Los planos del submarino - Agatha Christie - E-Book

Los planos del submarino E-Book

Agatha Christie

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Beschreibung

Poirot es convocado por Lord Alloway, del Ministerio de Defensa, porque han robado los planos de un nuevo submarino de guerra. La principal sospechosa es la señora Conrad, que podría ser una espía extranjera. Durante la noche alguien se acerca a Poirot y ofrece devolver los planos a cambio de que no se haga publicidad sobre el asunto. El detective belga pronto descubrirá que nada es lo que parece.

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Seitenzahl: 23

Veröffentlichungsjahr: 2023

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Capítulo I

Un mensajero trajo una nota que Poirot leyó en silencio, mientras lo hacía despuntó en sus ojos el brillo del interés y de la emoción. Despidió al mensajero con unas frases breves y giró su mirada hacia mí.

—Empaca a toda marcha, amigo. Nos vamos a Sharples.

Empecé a preparar la maleta en cuanto Poirot mencionó la famosa casa de campo de lord Alloway. Lord Alloway, jefe del recién formado Ministerio de Defensa, había sido un miembro destacado del Gabinete. Junto con Ralph Curtis, director de una gran empresa de ingeniería, había pasado por la Cámara de los Comunes, y ahora se hablaba abiertamente de él como candidato a formar parte del Ministerio si resultaban ciertos los rumores sobre el mal estado de salud de David Mac Adam.

Abajo nos esperaba un Rolls Royce, y mientras nos deslizamos en la oscuridad abrumé a Poirot con mis preguntas.

—Son más de las once —observé—. ¿Para qué nos llaman a esta hora de la noche?

Poirot sacudió la cabeza.

—Debe ser algo muy urgente, sin duda.

—Recuerdo —dije— que hace algunos años hubo un escándalo importante relacionado con Ralph Curtis sobre aquel asunto en el que hizo ciertos malabares con algunas acciones. Al final fue exonerado, ¿habrá vuelto a surgir algo parecido?

—Aunque así fuera no nos convocarían a una hora tan intempestiva —respondió mi amigo.

Me callé porque tenía razón y el resto del viaje transcurrió en silencio. Una vez fuera de la ciudad, el coche redobló la velocidad y llegamos a Sharples en menos de una hora. Un mayordomo de aspecto solemne nos condujo al estudio donde nos esperaba lord Alloway. El caballero se levantó de un salto para saludarnos, era delgado y parecía lleno de vigor y vitalidad.

—Encantado de volver a verlo, monsieur Poirot. Ésta es la segunda vez que el gobierno necesita sus servicios. Recuerdo muy bien lo que hizo por nosotros durante la guerra y cómo logró hábilmente liberar al Primer Ministro de su secuestro. Sus magníficas deducciones y su intervención, permítame que lo diga así, solucionaron las cosas.

Poirot parpadeó un instante.

—Deduzco, milord, que éste es… ¿otro caso que exige discreción?

—Sí, señor. Sir Harry y yo... permítame que los presente: Sir Harry Weardale, Primer Lord del Almirantazgo, Monsieur Poirot; y el capitán...

—Hastings —agregué.

—He oído hablar de usted con elogio, monsieur Poirot —dijo sir Harry estrechándonos la mano—. Nos encontramos frente a un problema que parece demasiado complejo y si usted acierta a resolverlo quedaremos por siempre extraordinariamente agradecidos.

El almirante, algo cuadrado y fanfarrón; un antiguo marino de pura cepa, se ganó mi simpatía de inmediato. Poirot dirigió a ambos una mirada inquisitiva y Alloway prosiguió con las explicaciones necesarias.

—Ante todo, monsieur Poirot, debe saber que todo lo que voy a decir es confidencial. Acabamos de sufrir una pérdida muy grave. Nos han robado los planos del nuevo submarino tipo Z.

—¿Cuándo?