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- Herausgeber: CIDCLI
- Kategorie: Für Kinder und Jugendliche
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2018
Este libro narra la vida y la obra de Pakal, el gran monarca de Palenque, así como el apasionante trabajo que llevaron a cabo los arqueólogos mexicanos que descubrieron su tumba y el misterioso robo de las joyas que en ella se encontraban.
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Seitenzahl: 48
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Ähnliche
Texto
Luis Barbeytia
Ilustraciones
Mauricio Gómez Morin
Pakal
Pakal
El gran rey maya de Palenque
Edición Digital, 2017
D.R. ©Luis Barbeytia, por el texto
D.R. ©Mauricio Gómez Morin, por la ilustración
Diseño gráfico: Rogelio Rangel
Coordinación editorial: Elisa Castellanos
Cuidado de la edición: Paola Aguirre
Adaptación digital: Flor Bauer
D.R. ©2017, CIDCLI, S.C.
Av. México No. 145-601
Col. Del Carmen Coyoacán
C.P. 04100, Ciudad de México
www.cidcli.com
Las características gráficas y tipográficas
de esta edición son propiedad de
CIDCLI, S.C.
Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción
total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informático,
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por escrito de los editores.
ISBN: 978-607-8351-67-1
Situada al pie de las altas montañas cubiertas de vegetación
que forman la Sierra del Norte, frente a la gran planicie cos-tera que se extiende en los límites de los actuales estados de Chiapas y Tabasco, en el sureste de México, la antigua ciudad de Palenque se yergue en medio de la jungla como una joya refulgente. Los edificios, las plazas, los templos, el Grupo de
las Cruces, la torre del Palacio, la imponente pirámide del Templo de las Inscripciones se recortan de manera especta-cular contra el fondo verde oscuro de la densa selva tropical.
Ahí reinó, a mediados del siglo VII de nuestra era, Kinich Janab Pakal II, llamado el Grande, sin duda el gobernante más célebre y notable del periodo Clásico maya (250-900 d. C.). Bajo su gobierno, Palenque alcanzó un periodo de inigualado esplendor, convirtiéndose en uno de los centros urbanos más importantes de las tierras bajas de la vasta región maya noroccidental.
Animado por un profundo conocimiento de sus tradiciones y de la historia de su gente, Pakal engrandeció su ciudad como ningún otro monarca, al tiempo que dejaba constancia de la magnificencia de su estirpe en ins-cripciones y monumentos de una belleza excepcional, proyectando para siempre hacia el futuro la grandeza de la nación maya.
A Ilhan,
para que empiece
a interesarse
Presentación
Capítulo I
principios del siglo VII de nuestra era, en la ciudad maya de Palenque (llamada enton-ces Lakamjá, “Lugar de las Grandes Aguas”), en lo que hoy es el estado de Chiapas, se vivía una época de inseguridad e incertidumbre. La ciudad había sufrido repetidos ataques por parte del señorío de Kan (actualmente Calakmul), cuya dinastía domi-naba una amplia zona del sur de lo que hoy son los estados de Campeche y Quintana Roo, y la familia real se había visto obligada a huir, refugiándose en un reino veci-no. Durante la última de sus incursiones, el 8 de agosto del año 612 de nuestra era, los atacantes habían acabado con la vida del rey de Palenque, el señor Ajen Yol Mat.
Una infancia difícil
A
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A principios de octubre de ese mismo año, accedió al trono de Palenque-Lakamjá un nuevo gobernante, el señor Muwaan Mat, que sólo reinó unos días. Es probable que entonces la familia real regresara a la ciu-dad. Poco tiempo después, sin embargo, Palenque sufrió un nuevo ataque. La ciudad fue incendiada y la familia real tuvo que abando-narla otra vez, y se dividió en dos facciones. Una de ellas, encabezada por un noble de nombre Ik’ Muuy Muwaan, se dirigió hacia al este y estableció su nueva capital en un sitio llamado hoy Tortuguero, en Tabasco. Ik’ Muuy Muwaan, que llevaba con él a su hijo, Balam Ajau, recién nacido, se proclamó el legítimo heredero del linaje palencano.
Desafiando el peligro, la otra facción de la familia real, al mando de la señora Sak Kuk, sobrina del rey asesinado, Ajen Yol Mat, regresó a Palenque para intentar restablecer el poderío dinástico de la capital del señorío. Desde entonces fueron fre-cuentes la rivalidad y los enfrentamien-tos entre las dos facciones de la dinas-tía, Tortuguero y Palenque-Lakamjá.
El 22 de octubre del año 612 la se-ñora Sak Kuk ascendió al trono. Eran tiempos delicados. Aunque no existe un registro preciso de lo que sucedió, podemos suponer que el reinado de la señora Sak Kuk (cuyo nombre significa Quetzal Blanco o Resplandeciente), no fue fácil. Era hija del señor Pakal, hermano del rey Ajen Yol Mat, que había fallecido algunos meses antes que el monarca, probablemente tam-bién asesinado. Y aunque Sak Kuk era de sangre real, seguramente varios nobles palencanosque se sentían con derecho a ocupar el trono conspiraronpara neutralizarla y hacerse con el poder. La reina debe haber sido, sin duda, una consumada política, capazde manipular los intereses de los hombres de la corte, impidiendo al mismo tiempo que los grupos rivales y los enemigos externos se impusieran y, muy probablemente con la ayuda de su esposo, llamado Kan Mo’ Hix, consi-guió mantener a raya a aquellos que pretendían reinar.
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Una situación semejante, por cierto, había ya sucedido. La abuela de Sak Kuk, llamada Yohl Ik’nal (Señora Corazón del Maíz), había reinado en Palenque 29 años antes que Sak Kuk (del año 583 al 604), una época en la que la ciudad se vio continuamente amenazada. Yohl Ik’nal ocupó el trono a la
