos Bello lo había alcanzado y lo había adelantado.
Maximiliano lo dio todo para alcanzar a Bello, pero parecía que Bello se estaba volviendo cada vez más rápido. Corrieron por el prado, pasando por árboles y arbustos, mientras otros perros y sus dueños los miraban con asombro.
Maximiliano estaba tan absorto en la carrera que no se dio cuenta de que Bello se había ¡Tenemos que seguir corriendo!", gritó desde lejos.
Bello lo miró con tristeza y señaló al cielo. Allí Maximiliano vio que las nubes oscuras se habían acumulado y pronto comenzaría a llover. "¡Oh no, tenemos que volver a la casa!", gritó Maximiliano y comenzó a correr hacia la casa.
Bello lo siguió y juntos corrieron de regreso a la casa. Pero todavía estaban lejos cuando comenzó a llover. La lluvia se estaba volviendo más fuerte y los dos estaban completamente empapados cuando finalmente llegaron a la casa.
Maximiliano y Bello se rieron de su percance y se calentaron en casa. Pueden haber estado mojados y congelados, pero su aventura los había unido aún más. Maximiliano sabía que podía superar cualquier desafío con su mejor amigo, y estaba esperando su próxima aventura.
Maximiliano y su perro Bello eran amigos inseparables. Como Bello era un cachorro, los dos habían hecho todo juntos, desde jugar en el parque hasta descansar en el sofá. Pero hoy fue un día especial: Bello tuvo que ir al veterinario.
Maximiliano sabía que a Bello no le gustaba ir al médico. Pero trató de calmarlo diciéndole que era importante ir a chequeos regularmente para asegurarse de que estaba sano. "Es solo un control de rutina, Bello", dijo Maximiliano. "No pasará mucho tiempo antes de que volvamos a casa y podamos pasar el resto del día juntos".
Bello dudó, pero finalmente estuvo de acuerdo. Maximiliano agarró la correa y los dos se dirigieron al veterinario.
Mientras estaban sentados en la sala de espera, Maximiliano pudo ver lo nervioso que estaba Bello. Tenía la cola entre las piernas y temblaba por todas partes. Maximiliano lo acarició suavemente y le dijo que todo estaría bien.
Pero cuando Bello finalmente fue llevado a la sala de tratamiento, Maximiliano pudo escucharlo comenzar a aullar. Quería seguirlo, pero el veterinario le dijo que tenía que esperar afuera.