Lingotes de oro - Agatha Christie - E-Book

Lingotes de oro E-Book

Agatha Christie

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Beschreibung

Durante una de las reuniones del Club de los Martes, Raymond West relata su caso. En un pueblito costero, se hace amigo de Newman, un emprendedor millonario que se propone descubrir lingotes de oro perdidos entre los restos del naufragio de un antiguo galeón español. El inspector Badgoworth se encuentra investigando lo mismo. Una noche, Newman es secuestrado, pero finalmente lo encuentran en el fondo de una zanja. El millonario dice haber visto a un grupo de marineros transportando el oro, pero los lingotes no aparecen. ¿Qué sucedió realmente? ¿Quién tiene el tesoro? Como siempre, Miss Marple, llegará a la verdad.

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Seitenzahl: 20

Veröffentlichungsjahr: 2024

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Capítulo 1

No sé si la historia que voy a contarles es aceptable —aclaró Raymond West—, porque no puedo darles la solución. Sin embargo, los hechos fueron tan interesantes y tan extraños que me gustaría proponerla como problema y, tal vez entre todos, podamos llegar a una conclusión lógica. Ocurrió hace dos años, cuando fui a pasar las Pascuas a Cornualles con un hombre llamado John Newman.

—¿Cornualles? —preguntó Joyce Lemprire bruscamente.

—Sí. ¿Por qué?

—Por nada, sólo que es raro. Mi historia también ocurrió en cierto lugar de Cornualles, en un pueblito pesquero llamado Rathole. No me digas que es la misma historia.

—No, lo mío ocurrió en Polperran, un pueblo situado en la costa oeste de Cornualles, un lugar agreste y rocoso. A Newman me lo habían presentado pocas semanas antes y me pareció un compañero interesante. Era un hombre de aguda inteligencia y muy buena posición económica, con una romántica imaginación. Por el entusiasmo que tenía con su último hobby, había alquilado Pol House. Era una autoridad en la época isabelina y me describió con lenguaje vívido y gráfico la ruta de la Armada Invencible. Lo hizo con tanto entusiasmo, que parecía que había sido testigo ocular de la escena. ¿Existirá la reencarnación? Quisiera saberlo. Me lo pregunté tantas veces...

—Eres tan romántico, querido Raymond —dijo miss Marple mirándolo con afecto.