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¿Crees que sabes lo que quiero?
Te equivocas.
Zach:
Multimillonario.
Motociclista.
Un chico malo.
Así es como me llaman.
Todos creen saber qué es lo que busco en una mujer.
Pero todos están equivocados.
Bethany Riley es hermosa y tiene todas las curvas en todos los lugares correctos de su cuerpo.
Sus sexys lentes de profesora me hacen desear volver a la escuela.
Sin embargo, ella tiene un anillo en su dedo y yo sé que ella es una buena chica.
Una mujer delicada, dulce y sensual que le echará un vistazo a mis tatuajes,
al cuero de mi chaqueta,
y correrá a mi lado...
Bethany:
Mi trabajo me tiene estresada.
Mi compromiso es un chiste.
Y no puedo dejar de pensar en un hombre que no puedo tener.
Zach Steal.
¿Alto, moreno y guapo?
Tiene todo lo de la lista.
Pero él está saliendo con mi jefa, una bruja despiadada con la que no deseo cruzarme.
Además de eso, no soy nadie.
¿Por qué habría él de desearme a mí?
Necesitaría un hada madrina certificada para sacarme de esta.
Un vestido rojo muy sexy.
Y el coraje para ir tras lo que quiero.
Solo así, tal vez, quizás tal vez pueda encontrar una forma de derretir el corazón de Zach Steal.
Advertencia: este adorable y rápido historia hará que te duela el corazón en todos los lugares correctos. Este travieso romance de oficina te hará reír, llorar y querer arrojar muchas cosas por la ventana. Si deseas ver a la adorable chica volverse atrevida y enfrentarse a un atrevido motociclista al que le gusta ser el jefe en la cama, entonces ¡haz lo que te digo y lee este libro!
¡SOLO ESTÁS A UN CLIC!
El final feliz está garantizado.
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Veröffentlichungsjahr: 2018
Acerca de Una Navidad Tentadora
Capítulo Uno
Capitulo dos
Capítulo tres
Capítulo cuatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo nueve
Capítulo diez
Capítulo once
Capítulo doce
Epílogo
Que pasa despues
Libros por Amanda Adams
Sobre Amanda Adams
Libros por Amanda Adams (English)
Derechos de autor © 2018 por Tydbyts Media
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede reproducirse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, ya sea eléctrico, digital o mecánico, incluidos, entre otros, fotocopias, grabaciones, escaneos o cualquier tipo de sistema de almacenamiento y recuperación de datos sin el permiso expreso y por escrito del autor.
Diseño de portada copyright 2018
por Tydbyts Media
Créditos de Imagen / Fotos: Big Stock; snjewelry, Kasia Bialasiewicz
Nota de los editores:
Este libro fue escrito solo para audiencia adulta. Las nalgadas y otras actividades sexuales incluidas en este libro son fantasías estrictamente destinadas para adultos y no son respaldadas ni alentadas por el autor o editor.
¿Crees que sabes lo que quiero?
Te equivocas.
Zach:
Multimillonario.
Motociclista.
Un chico malo.
Así es como me llaman.
Todos creen saber qué es lo que busco en una mujer.
Pero todos están equivocados.
Bethany Riley es hermosa y tiene todas las curvas en todos los lugares correctos de su cuerpo.
Sus sexys lentes de profesora me hacen desear volver a la escuela.
Sin embargo, ella tiene un anillo en su dedo y yo sé que ella es una buena chica.
Una mujer delicada, dulce y sensual que le echará un vistazo a mis tatuajes,
al cuero de mi chaqueta,
y correrá a mi lado...
Bethany:
Mi trabajo me tiene estresada.
Mi compromiso es un chiste.
Y no puedo dejar de pensar en un hombre que no puedo tener.
Zach Steal.
¿Alto, moreno y guapo?
Tiene todo lo de la lista.
Pero él está saliendo con mi jefa, una bruja despiadada con la que no deseo cruzarme.
Además de eso, no soy nadie.
¿Por qué habría él de desearme a mí?
Necesitaría un hada madrina certificada para sacarme de esta.
Un vestido rojo muy sexy.
Y el coraje para ir tras lo que quiero.
Solo así, tal vez, quizás tal vez pueda encontrar una forma de derretir el corazón de Zach Steal.
Advertencia: este adorable y rápido historia hará que te duela el corazón en todos los lugares correctos. Este travieso romance de oficina te hará reír, llorar y querer arrojar muchas cosas por la ventana. Si deseas ver a la adorable chica volverse atrevida y enfrentarse a un atrevido motociclista al que le gusta ser el jefe en la cama, entonces ¡haz lo que te digo y lee este libro!
¡SOLO ESTÁS A UN CLIC!
El final feliz está garantizado.
Zachary Steal
Cualquier otro día del año estaría suplicándoles para que terminaran la estúpida reunión. Quiero decir, maldición, hablamos de la misma mierda todos los días. Es como que si estos técnicos usaran cada minuto de la programación para no tener que volver al verdadero trabajo. Y, además, yo no soporto las reuniones. Diseñar y revisar, y diseñar y revisar, luego a repetir todo otra vez. No habría forma de que me sometiera a esta tortura día tras día si tuviera la confianza de que estos nerds no arruinarán mis diseños.
Sí, los nerds tecnológicos necesitaban un verdadero experto en motocicletas y yo soy el hombre indicado. Sin embargo, no hay una sola reunión en la cual yo desee permanecer en lugar de estar en el exterior. Un mal día conduciendo una motocicleta es mejor que la mejor de todas las reuniones.
Pero hoy la barracuda de la oficina me estará esperando. Alexa Sinclair es nuestra mejor asesora financiera. Ella es buena en lo que hace, lo cual es vender mis motos a los minoristas de todo el país. Pero, ella es demasiado complicada para mí. Sus tacones de diez centímetros y la minifalda que usa para venir a la oficina no son de gusto y estilo. Yo la entiendo. El sexo vende y el pelo rubio y ondulado, los carnosos labios y esas piernas asesinas de verdad provocan que cualquier hombre le preste atención.
Por primera vez en mi vida me encantaría que nuestra reunión de hoy llegara hasta la hora del almuerzo. Espero que, si tardamos más de lo previsto, Alexa ya se haya ido y no esté esperando para tenderme una emboscada... de nuevo.
Y lo cierto es que no puedo aplazar mi encuentro con ella por más tiempo. Con la fiesta de Navidad a solo dos días de realizarse, ella se ha vuelto más y más insistente. Primero me pidió que la llevara a la fiesta, dos semanas antes del día de Acción de Gracias. Ayer me envió dos mensajes de texto y me envió un correo electrónico saludándome muy inocentemente. Demonios, por lo que sé, a lo único que no ha recurrido, que es ponerse de rodillas y mendigar, quizás me esta esperando fuera de la puerta de la sala de conferencias.
—Bueno, aquí no hay nada más que ver.
No quería que nadie escuchara, pero Sam entendió lo que dije mientras exhalé las palabras en voz baja y me puse de pie.
—¿Qué es eso? —Pregunta Sam.
Sam es un buen tipo. De unos veinticinco años, con un título de ingeniería eléctrica del M.I.T. Es inteligente hasta los tuétanos.
—Oh, nada. Solo hablo conmigo mismo.
—Generalmente eres el primero en salir de la reunión. ¿Estás bien?
—Sí, estoy bien.
Lo sigo hasta la puerta y sonrío cuando me percato del salvaje remolino en la parte posterior de su cabeza. Como todos los otros técnicos, Sam lleva pantalones caqui arrugados, una camisa abotonada y zapatos de vestir. Yo no encajo en el grupo exactamente con mi camiseta negra, jeans y botas de cuero, aunque eso tampoco me importa.
Solo espero que él continúe su camino hacia su escritorio sin que desee entablar una conversación incómoda. Pero, no tengo tanta suerte. Él hace una pausa y espera a que me acerque sigilosamente. No es que no me agrade el chico, él es genial y es muy genuino, simplemente no soy de las personas que les gusta hablar en la oficina.
—Así que —él hace una pausa como si luchara por crear un tema de conversación—... ¿Tienes algún plan para este fin de semana?
—Solo la fiesta de Navidad.
Miro a mi derecha para ver si logro ver a Alexa en su oficina, pero su puerta está cerrada. Cuando me giro para mirar a Sam noto que Bethany, la asistente de Alexa, habla por teléfono, pero me mira directamente. Cuando la miro, ella mira hacia abajo y se cubre la cara con la mano izquierda.
Ella se ve increíble hoy, al igual que cualquier otro día. Es hermosa de una forma muy natural. La mejor parte de mi día es dejar la reunión de diseño y pasar por su escritorio. Todos los días espero con ansias esos cinco segundos, incluso si apenas alcanzo a darle un pequeño vistazo. Me encanta que no tenga que esforzarse para verse increíble. Ella es una de las pocas chicas en la oficina que no se cubre todo el rostro de maquillaje. Y esos lentes, me encantan esos lentes, los que son como de profesora sexy.
Maldita sea, me gustaría tenerla en posición horizontal sin ninguna otra prenda de vestir más que esos lentes. Me pregunto si ella sabe sobre Alexa y la fiesta de Navidad. Me pregunto si Bethany aceptaría en tal caso de que yo le pidiera que fuera mi cita el día de la fiesta. Aunque la verdad, ella nunca saldría con alguien como yo. Ella es una buena chica, se viste como una puritana y probablemente piense que soy un motociclista idiota. Demonios, ella ni siquiera me habla.
Sam está inquieto, obviamente incómodo.
—¿Qué hay de ti? ¿Vas a ir? —le pregunto a Sam.
—Lo dudo, no tengo una cita. ¿Qué hay de ti? Estoy seguro de que tienes una cita.
—No, aun no. —lo acaricio en el hombro mientras me detengo y me dirijo hacia Bethany—. Oye Sam, no quiero dejarte, pero me recordaste que necesito hablar con Alexa.
Él sonríe y asiente cuando la realidad lo golpea.
—Oh ya veo. Buena suerte.
Él me guiña un ojo y se ríe mientras se dirige al pasillo.