Los estudios de egresados - Amanda Castaño Torres - E-Book

Los estudios de egresados E-Book

Amanda Castaño Torres

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Beschreibung

Preguntarse por qué o para qué establecer un diálogo con el egresado o realizar estudios sobre ellos ha sido un tema de amplia reflexión para los integrantes de la comunidad educativa. A partir de estas cuestiones se han ido formulando políticas que permiten trazar un horizonte de sentido, con el objeto de redefinir el rumbo de su relación con la universidad. Se trata entonces de abrir espacios de participación y fortalecer sus vínculos con el medio sociocultural y laboral del cual hacen parte. Desde esta perspectiva, el seguimiento de egresados se constituye en una actividad esencial que busca establecer una relación de doble vía entre la institución formadora o el programa del que hicieron parte y el egresado, un actuar investigativo que sirve a la institución para evaluar y fortalecer su presencia en la sociedad, redefinir su quehacer y proponer alternativas que incidan en mejorar permanentemente su acción laboral y profesional. Este libro es parte del esfuerzo realizado por la Universidad Distrital Francisco José de Caldas para entrar en contacto con muchos de sus egresados, especialmente de las facultades de Ciencias y Educación e Ingeniería. El camino recorrido da cuenta de las diferentes tendencias en los estudios de egresados y las estrategias metodológicas que han sido empleadas para la recolección de información, la caracterización de sus trayectorias académicas y laborales, identificar sus condiciones de trabajo y desde su desempeño profesional proveer una mirada retrospectiva que aporta valiosas apreciaciones sobre los procesos de formación ofrecidos por los programas académicos y la Universidad Distrital.

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Seitenzahl: 321

Veröffentlichungsjahr: 2019

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Los estudios de egresados:

una mirada a los procesos de formación desde la práctica profesional en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas

© Universidad Distrital Francisco José de Caldas

© Facultad de Ingeniería

© Wilson Díaz Gamba, Piedad Ramírez Pardo yAmanda Castaño Torres

Primera edición, marzo de 2019

ISBN: 978-958-787-606-2

Dirección Sección de PublicacionesRubén Eliécer Carvajalino C.

Coordinación editorialEdwin Pardo Salazar

Corrección de estiloRodrigo Díaz Lozada

DiagramaciónLeidy Briceño

Editorial UD

Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Carrera 24 No. 34-37

Teléfono: 3239300 ext. 6202

Correo electrónico: [email protected]

Castaño Torres, Amanda

Los estudios de egresados : una mirada a los procesos de formación desde la práctica profesional en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas / Amanda Castaño Torres, Wilson Díaz Gamba, Piedad Ramírez Pardo. -- Bogotá : Editorial Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2019.

218 páginas ; 24 cm. -- (Ciudadanía y democracia).

ISBN 978-958-787-606-2

1. Universidad Distrital Francisco José de Caldas (Bogotá) - Egresados 2. Egresados universitarios - Estudios comparados 3. Formación profesional 4. Educación superior I. Díaz Gamba, Wilson, autor II. Ramírez Pardo, Piedad, autora III. Tít. IV. Serie378.986126 cd 22 ed.A1626039

CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Ángel Arango

Todos los derechos reservados.

Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Sección de Publicaciones de la Universidad Distrital.

Diseño epub:Hipertexto – Netizen Digital Solutions

Contenido

Introducción

CAPÍTULO 1

Tendencias y estrategias en los estudios de egresados

La evaluación de competencias en el seguimiento de egresados

Estrategias metodológicas empleadas en los estudios de egresados

CAPÍTULO 2

Los estudios de egresados en los contextos internacionales y nacionales

Experiencias significativas en Estados Unidos y Europa

Los estudios en Latinoamérica

Los programas a nivel nacional

Las políticas de calidad y el seguimiento de egresados

Las trayectorias de la Eafit y la Pontificia Bolivariana

CAPÍTULO 3

Las políticas de egresados en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas

La Unidad de Egresados de la Universidad Distrital

Criterios y políticas para la Facultad de Ciencias y Educación

Aportes a la institución

Posibilidades que ofrece al egresado

El factor egresados en los documentos de registro calificado y renovación de acreditación

Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Ciencias Sociales

Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Educación Artística

Licenciatura en Física

Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Inglés

Licenciatura en Educación Básica con énfasis en Humanidades y Lengua Castellana

Licenciatura en Pedagogía Infantil

Licenciatura en Química

Artes Escénicas

Ingeniería Electrónica

Ingeniería Topográfica

Licenciatura en Biología

Matemáticas

Tecnología en Topografía

Tecnología en Electrónica

Tecnología en Sistematización de Datos

Tecnología en Gestión Ambiental y Servicios Públicos

Tecnología Mecánica

Tecnología en Saneamiento Ambiental

Las investigaciones sobre egresados en las facultades

CAPÍTULO 4

El seguimiento de egresados en el Proyecto Curricular de Ingeniería Eléctrica Proyecto de investigación 2013

Resultados del seguimiento de egresados del Proyecto Curricular de Ingeniería Eléctrica

Información personal

Información académica

Información laboral

Identificación y descripción de empresas de trabajo actual

Creación de empresa

Sentido de pertenencia e identidad con la Universidad

El proceso de formación y el apoyo institucional

Información relacionada con la Universidad

Percepción sobre las prácticas pedagógicas de los docentes

Satisfacción con la estructura física de la Universidad

Satisfacción con los espacios para el desarrollo del aprendizaje

Conclusiones

CAPÍTULO 5

El seguimiento de egresados en la Facultad de Ciencias y Educación

Políticas educativas y desempeño profesional de los maestros

Los resultados del seguimiento de egresados en la Facultad de Ciencias y Educación

Características de los egresados

Condiciones laborales de los egresados

Características del desempeño laboral, aspectos positivos y dificultades

La proyección personal y profesional

Niveles de satisfacción con la formación recibida: habilidades y expectativas

Sentido de pertenencia y elementos de identidad de los licenciados de la Universidad Distrital

Conclusiones y recomendaciones

Las recomendaciones de los egresados

Recomendaciones para los programas académicos

Referencias bibliográficas

Notas al pei

Introducción

Es innegable la responsabilidad social y el papel que se le ha atrigbuido a la educación como agente socializador de la cultura y dinamizador de los procesos de cambio y ascenso social. Hace unas décadas, el acceso a la educación superior posibilitaba a los egresados no solo ubicarse laboralmente, sino también mejorar sus condiciones de vida. Actualmente, las transformaciones socioeconómicas generadas por la globalización y la influencia del libre mercado han impactado de igual forma la oferta y demanda laboral, así como la educación, generando escasez y vulnerabilidad en el empleo. De tal forma que hoy no es suficiente tener un título profesional para garantizar el acceso al trabajo, la movilidad, la estabilidad y el ascenso social que se lograba con la educación en otras épocas (Sendón, 2005).

Desde esta perspectiva, se asume que la educación superior en Colombia cumple un papel estratégico en el desarrollo sociocultural y económico del país, razón por la cual las instituciones universitarias tienen la responsabilidad de formar profesionales con las calidades y pertinencia que demanda la sociedad del siglo XXI (Misas, 2004). En concordancia con este hecho, los últimos años los estudios sobre egresados han cobrado importancia entre los factores propuestos para la medición y el aseguramiento de la calidad de la educación. En este sentido, consultar a los egresados se ha convertido en práctica fundamental, en cuanto se considera que el egresado cumple una función importante como “carta de presentación” ante la sociedad. Esto, en la medida que se sitúa como representante de la institución y el programa académico del cual hizo parte, y a su vez se convierte en un indicador del impacto de estos en el medio social.

Dicho de otro modo, aunque los egresados no son la Universidad, como lo plantea Lopera (2005), se reconoce que la Universidad sí son sus egresados, o en otras palabras, que esta no puede existir sin ellos, ya que detrás del calificativo del egresado está el nombre de una institución que certifica públicamente que ha sido formado con los requisitos de calidad exigidos por la institución, en función de los propósitos esenciales establecidos para la educación superior de preparar a los estudiantes para cumplir un rol productivo en la sociedad y el mercado laboral (Alzate, Goméz y Arbeláez, 2011).

Este planteamiento reafirma la importancia que tiene para la universidad el proceso de formación de sus futuros profesionales, pues los egresados son también reflejo de sus instituciones, en tanto que ellas han contribuido a consolidar sus proyectos de vida en las dimensiones personal, social, laboral y familiar, las cuales a su vez materializan y dan sentido a la misión y visión de la institución. En rigor, la universidad no solamente ofrece a través de sus programas un horizonte de posibilidades para los estudiantes que ingresan, sino también una manera de interpretar el mundo y asumir la realidad desde posiciones éticas y políticas (Paredes y De la Herrán, 2010). Ello implica que el egresado deja de ser el profesional con conocimientos técnicos y pasa a ser un sujeto que se constituye a partir de sus relaciones sociales, de sus intereses y de los roles que asume (Santillán, 2012); es decir, el egresado no solo responde por el desempeño de su ejercicio como profesional, sino que, al reconocerse como parte de una institución, expresa también perspectivas sociales y políticas coherentes con los propósitos de su formación.

Desde esta concepción de la educación superior, adquieren relevancia los estudios y las investigaciones sobre egresados, dado que son ellos quienes articulan los factores de educación y trabajo, en cuanto pueden valorar y dar respuesta, desde su experiencia, a la correspondencia entre los procesos de formación y las demandas que les formula la sociedad. Esta perspectiva sigue la línea que han venido formulando las políticas de educación y formación para el trabajo1 del Gobierno nacional, que ha requerido a las entidades comprometidas diseñar estrategias para fomentar: (i) mayor movilidad entre niveles y modalidades educativas; (ii) mayor pertinencia de la formación y la articulación del Sistema de Formación de Capital Humano (SFCH) con el sector productivo; (iii) el fortalecimiento de los procesos de aseguramiento de la calidad de oferta de formación; y (iv) la determinación de las bases para una política de aprendizaje permanente en la población (Conpes 3674 del 2010).

Para las instituciones de educación superior esto ha significado una mayor exigencia en los procesos de evaluación y autoevaluación, así como la implementación de complejos sistemas de medición de la calidad educativa a través de estándares e indicadores, que deben verificarse con cierta periodicidad para poder recibir las certificaciones del cumplimiento de requisitos mínimos para el ofrecimiento de programas académicos, o la certificación de alta calidad de los programas y la institución.

En el caso específico de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, los estudios realizados le han permitido restablecer los vínculos de los egresados con la institución, así como obtener información valiosa sobre sus características sociodemográficas, las condiciones laborales, la forma como perciben los procesos de formación desde las exigencias del trabajo cotidiano, los sentimientos que han quedado en relación con la universidad, los significados que configuran su identidad como egresado, la apreciación que hacen de las debilidades, las fortalezas y los aspectos por mejorar en los programas de formación, entre otros.

Preguntarse el porqué y el para qué establecer un diálogo con el egresado o realizar estudios, ha sido tema de reflexión para los miembros de la comunidad educativa. Con este propósito se han formulado algunas políticas que permiten trazar un horizonte de sentido para redefinir el rumbo de la relación con los egresados. No se trata solo de obtener y cumplir los requisitos de autoevaluación y acreditación, es indispensable abrir espacios de participación y fortalecer los vínculos con el medio social del cual los egresados forman parte. Desde esta perspectiva, el seguimiento de egresados se constituye en una actividad, “cuya función esencial consiste en establecer una relación de doble vía entre la institución formadora o programa y el egresado, que sirve a la institución para evaluar, y de ser el caso, redefinir su quehacer, y al egresado para mejorar permanentemente su acción laboral, social y cultural” (Pinilla, 1985).

De acuerdo con lo anterior, este libro presenta en su primer capítulo las diferentes tendencias en los estudios de egresados y las estrategias metodológicas que han sido empleadas para la recolección de la información. Adicionalmente, se describen los aspectos que han sido ponderados al momento de elaborar directorios, estudios de caracterización, análisis de continuación de estudios, condiciones del primer empleo, estudios de desempleo y salario, análisis de la historia ocupacional y de la pertinencia interna y externa del programa académico. Además, se presentan las tendencias que destacan la importancia de evaluar las competencias para el desempeño laboral y algunos resultados de los estudios de competencias en graduados.

En el segundo capítulo se presentan algunos de los estudios de egresados más relevantes realizados a escala mundial en regiones con diferentes niveles de desarrollo económico y social. Se mencionan los casos de Estados Unidos, Europa, Latinoamérica y Colombia. De igual forma, se describen las políticas de calidad que han venido incidiendo en los estudios de egresados y las experiencias realizadas en las universidades con la creación de programas, entre las cuales se destacan las de Eafit y la Universidad Pontificia Bolivariana.

Las políticas de egresados en la Universidad Distrital se presentan en el tercer capítulo. Estas permiten apreciar los avances que se han realizado sobre el tema y la inclusión de diagnósticos, programas y proyectos en el Plan Estratégico de Desarrollo 2007-2016, denominado “Saberes, conocimientos e investigación de alto impacto para el desarrollo humano y social”. También se describen las acciones realizadas desde la Unidad de Egresados, creada por la Vicerrectoría Académica y adscrita a Bienestar Institucional, la normatividad generada en la Facultad de Ciencias y Educación, y aspectos destacados en los informes de los programas académicos sobre el seguimiento de egresados y las investigaciones sobre egresados realizadas en las facultades.

El cuarto y el quinto capítulo recogen los resultados obtenidos en las investigaciones realizadas en el programa de Ingeniería Eléctrica y en la Facultad de Ciencias y Educación. Los dos estudios tienen sus propias particularidades, el primero es un estudio longitudinal que se desarrolla en tres fases: la obtención del grado, la segunda a los tres años y la tercera a los cinco años. Los resultados que se presentan corresponden a la primera fase del proyecto.

Por su parte, la Investigación de la Facultad de Ciencias y Educación tiene una trayectoria más amplia, comenzó en 1999, el primer informe fue publicado en el 2000, la segunda fase se realizó entre el 2003 y el 2004, los resultados se publicaron en el 2008. La tercera fase se llevó a cabo entre el 2010 y el 2011, y dio lugar a un informe en el 2012, titulado Dos momentos en el seguimiento de egresados de la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital: antes y después del 2005, cuyos resultados hacen parte de esta publicación.

La cuarta fase corresponde a un estudio realizado por la Coordinación de Autoevaluación y Acreditación de la Facultad de Ciencias y Educación, que recoge la opinión de los empleadores y directivos docentes sobre el desempeño y rasgos profesionales de los egresados, denominado “Apreciaciones de los empleadores sobre los egresados de la Facultad de Ciencias y Educación”, publicado en 2012.

Capítulo 1

Tendencias y estrategias en los estudios de egresados

Se puede afirmar que el seguimiento a egresados es el conjunto de acciones realizadas por una institución, facultad o programa académico, orientado a mantener una comunicación constante con sus graduados, con el propósito de acercarse al desempeño profesional y desarrollar actividades que favorezcan el mejoramiento personal, profesional e institucional. A su vez, dinamiza en la institución procesos de mejoramiento continuo en relación con los sistemas de planeación, administración y gestión y favorece la construcción de vínculos con los sectores sociales y productivos del entorno. La información que proporciona el seguimiento a egresados aporta mayor comprensión del medio laboral y social en el que se desempeñan, lo que permite contar con más elementos de juicio para la toma de decisiones a nivel institucional y de los programas. Según López (1994), los estudios de seguimiento deben partir de un sistema de información que contenga los datos básicos de los titulados, el desempeño laboral, las experiencias, las opiniones y las sugerencias, entre otros.

Un ejercicio que ha precedido a los de seguimiento de egresados ha sido la conformación de asociaciones y agremiaciones que buscan fortalecer los vínculos y promover el desarrollo de capital social entre los titulados y las instituciones. Sin embargo, es necesario aclarar que la intencionalidad de este tipo de iniciativas no ha sido la reflexión académica, sino la configuración de redes sociales, políticas y culturales (Valenzuela y León, 2006) que con el tiempo se han constituido en un apoyo importante para los procesos de autoevaluación y acreditación que han vinculado las organizaciones y redes a las dinámicas institucionales (Trigueros, 2013). En general, se puede decir que los estudios de egresados han cobrado importancia por influencia de las disposiciones y normas que buscan el mejoramiento de la calidad de los programas académicos y las instituciones, ligados a los procesos de acreditación.

Entre los objetivos de los estudios de egresados se enuncia la necesidad de establecer correspondencia entre la formación de los titulados y los requerimientos de la empresa, así como la identificación de las características generales del mercado, los perfiles solicitados por las empresas y las áreas que mejorar en la formación académica. En este sentido, la información que proporcionan estos estudios permite determinar las demandas de las empresas a los universitarios, cómo ven las empresas a los titulados, los escenarios de las profesiones y las competencias.

Los estudios de egresados han hecho evidentes diferentes tendencias y estrategias empleadas para el seguimiento, como se describe a continuación:

• Directorios de egresados: se constituye en la primera etapa del seguimiento y es base indispensable para realizar las otras fases. Consiste en identificar a los egresados de un programa y conocer su ubicación actual. Es una acción que debe cobijar a todos los egresados ya que en este caso no sirve ningún tipo de muestra (Garibay y Soria, 2003; Gómez V., 2004).

• Estudios de caracterización: este tipo de estudio busca reunir información básica sobre algunos atributos personales de los egresados, que luego servirán para establecer relaciones con las variables ocupacionales o de mayor educación. Esta descripción sociodemográfica o caracterización permite apreciar la distribución de la población en aspectos como el género, la edad, el estrato social, lugar de nacimiento, estado civil, número de hijos y personas a cargo, fecha de inicio de estudios y graduación (Lopera, 2005; Cossio et al., 2009).

• Análisis de continuación de estudios: estos estudios se orientan a complementar la caracterización del egresado y a explorar las motivaciones y la racionalidad que fundamenta la continuación de los estudios. Además, exploran aspectos tales como el tiempo que transcurrió para continuar los estudios, la institución donde los realizó, el nivel de titulación al que conducen los estudios, las áreas de conocimiento, las modalidades de profundización y los cursos complementarios (López H., 1994; Pinilla, 1985; Adelam, 1999).

• Estudios de condiciones de primer empleo: este tipo de estudios inician las aproximaciones al mercado laboral y establecen las primeras relaciones entre educación y empleo. En este sentido, es pertinente obtener información acerca de la empresa donde se obtuvo el primer empleo, su carácter, las condiciones y requisitos para acceder a este, las funciones desempeñadas y el grado de satisfacción logrado, la utilidad de la formación recibida en relación con el cargo desempeñado y las dificultades que se presentaron. Un estudio de esta naturaleza es útil para evaluar los propósitos formativos del programa e introducir los ajustes que sean pertinentes (Valenzuela y León, 2006; Vidal, 2003).

• Estudios de desempleo: buscan desentrañar las causas que están en la base de este fenómeno, con el objeto de brindar a la institución elementos de juicio para tomar decisiones que permitan actuar académicamente y reorientar la formación profesional. Las preguntas buscan establecer el tiempo de duración del desempleo, las razones que lo justifican, los motivos para rechazar o no ser aceptado en algunos empleos y los medios utilizados para acceder a un nuevo empleo (Trigueros, 2013; Smith y Bers, 1987).

• Análisis de la historia ocupacional: el conocimiento de la historia ocupacional es una perspectiva más dinámica para los estudios de egresados, por cuanto permite profundizar en las trayectorias laborales, mediante el análisis del desempeño en cada uno de los empleos, es decir, realiza un seguimiento longitudinal. El estudio recoge datos referidos a las causas de retiro del empleo anterior, el tiempo que duraron desempleados en cada cambio de ocupación, los cambios que se presentaron entre sectores, el tipo de vinculación y el grado de satisfacción con cada nuevo empleo (Schomburg, 2004; Red Gradua 2, 2006).

• Estudios del salario: generalmente, el factor salario ha sido incorporado en los estudios de caracterización y en los análisis del mercado laboral. En otros casos, se ha considerado variable clave de los estudios socioeconómicos, que abarcan periodos entre uno y tres años (Quaas, 1998; Pike, 1993).

• Análisis de pertinencia interna y externa del programa: estos estudios se orientan a establecer la correspondencia de los saberes o competencias desarrolladas en los programas de formación de los titulados con los requerimientos del sector productivo (Putnam, 2003; Restrepo, 2006).

A nivel metodológico, también pueden variar los momentos y los procedimientos adoptados por los investigadores para el estudio de egresados. Algunos autores consideran que el seguimiento debe iniciarse durante el último año de estudios y continuar después del grado. Sendón (2005), por ejemplo, realizó el estudio de una cohorte durante un año para identificar los aspectos que influyen en las trayectorias escolares y laborales de los estudiantes de la media y analizar tres factores: la escolarización en escuelas de sectores más altos que el propio, el rendimiento escolar y la experiencia laboral previa. De acuerdo con Pinilla (1985), deben incluirse en el estudio como mínimo las variables de género, edad, localidad, educación anterior y posterior e información familiar. Adicionalmente, se suele buscar información acerca de las expectativas de los estudiantes respecto de su experiencia futura en el mercado laboral, la clase de trabajo que esperan y el nivel salarial al cual aspiran.

Un segundo tipo de estudio es el retrospectivo, mediante el cual se hace contacto con los egresados de promociones anteriores para obtener información respecto de su desarrollo profesional, expectativas y necesidades de capacitación, experiencias en las actividades para conseguir empleo, el tiempo transcurrido para dicho fin, tipo de empleo, sector productivo al que pertenece la empresa, nivel de ingresos, entre otros (Quintero, 2007; Nigrini y Petito, 2004).

La mayoría de los estudios de egresados, incluidos los del observatorio laboral, toman como punto de partida y requisito fundamental el momento de la obtención del título de profesional. De tal forma, se considera egresado a quien ha cumplido con la totalidad de requisitos establecidos por la institución en su plan de estudios. Los resultados se han constituido en insumos importantes para introducir ajustes en relación con los propósitos de formación, contenidos programáticos y criterios de calidad del programa y para elaborar propuestas de capacitación y actualización.

Figura 1. Estrategias de seguimiento a egresados

En síntesis, el seguimiento organizado y planificado de los egresados es para todas las instituciones de educación superior una necesidad inaplazable que repercute en el interior y en el exterior de esta. Dicho proceso aporta al logro de los objetivos institucionales, ya que provee la información suficiente y relevante que soporta la evaluación consciente de la realidad institucional descrita desde las voces de los protagonistas. Esto supone para la institución formular políticas que fomenten el contacto, la relación con los egresados y empleadores, y un seguimiento permanente de la proyección de este en los contextos sociales y profesionales, que reportan beneficios para la academia dado que retroalimentan sobre la formación universitaria y los requerimientos de los sectores sociales y productivos.

También las investigaciones realizadas han aportado información que fundamenta teórica y metodológicamente los estudios de egresados. Vidal (2003) propone que antes del seguimiento a egresados se debe revisar las metodologías empleadas, las estrategias de mayor éxito y los principales problemas encontrados; las recomendaciones que se han hecho para introducir mejoras en el desarrollo de las metodologías; los mecanismos para identificar la información relevante, y los procedimientos para la elaboración de indicadores. En la tabla 1 se presenta una síntesis de los aspectos más significativos tomados por los investigadores para el seguimiento de egresados, organizados como dimensiones e indicadores.

Tabla 1. Aspectos relevantes en los estudios de egresados

Dimensiones

Indicadores

Identificación y datos académicos

Código, sexo, edad, promedio académico, vía de acceso.

Vinculación laboral

Empleado, desempleado.

Antecedentes laborales

Trabajo durante los estudios, motivos para trabajar, número de trabajos, etc.

Datos sobre el trabajo actual

Vía de acceso, requisitos para acceder, rama de actividad económica, tipo de contrato, funciones desarrolladas, etc.

Empleabilidad: factores de contratación

Importancia para ser contratado de los estudios realizados, los idiomas, los servicios ofrecidos por la universidad, etc.

Valoración de la formación

Nivel y adecuación de la formación en siguientes aspectos:

Formación teórica y práctica

Competencias interpersonales: comunicación, trabajo en equipo y liderazgo.

Competencias instrumentales: gestión y otras competencias instrumentales (idiomas, informática y documentación).

Competencias cognitivas: resolución de problemas, pensamiento crítico, razonamiento cotidiano y creatividad.

Formación continuada

Continuación de los estudios, tipos, motivos, instituciones, utilidad.

Desempleo

Tiempo de búsqueda de trabajo, medios utilizados, dificultades percibidas para encontrar trabajo, etc.

Preguntas críticas

Repetir carrera y estudios.

Fuente: adaptado de Vidal (2003).

De igual forma, han aportado información sobre el rol de los profesionales en el sector productivo y en la sociedad, fortaleciendo las relaciones con la universidad y la creación de líneas de investigación sobre estos temas. Otros estudios han abordado las competencias y su relación con los procesos de selección, ubicación y la remuneración de los egresados. Ellos reafirman la importancia del conocimiento de las competencias que se requieren para el desempeño laboral, en cuanto consideran que la duración, el nivel educativo o el campo de conocimiento no son suficientes para develar los mecanismos internos del mercado laboral.

Esto se complementa con la teoría del capital humano (Becker, 1993), que señala la influencia de aspectos tales como las características personales (el talento), la educación y la experiencia en el valor productivo que dicha persona adquiere en el mercado laboral. En tal sentido, cuando un profesional de cierta carrera tienen más “éxito” en el mercado laboral que otros, los teóricos del capital humano atribuyen este hecho a las diferencias en la calidad de la educación.

Dicha afirmación está relacionada a su vez con la teoría de la cola de empleo de Lestrer Thurow (1975; 1996), la cual afirma que la productividad está determinada fundamentalmente por las características que demanda el puesto de trabajo, es decir, existe una relación entre la productividad y el perfil. Según esta teoría, las diferencias de sueldos no son tanto un reflejo de la productividad, sino de los títulos y competencias que tiene el trabajador. En consecuencia, el acceso a puestos atractivos por su remuneración o capacidad de movilidad está regulado a través de credenciales tales como títulos universitarios, especializaciones o maestrías, lo que implica que la titulación y el perfil profesional tienen una fuerte incidencia a la hora de vincularse al mercado laboral.

En esta perspectiva, Vidal (2003) expone la iniciativa de la red Joint Quality Initiative, perteneciente a la Comunidad Europea que busca promover la calidad, la eficiencia y la evaluación en la educación superior, a partir de una serie de indicadores que miden las competencias básicas de profesionales de pregrado y posgrado, entre las cuales se destacan: conocimientos y perspicacia, aplicación de los conocimientos, innovación y creatividad, capacidad de elaborar opiniones, actualización permanente y competencias de aprendizaje. En cuanto a la inserción laboral, en la tabla 2 se presentan las dimensiones y variables que suelen tener en cuenta.

Tabla 2. Dimensiones y variables para la inserción laboral

Dimensión

Variables

El perfil

Población y muestra, sexo, duración estudios y antecedentes laborales.

El perfil

Estatus de inserción.

Primera inserción

Tiempo para encontrar el primer trabajo, relación del primer trabajo con los estudios.

Situación laboral empleo actual/último empleo

Año de inicio del trabajo actual, tipo de contrato y su duración.

Situación laboral trabajo actual/último trabajo

Sueldo anual, requisitos para el trabajo.

Vías de acceso

Vías de acceso para el primer trabajo y vías de acceso para el trabajo actual.

Factores de contratación

Formación teórica, práctica, idiomas, etc.

Rama de actividad económica

Rama de actividad económica.

Tipología de empresa

Ámbito y ubicación de la empresa donde trabajan.

Calidad de la inserción: funciones

Dirección, técnico, I+D, etc.

Satisfacción de la inserción

Autorreporte sobre la percepción de dicha dimensión.

Adecuación de la formación inicial

Adecuación de las competencias académicas e instrumentales.

Adecuación de la formación inicial

Adecuación de les competencias interpersonales: comunicación, trabajo en equipo.

Adecuación de la formación inicial

Adecuación de las competencias cognitivas.

Paro (descripción)

Graduados en paro, tiempo de búsqueda de trabajo, rechazo de ofertas, motivos para no buscar trabajo.

Paro (medios de búsqueda de empleo)

Medios utilizados para encontrar trabajo.

Paro (importancia)

Valoración de los factores implicados en la búsqueda, logro o aceptación del trabajo.

Fuente: elaboración propia.

En suma, de la información que suministran los empleadores y el mundo laboral, se concluye que los desarrollos tecnológicos de los últimos tiempos demandan graduados que estén preparados para el aprendizaje continuo y la flexibilidad, ya que estos tienen que aprender a aplicar sus conocimientos y potenciar sus habilidades sociocomunicativas, pues de ellos se espera que desarrollen valores y actitudes que prometan grandes logros en su desarrollo profesional (Rodríguez y Prades, 2003). Los aspectos considerados prioritarios para la evaluación del proceso de inserción laboral se pueden resumir como se muestra en la figura 2.

Figura 2. Estrategias de seguimiento a egresados

Fuente: adaptado de “Agéncia per la Qualitat del sistema Universitari” (2013).

Los tres momentos del proceso de transición requieren diferente información. En el antes de la transición se indagan aspectos de la formación universitaria que tienen influencia en la inserción laboral. Durante la transición, se aborda el análisis crítico sobre las acciones que la universidad realiza como “puente” al mercado laboral. En el después, se retoman los resultados con el objetivo de reflexionar sobre la adecuación e idoneidad de las dimensiones anteriores. Además, se han mencionado como estrategias valiosas para la obtención de información de los empleadores, cuestionarios, entrevistas, reuniones, grupos focales o de discusión.

Las investigaciones sobre la historia ocupacional del egresado inician con el estudio de caracterización (Contreras y Jarquin, 2009) y buscan obtener información de los siguientes aspectos: empresa donde se obtuvo el primer empleo y carácter de esta; forma de obtener el empleo; grado de satisfacción logrado con este; utilidad de los estudios superiores en función del cargo desempeñado; relación entre el primer empleo y la formación profesional; dificultades que se presentaron al inicio del ejercicio profesional; intentos para crear su propia empresa; causas de retiro del empleo anterior; tiempo que duró desempleado; cambio de sector o de ocupación; tipo de vinculación; grado de satisfacción con cada nuevo empleo.

En el proceso se han aplicado encuestas y cuestionarios2 que exploran las experiencias laborales, los niveles de ingresos, la opinión de los empresarios sobre los trabajadores y las diferencias que perciben con los egresados de otras instituciones; también las opiniones de los empresarios y de los empleados sobre la institución que otorgó el título. Murray (1994) argumenta que estos indicadores también son una fuente de información importante para atraer a estudiantes que deciden ir a la universidad.

Este argumento está respaldado por las encuestas anuales a estudiantes de primer año que realiza el Higher Education Research Institute (Instituto de Investigación de Estudios Superiores) de UCLA, en tanto que la obtención de un buen trabajo, junto con la reputación académica de una institución, son los dos factores principales que un estudiante considera más influyentes a la hora de seleccionar una institución (Cabrera, Colbeck y Terenzini, 1999). De esta manera, Murray (1994) sugiere que la información sobre los logros de los egresados universitarios se puede utilizar para orientar la reforma curricular, así como los cambios en los servicios de orientación y empleo.

Los cuestionarios empleados para investigar la continuación de estudios incluyen ítems relacionados con datos sociobiográficos, historial académico previo a los estudios que finalizó, carreras universitarias, búsqueda de trabajo, trabajo actual, competencias profesionales, relaciones entre la educación superior y el trabajo actual, valoración y satisfacción del trabajo, ampliación de estudios y formación, valoración retrospectiva de los estudios realizados en la carrera. En caso de estar desempleado, formula preguntas sobre la duración, los medios empleados para encontrar trabajo y las causas del desempleo (Contreras y Jarquin, 2009).

En relación con los empleadores, las universidades pueden abrir espacios donde los empresarios o jefes comenten sus inquietudes y necesidades. Ellos también aportan información sobre los perfiles más solicitados, las condiciones laborales de los egresados, los conocimientos, las capacidades y las habilidades que se valoran más en los titulados, las tendencias futuras de demanda de graduados universitarios, la necesidad reconfiguración de la malla curricular y elementos para el diseño de nuevas carreras profesionales (Argote et al., 2008).

La evaluación de competencias en el seguimiento de egresados

Las necesidades del sector productivo y las empresas han puesto de relieve la importancia de evaluar las competencias. Los cambios y las transformaciones del mundo moderno requieren de los profesionales diversas capacidades que les permitan resolver problemas de la cotidianidad, trabajar en equipo, tomar decisiones, relacionarse y comunicarse con otros y aprender de forma continua.

Esto ha suscitado el interés de los investigadores (Agustine, 1996; Black, 1994; Bucciarelli, 1988; Roberson, Carnes y Vice, 2002) en la evaluación de las competencias de los graduados y ha permitido explorar los conocimientos del ámbito o de la disciplina en la que fueron formados, identificar capacidades para aplicar los conocimientos específicos del área, para el uso de tecnologías de información, comunicarse en otros idiomas, reconocer problemas y oportunidades, relacionar asuntos, distinguir prioridades, explicar y actuar de forma decidida, movilizar la capacidad de otros y las disposiciones para arriesgarse y cuestionar ideas propias y ajenas (Tobon, 2007).

Borghans y Grip (1999) plantean frente a las competencias, la necesidad de establecer un equilibrio entre la educación general y la especializada, en cuanto el desarrollo tecnológico de las últimas décadas requiere empleados flexibles que puedan asumir diferentes tareas en los contextos laborales. Las competencias específicas hacen referencia a un conjunto de habilidades cognitivas y operativas que permiten al sujeto trabajar de forma adecuada en un área especializada o intrínseca a la disciplina (Gallart y Jacinto, 1995). Estas, pueden ofrecer beneficios en la productividad a corto plazo y resultan atractivas para los empresarios por su eficacia y porque requieren menos formación en la empresa (Ministerio de Educación Nacional [MEN], 2003).

En contraposición, las competencias generales configuran un sistema de capacidades y aptitudes más o menos independientes del contenido y el contexto que acompañan los procesos cognitivos para la acción consciente, el razonamiento, el aprendizaje satisfactorio y la interacción eficaz con el entorno (Carroll, 1993). Estas incluyen competencias básicas (matemáticas y lingüística), metodológicas (resolución de problemas y habilidades informáticas), comunicativas y de razonamiento. Las competencias generales tienen como elemento común el hecho de que pueden aplicarse en una variedad de contextos, especialmente en ocupaciones que no requieren conocimientos especializados.

En tal sentido, Lévy-Leboyer (1997) señala que las competencias de acción involucran componentes generales y específicos que posibilitan el desarrollo de habilidades para la resolución de problemas, el pensamiento crítico, los conocimientos generales y específicos de un ámbito, la confianza en sí mismo y las interacciones sociales.

Otros autores, como Posada (2012) y Gómez (2003), han hablado de competencias conceptuales, procedimentales y de ejecución. Las conceptuales son los conocimientos adquiridos, mientras que las procedimentales enfatizan las habilidades necesarias para aplicar las competencias conceptuales en situaciones concretas. Las competencias de ejecución son aquellas habilidades que permiten evaluar los aspectos relevantes de un problema para llegar a una solución adecuada. Este modelo señala la importancia de las competencias para la acción eficaz y el saber hacer, en tanto que es posible contar con las habilidades pero no hacer uso de ellas.

Autores como Ewell (1996) y Burke y Serban (citados en Vidal, 2003) observaron que en los seguimientos a egresados se han venido introduciendo indicadores que permiten evaluar los cambios en el desarrollo y la adquisición de las competencias, identificar las que traen de la universidad y aquellas que se fortalecen con la ocupación, así como precisar las competencias que permiten al graduado tener éxito en el trabajo. En esta perspectiva, Roberson, Carnes y Vice (2002) identificaron siete competencias o habilidades que contribuyen al éxito profesional de los egresados; estas son: liderazgo e influencia, ejecución, resolución de problemas, toma de decisiones, comunicación, habilidades interpersonales, preparación e integridad y carácter.

También Graham y Cockrie (1989) compilaron información sobre una serie de habilidades y destrezas relacionadas con las competencias de organización y planificación, pensamiento analítico, autoaprendizaje, apreciación artística y humanística, comunicación, habilidades de responsabilidad y concienciación como consumidor. Por su parte Pike (citado en Volkwein, 2005) presenta una lista de competencias y habilidades que se deben evaluar en los egresados, tales como: la capacidad para dedicarse al aprendizaje a lo largo de toda la vida, la administración de la economía personal, el desarrollo social y personal, el desarrollo de destrezas cuantitativas, comunicativas y de conocimientos culturales.

Estos estudios pueden ser útiles para establecer en qué medida la malla curricular o el plan de estudios contribuyen al mejoramiento de dichas habilidades o competencias. Sin embargo, también han surgido críticas al modelo. Pascarella (2001), por ejemplo, señala que el hecho de cursar una carrera universitaria proporciona unos beneficios per se a los graduados; Adelam (1999) pudo demostrar que el éxito de los egresados tenía más que ver con la calidad e intensidad del currículum de la institución educativa que con el tipo y prestigio de la universidad en sí.

Catalano (2004) afirma que las dimensiones de las competencias deben reflejar los conocimientos, las habilidades y las motivaciones de los titulados y abarcar, en la medida de lo posible, toda su variedad, tanto competencias específicas como generales, que pueden ser relevantes para el rendimiento en el trabajo. Esto no quiere decir que las dimensiones tengan el mismo peso, pues se concede mayor importancia a las competencias generales y se espera un desempeño inferior en las específicas. La formulación de la competencia se debe hacer de tal modo que quede clara su contribución a las acciones concretas de los egresados.

Algunos estudios investigan sobre las competencias reales que tienen los individuos en el momento de finalización de sus estudios, mientras que otros enfatizan en las requeridas para el desempeño del trabajo actual. Por tanto, consideran conveniente medir tanto las competencias disponibles como las necesarias. Las competencias disponibles proporcionan información sobre el potencial productivo de los profesionales, y, aunque no todas las competencias son necesarias en un mismo nivel para el quehacer de los graduados, es importante identificar las carencias o los excedentes de ciertas competencias (MEN, 2007). En este orden de ideas, la medición de las competencias en el momento en que se finalizan los estudios aporta información sobre el rendimiento y los procesos académicos, mientras que si se hace después del ingreso al mercado laboral, las competencias pueden ser un reflejo de la capacidad de los graduados para funcionar en la práctica (Lévy-Leboyer, 1997).

Otro tema de interés para el estudio de las competencias es que estas pueden desarrollarse en contextos ajenos a la universidad. De tal forma, la definición de las competencias y su conexión con prácticas específicas de la institución o del programa son cuestiones que aún están por resolverse (Pascarella, 2001). Algunos especialistas en educación superior aconsejan que, metodológicamente, se ordenen las estrategias de evaluación con los factores que en la investigación demuestran tener un mayor impacto en el desarrollo, aprendizaje y adquisición de habilidades de un estudiante (Pascarella, 2001; Kuh, 2001; Roberson, Carnes y Vice, 2002).

Esto reitera la importancia de los estudios de egresados, en cuanto que es a partir de la comprensión de la naturaleza de las experiencias y prácticas que se pueden establecer las competencias que han logrado desarrollar durante su formación y en el proceso de inserción al medio laboral3, ya que en algunos casos las competencias pueden ser difíciles de adquirir en el aula y deben aprenderse con la práctica4. Como plantean Bartel y Sicherman (1998), algunas competencias solo pueden aprenderse después de haber conseguido una base suficiente de habilidades, y esta es la auténtica función de la educación superior. En este sentido, son relevantes para el proceso de formación del estudiante el diseño del currículo, la exposición a prácticas educativas efectivas, la participación en trabajos, así como la calidad e intensidad del esfuerzo que realiza (Kuh, Vesper, Connolly y Pace, 1997).

Determinar qué competencias pueden desarrollarse mejor en el proceso educativo y cuáles en el trabajo supone estudiar los modos en que los distintos tipos de competencias se relacionan con los contextos de aplicación. Algunos estudios sugieren que la calidad y la efectividad institucional se pueden evaluar basándose en los logros de los egresados en los años posteriores a su titulación (Cabrera, Weerts y Zulick, 2003), para lo cual miden la satisfacción en el trabajo, los ingresos, logros laborales, la participación en actividades cívicas y políticas, así como la tolerancia a la diversidad (Vidal, 2003).

Para la medición de las competencias se han empleado dos enfoques: el método de expertos y el de evaluación del supervisor (Gallart y Jacinto, 1995). El primero consiste en aplicar a los egresados cuestionarios que evalúan las competencias adquiridas durante su formación, para luego compararlas con las exigidas en su ejercicio profesional. Esto implica aplicar el instrumento solo a graduados en ejercicio de sus funciones (MEN, 2003), ya que han tenido la oportunidad de poner a prueba sus competencias.