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Extraído de uno de sus libros más célebres, este ensayo demuestra la sabiduría profunda de P.D. Ouspensky (filósofo y místico, discípulo de Gurdjieff). El texto, conciso y de una precisión admirable, recorre las cinco ramas del Yoga y compara esta disciplina con otros caminos espirituales han demostrado un valor profundo.
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Seitenzahl: 65
Veröffentlichungsjahr: 2019
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Introducción
Para Occidente, Oriente ha sido siempre la tierra del misterio y los enigmas. Sobre la India en particular han existido y existen todavía muchas leyendas y cuentos fantásticos, especialmente sobre la misteriosa sabiduría de los sabios, los filósofos y los santos hindúes. En realidad, se ha demostrado desde hace mucho tiempo que aparte del conocimiento contenido en los libros antiguos, en sus escrituras, leyendas, cantos, poemas y mitos sagrados, existe otro conocimiento en la India que no puede ser aprendido a través de libros y que no es revelado abiertamente, pero cuyos rastros pueden verse con toda claridad.
Es imposible negar que la filosofía y las religiones de la India contienen inagotables fuentes de pensamiento. La filosofía europea ha hecho y continúa haciendo amplio uso de estas fuentes, pero por una extraña razón nunca puede tomar de ellas lo que es más importante y esencial. De esta circunstancia se han dado cuenta muchos europeos que han estudiado las doctrinas religiosas y filosóficas de Oriente. Han sentido que reciben de los libros no todo lo que los hindúes saben, y este sentimiento ha fortalecido la idea de que además del conocimiento contenido en los libros existe otro –un conocimiento secreto– oculto a los “no iniciados”, o que además de los libros conocidos hay otros, que se conservan ocultos, y que contienen las “doctrinas secretas”. Se ha dedicado considerables esfuerzos y tiempo a la búsqueda de esta doctrina secreta de Oriente. Y hay muchas razones para creer que en realidad existe no sólo una, sino varias doctrinas desconocidas para Occidente, y que todas tienen una raíz común. Pero aparte de las doctrinas, conocidas y desconocidas, existe cierto número de sistemas de auto-disciplina que se conocen bajo el nombre de Yoga.
La palabra Yoga puede traducirse como “unidad”, “unión” o “subyugación”. El primer significado corresponde a la palabra “arnés”, de la palabra del Sánscrito yug, a la que corresponden la palabra española yugo, la inglesa yoke, y la rusa eego. Uno de los significados de la palabra “Yoga” es “acción correcta”. Seguir el Yoga quiere decir someter al control de cualquiera de los sistemas del Yoga el propio pensamiento, los sentimientos, los movimientos internos y externos, etc. Es decir, las funciones, la mayoría de las cuales generalmente trabajan sin ningún control.
“Yogis” es el nombre que se da a los que viven y actúan de acuerdo con el “Yoga”. Estos son hombres que pasan o han pasado por cierta escuela y viven de acuerdo con ciertas reglas, que sólo a ellos les son conocidas y que no pueden ser comprendidas por los no iniciados, y gozan de un conocimiento que los provee de poderes infinitamente superiores a los de los hombres comunes y corrientes. Existen muchas leyendas y creencias acerca de los “Yogis”. Según algunas de ellas, los “yogis” son místicos que llevan una vida de contemplación, que hacen caso omiso de la comida y la vestimenta; según otras, son dueños de un poder milagroso, capaces de ver y oír a largas distancias, hombres a los que obedecen las bestias salvajes y las fuerzas de la naturaleza. Estos poderes y facultades los adquieren los Yogis por los métodos y ejercicios que constituyen el secreto del Yoga y que les permiten comprender a las personas, y obrar correcta y convenientemente en todas las circunstancias y en todos los momentos de la vida.
Los yogis no tienen nada de común con los “fakires”, es decir, con los hombres que tratan de someter el cuerpo físico a la voluntad por medio del sufrimiento, y que con frecuencia son fanáticos ignorantes que se torturan con el objeto de alcanzar la beatitud; o hechiceros que por dinero realizan “milagros”, todo en base a la habilidad, paciencia y acostumbramiento de su cuerpo a posturas increíbles o a un funcionamiento anormal de sus órganos. Estos hechiceros y fakires se llaman a sí mismos muy frecuentemente Yogis, pero un verdadero Yogi siempre puede ser identificado.
Un verdadero Yogi no puede tener nunca el fanatismo y el agudo sectarismo de los fakires; nunca hace nada por dinero, y sobre todas las cosas posee un conocimiento que lo coloca muy por encima de los hombres comunes y corrientes. “La ciencia de los Yogis”, los métodos utilizados por los Yogis para el desarrollo de sus extraordinarios poderes y facultades, tiene un origen muy remoto.
Hace muchos miles de años los sabios de la antigua India llegaron la conclusión de que las facultades del hombre pueden ser desarrolladas extraordinariamente –en todas las esferas– mediante un entrenamiento adecuado y acostumbrando al hombre a controlar su cuerpo, su mente, su atención, su voluntad, sus emociones y deseos. En este aspecto, el estudio del hombre en la antigua India se encontraba a un nivel que a nosotros nos parece inconcebible. Esto puede explicarse sólo por el hecho de que las escuelas filosóficas existentes estaban en aquel tiempo directamente conectadas con las escuelas esotéricas. El hombre era considerado entonces no como una entidad completa, sino como un ser que poseía dentro una multitud de poderes latentes. Se tenía la idea de que en la vida ordinaria, el hombre ordinario tiene estos poderes adormecidos, pero pueden ser despertados y desarrollados por medio de una forma especial de vida, gracias a ciertos ejercicios, por cierto trabajo desarrollado sobre uno mismo. A esto es a lo que se llama Yoga.
El conocimiento de las ideas del Yoga coloca al hombre en la posición, en primer lugar, de conocerse mejor, de comprender sus facultades e inclinaciones latentes, de descubrir y determinar la dirección en que éstas deben ser desenvueltas; y en segundo término, le permite despertar sus facultades latentes y aprender a aplicarlas en todos los aspectos de la vida. “La ciencia de los Yogis”, o, para decirlo más correctamente, el círculo de riendas de los Yogis, está formado por descripciones de estos métodos, adaptados a hombres de diferentes tipos y con diferentes actividades en la vida, y también por la exposición de las teorías relacionadas con estos métodos.
Cada una de las “ciencias” que forman el Yoga consta de dos partes: una parte teórica y una parte práctica. La finalidad de la parte teórica es exponer los principios fundamentales y el plan general de la materia dada como un todo completo y compacto, sin entrar en detalles innecesarios. La parte práctica enseña los métodos y procedimientos para el mejor entrenamiento dentro de la actividad que se desea, los métodos y procedimientos de desarrollo de los poderes y facultades latentes. Es necesario hacer notar aquí que ni siquiera la parte teórica puede aprenderse realmente a través de los libros. Los libros, en el mejor de los casos, pueden servir como sinopsis sólo para la finalidad de repetir y recordar, ya que el estudio de las ideas del Yoga requiere una instrucción y explicación oral directa. Por lo que se refiere a la parte práctica, muy poco puede decirse de ella por escrito. Por lo tanto, aun cuando haya libros que mienten diciendo que exponen los métodos prácticos del Yoga, no sirven de ningún modo como manuales para llevar a cabo un trabajo práctico e independiente.
En general, al hablar del Yoga podría señalarse que la relación entre sus partes teórica y práctica es semejante a la relación entre los aspectos teórico y práctico del arte. Hay una teoría de la pintura, pero el estudio de la teoría de la pintura no capacita para pintar cuadros. Hay una teoría de la música, pero el estudio de la teoría de la música no lo coloca a uno en posición de tocar un instrumento musical. En la práctica del arte, como en la práctica del Yoga, hay algo que no se encuentra ni puede encontrarse en la teoría. La práctica no se lleva a cabo en virtud de la teoría, la teoría deriva de la práctica. Las ciencias del Yoga en la India estuvieron guardadas por mucho tiempo en secreto, y estos métodos, que desarrollan los poderes del hombre en una forma casi milagrosa, eran el privilegio de escuelas especiales, o el secreto de ascetas y ermitaños que habían renunciado completamente al mundo. En los templos hindúes (o en conexión con ellos) había escuelas en las que los discípulos, Chelas, que habían pasado por un largo camino de pruebas y a través de una educación preparatoria, eran iniciados en la ciencia de los Yogis por maestros especiales: Gurús.