María Magdalena - Jennifer Ristine - E-Book

María Magdalena E-Book

Jennifer Ristine

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«La historia de María Magdalena recuerda a todos una verdad fundamental: es una discípula de Cristo que, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedir su ayuda, se ha curado por sus manos y lo ha seguido de cerca, convirtiéndose en un testigo del poder de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte.» Papa Benedicto XVI

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© 2022 Jennifer Ristine

© 2022 Editorial UFV

Universidad Francisco de Vitoria

https://www.editorialufv.es / [email protected]

Título original: Mary Magdalene. Insights from ancient Magdala. Jerusalén, Beit Jala; Latin Patriarchate Printing Press, 3.ª ed. 2021.

Dibujos e ilustraciones: Danielle Storey

Primera edición: septiembre de 2022

ISBN edición impresa: 978-84-18746-98-7

ISBN edición digital: 978-84-18746-99-4

ISBN edición epub: 978-84-19488-05-3

Depósito legal: M-20553-2022

Preimpresión: MCF Textos, S. A.

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Esta editorial es miembro de UNE, lo que garantiza la difusión y comercialización de sus publicaciones a nivel nacional e internacional.

 

Este libro puede incluir enlaces a sitios web gestionados por terceros y ajenos a EDITORIAL UFV que se incluyen solo con finalidad informativa. Las referencias se proporcionan en el estado en que se encuentran en el momento de la consulta de los autores, sin garantías ni responsabilidad alguna, expresas o implícitas, sobre la información que se proporcione en ellas.

Impreso en España - Printed in Spain

Desvelando el misterio con las perspectivas de la arqueología, de las Escrituras y de las tradiciones históricas

La historia de María Magdalena recuerda a todos una verdad fundamental: es una discípula de Cristo que, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedir su ayuda, se ha curado por sus manos y lo ha seguido de cerca, convirtiéndose en un testigo del poder de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte.

PAPA BENEDICTO XVI, discurso del ÁngelusLes Combes, 23 de julio de 2006

Dedicado a mis dos MUY mejores amigos.¡Vosotros sabéis quiénes sois!

Los lectores encontrarán un trabajo de perfecta investigación que abarca múltiples aspectos y teorías planteadas sobre santa María Magdalena, desde una panorámica de la vida en la época de la Magdala de María, descubierta por la arqueología, pasando por las diversas narrativas conocidas, tradicionales y teóricas de su vida y obra, hasta la representación de esta poderosa y enigmática mujer en el arte. Es importante destacar que, más allá de los hechos y la teoría, la autora crea con gracia el vínculo entre las experiencias de la vida de María y el mensaje de redención que ella vivió y proclamó, y luego lo transmite a la vida del lector, haciendo de este libro mucho más que una mirada erudita a María Magdalena: una obra de esperanza muy relevante para el día de hoy.

MARIBETH STEWART

Presidenta Consejo Nacional de Mujeres Católicas

Todo discípulo cristiano tiene mucho que aprender de la verdadera María Magdalena. Jennifer Ristine ayuda a deslindar los hechos de la ficción, los Evangelios canónicos de los apócrifos, el genio femenino del gnosticismo femenino, de una manera que ayudará a todos a conocer, amar e imitar a esa mujer, una vez dominada por los demonios, que se convirtió en el gran apóstol de los apóstoles. Este es un libro para comprarlo, leerlo y regalarlo a amigos y familiares.

P. ROGER J. LANDRY

Autor de Plan de vida: Hábitos para ayudarte a acercarte a Dios

Al involucrarse profundamente con la antigua Magdala judía y con las ricas leyendas que rodean a María Magdalena, esta mujer judía del siglo I, Jennifer Ristine ha demostrado verdaderamente la fecundidad de ahondar en las raíces judías del cristianismo. Magdala tiene toda la posibilidad y responsabilidad de ser un verdadero sitio de encuentro judeocristiano. Este libro es una pieza importante de ese encuentro.

DRA. FAYDRA L. SHAPIRO

Directora ejecutiva del Centro Israelí para las Relaciones Judeocristianas

Índice

Agradecimientos

Nota de la autora

Introducción

Parte I: El pueblo de María Magdalena

Revelaciones arqueológicas, históricas y geográficas

Panorama histórico

Los habitantes de Magdala

La influencia judía vs. la grecorromana

Una encrucijada cultural

El mercado y la industria pesquera

El puerto

Una Magdala próspera: Villas y mikva’ot

La herencia judía y una encrucijada de la historia judeocristiana

La piedra de Magdala

La reputación de Magdala

La muerte y resurrección de Magdala

Parte II: El drama vital de María Magdalena

Perspectivas de las Sagradas Escrituras

¿María de Magdala o María, la llamada Magdalena?

María Magdalena, de quien había expulsado siete demonios

Las mujeres a las que Jesús acompañó y cuidó

Al pie de la cruz

Testigo del entierro de Jesús

Testigo de la tumba vacía

Anunciando que Jesús ha resucitado

Parte III: El misterio de María Magdalena

Revelaciones de las tradiciones históricas

Los evangelios apócrifos (textos gnósticos)

Los Padres de la iglesia

El gran debate

Después de la resurrección: ¿a Francia, Roma y Éfeso?

María Magdalena en la tradición del arte: lecciones de vida para cada siglo

Parte IV: El encuentro que transforma vidas

Revelaciones de la antigua Magdala en el siglo XXI

Las piedras claman

Penetrando en el misterio

La invitación a ser la sal y la luz

Una espiritualidad de encuentro y auténtica libertad

Conclusión

Oración al señor, haciéndonos eco de los sentimientos de María Magdalena

Apéndice

Bibliografía y recursos sugeridos para más lectura e investigación

Notas

AGRADECIMIENTOS

Gracias a las muchas personas que de alguna manera forman parte de este trabajo. Agradezco su ayuda a quienes me abrieron los ojos a las maravillas y misterios de la arqueología, en especial a los involucrados directamente en la excavación de Magdala y en las publicaciones de material (Marcela Zapata, Arfan Najjar, Rosaura Sanz, Andrea Garza, Riña Talgam, Dina Avshalom-Gorni, Motti Aviam y Luis Jurado).

A mi comunidad, que me apoyó en las muchas horas de dedicación necesarias para publicar un libro de principio a fin, por su retroalimentación y paciencia durante todo el proceso (Celine Kelly, Johanna von Siemens, Christiane Esser, Mary Monette, Graciela Magaña y María Ángeles Delgado). P. Eamon Kelly, LC, gracias por el constante intercambio de ideas, ánimo y orientación. A mis padres, Wayne y Mary Ristine, por su mirada y por sus habilidades editoriales. A Heather Luke, por su paciente y sus múltiples recorridos. Gracias a Danielle Storey por el don de su talento artístico al servicio de este proyecto. Y a tantos otros involucrados, incluido el P. Fernando Tamayo, el P. Juan Solana, David Delgado, Felipe Arcile, Mariana Bravo, Hermana Viljoen, y los muchos empleados y voluntarios de Magdala que han participado en el proyecto en alguna parte del viaje de manera práctica o mediante el estímulo.

Sobre todo, gracias al Espíritu Santo, que me presentó por primera vez a María Magdalena y al mensaje del amor incondicional y personal de Jesús que ella sigue predicando hoy.

NOTA DE LA AUTORA

Durante los últimos cuatro años, he respondido a preguntas sobre María Magdalena y la historia y arqueología de la antigua Magdala mientras atendía a innumerables visitantes y concedía entrevistas a los medios de comunicación. Los guías turísticos me han solicitado más información. Espero que este trabajo pueda servirles de alguna manera. Los visitantes han pedido libros sobre Magdala y María Magdalena. Espero que este responda a sus preguntas. Soy consciente de que existen múltiples teorías sobre ella. Aunque acepto unas y no otras, espero que este trabajo sirva para valorar diversos enfoques e ideas que se tienen sobre ella. En nuestra cultura, siempre es un desafío mantener una mentalidad abierta y dispuesta a aprender, que busque un terreno común en medio de opiniones variadas, sin dejar de ser fiel a las propias convicciones.

Más allá de la investigación fáctica, finalmente decidí que ya era momento de plasmar en el papel mi visión personal. No esperen que este libro responda a todas sus preguntas sobre María Magdalena, porque ella sigue siendo un misterio, tanto en un sentido real como teológico. Un misterio, por definición, es aquello que es desconocido y secreto. En teología, un misterio es un aspecto de la revelación que permanece más allá de nuestra plena comprensión y, al mismo tiempo, lo intuimos en parte gracias a la fe. Más que captar el misterio con nuestro intelecto, lo que hacemos es penetrar en su dinámica. El misterio de la muerte sacrificial de Jesús en todo su significado y grandeza, por ejemplo, está más allá de nuestra capacidad humana de comprensión. Sin embargo, en nuestro sufrimiento personal o en la oración, rozamos el misterio y nos unimos en el sufrimiento de Jesús, dejándolo fructificar en nuestro camino espiritual, al igual que su sufrimiento dio como fruto la redención de la humanidad.

La persona y la vida de María Magdalena representa un misterio. Se nos escapan muchos detalles. Pero el mensaje esencial de su proyecto de vida resplandece para admiración de todos. Ella ejemplifica el drama de la redención dentro de cada ser humano. Encarna la dinámica de la vida cristiana en su plenitud, desde la del pecador hasta la del buscador, desde la del seguidor curioso hasta la del discípulo comprometido. Reflexionando sobre el misterio de su persona, encontramos ánimos para seguir nuestro camino.

A pesar de que la totalidad de su figura está velada, un vistazo a su persona nos revela mensajes universales esenciales con los que todos podemos identificarnos: la profunda necesidad de experimentar el amor y la aceptación incondicionales, el deseo de liberarse del trabajo y de la confusión de las exigencias de la vida, la alegría del encuentro con el Señor, la fortaleza experimentada cuando nos invaden la gracia de Dios y el Espíritu Santo, y la esperanza que Jesús nos ofrece a lo largo de nuestras vidas.

Me gustaría desvelar algunos de los misterios que rodean la persona de María Magdalena, compartiendo conocimientos adquiridos a través del estudio, la reflexión y la oración sobre la arqueología, la geografía y la historia de la antigua Magdala, así como sobre los pasajes de las Escrituras y las tradiciones históricas predominantes a lo largo de los siglos. También os presentaré la dinámica de su encuentro con Jesús, con la esperanza de que pueda serviros de reflexión para vuestro camino personal con el Señor.

INTRODUCCIÓN

Me gusta comparar los escritos contemporáneos sobre María Magdalena con un mosaico antiguo. A pesar del desgaste que ha desfigurado la imagen original a lo largo de los años, algo queda de su esencia y su fundamento. Los historiadores del arte observan el mosaico antiguo y ofrecen sus opiniones sobre la composición y el diseño originales. Los restauradores lo reconstruyen, dándole un lustre y una belleza renovados. En su novedad, vemos algo del original. El mosaico actual sigue siendo solo una aproximación del original, aunque con nuevas percepciones e interpretaciones.

De las miríadas de historias que nos llegan hoy sobre María Magdalena, algunas son hermosas y edificantes, otras son exasperantes e inverosímiles, y otras son curiosas o incluso asombrosas. A menudo, me pregunto si María Magdalena se divierte mirándonos desde el cielo, preguntándose qué se nos ocurrirá a continuación. Una cosa es segura. Ella preferiría que toda conversación sobre ella señalara el camino a Jesús. Mientras expongo mi visión del mundo y de la persona de María Magdalena, recordad que ella era una persona única, como cada uno de nosotros. Creció en una cultura muy específica y tenía rasgos de personalidad particulares que influían en sus decisiones diarias. Las circunstancias de la vida le plantearon algunos desafíos. Es posible que se haya enfrentado virtuosamente a algunos de ellos y haya fallado con otros. Ella era tan humana como el resto de nosotros. Ese es su encanto. En el desorden de la vida, Jesús la conoció como era y le ofreció un camino nuevo y mejor. No importa en qué fase estemos de nuestra vida, Jesús hace lo mismo por nosotros. Todos los días extiende su mano para invitarnos a avanzar, a comenzar un nuevo día. La esperanza nos mantiene concentrados en el horizonte último.

Dicho esto, la información y reflexiones sobre María Magdalena que se ofrecen a continuación no son en absoluto dogmáticas. La investigación voluntariosa no asegura el descubrimiento de la verdad ni siquiera en asuntos históricos. Existen afirmaciones contradictorias sobre María Magdalena. La historia se interpreta. Sin embargo, puede ofrecernos aproximaciones a la realidad. ¿Hace esto que todas las cosas sean relativas? ¿Es que no hay verdad? No es así, por supuesto. Simplemente, se refuerza el hecho de que los autores interpretan lo que perciben de la evidencia ante sus ojos. Las visiones del mundo, las posturas filosóficas o las intenciones pastorales pueden influir en la perspectiva de un autor. Esta variación habla de una verdad esencial: que estamos buscando algo real, algo que arroje luz sobre nuestro proyecto de vida en curso. María Magdalena era real. Los desafíos, luchas y alegrías de su vida fueron reales. Su vida quedó verdaderamente transformada por Jesús. Es posible desenterrar pedazos de lo que es real atravesando capas de dos mil años de reflexión sobre ella. Y, en el proceso de descubrimiento, podemos recoger tesoros para nuestra propia vida que nos inspiren propósito y significado.

Vista desde el monte Arbel: Magdala durante el ocaso.

Revelaciones arqueológicas, históricas y geográficas

Caminar por las ruinas de la antigua Magdala evoca el ambiente de la época de María Magdalena. Los descubrimientos arqueológicos y las fuentes históricas presentan a Magdala como una ciudad económicamente próspera en la época de Jesús. La mayoría de los estudiosos afirman que Magdala era una de las ciudades más grandes y ricas de la costa occidental del mar de Galilea. Flavio Josefo se refirió a la ciudad como Tariquea.1 Los visitantes pueden imaginar el sabor cultural de la antigua Magdala gracias a la evidencia de una población religiosa judía, así como mediante los descubrimientos de restos grecorromanos y helenísticos. A través de un breve estudio de la historia y la arqueología, los aspectos de la ciudad natal de María Magdalena comienzan a tomar forma. Si las piedras y el texto antiguos pueden parecer áridos y aburridos, la imaginación de un Evangelio puede dar vida a su ciudad.

PANORAMA HISTÓRICO

MIGDAL DESDE EL SIGLO III A. C. HASTA NUESTROS DÍAS

Magdala comenzó siendo un asentamiento modesto alrededor del siglo III a. C. Sin embargo, se fundó una ciudad más grande alrededor del siglo II (c. 135 a. C.) en el momento en que Juan Hircano anexionó Judea y Galilea para expandir la dinastía asmonea, lo que llevó al reasentamiento judío en la región de Galilea. Durante el siglo I a. C., Magdala se alineó políticamente con el gobernante judío asmoneo y con los partos contra los romanos. Alrededor del 52 a. C., el gobernador romano, Casio, capturó Magdala y, según Josefo, esclavizó a unos treinta mil judíos.2 A pesar de esto, Magdala se recuperó y floreció a principios del período romano bajo el gobierno de Herodes el Grande, desde el 37 a. C. hasta el 4 d. C., y el de su hijo, Herodes Antipas, hasta el 39 d. C.

En la época de María Magdalena, Magdala ya era un próspero pueblo comercial de pescadores y la capital de una toparquía en el este de Galilea. Sus días de gloria llegaron a su fin con la revuelta judía y la conquista romana en el 67 d. C. La captura, matanza y esclavitud de muchos de los habitantes provocó un cambio considerable en la ciudad.3 Los arqueólogos creen que, poco después de la conquista, las inundaciones cubrieron el lado norte de Magdala, enterrándola y preservándola así durante casi dos mil años. En la parte sur de la ciudad, hay evidencias de ocupación continua, aunque de una población más reducida, durante los períodos bizantino, de las Cruzadas y otomano.

A lo largo de los siglos, la ciudad mantuvo su reputación de ciudad natal de María Magdalena. Los peregrinos y viajeros cristianos de los siglos XII al XVII documentaron el descubrimiento de una hermosa iglesia, identificada como el emplazamiento de la casa de María Magdalena.4 Durante el período otomano, se estableció una pequeña aldea árabe sobre las ruinas y se conservó el nombre que conmemoraba el sitio. En 1935, los últimos habitantes de la aldea árabe de El Mejdel (‘la torre’) informaron al custodio franciscano de su significado.5 Los arqueólogos Sylvester Saller y Bellarmino Bagatti estudiaron la arqueología visible en el emplazamiento y registraron la existencia de un manantial cerca de la torre, llamada Sitti Myriam, en memoria de María Magdalena. También encontraron los restos de un ábside, una piedra con una cruz y la fecha de 1389.7 El emplazamiento se destruyó durante el conflicto árabe-israelí de 1948.

La Magdala actual la construyeron católicos germánicos y sionistas rusos desde 1885 hasta 1910 en la colina sita al noroeste de las antiguas ruinas. El creciente pueblo mantiene hoy el nombre hebreo de Migdal, que también significa ‘torre’. El nombre ofrece prueba de la continuidad y de su identificación con la tradicionalmente célebre ciudad natal de María Magdalena. En 1970, los franciscanos se convirtieron en los custodios de una parte de la tierra que ocupaba la antigua Magdala y comenzaron las primeras excavaciones. En 2009, los Legionarios de Cristo, otra congregación religiosa de la Iglesia católica, compraron terrenos junto al emplazamiento franciscano y descubrieron la parte norte de la ciudad antigua.

LOS HABITANTES DE MAGDALA

¿Quiénes eran los galileos de Magdala en la época de María? Suponiendo que Magdala fuera en realidad Tariquea, Flavio Josefo nos da una clave:8

Porque como sé que esta ciudad tuya [Tariquea] era una ciudad de gran hospitalidad y llena de una abundancia de hombres que habían abandonado sus propios países y habían venido a participar de tu fortuna, cualquiera que fuera, decidí construir muros a su alrededor.9

Josefo se refiere a hombres que habían abandonado sus países. ¿Eran judíos que huían de Judea para unirse a la revuelta? ¿Eran gentiles? La antigua Magdala parece haber sido una ciudad predominantemente judía, posiblemente trufada de gentiles. Marcela Zapata, destacada arqueóloga y profesora de la Universidad Anáhuac, nos informa de que los restos del siglo I a. C. sugieren una ocupación predominantemente judía en el lado occidental de la ciudad. Sin embargo, hay evidencia de otras claves culturales en el lado este de la ciudad. Cerca del puerto, una zona industrial con una estructura arquitectónica diferente y muy pocos restos judíos sugiere una presencia romana o gentil del siglo I al II d. C. (hasta la revuelta de Bar Kobha, c. 135 d. C.).10

Continúa aún la cuestión de la asimilación o yuxtaposición cultural de Magdala. ¿Fue Magdala una ciudad judía que absorbió la cultura helenística de su época? ¿Hubo una yuxtaposición de culturas? ¿O fueron las influencias helenísticas meramente una parte natural del desarrollo histórico dentro de la planificación urbana y las modas arquitectónicas? Los historiadores y arqueólogos continúan reflexionando sobre estas posibilidades.11

El Mejdel, 1910.6

LA INFLUENCIA JUDÍA VS. LA GRECORROMANA

Las excavaciones en la región de Galilea generalmente revelan asentamientos de personas con creencias y prácticas tradicionales judías. Son frecuentes los baños de purificación rituales judíos (mikva’ot), las lámparas de arcilla en forma de disco con símbolos judíos, los vasos de piedra caliza, los osarios y las monedas asmoneas. Es notable la ausencia de santuarios paganos y de huesos de animales que no son kosher. Sin embargo, considerando la topografía y la ubicación Galilea, los residentes no habrían estado aislados de las culturas circundantes. Las excavaciones de Magdala son un ejemplo perfecto. El arqueólogo Stefano de Luca llama a Magdala «la contrapartida judía de otras ciudades helenísticas», como las que se encuentran en la Decápolis al este o el valle de Hula al norte.12 Muchas partes de la excavación revelan influencias griegas y romanas: planificación urbana de estilo helenístico, un baño y gimnasio griego asmoneo, mosaicos con diseños de la época helenística y frescos de estilo romano temprano.

Cuadrícula hipodámica (cortesía de la Biblioteca Franciscana).

La planificación urbana de Magdala parece intencionalmente helenística y al estilo de una cuadrícula hipodámica. Es una planificación simple, ampliamente utilizada desde la época de Alejandro Magno. Según De Luca, estos son los primeros ejemplos de planificación urbana de estilo helenístico en la Galilea judía.

A principios de la década de 1970, los franciscanos excavaron una casa de baños griega asmonea.13 En 2015, Bauckham y De Luca hicieron un nuevo análisis de las excavaciones y dieron su opinión sobre la importancia de estos hallazgos.

Mosaico en forma de meandro en la sinagoga de Magdala.

Los baños son importantes como un ejemplo de helenización y romanización que va más allá de la lengua griega o la arquitectura romana y que implica la adopción de toda una dimensión de la vida cotidiana que no tenía precedentes en la cultura judía tradicional, pero que era universal en las culturas urbanas del mundo grecorromano. Al mismo tiempo, se adaptó. […] Los baños de Magdala representan una aculturación más pública de la cultura de la ciudad judía a las formas helenísticas, ya que los baños trajeron consigo la cultura de la relajación comunitaria y del ejercicio que existía en el mundo helenístico. Los asmoneos no los introdujeron en Jerusalén, por ejemplo, donde el conservadurismo cultural podría haberlos considerado indeseables, pero en la nueva ciudad que fundaron probablemente pudieron llevar a cabo su propósito.14

La obra artística encontrada en la antigua Magdala muestra la influencia del período romano temprano, popular en la época de Herodes el Grande. Por ejemplo, un mosaico semejante a un meandro decora tres áreas diferentes: (1) un complejo de baños en las excavaciones del sur, (2) la sinagoga y (3) una lujosa villa o complejo en las excavaciones del norte.15 Tanto en la sinagoga como en el complejo de la villa, junto con el diseño del meandro, se encuentra una roseta de ocho pétalos, que es un motivo distintivo y popular, típico del período herodiano.16

Un mosaico en una lujosa villa, similar al de la sinagoga.

La casa de baños-gimnasio alberga un mosaico del siglo I parcialmente conservado. Las imágenes incluyen un barco de pesca del siglo I, equipo utilizado para remar y bañarse, una antigua copa griega para vino (kantharos) y una inscripción griega (ΚAI ΣΥ), que significa ‘tú también’.

La redacción sirvió para ahuyentar a los demonios, dar la bienvenida a los bañistas o para ambos fines. Lo más sorprendente es una representación parcial y tosca de lo que parece ser un delfín. La obra artística en Magdala es fiel a la prohibición judía de imágenes, con la singular excepción de este delfín. Una posible explicación es que se trataba de una zona privada, en cuyo caso podría haberse permitido. La imagen del delfín y el curioso detalle de dos dados romanos hallados en un suelo de mosaico cerca de los baños de purificación han provocado interesantes especulaciones sobre la composición de la ciudad. Es difícil saber si los dados refuerzan la teoría de la presencia de residentes no judíos o si fueron simplemente abandonados por las tropas romanas después de una invasión.

Réplica del mosaico de la casa de baños griega (encontrado originariamente en el asentamiento excavado por los franciscanos).

UNA ENCRUCIJADA CULTURAL

A lo largo de los períodos helenístico tardío y romano, los judíos galileos interactuaron con sus vecinos paganos, particularmente con los de la costa mediterránea. La ubicación geográfica de Magdala la convirtió en un lugar privilegiado para esta encrucijada de culturas a través de sus interacciones comerciales a gran escala. La ciudad está ubicada entre el imponente monte Arbel y las orillas del mar de Galilea. Los historiadores especulan que parte de la Vía Maris, una antigua ruta comercial, pasaba por Magdala o cerca de ella. La Vía Maris unía Egipto, Siria, Anatolia y Mesopotamia, ofreciendo oportunidades para el comercio a través de los valles de Jezreel y Jordán. Se importaban y exportaban productos en todas direcciones: por el mar de Galilea directamente al este hacia la Decápolis, al norte a Cafarnaún, por la Vía Maris a Damasco o cruzando el mar Mediterráneo, y al oeste hasta Roma. María Magdalena pudo haber entrado en contacto con quienes frecuentaban Magdala para sus negocios diarios.

Las vías en tiempos antiguos (Vía Maris, el camino real)(http://www.bibarch.com/images/Map-Regions.jpg).

Una hora de caminata hacia el sur llevaría a María Magdalena hasta la capital de Galilea, Tiberíades, construida por Herodes Antipas, rey tributario de los romanos, alrededor del año 20 d. C.17

Mapa de Israel (siglo I).