Ámbitos para el aprendizaje - Coral Elizondo Carmona - E-Book

Ámbitos para el aprendizaje E-Book

Coral Elizondo Carmona

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Este libro que tienes en tus manos aborda cómo trabajar el enfoque globalizador de la enseñanza en un mundo líquido. Bauman utiliza el término líquido como una metáfora de que nada tiene un carácter sólido y perdurable en el mundo actual. ¿Será el momento, entonces, de replantearnos la educación? ¿Tiene cabida en esta realidad líquida una educación rígida, compartimentada en disciplinas, fragmentada en áreas de conocimiento? La realidad social, nuestro mundo global es interdisciplinar, los nuevos grados universitarios abordan la realidad desde su globalidad: podemos estudiar biotecnología, biomedicina o bioquímica, pero también narrativa transmedia o humanismo digital. Es momento de apostar por un currículo integrado que permita romper con la rigidez de las disciplinas. Es momento de preparar a nuestro alumnado para una educación del siglo XXI con un enfoque globalizado y competencial. La neurociencia, la psicología cognitiva, la psicología del pensamiento y la didáctica van a acompañaros en el libro, porque no se puede concebir una educación sin comprender tanto el cerebro humano como el aprendizaje y los modelos didácticos que rompen con una enseñanza parcelada y tradicional. Si eres una persona comprometida con la educación, este es tu libro, un libro dirigido a docentes de todas las etapas, a estudiantes universitarios y a ti, que me estas leyendo.

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Seitenzahl: 146

Veröffentlichungsjahr: 2021

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Coral Elizondo

Ámbitos para el aprendizaje

Una propuesta interdisciplinar

Colección Recursos Educativos

Título: Ámbitos para el aprendizaje. Una propuesta interdisciplinar

Primera edición (papel): noviembre de 2020 Primera edición (epub): febrero de 2020

© Coral Elizondo Carmona © De esta edición:

Ediciones Octaedro, S.L. C/ Bailén, 5 – 08010 Barcelona Tel.: 93 246 40 [email protected] – www.octaedro.com

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ISBN (papel): 978-84-18348-80-8 ISBN (epub): 978-84-18615-22-1

Diseño y realización: Octaedro Editorial

Sumario

Prólogo (Juan José Vergara)

Introducción

1. Ámbitos para el aprendizaje. Aclarando conceptos

2. Ámbitos para el aprendizaje y el enfoque competencial del siglo XXI

3. Aportaciones de la psicología al trabajo por ámbitos

4. Aportaciones de la pedagogía al trabajo por ámbitos

5. Organización del currículo por ámbitos

6. Ámbitos y diseño universal para el aprendizaje en la planificación curricular

7. Ejemplo de programación didáctica de ámbitos

Bibliografía

Glosario

Anexos

Índice

Prólogo

Hace algunos milenios el centro de la educación era una hoguera. En torno a ella se evocaban los aprendizajes necesarios para la vida. Cazar, cocinar, protegerse del frío, sortear los peligros del entorno, desarrollar una función determinada en el grupo de referencia o crear una familia eran el objeto de historias protagonizadas por personajes que emocionaban a los oyentes. La clave del aprendizaje era la utilidad que tenía para los que las escuchaban. También que evocaban necesidades con las que todos podían identificarse.

Después –y durante bastantes siglos– el aprendizaje tuvo una finalidad transmisiva. Era importante que los valores, y conocimientos atesorados durante siglos pasaran de generación en generación de la forma más intacta posible. La parcelación del saber en áreas de conocimientos no favoreció, en absoluto, que este fenómeno cambiara.

El desarrollo de las ciencias provocó una parcelación cada vez más extrema de la enseñanza y el aprendizaje. Esto tuvo consecuencias evidentes en la especialización –cada vez más temprana– de los itinerarios formativos, la diversidad de áreas de conocimientos, departamentos didácticos, bloques de contenidos y formaciones docentes especializadas. Progresivamente, el centro del aprendizaje fueron los contenidos científicos y los esfuerzos didácticos se orientaron a asegurar la aséptica adquisición de estos de forma parcelada, especializada y descontextualizada de la vida del aprendiz.

Esto tenía sentido en una sociedad «sólida» en la que los aprendizajes obtenidos –en la infancia y la juventud de las personas– era suficiente para asegurar el desarrollo de las competencias necesarias en su vida: profesión, establecimiento de una familia y participación en su comunidad de referencia.

Hace algo más de cien años sucede algo importante. Decenas de pensadores de la educación comienzan a defender la idea de que el aprendizaje ha de tener en cuenta el desarrollo natural del aprendiz. Es la llamada «escuela nueva» y sus protagonistas comienzan a expresar una idea revolucionaria: el centro del aprendizaje es el alumno y no los contenidos de la enseñanza. Surgen decenas de enfoques y herramientas didácticas. También comienzan los primeros estudios serios sobre el desarrollo de la inteligencia.

Una vez situado al aprendiz en el centro de la educación, surge otro hito fundamental: la educación puede jugar un papel fundamental en el desarrollo de las sociedades. Esto ya se sabía. El establecimiento de modelos transmisivos de enseñanza había asegurado hasta ahora el mantenimiento del statu quo político, de clase, género o ético. Sin embargo, la formulación clara y explícita de que la educación puede ser un motor de cambio de las sociedades se desarrolla a lo largo del siglo veinte. En España podemos citar célebres pensadores como Cossío, Giner de los Ríos o Ferrer i Guardia, pero el referente internacional que pone negro sobre blanco la capacidad de la educación para cambiar la sociedad fue Paolo Freire. Es este pedagogo el que sirve de referencia a decenas de líneas de pensamiento que hoy nadie puede obviar.1

El último tercio del siglo veinte y el inicio del veintiuno ponen de manifiesto dos realidades que la educación debe afrontar:

• Las tremendas emergencias del planeta deben ser emprendidas desde una óptica humanista y comprometida con el cambio en el modelo de desarrollo: medio ambiente, pobreza, desigualdad e injusticia.

• La realidad que habitamos, en la actualidad, es profundamente compleja y cambiante. No es posible un modelo educativo parcelado y transmisivo como el que hemos heredado siglos atrás. De nada servirá una enseñanza especializada si no permite a los aprendices comprender la realidad que les rodea e intervenir decididamente en ella.

El aprendizaje hoy debe responder a estos factores si pensamos que la educación debe ser el motor de cambio de la sociedad. Para ello debemos reconocer la realidad actual e identificar las necesidades educativas que tienen los ciudadanos del siglo que nos ha tocado habitar. Un siglo que nace cambiante y recibe un punto de inflexión en los modelos relacionales, laborales y de aprendizaje a partir de 2020 cerrando escuelas, virtualizando los modelos de relación didáctica y desafiando a estados, centros educativos, familias y comunidades en la necesidad de reinventar una escuela que responda a las exigencias de la realidad, y no al revés.

El libro que tienes delante es un esfuerzo por pensar –desde una óptica práctica y comprometida– una escuela que responda a las necesidades educativas que vivimos en la actualidad. Su autora recorre de forma sencilla, pero en profundidad, mucho de lo que sabemos sobre el aprendizaje y lo que nuestros aprendices deben saber. Pero además lo hace de forma práctica. Esto la hace viajar a la hoguera como centro del aprendizaje. Las historias que nos aprovisionan para la vida no están parceladas, son parte de nosotros y nos ofrecen soluciones globales a realidades visibles y contextualizadas.2 No es de extrañar el cariño que dedica a los enfoques holísticos de enseñanza como el aprendizaje basado en proyectos, retos, problemas, etc.

La profesora Elizondo es una ponente reconocida internacionalmente por su compromiso con la innovación con la que he tenido ocasión de coincidir en algunas ocasiones en las que he podido comprobar su capacidad de aterrizar en el día a día de las escuelas los últimos debates en educación, su compromiso absoluto con la inclusión y con modelos de enseñanza que compartimos, como el ABP.

Pero es –sobre todo– una docente. Alguien que conoce en profundidad los avances de la neurociencia y lo pone al servicio de una mirada humanista y comprometida con la función que la educación debe ejercer en esta sociedad «líquida» que nos ha tocado habitar. El desarrollo de competencias personales, sociales y profesionales son el centro del aprendizaje. Este solo es posible desde una mirada globalizada. El esfuerzo debe ser ofrecer herramientas sencillas a los docentes para que rompan la parcelación del currículo y viajen caminos de cooperación e interdisciplinariedad. Esto es lo que ofrece este libro en una sencilla, pero magistral mirada de una docente que escribe para docentes.

JUAN JOSÉ VERGARA Maestro y pedagogo Especialista en innovación educativa y metodologías activas Presidente del LABoratorio de INnovación Educativa [labine.org]

1. Desde el informe Delors, Coombs, etc., hasta los enfoques centrados en la educación para la justicia social.

2. Vergara, J. (2018). Narrar el aprendizaje. La fuerza del relato en el aprendizaje basado en proyectos (ABP). Madrid: SM-BIE.

Introducción

Siempre es difícil enfrentarse a una página en blanco, ¡hay tanto que decir que me cuesta ordenar las ideas! Y si me conoces, ya sabes que tengo mil ideas en la cabeza, así que va a ser un trabajo arduo. Pero quiero que este libro te ayude a ti, lo escribo para ti y a ti van mis agradecimientos, de forma que pienso en lo que tú puedes necesitar y trataré de explicarlo con palabras sencillas y ejemplos concretos, aunque también con una buena fundamentación teórica, eso para mí es siempre fundamental. Cada capítulo aborda un tema y todos ellos marcan una ruta. Una ruta hacia una educación inclusiva y equitativa de calidad, una ruta hacia un cambio en la educación, una ruta hacia el horizonte utópico, ético y alcanzable que invita a la acción. La utopía no es imposibilidad, sino transformación, cambio, esperanza y deseo, y en este camino estamos.

El libro aborda un tema actual, ¿o tendría que decir que el libro recupera el enfoque globalizador de la educación? Sí, eso es. Si soy justa esto es lo que tengo que decir. Comienzo de nuevo. El libro aborda cómo trabajar el enfoque globalizador de la enseñanza en un mundo líquido. Bauman utiliza el término líquido como una metáfora para hacer alusión a que nada tiene un carácter sólido y perdurable en el mundo actual. ¿Será el momento entonces de replantearnos la educación? ¿Tiene cabida en esta realidad líquida una educación rígida? ¿Prepara esta educación para un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo?

Comienza nuestra ruta en el capítulo 1 aclarando diferentes conceptos: qué es una disciplina, qué relación hay entre disciplinas, qué es un enfoque globalizador, qué es un currículo integrado; comienzo así porque considero que es importante compartir y consensuar definiciones. Puede que utilice vocabulario que tal vez no sea siempre conocido, por eso he creado un glosario, para que entiendas fácilmente todos los conceptos, ofreciéndote así opciones para su comprensión y escribiendo el libro con un diseño universal.

En un mundo global necesitamos una mirada globalizada que permita analizar los problemas de forma contextualizada, en su globalidad, y para ello es importante conectar las disciplinas relacionándolas en un mayor o menor grado según las necesidades de comprensión y análisis. El concepto globalizado no es una metodología concreta ni desvaloraliza las disciplinas, es una mirada que permite una mejor comprensión del mundo. ¿Qué es un ámbito y por qué el interés actual? Esta es una pregunta que se contesta en el capítulo 2. Trabajar por ámbitos permite una visión global, un enfoque globalizado y competencial del currículo, permite romper con la rigidez de las disciplinas, dejando de lado un currículo fragmentado en saberes y apostando por un currículo integrado.

La psicología y la pedagogía ofrecen aportaciones de suma importancia en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que en los capítulos 3 y 4 se abordan con detenimiento. La neurociencia, la psicología cognitiva, la psicología del pensamiento y la didáctica van a acompañaros en este itinerario que he dibujado, para que logréis comprender tanto el cerebro humano como el aprendizaje y los modelos didácticos que rompen con una enseñanza parcelada y tradicional. Son bases teóricas necesarias para abordar los siguientes capítulos, más centrados en la implementación práctica de todo lo aprendido.

En su maravilloso Manifiesto sobre la utilidad de lo inútil, Ordine (2013) nos hace un llamamiento a la necesidad de repensar la utilidad de lo inútil. Aboga por un nueva unidad y alianza de saberes cada vez más amenazada por la fragmentación y la ultraespecialización de los conocimientos. Es necesario suturar esa brecha y organizar el currículo por ámbitos, abogar por la utilidad de lo inútil, erotizar la enseñanza transformando los contenidos del saber en objetos de deseo, pero sobre todo humanizar la educación, personalizarla, centrarla en la persona y en la mejora de su calidad de vida. Los capítulos 5 y 6 ofrecen una organización del currículo por ámbitos con una concepción universal del aprendizaje.

El capítulo 7 pone fin a la ruta con una propuesta concreta de planificación curricular por ámbitos para desarrollar un tema de contenido actual, como es la COVID-19. En esta propuesta se entrelazan interdisciplinarmente disciplinas científicas con disciplinas humanísticas, demostrando que no existen contraposiciones entre saberes y que la brecha que pudiese existir entre ambas es una quimera.

Dejo el libro en tus manos con el deseo de que sirva para abrir puertas y soltar redes y con la esperanza de encontrarte en este camino utópico de transformación personal y social que lucha por hacer posible y viable una educación inclusiva y equitativa de calidad centrada en la persona.

Como presencia en la historia y en el mundo, lucho esperanzadamente por los sueños, por la utopía, por la esperanza, con miras a una pedagogía crítica. Y mi lucha no es en vano.

PAULO FREIRE, Pedagogía de la indignación.

1. Ámbitos para el aprendizaje. Aclarando conceptos

La perspectiva globalizadora no se considera como una técnica didáctica, sino como una actitud frente al proceso de enseñanza.

ANTONI ZABALA,Métodos para la enseñanza de competencias

Antes de hablar de ámbitos para el aprendizaje, es necesario aclarar ciertos conceptos que luego permitirán una mejor comprensión del tema. Hablar de enfoque globalizado, de currículo integrado, de uso de estrategias interdisciplinares, nos llevan a abordar primero términos como la disciplinariedad, la multidisciplinariedad, la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. Para Morin (2003), una disciplina puede definirse como una categoría organizadora del conocimiento científico, con su autonomía, fronteras delimitadas, lenguaje propio, técnicas y teorías exclusivas. Para este autor, la disciplinariedad es la organización de la ciencia en diversas disciplinas. Desde una consideración histórica la disciplinariedad constituye un resultado de la fecundidad del desarrollo científico, ya que delimita un dominio de competencia sin el cual el conocimiento se volvería fluido y vago.

En 1970, la Unesco publica unos estudios que analizan las tendencias principales en la búsqueda interdisciplinar de las ciencias sociales y humanas. Ese mismo año, el CERI (Centro para la Investigación e Innovación de la Enseñanza de la OCDE) y el Ministerio Francés de Educación Nacional, convocan el Seminario Internacional sobre la Interdisciplinariedad en las Universidades, donde distintos expertos exponen la relación que puede establecerse entre las distintas disciplinas; en este libro abordaremos únicamente la desarrollada por Jean Piaget, a la que se añaden aclaraciones y aportaciones mías.

Jean Piaget propone tres niveles de jerarquización para la colaboración entre disciplinas:

• Multidisciplinariedad. Es el nivel más bajo de colaboración. Se puede lanzar un reto, analizar y definir un problema y para resolverlo es necesario buscar información y ayuda en varias disciplinas, pero no hay una interacción entre ellas, de forma que cada disciplina aporta su conocimiento. El grado de integración se restringe únicamente a los resultados de la investigación o proyecto. En este enfoque existen elementos en común, pero hay independencia metodológica, conceptual y epistemológica, con metas individuales desde las diferentes áreas. No hay creación de nuevos conocimientos comunes.

• Interdisciplinariedad. Es el segundo nivel de asociación y colaboración entre disciplinas. En este nivel existe interacción, intercambio y enriquecimiento mutuo entre las disciplinas, «se realiza con la cooperación de varias disciplinas»3 desapareciendo las fronteras disciplinarias. Un equipo interdisciplinar es un equipo que colabora, que combina sus conocimientos, que comparte metodologías y existe cierta afinidad hacia el objetivo de estudio con metas compartidas. No existe independencia epistemológica, pues se crean nuevos conocimientos o perspectivas.

• Transdisciplinariedad. Es la etapa superior en la colaboración entre disciplinas y ofrece una visión más real del mundo, podríamos decir que varias disciplinas se abordan transversalmente. «Los proyectos transdisciplinares son aquellos en los cuales los investigadores de diferentes campos no solo trabajan juntos en un problema en común en una considerable cantidad de tiempo, sino que también crean un modelo compartido conceptual del problema que integra y transciende cada una de sus perspectivas disciplinares separadas» (Henao, y otros, 2017). Existen objetivos y habilidades compartidas para transcender los límites de la disciplina. Es, por lo tanto, un enfoque holístico e integrado del aprendizaje.

Las concepciones interdisciplinar y transdisciplinar tienen como ventajas que permiten una visión integral del objetivo de estudio y estimulan la creación de nuevos conocimientos teóricos. «El actual interés por la interdisciplinariedad tiene mucho que ver con una sociedad cada vez más desarrollada […] donde la coordinación entre el conocimiento de diferentes especialidades es imprescindible para resolver los más importantes problemas de nuestras sociedades. La interdisciplinariedad viene jugando un papel importante en la solución de problemas sociales, tecnológicos, científicos, al tiempo que constituye decisivamente a sacar a la luz nuevos u ocultos problemas que el análisis de corte disciplinar no permiten vislumbrar» (Torres, 1998).

Un ejemplo de este trabajo interdisciplinar lo encontramos dentro de las ciencias de la educación donde se destacan dos concepciones que trabajan de forma interdisciplinar en sus fundamentos teóricos:

• La escuela de epistemología genética de Jean Piaget (1896-1980), con influencias de la lógica dialéctica, la epistemología, la psicología, la sociología, la biología y la teoría del procesamiento de la información.

• La escuela histórico-cultural de Lev Vigostsky (1896-1934), con influencias de la lógica dialéctica, de la epistemología, la psicología, la sociología, la teoría del procesamiento de la información, la historia, la lingüística y la antropología cultural.

Junto a estos términos aparece otro referido a globalidad. «En la actualidad el concepto de globalización es entendido como educación global o educación internacional. Tal modalidad educativa se caracteriza por el estudio de núcleos temáticos teniendo en la base la constante referencia a las diversas áreas geográficas y culturales del mundo. La educación global plantea la enseñanza y aprendizaje recurriendo al trabajo en las aulas con unidades didácticas integradas, como pueden ser: el ambiente, la energía, el racismo, los conflictos lingüísticos, los derechos humanos, la alimentación, el desarrollo, la población…, pero analizando tales contenidos con una visión internacionalista, viniendo el mundo como integrado por partes que interactúan constantemente, como sistemas interdependientes» (Torres, 1998).

Desde esa aseveración de Jurjo Torres hasta el momento en que escribo el libro han pasado 22 años. Esta referencia a la Educación Global es en la actualidad una educación para el desarrollo; en España, el Ministerio de Educación y Formación Profesional tiene una línea de trabajo muy interesante en esta línea con el programa Docentes para el Desarrollo, entre los que destaca el trabajo con la Agenda 2030.