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Ambientada en un futuro distópico perturbadoramente cercano, "Akogare" narra la historia de la Federación, un grupo que busca revertir la devastación ecológica y social en curso. La Federación nace a partir de un grupo de universitarios que provienen de diferentes zonas del mundo. Para poder sustraerse al dominio de las grandes corporaciones que fulminan toda intimidad, los protagonistas deberán crear un espacio mental de comunicación telepática llamado Akogare donde intercambiar conocimientos y poder evadirse con su actividad onírica.
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Seitenzahl: 426
Veröffentlichungsjahr: 2022
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Lucas Darío Perricone
Saga
Akogare, el poder de una mente libre
Copyright © 2022 Lucas Perricone and SAGA Egmont
All rights reserved
ISBN: 9788728244531
1st ebook edition
Format: EPUB 3.0
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Para mi madre, por ser mi guía, ángel guardián y consejera, por acompañarme siempre y mostrarme que con fe y amor es posible mover montañas.
Para mi padre, por enseñarme cada día de todo lo que puedo ser capaz, por mostrarme la correcta manera de hacer las cosas y por nunca dejar de confiar en mí.
Para mi hermana, por quererme incondicionalmente y estar a mi lado siempre, defendiéndome de todo aquel que quisiera lastimarme.
Para mis amigos, pilares indiscutibles en mis tiempos más oscuros, gracias a Dios son muchos para nombrarlos a todos así que lo dejaré a quien se sienta como uno.
Por último, dedicado a todos los enfermos de cáncer del mundo y a sus familias, porque es una lucha que la vive uno, pero la sufren todos.
A...
...cada una de las personas que tenga este libro en sus manos, creo que lo más hermoso del arte es compartirla y si vas a dedicar tu tiempo en leer esto, una parte de mi alma saltará de felicidad con cada página que pases, ya que el tiempo es un regalo invaluable.
...mis lectores beta, a los cuales les debo el haber logrado terminar este libro y vivir para publicarlo, sin ellos quizás me hubiera quedado a medio camino, luchando con mis propias contradicciones. Gracias por sus ideas, críticas y consejos.
...mi editora, Yael Sucaria, por confiar y sin siquiera leer una página del primer borrador, brindarme su confianza y su tiempo; también a mi ilustradora, Belén Lafont, a la cual le di más de un dolor de cabeza a la hora del diseño de los personajes e ilustraciones, espero les guste su trabajo tanto como a mí. También a Gon Granja por el excelente diseño de la tapa y a Elías por crear los logos para los equipos.
...mi familia, por su incondicional apoyo en cada uno de mis locos proyectos y por motivarme siempre a más...
...mis amigos, a los cuales este libro está dedicado como un mundo donde todos viviríamos si nuestras fantasías más locas se cumplieran.
...Flavio Biamonte, otro amigo y hermano que la vida me dio y que, a pesar del tiempo, sigue a mi lado, nunca olvidaré esas clases de piano a distancia que me dictaste para distraerme de mi situación.
…todos aquellos que compraron el libro de un autor desconocido, llenaron mi corazón de alegría y permitieron que esta Segunda Edición sea una realidad.
Corre el año 2050, momento en el que se cumple tres décadas desde la formación de La Federación, organismo mundial creado con el fin de mediar la solución de todos los problemas existentes en el planeta; desde resolver asuntos ambientales, hasta lidiar con grupos terroristas que amenacen la paz mundial.
Para entender el proceso que llevó a su formación debemos remontarnos a la terrible situación mundial que se dio en el año 2018. En dicho año, todas las potencias mundiales se declararon en default excepto China y la economía mundial colapsó, lo que provocó que los países sobreexplotaran más aún el ya agotado ecosistema, como medida desesperada para mejorar su deplorable situación. En solo dos años, las reservas de agua potable se redujeron en un 80% debido a la contaminación industrial; las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron en tal medida que provocaron un gran incremento de la temperatura global, que llevó al derretimiento de los polos y causó innumerables catástrofes naturales y millones de muertes.
Dada la caótica situación que aquejaba a la humanidad, en el año 2020 un presidente latinoamericano, convocó con celeridad una cumbre compuesta por un representante de cada continente, con el fin de encontrar una solución viable que lograra la preservación de la vida humana en la Tierra. Luego de arduos debates, se acordó la formación de un organismo que actuara a nivel global regulando la situación de cada país, pero que a la vez no perteneciera a ninguno en especial; decidieron llamarla “La Federación”.
Para su creación China aportaría el capital y la infraestructura, mientras que el resto de los países dispondría de sus científicos e ingenieros para el área de Investigación y Desarrollo. Toda la tecnología desarrollada por La Federación sería compartida con todos los países del mundo por igual y además, ninguno podría desarrollar armamento militar, ya que la protección de la paz quedaría a cargo de ésta.
Gracias al esfuerzo de los miembros de La Federación y a la toma de conciencia de la sociedad en general sobre el penoso estado del Planeta, se logró en poco menos de una década, convertir problemas como el calentamiento global, el hambre y la polución, en simples recuerdos de los que la sociedad podría desprenderse.
Pero esta época de progreso se vería afectada nuevamente por la inconsciencia de la humanidad.
En el año 2030, un Directorio corrupto y extorsionado de La Federación, aprobó una nueva política sobre la privacidad en la Internet, la que, para esa época, se había vuelto algo indiscriminadamente global, tanto que llegaba hasta los recovecos más recónditos del planeta.
Súbitamente, la privacidad se volvió una ilusión, permitiendo a las redes sociales acceder a los sistemas de monitoreo hogareños, además del libre acceso a información de los accesorios de comunicación, computadoras personales, y todo lo conectado a la Internet que tuviera un micrófono o una cámara.
Le quitaron a las personas la capacidad de tener sus propios secretos, de poder planear sorpresas; se les robó la capacidad de hablar sobre sus sentimientos sin miedo a ser juzgados, les arrebataron una de las cosas más importantes que tenemos los humanos, el poder de comunicarse libremente con sus pares.
El primer año nadie advirtió los efectos del nuevo alcance de Internet. El caos comenzó a notarse en los siguientes años; la falta de intimidad comenzó a irritar a las personas. Imagínate, a tu jefe pagándole a alguien que vigile tus actividades exhaustivamente las veinticuatro horas del día; a las empresas realizando estudios de mercadeo totalmente invasivos al monitorear todas y cada una de tus acciones para ofrecerte en tiempo real, en la pantalla de tu refrigerador, ofertas en base a productos que ya sabían que no tenía. La pérdida de la capacidad de ser honesto al dar una referencia sobre alguien por miedo a las represalias; todas estas eran situaciones que difícilmente podían ser soportadas. Pronto las personas notaron que una fina línea moral y ética había sido cruzada, y decidieron que la situación era ya insostenible, a pesar de las tres pasadas décadas de fanatismo por la facilidad de la conectividad y la comunicación.
Sólo unos pocos lograban separarse de esta vida de comunicación excesiva, y para aquellos que no lo lograban, terminar con su existencia parecía la única manera de escapar a la minuciosa mirada de la sociedad, y así, los primeros suicidios desencadenaron los segundos, y cuando menos lo esperaban, el mundo se sumió en un caos inminente y nadie sabía cómo parar la ola de muertes.
Los líderes mundiales caían en la locura, los profesionales que los trataban también, policías, médicos, maestros, músicos, todos terminaban en una clínica mental o muertos. El problema se había arraigado en todos los estratos sociales, desde los más ricos hasta los más pobres padecían la situación. Poco a poco el mundo se sumergía en una carrera por quien vivía menos.
En el año 2034 comenzó a gestarse el “Gran Suicidio Pandémico”, teniendo amplia difusión a través de las redes sociales. Llegó a estimarse que ¾ partes de la población pensaba en el suicidio como escape al horror que se vivía. La sociedad estaba perdida, sin lugar hacia donde escapar, sólo un sombrío futuro se posaba frente a ella.
Sin embargo, en ese mismo año, un descubrimiento en el área de la genética llegó como un salvavidas para las ahogadas almas de la Tierra.
Científicos en asociación con la Federación, descubrieron una parte aún no descifrada del Genoma Humano; se trataba de genes dormidos que permitían a las personas comunicarse de forma “telepática”, mediante un enlace cuántico entre sus mentes, en mundos “oníricos”, espacios mentales a donde podían llevar su realidad, y donde nadie más que los interlocutores podían interactuar y sólo si ambos lo deseaban. Una especie de bunker mental, un lugar donde el tiempo y el espacio estaba sometido a la voluntad de las mentes.
Este espacio fue llamado “El Akogare1”.
El Akogare se obtenía a partir de una cirugía que implanta una marca química en la zona cervical, la cual aumenta la expresión de los genes que otorgan la capacidad de generar dicho vínculo.
Las drogas necesarias para despertar el Akogare fueron diseñadas y fabricadas masivamente por Casner Industries, una empresa química liderada por Shizukana Satoru, quién junto a sus tres socios tomaron la iniciativa de distribuirlas gratuitamente a toda la población mayor a once años, con el fin de salvaguardar a las generaciones venideras de la exposición y a la vez corregir un poco a los adultos ya perturbados en gran magnitud.
El Akogare fue la solución menos esperada para el problema de la privacidad, poco a poco, el mundo tomó su curso normal y la sociedad comenzó a avanzar nuevamente, aunque no está de más decir que a la Federación no le gustó demasiado la pérdida de control que sufrieron ya que los enlaces mentales eran virtualmente impenetrables. Pero, para beneficio de esta, no todo salió como se esperaba.
La falta de control de lo que se hacía en el Akogare generó un nuevo problema, no faltaron aquellos que comenzaron a abusar de esta capacidad; relaciones sexuales ilícitas, abuso de drogas y peleas ilegales, se gestaron en este nuevo mundo. Pero ahí fue cuando la sociedad tuvo un nuevo recordatorio sobre lo que nos sucede al excedernos.
Resulta que todo lo que le sucedía al cuerpo en el Akogare, le sucedía al cuerpo físico una vez finalizado el enlace. Los expertos explicaron que esto sucedía debido a que el cerebro no sabía discernir entre el mundo onírico y el real, por lo que al pasar de un estado a otro, sufría una incongruencia en la información sobre el estado del cuerpo y terminaba auto-provocándose las heridas, lo que resultaba en la muerte de ambos contendientes en casi todos los encuentros.
En vista de este gran problema y el constante aumento de la violencia entre las personas, la Federación encontró la solución en la creación de la “Liga de Batallas Oníricas”, comúnmente llamada LBO.
El surgimiento de la Liga en 2035, vino de la mano de un desarrollo del Akogare en el cuál se permitía que el espacio mental fuera creado por un tercero, llamado Jeshi, lo cual le daba libre capacidad a los luchadores de enfocarse en la pelea ya que no debían preocuparse por mantener intacto el espacio en el que estaban, liberando carga mental para ambos, por lo que la MS
(Mental Stamina2) en lucha era mayor y se podía pelear más fuerte y por más tiempo. A su vez esto le permitía al Jeshi3 “arreglar” la información dañada durante la batalla, es decir, las heridas, y, a pesar de que tenía ciertas limitaciones, los arreglos eran la diferencia entre unos meses en el hospital y una muerte inmediata.
A pesar de que los torneos anuales de la Liga fueron una solución excelente para el problema de las peleas clandestinas, aun había muchas actividades ilícitas realizadas en el Akogare que no podían ser controladas, ya que nadie podía acceder a los espacios mentales a no ser que ambas personas quisieran, el enlace no podía ser “forzado” de ninguna manera, y esto era un asunto que molestaba en sobremanera a La Federación, sin embargo, debido a los recursos que esta poseía al alcance, lograron contener la situación de una u otra manera.
Corre el año 2050, trigésimo aniversario de la creación de La Federación, y, aunque esta está lejos de ser la prestigiosa organización que supo reflotar el barco dañado en el que navegaba la humanidad, aun cumple su cometido incorporando a sus filas nuevas mentes, mentes libres de todos los horrores de los últimos grandes conflictos, mentes que no temen al progreso.
Nuestra historia trata de la vida de Shizukana Takumi, un joven sin mucho talento aparente, perseguido por el éxito de sus padres y con una determinación poco vista hacia su superación. Él, junto a sus amigos tratará de desarrollar su juventud y forjarse un futuro, en un mundo donde las mentes libres que son capaces de romper los esquemas cotidianos, dominan, algo que ellos están bastante acostumbrados a hacer.
Reunión
Lunes 7 de marzo de 2050, Córdoba, Argentina.
Aeropuerto Internacional Ingeniero Ambrosio Taravella, 6:30 AM
—Gracias por elegirnos nuevamente señorita, que disfrute su estadía en nuestro país.
—Gracias, le deseo un buen día —dijo amablemente la pasajera cuyo acento denotaba una marcada ascendencia alemana, mientras tomaba su valija y con una de sus manos cruzaba sobre su pecho la cinta de un gran maletín plateado que colgaba ahora de su espalda.
Pasando el pasillo de arribo pudo encontrarse con la típica situación abarrotada de un aeropuerto en pleno inicio de jornada laboral, personas que se disponían a comenzar sus actividades planificadas se desplazaban rápidamente hacia los puntos exteriores del edificio para así conseguir un transporte hacia la ciudad. Pero esta chica de pelo negro y ojos gris ceniza parecía estar esperando a alguien.
—¿Cuánto tardará en llegar?, siempre tan impuntual... nunca cambia —dijo con un tono de molestia haciendo una ligera mueca con la cara, mientras posaba las manos en sus marcadas caderas y comenzaba a subir y bajar la punta del pie derecho como si contara cada segundo de retraso.
La figura estática de esta chica resaltaba en medio de una multitud en movimiento, que se asemejaba más a un hormiguero que a un aeropuerto, sumado a su aspecto extranjero, no era alguien que pudiera pasar desapercibida fácilmente.
De un momento a otro sintió un suave toque en su hombro derecho, con expresión de sorpresa dio un paso hacia adelante, y alejándose, se dio vuelta.
—Tanto tiempo, Ehrlich Irina —dijo con tono condescendiente un joven alto de pelo castaño oscuro y gran complexión.
—Wow, pero si tiene la misma cara de gorila de siempre, Herr Kizoku4 —expresó en tono formal y dio una reverencia al estilo europeo tomando con sus delicados dedos la pollera del vestido claro de una pieza que llevaba, mientras miraba por encima de sus grandes lentes al joven que tenía frente a ella.
Un pequeño silencio se gestó entre ambos, hasta que de pronto estallaron en carcajadas.
—¿Cómo está mi alemana favorita? —dijo Issoro con tono de alegría, abriendo sus brazos.
—Bien, bien —respondió Irina, correspondiendo al muchacho para luego dar un pequeño paso hacia atrás y adoptar una expresión alegre mientras cruzaba sus delgados brazos por detrás de su espalda —Por suerte no me tocó nadie irritante en el asiento de al lado, y tú ¿cómo estás? Ahora que te veo ¿Realmente ha pasado mucho tiempo?
—Cinco años... a esta edad sí que es mucho tiempo —dijo Issoro con un ligero tono nostálgico mientras se tocaba la nuca con el brazo derecho.
—Estem, ¿Y los demás dónde están? —preguntó Irina con cierta expresión curiosa mientras miraba uno de los costados de Issoro, como si escondiera alguien detrás de él.
—Ahhh, emmm —dudó Issoro por un momento —Niori está en Estados Unidos terminando los papeles de su transferencia hacia aquí, Xander tenía que coordinar las actividades de principio de año en el laboratorio y Takumi... bueno a Takumi le tocó cierta tarea, en la cual espero no se meta en problemas con los altos mandos de La Federación, jajaja —confesó con nerviosismo, tratando de reír para aliviar un poco su preocupación.
—Ohhhh, que desconsiderados, ya me las arreglaré con ellos más tarde, por lo pronto, ¿Me compras unas masas dulces para desayunar mientras vamos a la ceremonia de ingreso?, el desayuno del avión era terrible y ni lo probé.
—¡¿Qué?! ¿Yo debo comprarte el desayuno?
—Claro claro, no seas descortés, y apúrate que llegamos tarde.
—Es cierto, se nos hace tarde, hay que apurarnos, no hay tiempo para dulces —dijo con tono decidido mientras tomaba el equipaje de Irina y se dirigía hacia el estacionamiento.
—Ohh ¿por qué eres tan grosero? Con razón no tienes novia....
Al escuchar este comentario Issoro puso cara de molestia y la fulminó con la mirada, pero Irina caminaba lentamente detrás suyo con los brazos cruzados por debajo de su busto, mostrando una expresión de satisfacción.
—No tengo novia porque soy demasiado genial —sentenció Issoro mientras hacía una mueca y daba vuelta la cara hacia el frente en forma de desprecio.
—Jajaja —rió fuerte la alemana —No te enojes así Issoro, que ese papel no funciona conmigo, en fin, apurémonos que en verdad no llegamos a tiempo, y odio no llegar a tiempo.
***
Mientras tanto en una casa en los suburbios de la ciudad... La pantalla táctil de la mesa de noche parpadea intensamente, con una inscripción “Discurso 8:00 AM”.
Pesadamente, una mano emerge entre las frazadas como si no quisiese abandonar la comodidad de la cama y pulsa la pantalla, haciendo que la hora se proyecte holográficamente.
—Siete de la mañana... —repitió para sí.
—Si tardo diez minutos en ducharme, quince en arreglarme, treinta en desayunar y cuarenta en llegar al auditorio... ¡ESTOY LLEGANDO TARDE!
De un salto el joven salió de su cama, quedando frente a la ventana de la habitación, la cual se hallaba oscurecida sin cortina alguna. Suavemente posó dos dedos sobre el vidrio y los deslizó hacia abajo unos tres centímetros, haciendo que instantáneamente la ventana dejara pasar la luz del sol de la mañana, iluminando su rostro y forzándolo a entrecerrar sus ojos azul profundo.
—¡Bien! A darle a esos viejos una rabieta... —susurró para sí mismo mientras dejaba salir una pequeña risa al mismo tiempo que se dibujaba una ligera sonrisa en su rostro.
—Diablos, cierto que llego tarde —y corriendo se metió en la ducha de su habitación.
Mientras tanto, escaleras abajo, la madre del joven se encontraba cocinando el desayuno.
—¡Taaaakumi, se te hace tarde!
—Lo sé, lo sé —replicó Takumi mientras salía de la ducha.
—Cuando viva solo a partir de mañana nadie lo apurará, Yuki
—dijo el hombre que estaba sentado en el desayunador, con tono severo mientras dibujaba una sonrisa burlona en su rostro.
—Bueno bueno Satoru, no seas así de duro con él, que al fin y al cabo heredó su gusto por dormir de ti —regañó la mujer mientras acomodaba su cabello castaño rojizo.
—Jajaja, es cierto, es cierto, cuando tienes razón la tienes amor
—riéndose volvió sus ojos al panel de noticias que tenía abierto en la mesa multimedia, las cuales se habían vuelto muy comunes gracias al último avance en materia de semiconductores.
—Otousan, Okaasan, itekimasu5.
—Takumi, que tengas un excelente día —dijo Satoru mientras cambiaba su expresión de alegre a una sonrisa maliciosa —¿Listo para darle a esos viejos de La Federación una buena razón para sentirse incómodos?
—Cuenta con eso papá, bueno me voy, los quiero —y tomando su abrigo, rápidamente se dirigió por el pasillo hacia la puerta.
—¡No olvides que luego de las actividades de bienvenida iremos a confirmar el departamento! —replicó su madre Amane.
—Claro mamá, los veré allí —dijo Takumi mientras cerraba la puerta y se dirigía hacia su coche.
***
Auditorio de la Universidad de La Federación 7:58 AM
—...y recuerden que La Federación siempre quiere el bien de todos los habitantes del planeta, pero no podremos cuidarlos si ustedes pierden su camino, por eso, realicen actividades lícitas dentro de sus Akogare para evitar caer en perjudiciales hábitos.
—Con esto finaliza el discurso del Director de La Federación, Siri Rushwa, ahora para finalizar la ceremonia de bienvenida, un alumno avanzado de la carrera de Ingeniería Biomecánica y miembro del equipo de los laboratorios adjuntos de la Institución, dirá unas palabras para alentarlos en el ciclo lectivo 2050 —aclaró la Rectora a medida que el Director dejaba su posición en el atril del centro del escenario.
A sus espaldas a un lado del escenario la puerta se abría y Takumi aparecía a través de ella, vistiendo un traje formal con corte italiano de color negro y camisa blanca, con el cuello desaliñado y sin si quiera estar peinado.
—¡Takumi! —exclamó en voz baja una jovencita de cabello color caoba llamada Rinne Ume, la novia de Takumi —¿Cómo te las arreglas para siempre darme problemas? —a medida que lo regañaba, se dispuso a acomodarle la vestimenta y el cabello al desastroso joven —A veces no sé porque sigo saliendo contigo.
—Oye, ¿Son todos regaños cuando aún no me has saludado? No seas así conmigo, anoche estuve trabajando hasta tarde en mi proyecto. Pero aun así te quiero —y robándole un pequeño beso la rodeó y se dispuso a subir las escaleras del escenario para así comenzar su discurso; tomó aire y adopto una postura erguida, antes de hablar miró al público en general, su voz resonó con tono firme y seguro.
—Buenos días estudiantes, mi nombre es Shizukana Takumi, primero quiero agradecerle a la Rectora por darme esta oportunidad. Como ya les dijo, soy estudiante de Ingeniería Biomecánica, y además trabajo en el laboratorio que se encuentra adjunto al campus de esta misma Universidad. Como alguien que ya lleva sus años aquí, lo único que puedo decirles es que en este lugar solo hay una forma de ganarse las cosas, y esa forma es esforzándose, manteniendo una disciplina de estudio constante que no flaquee con el paso de los días. Con esto no les estoy diciendo que no puedan tener sus actividades de club o que no puedan hacer ocio fuera de los horarios escolares, pero todo en su justa medida para mantener el equilibrio. Como su superior estaré a su disposición junto con los representantes de cada carrera y a la Jefa de Actividades Recreativas de la Universidad, Rinne Ume... —mientras la nombraba la señaló con su mano derecha, a la vez que Ume agachaba levemente su cabeza —...para que así puedan mantenerse en ritmo. Ahora bien, hasta aquí el discurso que fue aprobado por el Directorio, lo que quiero decirles además jóvenes estudiantes, es que a pesar de que la participación en los torneos de la Liga de Batallas Oníricas no está prohibida por la Universidad, estos no podrán ser utilizados como excusa para no cumplir con sus actividades académicas. Si aun así deciden participar, tengan en cuenta que no es un juego de niños y que su vida realmente está en riesgo, y si bien es posible modificar las características personales a gusto; una mente y cuerpos fuertes en la realidad, serán mil veces más fuertes en el Akogare. Una última cosa que quiero expresar; compañeros “El Mushin es una mentira”, solo es una excusa para aquellos cobardes que temen entrar a La Are....
A medida que Takumi decía esta última línea, detrás suyo se dibujó la sombría figura del Director, quien aclarando su garganta interrumpió el discurso y acercándose al micrófono dijo.
—Eso es todo, gracias Sr. Shizukana.
—Oh, no es nada —respondió Takumi con una sonrisa que bailaba entre lo cortés y lo burlón.
Inmediatamente Takumi bajó el escenario, el auditorio se llenó del bullicio propio de cientos de estudiantes susurrando por lo bajo las polémicas palabras del discurso del estudiante de curso superior. Claramente podía notarse la incomodidad que sufrían los miembros del Directorio de La Federación al haberse nombrado un tema como el Akogare en la ceremonia de apertura.
—Y con esto finaliza la ceremonia de apertura, les deseo buen año de estudios, pueden retirarse para cumplir con las demás actividades de orientación —finalizó la rectora, habiendo terminado de hablar, los ingresantes comenzaron a dejar sus asientos para dirigirse hacia las diferentes áreas del campus.
Mientras tanto, al final de las escaleras un joven delgado y alto, de aspecto atlético, se acercaba a Takumi con expresión seria pero con una casi imperceptible sonrisa en su rostro.
—Como siempre mi buen amigo, correcto en apariencia pero
¿Te encanta causar revuelo entre los ancianos eh?
—Y, ya me conoces Xander, al fin y al cabo no pueden tocarme jajaja —dijo Takumi vanagloriándose de su reciente acto.
El joven de pelo negro que se encontraba frente a él es Alexander Britt, hijo de Isaac Britt. Él junto con Kai Ehrlich, Kizoku Kazuo y Shizukana Satoru a la cabeza, fueron los fundadores de Industrias Casner, la empresa responsable de la fabricación y distribución masiva de la droga que concedía el Akogare. Conocidos con el peculiar título de “Generación Cero”, fueron los primeros humanos en obtener el Akogare y probarlo, y, aunque nadie lo sabe, algunos de ellos pagaron precios bastante altos por experimentar con drogas incompletas. Sus hijos, junto con la mayoría de los jóvenes de la misma edad, eran llamados la “Generación Uno” y se los consideraban el futuro de la humanidad ya que no poseían recuerdos traumáticos de la época de la “Privacidad Nula”; vistos por la sociedad como una especie de “Reinicio”.
Antes que prosiguieran su conversación, Ume se acercó por detrás de Takumi colocando las manos en sus hombros, susurrándole al oído.
—Tus bromitas luego me repercuten a mí, ¿Cuántas veces hemos hablado de esto?
Si pudiera describirse a Ume en una palabra, esa palabra es hermosa, de pies a cabeza podía notarse que era una joven realmente bella, pero, contrastando con esa delicadeza física, poseía un carácter bastante difícil de manejar.
—Wow wow, que tú te dejes regañar por mis actos no es mi culpa, vamos no te enojes —trató de excusarse Takumi —Al fin y al cabo no te dirán nada porque saben que los alumnos de cursos inferiores te admiran, no pueden tocar a su heroína.
¡Toc! Resonó la cabeza de Takumi, el cual inmediatamente llevó su mano hacia esta y comenzó a frotarla sacudiendo su cabellera rubia, a la vez que abría sus ojos azules para identificar a su agresor.
—Mmmm hueco como siempre —dijo riéndose Issoro mientras sostenía su estómago con una de sus manos y la otra tapaba levemente su boca.
—Arrrgh ¡Issoro! —respondió Takumi.
—Tengo una gran sorpresa —dijo Issoro dibujando una enorme sonrisa.
—¿Eh? Qué cosa podría ser.
—¡Taaaa-ku-miii! —la furiosa voz de Irina pudo escucharse claramente, mientras se acercaba con la determinación de darle un escarmiento a su amigo.
—¿Cómo puedes haber olvidado que llegaba hoy?, cabeza hueca, eres un distraído —reclamó Irina —Pero está bien, hace tanto que no te veo que te lo puedo perdonar —diciendo esto se lanzó dándole un gran abrazo, uno que haría sentir incómodo hasta al más sereno de los hombres.
De más está decir que tan ferviente saludo hirvió el temperamento de Ume, quien, frente a la despampanante europea, sentía un ligero recelo ya que Takumi hablaba de ésta con mucho cariño, a pesar de que físicamente no tenía nada que envidiarle.
—Te extrañé amiga, mis entrenamientos no son lo mismo sin el olor a pólvora de tus armas —confesó nostálgicamente Takumi
—Supongo que esta vez te quedarás más tiempo.
—Obviamente; hay por contar, desarrollé muchas cosas en mi tiempo de investigación con papá y estoy ansiosa por mostrárselas a todos.
—Genial, ya habrá tiempo para eso entonces —respondió Takumi entusiasmado.
—Ahh, Xander, ¡Buenos días, señor si señor! —dijo Irina refiriéndose a Alexander mientras adquiría postura firme y realizaba un saludo militar llevando su mano derecha hacia su frente, para luego estallar en la risa. —Siempre tan serio hermanito, sigues igual que siempre.
—También me alegra verte Irina... ¿engordaste? —replicó Xander haciendo que la expresión de Irina cambiara de jovial a colérica.
—Y tú te volviste más serio que de costumbre... Estos ingleses, no hay quién los entienda... —dijo Irina tratando de responder a la broma, pero sin poder lograrlo ya que su cara evidenciaba una especie de puchero.
—Claro que te extrañe tonta —aclaró cariñosamente mientras golpeaba con uno de sus dedos la frente de la alemana.
—¡Auch! Eso duele, en fin, quiero ver mi laboratorio, ¿vamos?
—Claro claro —afirmó fervientemente Takumi —Demos una vuelta por el campus todos juntos, ¿Vienes Ume?
“Como si quisiera ir con esa tonta alemana” pensó Ume — Emmm, no no, los dejo tranquilos, al fin y al cabo hace mucho que no se ven y la verdad que no me siento a gusto en presencia de ciertas personas —negó mientras lanzaba una mirada despectiva hacia Irina, que ahora se encontraba de espaldas.
Takumi frunció ligeramente el ceño y le replicó en voz baja — Ya hemos hablado de esto, Irina es como una hermana, primero no tienes por qué sentir celos, y segundo, trata de llevarte bien con ella, pues la verás muy seguido de ahora en adelante. Además, yo no hago ningún problema cuando tú tratas tan cariñosamente a los alumnos menores a tu cargo, por favor, hazlo por mí.
—Es diferente, no importa, ve.
—Está bien —con una expresión un tanto angustiada, Takumi se dio la vuelta incorporándose al grupo que se disponía a salir del auditorio.
***
Luego de recorrer el campus por unos minutos, el grupo llegó a los laboratorios de Investigación y Desarrollo adscritos a la Universidad, con el objetivo de visitar el nuevo laboratorio de Irina.
—¡¿Queeé?! —gritó Takumi al entrar al laboratorio de Irina
—Eres una recién llegada y tienes semejante laboratorio, no es justo. Xander, explícate.
—Según el comité que regula los presupuestos para los laboratorios, la investigación que Irina lleva a cabo es más redituable para la Federación que la tuya, de ahí la diferencia en espacio y equipamiento.
—Pero es totalmente injusto... mi proyecto sería un gran avance en la protección para los soldados, pero creo que sin Irina aquí eso no serviría de nada.
—Y por eso es que la Ingeniería en Materiales se volvió tan necesaria, no puedes hacer nada si no tienes buenas bases desde las que partir —planteó Irina mientras contemplaba la gran habitación llena de equipos de análisis de última generación, ya que las investigaciones que estaba realizando serían de gran utilidad en varios campos de consumo, especialmente en el militar. —Pero seguro en el tuyo tienes grandes cosas desarrolladas, ¿o no?
—Jaaa, emm si algo así —dudó Takumi.
Frente al laboratorio de Takumi, el de la alemana era una especie de suite de hotel cinco estrellas contra una habitación de un motel barato con algún que otro buen equipo comprado por él mismo.
Una vez vistas las instalaciones de Irina, se dirigieron al laboratorio de al lado, que era el de Takumi.
—Efectivamente, esto es un despreciar tu talento —se quejó Irina
—Bah, no me hago problema, lo que no puedo hacer aquí lo termino en el taller de papá, así que el lugar no me limita tanto
—dijo mientras quitaba algunos de los tantos artículos que estaban desparramados en la mesa de trabajo, hasta que encontró lo que parecía ser un guante fino, de color negro, con un brillo un tanto extraño.
—Mira, esto es lo único que he podido terminar de la exo-armadura, si no fuera por Xander que me apoya con el consejo regulador, ya no estaría trabajando aquí —dijo Takumi con un tono de frustración mientras le daba el guante a su amiga.
—Emm esto, ¿Exactamente qué hace? —preguntó Irina con tono curioso mientras señalaba el artefacto que se encontraba en su mano —Entiendo que es un guante, pero, ¿tiene alguna función en especial?, no parece muy protector.
—Claro que la tiene, disculpa, me olvido que nunca terminé de enviarte los detalles —aclaró Takumi mientras buscaba una tableta controladora en el escritorio y le ingresaba algunos datos
—Es una protección de nanopolímero que se fabrica a partir de proteínas parecidas a las que componen las células epiteliales.
—Es decir, ¿una segunda piel? —preguntó Issoro
—Emm si claro, pero con algunos extras.
—¿Tan difícil era decirlo así?, tu forma intrincada de definir las cosas me hace doler la cabeza —se quejó Issoro mientras Takumi dejaba salir una pequeña risa.
—¿Y cuáles serían esos extras? —interrogó Irina.
—Mediante patrones de impulsos eléctricos, puede tomar diferentes formas que tienen una u otra función, colócatelo así te enseño que hace.
Inmediatamente Irina acató la orden de su amigo y se colocó el guante. Este automáticamente se ajustó al tamaño de la delicada mano de la chica.
—¡Wooow! Se ajustó automáticamente, siento como si no tuviera nada puesto... —exclamó sorprendida
—Claro eso es porque se conecta a los nervios de la epidermis y transmite las sensaciones, igual puede desactivarse, bueno, pero lo que más me parece útil, es lo siguiente —mientras decía esto, Takumi comenzó a ingresar datos en la tableta haciendo que el guante comenzara a cambiar radicalmente su forma, hasta tomar la de un guante de armadura de placas.
—¡Sorprendente! —exclamó Issoro —Quiero dos jaja, yo tampoco lo había visto.
—Realmente sorprendente Takumi, nunca vi algo como esto
—dijo Irina mientras mantenía abiertos sus grandes ojos color ceniza.
—Gracias, sorprendentemente tengo al menos, por ahora, más de doce variaciones, entre armaduras anti proyectiles, contra cortes y puñaladas, trajes submarinos, entre otros —explicaba Takumi.
—Y, ¿Dónde está el resto? Sería genial probarlo, las posibilidades son infinitas —preguntó Irina
Takumi tomó aire y soltó un gran suspiro —Ese es el problema, lo único que logré desarrollar es el par de guantes, tengo los planos del resto, pero el material con el que los fabrico es muy difícil de manufacturar, y eso lo hace demasiado costoso, otro punto en contra para que el Consejo lo apruebe como avance en la investigación. Además, estoy teniendo ligeros problemas con los SPI.
—¿SPI? —preguntaron Issoro e Irina al unísono.
—Sistemas de Potenciación Individual. Se trata de sistemas que asisten al operador en ciertas tareas, no les da más fuerza y velocidad, sino que hace que sus músculos trabajen más eficientemente mediante una gestión inteligente de los impulsos nervio sos que los hacen moverse.
—Woow, impresionante, bueno, ocúpate de eso, y lo del material, me ocupo yo —dijo Irina mientras seguía inspeccionando minuciosamente el guante en su mano.
—¿Qué? ¿Es enserio?
—Claro, déjamelo a mí —asintió Irina.
—Genial, muchas gracias, de verdad lo aprecio.
—No es nada, todo sea por mi amigo.
Luego de escuchar esto en silencio, Xander interrumpió la charla y aclaró —Pero Irina, a pesar que seas mi amiga no te podré defender en el consejo si te atrasas demasiado con los demás proyectos que tienes asignados.
—Cierto que tú eres el supervisor de los laboratorios... Tranquilo Xandi, no me atrasaré, soy demasiado talentosa y testaruda para que eso llegue a pasar —decía Irina mientras le guiñaba un ojo.
—Hum, eso espero —dijo Xander manteniendo su característica expresión seria.
Issoro, que comenzaba a notar como la atmósfera se volvía tensa, dijo —Ey, chicos, que les parece si vamos a tomar algo a una cafetería que se encuentra aquí cerca?, ¿Cómo se llamaba? Ah sí, “l’amitié 6 ”.
—Me parece una muy buena idea —dijo Takumi.
—Bien, vamos entonces —respondieron todos simultáneamente mientras se dirigían a la salida del laboratorio.
***
Una vez en la cafetería buscaron una mesa en la que pudieran sentarse a gusto los cinco, y llamaron al mozo para realizar su pedido.
—¿Qué van a ordenar? —preguntó cortésmente el mozo.
—Yo un batido de fresa y un pastel de arándano, por favor — dijo Irina mientras retiraba los lentes de su rostro y se disponía a limpiarlos con esmero.
—Yo un café negro —ordenó Xander.
—Yo igual, pero con un sándwich de carne —dijo Issoro.
—Mmmm yo quiero un batido de naranja y durazno, con masas saladas —pidió Takumi con un tono bastante aniñado.
—¡Jo! Veo que no te limitas compañero —se burló Issoro.
—Jajaj, ¿y tú? Comiendo carne a estas horas de la mañana, luego no almorzarás nada, tonto —replicó Takumi.
—Oigan oigan chicos, no se traten así —intercedió Irina.
—Tranquila Iri, siempre se molestan así —aclaró Xander mientras levantaba su mano como en señal de alto —Ustedes, dejen de comportarse como niños pequeños.
—Está bien, está bien —dijo Takumi —Acabo de acordarme de algo, denme un segundo ya vuelvo —mientras terminaba de decir esto se levantó de su silla y salió un momento de la cafetería, donde lo esperaba Ume.
—De nuevo esa molesta —refunfuño Irina —Odio como lo trata, Takumi es un chico un tanto revoltoso, pero es lo más bueno que puedes encontrar, odio a la gente que es así de idiota — mientras decía esto, podía notarse cómo Ume le reprochaba algo al rubio estudiante.
—Ya le intenté decir que la dejara, que no se merece ese trato, pero bueno, al fin y al cabo es su decisión, no podemos hacer más que respetarla —aclaró Issoro un tanto resignado mientras cruzaba los brazos.
—O tal vez si podemos hacer algo... —dijo en voz baja Irina mientras dejaba salir una sonrisa maliciosa.
—No intervengas Irina, sólo empeorarás las cosas —dijo Xander en tono de reprimenda.
—Hum, no dejan que me divierta.
A todo esto, Takumi parecía haber calmado a su novia y ambos se dirigían hacia la mesa en la que se encontraban los demás.
—Chicos, ¿no les importa que nos acompañe Ume un momento? —preguntó Takumi.
Y justo en el momento que Irina estaba por hablar, Xander la interrumpió con un suave toque en el brazo.
—Claro que no, es tu novia después de todo, ahora llamo al mozo para que tome su orden.
—Bien, gracias —asintió Takumi mientras le retiraba la silla a Ume para que se sentara, luego se colocó al lado de la muchacha quedando con Irina al frente.
—¿Vieron? El torneo de este año se adelantará unas semanas
—comentó Issoro tratando crear interacción en la mesa.
—¿Ah sí? ¿Dónde viste eso? —preguntó curiosa Irina.
—En LBO News, siempre tienen las últimas noticias sobre todo lo relacionado con los torneos.
—Eso quiere decir que... Xander, ¿ya lo sabías verdad? —interrogó la alemana a su amigo el cuál se encontraba a su lado.
—En efecto, en dos semanas comienzan los duelos del Top 5 y la repetición de la final del año pasado. Yo lucho un viernes, si mal no recuerdo. No les dije nada porque tuve instrucciones estrictas acerca de divulgar la fecha de los duelos —aclaró el inglés.
—¡Buenísimo!, será provechoso saber cuáles de los grandes cinco estarán en el torneo de este año. Como artillera de mediana y larga distancia tengo que preparar muy bien mis estrategias, un mínimo error y puede costarme caro —dijo Irina mientras comía un poco de su pastel de arándano.
—Claro, es cierto, un error de cálculo y puedes acabar muy mal Iri —dijo exaltado Issoro como si recién descubriera algo que siempre estuvo en frente de él —Por suerte yo no tengo ese problema, mi habilidad y mi fuerza actual pueden contra cualquier adversario.
—No seas tan arrogante Issoro —exclamó Irina —Ese exceso de confianza te jugará una mala pasada.
—No es que lo esté defendiendo —dijo Takumi sumándose al debate —Pero su estado actual es bastante prometedor, si en algún momento tuviera una dificultad, supongo que sería ante un Tipo D de una gran capacidad ofensiva en cuestiones de evasión y velocidad, un Tipo A, N o S no tienen ninguna oportu.....
—¡Ya basta! —interrumpió Ume exasperada —Hablan tan relajadamente de un evento que en mi opinión me parece una total barbarie, en los torneos de la LBO se meten al Akogare a matarse como animales, las épocas de guerra pasaron hace ya muchos años, ¡por favor! cinco años han pasado desde que se cumplió el centenario de la finalización de la segunda guerra mundial, deberían dejarle las luchas a la división militar de La Federación y comportarse de forma un poco más civilizada acorde a la época en la que vivimos —al terminar la frase ya se hallaba de pie con sus manos apoyadas en la mesa.
—Oye Ume, espera un poco, ¿qué sucede, sólo estamos... — trató de tranquilizarla Takumi, pero volvió a ser interrumpido.
—¿Ahora me dirás que te entienda?, no puedo comprender algo tan tonto como eso —replicó Ume con mirada de reproche hacia Takumi.
—Paula era mucho más comprensiva en mi opinión —dijo Irina en voz baja, pero con el volumen suficiente para que la rabiosa chica de pelo caoba pudiera escucharla.
Sin emitir palabra, Ume lanzó una mirada de interrogación a Takumi y se dio media vuelta dirigiéndose a la salida del local, para sorpresa de todos, su novio no la siguió, solo se quedó mirando cómo se alejaba.
—Ahhrg, ya se le pasará, ya me estoy cansando... —rezongó Takumi —¿Y justo ahora tenías que hablar de alguna de mis ex parejas Irina?
—Lo siento lo siento, no fue mi intención, igual no puedes negar las épocas en las que eras popular entre las chicas —dijo con una mirada sugestivamente insinuadora mientras le guiñaba el ojo.
—Jajaja es cierto —rió Takumi —Aunque no fui tan popular tampoco.
—Emmm, ¿Qué acaba de suceder? —preguntó Issoro —No entiendo nada, ¿Por qué miss “Todos los novatos me admiran y soy la mejor de la Tierra” salió con ese humor?
—No tiene importancia —replicó Xander.
—Bueno, la cuestión es que tengo que pelear en los duelos del Top 5, una semana luego de que Xander tenga su pelea, espero que estén allí para apoyarme chicos.
—Claro que sí hermano —afirmó Takumi —¡Oh! Lo olvidé, tengo clase de Kendo7 en media hora y luego debo ir a ver mi nuevo departamento.
—Ve ve, yo me quedo aquí poniéndome al día con los demás
—dijo Irina con tono despreocupado.
—Ah, por cierto, para estrenar mi nueva casa, ¿Por qué no van todos y vemos el primer duelo?, para rememorar viejos tiempos.
—Me parece una excelente idea —dijo Issoro levantando su pulgar.
—Genial; bueno chicos, me voy, me alegro que hayas vuelto Irina.
—Igualmente, suerte —dijo Irina mientras contemplaba la figura de Takumi desaparecer a través de la vidriera de la cafetería, luego preguntó colocando su mano en el pómulo derecho —¿Es un chico realmente ocupado no?
—Y aún no has visto nada —dijeron Issoro y Xander al unísono.
Un enfrentamiento inesperado
Martes 22 de marzo de 2050 18:30Hs. Universidad de la Federación.
—... y con esto finaliza la clase de hoy, si tienen alguna consulta, pueden solicitar mi asistencia a través de las terminales de la biblioteca —finalizó el profesor mientras recogía sus cosas a la vez que el alboroto de los estudiantes que se disponían a salir del salón de clase llenaba el ambiente.
Takumi resaltaba entre la multitud, ya que, algo apurado, sorteaba a los demás alumnos caminando a paso ligero.
—¡Iván!, tanto tiempo, ¿qué haces aquí? —dijo sorprendido al salir del salón y toparse con una figura conocida.
—¡Takumi!, al fin te encuentro, tu padre me envió a buscarte, ¿Ya estás listo? —dijo el joven educadamente mientras colocaba los brazos en su costado, manteniendo una distancia que típicamente se tendría hacia una persona mayor o un superior en rango.
—Vamos Iván, no hace falta que seas tan formal, sabes que conmigo no tienes que comportarte así —exclamó Takumi mientras le daba unas palmadas en el hombro —Aún tengo que buscar unos planos que dibuje en un papel en mi laboratorio, ¿vamos?
—¿Ah? ¿Diseñando en algo tan anticuado como el papel?, supongo que es típico de ti, en fin, apresurémonos, de otro modo el jefe Satoru se dedicará a otros asuntos —aclaró el joven de pelo castaño mientras se daba la vuelta para dirigirse hacia la puerta de salida del edificio.
Iván Ranney es un joven de veinticinco años, que trabaja como ayudante en los laboratorios y talleres de Casner Industries como investigador médico, su nacionalidad es desconocida, ya que llegó al país como un refugiado de la guerra contra Estados Unidos, pero eso no impidió que se formara bajo la tutela de Casner Industries, perteneciendo a la misma casi como un hijo de los directores.
Su complexión media y delgada, junto con el atuendo típico de un médico vestimenta daba la impresión de una persona poco activa físicamente, pero contrastando con este aspecto poco atlético, es el compañero de entrenamiento de Takumi, con la diferencia de que emplea una esgrima proveniente de la Europa Medieval.
Acompañando la caída del sol en el horizonte, ambos muchachos caminaban tranquilamente hacia el establecimiento donde se encuentran los laboratorios, mientras sus sombras comenzaban a desaparecer en el atardecer.
—¿Cómo están sus cosas? —preguntó Iván con intención de romper el silencio que se había gestado entre ambos mientras acomodaba el bolso que colgaba de su hombro.
—Emm, bien, ¿supongo? —dijo dubitativamente Takumi, mientras colocaba la mano derecha en su nuca.
—Ese “bien” no me convence, su lenguaje corporal dice lo contrario.
—Jajaja, esas son cosas que no deberías hacer notar, Iván — reprendió quejumbroso Takumi —Muchas personas pueden tomarlo como una falta de educación, debes leer a las personas, pero sin que éstas se den cuenta. De esa forma sabrás cómo se sienten y reaccionarás en consecuencia, pero discretamente — aclaró cambiando su tono despreocupado por uno serio.
—Lo siento, lo siento, aún me cuesta estar en contacto con las personas, no salgo demasiado —se disculpó tímidamente.
—No hay problema, mejor que te equivoques conmigo.
—¿Tan malo sería, equivocarse... con la señorita Ehrlich por ejemplo?
—¿Ah? ¿Irina? —preguntó Takumi con curiosidad.
—Sí, es que la señorita Ehrlich siempre tiene un lenguaje corporal muy difícil de leer, a veces tengo miedo de cometer un error interpretándola —dijo Iván mientras llevaba la mano a su nuca mostrando un claro nerviosismo hacia el tema.
Takumi hizo un gesto con la mano como si le restara importancia al tema.
—Irina es una chica simple, aunque su actitud hacia afuera la hacer parecer complicada, ¿Por qué lo preguntas?
—Em, ¡Nada, por nada!, apresurémonos —dijo Iván mientras, sonrojado, agachaba la cabeza y aceleraba el paso.
Una vez que llegaron a su destino, Takumi escaneó los planos dibujados, los transfirió a su teléfono y cargó unas cuantas piezas en su mochila.
—¿Lo ayudo con eso señor? —preguntó Iván mientras le extendía la mano para tomar la mochila.
—Que no me llames señor —dijo molesto Takumi —Te he dicho que somos amigos Iván, ni papá te exige ese tipo de trato.
—Lo siento —se disculpó Iván.
—Está bien —dijo mientras lo tranquilizaba golpeando suavemente su hombro con el puño.
Mientras tomaban el resto de las cosas la figura de Alexander apareció a través del umbral de la puerta.
—Hablando del Diablo —les dijo el muchacho de pelo negro mientras colocaba la mano en su mentón.
—¡Xander!, ¿cómo estás? Casualmente estaba por ir a buscarte para cerrar —exclamó Takumi.
—Buenas noches señor Britt —saludó Iván.
—Buenas noches señor Ranney —dijo Xander en tono formal
—Al parecer llegue justo a tiempo, ¿van hacia Casner?
—Sí, tengo que trabajar en unos detalles con el viejo.
—Muy bien, entonces voy con ustedes.
Dicho esto, Takumi revisó una lista de cosas, y, habiéndola cotejado con el contenido de su bolso, los tres se dispusieron a cerrar el laboratorio.
Luego de cerrar también la oficina de Alexander y chequear que nadie más estuviera en alguno de los laboratorios, tomaron rumbo hacia la salida al estacionamiento por un oscuro y remoto pasillo, que rara vez era utilizado.
—¿Qué es este camino? —preguntó Iván algo temeroso, mientras miraba en la penumbra hacia todas direcciones.
—Es parte de unas instalaciones obsoletas del edificio, por aquí no hay más que equipo de investigación pasado de moda y algunos salones de clase vacíos, pero la salida es directa hacia donde están los coches —explicó Xander.
—No te asustes Iván, no hay nadie por aquí —pero antes de que pudiera terminar la frase la mano de Xander lo interrumpió.
—Shh, ¿Escucharon eso? —preguntó mientras acomodaba su cabeza, como si intentara oír mejor un sonido de poca intensidad.
Los otros dos muchachos hicieron silencio, esperaron unos segundos y efectivamente notaron algo fuera de lo común. Débiles sollozos que parecían ser de una mujer podían escucharse a lo lejos, proviniendo de un pasillo anexo, a unos veinte metros de donde se encontraban los muchachos.
—Por favor déjenme ir —el sonido de una voz femenina llegó con algo más de fuerza esta vez a los oídos de Takumi.
—¡Jajaja! —río una voz masculina —¿Por qué lloras? Solo vamos a divertirnos.
Habiendo escuchado esto, Takumi lanzó una mirada a Xander, el cuál en un instante leyó sus intenciones, asintiendo levemente.
—Estem, v-vamos a hacer algo ¿no? —preguntó Iván.
—Por supuesto que vamos a hacer —afirmó Takumi.
Diciendo esto comenzaron a correr hacia el origen de los llantos.
Al llegar al final del pasillo, pudieron confirmar sus sospechas. Tres chicos aparentemente de años superiores, tenían arrinconada a una joven en la esquina de un corto pasillo sin salida que daba a la entrada de dos aulas.
“Escorias, cómo se atreven...” pensó Takumi e inmediatamente gritó —¡Oigan, ustedes, ¿qué están haciendo?!
Inmediatamente la perversa sonrisa dibujada en el rosto de los tres agresores se esfumó, luego voltearon hacia donde se encontraban los chicos.
—Nada de tu incumbencia, esfúmate —dijo con desdén el que se encontraba en medio de los tres.
—Dejen a esa chica en paz —ordenó dubitativamente Iván.
Al escuchar la dudosa orden, los tres desconocidos rieron fuertemente.
—¿No se dan cuenta cómo esta vestida? Está pidiendo a gritos que le pongan una mano encima —se justificó, los otros dos no decían palabra alguna y tapaban sus bocas como si contuviesen la risa.
Luego de estúpido comentario, Takumi y los demás pusieron atención a la chica que se encontraba fuertemente reducida por uno de los agresores, el cual la tomaba por los brazos y la presionaba contra la pared, restringiendo casi por completo sus movimientos. Probablemente se encontraba en una especie de estado de shock por la terrible situación que estaba sufriendo.
Su vestimenta se componía de una falda que le llegaba un poco por encima de la mitad de su muslo y unas medias que cubrían casi todo lo que quedaba expuesto de su pierna, acompañado de un saco color claro y una camisa blanca, nada fuera de la vestimenta usual que las chicas inscriptas en la Universidad llevaran.
Aún inclusive si llevara ropa provocativa, esta clase de comportamiento hacia el sexo femenino no era algo que Takumi dejaría pasar.
—¡Tch! —chasqueó la lengua el joven —¡Idiotas! como creen que una chica insinuaría eso, si realmente lo quisiera lo estaría pidiendo ella misma, no vengan con excusas, ¡Déjenla ahora! —la ira en las palabras de Takumi acompañaban a la colérica expresión dibujada en su cara.
—Esto es una clara infracción a las normas de comportamiento, déjenla y no tendrán consecuencias graves —sentenció Xander con tono severo.
—¡Ja! —rió el líder como si escupiera la carcajada, inmediatamente después adoptó una agresiva expresión —Y si nos negamos, ¿qué nos harán?
—Nos veremos obligados a forzar su liberación —informó Xander.