¡Alégrense las naciones! - John Piper - E-Book

¡Alégrense las naciones! E-Book

John Piper

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Beschreibung

Esta extraordinaria y conocida obra de John Piper utilizada masivamente como libro de texto de misiones en Seminarios e Institutos Bíblicos, y de la que se han vendido ya hasta la fecha cerda de 200.000 ejemplares, se basa en textos bíblicos claves para demostrar que el fin último y primordial de la iglesia es la adoración y una adoración apropiada impulsa la acción misionera. Piper hace una defensa bíblica de la supremacía de Dios en todas las cosas, y proporciona a los lectores una base teológica sólida para las misiones. Examina y debate si Jesús es el único camino a de salvación y plantea una súplica apasionada a una labor misionera cristocéntrica, buscando definir y presentir con claridad tanto el alcance de la tarea como los medios para llevarla a cabo y llegar a "todas las naciones." Un libro clave es cuya lectura resulta indispensable a todos aquello que de algún modo participan o se preparan para trabajar en la obra misionera, ya sea directa o indirectamente. Y además ofrece una visión fresca del tema de las misiones tanto a los jóvenes que sienten el llamado a dedicarse, como a los que se ven en la necesidad de aconsejarles: pastores, posesores, consejeros, y líderes juveniles.

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¡Alégrense las naciones!

La Supremacía de Dios en las misiones

John Piper

Editorial CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

Internet: http://www.clie.es

¡ALÉGRENSE LAS NACIONES!

La Supremacía de Dios en las misiones

John Piper

Publicado originalmente en inglés con el título Let The Nations Be Glad

Copyright © 1993, 2003 by Desiring God Fundation. All rights reserved

© 2007 por Editorial Clie para esta edición en castellano

Todos los derechos reservados

Director de la colección: Dr. Matt Williams

Traducción:

Dorcas González Bataller

Equipo editorial (revisión y corrección):

Anabel Fernández Ortiz

Dorcas González Bataller

Diseño de cubiertas: Ismael López Medel

ISBN: 978-84-8267-514-5

eISBN: 978-8-4826-7663-0

Clasifíquese: 510 IGLECRECIMIENTO: Misiones

C.T.C. 01-06-0510-15

COLECCIÓN TEOLÓGICA CONTEMPORÁNEALibros Publicados

Estudios bíblicos

Michael J. Wilkins & J.P. Moreland (editores), Jesús bajo sospecha

F.F. Bruce, Comentario de la Epístola a los Gálatas

Peter H. Davids, La Primera Epístola de Pedro

Gordon Fee, Comentario de la Epístola a los Filipenses

Murray J. Harris, 3 preguntas clave sobre Jesús

Leon Morris, El Evangelio de Juan, 2 volúmenes

Robert H. Mounce, Comentario al Libro del Apocalipsis

Robert H. Stein, Jesús, el Mesías: Un estudio de la vida de Cristo

Estudios teológicos

Richard Bauckham, Dios Crucificado: Monoteísmo y Cristología en el Nuevo Testamento

G.E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento

Leon Morris, Jesús es el Cristo: Estudios sobre la teología joánica

N.T. Wright, El verdadero pensamiento de Pablo

Clark H. Pinnock, Revelación bíblica: el fundamento de la teología cristiana

Estudios ministeriales

Bonnidell Clouse & Robert G. Clouse, eds., Mujeres en el ministerio. Cuatro puntos de vista

Michael Green & Alister McGrath, ¿Cómo llegar a ellos? Defendamos y comuniquemos la fe cristiana a los no creyentes

Wayne. A. Grudem, ed., ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista

J. Matthew Pinson, ed., La Seguridad de la Salvación. Cuatro puntos de vista

John Piper, ¡Alégrense las Naciones!: La Supremacía de Dios en las Misiones

Dallas Willard, Renueva tu Corazón: Sé como Cristo

Gregory J. Ogden, Discipulado que transforma: el modelo de Jesús

Gregory J. Ogden, Manual del discipulado: creciendo y ayudando a otros a crecer

Índice

Presentación de la Colección Teológica Contemporánea

Prefacio

Agradecimientos

Parte 1La Supremacía de Dios en las misiones: El propósito, el poder y el precio

1La Supremacía de Dios en las misiones a través de la adoración

2La Supremacía de Dios en las misiones a través de la oración

3La Supremacía de Dios en las misiones a través del sufrimiento

Parte 2La Supremacía de Dios en las misiones: La necesidad y la naturaleza de la tarea

1La Supremacía de Cristo como el centro explícito de la fe que salva

2La Supremacía de Dios en medio de “todas las naciones”

Parte 3La Supremacía de Dios en las misiones: El resultado práctico de la compasión y la adoración

1La pasión por la Supremacía de Dios y la compasión por el alma del hombre: Jonathan Edwards y su concepto de ambas

2Adoración: sencillez interior y libertad de expresión

Conclusión

Epílogo de Tom Steller: La Supremacía de Dios al ir o al enviar a otros

Bibliografía

Recursos: Desiring God

Presentación de laColección Teológica Contemporánea

Cualquier estudiante de la Biblia sabe que hoy en día la literatura cristiana evangélica en lengua castellana aún tiene muchos huecos que cubrir. En consecuencia, los creyentes españoles muchas veces no cuentan con las herramientas necesarias para tratar el texto bíblico, para conocer el contexto teológico de la Biblia, y para reflexionar sobre cómo aplicar todo lo anterior en el transcurrir de la vida cristiana.

Esta convicción fue el principio de un sueño: la “Colección Teológica Contemporánea.” Necesitamos más y mejores libros para formar a nuestros estudiantes y pastores para su ministerio. Y no solo en el campo bíblico y teológico, sino también en el práctico - si es que se puede distinguir entre lo teológico y lo práctico -, pues nuestra experiencia nos dice que por práctica que sea una teología, no aportará ningún beneficio a la Iglesia si no es una teología correcta.

Sería magnífico contar con el tiempo y los expertos necesarios para escribir libros sobre las áreas que aún faltan por cubrir. Pero como éste no es un proyecto viable por el momento, hemos decidido traducir una serie de libros escritos originalmente en inglés.

Queremos destacar que además de trabajar en la traducción de estos libros, en muchos de ellos hemos añadido preguntas de estudio al final de cada capítulo para ayudar a que tanto alumnos como profesores de seminarios bíblicos, como el público en general, descubran cuáles son las enseñanzas básicas, puedan estudiar de manera más profunda, y puedan reflexionar de forma actual y relevante sobre las aplicaciones de los temas tratados. También hemos añadido en la mayoría de los libros una bibliografía en castellano, para facilitar la tarea de un estudio más profundo del tema en cuestión.

En esta “Colección Teológica Contemporánea,” el lector encontrará una variedad de autores y tradiciones evangélicos de reconocida trayectoria.

Algunos de ellos ya son conocidos en el mundo de habla hispana (como F.F. Bruce, G.E. Ladd y L.L. Morris). Otros no tanto, ya que aún no han sido traducidos a nuestra lengua (como N.T. Wright y R. Bauckham); no obstante, son mundialmente conocidos por su experiencia y conocimiento.

Todos los autores elegidos son de una seriedad rigurosa y tratan los diferentes temas de forma profunda y comprometida. Así, todos los libros son el reflejo de los objetivos que esta colección se ha propuesto:

Traducir y publicar buena literatura evangélica para pastores, profesores y estudiantes de la Biblia.

Publicar libros especializados en las áreas donde hay una mayor escasez.

La “Colección Teológica Contemporánea” es una serie de estudios bíblicos y teológicos dirigida a pastores, líderes de iglesia, profesores y estudiantes de seminarios e institutos bíblicos, y creyentes en general, interesados en el estudio serio de la Biblia. La colección se dividirá en tres áreas:

Estudios bíblicos

Estudios teológicos

Estudios ministeriales

Esperamos que estos libros sean una aportación muy positiva para el mundo de habla hispana, tal como lo han sido para el mundo anglófono y que, como consecuencia, los cristianos – bien formados en Biblia y en Teología – impactemos al mundo con el fin de que Dios, y solo Dios, reciba toda la gloria.

Queremos expresar nuestro agradecimiento a los que han hecho que esta colección sea una realidad, a través de sus donativos y oraciones. “Tu Padre... te recompensará”.

Dr. MATTHEW C. WILLIAMS

Editor de la Colección Teológica Contemporánea

Profesor en IBSTE (Barcelona) y Talbot School of Theology (Los Angeles, CA., EEUU)

Lista de títulos

A continuación presentamos los títulos de los libros que publicaremos, DM, en los próximos tres años, y la temática de las publicaciones donde queda pendiente asignar un libro de texto. Es posible que haya algún cambio, según las obras que publiquen otras editoriales, y según también las necesidades de los pastores y de los estudiantes de la Biblia. Pero el lector puede estar seguro de que vamos a continuar en esta línea, interesándonos por libros evangélicos serios y de peso.

Estudios bíblicos

Nuevo Testamento

D.A. Carson, Douglas J. Moo, Leon Morris, Una introducción al Nuevo Testamento [An Introduction to the New Testament, rev. ed., Grand Rapids, Zondervan, 2005]. Se trata de un libro de texto imprescindible para los estudiantes de la Biblia, que recoge el trasfondo, la historia, la canonicidad, la autoría, la estructura literaria y la fecha de todos los libros del Nuevo Testamento. También incluye un bosquejo de todos los documentos neotestamentarios, junto con su contribución teológica al Canon de las Escrituras. Gracias a ello, el lector podrá entender e interpretar los libros del Nuevo Testamento a partir de una acertada contextualización histórica.

Jesús

Murray J. Harris, 3 preguntas clave sobre Jesús [Three Crucial Questions about Jesus, Grand Rapids: Baker, 1994]. ¿Existió Jesús? ¿Resucitó Jesús de los muertos? ¿Es Jesús Dios? Jesús es uno de los personajes más intrigantes de la Historia. Pero, ¿es verdad lo que se dice de Él? 3 preguntas clave sobre Jesús se adentra en las evidencias históricas y bíblicas que prueban que la fe cristiana auténtica no es un invento ni una locura. Jesús no es un invento, ni fue un loco. ¡Descubre su verdadera identidad!

Robert H. Stein, Jesús, el Mesías: Un estudio de la vida de Cristo [Jesus the Messiah: A Survey of the Life of Christ, Downers Grove, IL; Leicester, England: InterVarsity Press, 1996]. Hoy en día hay muchos escritores que están adaptando el personaje y la historia de Jesús a las demandas de la era en la que vivimos. Este libro establece un diálogo con esos escritores, presentando al Jesús bíblico. Además, nos ofrece un estudio tanto de las enseñanzas como de los acontecimientos importantes de la vida de Jesús.

Stein enseña Nuevo Testamento en Bethel Theological Seminary, St. Paul, Minnesota, EE.UU. Es autor de varios libros sobre Jesús, y ha tratado el tema de las parábolas y el problema sinóptico, entre otros.

Michael J. Wilkins & J.P. Moreland (editores), Jesús bajo sospecha, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 4, 2003. Una defensa de la historicidad de Jesús, realizada por una serie de expertos evangélios en respuesta a “El Seminario de Jesús,” un grupo que declara que el Nuevo Testamento no es fiable y que Jesús fue tan solo un ser humano normal.

Juan

Leon Morris, El Evangelio según San Juan [Commentary on John, 2nd edition, New International Commentary on the New Testament; Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishers, 1995]. Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.

Romanos

Douglas J. Moo, Comentario de la Epístola a los Romanos [Commentary on Romans, New International Commentary on the New Testament; Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishers, 1996]. Moo es profesor de Nuevo Testamento en Wheaton College. Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.

Gálatas

F.F. Bruce, Comentario de la Epístola a los Gálatas, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 7, 2004.

Filipenses

Gordon Fee, Comentario de la Epístola a los Filipenses [Commentary on Philippians, New International Commentary on the New Testament; Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishers, 1995]. Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y reco mendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto.

Pastorales

Gordon Fee, Comentario de las Epístolas a 1ª y 2ª Timoteo, y Tito. El comentario de Fee sobre 1ª y 2ª a Timoteo y sobre Tito está escrito de una forma accesible, pero a la vez profunda, pensando tanto en pastores y estudiantes de seminario como en un público más general. Empieza con un capítulo introductorio que trata las cuestiones de la autoría, el contexto y los temas de las epístolas, y luego ya se adentra en el comentario propiamente dicho, que incluye notas a pie de página para profundizar en los detalles textuales que necesitan mayor explicación.

Primera de Pedro

Peter H. Davids, La Primera Epístola de Pedro, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 10, 2004. Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto. Davids enseña Nuevo Testamento en Regent College, Vancouver, Canadá.

Apocalipsis

Robert H. Mounce, Comentario al Libro de Apocalipsis [The Book of Revelation, rev. ed., New International Commentary on the New Testament; Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishers, 1998]. Los comentarios de esta serie, New International Commentary on the New Testament, están considerados en el mundo anglófono como unos de los comentarios más serios y recomendables. Analizan el texto de forma detallada, deteniéndose a considerar temas contextuales y exegéticos, y el sentido general del texto. Mounce es presidente emérito de Whitworth College, Spokane, Washington, EE.UU., y en la actualidad es pastor de Christ Community Church en Walnut Creek, California.

Estudios teológicos

Cristología

Richard Bauckham, Dios Crucificado: Monoteísmo y Cristología en el Nuevo Testamento, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 6, 2003. Bauckham, profesor de Nuevo Testamento en St. Mary’s College de la Universidad de St. Andrews, Escocia, conocido por sus estudios sobre el contexto de los Hechos, por su exégesis del Apocalipsis, de 2ª de Pedro y de Santiago, explica en esta obra la información contextual necesaria para comprender la cosmovisión monoteísta judía, demostrando que la idea de Jesús como Dios era perfectamente reconciliable con tal visión.

Teología del Nuevo Testamento

G.E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 2, 2002. Ladd era profesor de Nuevo Testamento y Teología en Fuller Theological Seminary (EE.UU.); es conocido en el mundo de habla hispana por sus libros Creo en la resurrección de Jesús, Crítica del Nuevo Testamento, Evangelio del Reino y Apocalipsis de Juan: Un comentario. Presenta en esta obra una teología completa y erudita de todo el Nuevo Testamento.

Teología joánica

Leon Morris, Jesús es el Cristo: Estudios sobre la teología joánica, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 5, 2003. Morris es muy conocido por los muchos comentarios que ha escrito, pero sobre todo por el comentario de Juan de la serie New International Commentary of the New Testament. Morris también es el autor de Creo en la Revelación, Las cartas a los Tesalonicenses, El Apocalipsis, ¿Por qué murió Jesús?, y El salario del pecado.

Teología paulina

N.T. Wright, El verdadero pensamiento de Pablo, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 1, 2002. Una respuesta a aquellos que dicen que Pablo comenzó una religión diferente a la de Jesús. Se trata de una excelente introducción a la teología paulina y a la “nueva perspectiva” del estudio paulino, que propone que Pablo luchó contra el exclusivismo judío y no tanto contra el legalismo.

Teología Sistemática

Millard Erickson, Teología sistemática [Christian Theology, 2nd edition, Grand Rapids: Baker, 1998]. Durante quince años esta teología sistemática de Millard Erickson ha sido utilizada en muchos lugares como una introducción muy completa. Ahora se ha revisado este clásico teniendo en cuenta los cambios teológicos, igual que los muchos cambios intelectuales, políticos, económicos y sociales.

Teología Sistemática: Revelación/Inspiración

Clark H. Pinnock, Revelación bíblica: el fundamento de la teología cristiana, Prefacio de J.I. Packer, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 8, 2004. Aunque conocemos los cambios teológicos de Pinnock en estos últimos años, este libro, de una etapa anterior, es una defensa evangélica de la infalibilidad y veracidad de las Escrituras.

Estudios ministeriales

Apologética/Evangelización

Michael Green & Alister McGrath, ¿Cómo llegar a ellos? Defendamos y comuniquemos la fe cristiana a los no creyentes, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 3, 2003. Esta obra explora la Evangelización y la Apologética en el mundo postmoderno en el que nos ha tocado vivir, escrito por expertos en Evangelización y Teología.

Discipulado

Gregory J. Ogden, Discipulado que transforma: el modelo de Jesús [Transforming Discipleship: Making Disciples a Few at a Time, Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2003]. Si en nuestra iglesia no hay crecimiento, quizá no sea porque no nos preocupemos de las personas nuevas, sino porque no estamos discipulando a nuestros miembros de forma eficaz. Muchas veces nuestras iglesias no tienen un plan coherente de discipulado y los líderes creen que les faltan los recursos para animar a sus miembros a ser verdaderos seguidores de Cristo. Greg Ogden habla de la necesidad del discipulado en las iglesias locales y recupera el modelo de Jesús: lograr un cambio de vida invirtiendo en la madurez de grupos pequeños para poder llegar a todos. La forma en la que Ogden trata este tema es bíblica, práctica e increíblemente eficaz; ya se ha usado con mucho éxito en cientos de iglesias.

Gregory J. Ogden, Manual del discipulado: creciendo y ayudando a otros a crecer. Cuando Jesús discipuló a sus seguidores lo hizo compartiendo su vida con ellos. Este manual es una herramienta diseñada para ayudarte a seguir el modelo de Jesús. Te ayudará a profundizar en la fe cristiana y la de los otros creyentes que se unan a ti en este peregrinaje hacia la madurez en Cristo. Jesús tuvo la suficiente visión como para empezar por lo básico. Se limitó a discipular a unos pocos, pero eso no limitó el alcance de sus enseñanzas. El Manual del discipulado está diseñado para ayudarte a influir en otros de la forma en que Jesús lo hizo: invirtiendo en unos pocos.

Dones/Pneumatología

Wayne. A. Grudem, ed., ¿Son vigentes los dones milagrosos? Cuatro puntos de vista, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 9, 2004. Este libro pertenece a una serie que se dedica a exponer las diferentes posiciones que hay sobre diversos temas. Esta obra nos ofrece los argumentos de la perspectiva cesacionista, abierta pero cautelosa, la de la Tercera Ola, y la del movimiento carismático; cada una de ellas acompañadas de los comentarios y la crítica de las perspectivas opuestas.

Hermenéutica/Interpretación

J. Scott Duvall & J. Daniel Hays, Entendiendo la Palabra de Dios [Grasping God’s Word, rev. ed., Grand Rapids: Zondervan, 2005]. ¿Cómo leer la Biblia? ¿Cómo interpretarla? ¿Cómo aplicarla? Este libro salva las distancias entre los acercamientos que son demasiado simples y los que son demasiado técnicos. Empieza recogiendo los principios generales de interpretación y, luego, aplica esos principios a los diferentes géneros y contextos para que el lector pueda entender el texto bíblico y aplicarlo a su situación.

La Homosexualidad

Thomas E. Schmidt, La homosexualidad: compasión y claridad en el debate. Escribiendo desde una perspectiva cristiana evangélica y con una profunda empatía, Schmidt trata el debate actual sobre la homosexualidad: La definición bíblica de la homosexualidad; Lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad; ¿Se puede nacer con orientación homosexual?; Las recientes reconstrucciones pro-gay de la Historia y de la Biblia; Los efectos sobre la salud del comportamiento homosexual. Debido a toda la investigación que el autor ha realizado y a todos los argumentos que presenta, este libro es la respuesta cristiana actual más convincente y completa que existe en cuanto al tema de la homosexualidad.

Misiones

John Piper, ¡Alégrense las naciones!: La Supremacía de Dios en las misiones. Usando textos del Antiguo y del Nuevo Testamento, Piper demuestra que la adoración es el fin último de la Iglesia, y que una adoración correcta nos lleva a la acción misionera. Según él, la oración es el combustible de la obra misionera porque se centra en una relación con Dios y no tanto en las necesidades del mundo. También habla del sufrimiento que se ha de pagar en el mundo de las misiones. No se olvida de tratar el debate sobre si Jesús es el único camino a la Salvación.

Mujeres en la Iglesia

Bonnidell Clouse & Robert G. Clouse, eds., Mujeres en el ministerio. Cuatro puntos de vista [Women in Ministry: Four Views, Downers Grove: IVP, 1989]. Este libro pertenece a una serie que se dedica a exponer las diferentes posiciones que hay sobre diversos temas. Esta obra nos ofrece los argumentos de la perspectiva tradicionalista, la que aboga en pro del liderazgo masculino, en pro del ministerio plural, y la de la aproximación igualitaria; todas ellas acompañadas de los comentarios y la crítica de las perspectivas opuestas.

Predicación

Bill Hybels, Stuart Briscoe, Haddon Robinson, Predicando a personas del s. XXI [Mastering Contemporary Preaching, Multnomah Publications, 1990]. Éste es un libro muy útil para cualquier persona con ministerio. Su lectura le ayudará a entender el hecho en sí de la predicación, las tentaciones a las que el predicador se tiene que enfrentar, y cómo resistirlas. Le ayudará a conocer mejor a las personas para quienes predica semana tras semana, y a ver cuáles son sus necesidades. Este libro está escrito en lenguaje claro y cita ejemplos reales de las experiencias de estos tres grandes predicadores: Bill Hybels es pastor de Willow Creek Community Church, Stuart Briscoe es pastor de Elmbrook Church, y Haddon Robinson es presidente del Denver Seminary y autor de La predicación bíblica.

Soteriología

J. Matthew Pinson, ed., La Seguridad de la Salvación. Cuatro puntos de vista [Four Views on Eternal Security, Grand Rapids: Zondervan, 2002]. ¿Puede alguien perder la salvación? ¿Cómo presentan las Escrituras la compleja interacción entre la Gracia y el Libre albedrío? Este libro pertenece a una serie que se dedica a exponer las diferentes posiciones que hay sobre diversos temas. En él encontraremos los argumentos de la perspectiva del calvinismo clásico, la del calvinismo moderado, la del arminianismo reformado, y la del arminianismo wesleyano; todas ellas acompañadas de los comentarios y la crítica de las posiciones opuestas.

Vida cristiana

Dallas Willard, Renueva tu corazón: Sé como Cristo, Terrassa: CLIE, Colección Teológica Contemporánea, vol. 13, 2004. No “nacemos de nuevo” para seguir siendo como antes. Pero: ¿Cuántas veces, al mirar a nuestro alrededor, nos decepcionamos al ver la poca madurez espiritual de muchos creyentes? Tenemos una buena noticia: es posible crecer espiritualmente, deshacerse de hábitos pecaminosos, y parecerse cada vez más a Cristo. Este bestseller nos cuenta cómo transformar nuestro corazón, para que cada elemento de nuestro ser esté en armonía con el reino de Dios.

Prefacio

Mi pasión es ver que las personas, las iglesias, las organizaciones misioneras y los ministerios sociales están cada vez más centrados en Dios, exaltan más a Cristo, experimentan más el poder del Espíritu, están más llenos de la Palabra, se movilizan más para las misiones, ganan a más almas, y buscan más la justicia. Aquello con lo que estoy comprometido, el mayor deseo de mi vida, es la Supremacía de Dios sobre todas las cosas para el gozo de todos los pueblos, a través de Jesucristo. Ahora esta visión es mucho más clara para mí que cuando publiqué este libro por primera vez, en 1993. Estoy muy agradecido de que Dios haya usado este libro para que el mundo de las misiones se centre más en Él. Y doy muchas gracias a Baker Book House por permitirme revisarlo y hacer una nueva edición.

John Stott dijo algo que suscribo totalmente:

El motivo más elevado para la obra misionera no es ni la obediencia a la Gran Comisión (por importante que ésta sea), ni el amor por los pecadores que se pierden (por fuerte que sea este incentivo, sobre todo cuando entendemos la ira de Dios…), sino el celo, un celo fogoso y apasionado por la gloria de Jesucristo… Solo hay un imperialismo que sea cristiano… y ése es el interés por su Majestad Imperial, el Señor Jesucristo, y por la Gloria de su Imperio.1

Dijo esto hablando de Romanos 1:5. En ese versículo el apóstol resume su llamamiento a ser misionero: “[He sido llamado] para conducir a todas las naciones a la obediencia de la fe por amor de su nombre”. Stott nos anima a tener esta gran pasión paulina: “Tendríamos que desear… la honra de su nombre: preocuparnos cuando éste no se conoce, estar dolidos cuando es ignorado, indignarnos cuando es blasfemado. Y, en todo momento, anhelar y trabajar para que se le dé el honor y la gloria que le corresponden”.2 ¡Oh, ansío ver el día en que más pastores y académicos y misioneros no solo pronuncien estas palabras, sino que las sientan como la fuerza motora de sus vidas!

El apóstol Juan aplica este deseo de exaltar a Cristo a todos los misioneros cuando dice: “Ellos salieron por amor del nombre de Él” (3ª Juan 1:7). Tom Steller, mi amigo y colega en esta gran causa durante más de veinte años, ha escrito un apéndice a este libro. Dedico este libro a Tom con mi más profundo afecto. Juntos queremos entregar nuestras vidas a desarrollar, enviar y sostener a los cristianos de todo el mundo que viven y mueren “por amor del Nombre”. Cada vez más, la pregunta que nos arde en el interior es la siguiente: “¿De dónde vienen las personas centradas en Dios, que quieren exaltar a Cristo y se sienten llamadas a servir en las misiones? Creemos que vienen de hogares, iglesias, escuelas y ministerios que están enamorados de Dios, que están apegadas a Cristo y están sumergidas en la Biblia. Y esto es lo que este libro quiere promover.

Hay un amor que todo lo soporta, un amor hacia ese Dios que nos ha cautivado, hacia ese Cristo tan preciado, que busca alcanzar la plenitud de Dios en el alma y en el servicio a Jesús. Ese amor no está absorto en la Antropología o la Metodología, ni tan siquiera en la Teología, sino que está completamente centrado en Dios. Clama con el salmista: “Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te den gracias. Alégrense y canten con júbilo las naciones… cantad alabanzas a nuestro Rey, cantad alabanzas. Porque Dios es Rey de toda la Tierra” (Salmos 67:3-4; 47:6-7). Vemos aquí una clara actitud de que Dios sea engrandecido. El deseo de ese amor es presentar a Dios una y otra vez. Su objetivo es que Dios sea el centro de la Antropología, la Metodología y de la Teología. Y no está en paz cuando nuestra planificación, predicación o activismo le ignora o le relega a un segundo plano.

Necesitamos a más personas con ese tipo de amor por Dios. Por ejemplo, este libro es como un pequeño bote que navega tras la estela que ha dejado la enorme empresa de Patrick Johnstone y Jason Mandryk, el libro Operación Mundo. ¡Cómo me gustaría que todos los cristianos usaran este libro para conocer a las naciones y orar por ellas! Miro el libro, que tiene por objetivo el avance de la obra misionera, el despertar de las iglesias, y me pregunto: “¿Qué tipo de actitud desencadena un libro así?”. Escucha:

Todas las imponentes fuerzas desatadas sobre el mundo son soltadas por el Señor Jesucristo. Él reina hoy. Él está al mando del Universo. Él es la única “Causa Final”. Todos los pecados del Hombre y las maquinaciones de Satanás tienen, en última instancia, que engrandecer la gloria y el reino de nuestro Salvador. Esto se aplica a nuestro mundo actual con sus guerras, hambres, terremotos, y la maldad que aparentemente impera hoy. El proceder divino es justo y amante. Nos hemos vuelto excesivamente conscientes del enemigo, y podemos enfatizar demasiado el aspecto combativo de nuestra intercesión, pero necesitamos tener más conciencia de Dios, para poder reír la risa de la fe sabiendo que tenemos potestad sobre toda fuerza del enemigo (Lucas 10:19). Él ya ha perdido el control, gracias al Calvario donde fue inmolado el Cordero de Dios. ¡Qué confianza y seguridad nos da esto al enfrentar un mundo tan convulsionado y necesitado!3

¿Hay maestros, predicadores, misioneros y presidentes de seminario que hablen así? Cada vez hay más. Yo quiero ser uno de ellos. Yo quiero transmitir al lector ese deseo de apuntar hacia Dios en todo momento. Tómate la libertad de leer este libro en el orden que quieras, pero sea como sea, deja que te contagie esa visión.

Vamos a dejarlo bien claro: este libro no es solo para misioneros. Es para pastores que (como yo) quieren vincular su trabajo local, frágil y momentáneo, a los propósitos invencibles y eternos de Dios. Es para los miembros de las iglesias que quieren tener una mayor concienciación por el mundo que se pierde. Es para los estudiantes de seminario y misionología que quieran acercarse al tema de las misiones no solo de forma antropológica, metodológica y tecnológica, sino también teológica. Y es para líderes que necesitan reavivar su vocación y ser conscientes de la Supremacía de Dios en todas las cosas.

Tom Steller y un servidor amamos a Jesucristo, amamos a la Iglesia y amamos a los misioneros. Nuestra oración, desde nuestra iglesia local que trabaja para potenciar la obra misionera, es que Dios tenga misericordia de nosotros y que haga que nuestro trabajo para el “Reino Imperial” de Jesucristo dé fruto. Que Él levante generaciones de cristianos dispuestos a dar sus vidas para que las naciones se alegren en la gloria de Dios a través de Jesucristo.

1 John Stott, Romans: God’s Good News for the World (Downers Grover, Ill.: Inter-Varsity, 1994), 53.

2 Ibíd.

3 Patrick Johnstone, Operación Mundo (Bogotá: CLC, 1995), p. 17.

Agradecimientos

Estoy rodeado de personas que me animan porque tienen la misma visión de transmitir la pasión por la Supremacía de Dios en todas las cosas para el gozo de todos los pueblos, a través de Jesucristo.

Gracias a Bethlehem Baptist Church pues, bajo el liderazgo de sus ancianos, grandes hombres de Dios, visionarios preocupados por las gentes de este mundo, me liberaron del ministerio de la predicación durante todo un mes para que pudiera acabar esta nueva edición.

Gracias a Justin Taylor, por trabajar en la antigua edición, hacer un sinfín de valiosísimas sugerencias, y ofrecerme su ayuda en todo momento.

Gracias a Noël, pues incluso cuando me sentía débil me fortaleciste y me liberaste para que pudiera escribir.

Gracias, por encima de todas las cosas, a Jesús. Gracias por reforzar el mandamiento “enseñadles a guardar todo lo que os he mandado” con la doble promesa de que “toda autoridad te ha sido dada en el cielo y en la tierra” y de que estarás con nosotros “todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28-18-20).

Parte 1

LA SUPREMACÍA DEDIOS EN LAS MISIONES

El propósito, el poder y el precio

1

La Supremacía de Dios en las misiones a través de la adoración

Las misiones no son el objetivo último de la Iglesia. El objetivo último es la adoración. Las misiones existen porque no hay adoración. La adoración es el objetivo último, y no las misiones, porque Dios es la realidad última, no el Hombre. Cuando esta era se acabe, y los millones de redimidos se postren ante el trono de Dios, las misiones dejarán de existir. Es una necesidad temporal. Pero la adoración permanece para siempre.1

Por tanto, la adoración es el motor y el objetivo de las misiones. Es el objetivo de las misiones porque la obra misionera busca que las naciones puedan disfrutar de la gloria de Dios. El objetivo de las misiones es que los pueblos se alegren en la grandeza de Dios: “El Señor reina; regocíjese la Tierra; alégrense las muchas islas” (Salmo 97:1). “Te den gracias los pueblos, oh Dios, todos los pueblos te den gracias. Alégrense y canten con júbilo las naciones” (Salmo 67:3-4).

Pero la adoración también es el combustible de las misiones. La adoración, esa pasión por Dios, precede a la predicación que ofrece a ese Dios que es digno de adorar. No puedes recomendar algo que no has probado. Ningún misionero podrá decir “¡Alégrense las naciones!” si no puede decir de corazón “Yo me alegraré en el Señor… en Ti me alegraré y me regocijaré, cantaré alabanzas a tu nombre, oh Altísimo” (Salmos 104:34; 9:2). Las misiones empiezan y acaban con adoración.

Si la búsqueda de la gloria de Dios no está por encima de la búsqueda del bien del hombre en cuanto a los deseos del corazón y las prioridades de la Iglesia, el hombre no estará bien servido, y Dios no estará recibiendo la honra que Él merece. No estoy predicando que hay que rebajar la importancia de las misiones, sino que estoy defendiendo que hay que magnificar a Dios. Cuando la llama de la adoración arda con el calor que provoca en nosotros la belleza de Dios, la luz de las misiones iluminará en medio de los lugares más oscuros de esta tierra. ¡Y yo anhelo que llegue ese día!

Cuando la pasión por Dios es débil, el celo por las misiones será débil. Las iglesias que no están centradas en la exaltación de la majestad y la belleza de Dios no tendrán un deseo ferviente de “contar su gloria entre las naciones” (Salmo 96:3).

La crítica de Albert Einstein

Por ejemplo, Charles Mister, un científico especialista en la teoría de la relatividad, explicó el escepticismo con el que Albert Einstein miraba a la Iglesia; y lo hizo con unas palabras que deberían despertarnos y mostrarnos lo superficial que a veces es nuestra experiencia de adoración a Dios:

El diseño del Universo… es algo magnífico y no deberíamos pasarla por alto. De hecho, creo que eso es por lo que Albert Einstein no se fiaba de la religión organizada, aunque es cierto que sí era un hombre religioso. Seguro que debió de fijarse en lo que los predicadores decían sobre Dios, y le pareció que estaban blasfemando. Él había visto mucha más majestad de la que ellos nunca habían imaginado… No hablaban de la realidad que él había conocido. Es muy probable que Einstein llegara a la conclusión de que las religiones que había conocido no respetaban ni rendían un homenaje adecuado… al autor del Universo.2

¡La acusación de blasfemia es muy fuerte! La cuestión es que se nos acusa de que en nuestros cultos de adoración no se refleja todo lo que Él es. Lo empequeñecemos. Aquellos que están fascinados ante la magnitud indescriptible de lo que Dios ha hecho, por no mencionar la infinita grandeza del que ha hecho la Creación, encontrarán que la dieta continua de los domingos por la mañana de explicaciones prácticas de cómo adorar, de bálsamo psicológico, terapia relacional y planificación estratégica, no tiene nada que ver con la realidad, con la abrumadora grandeza de Dios.

A veces ocurre que, aun sirviendo a Dios, desviamos nuestra mirada y Él ya no es el centro de nuestra atención. Como Marta, dejamos a un lado lo más necesario y pronto empezamos a presentar a Dios como alguien tan ocupado e intranquilo como nosotros. A.W. Tozer nos advirtió de este peligro:

Muchas veces representamos a Dios como un Padre frustrado, serio, ocupado, que se afana por encontrar algo de ayuda para llevar a cabo su plan de ofrecer paz y salvación de este mundo… Muchos llamamientos misioneros se hacen apelando a esta supuesta frustración del Dios Todopoderoso.3

Los científicos saben que la luz viaja a la velocidad de 5,87 trillones de millas por año. También saben que la galaxia a la que pertenece nuestro sistema solar tiene un diámetro de unos 100.000 años luz. Unos 587.000 trillones de millas. Los telescopios más potentes alcanzan a ver aproximadamente un millón de galaxias como la nuestra. Se calcula que en nuestra galaxia hay más de 200.000 millones de estrellas. El Sol es una de ellas, una estrella modesta cuya temperatura superficial es de 6.000 ºC, y que viaja en una órbita a 135 millas por segundo, lo que quiere decir que tarda 250 millones de años en realizar una vuelta completa a la galaxia.

Los científicos saben estas cosas y están maravillados. Muchos dicen así: “Si, como dicen los cristianos, hay un Dios personal y cercano que creó el Universo, cuando hablamos de Él y cuando le adoramos deberíamos hacerlo con cierto respeto y reverencia, con cierto asombro y con cierto pavor”.

Los que creemos en la Biblia sabemos eso mejor que los científicos porque hemos oído algo mucho más maravilloso:

“¿A quién, pues, me haréis semejante

para que yo sea su igual?, dice el Santo.

Alzad a lo alto vuestros ojos

y ved quién ha creado los astros:

el que hace salir en orden a su ejército,

y a todos llama por su nombre.

Por la grandeza de su fuerza y la fortaleza de su poder

No falta ni uno”.

Isaías 40:25-26

Todas y cada una de las estrellas que hay en el Universo están donde están porque Dios las ha puesto ahí. Él sabe exactamente cuántas hay. Y lo más sorprendente de todo es que las conoce por su nombre. Ellas cumplen sus órdenes como si fueran sus agentes personales. Y aún entendiendo esa grandeza, solo hemos alcanzado a tocar el dobladillo de sus vestiduras. “He aquí, estos son los bordes de sus caminos; ¡y cuán leve es la palabra que de Él oímos!” (Job 26:14). Por eso clamamos: “¡Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios!” (Salmo 57:5). Dios es la realidad absoluta de todo el Universo. Todo depende de su voluntad. Si ponemos las demás realidades a su lado, es como comparar una gota de agua con el océano, o un hormiguero con el monte Everest. Ignorarle o empequeñecerle es incomprensible, es una locura suicida. ¿Cómo vamos a ser emisarios de un Dios tan grande si primero no temblamos, nos asombramos y nos gozamos ante su grandeza?

La segunda gran actividad en el mundo

En el tema de las misiones, es crucial que Dios sea el centro de la vida de la Iglesia. “Porque grande es el Señor, y digno de ser alabado; temible es Él sobre todos los dioses” (Salmo 96:4). Las misiones no son nuestro fin último; pero Dios sí lo es. Esta verdad es, precisamente, la que inspira la obra misionera y la que la mantiene. William Carey, el padre de la obra misionera moderna, que salió de Inglaterra en 1973 para ir a la India, explicó la relación entre la adoración a Dios y las misiones de la siguiente manera:

Cuando me marché de Inglaterra, mi esperanza de que las personas de la India se convirtieran era muy fuerte; pero más tarde, en medio de tantos obstáculos, esa esperanza habría desaparecido si no hubiera sido porque Dios la sostuvo. Tengo a Dios, y su Palabra es verdad. Aunque las supersticiones de los inconversos eran muy fuertes y el testimonio de los europeos muy débil, aunque todos me abandonaron y todos me persiguieron, mi fe, apuntalada en la Palabra firme, se levantó por encima de todos los obstáculos y salió victoriosa de todas las pruebas. La causa de Dios triunfará.4

Carey y miles de hombres como él han vivido y actuado movidos por la visión de un Dios grande y triunfante. Esa visión tiene que ser el punto de partida. Antes de pensar en las misiones tenemos que habernos deleitado en adoración ante una visión así. Toda la Historia avanza hacia una gran meta: que todas las naciones de la Tierra adoren a Dios y a su Hijo. La meta no es la obra misionera. La obra misionera es el medio. Y por eso se trata de la segunda actividad humana más importante.

La pasión de Dios por sí mismo es el fundamento de nuestra pasión por Dios

Para que las personas y las iglesias interioricen esta verdad, Dios hace que entiendan que también es verdad para Dios mismo. El objetivo último de Dios no son las misiones, sino la adoración. Cuando entendemos esta verdad, todo cambia. ¡Todo se ve diferente! Incluso la labor misionera.

El fundamente último de nuestra pasión por ver a Dios glorificado es ver que Dios mismo también quiere ser glorificado. Para Dios, lo más importante es Él mismo y su gloria. En el corazón de Dios no hay rivales que luchen por obtener la Supremacía de su gloria. Dios no es un idólatra. Él no desobedece el primer y gran mandamiento. Él se goza en la gloria de su perfección con toda su mente, con toda su alma, con todo su cuerpo y con todas sus fuerzas.5 El corazón más apasionado por Dios de todo el Universo es el de Dios mismo.

Esta verdad, más que cualquier otra, es la que pone en nosotros la convicción de que la adoración es el combustible y el objetivo de la obra misionera. La razón principal por la que la pasión por Dios debería potenciar la obra misionera es que la pasión de Dios por sí mismo potencia la obra misionera. Las misiones son el resultado de nuestro deleite en Dios porque las misiones son el resultado del deleite de Dios en sí mismo. Y la razón principal por la que la adoración es la meta en la obra misionera es que la adoración también es la meta de Dios. La Biblia respalda una y otra vez esta verdad, cuando dice que Dios quiere que todas las naciones le adoren: “Alabad al Señor, naciones todas; alabadle, pueblos todos” (Salmo 117:1). Si es la meta de Dios, también debe ser nuestra meta.

El fin principal de Dios es glorificar a Dios y disfrutar de sí mismo por siempre

Durante todos estos años en los que he estado predicando sobre la Supremacía de Dios en el mismo corazón de Dios, he visto que la proclamación de esta verdad es como si un camión cargado de frutas desconocidas arrollara a la gente. Si sobreviven al impacto, descubren que se trata de la fruta más deliciosa del planeta. En otras obras he explicado de forma extensa esta verdad presentando una larga serie de argumentos.6 Por tanto, aquí solo haré un breve repaso del fundamento bíblico sobre el que se basa esta verdad. Mi tesis es que la respuesta a la primera pregunta de la Confesión de Fe de Westminster es la misma ya sea si la aplicamos al ser humano, como si la aplicamos a Dios mismo. Pregunta: “¿Cuál es el fin principal del ser humano?”. Respuesta: “El fin principal del ser humano es glorificar a Dios y disfrutar de Él por siempre”. Pregunta: “¿Cuál es el fin principal de Dios?”. Respuesta: “El fin principal de Dios es glorificar a Dios y disfrutar de sí mismo por siempre”.

Otra forma de decirlo es que Dios es justo. Lo contrario a la justicia o la rectitud es dar valor y disfrutar aquello que no tiene valor ninguno o que no satisface. Por eso, a los hombres se les llama injustos en Romanos 1:18. Los hombres rechazamos la verdad sobre el valor de Dios y sustituimos a Dios por cosas creadas. Así, lo empequeñecemos y desacreditamos su valor. La justicia es todo lo contrario. La justicia es reconocer el valor allí donde lo hay y apreciarlo y disfrutarlo en proporción a su verdadera valía. En 2ª Tesalonicenses 2:10 los injustos perecen porque se niegan a amar la verdad. Por tanto, los justos son los que valoran el amor por la verdad. La justicia consiste en reconocer, aceptar, amar y defender aquello que es verdaderamente valioso.

Dios es justo. Eso significa que reconoce, acepta, ama y defiende con toda su energía y con un celo infinito lo más preciado del mundo, es decir, el valor de Dios. La pasión y el gozo justo de Dios es mostrar y defender su gloria infinitamente valiosa. Y esto no es una vaga conjetura teológica. Lo vemos en muchos textos bíblicos que muestran que Dios desde la creación a la consumación quiere que se le alabe y se le honre.

Es probable que no haya en la Biblia un texto más claro sobre la pasión de Dios por su propia gloria que Isaías 48:9-11:

Por amor a mi nombre contengo mi ira, y para mi alabanza la reprimo contigo a fin de no destruirte. He aquí, te he purificado, pero no como a plata; te he probado en el crisol de la aflicción. Por amor mío, por amor mío, lo haré, porque ¿cómo podría ser profanado mi nombre? Mi gloria, pues, no la daré a otro.

Aquí encontramos seis toques de atención para aquellos cuya perspectiva del mundo está centrada en el hombre:

¡Por amor a mi nombre!

¡Para mi alabanza!

¡Por amor mío!

¡Por amor mío!

¡Cómo podría ser profanado mi nombre!

¡Mi gloria no la daré a otro!

Lo que nos enseña este texto es que para Dios, lo más importante es Él mismo. El corazón más apasionado por la gloria de Dios es el de Dios mismo. El objetivo último de Dios es defender y mostrar la gloria de su nombre.

Textos bíblicos que muestran el celo de Dios por su propia gloria

Dios eligió a su pueblo para su gloria:

Nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para adopción como hijos para sí, mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su Gracia.

Efesios 1:4-6; cf. v. 12, 14.

Dios nos creó para su gloria:

Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde los confines de la Tierra, a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi gloria.

Isaías 43:6-7

Dios llamó a Israel para su gloria:

Tú eres mi siervo, Israel, en quien yo mostraré mi gloria.

Isaías 49:3

“Hice adherirse a mí a toda la casa de Israel y a toda la casa de Judá”, declara el SEÑOR, “a fin de que fueran para mí por pueblo, por renombre, por alabanza y por gloria.

Jeremías 13:11

Dios rescató a Israel de Egipto para su gloria:

Nuestros padres en Egipto no entendieron tus maravillas… sino que se rebelaron junto al mar, en el mar Rojo. No obstante, los salvó por amor de su nombre, para manifestar su poder.

Salmo 106:7-8

Dios puso al Faraón para mostrar su poder y glorificar su nombre:

Porque la Escritura dice a Faraón: PARA ESTO MISMO TE HE LEVANTADO, PARA DEMOSTRAR MI PODER EN TI, Y PARA QUE MI NOMBRE SEA PROCLAMADO POR TODA LA TIERRA.

Romanos 9:17

Dios venció al Faraón en el Mar Rojo para mostrar su gloria:

Y yo endureceré el corazón de Faraón, y él los perseguirá; y yo seré glorificadopor medio de Faraón y de todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR… Entonces sabrán los egipcios que yo soy el SEÑOR, cuando sea glorificado en Faraón, en sus carros y en su caballería

Éxodo 14:4, 18; cf. v. 17

Dios sacó a Israel del desierto para gloria de su nombre:

Actué en consideración a mi nombre, para que no fuera profanado ante los ojos de las naciones a cuya vista los había sacado.

Ezequiel 20:14

Dios le dio a Israel la victoria en Canaán para gloria de su nombre:

¿Y qué otra nación en la Tierra es como tu pueblo Israel, al cual viniste a redimir para Ti como pueblo, a fin de darte un nombre, y hacer grandes cosas a su favor y cosas portentosas para tu tierra, ante tu pueblo que rescataste para Ti de Egipto, de naciones y de sus dioses?

2º Samuel 7:23

Dios no abandonó a su pueblo para gloria de su nombre:

No temáis; aunque vosotros habéis hecho todo este mal, no os apartéis de seguir al SEÑOR… Porque el SEÑOR, a causa de su gran nombre, no desamparará a su pueblo.

1º Samuel 12:20, 22

Dios salvó a Jerusalén para gloria de su nombre:

Porque defenderé esta ciudad para salvarla por amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.

2º Reyes 19:34; cf. 20:6

Dios restauró a Israel del exilio para gloria de su nombre:

Así dice el Señor DIOS: ‘No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre… ‘Vindicaré la santidad de mi gran nombre… Entonces las naciones sabrán que yo soy el SEÑOR’.

Ezequiel 36:22-23; cf. v. 32

Jesús nos dijo que hiciéramos buenas obras para darle la gloria a Dios: