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¿A quién no le gustaría dar un paseo por la Luna? ¿O viajar en submarino? ¿O hacer un largo viaje en globo? A todos nos gustaría, a vosotros y a mí mismo. Sin embargo, hay una diferencia importante: vosotros ya lo podéis hacer. Yo, en cambio, lo tuve que imaginar. Me llamo Julio Verne, fui escritor, y para muchos, el inventor de la ciencia ficción.
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Seitenzahl: 36
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Me llamo...
Julio Verne
Proyecto y realización
Parramón PaidotriboDirección editorialLluís BorràsAyudante de ediciónCristina VilellaTextoJordi CabréIlustracionesVíctor EscandellDiseño gráfico y maquetaciónZink Comunicació S.L.
Julio VerneISBN:978-84-342-2681-4
ISBNEPUB:978-84-342-4320-0IBIC:YNM
Novena edición© 2019, Parramón Paidotribo. www.parramon.com [email protected]
Derechos exclusivos de edición para todo el mundo
Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante cualquier recurso o procedimiento,comprendidos la impresión, la reprografía, elmicrofilm, eltratamiento informático, o cualquier otrosistema, sin permiso escrito de la editorial.
¿A quién no le gustaría dar un paseo por la Luna? ¿O viajar ensubmarino? ¿O hacer un largo viaje en globo? A todos nosgustaría, a vosotros y a mí mismo. Sin embargo, hay unadiferencia importante: vosotros ya lo podéis hacer. Yo, encambio, lo tuve que imaginar.
Me llamo Julio Verne, fui escritor, y para muchos, el inventor dela ciencia ficción. Porque fui el primer escritor famoso que nose dedicó sólo a escribir historias, sino que se esforzó enimaginar las posibilidades de la ciencia y las aventuras quepodían surgir de los inventos. Por ejemplo, fui el primer escritorque imaginó un submarino. En mi época, nadie podía imaginaruna embarcación que sirviera para navegar bajo el agua.Tampoco existían los cohetes espaciales, niloshelicópteros. Nunca pudimos subir aningunode ellos, ni siquiera verlos, ni saber su forma.
Pero, por suerte, yo tenía muchaimaginación.
Gracias a esta facilidad pude hacerdisfrutar a la gente con muchísimos viajesincreíbles. Les hice imaginar el fondo delmar, el centro de la Tierra, los países másexóticos del mundo, la superficie de laLuna… Por eso fui un escritor tan famoso:porque soñé grandes aventuras y porquehice soñar atodos los que me leyeron.
Hola...
No es una exageración: desde muy pequeño, casi desde quenací en Nantes (Francia), tuve ganas de viajar. Cuando mebautizaron, mi padre Pierre, que era un gran abogado, memostró ante toda la familia y dijo: «Mi Jules será tambiénabogado». ¡Pobre padre! ¿Quién le iba a decir que su primerhijo, el que en ese momento estaban bautizando, tenía unespíritu aventurero y fantasioso, y no serviría para estarencerrado en una oficina?
Fui un buen estudiante. Saqué buenas notas, sobre todo engeografía, y ya entonces escribí algunos relatos cortos. Nadasignificativo… ¿O quizá sí?
Mi padre fue un hombre muy severo. Tenía ganas de que yohiciera todo lo que él quería, como casi todos los padres,aunque él se enfadaba cuando veía que no era así. Recuerdoque tuvimos bastantes discusiones, y recuerdo, sobre todo, eldía en que me fugué de casa. ¡Sí, sí! Con sólo once años,toméuna pequeña maleta y me fui hacia el puerto.
6/ Me llamo...
aventura
Mi primera
“
”
Embarquéen un navío que se iba hacia la India. Me fascinabala idea de ir de grumete hacia un lugar tan lejano, conocer esatierra diferente, con tantos colores, los elefantes, las sedas, lostemplos sagrados…
Pero mi padre consiguió encontrarme, y me sacó él mismo delbarco. ¡Cómo se enfadó! Nunca se había enfadado tanto, megritó muchísimo y me dijo, muy serio: «Jules, prométeme queapartir de ahora nunca pretenderás viajar más que con laimaginación». Yo no sabía qué decir. Por una parte tenía ganasde conocer nuevos mundos, pero por otra no quería tener másproblemas con mi padre. Además, era cierto que embarcarmeyosolo había sido una idea muy peligrosa. Así que, al final, lerespondí: «Sí, padre. Lo prometo». Y desde entonces utilicé laúnica herramienta que tenía para viajar: la imaginación.
Julio Verne / 7
La pasión por los libros
A los diecisiete años empecé a leer libros con entusiasmo.Incluso escribí una obra en verso, para marionetas, dedicada ami prima Caroline. Ella no entendía lo mucho que me habíacostado hacer esas rimas, y no le dio ninguna importancia.Confieso que estaba algo enamorado de ella. Me dejó muy triste,