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Si quieres escribir bien y a la vez entender la ortografía, este es el libro que debes leer. La ortografía es fundamental y no siempre es fácil acordarse de todas las reglas, pero ayuda mucho si al aprenderlas nos explican, con la claridad y cercanía con las que Juan Romeu lo hace, cómo son realmente y las razones que han llevado a que existan en español. La ortografía puede ser más fácil de lo que crees si, como en este libro, te la cuentan bien. ¿Quieres conocer la verdadera razón por la que se deben poner las comas en español? ¿Quieres saber por qué tenemos signo de apertura de interrogación? Además de saber que surgió se escribe con g, pero crujió con j, ¿quieres saber por qué esto es así? ¿Te urge encontrar trucos para saber cuándo escribir sino y si no, haber y a ver o por qué y porqué? ¿No te conformas con saber qué palabras se deben escribir en cursiva, sino que también quieres entender bien para qué se usa la cursiva en español? Entonces, sin duda este es el libro que necesitas. Tomando como guía la tabla periódica de la química, aquí descubrirás las reglas ortográficas fundamentales y las curiosidades e historias que se esconden tras ellas. De esta manera vas a aprender a escribir sin faltas y te lo vas a pasar bien haciéndolo. • Ortografía para todos es el libro basado en la conocida tabla periódica de la ortografía, la cual ha aparecido en distintos medios de comunicación (nacionales e internacionales) por su originalidad. • El autor, Juan Romeu, es miembro del Departamento de "Español al día" de la Real Academia Española (RAE), socio de la empresa de sastrería lingüística SinFaltas.com y autor de la obra Lo que el español esconde (Larousse, 2017). • Esta obra es la primera de la Colección de Palabras, en la editorial JdeJ Editores, una nueva línea dedicada a la divulgación lingüística.
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Seitenzahl: 421
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Portada
LA TABLA PERIÓDICA DE LA ORTOGRAFÍA
DEDICATORIA
LA ORTOGRAFÍA COMO NUNCA TE LA HABÍAN CONTADO
1. H (hidrógeno) La h ante -ue se puso para no confundir la u con la v
2. He (helio) He hecho menos que tú, pero Te echo de menos
3. Li (litio) Lio y lie (con acento prosódico en o y e) no llevan tilde
4. Be (berilio) Se escribe Haber venido, pero A ver si vienes
5. B (boro) En español, la b y la v se pronuncian igual
6. C (carbono) Se usa la cursiva para citar títulos de obras y en extranjerismos
7. N (nitrógeno) El símbolo del newton es N, no n, por venir de nombre propio
8. O (oxígeno) Ya no se debe tildar la o entre números: 6 o 7
9. F (flúor) En fechas se usa orden ascendente y guion, barra o punto: 8.12.2016
10. NE (neón) Se escribe noreste, pero el símbolo con mayúsculas
11. Na (sodio) Apócopes independientes del contexto van sin apóstrofo: pa na
12. mg (magnesio) Los símbolos van sin punto y no varían en plural
13. Al (aluminio) Se fusionan a y el, salvo ante nombre propio con El: al/a El…
14. Si (silicio) si: conjunciónsi: nota musicalsí: pronombresí: adverbio
15. P (fósforo) No se escribe punto después de signo de interrogación
16. $ (azufre) En España: 50 $ (con espacio)América: $50 (sin espacio)
17. Cl (cloro) En español se usan primero las comillas angulares: «»
18. Ar (argón) Los acrónimos son siglas que se leen como palabras: IVA
19. K (potasio) Se prefiere k en bikini, Irak o kimono, pero mejor quiosco
20. Ca (calcio) Se prefiere ca en Catar o caqui, pero ka en vodka o troika
21. Sc (escandio) Es doscientos, no docientos, pero setecientos
22. Ti (titanio) El pronombre ti se escribe siempre sin tilde
23. V (vanadio) Los vocativos se aíslan entre comas: Hola, Juan; Ana, ven
24. Cr (cromo) En siglas con cifras como CR7 no hace falta el guion
25. Mn (manganeso) En los adverbios en -mente se deja la tilde del adjetivo: ágilmente
26. Fe (hierro) Monosílaba y sin correlato átono: fe no lleva tilde
27. Co (cobalto) Se usan los corchetes para notas dentro de paréntesis
28. Ni (níquel) En casos con ni…, ni…, ni… la coma es opcional
29. Cu (cobre) Los latinismos integrados en el español se adaptan: cuórum
30. Zn (zinc) En palabras como zen o nazi puede aparecer z ante e o i
31. G.a (galio) Se pone punto antes de la voladita en abreviaturas: G.ª, 7.º
32. Ge (germanio) Salvo tejer, crujir y algún otro, llevan g los verbos en -ger, -gir
33. As (arsénico) En lingüística el asterisco marca un elemento como agramatical
34. Se (selenio) Un verbo + pronombre se tilda como nueva palabra: estese
35. Br (bromo) Salvo en chevrón, se escribe b antes de r
36. Kr (kriptón) Se prefiere k en kárate, euskera, kurdo harakiri
37. Rb (rubidio) Se puede alterar el acento en nombres familiares: Ruben
38. Sr. (estroncio) La abreviatura de señor se escribe con mayúscula: Sr.
39. Y (itrio) Se deja y ante i que no suena como [i]: Hulk y Ironman
40. Zr (circonio) El símbolo de elemento químico lleva mayúscula inicial: Zr
41. Nb (niobio) En derivados de apellidos puede verse nb: steinbeckiano
42. Mo (molibdeno) En los verbos, mos pasa a mo al unirse a nos: vayámonos
43. Tc (tecnecio) Se deja espacio entre el símbolo de tanto por ciento y la cifra
44. Ru (rutenio) Se dobla la r tras prefijo y en compuestos: semirrico, Villarrubia
45. Rh (rodio) Se recomienda omitir la h en casos como Rodesia
46. P. D. (paladio) La abreviatura de posdata es P. D. (también se usa P. S.)
47. Ag (plata) Salvo en enálage, hipálage y ambages, se escribe -aje(s)
48. CD (cadmio) No se añade -s al plural de siglas: los CD
49. In (indio) In pasa a im- ante p y b y a i- ante l y r: imberbe, irreal
50. Sn (estaño) En español va e ante s + n (o b, t, p…): esnob, esnórquel
51. Sb (antimonio) Los sobrenombres van en mayúscula: Alfonso X el Sabio
52. Te (telurio) Te: pronombrete: letraté: infusión(plural: tés)
53. ¡ (yodo) En español se deben poner los signos de apertura
54. Xe (xenón) La x de voces como xenofobia se pronuncia como s
55. Cs (cesio) Casos de cs y no x para [ks]: facsímil, fucsia, cómics…
56. Ba (bario) La barra separa sin espacios palabras y morfemas: examen/es
57. La (lantano) Los nombres de notas musicales no llevan tilde diacrítica: la
58. Ce (cerio) Los saludos de cartas e e-mails se cierran con dos puntos
59. Pr (praseodimio) No se pone coma tras pero delante de pregunta
60. Nd (neodimio) En los números decimales se usa coma o punto, no apóstrofo
61. p. m. (prometio) Aunque p. m. es una abreviatura latina, puede ir en redonda (y a. m.)
62. Sm (samario) Los días de la semana se escriben en minúsculas: lunes
63. Eu (europio) Bernabéu se tilda porque [éu] se trata siempre como diptongo
64. Gd (gadolinio) Para el bollo se puede usar magdalena o madalena
65. tb (terbio) No llevan punto las abreviaciones en chats: q (que), tb (también)
66. Dy (disprosio) Se escribe y después de ad: adyacente, coadyuvante
67. Ho (holmio) No se considera hiato ortográfico el de voces como guion
68. Er (erbio) Llevan h las voces en herm-, excepto ermita(ño)
69. Tm (tulio) El símbolo del minuto y segundo de tiempo es min y s, no ’ ni ’’
70. Yb (iterbio) Los nombres propios pueden llevar y vocálica: Ybáñez
71. Lu (lutecio) En nombres de lugar no va en mayúscula el genérico: río Eo
72. Hf (hafnio) No llevan la h de voces como huérfano otras de su familia: orfanato
73. Ta (tántalo) Aféresis independientes del contexto van sin apóstrofo: no ta
74. W (wolframio) La w se puede pronunciar [u] (o [gu]): wiski; o [b]: Wagner
75. Re- (renio) Se usa el guion para dar sentido literal a prefijos: re-coger
76. Os (osmio) Solo se pone una s con verbos en -mos + se: digámoselo
77. Ir (iridio) Del verbo ir se escribe yendo, iba, vaya, fui y fue
78. Pt (platino) Es válido reducir -pt- a -t- en sétimo y setiembre
79. Aú (oro) La tilde de aún ‘todavía’ sigue las reglas: es igual que Raúl
80. hg (mercurio) Aunque es múltiplo, la h de hecto- va en minúscula
81. Tl (talio) Tl se pronuncia en 1 o 2 sílabas según la zona: at.le.ta/a.tle.ta
82. Pb (plomo) Se escribe m antes de p y b: comprar, sembrar…
83. Bi (bismuto) Como otros prefijos, bi- se escribe pegado a la base: bianual
84. Po (polonio) Salvo ante -s, se prefiere pos- a post-: posmoderno
85. At (astato) La tilde en solo no distinguía entre palabra átona y tónica
86. Rn (radón) Se tildan las llanas acabadas en dos consonantes: wéstern
87. Fr (francio) Las festividades religiosas y otras van en mayúscula: Año Nuevo
88. Ra (radio) Frente a la de diálogo, sí se pone la raya de cierre de inciso
89. Ac (actinio) Llevan coma delante los apéndices confirmativos: ¿no?, ¿eh?…
90. Th (torio) Los nombres de tormentas y huracanes van en mayúscula
91. Pa (protactinio) El punto siempre se pone fuera de paréntesis (o comillas)
92. U (uranio) El cambio de o a u se produce también con cifras: 7 u 8
93. Np (neptunio) Los nombres propios españoles se acentúan regularmente
94. Pu (plutonio) Se escribe minúscula después de punto y coma
95. Am (americio) Las razas de animales van en minúscula: dóberman, siamés…
96. Cm (curio) No se pone coma entre sujeto y verbo: Lo que pasó pasó
97. Bk (berkelio) Se usa la k con fin transgresor en okupa o bakalao
98. Cf (californio) No se usa punto ni coma en la parte entera de las cifras: 4000
99. Es (einstenio) En principio, no se tildan los pronombres demostrativos: ese, esta
100. FM (fermio) Siglas como FM se leen por deletreo: [éfe-éme]
101. Md (mendelevio) En general, los marcadores discursivos van entre comas
102. No (nobelio) No lo hará Juan, sino Ana, pero Lo hará Juan y, si no, Ana
103. Lr (laurencio) Aunque suena fuerte, se pone solo una r tras l: alrededor
104. Rf (rutherfordio) Se usa coma por elisión verbal en refranes: A lo hecho, pecho
105. Db (dubnio) Se puede reducir la doble vocal en casos como sobrentender
106. Sg (seaborgio) Se pueden combinar los signos ¿? y ¡!: ¿¡Qué es!?; ¡¿Qué es?!
107. Bh (bohrio) Se recomienda omitir la h en casos como Bután
108. Hs (hasio) La h se aspira en casos como hámster o hachís
109. Mt (meitnerio) Las materias de estudio y asignaturas van en mayúscula: Lengua
110. Ds (darmstatio) La z antes se pronunciaba más o menos [ds] y la ç [ts]
111. Rg (roentgenio) Los nombres de religiones van en minúscula
112. Cn (copernicio) El grupo cn- se pronuncia [n] en voces como cnidario
113. Nh (nihonio) Es muda, pero se conserva la h en anhelar, inhibir, etc.
114. Fl (flerovio) Los nombres familiares se escriben con -i, no -y: Dani, Mari
115. Mc (moscovio) No van en mayúscula los cargos y títulos: papa, rey…
116. Lv (livermorio) Los símbolos de libros bíblicos van sin punto: Lv (Levítico)
117. Ts (teneso) Es válida y hasta recomendable la forma sunami por tsunami
118. Og (oganesón) Se escribe h en hog- (hogaza, hogar), salvo en ogro, ogresa
AGRADECIMIENTOS
BIBLIOGRAFÍA
CRÉDITOS
Iconos utilizados
Siglas utilizadas
DLE: Diccionario de la lengua española (2014)
OLE: Ortografía de la lengua española (2010)
NGLE: Nueva gramática de la lengua española (2009)
DPD: Diccionario panhispánico de dudas (2005)
De un filólogopara una farmacéutica y un ingeniero
Si quieres escribir bien y a la vez entender la ortografía, este es el libro que debes leer. Por medio de la tabla periódica de los elementos de toda la vida, exploraremos las cuestiones fundamentales y más actuales de la ortografía para saber cómo escribir bien y descubrir las razones que se esconden detrás de las normas.
¿Cómo surgió la tabla periódica de la ortografía? Como parte del esfuerzo que hacemos en SinFaltas por difundir de una forma rigurosa pero divertida y cercana las reglas ortográficas, en diciembre de 2016 creamos y publicamos la tabla periódica de la ortografía. En dos días se volvió viral, llegando a la mayoría de los rincones hispanohablantes del mundo y a cientos de miles de personas, y en las semanas siguientes nos entrevistaron en medios de distintas partes del mundo (España, Colombia, México, Argentina…).
El éxito de la tabla nos permitió no solo constatar que es más fácil enseñar por medio de métodos originales y atractivos, sino que hay un creciente interés por todo lo lingüístico, sobre todo por aquello que puede ayudar a escribir mejor. Hemos vivido una época en la que los nuevos medios y soportes han destapado sin demasiada repercusión las carencias ortográficas y lingüísticas en general, pero, desde hace un tiempo, superada la etapa en la que el interés por la ortografía y por escribir bien han estado a la sombra de la fascinación por las nuevas tecnologías, se está produciendo un rebote. Una vez que ya no despierta tanta admiración el uso de los nuevos medios porque prácticamente todo el mundo los maneja adecuadamente, vuelve a importar la lengua. La imagen importa y la lengua es imagen, por lo que escribir bien es dar una buena imagen. Esta conciencia ha hecho que la gente se empiece a preocupar por lo que escribe, con las consiguientes dudas que surgen. La tabla periódica de la ortografía responde a muchas de ellas y creemos que lo hace de una forma concisa y atinada.
A pesar de que la tabla puede resolver muchas dudas —como mínimo 118, que es el número de elementos que aparecen—, la necesaria brevedad de las explicaciones, así como la disposición de las reglas ortográficas siguiendo el orden de la tabla periódica de los elementos químicos, hacían conveniente escribir un libro que ordenara el contenido y lo ampliara. Sobre todo porque, además de querer hacer llegar las reglas al mayor número de gente posible, en SinFaltas estamos convencidos de que es fundamental explicarlas. Cuando se conoce la justificación de las reglas, es más fácil recordarlas y aplicarlas.
El objetivo, pues, de este libro es presentar de una manera amena y cercana las reglas fundamentales de la ortografía del español, tratando en todo momento de explicarlas con detalle y profundidad para poder entenderlas mejor y aplicarlas con más destreza y conocimiento, además de cuestionar su necesidad e idoneidad en algunos casos.
Así veremos, por ejemplo, por qué se debe poner el signo de interrogación de apertura y si es posible prescindir de él en algunos contextos, o por qué se deben escribir en cursiva los extranjerismos; analizaremos en qué casos se puede poner coma delante de y, cómo se escriben los prefijos, por qué se tildan las palabras, por qué huérfano se escribe con h, pero orfanato no; descubriremos muchos trucos para saber cuándo usar g o j, b o v, y o ll, y también daremos pistas acerca de dónde buscar toda la información en caso de duda. Para hacer más cómodo el libro se puede empezar por cualquier sitio, pues cada elemento se puede leer de manera independiente. También hay un índice de materias y voces al final para que sea más rápido llegar a la explicación que pueda interesar en cada momento.
El objetivo final es que quien lea este libro salga preparado para escribir sin faltas, entender las reglas y saber dónde buscar la información cuando surgen las inevitables dudas.
El español aún conserva restos de ortografía antigua. Uno de ellos es el del uso de la h delante de palabras como hueso. Se ponía para evitar que se confundieran palabras como velo (‘tela que cubre algo’) y uelo (del verbo oler) cuando la u y la v podían escribirse igual (lo que se dejó de hacer a partir de 1726).
Como esta h es artificial, no aparece en palabras de la misma familia que no tengan estos diptongos. Así, se escribe huérfano, pero orfanato; huelo, pero oler; Huesca, pero oscense, etc. En cambio, si la h ya estaba en su origen, como en huerto (del latín hortus), en teoría también aparecerá en la forma con o, como ocurre en hortelano.
Un diptongo es un grupo de dos vocales que se pronuncian seguidas en una sola sílaba. Un hiato es lo contrario, es decir, dos vocales que se pronuncian seguidas, pero en dos sílabas distintas.
De hecho, en general se escribe h ante ue, pero también ua y ui, tanto a principio de palabra como en medio, como en alcahueta. Son excepciones uebos, uigur, Uagadugú y fideuá, algunas palabras de origen árabe como saharaui, algunos topónimos y gentilicios y una extraña palabra como cleuasmo (figura retórica relacionada con el sarcasmo).
Asimismo, se escribe h delante de los diptongos ia, io, ie cuando aparecen a principio de palabra: hiato, hioides, hielo. Se exceptúan las palabras que empiezan por el prefijo iatro- ‘médico’, como iatrogénico (también yatrogénico), y palabras que proceden del griego, como ion, iodo (también yodo) o iota (la letra del alfabeto griego).
Un recurso artificial parecido al de esta h era la tilde en la conjunción o cuando aparecía entre números. Tienes información sobre ella en el oxígeno (elemento 8).
El nombre de diptongo (de di- ‘dos’ y phthongos ‘sonido’) se debe a que esta secuencia consta de dos sonidos en uno. El nombre de hiato viene de hiare ‘rajarse, separarse’ (el hiato que puede sufrir una hernia es un orificio por el que el esófago pasa a través del diafragma). Por su parte, el nombre sílaba viene de syllambanein, de syn- ‘junto’ y lambanein ‘coger’ y se debe a que la sílaba coge o abarca todos los miembros que la componen.
Tienes información sobre este uso de la h- en las páginas 144 y 145 de la OLE.
En español la o breve (ŏ) del latín (más corta en la pronunciación que la o larga u ō) pasó a ue en general solo cuando era tónica (es decir, cuando sobre ella recaía el acento). De ahí que se escriba hueso con diptongo, pero osario sin él. También se ve el contraste en casos como puerta frente a portero o rueda frente a rodar.
La palabra hidrógeno procede de hydro- ‘agua’ y -gène ‘que genera’. Por tanto, hidrógeno significa ‘que genera agua’. Antoine Lavoisier le puso este nombre porque, al someterlo a una llama, por combustión producía agua.
No hay que confundir la forma echo del verbo echar con el participio hecho de hacer. Siempre se escribe Te echo de menos o ¿Lo echo yo? porque aquí se está usando el verbo echar. En cambio, si hay una forma del verbo haber delante, se escribirá hecho porque será del verbo hacer: han hecho, haber hecho, habíamos hecho, he hecho… Así, la respuesta a ¿Lo echo yo? podría ser Sí, échalo tú y la respuesta a ¿Lo he hecho yo? sería, por ejemplo, Sí, lo hiciste tú.
Tampoco se debe escribir echar con h. La forma *hechar no se da nunca. Y tampoco hay que poner la h antes de la segunda e en desechar o desechado. Además, los desechos son lo que se ha desechado o descartado. En cambio, está deshecho lo que ha dejado de estar hecho, lo que se ha desarmado. En otras palabras, si la palabra tiene que ver con desechar, se escribirá desecho ‘residuo, basura’, y, si tiene que ver con deshacer, se escribirá deshecho ‘desarmado’: La mesa estaba llena de desechos, pero He deshecho la cama al sentarme encima.
Así pues, si la palabra pertenece al verbo echar, se escribe echo sin h: Te echo de menos (aquí se entiende ‘echar [de menos]’). En cambio, si pertenece al verbo hacer, se escribe hecho con h: He hecho menos que tú (aquí se entiende ‘hacer menos que otra persona’).
La razón por la que hacer se escribe con h, frente a echar,es que el primer verbo procede del latín facĕre, con una f- inicial que, como en otros casos (formīca > hormiga, furnus > horno, fibra > hebra o farīna >harina), pasó a h en español. En cambio, echar viene de iactāre, donde la h no tiene, en principio, justificación. Sí la podría tener en la expresión echar de menos, donde, como explico en Lo que el español esconde (Larousse, 2017), la forma echar está relacionada con hallar.
Tienes más información en la pregunta frecuente de la RAE llamada «Echo, echa, echas / hecho, hecha, hechas».
El nombre del helio procede de la voz latina helium ‘sol’. Se llamó así porque se detectó en el espectro solar durante un eclipse en 1868.
Las secuencias ie, io, ia, ue, uo, ua en las que la vocal abierta (e, o, a) es tónica, o, lo que es lo mismo, lleva acento prosódico, se consideran diptongos independientemente de cómo se pronuncien.
¿Qué significa esto? Que, aunque notes que pronuncias en dos sílabas palabras como lio o lie (Ayer se lio parda o Ayer me lie en el trabajo), desde un punto de vista ortográfico debes tratarlos como si tuvieran una sola sílaba. De esta forma, serán monosílabos y no tendrán que tildarse porque no hay una forma átona igual. Por el mismo motivo, tampoco se tildarán palabras como ion, rio (en Ayer se rio mucho), guion ( elemento 67), liais, fie (en Ayer me fie de ti), frio (en Ayer frio un huevo)…, como tampoco se tildan fue, fe ( elemento 26), vio, Dios, pie, vais, guais… Fíjate en los contrastes que se dan en estos pares de ejemplos: Juan sonrió, pero no se rio o Juan confió en Andrés, pero no se fio de Pedro.
Por el contrario, sí se tildarán lío y líe (Siempre me lío y Que no se líe) porque siempre se tildan las vocales cerradas (la i y la u) cuando son tónicas y van precedidas o seguidas de a, e y o (ver más adelante): aún, alegría, mío, país, púa, reírse, caías, paraíso, arcoíris…
El acento prosódico es el de la pronunciación. El acento gráfico es la tilde. A los dos se les puede llamar acento, pero solo al gráfico se le puede llamar tilde.
¿Y si hay una h intercalada? Se actúa igual: no se pondrá tilde en la e,la o o la a si la i o la u son átonas, como en truhan (pero puruhá). En cambio, se tildarán la i y la u si son tónicas: búho, rehúso, ahínco, rehízo…
Por último, con ui o iu se hace lo mismo que en los primeros casos: se tratan como si solo fueran una sílaba. Por tanto, no se tilda hui, igual que no se tilda fui.
¿Qué se consigue con todo esto? Se mantiene el principio de que cualquier secuencia de letras pueda tener al menos una forma sin tilde. Igual que en círculo, circulo y circuló hay una forma sin tilde, en pares como río y rio ahora sí hay una sin tilde, lo cual reduce el número de tildes en español. Si se tildara *rió, no habría ninguna acentuación de la secuencia rio en la que no llevara tilde: río y *rió. Además, así se logra que una palabra como lio se escriba igual en las zonas donde se pronuncia como bisílaba y en las que se pronuncia como monosílaba (que son sobre todo de América).
¿Qué problema tiene? Que va contra la idea de muchos de que todas las palabras agudas terminadas en -n que no son monosílabas se tildan.
En resumen, trata las secuencias con i y u seguidas de o, e o a tónicas como si fueran una sola sílaba, a pesar de que las pronuncies en dos. Es decir, trata a rio en Ayer se rio como tratas a dio en Ayer me dio y, por tanto, no le pongas tilde.
Para la acentuación de secuencias en las que o, e y a tónicas van seguidas de i y u, como en Bernabéu, ve al europio (elemento 63).
¿Qué palabras se tildan?
• Las agudas —es decir, las palabras que se pronuncian con acento en la última sílaba— terminadas en vocal o en -n o -s no precedidas de consonante: café, camión, compás. También cuando tras la vocal tónica hay otra vocal: tengáis, bitcóin, bonsái…
• Las llanas o graves —es decir, las que tienen acento de la pronunciación en la penúltima sílaba— terminadas en consonante distinta de -n y -s (incluida la y con valor vocálico) o en -n y -s precedidas de otra consonante: árbol, lápiz, cómic, yóquey, wéstern, bíceps…
• Todas las esdrújulas —es decir, las que tienen acento de la pronunciación en la antepenúltima sílaba—: córcholis, carátula, albóndiga, ventrílocuo…
• Todas las sobresdrújulas —es decir, las que tienen acento de la pronunciación en la sílaba anterior a la antepenúltima o en anteriores—. En principio, solo son sobresdrújulas las combinaciones de verbos y pronombres: pídemela, acercándoselo, termínatemelo…
• Todas las palabras que contengan una vocal abierta (a, e, o) contigua en la pronunciación a una vocal cerrada (i, u) tónica (aunque se incumplan las reglas anteriores): día, bahía, búho, maíz, baúl, aún, transeúnte… Algunos llaman tilde robúrica a esta tilde.
• Las palabras monosílabas tónicas que tengan un correlato átono con el que haya riesgo de confusión: más, té, mí…También los interrogativos y exclamativos: quiénes, dónde, cuáles…( elemento 52).
Para saber dónde entran los adverbios en -mente en esta clasificación, ve al manganeso (elemento 25).
Cuando se refleja en la escritura la prolongación en el habla de una vocal, si esta se tilda, se deberá poner la tilde en todas las repeticiones: Síííííííí, ¡¿Cóóóóómoooo?!…
Tienes información sobre la tilde en palabras como lio,en las páginas 235 y 236 de la OLE y en las preguntas frecuentes de la página de la RAE, en la llamada «Palabras como guion, truhan, fie, liais, etc., se escriben sin tilde».
Y sobre las reglas de acentuación en general, en las páginas 231 y 232 de la OLE.
El nombre del litio viene del latín lithium, que a su vez procede del griego lítheion ‘pétreo’. Se llamó así porque se descubrió en un mineral, a diferencia de otros elementos alcalinos como el potasio, por ejemplo, que se descubrió en cenizas de plantas.
No se debe confundir el verbo haber con la combinación de a y ver. El problema aquí es que con a ver se ha perdido en muchos casos el sentido de ver: A ver si vienes, ¿A ver?, ¡Vamos a ver!, A ver cómo se lo digo ahora. Esto hace que sea difícil tener claro qué se debe usar.
Pero no te asustes. En primer lugar, en los casos en los que la forma ver tenga el sentido de ‘ver’, se escribirá a ver: Fui a ver a mi madre. En segundo lugar, si ver no se entiende tan claramente como ‘percibir por la vista’, se puede probar si es posible poner un vamos delante o sustituir a ver por veamos. En caso de que quede bien, se escribirá también a ver: Vamos a ver si vienes o Veamos si vienes, Vamos a ver cómo se lo digo ahora o Veamos cómo se lo digo ahora.Si no queda bien, lo más probable es que haya que escribir haber. Así, en Haber venido antes, se puede saber que es haber porque no queda bien el vamos delante ni la sustitución por veamos: *Vamos haber venido antes ni *Veamos venido antes.
En cualquier caso, es bueno también saber que, si una oración empieza por A ver si…, se va a escribir casi con total seguridad con a ver: A ver si vienes; A ver si te enteras; A ver si nos vemos. También se escribe a ver en casos del tipo de A ver cómo… o A ver cuándo…, en la pregunta ¿A ver? y en otras expresiones en las que a ver forma un enunciado completo, como en ¡A ver! cuando alguien se enfada.
En cuanto a haber, aparte de los casos en los que funciona como el verbo haber en su uso normal (Tendría que haber dicho eso; Debería haber más gente como tú), aparece en construcciones como Haber venido, Haberlo dicho antes. En ellas se interpreta algo así como ‘deberías haber venido’ o ‘deberías haberlo dicho antes’. Es una buena manera de reconocerlas y no dudar a la hora de escribir haber.
Si empieza por A ver si…, se escribe a ver. Nunca se empieza una frase con *Haber si… Además, por mucho que se generalizara esta escritura, sería muy raro que se aceptara porque, aparte de tener que extenderse entre hablantes cultos, es raro que se llegue a aceptar algo tan poco justificado lingüísticamente.
Mucha gente pregunta a la RAE por Twitter si se escribe A ver si me muero o Haber si me muero para que la Academia responda «A ver si me muero» y así, obviándose las comillas, pueda haber regocijo general ante el hecho de que la Docta Casa desee su propia muerte. Pero no suele picar.
Tienes información en la pregunta frecuente de la RAE llamada «A ver / haber».
El nombre del berilio viene del latín científico beryllium, a su vez del latín beryllus ‘berilo’ (un mineral), este del griego bḗryllos y este del sánscrito veluriya-, quizá a partir de la ciudad del sur de la India hoy llamada Belur. De bḗryllos también viene abalorio.
Aunque de primeras puedas creer que no es así, la b y la v se pronuncian igual en español. Las dos suenan como en su origen solo sonaba la b, es decir, se pronuncian juntando los labios, no juntando los dientes de arriba con el labio de abajo, como se pronunciaba antiguamente la v y como hoy se pronuncia en lenguas como el inglés o el francés.
¿Esto es algo reciente? No. Ya en la Edad Media se perdió la diferencia. Lo que pasa es que en el siglo XIX e, incluso, en el XX se llegó a recomendar diferenciar la b y la v en la pronunciación, por influencia de lenguas como las antes mencionadas. No hay más que ver lo que se decía en la ortografía de 1815 al respecto, donde se culpaba de pronunciar las dos letras de igual forma «a la negligencia o ignorancia de los maestros y preceptores», así como a «la mala costumbre adquirida en los vicios y resabios de la educación doméstica de las primeras escuelas».
Frente a esto, una muestra de que la pronunciación igual de b y v es antigua es una cita que ya en el siglo XVI se suponía anterior: Beati hispani quibus vivere est bibere, es decir, ‘felices los hispanos para los que vivir es beber’.
¿Es incorrecto hoy distinguirlas? En principio, sí. El sonido de la v en inglés o en francés no forma parte del español general. Esta pronunciación solo se da en algunas zonas de Mallorca, Valencia y el sur de Cataluña por influencia de su lengua particular. Como mucho, puedes pronunciar la v de esta manera en expresiones como déjà vu, pero, si no te sale bien, no te preocupes. En cualquier caso, sobre todo, evita pronunciar la v casi como una f, como hacen algunos cantantes: *«… mi fiiiiiiida».
Como se pronuncian igual, es difícil saber cuándo escribir algunas palabras con b o con v, sobre todo en los casos en que solo se distinguen por estas letras. Por eso, te vendrán bien estos trucos:
• Con la b de bastar ‘ser bastante’ se escriben basto ‘tosco’, abasto (plaza de abastos, dar abasto), abastecer o desbastar ‘quitar lo basto’. En cambio, con la v de vasto ‘amplio’ (en su origen ‘devastado, arrasado, desierto’), se escribe devastar.
• Con la v de lavar se escriben deslavazar y deslavazado.
• Con la b de acerbo ‘áspero’ o ‘cruel’ se escribe exacerbar. En cambio, se escribe con v la palabra acervo (en su origen ‘montón’) que se ve en expresiones como acervo cultural.
• Con la b de rebelión se escribe rebelar y con la v de velo se escribe revelar o desvelar.
• Con la v de cueva se escribe covacha.
• Frente a nervio, se escriben con -bioadverbio, soberbio, proverbio o serbio.
• Precavido y precaver no vienen de caber, sino del latín cavēre ‘tener cuidado’. Este verbo se ve en la expresión cave canem ‘ten cuidado con el perro’.
• Se escribe chabola, pero favela.
• Con la b de pibe y piba se escribe pibón.
• Pares interesantes: ballenato ‘cría de ballena’ / vallenato ‘canción y baile colombianos’; bascular ‘moverse de un lado a otro’ / vascular ‘relativo a los vasos’; grabar ‘guardar en un dispositivo, señalar con incisión’ / gravar ‘imponer un gravamen o carga’…
Uno de los casos más liosos entre b y v viene de la pérdida de una sílaba en latín. Del verbo movere en latín (de donde vienen mover con v y movimiento), se habría formado movibilis, pero se perdió la sílaba -vi-, dando mobilis. De aquí vienen mueble o mobiliario. Pero en español se escribió móvil con v, quizá optando por restaurar la sílaba perdida o quizá de forma antietimológica ( elemento 72). Y de aquí viene movilidad que, junto con civilidad o servilidad, se diferencian de muchas otras palabras que se escriben con -bilidad (amabilidad, accesibilidad, navegabilidad, visibilidad…),en lo que es una excepción relativa, pues en las primeras se añade el sufijo -idad a palabras que terminan en -vil, mientras que en las otras -bilidad casi siempre corresponde a un sufijo con el que se forman nombres a partir de adjetivos que acaban en -ble: amable > amabilidad. En otros casos se añade el sufijo -idad a palabras acabadas en -bil: debilidad, habilidad…
Hay un viejo juego que aprovecha que la b y la v se pronuncian igual para detectar una asimetría entre pronunciación y escritura. Si llevo una vaca en la baca del coche y se me caen las dos, puedo decir que se me caen las dos [bákas], pero, eso, ¿cómo se escribe? Pues la cosa es que no se puede escribir, es una de las limitaciones de la escritura.
Tienes información en la página 92 de la OLE.
El nombre del boro viene del francés bore, formado a partir de borax ‘bórax, un compuesto del boro’, quizá de una palabra del persa con el mismo significado.
Antes de nada, ¿por qué se usa la cursiva? La cursiva (también llamada itálica o bastardilla) sirve para advertir al lector que una palabra o expresión que le puedan sonar raras están puestas aposta. Por eso la cursiva se usa, por ejemplo, en extranjerismos o en expresiones coloquiales dentro de textos cultos. También sirve para marcar palabras que no se usan con su sentido normal, como las que se citan metalingüísticamente:
La palabra rara es llana.
Si no se pusiera la cursiva, pensaríamos que hay una palabra rara que es llana, pero no sabríamos cuál.
De igual modo, para diferenciarlos del texto normal, en los textos se citan en cursiva los títulos de obras de creación (o en redonda si aparecen en un texto en cursiva):
Me estoy leyendo La casa de Bernarda Alba.
Así se sabe en el siguiente caso que lo que le gusta a alguien no es una determinada colmena, sino el libro de Cela:
La colmena le encanta.
La cursiva se aplica a títulos de libros, películas, series, programas de radio y televisión, cuadros, esculturas e, incluso, videojuegos:
¿Has visto Cadena perpetua?; Ahora estoy viendo Castle; Mi cuadro favorito es La noche estrellada de Van Gogh; Todas las tardes veo Saber y ganar; Me encanta El pensador de Rodin; ¿Quedamos para jugar al Zelda?
Se podrán citar entre comillas si no se puede usar la cursiva o si el título corresponde a una parte de una obra mayor y se cita junto a ella (si solo se cita la parte, esta se puede marcar con comillas o cursiva):
Deberías escuchar «Tecnicolor» del disco Santacruz de Supersubmarina.
Como se ve, además, solo se escribe con mayúscula la primera palabra, a no ser que otras palabras lo requieran por motivos ajenos: Juego de tronos. Esto se puede aplicar a los títulos en otras lenguas si no se conocen las reglas de esa lengua: American pie.
En cuanto al artículo inicial, solo se citará en cursiva y con mayúscula si pertenece al título. Si no, irá en minúscula y redonda. Esto último es lo que ocurre en los nombres abreviados populares de las obras:
Me encantaron la Divina comedia y el Libro de buen amor.
Aunque me encanta el Quijote, no soporto la Celestina.
En el título de los periódicos y revistas todas las palabras significativas se escriben en mayúscula: El País.
En el caso de los extranjerismos, la cursiva sirve entre otras cosas para indicar que no se pronuncian como correspondería en español. Así, una palabra como piercing debe marcarse en cursiva para indicar que no se pronuncia [piercíng], como sucedería si fuera una palabra española, sino que puede tener otra pronunciación (en este caso similar a [pírsin]). Y de esta forma, mediante la cursiva, se advierte que una palabra como pizza no se lee como si tuviera dos zetas en español, sino que se puede leer de otra forma (lo más habitual, según la RAE, es [pitsa]).
No se marcan en cursiva las palabras en otros alfabetos, como el griego, porque no hace falta avisar al lector de la extrañeza que le puede generar una voz así escrita.
Pero, ¡ojo!, los nombres propios extranjeros de entidades, empresas, organismos, programas informáticos, redes sociales, buscadores de internet, marcas, etc., se escriben en redonda:
Trabajo en Linklaters; Lo he hecho en Word; Búscalo en Google; Te he agregado como amigo en Facebook; Mi jersey es de la marca Gant.
Por este motivo no es correcta la cursiva con la que se marca Ertzaintza en el DLE.
Claro que, si la cursiva está justificada por otros motivos, los nombres propios o títulos extranjeros deberán llevarla. Así, se escriben con cursiva los títulos de libros y también los títulos de periódicos:
Todos los días leo La Gazzetta dello Sport.
Para terminar, es importante advertir que, aunque la cursiva puede servir para mostrar que una palabra es un neologismo, un tecnicismo, una palabra desusada o coloquial en un texto formal, esto no quiere decir que siempre haya que marcarla, por mucho que no aparezca en el diccionario. Solo se hará cuando se quiera mostrar explícitamente que la palabra es alguna de las cosas anteriores para que el lector no se asuste.
Si no te fuera posible usar cursiva, para los títulos puedes usar el subrayado en textos manuscritos o las comillas en soportes donde sea complicado o no se dé la opción. Para los extranjerismos puedes usar las comillas. Aun así, en WhatsApp, por ejemplo, puedes poner una secuencia en cursiva encerrándola entre guiones bajos: _cursiva_.
Las comillas pueden tener un uso algo similar (incluso a veces sustituir a la cursiva), pero, más que para advertir simplemente de que unas palabras pueden extrañar, lo que hacen es advertir de que unas determinadas palabras son de otra persona, o de que son nuestras, pero de otro momento. Para más información sobre las comillas, ve al cloro (elemento 17).
Sobre la cursiva en los títulos, tienes información en la página 488 de la OLE y, sobre los extranjerismos, a partir de la página 601 de esta misma obra.
El nombre del carbono viene del el francés carbone, que procede del latín carbo, -ōnis ‘carbón’, a su vez posiblemente de una raíz antigua *ker- ‘quemar’ de donde viene, por ejemplo, quemar, o de una raíz similar que significa ‘de color oscuro’. Seguramente se llamó así porque es el elemento principal del que se compone el carbón, conocido desde la prehistoria como excelente combustible.
Los símbolos de unidades de medida que proceden de nombre propio se escriben con mayúscula. Así, el del newton es N, por Isaac Newton; el del vatio es W, por James Watt; y el del kelvin es K, por el físico y matemático británico William Thompson, lord Kelvin.
Mientras que para la escala de temperatura en kélvins se escribe solamente el símbolo K (450 K), para la escala Celsius se escribe la C (en mayúscula porque procede del apellido de Anders Celsius, físico y astrónomo sueco) acompañada del símbolo del grado (°), que se escribe pegado a esta: 30 °C. Si no se especifica que es la escala Celsius, el símbolo del grado se escribe pegado a la cifra: 30°. De igual manera se procede en el caso del grado Fahrenheit(°F) y del grado Rankine (°R).
El símbolo del grado es distinto de la o volada de los numerales ordinales: 30.o. No solo la forma es distinta, sino que en el caso de los ordinales, como son abreviaturas, se debe poner punto entre la cifra y la o volada ( elemento 31).
Hablando de abreviaturas, también en estas se mantiene la mayúscula inicial si es de un nombre propio ( elemento 38): Esp. por España o J. Á. por José Ángel. Y, como en los símbolos, si una abreviatura va después de un número, se debe dejar un espacio: 24 págs. Aun así, las abreviaturas tienen algunas propiedades distintas. En primer lugar, se escriben con punto (salvo en casos como c/): pág., Sr. ( elemento 38), 1.º ( elemento 78)… En segundo lugar, en general, cambian en plural (salvo las que se escriben con barra). Aquí tienes algunas claves sobre la formación del plural en las abreviaturas:
• Si la abreviatura se ha formado quitando la parte final (caso en el que obligatoriamente acaba en consonante), se añadirá una s: págs. (por páginas), perss. (por personas).
• Si se ha creado quitando letras intermedias, pero se conserva la última, se añadirá -s o -es, dependiendo de si termina en vocal o consonante: Sres. (por señores), dptos. (por departamentos).
• Si la abreviatura solo tiene la letra inicial, en plural se dobla: pp. (por páginas), EE. UU. por Estados Unidos, RR. HH. (por recursos humanos). Hay alguna excepción, como Bs. As. (de Buenos Aires), que en teoría debería ser BB. AA. No se dobla el plural si la palabra forma parte del complemento de otra en singular (como en B. D.,de base de datos), pero se dobla una en singular si es complemento de una en plural (como en CC. FF., de clubs de fútbol).
Además, como se ve en el caso de EE. UU., se deja un espacio entre los dos bloques de letras dobladas, igual que se deja entre Estados y Unidos en Estados Unidos. Lo mismo ocurre en otros casos de abreviaturas complejas, como en D. m., de Dios mediante.
Tienes información sobre las propiedades especiales del punto abreviativo en el magnesio (elemento 12). También allí encontrarás las propiedades de los símbolos. Para otras cuestiones relacionadas con los símbolos, ve al azufre (elemento 16), al circonio (elemento 40), al tecnecio (elemento 43), al tulio (elemento 69), al mercurio (elemento 80) o al livermorio (elemento 116).
En la página 501 de la OLE se habla de la mayúscula en símbolos. Las páginas 586-591 están dedicadas a estos. En ellas se explica, por ejemplo, la escritura de los grados Celsius. Sobre la creación de abreviaturas y sus plurales, tienes información en las páginas 568-577 de la misma obra.
El nombre del nitrógeno procede de nitro (nombre utilizado para compuestos del sodio y del potasio con nitrógeno) y ‒́geno ‘que genera’. Lavoisier lo llamó azote (en español, ázoe), formado a partir de a- ‘no’ y zoo ‘vida’, porque en experimentos anteriores se comprobó que los ratones no podían vivir en él.
Antiguamente se tildaba la o entre números para que no se confundiera con un cero. Hoy ya no hace falta porque, en principio, los nuevos medios permiten distinguirla perfectamente. Así, en teoría, 6 o 7 no se puede confundir con 607. De hecho, aunque pudiera confundirse con un cero, no se debe tildar la o.
No es la primera vez que se suprimen tildes en vocales. Antiguamente se escribían con acento —grave (`) al principio y luego agudo (´)— las vocales que podían actuar como palabras. Así, se escribía tilde en la a cuando era preposición o forma del antiguo verbo aver (hoy haber) y en la e, o y u cuando eran conjunciones. De esta manera se consideraba que se evitaban ambigüedades. Aquí tienes el ejemplo que daba la ortografía de la RAE de 1815, en la página 80, para verlas todas:
Juan é Ignacio á la ida ó á la vuelta han de ver á Madrid, ú otro lugar inmediato.
Solo la i cuando se usaba por la conjunción y ( elemento 70) no se tildaba, como tampoco se tilda cuando se escribe con y.
Además de la tilde en o, hay algunos casos en los que las facilidades de escritura han dejado obsoletos determinados recursos ortográficos. Uno de ellos es el de la h que se ponía para determinar si la letra u representaba una consonante o una vocal ( elemento 1). Todavía se mantienen dos casos en los que se considera que aún se puede dar lugar a confusión: la posibilidad de usar L en vez de l como símbolo del litro para evitar que parezca un 1 (uno), y el uso del punto sobre la i y la j, que se empezó a poner para evitar confusiones cuando coaparecían con la u (en la i mayúscula solo se acepta en textos manuscritos cuando se traza como un palo).
Por otra parte, aunque se usen números, si el segundo empieza por o, cuando se escribe con palabras, la o debe pasar a u: 7 u 8 ( elemento 92).
Sobre la conjunción o también es importante saber que, aunque en general no lleva coma delante, de forma similar a y, sí la puede llevar en los siguientes casos:
• Cuando lo que sigue se une a todo lo anterior y no al último segmento: Quiero helado o tarta, o, bueno, si no hay, no tomo nada y ya está. Con y: Quiero helado y tarta, y preferiría comérmelos con cuchara.
• Cuando encabeza un inciso: Creo que Juan, o quien sea, debería decírselo. Con y: Lo digo para que se entere Encarna, y todo el que pueda estar interesado.
• Cuando antes hay un inciso o algún elemento de los que van entre comas ( elemento 89): Me dijo que pidiera melón, que ahí lo ponían muy rico, o tarta. Con y: Me dijo que pidiera melón, que estaba muy rico, y tarta.
Es importante saber que y y o pueden aparecer incluso después de punto. Todo depende de la relación que se establezca entre el segmento que encabezan y lo anterior: Lo voy a hacer así. Y ya está.
Además, estas conjuncionesnormalmente no llevan coma detrás, pero sí la pueden llevar si tras ellas aparece un inciso o un elemento delimitado por comas: Puedes comer fruta o, si no te gusta, un yogur; Puedes comer fruta y, si no te gusta, un yogur.
Tampoco se ponen comas, en principio, cuando o se utiliza en correlación con otra conjunción o: Me dijo que o venía ya o se iba; Me gustaría tomar o un filete o una ensalada. En cambio, cuando se utiliza o bien, se pondrá coma al menos delante del segundo: Me gustaría tomar o bien filete, o bien ensalada. Delante del primer o bien se podrá prescindir de la coma si el segmento al que pertenece es un elemento interno de los que no se separan con comas del verbo. En el ejemplo anterior o bien un filete, o bien ensalada es el complemento directo y, por tanto, la coma no es necesaria, aunque en este caso no sería incorrecta. Sí lo sería si se pusiera en Me gustaría tomar un filete.
En inglés hay muchos que defienden la llamada coma serial u Oxford comma ‘coma de Óxford’. Esta es la que aparecería ante la y final en enumeraciones: España, Francia, y Alemania. Se defiende su uso para evitar ambigüedades como la que se da en casos como este: Vinieron mis tíos, Antonio y Pilar. Aquí se podría entender que vinieron muchas personas (mis tíos, además de Antonio y Pilar) o que solo vinieron mis tíos, que se llaman Antonio y Pilar. Para evitar la ambigüedad bastaría con cambiar el orden, como en Vinieron Pilar, Antonio y mis tíos, lo que sumado a otros argumentos demostraría lo innecesario de esta coma.
Sobre la supresión de la tilde en o, tienes información en las páginas 270 y 271 de la OLE. Asimismo, tienes una amplia explicación del uso de la coma con o y o bien en las páginas 322-326 de la propia ortografía académica.
El nombre del oxígeno viene del francés oxygène a partir del griego oxýs ‘ácido’ y -gène ‘que genera’. Se llamó así a partir de la errónea creencia de Lavoisier de que este elemento estaba presente en todos los ácidos.
En español, lo más indicado para escribir la fecha es usar el modelo ascendente, es decir, poniendo primero el día, luego el mes y finalmente el año: 8.12.2016.
Si solo se usan cifras, se pueden usar para unirlas puntos, guiones o barras. No se deja espacio de separación en ninguno de los casos: 8-12-2016, 8/12/2016. Además, como se ve, no se pone cero a la izquierda cuando solo hay una cifra (solo habría que hacerlo si por razones técnicas se deben incluir dos dígitos por campo, como sucede en algunos formularios). En estos casos, si no hay riesgo de confusión, se pueden suprimir las dos primeras cifras del año: 8.12.16.
Si se usan palabras, lo normal es poner el día y el año en cifras, pero el mes en palabras: 6 de octubre de 2017. Además, se pone coma entre el día de la semana y la fecha o entre el lugar y la fecha: Estamos a jueves, 14 de noviembre de 2014; Madrid, 10 de junio de 1986. Solo si se utiliza el día del mes para especificar el día de la semana, se podrá prescindir de la coma: Hemos quedado el martes 3 de abril, no el martes 10.
Cuando se use una referencia temporal al principio de la oración, la coma será más necesaria cuanto más se interprete dicha referencia como un marco en el que transcurre todo: En 2007, nos mudamos de casa, nació Lucía, Teresa empezó a trabajar…, frente a En 2007 nos mudamos aquí.
Para indicar intervalos de años (2017-2018), lo más recomendable es quitar como mucho dos cifras del segundo: 2017-18. En caso de poner fechas enteras, las palabras alrededor del guion deben estar pegadas a este: 5 de enero de 2017-23 de enero de 2017. Si solo se quiere indicar la fecha de nacimiento de una persona porque aún no ha muerto, lo más adecuado es poner solo esta fecha, sin guion: (1984), mejor que (1984-) o (1984- ). Si se desconoce alguna fecha, se puede usar una interrogación de cierre ( elemento 53): (?-1844).
Otras claves sobre expresiones temporales:
• Para hablar de décadas, lo más adecuado es usar palabras: los ochenta. Si se emplean números, hay que prescindir del apóstrofo seguido de s o de la s sola: *los 80’s, *los 80s. Lo adecuado es los 80.
• Tampoco se usa apóstrofo para la referencia abreviada de los años: en el 97, no *en el ’97.
• Pese a que los meses se pueden escribir con números romanos (6-X-2017), lo normal es escribirlos con números arábigos: 6-10-2017.
• Cuando la fecha aparece aislada en encabezamientos de cartas (normalmente arriba a la derecha) o al final de un documento, no se escribe punto detrás ( elemento 60).
En las páginas 692 y siguientes de la OLE se dan indicaciones de cómo expresar la fecha en español.
El nombre del flúor viene del latín moderno fluor, -oris, creado a partir de fluere ‘fluir’, a su vez quizá de una raíz antigua con el significado de ‘hinchar, rebosar, manar’. Parece que se llamó así por su fluidez y la de sus compuestos.
Los nombres de los puntos cardinales se escriben con minúscula, a pesar de hacer referencia a entidades únicas: norte, sur, este y oeste. También los puntos intermedios: noreste, sudeste o sureste (ambas son válidas)… De igual manera, los adjetivos que hacen referencia a los puntos cardinales se escribirán en minúscula: occidental, nororiental, septentrional (‘del norte’)…
Pero, si estas expresiones forman parte de nombres propios, se escribirán con mayúscula: América del Sur (o Sudamérica,aunque también Suramérica), Corea del Norte, Osetia del Sur, mar del Norte, parque del Oeste, Timor Oriental, Virginia Occidental. No hay que confundir estos casos de nombres propios fijados con otros en los que el punto cardinal se usa de forma descriptiva, caso en el cual se escribirá en minúscula, como en África del sur,frente al nombre del país (República de) Sudáfrica.
Se consideran nombres propios y se escriben en mayúscula igualmente las denominaciones asentadas que hacen referencia a áreas geopolíticas definidas: Occidente, Oriente Próximo, Europa del Este… Incluso se puede escribir oeste con mayúscula cuando hace referencia al oeste americano del siglo XIX, como en lejano Oeste o películas del Oeste. En cambio, en costa oeste o costa este es menos admisible la mayúscula porque es más natural entender que las denominaciones son descriptivas.
Por su parte, en los nombres de los hemisferios, que son meras denominaciones descriptivas, los puntos cardinales se escriben con minúscula: hemisferio sur. Lo mismo ocurre en los nombres de vientos, como en viento del norte ( elemento 90).
Eso sí, los símbolos de los puntos cardinales se escriben en mayúscula: N, S, E, O. Y también los de los puntos intermedios: NE, SO.
Cuando se combinan varios prefijos para dar una orientación exacta, se escriben todos unidos a la base: nornoreste ( elemento 75).
Como bien dice mi amiga Encarna, para entender mejor el difícil mundo de las mayúsculas es preferible evitar la pregunta «¿y por qué no iba a ir en mayúsculas?» y preguntarse: «¿Por qué debería ir en mayúsculas?». Así se entenderá que, salvo que haya una buena razón para poner la mayúscula, todo irá en minúsculas.
¿Y qué buenas razones hay? Estas:
• Que la palabra sea un nombre propio, es decir, una etiqueta generalmente desligada de aquello a lo que nombra y no transparente. Por ejemplo, si no se conoce antes, no se sabría que Venus hace referencia a un planeta. Más casos: Mediterráneo, Pablo, Física —como asignatura, frente a física como ciencia ( elemento 109)—, Barroco —no es solo el estilo barroco, es una época ( elemento 111)—, Peugeot, etc.