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Inspiraciones hay muchas, únicas solo en escasas ocasiones, inigualables una sola vez en la vida. Dedicado a esos pequeños sentimientos que no se miden con palabras, que van más allá del raciocinio; sentimientos que van desde el corazón, hacen huella en la piel y quedan en el alma. Dedicado a aquellos que nos permitimos sentir un poco más de lo debido, casi rozando lo prohibido.
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Seitenzahl: 53
Veröffentlichungsjahr: 2023
Iván Andrés Cattaino
Cattaino, Iván Andrés Amor, cariño, etcétera... llamalo cómo quieras / Iván Andrés Cattaino. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3783-6
1. Poesía. I. Título.CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Cuento
Temblar
Experto
Lógica
Cuento de Hadas
¿Por qué lloras?
Infiernos
Celos
Corazón y Mente separados
Despedida
Uno, Otro
Mataba
Miedo
Doble Historia
Angustia
Y aguanto
Miradas
Sus ojos
Entre la “Luna” y “Júpiter”
Cielo
Fechas
Truco
Su Soledad y su Mente
Química
Su lugar
Resignación
Brillar
Tiempo
Apareces
R—O—M—A
Terremoto
Piel de pollo
Lágrimas
Conocer(te)
Decepción
Adictivos
Desafiar
Ellos
Viajante
Imán
Destino
Ser
Quiero agradecer a todas esas personas que me acompañaron y rodearon en este proceso.
Mi viejo, Hugo. Mi vieja, Claudia. Mi hermana Abril.
Pilares fundamentales en mi vida.
Mi tía Nela; Mis abuelos, Nilda, Coco, Adela, Ricardo que me acompañan desde arriba.
Mis amigos más cercanos, que me bancaron es esta locura.
A todos ellos. Gracias
—Me enteré que te vas —le dije con voz amenazante.
Solo me miró y asintió.
—¿No me lo ibas a decir...? ¿Dónde vas o cuánto tiempo...? ¿Te volveré a ver...? ¿Serás igual cuando vuelvas...? Se me hacen interminables las preguntas —proseguí.
—¿Para qué querías que te lo dijera...? ¿Hubiera cambiado algo? Te enterarías de igual manera —respondió con gesto restando importancia...
—Sabes que en realidad me importa. Aunque creas que no, sabes que te voy a extrañar. Me tomé el atrevimiento de traerte unas cosas para que me recuerdes.
—¿Dulces? —Miró sorprendida.
—Según tengo entendido es tu preferido. Es para que lo disfrutes una noche sola contigo misma. Y que me dejes acompañarte con el pensamiento.
—Un libro. Te lo dejo para que te atrape en los momentos que estés aburrida. Creo que te va a gustar. Sos una persona difícil de “atrapar”. Sé que puedo hacerlo cuando estoy cerca, pero voy a hacer el intento a la distancia.
Se sonrió.
—Una prenda, como tercera.
Se hizo un silencio.
—Por lo que te conozco es algo que sueles usar por comodidad cuando duermes. Y creo que por el personaje de la misma te va a gustar. Quiero que la uses las noches que te acuerdes de mí. Y si me permitís el atrevimiento. Las noches que quisieras dormir conmigo. No es necesario que las lleves, pero, si no vuelves, quiero que las conserves, así como yo te mantengo en mis más profundos sentimientos.
Y cuando ella temblaba delante tuyo,
no comprendías si fue creada por Dios o por el Demonio.
Solo sabías que tenías tus ojos mirando el cielo y tus manos en el mismísimo infierno.
Y si algún día me vuelvo un experto sobre ti,
sólo voy a pedir que borren mi memoria.
Pues nadie entendería, en su sano juicio,
las cosas que hice para llegar hasta ahí.
En términos de “lógica”, sembrar dudas es fácil,
inventar una historia para creer es demasiado sencillo.
Sin embargo, en términos de “amor”,
solo los protagonistas saben las locuras que uno puede llegar a hacer cuando está enamorado.
Y nadie, en su sano juicio, puede llegar a creer ninguna de las dos versiones.
En los cuentos de hadas, el generado entre 2 “dispares”, es el más sencillo.
Los personajes:
— La “damisela” que siempre tiene una imagen que mantener, una vida armada y un sinfín de compromisos que hasta muchas veces pueden ser aburridos.
— El “vago” que en ocasiones es un “par” que tiene otro tipo de vida. Por ahí deshilachada, desarmada, pero vive. No sabe muy bien por qué. Pero vive. O pensaba que vivía.
Un lugar donde transcurre:
— Una gran ciudad para uno. Un pueblo para otro.
Un sinfín de lugares para ambos. Siempre los mismo, 2 o 3 o “5”, pero parecían siempre diferentes.
Momentos:
— Siempre dentro del cuento hay un momento donde se cruzan sus caminos. Muchas veces esos caminos estaban juntos, pero no tan cruzados. No tenían por qué o sí tenían, pero de alguna manera, un “hilo rojo” los tenía que cruzar.
Se saludan. Se dan la mano. Cada uno sigue su vida.
Pero siempre, esa misma vida, los cruza, los acerca con algo. Una foto. Una conversación. Un momento. Un recuerdo.
— Un regalo.
Algo “infinito”. Un anillo. Un “odio de todos”. Un dulce. Un Té o Mate. Algo que sea sacado de una “Caja de Pandora” o “mágico” pero que siempre conlleva un recuerdo.
— Una cena.
Muchas veces ni siquiera es eso, solo “comida chatarra” pero siempre tiene esa esencia de momento diferente.
— Un infierno o varios.
Visto desde el punto de vista del pesimista, algo trágico. Sin retorno.
Desde la visión del optimista, un mar, a veces de lágrimas, a veces de sudor.
— Un momento romántico:
Que generalmente se arruina por un tercero. Un familiar en el cuento. Un colega en la vida que golpea la puerta. Un teléfono que suena.
Una frase:
— “Me encantas” Se habla de “hechizar”. De esa magia que posee.
— Un “te quiero” que es, pero no es.
Los ingredientes son siempre los mismos. Lo que lo hace diferente es la “piel” que pone el escritor. Eso que lo hace “único”.
Lo que hace que el lector atrape, como “pulpo” con sus tentáculos, la historia. La pueda desnudar de la manera más sensata.
Y que las mismas palabras, cual caricia sobre la piel, te hacen temblar y no querés dejar de leer nunca.
—¿Por qué lloras? —preguntó ella.
Levanté la mirada, que la había estado fijando en un punto infinito donde solo podría tener pequeños recuerdos de las cosas que había vivido con ella misma, y le hice un gesto como demostrándole que todo lo que veía era la causa, y ella tenía que saberlo.
Sin embargo, ella no lograba comprender la respuesta.
—Nada —terminé contestando, como rendido.