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"Yo trabajo en Cruceros" es un libro de entrevistas a tripulantes de Cruceros, en donde nos cuentan cómo consiguieron el trabajo, los requisitos, los pros, contras y curiosidades de la vida a bordo, anécdotas y consejos que a todos nos hubiera gustado recibir cuando recién empezábamos. Es una mirada puertas adentro al área de tripulación de Cruceros.
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Seitenzahl: 182
Veröffentlichungsjahr: 2022
MARIANA BARRERa
Barrera, Mariana Yo trabajo en cruceros / Mariana Barrera. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-2122-4
1. Relatos Personales. I. Título. CDD 808.883
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Agradecimiento
Introducción
Rosita Schandy
Julio Bustamante
Natty Puppo
José Barron
Sonia Sandoval
Anita Pérez
Guillermo Guido
Pablo Ostuni
María Paula Fairbanks
Tatiana Sama
María José Garcias
Sergi Lacorte
Sol López
Beto César
Paula Morini
Carla Soto
Emanuel González
Ysabel Rada
María Eugenia Grandi
Table of Contents
El alma de un barco es su tripulación.
Anónimo
A mi papá, que me enseñó el amor por la lectura.
A mi mamá, de quien aprendí a no darme por vencida.
A Tomi, la razón que me motiva a ser mejor cada día.
A mi familia, amigos y compañeros de trabajo, por escucharme hablar horas con pasión acerca de los cruceros.
A todos los entrevistados en este libro, por compartir con nosotros sus valiosas experiencias de vida.
A mis mentores, Julio Bustamante y Ricardo Marengo.
A Jorge Ramón y Carmen Estebenet, gracias a ellos pensé en escribir este libro como una forma de dejarle un pedacito de lo que vivimos y aprendimos a la generación que nos precede.
A Noticias de Cruceros.
A WISTA Argentina (Asociación de Mujeres Marítimas y Portuarias).
A mi editor.
Son muchas las personas que sueñan con trabajar embarcados en un crucero, indudablemente es un trabajo con muchas ventajas, conocer lugares maravillosos, buena paga sin gastos de alquiler y comidas, trabajar con gente de todos los lugares del mundo y obtener una excelente experiencia laboral. También tiene sus desventajas, es un trabajo muy exigente, sin días libres, lejos de la familia y amigos y con extenuantes jornadas.
Para poder meternos en este interesante mundo en este libro he entrevistado a tripulantes de diferentes áreas. Ellos nos aportan sus vivencias y nos dan consejos que, a mí, como ex tripulante de cruceros me hubiera gustado escuchar cuando recién empezaba en esta hermosa profesión.
En los cruceros hay tres distintos departamentos a bordo: Hotel, Deck o Cubiertas y Engine o Máquinas.
Cuando uno piensa en embarcar en el Departamento de Hotel lo primero que tiene que hacer es enviar su CV a las compañías de cruceros o buscar una agencia de embarque de tripulantes reconocida que lo ayude con el proceso.
En cambio, si el interés es embarcar en Cubiertas necesita estudiar primero en una escuela de náutica y obtener una pasantía. Si desea trabajar en máquinas (Engine) se deben primero adquirir conocimientos técnicos.
Espero que puedan inspirarse con sus experiencias y lograr también ustedes cumplir su sueño.
Desde la primera vez que vi un crucero, allá por 2004 en Key West, el Voyager of the Seas de Royal Caribbean, pasaron muchos años, en ese momento trabajaba con una pasantía en el Hotel Casa Marina & Reach Resort de Key West (Florida). ¡Recuerdo ver ese barco, que en ese entonces era enorme!, y pensar algún día voy a trabajar ahí. Pero no todo fue tan sencillo, en el camino y en la búsqueda cometí varios errores por inexperiencia, llegué a pagar muchos dólares por simples direcciones de las compañías o caer en agencias poco confiables.
Se dice que solo el 15 % de la humanidad trabaja de lo que le gusta o logra monetizar su pasión, en mi caso pienso que hacerlo no es solo una cuestión de buena fortuna, sino de insistir y no darse por vencido. No hay excusas para no ser feliz laboralmente, ni la edad, ni lo difícil que sea conseguir trabajo o emprender en nuestros países de origen, ni ninguna condición de género.
Cada día son más las capitanas mujeres que hay en la industria y las asociaciones que apoyan a la mujer embarcada.
En cada una de las entrevistas hay muchos consejos útiles de tripulantes que nos cuentan cómo empezaron, anécdotas y consejos.
Algunas tuvieron que ingresar en campos de trabajo que hasta el momento estaban únicamente liderados por hombres.
Otros tuvieron que pasar por muchos sacrificios y dificultades para poder llevar adelante sus contratos o quizás llegaron a la profesión por casualidad.
Estamos en un momento difícil en el crucerismo mundial, estos años de pandemia no fueron fáciles para la tripulación embarcada. Se avecinan cambios, no es la primera vez que los afrontamos en esta actividad.
Mucha de la flota más antigua de cruceros fue a desguace y si bien eso no es alentador hay muchos barcos en astillero que van a traer nuevas tecnologías tanto en seguridad como en cuidado del medioambiente, un ejemplo de esto son los barcos a gas natural licuado. Esto va a llevar a la modernización de las terminales portuarias.
Los cruceros tuvieron que reinventarse para seguir subsistiendo con las excursiones de los pasajeros en burbuja o los llamados “cruceros a ninguna parte”, en donde no se atraca en ningún puerto.
El potencial de crecimiento de esta industria es enorme. Se estima que solo un 3 % de la población europea ha realizado un crucero en su vida, en cambio en el mercado asiático solo el 1 %. Queda todo por desarrollar.
Nos esperan buenos tiempos, muchas cosas van a cambiar para bien, el desafío es trabajar en equipo, adaptarse a los cambios y seguir adelante.
Cuando uno viaja a visitar Estados Unidos en migraciones preguntan “business or pleasure”, negocios o placer, ¡como si uno no pudiera encontrar placer en trabajar en lo que nos gusta!
Ellos lo lograron.
“Para poder progresar a bordo, todo ascenso depende de estar en el lugar correcto, en el minuto correcto. A medida que vas avanzando cada vez hay menos puestos disponibles, hay muchos mozos, dos assistant managers y un maître D. Estás solo en el mar y dependes de que te reconozcan para poder avanzar en tu carrera”.
Rosita Schandy – Hotel Manager
Embarcabas a través de cartas o teléfono. Soñaba con viajar desde que estaba en el colegio y si bien mi papá era agente marítimo no vino por ese lado la cosa. Yo quería viajar y generar un ingreso.
Escribí 57 cartas a máquina y con papel carbónico dirigidas a distintas compañías. Fue ahí donde me llamaron de 2 o 3 y concreté con la Norwegian Cruise Line, donde trabajé 17 años.
Solamente una vez embarqué a través de una agencia de contratación de Europa Central, pero en aquella época no había tantas agencias de contratación de personal como hay ahora, cuando también podés embarcar a través de las compañías porque hay muchas que tienen en sus páginas de internet la publicación de los puestos que necesitan, tanto en tierra como a bordo.
Empecé como recepcionista (Pursers office), atendiendo a los pasajeros, administrando las cuentas a bordo, manejo de caja, venta de sellos, etc., en ese momento los barcos eran más chicos, de 700 huéspedes, no necesitabas tanta gente como ahora para administrarlos. En aquellos años era todo más personalizado, más cálido.
En realidad, no es un tema de años. Casi todo ascenso a bordo, no importa cuál sea, depende de estar en el correcto lugar, en el correcto minuto, se tienen que dar las variables exactas, todo se tiene que alinear; la necesidad de cubrir un puesto, la presencia de gente capacitada para ello y la sintonía con supervisores que sepan extraer del montón a aquella persona idónea para el puesto. Hay gente muy capacitada que se suma a los barcos, pero si no tenés la mejor de las relaciones con tu jefe u otros, el puesto no te llega o si no tenés un jefe que te quiera promover, reconozca y empuje para que uno llegue al siguiente puesto, no se llega fácil. A medida que vas ascendiendo cada vez hay menos puestos disponibles, si vos trabajás en el restaurante tenés muchos mozos, dos assistant manager y un solo maître D, tenés que estar en el lugar correcto y se tiene que dar una combinación de factores, abrirse la oportunidad cuando vos estés a bordo, tu excelente trabajo, que vos empujes y que tu jefe empuje por vos. Estás solo en el mar y dependés de que te reconozcan para poder avanzar en tu carrera.
No pasé por el puesto de Chief Purser; en mi caso, yo venía de una carrera de secretariado bilingüe en Uruguay y a mí lo que me interesaba en aquel entonces era ser la secretaria del Hotel Manager. No me interesaba ser recepcionista; de la recepción no me gustaba tener que hacer el horario nocturno de vez en cuando. Aspiraba a un mejor ingreso y a tener un puesto en el que no hubiera que compartir cabina, ya que eso es un plus importante en la vida de a bordo. En un momento de mi contrato la secretaria del Hotel Manager se fue de vacaciones y por motivos personales no regresó, y como yo había estado insistiendo para que me pusieran en el puesto vacante, el Hotel Manager le dijo al Chief Purser que me probaría para ver si servía. Yo sabía que iba a servir, tenía mucha confianza en mí, pero ellos no me conocían. Y ahí se dio lo que hablábamos antes, la oportunidad, la capacidad y el factor suerte, todo en un momento en el que justo estaba a bordo. Fijate que de haberse dado ese escenario estando yo justo de vacaciones, me perdía la oportunidad. La tarea de secretaria/o del Hotel Manager es la de coordinador de todo lo administrativo que pasa por esa oficina, y en los primeros años cuando los barcos no eran tan grandes, el puesto tenía otras responsabilidades como la de hacer tareas de Concierge, servicio de atención de las suites. Estuve cuatro años en ese puesto.
Es responsable de todo el departamento de Hotel, que es el departamento más grande dentro de la operación de un crucero. Trata con todas las necesidades de los pasajeros y administra el personal, además de toda la operativa de hotel. Se divide en Máquinas, Navegación y Hotel. Me encargaba de innumerables cosas, entre ellas la de armar el presupuesto de gastos operativos anual, era responsable de que se cumplieran las metas de ganancias proyectadas para el año, de que se operara dentro de los costos presupuestados, estaba a cargo de todas las áreas, del bienestar del personal, de temas de seguridad, de disciplina, de cumplimiento de normas de higiene, internacionales, corporativas, también del presupuesto operativo, etc. Uno está para cuidarle la imagen y el dinero a la compañía asegurándote de cumplir con las cifras presupuestadas para el año.
Todo en el crucero tiene que funcionar como un reloj suizo para el disfrute de los viajeros y el bienestar de los tripulantes.
Como a bordo pasan muchas cosas, y estás en constante alerta por cambios y situaciones, las personas que vienen de barcos suelen tener una capacidad de trabajo grande y ser resilientes. Hay muchos desafíos durante un contrato de barco y todo lo que hacemos depende de nuestra personalidad, de la resiliencia de cada uno, lo que traemos cada uno de nosotros como personas para aportar al puesto. Trabajar a bordo no es para todos igual, no todo el mundo puede trabajar con la misma fuerza muchas horas. A eso le sumamos que muchas veces no somos los mismos en tierra que embarcados. O sea que yo creo que lo que se suele destacar de gente de a bordo es la capacidad de trabajar muchas horas, la capacidad de entrega y de servicio que es —podría decirse— sincera, porque es algo que no podrías estar todo el tiempo falseando, sería imposible de sobrevivir si no te gustara, tratar con público. Obviamente no estás todo el tiempo contento, pero tu actitud con el pasajero es lo que yo llamo genuina, el trato es cordial y al que no tiene eso como característica se le nota enseguida y no dura en un barco. Trabajas para un pasajero que quizás estuvo toda su vida para pagarse ese gran viaje y sos vos el que está entregando un producto que fue mercadeado como algo placentero, divino, relajante, con super buen servicio, así que tenés que encargarte de que todo lo que hagas por ese pasajero encaje con ese concepto. Los tripulantes en general tenemos una gran capacidad resolutiva, sobre todo los que estamos en los puestos de mando, tenemos una mentalidad de que todo es solucionable, se puede hacer, se puede encontrar la manera desde la oficina en el mar de hacer cosas hasta a distancia, coordinar que sucedan cosas necesarias para la operación en los siguientes puertos a los que aún no llegaste, etc. Desde mi oficina en el mar, he tenido oportunidad de coordinar ciertas cosas de logística para ayudar a gente que no se encontraba a bordo, y estaba en el otro lado del mundo… así que sucede de todo. Tengo muchas anécdotas divertidas y no tan divertidas, de momentos en los que hemos tenido que pensar fuera de la caja y resolver una situación inesperada. Una divertida pero muy estresante fue que uno de nuestros subalternos nos dio una cifra del papel higiénico que íbamos a necesitar a bordo en un tramo de la vuelta al mundo que veníamos haciendo. Teníamos un cruce largo de ocho días entre Australia y África en el océano Indico y no podíamos comprar nada una vez que dejáramos el puerto australiano. Una media hora antes de zarpar nos damos cuenta de que el papel existente a bordo no nos iba a alcanzar. Salimos en uniforme entre 3 personas a un supermercado cercano a comprar papel, y nos llevamos absolutamente todo lo que encontramos en las góndolas. Cuando llegamos al muelle, estaban todos los pasajeros mirando desde sus balcones, esperando para zarpar y curiosos de ver cuál era la demora, porque no habíamos salido aún. Y ahí llegamos nosotros con una carga gigantesca de papel, bastante bochornoso. Resultó que el cálculo afortunadamente no había estado tan mal hecho, pero, bueno, mejor enterarse de eso en altamar con stock extra, y no sin nada. Al final del día estas son situaciones que ocurren y hay que resolverlas al toque y demandan que uno esté enfocado y dispuesto a solucionarlas de la mejor manera posible.
El trato es un trato normal, no es mal trato. Cierto que hay muchas tuercas que ajustar, no es perfecto, pero yo tuve, en general, muy lindas experiencias a bordo, no hubo ningún hecho de acoso ni nada que tuviera que ver con ser mujer, nunca sentí nada así. En alguna instancia en particular sí, algo puntual con algún capitán o colega, pero no puedo decir que eso dominó los más de 20 años en el mar. Creció mucho la industria y antes había aproximadamente un 15 % de mujeres y últimamente en algunos barcos se acerca y hasta pasa el 50 %. Se han abierto muchos puestos nuevos, cuando empecé no había ningún mozo femenino y hoy hay muchas mujeres en el restaurante. Lo mismo en Housekeeping, no se estilaba que hubiera hombres y sin embargo ahora hay muchos.
En el departamento de Hotel hay muchas mujeres, no tanto en departamentos de navegación y máquinas. En algunas compañías han empezado a aparecer capitanas, aunque no son muchas. En navegación y máquinas falta mucho para la inserción igualitaria de la mujer. Quizás para algunas nacionalidades, como algunas europeas, la carrera de navegación o de ingeniería marítima es más común.
En Norwegian había únicamente tres mujeres Hotel Director, otro de los puestos donde la mayoría también son hombres.
Lo importante es conocerte y saber si tenés lo que se precisa, si vas a poder resistir ese estilo de vida por muchos años. Lo siguiente es proponerte el ahorro. Que ahorren. En estos trabajos no aportás para la jubilación, así que lo que queda es ahorrar.
En los primeros contratos, al ser uno joven, se gasta todo lo que se gana, está la novelería de comprar cosas, etc., pero si uno pudiera ir al barco con la promesa de ahorrar entre un 20 % y un 30 % del salario, si no más, aprovechando que a bordo no se tiene casi ningún gasto, sería lo más adecuado. Cuando uno está lejos de la familia y va a lugares como EE. UU. o Europa tiende a gastar mucho en regalos y demás en los primeros contratos, sobre todo, pero esas son cosas materiales que finalmente no sirven para nada. Es mucho mejor ahorrar para poder tener tus ladrillos el día de mañana que comprarte remeras y celulares. Es una decisión que toma cada tripulante, de gastar el dinero en el bar de a bordo o en su futura casa o en su futuro negocio o emprendimiento. Hay que saber antes de embarcar cuál va a ser el objetivo del viaje. Hay que ahorrar en los momentos buenos para poder pasar los malos y si después tardan en reembarcar o pasa algo como esta pandemia uno puede subsistir por un rato mientras busca otro ingreso.
Muchos tripulantes que pasaron años trabajando y en esta pandemia tuvieron que vender todo porque no pueden mantenerse hasta reembarcar.
Depende mucho de la compañía, en mi experiencia lo que noté a través del tiempo fue que a medida que iban pasando los años aparecían puestos nuevos y surgió la figura de coordinador de actividades para tripulantes, cuyas tareas llevaba adelante antes el crew purser o un voluntario de la tripulación.
Se fue formalizando el puesto, y ahora se organizan fiestas, como la de la independencia, fiestas de latinos, que al haber pocos a bordo siempre están juntos y muchas actividades grupales. Se hicieron estudios en referencia al WhatsApp, si desde que existe beneficia o perjudica a los tripulantes, porque por un lado están más cerca de sus familias, pero por el otro también estar tanto en contacto acerca más a los problemas y estando lejos muchas veces esto se vuelve difícil.
Los que están embarcados muchos años tienen que pasar por momentos tristes como enfermedad y muerte de familiares o lindos como casamientos y nacimientos, en los que no se puede estar presente y esto puede en algunos casos contribuir con la depresión.
Uno tiene que observar cuál es su resiliencia, si sos de esas personas que sufren estando lejos de tus costumbres o si sos de extrañar familiares, etc., entonces el mundo marítimo quizás no supla esa falta. En mi caso yo opto por un switch mental, al que le llamo “modo barco”. Separo las dos vidas porque si no se me hace difícil, ya que extraño mi casa, los sobrinos, y otras cosas.
Si no podés hacer un ‘switch’, yo creo que lo sufrís mucho. Y del mismo modo a la inversa, cuando salís del barco de vacaciones por unos meses, no pensar en nada de a bordo y solo disfrutar de tu libertad, familia, amigos, etc. El contrato de Hotel Manager dura solo cuatro meses, a veces se extiende porque no hay reemplazos, por ejemplo, pero suelen ser más cortos los contratos que los de otros empleados de a bordo, porque es un puesto intenso, son muchas las presiones, los cambios de temporada, los desafíos que se suceden. Es un trabajo que si bien tiene muchas presiones depende de cómo lo lleves, si sabés delegar en jefes de departamento y tenés un carácter fuerte para tolerar el estrés lo llevás mucho mejor. A bordo cada tanto se complementa el trabajo con cursos, que te van preparando para distintas cosas. Tampoco hay tanto tiempo para nada, porque el 75 % del día te lo pasás trabajando y el resto durmiendo o comiendo.
Mi contrato terminó en enero de 2020, si bien ya estaba el covid-19 en el mundo, todavía no había pandemia, no había protocolos. A partir de marzo los barcos empezaron a cortar con sus itinerarios por la mitad y a desembarcar a sus pasajeros para que todo el mundo volviera a casa, ya que el mundo de a poco se iba cerrando. Muchos colegas quedaron a bordo continuando sus contratos de 6 u 8 meses. Algunos tuvieron la enfermedad, en mi caso no volví a reembarcar. A bordo no quedaron huéspedes, y los tripulantes quedaron los necesarios por ley, ya que los barcos siguen operativos varados fuera de los puertos, pero esperando empezar cuando se pueda.
Recomponer la actividad va a llevar tiempo, van a tener que volver a armar los itinerarios, reservar los puertos, hacer el marketing y las ventas. Lo importante es que las empresas tengan espalda para resistir este cimbronazo económico. Algunas de las que por ejemplo tuvieron problemas previos quizás quiebren. Me gustaría seguir embarcando unos años más si se puede y dependiendo como venga el mundo, si bien este año me lo tomaré sabático. Quiero que todo se solucione; tengo mucha gente querida en la vida marítima y me gustaría que todos podamos volver a nuestra normalidad. Entre mis proyectos futuros están el de asesorar a tripulantes, puesto que creo que falta mucha atención personalizada hacia los que aplican y son contratados para trabajar a bordo por primera vez. Es agradable la vida en el mar, tiene sus subidas y bajadas, se trabaja mucho, pero se la pasa en general bien. Recomiendo este estilo de vida a familiares e hijos de amigos que preguntan curiosos… es un estilo para los aventureros que puedan trabajar tantas horas a veces en condiciones de estrés o mareo, etc., y que sean resilientes.