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Fragilidad, olvido, miedos. Esos son los lugares que bucea Algo que decir. Mientras, va tejiendo puentes entre versos y prosas transmitiendo emociones como catarsis. Esta poetisa se comparte entregando al universo memorias y encuentros, entramando resonancias que trascienden la esencia humana, uniendo pasado, presente y futuro. En esta entrega fecunda, que dibuja un péndulo entre olvidos y fragancias de amores ideales, uno se puede adentrar en un mundo de abandonos y ausencias para presenciar muertes y renacimientos, metamorfosis de emociones, o rebeldías que llevan a nuevos atardeceres. Aquí queda la invitación a seguir estas huellas de liberación o transformación vital profunda con el deseo de que cada quien experimente su propio renacer.
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Seitenzahl: 59
PAOLA VARELA ITUARTE
Varela Ituarte, Paola Beatriz Algo que decir... / Paola Beatriz Varela Ituarte. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-4769-9
1. Poesía. I. Título. CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Agradecimientos
Fragilidad
Tu tristeza larga
Memorias de un olvido
Caminé sobre los pies llamados deseo
Miradas que laten
Garganta del tiempo
Quiero
Encuentros en tu piel
Llueve
Me encontraré… lo sé.
Ruidos de la calle y soledad
Soy esa voz
Infierno
Mil pedazos de miedo
Te escuché
DESCUBRIENDO/ME
Sana quién se atreve
Enaguas mojadas
Mirada sobre el ventanal
Presagios
¿Por qué?
Espuma de mar
Te pido oportunidades
Acepta
Bañada de plata
Búsqueda y encuentro
Confieso que me mudo
He sido
Convalecer
Desnúdate
Detener el caos
El arte de la transformación
Ella
¡Esa noche de verano!
Huérfana de mí
Intemperie
La fina grieta
Mis hijas no nacieron humanas
Me cortaron las alas
Me fui
Noche estrellada
Pedacitos de mí
Pez fuera del agua
Rapsodia de mujeres
Gea
Sabe a maracuyá
¿Qué mira?
Escondida
Marcas
Una noche prestada
Válgame las piedras
Hoy
Atardecer
Envidia vestida de brillos
Cuando la niña habló.
Soy
La voz del mar
Crueldad
Algo que decir…
Hospicio
He visto
El silencio
Tal vez
Vacíame
Dedicado a:
Mi madre que fue mi musa infantil
y quien me acerco a la literatura desde niña.
A mis hijos y familia.
A los amores que atravesaron mi vida.
Especialmente quiero agradecer a mi Gran amiga y maestra que me impulsó a escribir siempre, Matilde Garvich, a mi querida amiga Mariana S. Gauna que dedicó su tiempo a la corrección amorosa del material. A Gabriela Reyna que me acompaño en el proceso de escuchar y leer lo escrito varias veces.
Desnuda e inmensa se abre ante mí la fragilidad de este deseo.
¿Acaso al morir día a día, en los olvidos de esta memoria mía,
se inmortalizará tu presencia?
El tiempo y la lluvia se deslizan sobre mi piel mojada
atrapando sueños de otras épocas,
intentando armar lo perdido.
Tus labios ya no besarán la fragilidad de este deseo mío,
caprichoso y errante
que revolotea los sueños
perdidos.
Se asoma larga,
como un aleteo de pájaros bajo la lluvia,
que desesperadamente emprenden vuelo para encontrar refugio.
¡El agua! ¡Ah! ¡Sí!
Hay agua en tu mirada,
moja como la lluvia nocturna
mi alma desnuda y
sobreviene un lejano aburrimiento,
hechizo o embrujo hecho de palabras.
¿Tal vez las tuyas?
¿O son mías?
Me dejo llevar por ese sonido
y...
los truenos me indican que la lluvia está cerca
la paz,
la calma,
el bostezo.
Es el alba,
la oscuridad emprende lentamente la retirada.
Los truenos no son más que eso.
Vuelvo a tu mirada del comienzo,
recuerdo tu largo penar,
nos parecemos.
Nuevamente un trueno resuena en mi alma.
La música me indica,
tal vez,
el final.
Con el cuerpo encorvado de tanto andar
tu silueta me parece ya lejana, desdibujada.
Y sé que pasarás y pasaré igual que vos.
La respiración se detiene,
dando paso a la mirada.
Te veo
y
me veo.
Vuelven recuerdos de un anhelo.
Vacíos, sonidos, caricias,
un encuentro entre la piel y el alma.
Suspiros, fragancias de un amor ideal.
¿Hasta cuándo seguirá la memoria infiel
evocando fantasías y fantasmas de algo que no fue?
Y calla.
Vuelven los sonidos,
los aromas,
las miradas ausentes,
perdidas entre el papel y la tinta
entre el espacio vacío y el recuerdo,
casi
infinito.
Errante y vagabunda, caminé sobre la insatisfacción que provoca el deseo.
Al abrirse el dolor y la compasión,
los planetas interiores se alinearon
y bajó este nuevo interser.
Me pregunto ¿debo entregarme al placer de sentir o debo permanecer alineada como asceta?
Por ahora, dejo que los sonidos me muestren el camino.
Me recorren sutiles vibraciones, como oleadas de vida que indican la dirección del Amor.
Mi asombro no cede, se estabiliza y cada vez es más grande.
Despierta el sentir, el hacer, el pensar casi simultáneamente.
Nunca antes me sentí tan viva, tan íntegra, puedo ver más allá, sentir más allá.
Mientras, aquí y ahora, el Big Bang.
¿Acaso pasará y quedaré en las heladas playas del glaciar?
Me entrego, y mi alma cabalga con sutil fuerza sobre este cuerpo…
Las flores inesperadas siguen llegando a mi jardín.
Los mensajes están escritos en todas partes como marquesinas luminosas.
¡¿Cómo hacer para creer que no es cierto?!
Por ahora habita en mí el Sutra del loto, Kundalini, Om Sai Ram Y Bodhi Soha.
¡Mis oídos se mueven registrando un sonido inmortal, sonido del cosmos!
Vibraciones, belleza, pureza: ¡no escapen de mí!
Fueron tantos años de dolor y muerte, que ahora que he vuelto a la vida, donde cada poro se estremece y respira, digo OM Sai Ram.
Los latidos de la rosa ya se escuchan, y tan pronto acompasan
la respiración fresca, comprendo que no durarán para siempre,
mientras llega su belleza a mi retina, ella ya pasó,
como todo en el círculo sagrado.
Vuelve la rueda de la vida a comenzar y un atisbo de Impermanencia
humedece mis labios.
Escucho contemplación.
Mis poros, nuevamente emocionados, escuchan y escriben
liberación del sufrimiento inventado y del No.
Las aguas cristalinas corren ya, frescas, sobre verdes praderas
al costado de sauces que bailan con sus ramas al viento.
Es así.
Cantan los pájaros, la montaña inclina su cabeza sobre el valle para sonreír amorosamente,
indicando alegría, impermanencia, verdad.
Miradas desde el corazón quedaron grabadas en mi memoria,
en esa caprichosa,
que elige arbitrariamente qué guardar y que no.
Miradas que laten al mirar,
que respiran dentro de mí,
capaces de rozar el alma y la piel.
Miradas rítmicas,
que no pueden ocultarse por mucho tiempo,
de la vieja memoria.
Son delatoras,
a través de las cuales se desprende un suspiro.
Caen los párpados pesados,
para soñar.
Voces eternas y silenciosas me envuelven,
entre sedas azules y fuegos incipientes.
Bajando por la caverna principal,
me encuentro frente a varios túneles.
En sus entradas rojizas y azuladas
cuelgan raras inscripciones,
tal vez en griego, arameo, sánscrito,
o algún lenguaje interestelar.
No lo sé.
A medida que avanzo en 3D y 5D,
puedo tocar virtual y literalmente estas inscripciones.
¡Ah! De pronto ingresan por mis poros,
recorriéndome como efectos matrix.
¡Si! Ahora sé que son palabras,
palabras de otros tiempos,
de otros mundos cercanos, lejanos y paralelos,
¡como los túneles!
Ingreso por cercanos y descubro la presencia del amor.
Los hilos salen y se entrecruzan enredándome y obligándome a seguirlos.