0,00 €
Esta edición digital en formato ePub se ha realizado a partir de una edición impresa digitalizada que forma parte de los fondos de la Biblioteca Nacional de España. El proyecto de creación de ePubs a partir de obras digitalizadas de la BNE pretende enriquecer la oferta de servicios de la Biblioteca Digital Hispánica y se enmarca en el proyecto BNElab, que nace con el objetivo de impulsar el uso de los recursos digitales de la Biblioteca Nacional de España. En el proceso de digitalización de documentos, los impresos son en primer lugar digitalizados en forma de imagen. Posteriormente, el texto es extraído de manera automatizada gracias a la tecnología de reconocimiento óptico de caracteres (OCR). El texto así obtenido ha sido aquí revisado, corregido y convertido a ePub (libro electrónico o «publicación electrónica»), formato abierto y estándar de libros digitales. Se intenta respetar en la mayor medida posible el texto original (por ejemplo en cuanto a ortografía), pero pueden realizarse modificaciones con vistas a una mejor legibilidad y adaptación al nuevo formato. Si encuentra errores o anomalías, estaremos muy agradecidos si nos lo hacen saber a través del correo [email protected]. Las obras aquí convertidas a ePub se encuentran en dominio público, y la utilización de estos textos es libre y gratuita.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Veröffentlichungsjahr: 1923
Esta edición electrónica en formato ePub se ha realizado a partir de la edición impresa de 1923, que forma parte de los fondos de la Biblioteca Nacional de España.
Rimas de dentro
Miguel de Unamuno
Índice
Cubierta
Portada
Preliminares
Rimas de dentro
CAÑA SALVAJE
CÁNTICO DE NAVIDAD
EN EL TREN
INCIDENTE DOMÉSTICO
EN ESTAS TARDES PARDAS
LA NEVADA ES SILENCIOSA
VIENDO DORMIR A UN NIÑO
RENACER DURMIENDO EN EL CAMPO
NUBES DE OCASO
ALDEBARÁN
Acerca de esta edición
Enlaces relacionados
Arte? ¿Para qué arte?
Canta, alma mía,
canta a tu modo...
pero no cantes, grita,
grita tus ansias
sin hacer caso alguno de sus músicas,
y déjales que pasen,
¡son los artistas!
Redondas conclusiones
quieren los pobres;
tú busca, busca sin descanso, busca
donde no encuentres.
Huye de lo perfecto,
de lo acabado;
no, nada que se acabe,
nada ya lleno;
¡cuanto des sea germen
de algo más alto!
¿Ellos? ¿quiénes son ellos?
Los pobres para oír cuentan tan sólo
con los oídos.
Hoy gritas una cosa,
otra mañana;
te trae su afán, su grito,
cada día que pasa.
Fuiste ayer uno
y hoy eres otro;
y ¿qué serás mañana,
mi pobre espíritu?
Yo no sé lo que quiero,
—no me conozco—
¡ni me importa saberlo!
¿Es que soy algo más que frágil caña
por la que sopla el viento?
El viento del Señor, del infinito,
sin arranque ni término.
Doblégate a su soplo
y déjale que en ti susurre o brame,
siempre a su modo.
¿Arte? ¿qué es eso de arte?
¡No te hagas caramillo,
sigue de caña!
caña simple, salvaje,
que cela con sus hojas
las aguas del arroyo
que no reposa.
No, no junto al camino,
a distraer el viaje
del peregrino,
no a alegrar las jornadas
del caminante,
sino aquí, en el retiro,
donde tan sólo llegan
de cuando en cuando
los que sin fin ni rumbo
vagan perdidos.
Y tú, caña salvaje,
darás a sus oídos
la voz del viento del Señor eterno,
del misterio los gritos.
Hoy de levante sopla,
mañana de poniente,
de norte o sur tal vez o en remolino.
Y «¿qué dice?», preguntan los artistas
que el caramilo tocan
conforme el arte
—es decir, a la lógica—
»¡vaya una caña simple!
»¡juguete a todo viento,
»se contradice!».
Es tu Señor, mi alma,
es Dios quien por tí sopla,
es Dios mi pobre caña,
quien a sí mismo en tí se contradice.
Sin plan alguno su poder ensaya
—el plan es cosa de hombres,
seres finitos—
juega a la omnipotencia,
y tú, mi pobre caña, eres juguete
de su divina fuerza.
Caña salvaje,
al aire suelto tus hojas verdes,
y tus raíces
junto al arroyo de aguas
que al mar cayendo
jamás descansan.
Caña, mi caña,
ríndete al soplo del Señor, tu Espíritu
es el que en tí..., no canta
sino que chilla,
zumba o susurra,
sin plan ni arte,
soplándote hoy de aquí y de ahí mañana,
caña salvaje.
Caña, mi caña,
no te hagas caramillo,
sigue salvaje!
nada de cortes!
sigue erguida y entera,
al albedrío de tu Dios rendida,
salvaje cuerda!
cuerda sonora
de la lira viviente de la selva!
Lejos de los caminos
de artistas y viandantes,
por donde no trafican
buhoneros del arte,
donde los siervos del Señor se pierden,
en la selva a que se entra
y no se sale,
la selva sin senderos,
como no sean
los que nos muestra el cielo
los senderos de estrellas.
Caña, mi caña
bajo el cielo estrellado
zumba de noche,
y a los pobres durmientes
el sueño rompe.
Caña salvaje,
qué tienes, dime, tú que hacer con eso
que llaman arte?
Caña, mi caña,
doblégate al Señor que a su albedrío
Él en tí cante;
en tí, caña salvaje,
sin plan alguno su poder ensaya;
juega contigo;
sé su juguete tú, mi pobre caña.
Fecundo misterio!
Dios ha nacido!
Todo el que nace padece y muere!
Curad al niño!
Ved como llora lloro de pena,
llanto divino!
Gustó la vida;
vierte sobre ella santo rocío.
Todo el que nace padece y muere;
sufrirá el niño
pasión y muerte.
La rosa viva que está buscando
humana leche,
hiel y vinagre
para su sed de amor ardiente
tendrá al ajarse.
Las manecitas que ahora se esconden
entre esos pechos de amor caudales,
serán un día, día de gloria,
fuentes de sangre.
Madre amorosa,
para la muerte cría a tu niño;
mira que llora,
llora la vida; tú con la vida
cierra su boca!
Todo el que nace padece y muere!
Morirá el niño muerte afrentosa!
