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Las escuelas y las comunidades educativas han sido víctimas del conflicto armado en el país. Así, los flagelos de la guerra han tenido como consecuencias, entre otras, la cooptación de las aulas, el cercamiento de las instituciones con fines bélicos, la vigilancia de la praxis pedagógica por parte de los actores armados y salones baldíos a causa de hechos victimizantes como el desplazamiento forzado y el despojo. Ahora bien, estos escenarios y actores no han sido inermes a los vejámenes de la atrocidad. Contrario a ello, como portadores y defensores de la memoria, se han convertido en movilizadores de procesos de resistencia y reivindicación que aportan a la garantía de derechos, el restablecimiento de las víctimas y la reconstrucción del tejido social, desde el ámbito educativo.En este marco, Pedagogías de la memoria del pasado reciente y la re- paración simbólica sitúa reflexiones sobre temas centrales como el conflicto armado, la memoria, la reparación simbólica y la reconciliación, desde una dimensión pedagógica, para, así, comprender, tensionar y ampliar los horizontes de interpretación de las oportunidades y desafíos de la denominada educación para la paz en el país. En este sentido, los capítulos de este libro contienen disertaciones epistémicas y meto- dológicas sobre los conceptos enunciados, aproximaciones a las for- mas como han sido comprendidos y trabajados desde las instituciones educativas y algunas reflexiones que buscan incluir en el debate una visión territorial y diferencial.Este libro, dirigido a académicos e investigadores de las diferentes áreas de conocimiento, así como a la sociedad civil en extenso, espera ser una fuente de diálogo sobre los avances y desafíos de la construcción de paz en un país que vive una guerra que se resiste a terminar.
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Seitenzahl: 211
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Este libro aborda de manera crítica las complejas relaciones entre raza, enseñanza de segundas lenguas y justicia social, conexiones que a menudo se pasan por alto en el campo de la enseñanza de lenguas. Principalmente a través de la lente de la teoría crítica de la raza, se reconoce que tanto la raza como la racialización y el racismo son nociones interseccionales que tienen que ver con múltiples manifestaciones de discriminación relacionadas no solamente con color de piel, sino también con clase social, orientación sexual, lugar de procedencia, origen étnico y antecedentes lingüísticos, entre otros aspectos. Bajo esta premisa, esta investigación propone un análisis profundo de múltiples manifestaciones de desigualdad presentes en las prácticas educativas de segundas lenguas. Además, con la intención de contribuir a la desracialización de estas prácticas, el libro reúne experiencias pedagógicas, investigativas y reflexiones que buscan empoderar a docentes y estudiantes en la lucha contra diferentes formas de discriminación, que tienden a reproducirse inconscientemente. Desde el posicionamiento crítico del libro, en sus diferentes capítulos, se exploran estrategias pedagógicas concretas para fomentar prácticas pedagógicas inspiradas en la justicia social. En última instancia, el libro aspira a fomentar la interculturalidad crítica, la pluralidad y el agenciamiento hacia la transformación social en los procesos de enseñanza y aprendizaje de segundas lenguas.
Palabras clave: raza, racialización, enseñanza de segundas lenguas, teoría crítica de la raza, justicia social, empoderamiento.
The book critically addresses the intricate relationships between race, second language teaching, and social justice, connections often overlooked in the language education field. Primarily through the lens of critical race theory, it acknowledges that race, racialization, and racism are intersectional notions involving multiple manifestations of related discrimination, not only based on skin color but also on social class, sexual orientation, place of origin, ethnic background, and linguistic heritage, among other factors. Under this premise, the book proposes a profound analysis of various forms of inequality present in second language educational practices. Furthermore, aiming to contribute to the deracialization of these practices, the book gathers pedagogical experiences, research, and reflections that seek to empower teachers and students in the fight against different forms of discrimination, which tend to be unconsciously reproduced. From the book’s critical standpoint, concrete pedagogical strategies are explored in its various chapters to foster pedagogical practices inspired by social justice. Ultimately, the book aspires to promote critical interculturality, plurality, and agency toward social transformation in second language teaching and learning processes.
Keywords: race, racialization, second language teaching, critical race theory, social justice, empowerment.
© Universidad Distrital Francisco José de Caldas
© Oficina de Investigaciones
© Marieta Quintero Mejía (compiladora), Keilyn Julieth Sánchez Espitia, Nine Yofana Ballesteros Albarracín, Angie Marcela Quintero Suárez, autoras
ISBN: 978-958-787-679-6
ISBN digital: 978-958- 787-680-2
ISBN ePub: 978-958-787-681-9
Primera edición, abril de 2024
Líder Unidad de Publicaciones
Rubén Eliécer Carvajalino C.
Gestión editorial
Andrés Delgado Darnalt, Felipe Pardo Ruge
Corrección de estilo
HIPERTEXTO SAS
Diagramación
HIPERTEXTO SAS
Editorial UD
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
Carrera 24 n.° 34-37 Bogotá, D. C., Colombia
Teléfono: 6013239300 ext. 6202
Correo electrónico: [email protected]
Sistema de Bibliotecas de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas Catalogación en la publicación (CEP)
Pedagogías de la memoria del pasado reciente y la reparación simbólica / Marieta Quintero Mejía, compiladora. -- Primera edición. -- Bogotá: Universidad Distrital Francisco José de Caldas, 2024. 131 páginas ; 24 cm. (Ciudadanía & Democracia)
ISBN: 978-958-787-679-6 ISBN digital: 978-958- 787-680-2 ISBN ePub: 978-958-787-681-9
1. Cultura de paz 2. Reconciliación 3. Educación para la paz 4. Formación profesional de maestros 5. Pedagogía crítica -- Colombia I. Quintero Mejía, Marieta, compiladora II. Serie.
370.11509861: CDD 21 edición.
Todos los derechos reservados.
Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la
Unidad de Publicaciones de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Diseño epub:Hipertexto – Netizen Digital Solutions
Introducción
Marieta Quintero Mejía
Capítulo 1. Afectaciones a la educación en el marco del conflicto armado interno en Colombia
Nine Yofana Ballesteros Albarracín
Afectación a la educación por los conflictos armados
Estrategias bélicas orientadas a irrumpir en la vida escolar
Asesinato de maestros
Reclutamiento forzado
Cooptación y ataques a la infraestructura de las escuelas
Desplazamiento forzado
La escuela: una luz de esperanza y resistencia ante la guerra
Referencias
Capítulo 2. Pedagogía de la memoria del pasado reciente: ¿un campo en construcción?
Marieta Quintero Mejía
Acerca de la memoria del pasado reciente: alcances y significados
El deber del relato imperativo en la memoria del pasado reciente
Pedagogía de la memoria reciente: ¿un campo en construcción?
Algunos supuestos para una pedagogía de la memoria del pasado reciente
Referencias
Capítulo 3. Capacidades para el posacuerdo: emociones y afiliación en el marco de la reconciliación
Keilyn Julieth Sánchez Espitia
Reconciliación y perdón: transformar la culpa moral en responsabilidad política
Reconciliación y política: apuestas “de arriba hacia abajo”
Reconciliación y reconstrucción del tejido social: apuestas “de abajo hacia arriba”
Reconciliación y capacidades: de un pasado violento a un futuro compartido
Emociones y afiliación para la reconciliación
Acotaciones sobre el campo de la educación
Referencias
Capítulo 4. La reparación simbólica y su impacto en los escenarios educativos
Keilyn Julieth Sánchez Espitia
Reparación simbólica: ¿cómo reparar lo irreparable?
El símbolo u objeto reparador
Principios para garantizar la capacidad reparadora
Modos de reparación simbólica: impacto en los escenarios educativos
A manera de coda: trabajar la reparación simbólica en los escenarios educativos
Referencias
Capítulo 5. Análisis del instrumento de caracterización
Marieta Quintero Mejía, Angie Marcela Quintero Suárez
Acápite A. Datos sociodemográficos
Acápite B. Aspectos curriculares
Acápite C. Deber de la memoria histórica en la escuela
Acápite D. Memoria histórica y enseñanza
Acápite E. Memoria histórica y narraciones
Acápite F. Memoria histórica y emociones
Acápite G. Reparación simbólica y reconciliación
Capítulo 6. Usos metodológicos de las narrativas estético-comunicativas en la pedagogía de la memoria del pasado reciente
Marieta Quintero Mejía
¿Por qué la narrativa como propuesta metodológica?
Evocadores de memorias narradas
Sensibilización y reflexión en memorias narradas
Cocreación
A manera de coda
Referencias
Lecturas adicionales
Notas al pie
Este libro es resultado del proyecto de investigación “Pedagogías de la memoria para la reparación simbólica en IED receptoras de estudiantes víctimas del conflicto armado: narrativas y alfabetización multimodal crítica”, avalado y financiado por la Oficina de Investigaciones (anteriormente Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico) de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas (CT No. 4-160-602-19).
Todo nuestro reconocimiento y agradecimiento va dirigido a los maestros y maestras de instituciones educativas receptoras de estudiantes víctimas del conflicto armado en Bogotá, que participaron del diplomado derivado del proyecto. Sus saberes y experiencias dieron origen a las disertaciones plasmadas en el presente libro, orientadas a pensar el lugar de la memoria del pasado reciente, la reparación simbólica y la reconciliación en el ámbito educativo.
También agradecemos a Gilary Paola Arredondo Peralta, quien apoyó las comunicaciones del proyecto.
Marieta Quintero Mejía
El proyecto “Pedagogías de la memoria para la reparación simbólica en IED receptoras de estudiantes víctimas del conflicto armado: narrativas y alfabetización multimodal crítica”, avalado y financiado por el Centro de Investigaciones y Desarrollo Científico de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, tuvo como propósito central identificar en tramas narrativas de maestros y maestras propuestas pedagógicas relacionadas con la memoria del pasado reciente, la reparación simbólica y la reconciliación. Para dar alcance a este propósito, se organizó un diplomado bajo el mismo nombre, desarrollado con cincuenta y un educadores de la ciudad de Bogotá.
El diplomado buscó generar un diálogo de saberes en torno al conflicto armado y la paz en Colombia, con el fin de configurar pedagogías de la memoria que aporten a procesos de reparación simbólica y reconciliación desde los escenarios educativos. De esta forma, se generaron encuentros de disertación en relación con cuatro ejes temáticos: 1) ¿por qué una pedagogía de la memoria en la escuela?; 2) la memoria en el campo de la comunicación-educación; 3) el lugar de las memorias del pasado reciente en las comunidades educativas y 4) la reparación simbólica y la reconciliación desde las aulas.
Las disertaciones fueron acompañadas de procesos de cocreación (en forma de talleres), orientados a que los maestros, las maestras y los directivos docentes reflexionaran sobre su experiencia en el marco del conflicto armado desde sus historias de vida y narrativas del quehacer pedagógico. Estos procesos también se desarrollaron con el ánimo de que pensaran de manera individual y colectiva modos de resistencia, reconstrucción del tejido social y reivindicación de los derechos humanos desde la escuela.
Los maestros descubrieron a partir de fotografías representativas de su niñez, adolescencia y adultez los hechos que acontecían en el país en el marco del conflicto armado y su vínculo con sus trayectorias de vida. A partir de testimonios, reconocieron el impacto que ha tenido la guerra en los educadores del país y, por medio de la creación de objetos simbólicos, expresaron su solidaridad y empatía ante su sufrimiento. También develaron el valor de la imagen para expresar modos de resistencia, así como de iniciativas artísticas y estéticas para preservar la memoria de lo ocurrido, reparar simbólicamente los daños generados y promover procesos de reconciliación que permitan la reconstrucción y sanación del entramado social. Precisamente, el diálogo de saberes y los procesos de cocreación dieron como resultado las disertaciones epistémicas y metodológicas que constituyen los seis capítulos del presente libro.
El primer capítulo tiene como propósito dar cuenta del alcance de los daños causados a la educación en el marco del conflicto armado interno en Colombia, pero también del lugar de la escuela como faro de esperanza en medio de la oscuridad que ha impuesto la guerra. El capítulo se divide en tres partes: en la primera parte, se develan las afectaciones a la garantía del derecho a la educación, así como los daños físicos y simbólicos causados a la escuela y a la comunidad educativa; en la segunda parte, se muestran las estrategias bélicas (como el asesinato selectivo de estudiantes y maestros, la cooptación de las infraestructuras físicas y el reclutamiento forzado) empleadas para desestabilizar la vida escolar y, con ello, a las comunidades; en la tercera parte, se propone la escuela como una luz de esperanza y punto de resistencia en medio de la guerra.
En el segundo capítulo se indaga si la pedagogía de la memoria del pasado reciente debe considerarse o no un campo en construcción. Al respecto, se reconoce como pilar de dicho campo a las víctimas, quienes demandan que sus derechos sean reconocidos, pues estos nunca prescribirán. Ante esta exigencia moral, se propone el deber de la memoria atendiendo a narrativas y emociones. Sumado a ello, se indica que los estudios de la memoria del pasado reciente tienen sus raíces en los sucesos del Holocausto, los cuales contribuyen al desarrollo de la educación. A pesar de reconocer los aportes de la experiencia totalitaria, se advierte que, para el campo de la pedagogía de la memoria del pasado reciente, académicos e investigadores del Cono Sur han elaborado nociones y metodologías “propias”, vinculadas con los sentires y las identidades culturales y territorialidades fracturadas por dictaduras y conflictos armados, los cuales demandan reconocimiento de luchas, resistencias y emancipaciones gestadas desde abajo.
El tercer capítulo tiene como propósito esclarecer las principales tendencias desde las cuales ha sido definida la reconciliación, resaltando sus fortalezas y desventajas en sociedades de posviolencia o posconflicto. Asimismo, se plantea su relevancia en relación con el enfoque de las capacidades humanas, especialmente, con la afiliación y las emociones, como movilizadoras de la comprensión de lo ocurrido (memorias del pasado reciente), pero también como generadoras de un futuro compartido a partir del restablecimiento de las relaciones quebrantadas por la guerra. Finalmente, se realizan algunas acotaciones en relación con el ámbito educativo como escenario de florecimiento de las condiciones requeridas para su consecución.
En el cuarto capítulo se establece el marco legal que solventa la reparación simbólica en Colombia. Además, se presentan algunas de sus principales definiciones y se realiza un acercamiento a los objetos o símbolos reparadores, los principios y finalidades de esta medida y las múltiples formas en que tiene lugar en el escenario público, hasta llegar a su impacto en los escenarios educativos, reconociendo algunos principios y aportes que contribuyen a su abordaje y fortalecimiento dentro de los mismos.
En el quinto capítulo se presentan los resultados obtenidos al aplicar un instrumento de caracterización a los docentes y orientadores participantes del diplomado, encaminado a identificar saberes y prácticas en temas de memoria del pasado reciente, reparación simbólica y reconciliación en escenarios educativos, partiendo de factores como el currículo, el deber de la memoria y su vínculo con los procesos de enseñanza, entre otros.
Por último, el sexto capítulo está orientado a dar a conocer las razones que llevan a que la presente investigación sea de carácter cualitativo. Entre otros argumentos, se indica que las narrativas de los maestros en contextos educativos receptores de niños y niñas víctimas de conflicto armado permitieron develar la subjetividad política, así como los sentidos y significados de la memoria del pasado reciente en prácticas y saberes pedagógicos. De esta manera, se exponen los evocadores de memorias narradas del pasado reciente, los cuales dieron lugar a la cocreación de cuatro talleres, cuya descripción, desarrollo, momentos y resultados se presentan en el capítulo.
CAPÍTULO 1
Nine Yofana Ballesteros Albarracín*
Los daños causados a la educación por los conflictos armados se ven representados en la falta de garantía de este derecho fundamental a los niños, niñas y jóvenes, así como en las afectaciones físicas, sociales, políticas, psicológicas y morales a la comunidad educativa. Al respecto, la Fundación Dos Mundos (2009) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, 2011) aseguran que, tras los perjuicios contra la escuela y los agentes educativos, el temor se apodera de los mismos, lo que impide el acceso a la educación de los niños, niñas y jóvenes, principalmente en las zonas donde se arraiga la violencia a través del establecimiento de los actores armados o de la imposición de dinámicas bélicas en la cotidianidad.
En ese sentido, según Amnistía Internacional:
Las escuelas, el profesorado y el alumnado son objetivos de la violencia armada, la tarea de impartir enseñanza se ve alterada de muchas maneras: puede que los estudiantes y el personal de la escuela no acudan a ésta por temor a nuevos ataques, que los edificios y el material escolar queden destrozados o que resulte imposible sustituir al personal docente. (Fundación Dos Mundos, 2009, p. 18)
Lo anterior evidencia que las afectaciones a la educación por los conflictos armados pueden ser físicas a través de la destrucción de la infraestructura y los enseres, así como sociales debido a los cierres de los planteles educativos, el abandono de las instalaciones y la ruptura del tejido social, entre otros.
Cabe mencionar que no se reconocen los daños psicológicos y morales causados a estudiantes y docentes. De acuerdo con la Unesco (2011), “los niños que han padecido traumas, problemas de inseguridad y desplazamientos acarreados por los conflictos armados tienen pocas probabilidades de desarrollar todo su potencial de aprendizaje” (p. 160). En efecto, estos daños repercuten en los proyectos de vida no solo de los estudiantes, quienes se ven obligados a cambiar sus planes por la contingencia que implica el desplazamiento forzado, el reclutamiento o la pérdida de un ser querido, sino también de los maestros, que con frecuencia reciben amenazas por parte de los grupos armados y se ven en la obligación de dejar sus trabajos e, incluso, arriesgar la estabilidad de sus familias.
A pesar de las afectaciones causadas a la educación y a la comunidad educativa, estos daños no son visibles en los análisis de los conflictos armados y mucho menos en los procesos de reparación, por lo que pocas veces la educación logra reponerse de los estragos de la guerra (Izquierdo, 2015). Así, las consecuencias de la desatención a la educación en estos contextos lleva al socavamiento de las acciones orientadas al fortalecimiento de la paz y la reconciliación en las sociedades. Contrario a esto, se instalan circuitos de violencia que reproducen más violencia y deterioran las condiciones de vida de las poblaciones.
De acuerdo con Ospina (2016):
La educación per se no es una causa directa de los conflictos armados, obviamente, pero sí puede ser un factor que contribuya a la generación y legitimidad de los mismos, como también puede influir negativamente en la transformación de las estructuras durante el posconflicto. (p. 236)
Por consiguiente, tanto la afectación a la educación en el marco de los conflictos armados como la invisibilización de estos daños generan fracturas en las sociedades que conducen a prolongar y ampliar sus brechas socioeconómicas; además, menoscaban el alcance de la educación como derecho fundamental de los niños y las niñas. Respecto a esta última consecuencia, en territorios afectados por conflictos armados, los índices de deserción escolar van en aumento y su principal causa es el desplazamiento forzado. Estas situaciones no solo afectan a las comunidades implicadas, sino a todo el país, en la medida en que las cifras de desescolarización y analfabetismo ascienden, lo cual se traduce en un crecimiento económico más lento y en el aumento de la pobreza (Unesco, 2011).
Según Izquierdo (2015):
Ningún país alcanza un crecimiento económico sostenible sin haber logrado determinadas cotas educativas. Aunque se trata de una inversión a largo plazo, el desarrollo educativo es crucial no solo para incrementar las capacidades humanas, sino como componente esencial en el desarrollo de una nación. (p. 11)
En este orden de ideas, los daños causados a la educación representan un retroceso en el progreso del país, el cual puede tardar varios años en recuperarse, a menos que se identifiquen y atiendan efectiva y oportunamente sus causas.
Por lo anterior, para la Fundación Dos Mundos (2009), la falta de garantía del derecho a la educación en estos contextos
[…] causa impactos de mediano y largo plazo en niños, niñas y jóvenes. Les restringe oportunidades de construirse en el encuentro con pares y limita sus posibilidades de edificar futuro desde una perspectiva económica, así como el desarrollo de competencias para el ejercicio de una ciudadanía plena. (p. 21)
En otras palabras, los daños que causa la guerra a la educación pueden llegar a ser más devastadores que las afectaciones físicas calculadas a través de estadísticas y registradas en las imágenes que los medios de comunicación muestran al mundo. Esto se debe a que estos daños socavan las bases sociales y políticas que dan lugar a la ciudadanía. En esta medida, “el ataque a las escuelas y la comunidad educativa significa también un rechazo a las posibilidades de construir sociedades más justas, democráticas y con mejores oportunidades para todos sus miembros” (Ospina, 2016, p. 228).
En lo referente a la fractura de las estructuras sociales por ataques a la educación, según la Unesco (2011):
[…] no romper el círculo vicioso de los conflictos armados y dejar estancada la educación, no sólo constituye una violación de los derechos humanos, sino que además refuerza las desigualdades y, en última instancia, pone en peligro la paz y la estabilidad. (p. 150)
Al desconocer los impactos que tienen los conflictos armados sobre la educación, se perpetúa la intención de los grupos armados de romper el tejido social a través de los ataques silenciosos dirigidos a las escuelas y a la comunidad educativa, ataques que se suman a otros daños y cuyo propósito claro e intencional es romper las estructuras sociales y políticas que hacen posible la vida en comunidad.
Los daños causados al tejido social y a la vida en comunidad no se miden a través de las estadísticas que reportan los impactos físicos y materiales, por lo que son difíciles de identificar a simple vista y a corto plazo. Las vulneraciones en este ámbito se reflejan en las sociedades a largo plazo, mediante los traumas que transforman las vidas de los miembros de las instituciones educativas y los retrocesos de la nación en materia de educación (Unesco, 2011). Esta invisibilización deteriora los procesos de reconstrucción de los lazos de confianza que sostienen el tejido social en una sociedad, lo cual dificulta el establecimiento de acciones y emociones que contribuyan a su reconstrucción y surgimiento.
En tal sentido, se encuentra que los ataques contra la educación hacen parte de las estrategias y modos bélicos empleados por los actores armados para controlar la cotidianidad de las poblaciones. Se trata de una estrategia silenciosa, sigilosa y casi imperceptible, pues en pocas ocasiones se identifica y casi nunca se repara y atiende de manera integral, lo que deja secuelas en los territorios. En esta misma línea, se reconoce que la deserción escolar, los cierres de centros educativos, su destrucción y la afectación en la calidad de la educación en contextos de conflicto armado son consecuencias directas de la guerra, que tienen la clara intención de desestabilizar el tejido social e imponer control y dominio en los territorios para su prolongación.
Los impactos de la violencia sobre la educación quebrantan las colectividades y los procesos intersubjetivos sobre los cuales se construyen las comunidades en un determinado territorio, debido a que la escuela es uno de los principales escenarios para el encuentro comunitario. Por esta razón,
[…] las amenazas y ataques que se perpetran en su contra no deberían ser vistos como eventos aislados o accidentales, es posible que se trate más bien de acciones claramente orientadas a generar zozobra y facilitar el control social de la población civil por parte de los actores armados. (Fundación Dos Mundos, 2009, p. 19)
En efecto, las prácticas comunitarias y las cotidianidades de los territorios son cooptadas por las dinámicas bélicas, lo cual conduce a una pérdida de identidad y arraigo, de modo que los códigos culturales, léxicos, símbolos característicos y demás elementos propios de las interacciones colectivas son afectados por las violencias impuestas. La escuela, en tanto actor social y político activo en la configuración de estas interacciones colectivas, se convierte en un objetivo militar. Por ello, arremeter contra la escuela como representante de la educación es una forma de destrucción de la conciencia ciudadana que hace posible que los sujetos se reconozcan y, al mismo tiempo, sean reconocidos como parte de un colectivo (Boix, 2003). En otras palabras, con los ataques y daños ocasionados a la educación por los conflictos armados se fracturan las identidades y las adhesiones que constituyen la vida en sociedad.
En el marco de los conflictos armados, la educación se ha convertido solapadamente en una víctima de los actores armados. Esto se debe al rol social y político de la escuela en los territorios, particularmente en el fortalecimiento del tejido comunitario. Por esta razón, los grupos armados legales e ilegales han desarrollo estrategias y modos bélicos orientados a atacar a la educación, como el asesinato de docentes y estudiantes, el reclutamiento de menores de edad, el ataque a infraestructuras y el desplazamiento forzado. Al ingresar en cada uno de estos hechos victimizantes, se revela cómo se ha irrumpido intencionalmente en la cotidianidad de la escuela, así como en sus consecuencias en las comunidades y en la educación. A continuación, se presentan algunos de estos daños.
Una de las formas de afectación a la educación en el marco del conflicto armado es el asesinato de docentes, un daño irreparable. En Colombia, las vidas de miles de maestros y maestras se han desvanecido a causa de la guerra. De acuerdo con la Fundación Compartir (2018, citada por la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, 2022), “En Colombia, el Observatorio de Memoria y Conflicto del CNMH reportó que entre 1958 y 2018 en todo el país 1579 maestros han sido víctimas directas del conflicto armado, y 1063 (67,3 %) sufrieron asesinatos selectivos” (p. 106). El asesinato ha sido el principal acto violento contra esta población, seguido del secuestro y la desaparición forzada. Estas cifras develan el impacto de la violencia en la educación y evidencian la intencionalidad con la que han actuado los grupos armados para irrumpir y desestabilizarla.
Al respecto, las investigaciones de la Fundación Dos Mundos (2009), el Consejo Noruego para Refugiados (2016) y la Unesco (2011) sostienen que los ataques contra los docentes como asesinatos, amenazas, desplazamientos y desapariciones, entre otros, hacen parte de la estrategia para controlar a las poblaciones y erosionar el tejido social en las comunidades por parte de los grupos armados legales e ilegales. Estos hechos se dirigen hacia los educadores por cuanto representan a la escuela como líderes sociales y comunitarios, y cumplen una labor de protección y cuidado de los estudiantes ante las violaciones de derechos.
Así pues, los asesinatos selectivos de maestros y las amenazas al gremio hacen parte de la maquinaria bélica dispuesta para imponer miedo en los territorios y, con ello, establecer las dinámicas violentas propias de la guerra como paros armados, tomas guerrilleras y masacres, entre otras. Estos daños no solo impactan el ámbito comunitario, sino también el educativo en términos de calidad y permanencia, puesto que las escuelas cierran por falta de educadores. Por tanto, se evidencia un retroceso en los procesos de enseñanza-aprendizaje y tanto los estudiantes como el resto de la comunidad educativa se ven afectados moralmente, lo cual ocasiona fracturas en las subjetividades e intersubjetividades.
Es importante señalar que, si bien este ha sido uno de los hechos que más repudio ha causado en la sociedad y que ha generado movilizaciones y resistencias, ha mostrado la desatención por parte del Estado. A manera de ilustración, Ospina (2016) cita el informe Education Under Attack 2014, en el cual se afirma que “Colombia es uno de los lugares más inseguros en el mundo para los maestros y maestras, ya que presenta el índice más alto de personal docente asesinado o con amenazas de muerte” (p. 224).