Los diarios de Adán y Eva - Mark Twain - E-Book

Los diarios de Adán y Eva E-Book

Mark Twain

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Beschreibung

Entre los miles de textos cómicos o sketches que Samuel Clemens, alias Mark Twain, publicó a lo largo de su vida en periódicos y revistas, a la par que sus novelas y cuentos, se encuentran estos Diarios de Adán y Eva escritos en diferentes etapas entre 1853 y 1905. En un principio, Twain situó el Paraíso junto a las cataratas del Niágara. Después buscó quitar esta alusión, pero la adaptación niagaresca ha quedado como muestra de la gran ironía, gracia y versatilidad que caracterizan su obra. En estos diarios el autor parece decirnos que es el ser humano el que construye su paraíso y el que se expulsa de él.

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Seitenzahl: 71

Veröffentlichungsjahr: 2025

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COLECCIÓN

RELATO LICENCIADO VIDRIERA

COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL

Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial

AVISO LEGAL

Los diarios de Adán y Eva, de Mark Twain. Introducción y traducción de Ana García Bergua.

La obra Los diarios de Adán y Eva, de Mark Twain, fue publicada en 2025, de manera impresa, por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, bajo su colección Relato Licenciado Vidriera. Directora general de Publicaciones y Fomento Editorial: Socorro Venegas. Subdirectora editorial: Elsa Botello López. Coordinadora de la colección: Tedi López Mills. Diseño: Ricardo Noriega y Moira de Chermont. Formación: Ma. Dolores Rodríguez. Lecturas: Judith Díaz. Cuidado editorial: Patricia Zama. Fundador de la colección: Hernán Lara Zavala†. Director de la colección de 2005 a 2022: Álvaro Uribe†.

Esta edición de un ejemplar (380 Kb) fue preparada por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM. La coordinación editorial estuvo a cargo de Camilo Ayala Ochoa. La producción y formación fueron realizadas por Guillermo Chávez Sánchez y Patricia Muñetón Pérez.

Primera edición electrónica en formato epub: 25 de abril de 2025.

D. R. © 2025 UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

Ciudad Universitaria, 04510, Ciudad de México, México.

Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial

www.libros.unam.mx

ISBN: 978-607-587-365-7

Prohibida su reproducción parcial o total por cualquier medio sin autorización escrita de su legítimo titular de derechos.

Esta edición y sus características son propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Hecho en México.

Contenido
INTRODUCCIÓNAna García Bergua
LOS DIARIOS DE ADÁN Y EVA
Fragmentos del diario de Adán
El soliloquio de Adán
Habla Eva
El diario de Eva

INTRODUCCIÓN

A Alejandra Piastro con gratitud

Entre los miles de textos cómicos o sketches que Samuel Clemens, alias Mark Twain, publicó a lo largo de su vida en periódicos y revistas, a la par que sus novelas y cuentos, se encuentran estos “diarios adánicos” escritos en diferentes etapas. El primero de ellos, “Extractos del diario de Adán”, tiene una historia curiosa: fue publicado antes de 1893 y después el autor lo trabajó de nuevo para adaptarlo al Niagara Book, una publicación de homenaje a la Feria Mundial de Buffalo. Así, Twain decidió situar el Paraíso junto a las cataratas del Niágara, aludiendo a otros lugares de Buffalo como el Lago Erie y Tonawanda. Apareció en el libro como “La primera mención auténtica de las Cataratas del Niágara, extracto del diario de Adán. Traducido del manuscrito original por Mark Twain”, lo cual en sí es un chiste. Twain buscaría después quitarle la mención a las cataratas, especialmente cuando quiso publicar el “Diario de Eva”, e intercalar en él algunas partes de este diario, pero el texto con la adaptación niagaresca ha quedado como una muestra de la gran ironía, gracia y versatilidad que caracterizaron su obra.

De alguna manera, el tema se vincula a otro de los textos que aquí presentamos, “El soliloquio de Adán”, escrito en 1905, en el que Adán visita Nueva York para enterarse de las novedades del mundo después de la creación: observa el esqueleto de un dinosaurio en el Museo de Historia Natural y conversa con una joven madre que pasea la carriola de su hijito por Central Park. Las dos adaptaciones o relaciones de Adán con la modernidad nos hablan de que el Edén en estos textos es todo menos bíblico en un sentido religioso, pues en todos ellos Dios está ausente; las voces de Adán y Eva en estos diarios relatan la sorpresa y la maravilla ante el mundo, así como el descubrimiento del amor.

“Habla Eva”, escrito también hacia 1905 después de la muerte de Olivia (Livy) Clemens, la esposa del autor a la que amaba y que lo acompañó en todos sus viajes y aventuras literarias, describe a la primera mujer como creadora del lenguaje, pues todo lo nombra, y como una pertinaz investigadora, si bien demasiado confiada en la pura observación, de la naturaleza y sus fenómenos, a diferencia de Adán que es más bien limitado y podríamos decir que hace lo que le toca. El centro de los dos diarios y del último texto que aparece en esta pequeña edición, “Habla Eva”, es en realidad la relación entre ambos sexos, sus diferencias y sus maneras de ver el mundo. La caída aparece como una especie de trampa en la que caen dos inocentes que no dejan de serlo, y ésa es la gran lección de modernidad que nos da Mark Twain.

“Habla Eva” se publicó en Harper’s Magazine en 1905. Al año siguiente fue reimpreso en una colección de Harper’s llamada Their Husband’s Wives con algunas partes intercaladas de los “Extractos del diario de Adán”. Hubo una pequeña trifulca cuando salió otra edición ilustrada con dibujos art nouveau de Lester Ralph y algunos de ellos se quisieron censurar porque mostraban a Adán y Eva sin ropa. Mark Twain quería que las ilustraciones fueran serias y le gustaron mucho; en cuanto a la supuesta inmoralidad de los dibujos, dijo que no le importaba en lo más mínimo.

Twain escribió “Habla Eva” alrededor de 1900, y se publicó primero en Europe and Elsewhere (1923). Finalmente se incluyó en la edición de 1906 del “Diario de Eva”. En 1931 Harper’s publicó los diarios juntos en La vida privada de Adán y Eva. Muchos años y ediciones después, Oxford University Press publicaría las primeras versiones en facsímil de los dos diarios por separado como Los diarios de Adán y Eva (1996).1

Justamente en esta edición inglesa se puede leer la interesante introducción escrita por la gran narradora Ursula K. Le Guin en la que hace hincapié en una especie de feminismo del autor, quien simpatizaba con las sufragistas y con la idea de una nueva mujer en el tránsito del siglo xix al xx “que era precisamente la robusta y alegremente competente Eva que nos da Mark Twain”:

Eva es la intelectual en el paraíso, Adán el campesino ignorante. Ella es salvajemente curiosa y quiere aprender todo, nombrar todo. A Adán nada le provoca curiosidad, seguro de que sabe todo lo que necesita saber. Ella quiere hablar, él quiere gruñir. Ella es sociable, él es solitario. Ella se enorgullece de ser científica, aunque se inclina por sus teorías preferidas sin probarlas, su método es puramente intuitivo y racional sin sombra de empirismo. Él cree que ella debe comprobar sus ideas, pero es muy perezoso para hacerlo por sí mismo. Él se va a las cataratas del Niágara en un barril, no dice por qué, aparentemente porque un hombre hace esas cosas. Mucho más imaginativa que él, ella hace cosas peligrosas sólo cuando no sabe que son peligrosas. Monta tigres y le habla a la serpiente. Es rebelde, aventurera e independiente, él no cuestiona a la autoridad. Ella es la agitadora inocente. Su anarquismo amoroso arruina el Edén despreocupado, autosuficiente y autoritario de él, y lo salva.2

Claro que visto con nuestros ojos, el amor absoluto de Eva por Adán después de la caída, su condición de esposa universal —especialmente al final del “Diario de Eva”, donde afirma incluso que lo amará aunque no tenga ninguna virtud y aunque le pegue–, podrían interpretarse como su castigo; en cambio Adán la descubre realmente, después de haberla criticado por hablar tanto, y escribe en su tumba aquella frase que nos hace amar a Mark Twain: “Donde se encontrara ella, ahí estaba el Edén.”

A fin de cuentas, parece decirnos este gran autor, es el ser humano el que construye su paraíso y el que se expulsa de él. El libro en realidad trata de las relaciones amorosas y es un homenaje a su esposa Olivia con la que tuvo aquella relación tan entrañable. Si se leen sus diarios de los días finales de Livy, se puede ver la lealtad con que la amó, un amor que quizá, como a Adán, lo revelaría como un viajero hechizado por la maravilla del mundo.

Ana García Bergua

1 Todos estos datos sobre la historia de la publicación de los textos han sido tomados de R. Kent Rassmusen, Critical companion to Mark Twain: a literary reference to his life and works. Infobase Publishing, NY, 1995. [N. de la T.]

2 Mark Twain, The Diaries of Adam and Eve, 1996, Oxford University Press, Inglaterra. [N. de la T.]

LOS DIARIOS DE ADÁN Y EVA

Fragmentos del diario de Adán

Traducidos del manuscrito original

lunes