Pensar por cuenta propia - Jordi García Farrero - E-Book

Pensar por cuenta propia E-Book

Jordi García Farrero

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Beschreibung

Este libro tiene la intención de dialogar con algunos de los asuntos fundamentales de la tradición libertaria en educación. Convencidos de que es una fuente poderosa para continuar pensando y actuando en el contexto contemporáneo, los autores aportan preguntas y reflexiones para familiarizarse con autores e ideas. Fruto de un diálogo entre amigos separados por la inmensidad del océano, pero unidos por la firme convicción de que es viable explorar alternativas en la labor de acompañar la formación de las nuevas generaciones, el libro invita al estudio, a la reflexión colectiva y a la autonomía de pensamiento.

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Seitenzahl: 156

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Pensar por cuenta propia

La pedagogía libertaria hoy

Jordi Garcia Farrero Gerardo Garay Montaner

Pensar porcuenta propia

La pedagogía libertaria hoy

Prólogo de Sílvio Gallo

Colección Octaedro Educación

Título: Pensar por cuenta propia. La pedagogía libertaria hoy

Asesor editorial: Jaume Carbonell Sebarroja

Primera edición (papel): febrero de 2024

Primera edición (epub): febrero de 2024

© del texto: Jordi Garcia Farrero, Gerardo Garay Montaner

© De esta edición:

Ediciones OCTAEDRO, S.L.

Bailén, 5 – 08010 Barcelona

Tel.: 93 246 40 02

[email protected]

www.octaedro.com

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ISBN (papel): 978-84-10054-46-2

ISBN (epub): 978-84-10054-47-9

Realización y producción: Editorial Octaedro

   ĺndice   

Prólogo El vivir anarquista y la educación libertaria en nuestros días

1 Empezamos a caminar

2 ¿Desde qué relatos se intentó responder a la modernidad?

3 ¿Qué experiencias muestran que el pensamiento anarquista se tomó seriamente la educación?

4 ¿Tenemos que aprender a ser libres?

5 ¿Qué tipos de educadores se necesitan para la emancipación y el conocimiento de la verdad?

6 ¿Por qué los educadores sueñan con monstruos?

7 ¿Por qué es importante saber valerse de las «manos» y de la «cabeza»?

8 ¿Qué deben leer los obreros para alcanzar su emancipación intelectual?

9 ¿Pueden los libros cambiar el mundo?

10 Palabras (casi) finales

   Prólogo   El vivir anarquista y la educación libertaria en nuestros días

Bakunin nos ha enseñado que la libertad no es un don de la naturaleza humana y sí una construcción social y colectiva. Eso tiene diversas implicaciones, pero subrayo una de ellas: a mediados del siglo xix y antes de Nietzsche, el anarquista ruso se insurgió contra la metafísica. En su pensamiento, la libertad no es una esencia, es una acción, lo que se practica, lo que se produce, lo que se construye. Por otro lado, no es una característica de cada individuo, sino de un grupo social; lo que quiere decir que solo se puede ser libre en comunidad, junto con otras personas. Quizás eso parezca poco para nosotros en el siglo xxi, pero es sobre todo la apertura de un nuevo horizonte de interrogaciones y pensamiento para quien se ocupa y se preocupa de la educación de niños y niñas, y piensa que la libertad es uno de los factores importantes en este proceso.

Desde sus orígenes, el anarquismo estuvo implicado en las cuestiones de educación y formación. Defendiendo la construcción de una nueva sociedad, y luego de un nuevo mundo, se urgía educar a los sujetos para vivir de otros modos, según otros principios y otros valores, con otras formas de acción. Por eso, a diferencia de otras corrientes del pensamiento socialista, encontró en la acción educativa –sea en la escuela o en otros medios sociales– una tierra fértil para la acción revolucionaria y transformadora. En las últimas décadas del siglo xix y a lo largo del siglo xx, muchas fueron las acciones anarquistas en este campo.

Tales acciones no siempre han sido reconocidas en el ámbito de los saberes pedagógicos; al revés, muchas veces han sido –y lo siguen siendo– olvidadas deliberadamente en los manuales de pedagogía, al igual que en los estudios de historia de la educación. Esta es una de las confirmaciones de su carácter radicalmente revolucionario: no coadyuva con el statu quo, no rinde homenajes al capitalismo, a la Iglesia y al Estado. No obstante, ahí están para quienes las buscan, para quienes no se conforman y no quieren conformarse con el estado de cosas que se impone a todos.

Un interrogante es fundamental para nosotros hoy en día. Los sueños de revolución han quedado en el pasado; el capitalismo se muestra cada vez más como un sistema elástico, capaz de alterarse a sí mismo según las necesidades que se van imponiendo, de manera que no da muestras de enflaquecimiento; al contrario, parece cada vez más fuerte y cohesivo en este tiempo atravesado por el neoliberalismo. En tal contexto, ¿cuál es el sentido de reivindicar una educación por y para la libertad? La libertad hoy está colonizada por el neoliberalismo; afirmar la libertad de los sujetos significa afirmar que cada uno es el emprendedor de uno mismo y tiene en sus manos la construcción de su vida, de su trabajo, de sus medios económicos de sobrevivir en un mundo de competitividad brutal y constante. ¿Una educación libertaria hoy no estaría condenada a la cooptación por el capitalismo neoliberal? ¿No sería una manera de «entregar el oro al bandido»?

Desde mi punto de vista, pienso que se trata justamente de lo contrario. Quizás el anarquismo y su defensa radical de una libertad colectiva, que no es individualizada ni individualista, sea el único antídoto posible a los males provocados por el neoliberalismo que coloniza las mentes, los corazones y las acciones de los sujetos contemporáneos. Eso lo aprendemos con Foucault: hay que luchar contra lo que somos; somos constituidos sujetos en las relaciones de poder, pero está en nuestro poder reaccionar, resistir, producir otras situaciones y otras realidades. Si hoy somos hechos sujetos por las líneas de poder neoliberales, podemos resistir, podemos transformar, podemos cambiar lo que somos. En esta acción, el anarquismo y las pedagogías libertarias son potentes herramientas para una descolonización del pensamiento, para la producción de prácticas de libertad –también en el sentido propuesto por Foucault– que se produzcan en contraposición a lo que está instituido como nuestro mundo, como nuestra sociedad.

En otras palabras, si ha pasado el tiempo de las grandes revoluciones, sigue siendo tiempo para cambios y transformaciones; sigue siendo tiempo para tomar en nuestras manos la producción de nuestras vidas, como resistencia a los modos de vida que nos son impuestos por un modelo de sociedad. En nuestros días, una nueva pedagogía anarquista, contra los patrones, contra los autoritarismos, contra las evaluaciones de larga escala que fundan la producción de políticas públicas de educación estandarizada, que quiere tornar todo homogéneo, produciendo subjetividades de manera serial y serializada, es quizás la más potente arma para producir procesos de singularización, en los cuales cada uno tenga en sus manos la dirección de su vida y de su pensamiento.

Hay sentido en la revuelta; hay sentido para la revuelta siempre. Por eso el anarquismo sigue vivo y activo, produciendo sueños, utopías, pero también heterotopías y transformaciones en el cotidiano.

Por todo eso –y mucho más–, el lector tiene en manos un libro pequeño, pero lleno de potencias. Es una caja de herramientas para quien educa comprometido con la libertad y con la transformación social, con la acción política, en este mundo en que nos ha sido dado vivir. Una lectura para hoy, que se nutre del pasado para producir futuros.

Se trata de un libro fruto de una amistad, como se explica en las primeras páginas. Tal vez no haya nada más precioso que la amistad para el pensamiento creativo. Dos personas de dos continentes distintos se encuentran en un país que no es el de ninguno, de ahí nace una amistad y una colaboración en el pensamiento que transforma la vida de cada uno.

Los dos autores dialogan con diferentes tradiciones del anarquismo –de los anarquismos– con una curiosidad radical de uno y de otro; visitan la historia y se alimentan de distintas fuentes para pensar juntos nuestro tiempo presente y los problemas que nos plantea. A medida que avanzamos por esas páginas, donde cosas profundas e importantes son dichas de manera sencilla, clara y provocativa, nos sentimos invitados a tomar parte en este círculo de amistad para seguir pensando juntos.

Cada uno piensa por cuenta propia, como el título indica, pero pensando juntos, pensamos mejor nuestro propio pensamiento. Viviendo juntos, vivimos mejor nuestras propias vidas, y transformamos el mundo. Y el anarquismo sigue vivo y pulsante, provocando nuestras curiosidades y abriendo horizontes de futuros posibles.

SílvioGallo

(unicamp)

En los primeros días de la primavera suramericana de 2023.

   1   Empezamos a caminar

Tropeçavas nos astros desastrada,

Quase não tínhamos livros em casa

E a cidade não tinha livraria,

Mas os livros que em nossa vida entraram

São como a radiação de um corpo negro.

Apontando pra a expansão do universo,

Porque a frase, o conceito, o enredo, o verso

(E, sem dúvida, sobretudo o verso)

É o que pode lançar mundos no mundo.

Livros (1998), Caetano Veloso

Estamos delante de una obra que quiere pensar la pedagogía libertaria a través de diferentes autores contemporáneos; por consiguiente, quedamos situados en un tiempo (siglos xix-xx) y espacios (continentes americano y europeo) determinados. Unos años de plena efervescencia del movimiento obrero, como queda demostrado con los siguientes acontecimientos: las tensiones entre Marx y Bakunin en la Asociación Internacional de Trabajadores (1868), la Comuna de París (1871), las jornadas de lucha durante los primeros de mayo, la Revolución soviética (1917), la rebelión de Kronstadt (1921) o la revolución popular durante la guerra civil española (1936-1939), sin olvidarse de las dos guerras mundiales y el ascenso del fascismo al poder. En definitiva, es uno de los momentos de la Historia en los que la educación, en su sentido más amplio, se convierte en un tema central.

Esto no significa que perdamos de vista la situación actual en materia educativa, porque entendemos que nuestra condición de historiadores de la educación no nos exime de ser contemporáneos a todos los efectos, como ya nos enseñó el testimonio trágico de Marc Bloch. Por ello, esta publicación puede ser una buena oportunidad para señalar, según nuestro entender, qué ideas educativas están todavía y qué otras vale la pena rescatar de este discurso pedagógico con el propósito de comprender y transformar la realidad actual. Somos conscientes de que este doble ejercicio: el diálogo recíproco entre el pasado con el presente, va en línea de otros trabajos que hemos leído con atención y devoción, como son La cattiva strada. Storia del pensiero educativo libertario e anarchico ed esperienze educative (2020) y Las falas alternativas (2022), de Gabriele Lugaro y Ani Pérez, respectivamente, por ejemplo. U obras anteriores, en ambos lados del Atlántico, que siempre serán referentes de cualquier estudio riguroso de la pedagogía libertaria.

También queremos destacar que el libro que el lector tiene ahora en sus manos es, además, el resultado de un estudio realizado por dos amigos que se conocieron hace ya algunos años. El comienzo de esta camaradería se halla, pues, en el mes de agosto de 2011 y en el marco del Primer Congreso Latinoamericano de Filosofía de la Educación celebrado en la ciudad brasileña de Campinas. Nuestro encuentro fue totalmente azaroso, nos sentamos uno al lado de otro en la conferencia inaugural en un auditorio universitario con capacidad para más de cien personas, y la complicidad se fue construyendo a base de ironía, risas e ideas sugerentes mientras tratábamos diferentes asuntos relacionados con la historia, la política, la educación y, especialmente, la pedagogía libertaria, dada nuestra «anarcocuriosidad» (Schneider, 2021) como principio humanista y humanizador.

La cuestión es que el vínculo se fue consolidando con el paso del tiempo a pesar de la distancia existente entre nuestras respectivas residencias: la ciudad de Barcelona, con alguna estancia en tierras brasileñas, y la Colonia Valdense de Uruguay. Por ello, no pudo extrañarnos que la última vez que conseguimos reunirnos presencialmente fue durante el «39 ISCHE. Educación y Emancipación» (Buenos Aires, 2017). Han pasado ya muchas semanas de ello, pero también es cierto que la pandemia no ha puesto las cosas fáciles.

Quizás fueron excesivos, en esos primeros momentos, todos estos detalles tan personales. Pero no hemos querido renunciar a ello, porque consideramos que vale la pena destacar que es una obra realizada entre amigos. La voluntad de cultivar la amistad como libre compromiso es, desde los poemas homéricos, un asunto serio, y parece que hoy hay que reivindicarlo sin ningún tipo de cesión. No descubrimos nada si decimos que vivimos momentos de intereses sumamente individuales y cualquier concepto corre el riesgo de convertirse en una simple mercancía. Así, nos gustaría que las páginas de este libro también fueran vistas como un «saber vital, práctico y felicitario», igual que en la escuela del jardín de Epicuro (García Gual).

Nuestro trabajo, que siempre ha significado un respiro y una pausa de nuestras obligaciones académicas, también ha conllevado una forma de organizarse, dada la lejanía geográfica y la voluntad de que fuera un libro grupal, y no la suma de dos monólogos procedentes de contextos tan dispares. Así, y tras aceptar que nuestros encuentros debían ser virtuales por razones obvias, apareció la idea de celebrar periódicamente seminarios de diferentes textos considerados clásicos por la influencia ejercida en otros autores y experiencias llevadas a cabo posteriormente. La idea es, pues, conectar con una determinada tradición académica de la que nos sentimos herederos, es decir, la idea de universidad surgida en Berlín a principios del siglo xix a propósito de las contribuciones de Humboldt y Schleiermacher, lo que favorece la lectura de textos fundamentales para después poder conversar y pensar de forma conjunta. No cabe duda de que esta decisión también supone una dimensión política en la actualidad, dado que esta práctica formativa reivindica una orientación más humanista en un contexto más bien hostil para ello y, consecuentemente, otra concepción de tiempo de trabajo que requiere un cierto alejamiento de cualquier tipo de aceleraciones para, simplemente, producir o reproducir de forma automática los discursos elaborados que defienden lo políticamente correcto y contribuyen a fomentar las modas establecidas en cada momento (Garcia Farrero y Gómez Mundó, 2020).

Luego, destacamos que esta aventura intelectual compartida empezó a caminar a través de dos textos que fueron leídos transversalmente. El primero de ellos es el libro Breviario del pensamiento educativo libertario (1988), de Tina Tomassi, que representa una referencia indiscutible de este objeto de estudio. Para nosotros, la elección de esta obra fue muy oportuna porque nos dibujó una primera cartografía intelectual con los siguientes nombres: William Godwin, los socialistas utópicos (Robert Owen, Saint-Simon, Etienne Cabet, Charles Fourier) y Max Stirner, Pierre-Joseph Proudhon, Michail A. Bakunin, Lev. N. Tolstoi, Pëtr A. Kropotkin; los positivismos (Jean-Marie Guyau, James Guillaume, Elisée Réclus) y Vincenzio Russo, Carlo Pisance, Errico Malatesta. Esta nómina de autores mencionada nos hizo interrogarnos, en una primera instancia, sobre cuáles son los clásicos del anarquismo y de la pedagogía libertaria en el sentido más amplio de la palabra. Una cuestión que no es una novedad en los estudios literarios, aunque son bien sabidas las dificultades de establecer un canon único y monolítico de cualquier materia. Ha habido, sin embargo, muchos intentos ilustres durante los últimos siglos. Uno de los más conocidos es, por ejemplo, el de Harold Bloom (2006), que pone de manifiesto sus lecturas preferidas. No pudo sortear estas críticas: la inclusión de solo tres escritoras (Dickinson, Austen y Woolf) y la presencia dominante de la literatura inglesa, en detrimento de todas aquellas provenientes de otros lugares; algo que no ha sucedido con la propuesta más reciente de Nuccio Ordine titulada Clásicos para la vida (2017). Es un planteamiento más continental, europeo, con mucha presencia de literatura neolatina, italiana, francesa y española, pero también existen otros autores europeos y, por supuesto, orientales, africanos o americanos.

Ahora bien, es evidente que todos estos aspectos, junto con el de la incapacidad de ser totalmente exhaustivos, han estado bien presentes a la hora de elegir a nuestros interlocutores para reflexionar sobre el pensamiento pedagógico libertario. De ahí que este libro también puede ser visto como una posibilidad de compartir la repisa de una biblioteca catalana y otra uruguaya dedicada a la educación crítica y emancipadora. Por este motivo, nos sentimos más cómodos con los planteamientos realizados por parte de Ítalo Calvino (2015). Baste recordar que el escritor italiano presenta, según el profesor Viñao (1999-2000), una apertura mayor respecto a la cultura escrita, con cinco centros de interés (relectura, originalidad, actualidad/universalidad, riqueza e influencia); además, nos anima a leer todos los libros que se han convertido en clásicos. Compartimos plenamente algunas de las razones esgrimidas por parte de Calvino: los clásicos son los libros que siempre se están releyendo y posibilitan un enriquecimiento al lector; son obras que ejercen una influencia tan relevante que se imponen como inolvidables y, al mismo tiempo, tienden a relegar la actualidad a la categoría de ruido de fondo, pero a su vez no pretenden prescindir de ese ruido de fondo.

Está claro, por tanto, nuestro convencimiento de ir directamente a las fuentes para evitar la repetición de comentarios e interpretaciones ajenas y poder establecer claves interpretativas propias y, especialmente, palpitantes. No deja de ser un desafío que aceptamos, con los riesgos que implica, pero ello tampoco es incompatible con el hecho de dialogar con otro tipo de fuentes como son todos aquellos estudios realizados sobre la pedagogía libertaria de primer orden. De ahí que en el arranque de este trabajo también fuimos interpelados por las ideas principales del artículo «O paradigma anarquista em educação» de Sílvio Gallo (1996). Este profesor, que también participó en el Congreso de Filosofía de la Educación mencionado, traza un esquema mental con las siguientes ideas fundamentales, que consideramos muy pertinentes, es decir, es más justo hablar de anarquismos que de anarquismo, dada su diversidad ideológica, y, por otro lado, no es una doctrina política como tantas otras que surgieron durante los siglos xviii-xix, porque representa más bien una actitud ética con cuatro principios básicos: autonomía individual, autogestión social, internacionalismo y acción directa.

Así pues, esta complicidad entre dos amigos se ha traducido en un círculo hermenéutico, a propósito de la pedagogía libertaria, para tener la posibilidad de formular diferentes preguntas inspiradoras y atemporales, seleccionar textos y autores significativos para pensar de forma poliédrica y, por último, realizar seminarios de estudio virtuales como práctica formativa para provocar reflexiones, debate, discusión. El desacuerdo, las músicas que abren los diferentes capítulos y, por supuesto, el tiempo que cada uno ha necesitado para pensar y repensar, tal y como realiza esa tradición que procura ideas mientras se disfruta del arte de caminar (Garcia Farrero), también han sido muy importantes en este estudio.

Todo ello ha quedado plasmado en una serie de reflexiones. Las primeras de ellas son sobre los relatos que han intentado responder a la modernidad y la existencia permanente de la pluralidad en la relación entre anarquismo y educación. Más tarde, es el turno de cuestionarnos si la libertad es algo que hay que aprender y qué tipo de educadores y sueños son necesarios para ello. Por último, se trata del sentido de la igualdad entre el trabajo cerebral y manual desde una perspectiva pedagógica y social, y del rol que deben de tener la lectura y los libros para que puedan contribuir a hacer realidad los propósitos de la propuesta política de naturaleza anarquista. Termina, pues, este itinerario con unas conclusiones provisionales que reflexionan sobre si el pensamiento pedagógico anarquista representa la «utopía de las utopías» y qué sentido tiene en el presente hablar de los imposibles pedagógicos, aparte de desasfixiarnos un poco, en tiempos de tanta eficacia, control y productividad.

Referencias bibliográficas

Bloom, H. (2006). El canon occidental. Barcelona: Anagrama.

Calvino, I. (2015). Por qué leer los clásicos. Madrid: Siruela.

Gallo, S. (1996). O paradigma anarquista em educação.