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En tantos siglos de historia que han pasado en Heuros, se han visto todo tipo de reyes. Reyes débiles con la capacidad de gobernar, reyes despiadados que gobernaron con mano de hierro, reyes bondadosos y amables con todo su pueblo y otros que ni siquiera tuvieron la oportunidad de ser reyes. Pero Aarkrus de la casa Cilian no fue un rey como los mencionados. Él fue justo y honesto, con una ferviente y descomunal fe y creencia, un gran guerrero en todas sus batallas. Siempre ocultó a todos sus verdaderas intenciones, servir y proteger, por más aterrador que fuera. Tuvo visiones que le presagiaron su futuro: ser la salvación del mundo de Heuros, ser una herramienta clave para cumplir con la gran profecía que desencadenaría el resto de las historias por venir. Desde tan joven, Aarkrus Cilian debió elegir entre rendirse y que su casa quedara en el olvido o restaurar su imperio dividido por la invasión del imperio Codira. Ante este gran dilema surgió su respuesta: "Si otro pudo, yo también puedo. Y si nadie pudo, yo seré el primero en lograrlo". Por años, los ejércitos temblaron al ver aproximarse al ejército que portaba el estandarte del dragón coronado y a la Furia de Acero Negro volando sobre ellos. Aarkrus Cilian sería un punto clave para comprender lo pasado y lo futuro en el mundo de Heuros.
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Seitenzahl: 335
Veröffentlichungsjahr: 2024
AARÓN ELIAS FALCÓN
Elias Falcón, AaronAarkrus Cilian : el conquistador / Aaron Elias Falcón. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5479-6
1. Novelas. I. Título.CDD A860
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
CAPÍTULO I
PARTE I: LA UNIFICACIÓNDE UN CONQUISTADOR
PARTE II: AMOR Y TRAICIÓN
PARTE III: EL DARK LORD
CAPÍTULO II
PARTE I: ESPADAS CONTRA ESPADAS
PARTE II: EL DESPERTAR DEL FUEGO
PARTE III: EL FINAL DE LA GRAN GUERRA
CAPÍTULO III
PARTE I: COMIENZA UNA NUEVA BATALLA
PARTE II: EL VIAJE A LA MURALLADE LOS CIEN PICOS
PARTE III: LOS FARGER DE TIERRA RAVIN
PARTE IV: LA EMBOSCADA DEL DARK LORD
PARTE V: LA BATALLA DE LOS SEMIDIOSES
PARTE VI: GRANDES CAMBIOS
CAPÍTULO IV
PARTE I: LA ÚLTIMA BATALLA
PARTE II: UN GRATO REENCUENTRO
PARTE III: EL FIN DE UN GRAN REY
“Aarkrus Cilian: el conquistador” ha sido una obra de gran dedicación en mi corta edad, siendo un claro ejemplo de la realidad, es una de las muchas historias que componen el mundo de Heuros.
Estoy sumamente agradecido con todas aquellas personas que han ayudado en la realización de este libro. Sin embargo, es mi deseo destacar a quienes han contribuido de una forma muy significativa. Primeramente a mi mamá y mi papá de los cuales heredé la creatividad para elaborar esta historia, y que han hecho grandes esfuerzos por proteger y cuidar mi vida; a mí madrina, una fuente de amor inagotable que me ha apoyado en todo momento; a mis dos hermanos Walter y Debora por su enorme ayuda en este proceso; a mi mejor amigo Thiago García, que fue una inspiración para crear a uno de los mejores personajes; y por último a mi amigo y profesor Gustavo Villalba, por su asesoramiento a la hora de dar forma a este mundo de fantasía.
“No hay mejor bien, que el que se hace por los demás”
—Aaron Falcón.
Si han de leer la historia de Aarkrus Cilian tendremos que remontarnos 185 años antes de su nacimiento en el castillo Conquition. En el 212 a. G. nació su ancestro Hertros Cilian el primer rey del Imperio Ednarg, conocido más tarde como Hertros el establecido, pertenecía a una tribu llamada los Hedragon, proveniente del continente de Araton, que incluso poseía su propia lengua el Hedris Antiguo, la tribu vivió en total paz al norte del continente hasta que fue esclavizada por sus hostiles vecinos, la tribu Espartalia, conocidos como grandes conquistadores de tierras, 500 años antes del nacimiento de Hertros comenzaron su campaña de conquista sometiendo a todos los pueblos a su alrededor incluyendo a los Hedragons, esta misma tribu de conquistadores ya habían sometido a muchos otros pueblos bajo su voluntad desde hacía años. Hertros en su juventud fue nombrado señor y protector de los Hedragon por parte de su padre Kraton Cilian, por lo que ahora que estaba al mando de su tribu, y además, harto de que su pueblo fuera sometido ante sus captores y esclavizadores, comenzó una rebelión, conocida como “El Retorno de los Hedragon”, haciendo que toda su tribu se levantara en armas y marchara hasta llegar al puerto Agardor donde se apoderaron de todos los barcos que allí se encontraban, y así zarparon cruzando el mar del triángulo, dirigiéndose hacia el noreste hasta llegar al estrecho Calonia. Después de un largo y arduo viaje, aproximadamente diez mil barcos desembarcaron al norte del continente de Hipolis, aunque unas semanas antes tres barcos, más específicamente unas galeras, se desviaron y se perdieron en las desconocidas aguas del Estrecho, nadie sabe qué fue lo que les pasó ni a dónde fueron a parar, algunos dicen que fueron a parar en el bastión de hierro o en el territorio del reino de Molaris pero nadie jamás pudo demostrarlo, y esos pocos Hedragons quedaron en el olvido.
Un año después del desembarco, Hertros Cilian fue nombrado primer rey del nuevo imperio Ednarg, allí en la desembocadura del río Devirion al norte del continente donde se había empezado a construir una pequeña ciudad con casas bastantes simples y austeras, los festejos duraron seis días seguidos, todo era felicidad y gozo para el nuevo pueblo de Ednarg, pero sin dudas no todos estaban conformes con esta decisión, casas como los Grifirion, los Mortuben, los Gramar y los Revenjar que en tiempos de antaño fueron rivales de la casa Cilian, consideraban el abandono de sus tierras natales como un acto de cobardía y traición hacia sus costumbres y sus ancestros, por lo que comenzaron grandes revueltas durante los primeros años del monarca para obtener el poder, el poder de un imperio que estaba compuesto de pequeños pueblos y campos sin ningún atractivo. Se desataron por lo menos cinco guerras civiles, de las cuales las cuatro casas habían ganado las primeras cuatro haciendo que estuvieron muy cerca de derrocar a la reciente casa real de los Cilian. En consecuencia, Hertros buscó la forma de demostrar su autoridad y someter a los rebeldes, lo cual lo llevó hasta la montaña Walder, una gran montaña bastante peligrosa para cualquier hombre que se atreviera a escalarla, sin embargo, eso no fue un problema para el joven rey, tras días de búsqueda, cayó dentro de una gran cueva repleta de oro y joyas preciosas tan relucientes que hacían brillar toda esa oscura y húmeda caverna, pero lo más importante fue que encontró la mayor arma que el mundo de Heuros haya conocido desde ese momento: los dragones. Así es, esas bestias mitológicas capaces de volar y soltar grandes y poderosas ráfagas de fuego que arrasarían con cualquier pueblo. Por siglos estas bestias aladas eran consideradas mayormente un mito, puesto que para ese entonces la gran mayoría se había extinto y ya nadie había encontrado alguna de sus guaridas, y los pocos hombres que se toparon con estas bestias acabaron con ellas para obtener el reconocimiento por tal acto valeroso.
Hertros sintió una conexión con tres huevos de dragón que se hallaban en una gran montaña de oro, por lo que decidió llevarlas hasta su fuerte, donde las puso a incubar en un gran horno hasta que un día al fin los tres huevos se abrieron y de ellos emergieron tres hermosos dragones color plata y zafiro, convirtiendo al rey Hertros en el primer amo de dragones.
A las tres poderosas bestias que encontró los nombró como Gartrian, Hequitian y Farerion, nombres de tres ancestros de su casa que fueron grandes señores de la tribu Hedragon, con ellos se dio la quinta y última guerra de la rebelión donde las cuatro casas hincaron la rodilla ante el indiscutible rey y el poder de sus enormes bestias, desde ese entonces ninguna casa se atrevió a levantarse en armas contra los Cilian, que desde ese entonces fueron heredando el don de conectar su peculiar sangre con los dragones, los cuales comenzaron a reproducirse con mayor rapidez, por lo cual el rey Hertros ordenó la construcción de la Fortaleza de Azufre en la cima de la montaña Walder, un gran hogar que albergaría a las nuevas bestias de su casa.
Cinco años después de la rebelión conocida como “la Rebelión de las Cuatro Espadas”, Hertros miro hacia el horizonte cada vez más hacia el sudeste donde se encontraban tres reinos en guerra, esto le trajo al rey un anhelo de intervenir, ya que veía cómo las personas morían de hambre y enfermedades, mientras que sus orgullosos reyes peleaban entre ellos, como tres hermanos que pelearían por un simple juguete, Hertros harto de esto subió a lomo de su dragón Hequitian, acompañado de sus otros dos dragones y de su reciente y poderoso ejército, y partió a ayudar a la gente de estos tres reinos en su interminable guerra.
Por el primer reino tenía como castillo a la actual fortaleza Zantalo, en ese entonces era el castillo del rey Leóneris Harvisio, un rey débil, pero testarudo, que no se dejaba influenciar por nadie, ni siquiera por su propia esposa e hijos, Hertros le envió un mensaje para dejarle en claro a qué venía hasta su reino:
“Rey Leóneris de la casa Harvisio, aquí concluye su reinado, aceptaré su rendición y como recompensa lo nombraré protector de lo que ahora en más se conocerá como las provincias de Esmedia y Rubiria, de lo contrario al anochecer su reinado se terminará”.
El rey enrojecido por la ira despedazó la carta, y envió un mensajero hasta el campamento del rey Hertros, una vez que el mensajero llegó le dijo al rey:
—”Al igual que los pedazos de este mensaje, es como quedará su imperio”.
El rey sin más que aceptar que Leóneris no se rendiría esperó a que el sol se pusiera, cuando eso ocurrió él sobrevoló los cielos a lomo de Hequitian, mientras que en tierra su imparable ejército marchaba hacia el enemigo. El rey Leóneris vio esto desde la torre más alta de su castillo y comentó a su guardia real:
—Podrá hacerme arder, pero no rendirme.
Inmediatamente después, en el cielo no se veía un dragón, sino tres, enormes y aterradores, Farerion el más joven y pequeño voló hasta la parte de atrás del castillo e incendió un tercio de este mismo, Gartrian el mediano atacó al ejército del rey que custodiaba la gran entrada de la ciudad, así permitiendo que el ejército de Hertros avanzara sobre ellos y rompiendo su línea de defensa dividiéndolos en dos, por último el rey montado en Hequitian quemó las otras dos partes del castillo y la dinastía Harvisio terminó siendo pasto de las llamas. Al día siguiente, las llamas se apagaron y sobre los restos del Castillo, Hertros ordenó que se construyera la nueva fortaleza Zantalo, mientras tanto el pueblo celebró a su nuevo rey y pasaron a convertirse en ciudadanos del imperio Ednarg.
Hertros continuó hacia el siguiente reino, mientras más se aproximaba hacia el castillo del rey Tareon Jimeran más soldados se unían a su causa, uno de los más importantes fue el señor Keitron de la casa Garcián que motivó a sus tropas a alzarse contra la casa Jimeran, al llegar al castillo los soldados que lo defendían incesantemente se unieron a la causa de Hertros sin dudarlo ni un segundo, al parecer este rey era más despiadado que el anterior y todo el reino estaba harto de su cruel gobierno, por lo que al entrar al castillo el rey Tareon se arrodilló ante él entregando su corona de plata que tenía incrustadas tres piedras de esmeralda, el establecido Hertros lo nombró como señor y protector de las provincias de Jastonia y Zafinio y nombró a su hijo como caballero y como jefe de la nueva guardia real.
El rey del último reino escapó en cuanto escuchó que el rey Tareon se rindió, por lo que fue fácil para Hertros asumir el control del reino que poco hizo contra el avance de sus fuerzas, así los tres reinos se unieron al imperio Ednarg, a esta conquista se la conoció como “la unión de los tres reinos” y fue una de las hazañas más grandes del rey Hertros I Cilian.
Cuando el rey regresó a su imperio, se había fundado la capital conocida como Hopalia, Hertros poseía para ese entonces cuarenta y tres años y su hijo Dratis Cilian ya tenía seis años, por la larga campaña, Hertros solo estuvo presente en sus primeros tres años, pero en el resto de su días no tuvo más conflictos y pudo disfrutar plenamente de su vida como rey del imperio Ednarg, en el año 145 a. G. Dratis Cilian fue coronado como rey a sus treinta años, después de él vino su hija Estarlia Cilian en el 117 a. G. a sus veintisiete años, tiempo después heredó la corona su hijo Nareo Cilian en el 82 a. G. a sus treinta y dos años y así llegamos hasta Albetros Cilian que fue rey de Ednarg en el 49 a. G. a sus treinta años, que lo conocerán mejor como el padre de Aarkrus Cilian, él se casó con Belatris de la casa Aqueto una señora del continente de Cartalia, ambos tuvieron seis hijos, el príncipe Hertros II Cilian que nació con algunas contracciones en el 47 a. G., el príncipe Maneros Cilian nacido en el 45 a. G., la princesa Denisis Cilian concedida en la Isla del Rey en el 43 a. G., la princesa Damisa Cilian en el 39 a. G., el príncipe Kietros Cilian en el 34 a. G. y al príncipe Aarkrus Cilian en el 27 a. G.
Los primeros años del pequeño fueron muy rápidos y espontáneos, su hermano Hertros II se fue del imperio y se convirtió en general del reino Tiafon, su hermano Manetros se convirtió en rey del reino de Devisa, su hermana Denisis se convirtió en ministra de educación del reino de Surrandis, su hermana Damisa se convirtió en consejera del rey de Haceris y su hermano Kietros se mantuvo a su lado por un poco más de tiempo, hasta que en el 13 a. G. tuvo lugar la terrible invasión del imperio Codira.
Kietros trató de ayudar a su padre con su dragón Fasgerion y comandando al ejército real, pero tristemente terminó por incendiar a varios pueblos cerca del campo de batalla, el príncipe tenía una gran sed de guerra y a veces no lograba contenerse en batalla, terminaba por perder su estabilidad, por esa razón no logró controlar a su dragón que terminó causando la muerte de varios inocentes, por lo que su padre no tuvo otra opción, por el temor de que algunos se levantaran en armas como venganza, el rey decidió desterrarlo para apaciguar la ira y el descontento del pueblo, así que Kietros se marchó del imperio y se convirtió en rey del reino de Galta, sin hijos que lo ayudaran Albetros y Belatris lucharon impacientemente contra las fuerzas del imperio Codira, tristemente tres meses antes de que Aarkrus cumpliera diecisiete años, ellos fueron asesinados por el rey Surtus Roseris del imperio Codira durante “La Batalla del Martillo de Sangre” en el puerto Ventor, el joven príncipe Aarkrus al no tener la edad suficiente para gobernar el imperio, el consejo de su padre asumió el control, pero eran hombres despiadados y corruptos, sus leyes sometieron a la clase baja lo que trajo una gran desigualdad en la población que empezó a rebelarse, los crímenes comenzaron a acrecentarse, y los impuestos eran tan altos que los más pobres eran incapaces de pagarlos, además de que Gilder Zasper ministro de defensa hizo un trato con los piratas del mar de la muerte para que sus barcos pudieran navegar en las costas del imperio, aprovechando que nadie los detendría empezaron a asolar las costas del imperio Ednarg, atacando a todo barco mercante que veían, algunos los saqueaban y otros se adueñaban de ellos tomando a la tripulación como prisioneros, todos estos problemas llevaron a que el imperio se fragmentara un mes antes del cumpleaños número diecisiete del príncipe Aarkrus Cilian.
Un mes después de la fragmentación del imperio, en la que cinco de las ocho provincias se declararon independientes y se rebelaron contra el consejo real, el veinte de Osnubrem del 10 a. G., en el castillo Conquition, Aarkrus Cilian cumplió diecisiete años y de inmediato el general Desmon Formeds lo nombró como rey del imperio Ednarg, a pesar de que solo lo reconocieran sus comandantes, sus tropas y sus pocos partidarios. Por lo que a este día se lo conoció cómo “La Coronación del Rey sin Pueblo”, al día siguiente Aarkrus escribió una carta al consejo y los gobernadores de las cinco provincias independientes del imperio, en la que proclamó que:
“Todos los que hayan recibido este mensaje saben bien que son traidores, juraron lealtad a la casa Cilian y se rebelaron contra ella, pero ahora solo habrá una autoridad, la del heredero del fallecido rey Albetros Cilian, quienes no muestren oposición alguna, tendré la cortesía y compasión de perdonarlos así como en algún momento lo hizo mi ancestro Hertros I Cilian con sus enemigos, pero a los que se abstengan, tengan por seguro que serán asediados por mi ejército e incinerados por el fuego de mi dragón”.
Tres días después de ser enviada, la carta llegó hasta los gobernadores y al consejo real, este último rio fuerte y estrepitosamente, se burlaban del joven príncipe, después de todo ¿cómo un joven de tan solo diecisiete años podría someterlos?, aun así por seguridad comenzaron a movilizar a sus ejércitos ante una posible guerra civil. En el imponente castillo Conquition el hogar ancestral de la casa Cilian, el rey Aarkrus comenzó a planear la unificación de su imperio, en el salón de planes de su castillo reunió a todos sus comandantes, generales y tropas que aún apoyaban el regreso de la casa Cilian al poder.
—Mi señor Aarkrus, hasta ahora disponemos de un pequeño ejército, de algunos cientos de soldados, que no creo que sean suficientes para reunificar a Ednarg –comentó el general Desmon Formeds muy desalentado.
—No olvide general que tenemos algo que los demás no, un dragón, el más grande de la historia –afirmó el joven rey muy seguro de sí mismo.
—Mi señor, usted solo tiene el control de la provincia de Demantia, la provincia de Esmedia y Rubiria está bajo control del consejo y la provincias de Zafinio, Jastonia, Cuarzonia, Amastia y Perlatia, son independientes y cada una tiene a su gobernador, además de que las costas del imperio son controladas por los piratas del Mar de la Muerte, aún no está apto para dirigir una conquista, el plan que realizó no es muy preciso para hacer frente a tantos enemigos –dijo el comandante Hiternos.
—Comandante podrá cuestionar mi estrategia, pero nosotros tendremos la victoria –respondió el rey.
—Los ejércitos a los que se enfrenta son enormes, cinco veces el nuestro, increíblemente armados y cernidos en batalla.
—Ellos son ovejas, mientras que yo soy un dragón, si no se inclinan arderán como la madera de una fogata. Sus huestes no me atemorizan, mañana comenzaremos la reunificación.
—¿Mi señor, está usted seguro de que este plan lo pondrá de nuevo en el trono de Ednarg?, sé que se lo hemos insistido, pero su ejército no se compone nada más que por unos cientos de hombres –dijo una forma muy desalentadora el comandante Hiternos.
—Durante la invasión que sufrimos por parte del imperio Codira, mi padre antes de morir me dijo una frase que es la que aún me da esperanzas de unificar a mí imperio «La casa Cilian tendrá la victoria, porque los demás Lores son protegidos por sus ejércitos, pero nosotros somos protegidos por el señor nuestro Dios», no se preocupen por lo que pueda pasar, porque les aseguro que saldremos victoriosos.
Al día siguiente las tropas se dirigieron hasta la provincia de Zafinio, estaban posicionados sobre una colina sintiendo la fuerza del viento y presenciaban cómo se aproximaba el ejército enemigo que los superaba por mucho, estos eran dirigidos por el gobernador Jaston Norian, el cual al ver a rey Aarkrus, desempuño su espada y soltó su escudo tirando ambas cosas al suelo y ordenando desplegar la bandera blanca, entonces tomó esta misma bandera y se montó en su caballo de color cobrizo con el cual cabalgó hasta encontrarse con el rey, pidió de buena manera un momento para hablarle a solas, petición que fue aceptada con gusto.
—Señor Aarkrus, no estamos para pelear, recuerdo perfectamente los juramentos de lealtad que le di a su padre el día de su coronación y está en el lema de mi casa el ser leal a cualquier persona de buen corazón, como su padre, así que le entrego a su disposición mi ejército, esto como señal de lealtad hacia usted mi rey.
—Es de gran orgullo su lealtad gobernador, no serán olvidados estos juramentos en ninguno de los siglos venideros –contestó el joven rey.
Lo que iba a parecer un difícil batalla se convirtió en una fácil victoria, como el rey Aarkrus había prometido nombró a Jaston Norian cómo gobernador de la provincia de Zafinio y señor y protector de estas mismas tierras, después de eso partió con su nuevo y agrandado ejyercito hacia la provincia de Perlatia, cuando llegó lo esperaba el gobernador Garmoneon con un ejército que igualaba a las fuerzas del joven conquistador, el gobernador no pensó en rendirse como el anterior al cual ni siquiera había enfrentado el joven rey, así que Aarkrus Cilian no tuvo otra opción, subió al lomo de su dragón Imperian y dio comienzo a la batalla, en un abrir y cerrar de ojos el dragón comenzó a quemar a todos los soldados que corrían despavoridos, mientras que en tierra el general Desmon y los comandantes dirigían a las tropas para abrir un frente que los dirigiera hacia la capital de la provincia, ante esta posible derrota el gobernador desplegó a sus ballesteros para tratar de parar a Imperian, pero este no era un dragón cualquiera, era el más grande que el mundo haya visto alguna vez, con una piel gruesa casi impenetrable, tan dura como el acero, por lo que las flechas de los ballesteros no le hicieron ni un rasguño, y todos ardieron ante el fuego del dragón conocido como “La Furia de Acero Negro”.
Sin embargo, el temperamento del gobernador Garmoneon no paró, no pensaba rendirse de ninguna manera, así que escapó con las pocas tropas que le quedaban, y retrocedieron hasta llegar a la capital de la provincia, donde se resguardaron cerrando las grandes puertas de la muralla, esto no detuvo a Aarkrus Cilian, que ordenó a sus tropas que derribaran esa imponente muralla, y la lucha continuó, en lo que se conoce como “El Asedio de Sodomis”, los soldados tardaron unas tres horas en adentrarse a la ciudad y ahí mismo empezaron a acabar con todo soldado enemigo que veían, evitando lastimar algún civil inocente como ordenó su rey, mientras tanto Aarkrus Cilian sobrevoló la ciudad hasta la sede principal, cuando llegó vio en sus puertas al gobernador de rodillas con una bandera blanca a su lado y al fondo sonando el campanario, señal de su tardía rendición, por lo que el joven conquistador descendió de los cielos para declararse como ganador de esta lucha, pero al bajar de su dragón y acercarse al gobernador, este mismo desenvainó su espada para apuñalarlo, gratamente Aarkrus como el gran guerrero que era lo esquivo y desarmó, y ante este acto tan vulgar le dijo:
—Lo que hiciste es despreciable, y no tiene perdón alguno.
—Tú no eres el rey, y menos vas a serlo ¡para mí!, ¡Eres solo un niño!, ¡un joven!, ¡¿cómo es posible que no estés alterado?!, personas como tu padre ya me habrían cortado la cabeza –contestó el gobernador.
—La casa Garmoneon es conocida por ser una familia de traidores, así que esto no me sorprende, y yo no soy como mi padre, por esto que hiciste no voy a matarte, pero estarás encarcelado por el resto de tus días.
—Estoy dispuesto a ver unos barrotes antes que verte a ti sentado en el trono del imperio.
—Si ese es tu deseo, que así sea –concluyó el rey.
Después de esto Aarkrus Cilian decidió parar sus ataques y volvió a su castillo donde sobre una mesa de madera en el salón de planes, había tallado un mapa del mundo de Heuros. El mismo mapa había sido creado por el gran explorador Helarian Delarin hace más de dos mil quinientos años antes del nacimiento del rey Hertros I Cilian, él era un joven de la tribu de los Haogin de Estela Blanca, tras una difícil decisión decidió crear un mapa con todos los reinos e Imperios; tribus y ciudades; bosques y montañas; ríos y mares que existían en el mundo de Heuros, la tarea fue difícil, pero al final, después de años de exploración el mapa fue completado y vendido en todo el mundo, es una de las hazañas más increíbles que alguien haya hecho jamás, y este mismo mapa se usó para construir el que ahora se encontraba en el salón de planes.
—Díganme los avances que tuvimos.
—Ahora mismo tiene el control de la provincia de Demantia, Zafinio y Perlatia, pero aún faltan las provincias de Esmedia, Rubiria, Amastia, Jastonia y Cuarzonia –contestó el general Desmon.
—¿Y el mar?
—¿Disculpe señor?
—El consejo hizo un trato con los piratas del Mar de la Muerte y ahora controlan nuestras aguas y nuestros puertos, si retomamos el control podríamos volver a comerciar con el imperio Dragonis y así financiar nuestras batallas –aclaró el joven Conquistador.
—Perdón su majestad, ¿pero cómo haremos eso?, no disponemos de barcos, además de que dejaríamos al descubierto las fronteras con las demás provincias.
—Qué tan grande es nuestro ejército.
—Tan grande como el de la provincia de Esmedia, incluso podría ser el doble.
—Pues bien, desplieguen a la mitad de las tropas alrededor de las fronteras con las demás provincias, para tener una mejor defensa, que haya una mayor concentración en la fortaleza Zantalo, por mientras yo tengo que atender unos asuntos importantes.
—Su majestad, ¿no quedarían muy vulnerables ante un ataque en conjunto de las demás provincias?, además ¿Cómo piensa recuperar las costas del imperio? –preguntó el comandante Hiternos muy confundido.
—Esa cantidad de hombres es suficiente según mis informantes, y de los barcos yo me encargaré, por ahora deben de asegurarse de que los invasores se mantengan al margen durante mi ausencia.
En ese momento Aarkrus Cilian no lo mencionó, pero se dirigió hacia el imperio Dragonis, para pedir la ayuda de sus potentes flotas y así recuperar las costas de su imperio, además de los puertos más importantes, aunque antes de dirigirse al imperio Dragonis, primero tuvo la brillante idea de dirigirse a ver a una persona de su pasado, después de un largo viaje el joven rey llegó al reino de Galta, para reencontrarse después de tantos años con su hermano, el príncipe Kietros Cilian.
La entrada del castillo era enorme como de la altura de dos elefantes y tenía dos estatuas colosales de grifos, a los que se les consideraba los guardianes ancestrales de Galta, y justo en el cielo, sobre el castillo, vio a Fasgerion el dragón de su hermano resguardando la gran estructura, era enorme de un color como el cobre oxidado, las puntas de sus alas conservaban un toque de naranja y las espinas que tenía en su espalda era tan amarilla como el ámbar, para completar tenía unos grandes colmillos como del tamaño de espadas y eran iguales de afilados, al entrar a la sala del trono vio a su hermano sentado solitariamente, aunque resguardado por un par de soldados, el joven rey no pudo evitar acercarse a hablar con su hermano al que no veía desde hace años.
—Ha pasado mucho tiempo hermano –mencionó el conquistador.
—Oh, Aarkrus mi hermano, ¿cuánto tres años? –preguntó el rey Kietros.
—Para mí han pasado demasiado rápido. Me imagino que sabes lo de papá y mamá.
—Noticias como esa se esparcen por todos lados hermano, lastimosamente no lo suficientemente rápido para que yo pueda enviar ayuda, ¿dónde los enterraron?–
—En el cementerio Luz de la Mañana.
—Mm, a mamá siempre le gustó ese cementerio, por los cerezos que florecían en la primavera, y por las bellas flores que se cultivaban allí.
—Sí lo sé, me lo habrá mencionado un centenar de veces.
—Jajaja así es, como le encantaba ese cementerio, bueno dejémonos de distracciones, ¿Para qué viniste hasta aquí?, he oído que estabas ocupado con tu unificación del imperio –dijo decidido el rey de Galta.
—Necesito tu ayuda y la de tu dragón para unificar Ednarg.
—Lo haría hermano, pero no he montado a Fasgerion desde aquel incidente. No estoy preparado para volverlo a hacer.
—Sé que has cometido errores que le costaron la vida a varios pueblos de Ednarg, pero ahora es el momento para redimirte, para luchar por tu imperio, deja ir el pasado para vivir tu presente.
—¿Y si el pueblo me ve como una amenaza?
—Entonces demuéstrales que no lo eres.
—Eso será muy difícil, pero está bien, aunque puedo ayudarte aún más que haciendo eso.
—¿Qué tienes en mente? –preguntó el conquistador muy confundido.
—Voy a abdicar, y así unir al reino de Galta con Ednarg.
—¿Pero eso le gustará a tus ciudadanos?
—Pues su lealtad es muy voluble, ellos seguirán a todo aquel que les garantice una buena protección, después de todo la gran mayoría son atacados por los areneros de Triaquis.
—Entiendo –dijo distraídamente. Durante su conversación entró una joven a la sala real con un vestido rosa fuerte, con flores bordadas alrededor, parecía de unos seis años, con pelo color castaño, y unos ojos de una tonada marrón, llevaba en su mano una varita en forma de estrella, como si pudiera hacer magia con ella.
—Así es, ella es Jasmial.
—Tío Aakrus –dijo la pequeña muy emocionada.
—Mi querida sobrina, cuánto tiempo, cuántos años tienes ya, ¿Cinco años? –preguntó alegremente el conquistador.
—Seis en realidad.
—Es impresionante lo rápido que pasó el tiempo.
—Así es hermano –contestó el rey Kietros mientras alzaba a su joven hija.
—¿Cuándo planeas abdicar? –preguntó el conquistador.
—Pues ahora, así podrás designar a un gobernador y regresaremos al imperio Ednarg –contestó el rey Kietros.
—De acuerdo hermano.
Después de esto se hizo público la abdicación del príncipe Kietros, y la conquista de Aarkrus Cilian retumbaba en todos los rincones de Heuros. El rey Surtus Roseris del Imperio Codira había sido informado de este levantamiento por parte de sus enemigos, por lo cual organizó una reunión con los imperios que tenía de aliados para ejecutar un plan contra Aarkrus Cilian, y así parar su expansión.
Nos encontramos ahora en Simeria, capital del imperio Codira, aquí se reunieron el rey de Romerus, Sertrus, Kritaris, Terisia y Codira.
—Me complace tenerlos a todos aquí, como ya sabrán el hijo de Albetros Cilian, Aarkrus Cilian, ha comenzado la conquista de su imperio para retomar su lugar como rey en el trono. No creí que fuera una amenaza muy grave hasta que vi todo su potencial, en verdad es un enemigo que no hay que subestimar, no tardó mucho en hacer que las provincias de Zafinio y Perlatia sucumbieran ante él, cuando su imperio sea conquistado créanme que nuestros reinados se verán amenazados, una vez que se vuelva demasiado poderoso. Debemos de buscar una forma de hacerle frente y acabar con él, al igual que como lo hice con su padre, probablemente una vez muerto podríamos repartirnos su imperio para que esto, esta conquista, jamás vuelva a pasar y jamás nos veamos amenazados de nuevo –dijo el rey Surtus dando comienzo a la discusión.
—Estoy de acuerdo con eso. Tal vez deberíamos declararle la guerra y matarlo, después de todo tendríamos el apoyo de las provincias independientes –agregó la reina Teseria del imperio Kritaris.
—No deberíamos de arriesgarnos aún, es mejor enviar asesinos, así no habrá intentos de venganza por parte de sus aliados –respondió el rey Damirio del imperio Romerus.
—Si lo que te preocupa es una guerra mundial, solo tenemos que evitar que forme alianzas, si logra hacer alianzas con Hipnus y Sitralia estaremos perdidos. Muerto no tendrá aliados que sigan luchando por él –dijo el rey Karmio Anquilion del imperio Terisia.
—¿Qué hay de Zacari? –preguntó el rey Hosmerar del imperio Sertrus, pregunta que no era de esperarse después de todo su casa y la casa Mirio del imperio Zacari eran enemigas desde la guerra de los dos siglos.
—La casa Cilian y la casa Mirio mantienen un fuerte lazo, y según mis informantes tienen una alianza defensiva, por ahora creo que deberíamos abstenernos de luchar –respondió el rey Surtus.
—Entonces debería de enviar espías para mantenerlo vigilado –propuso la reina Teseria.
—No será necesario, hay un infiltrado desde hace años vigilando los movimientos de la casa Cilian, es muy astuto, no será descubierto, por ahora prepárense vendrán tiempos de guerra y es necesario tener un buen ejército –afirmó el rey Surtus.
—Cada quien por su parte entonces, hasta que Aarkrus Cilian deba ser detenido –mencionó el rey Damirio.
—Que así sea –dijo el rey Hosmerar.
Los cinco reyes hablaron por horas y horas, algunos dicen que hasta días, pero al final, firmaron un tratado formando a la “Alianza Continental”. Una semana después de esta reunión Aarkrus Cilian llegó con el rey Tareo II de la casa Harkaris del imperio Dragonis, para pedirle la ayuda de sus flotas, y así vencer a los piratas que asolaban las costas del imperio Ednarg.
—Rey Tareo, es un gusto al fin conocerlo –comenzó diciendo el joven rey.
—El gusto es mío joven Aarkrus, ningún Cilian nos había visitado montado en dragón desde su abuelo Nareo Cilian, ¿pero en fin cuál es el motivo de su visita? –preguntó el rey Tareo.
—Requiero de la ayuda de sus flotas para recuperar el control de mis costas y así expulsar a los piratas de allí –contestó el joven conquistador.
—Sería un gusto ayudarlo joven Aarkrus, pero ellos son conocidos por ser implacables y hundir todo barco enemigo que se encuentren, por ese riesgo tendría que conseguir algo, para no enviar a mis hombres a morir en vano.
—Con los piratas vencidos el imperio Dragonis podría volver a comerciar con el imperio Ednarg, sé que la gran mayoría de sus importaciones de cuero provienen directamente de Ednarg –contestó Aarkrus.
—Necesitaría más que eso –respondió el rey Tareo.
—Lo sé, por esa razón le ofrezco protección para cruzar por el estrecho Calonia, claro una vez unificando el imperio Ednarg.
—No estoy muy convencido, ¿acaso es experto en controlar flotas navales? ¿Cómo puedo asegurarme de que guiará bien a mis barcos?, todos mis comandantes navales se encuentran fuera del imperio, y no estarían lo suficientemente cerca para ayudarlo y su corta edad no me da muchos indicios de que tenga una buena experiencia.
—Yo fui instruido por mi padre desde los diez años en los conocimientos básicos de cómo ser un buen estratega, tanto en navegación como en tierra, toda estrategia de grandes conquistadores de nuestra historia lo he aprendido, analizado y reflexionado cientos de veces, ¿cree usted que sus barcos no están en buenas manos? –preguntó Aarkrus.
—Podrá haber aprendido muchas cosas joven Aarkrus, pero no muchos son capaces de usar esos conocimientos en la práctica –agregó el rey Tareo.
—¿Alguna vez escuchó hablar del general Incedio Draftis?
—Por supuesto, pero no entiendo a dónde quiere ir con eso.
—Cuando tenía tan solo dieciséis años tuvo que dirigir a los navíos de su padre, ya que él había sido herido en una batalla anterior, él temía que la tripulación o las tropas hicieran un motín por lo que tomó el mando y consiguió la lealtad de uno de sus hombres más fuertes para así imponer respeto, cuando llegó el momento, las flotas enemigas se acercaban, pero él no tuvo miedo, pensó y analizo así que se lanzó con todas sus fuerzas. Hundió cada embarcación enemiga, hasta que se enfrentó al último, el más grande y poderoso capaz de hundir montones de barcos. ¿Y qué hizo? Estrelló su barco contra el barco enemigo, obviamente antes de eso ordenó a todos que abandonaran el barco junto con su padre, también escapó y las flotas adversarias fueron derrotadas y él fue nombrado general por su heroica hazaña, aunque claro cuatro años después, pero su historia como un gran estratega se mantiene hasta este día.
—Conozco la historia del general Incedio Draftis, después de todo él fue el general de mi abuelo Jureo Harkaris.
—Y entonces sí tuvo a un estratega tan joven entre sus filas en algún tiempo de su imperio por qué no ha de confiar en mí.
—Tiene razón, de acuerdo señor Aarkrus, le proporcionaré una de mis mejores flotas para deshacerse de los piratas.
—Se lo agradezco en verdad, rey Tareo, el acuerdo será cumplido en cuanto recupere mi imperio.
—Eso espero –concluyó el rey.
Con este acuerdo el rey Aarkrus Cilian partió con la gran flota de Dragonis hacia las costas de Ednarg, decidido a recuperarlas, si lo lograba se podría comenzar a comerciar nuevamente con el resto de reinos e Imperios dándole la fortuna necesaria para financiar el resto de su guerra.
El joven conquistador no tardó demasiado en llegar al primero de los puertos que debía recuperar, una vez ahí comenzó la conocida “Batalla del Estrecho Calonia”.
Aarkrus comenzó por dirigir a los barcos hasta el puerto Kimerdis, uno de los cinco que tenía que conquistar, tardó unos tres días; el primer día repelió el ataque de doce barcos enemigos lo que le permitió adentrarse en el puerto, en este día solo perdió una docena de barcos, en el segundo día, se enfrentó a todos los piratas que dominaban el puerto. El humo y las explosiones se mezclaron con el ambiente, y los piratas comenzaron a saltar de barco en barco para tomar el control de estos mismos, algunos incluso lanzaban bombas con el fin de producir huecos en los navíos, para que provocaran su hundimiento, pero el conquistador no cedió y continuó avanzando sobre sus enemigos que cada vez más se iban reduciendo significativamente, hasta que solo quedaban unos pares que se resguardaban en una pequeña pescadería en el centro del puerto, algunos cuentan que por la desesperación comenzaron a lanzar peces, salmones y bacalaos con la triste esperanza de hacer algún daño significativo; sin embargo, terminaron por ser capturados y aprisionados. Una vez que la batalla concluyó, el conquistador y sus flotas pararon y se instalaron en el puerto.
El tercer día terminó de tomar todo el puerto adquiriendo barcos a su flota, y así continuó con los demás puertos, hasta llegar al puerto Ventor, el verdadero infierno, aquí la mayoría de piratas se habían instalado dado que les otorgaba un mayor control sobre las costas, parecía imposible cruzar y adentrarse en el puerto, pero Aarkrus Cilian ya tenía un plan de respaldo.
Del cielo aparecieron Imperian y Kietros montados sobre Fasgerion, su fuego hizo arder al rojo vivo a todas las torres de defensa y todas las galeras que allí se encontraban, con ellos el puerto cayó en menos de un día, y con los puertos recuperados, todos los barcos de Ednarg que habían quedado exiliados del imperio volvieron, y el conquistador terminó con una de las mayores flotas que hayan existido.
Esta hazaña llegó a oídos del consejo, que ya había escuchado de todas las victorias del joven rey, y ante la posibilidad de ser derrotados comenzó a planear una guerra para acabar con la amenaza que Aarkrus Cilian representaba. Disponían de un ejército débil y reducido, quedaban muy atrás ante el gran ejército que Aarkrus había adquirido por la abdicación de su hermano, el príncipe Kietros, por lo que hicieron una alianza defensiva con las provincias de Jastonia, Cuarzonia y Amastia, aunque esta se negó, ya que se uniría a la causa del conquistador, tras ver todo lo que había logrado, ya lo reconocían como el auténtico heredero al trono, junto con Jastonia y Cuarzonia el consejo tuvo un gran incremento en sus fuerzas y su armamento, con este enorme ejército declararon la guerra a Aarkrus Cilian, el cual comenzó a planear su victoria ante sus enemigos.
—Díganme, cómo estamos para esta última batalla.
—Mi señor, contamos con un formidable ejército al que se han ido uniendo las provincias vencidas; contamos con los dragones Imperian y Fasgerion; además contamos con la ayuda de Amastia. Sus enemigos disponen de un ejército que nos iguala en fuerzas, pero según mis informantes, el imperio Kritaris ha enviado algunas legiones para apoyarlos, con esa ayuda nos han superado por mucho y esta batalla será muy difícil de ganar –dijo el general Desmon Formeds.
—No esté muy seguro de eso, general, el rumbo de la guerra puede cambiar aunque ellos tengan un ejército más grande. Dividiré el ejército en dos, una mitad vendrá conmigo para conquistar a Rubiria y Esmedia, la otra mitad irá a conquistar Jastonia y Cuarzonia al mando del príncipe Kietros, comenzaremos mañana a primera hora del amanecer –exclamó el conquistador.
—Pero hermano, no soy un buen líder como para comandar al ejército –contestó el príncipe muy nervioso.
—Por eso te acompañará el general Desmon, tú solo usa a Fasgerion para debilitar las fuerzas del enemigo.
—No se preocupe mi príncipe, estaré a su disposición siempre que lo necesite –mencionó el general.
—De acuerdo general, con su ayuda no podrán frenarnos.