Aprendizaje basado en proyectos - Ross Cooper - E-Book

Aprendizaje basado en proyectos E-Book

Ross Cooper

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Beschreibung

El Aprendizaje basado en proyectos, un modelo de enseñanza basado en la investigación y la exploración, consiste en una serie de buenas prácticas entrelazadas entre sí: creatividad, espacios flexibles, sentido crítico, cooperación, autoevaluación, retroalimentación formativa# Los estudiantes, mediante el ABP, logran una comprensión más profunda del contenido a la vez que realizan un esfuerzo productivo conjunto dentro de un proyecto de colaboración aplicado a un contexto real. Aunque el cambio al ABP requiere bastante planificación, se convierte claramente en un proceso ganar-ganar que permite a los docentes dedicar la clase a atender las necesidades del alumnado y a despertar su compromiso social.

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Traducido y publicado por Fundación Santa María con permiso de The Paperless Classroom DBA x10 Publications. Esta obra traducida se basa en Project-Based Learning: Real Questions, Real Answers, How to Unpack PBL and Inquiry, de Ross Cooper y Erin Murphy © [2021], publicada por Times 10 Publications. Todos los derechos reservados. Times 10 Publications no está afiliada a la Fundación Santa María ni es responsable de la calidad de esta obra traducida. El acuerdo de traducción ha sido gestionado por RussoRights, LLC en nombre de Times 10 Publications.

Dirección del proyecto: Carles Suero

Diseño:Dirección de Arte Corporativa de SM

Corrección:Juana Jurado

Edición:Sonia Cáliz

© SM, 2024

ISBN: 978-84-1182-181-0

Debido a la naturaleza dinámica de internet, SM no puede responsabilizarse por los cambios o las modificaciones en las direcciones y los contenidos de los sitios web a los que se remite en este libro.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Para todos los educadores que convierten

a sus estudiantes en el centro de atención.

Para todas las personas que están al cargo de otras

y que hacen uso de su autoridad para ensalzar a los demás.

Ross Cooper

Para todos los alumnos que merecen conocer y ser conocidos.

Erin Murphy

Índice

Presentación de Juan José Vergara Ramírez

Prólogo de Thomas C. Murray

Introducción. ¿Por qué el Aprendizaje basado en proyectos (ABP)?

Capítulo uno. ¿Cómo puedo estructurar una experiencia de Aprendizaje basado en proyectos (ABP)?

Capítulo dos. ¿Cómo puedo obtener una calificación?

Capítulo tres. ¿Cómo debo reunirme con los estudiantes?

Capítulo cuatro. ¿Cómo incluyo la enseñanza directa?

Capítulo cinco. ¿Cómo puedo construir una cultura de centro de ABP?

Capítulo seis. ¿Cómo puedo manejar el caos?

Capítulo siete. ¿Cómo se relaciona la investigación con el ABP?

Capítulo ocho. ¿Cómo comienzo con el ABP?

Conclusión. Preguntas, respuestas y acciones

Sobre los autores

Agradecimientos

Apéndice: ¿Dónde puedo encontrar más información?

Bibliografía

Presentación

Hace años que sabemos que el Aprendizaje basado en proyectos (ABP) no es simplemente una moda educativa. Nuestro alumnado necesita herramientas complejas para comprender, habitar y construir el mundo actual. Lo relevante en su aprendizaje no es la acumulación de saberes. Deben saber qué hacer con ellos y contextualizarlos en su entorno cercano. También deben ser capaces de reflexionar sobre todo lo que les rodea.

Para ello es necesario que el aprendizaje supere definitivamente la compartimentalización del saber y ofrezca experiencias de aprendizaje globales y cercanas.

Cuando presenciamos un debate entre docentes sobre la importancia de cambiar el método de enseñanza hay dos posturas irreconciliables. De un lado, quienes son fervientes defensores de modelos de educación directa y, del otro, aquellos que apuestan decididamente por modelos activos de enseñanza. Ambos tienen razón.

Diseñar proyectos para tus clases responde a la necesidad de conectar la enseñanza con el mundo que vive tu alumnado, pero también responde de forma certera a las necesidades de los docentes cuando diseñan sus experiencias de aprendizaje. Hacerlo realidad en las aulas es el gran desafío. Para ello no se precisan tratados sobre la bondad del ABP. Lo que piden los docentes son guías prácticas y concretas que les ayuden en esta labor: “los docentes no necesitan que les expliquen las razones para el cambio, lo que precisan son herramientas sencillas para llevarlo a cabo"1.

Habitamos un mundo complejo y la propuesta educativa debe responder a ello. Educar en la actualidad exige los dos requisitos siguientes:

1. Ambición: es necesario dar al alumnado posibilidades de aprender aquello que necesita. No podemos conformarnos con conseguir un alumnado capaz de reproducir determinados contenidos tratados en las clases. Para habitar su realidad —académica, laboral y ciudadana— necesitan ser capaces de hacerse preguntas e indagar sobre ellas con los medios de los que disponen.

Este ambicioso objetivo te convierte en un provocador de experiencias educativas que pone a tu alumnado en la senda de investigar, analizar, comprender profundamente y decidir sobre todo lo que viven en tus clases. Las consecuencias, entre otras, son la necesidad de orientar el perfil profesional de docentes y alumnado.

Los primeros, centrando gran parte de su actividad en el diseño de situaciones de aprendizaje provocadoras de aprendizajes. Esto incluye contextualizar el contenido de la enseñanza en la realidad del alumnado, facilitar los recursos necesarios para que este investigue, proponga acciones concretas relacionadas con el objeto de su aprendizaje y posibilite que dichas acciones puedan ser llevadas a la práctica.

Los segundos, el alumnado, también deben cambiar su forma de entender la vida escolar. Ya no son meros receptores de contenidos. Tras exponerse a una situación de aprendizaje y debatir con los docentes los objetivos que se deben plantear en ese momento, los estudiantes se convierten en verdaderos investigadores en busca de conocimiento, desarrollo de habilidades y resolución de problemas. Su investigación se orienta hacia grandes preguntas susceptibles de ser contextualizadas en acciones concretas. A lo largo de esta aventura, el alumnado coopera, decide, diseña y conoce en profundidad contenidos escolares relevantes y de qué manera están presentes en su día a día como ciudadanos.

2. Humildad: cada comunidad de aprendizaje es distinta. Es el método de aprendizaje el que debe adaptarse al grupo y no al revés. El buen docente es aquel que sabe escuchar al alumnado que tiene delante, su contexto sociocultural y la comunidad escolar donde trabaja para provocar experiencias de aprendizaje relevantes para el alumnado de carne y hueso que tiene delante. Es necesario cambiar la mirada del docente para pasar de lo que he llamado en bastantes ocasiones “la pedagogía del espejo”, en la que el docente solo se mira a sí mismo reconociéndose el máximo experto en el aula, a aquella otra forma de ver la enseñanza en la que la experiencia de los docentes se ofrece, generosa y humilde, al contexto donde trabaja de tal manera que es capaz de convertirse en un agente de desarrollo personal, social y comunitario. Este modo de entender la enseñanza hace que las propuestas educativas deban ajustarse a las características concretas de cada comunidad y escuela, sus recursos, sus necesidades y sus sueños. También, a las que tiene cada uno de los alumnos y las alumnas que componen el grupo de aprendizaje, con sus diferentes ritmos, intereses y características individuales.

El Aprendizaje basado en proyectos (ABP) es una estrategia que se compromete con estos requisitos. No se trata, por tanto, de una moda metodológica, sino de la intención de hacer efectivas las clases que cada docente diseña día a día. En palabras de los autores del libro que tienes delante, “el Aprendizaje basado en proyectos es una parte de la enseñanza basada en la investigación en la que los estudiantes aprenden principalmente a través de la investigación y la exploración”2.

Permíteme que resalte dos aspectos de esta definición que comparto de forma especial con los autores en relación con el ABP y se han situado en el centro de decenas de discusiones de equipos de formación con los que he tenido ocasión de trabajar en los últimos años:

El ABP es una parte de la enseñanza. Una de las grandes ventajas del enfoque de proyectos es su flexibilidad. Convive especialmente bien con otros modelos de enseñanza. Es más, es deseable que así lo haga. Cada comunidad escolar emprende un modelo de ABP que se adapta a sus necesidades personales, grupales y comunitarias. Dentro de él se pueden utilizar decenas de herramientas con las que los docentes se encuentran cómodos. Los recursos de cada comunidad también son distintos. Las personas que pueden involucrarse, las instituciones que existen en la zona, la participación alta o baja de las familias, los vecinos, el entorno rural o urbano, las características del grupo y las necesidades de atención educativa condicionan grandes diferencias entre unos proyectos y otros. También las características personales de cada grupo de docentes influyen poderosamente en ello.El ABP utiliza un modelo de aprendizaje basado en la investigación. Esto no quiere decir que no sea aconsejable la instrucción directa. Como bien señalan los autores, esta debe ser incorporada a los procesos de investigación de forma que la orienten y la enriquezcan o, en palabras de Cooper y Murphy, “un itinerario no tiene por qué ser mejor que otro. Para cualquier proyecto, elige el itinerario que mejor se ajuste a tu contexto específico”3.

La libertad que nos ofrece el ABP no solo permite adaptarse a distintos contextos de enseñanza. También incorpora cómodamente la instrucción directa como respuesta a la necesidad de viajar en el proyecto emprendido. Para ello, los autores proponen tres tipos: la proactiva, la reactiva y el desvío de aprendizaje.

Una práctica habitual en decenas de docentes es la realización de proyectos de extensión a enseñanzas ya realizadas. Estos se enfocan como una ampliación o refuerzo de las enseñanzas realizadas, y todo lo que deben hacer los alumnos es seguir los pasos que puntualmente les han descrito. En muchas ocasiones el objeto de este proyecto es la realización de un producto final prefijado al que las distintas materias se incorporan tras haber desarrollado una secuencia didáctica. Esta es una práctica de mucho interés, pero es el ejemplo clásico de un proyecto que no reúne los requisitos necesarios para definirse como ABP.

En el ABP el alumnado se suma a un proyecto como consecuencia de su interés por investigar en torno a un tema concreto. Sin duda, esta intención solo es posible cuando el grupo ha vivido una experiencia detonante del mismo. Los autores ofrecen algunas ideas interesantes para empezar un ABP. Todas ellas convergen en la formulación de una pregunta central que da origen al proceso de investigación por parte del grupo.

A partir de esta pregunta, el alumnado inicia un viaje de investigación en el que las herramientas, los agrupamientos, los recursos y los resultados pueden diferir de unos a otros. La referencia a todos ellos son los objetivos de aprendizaje que les orientan y que ellos mismos valoran junto a sus docentes. En el ABP el proyecto nos sirve de herramienta para desarrollar contenidos de todo tipo en el alumnado. No es una actividad que se suma a lo ya trabajado en clase. Es parte del propio proceso de enseñanza. Contrariamente a los proyectos que viajan en paralelo o al final del aprendizaje, el ABP se inserta en el propio día a día del aula invitando al alumnado a desarrollar el pensamiento crítico, el creativo, la resolución de problemas y la capacidad de transferencia de lo aprendido. Además, lo hace buscando profundizar en las habilidades cooperativas del alumnado desarrollando las formas de trabajo conjunto, habilidades sociales, resolución de conflictos, responsabilidad individual en el trabajo cooperativo, ...

Dos puntos calientes de la incorporación del ABP en el diseño didáctico son la planificación y la evaluación. La primera debe saber conjugar tres aspectos importantes: la variabilidad de su desarrollo en función de la atención a los intereses del alumnado, la necesidad de planificación por parte de los docentes y el desarrollo de objetivos realmente valiosos para el alumnado en cuanto a la adquisición de competencias.

Es posible planificar la enseñanza y plantearse objetivos educativos concretos en el ABP sin renunciar a que el proyecto responda a los intereses de conocimiento del alumnado. Además, sabemos que el ABP, como modelo instruccional basado en la investigación, facilita el desarrollo de modelos de pensamiento crítico, la cooperación y el conjunto de objetivos que consideramos valiosos en una educación adecuada al tiempo en que vivimos.

Un recurso interesante para conseguirlo invita a reconceptualizar la evaluación haciendo que deje de ser exclusivamente una herramienta de control para ofrecerse al alumnado como elemento de aprendizaje. Puede ser de gran utilidad compartirla con el alumnado de forma que sean ellos y ellas mismas quienes reflexionen sobre la potencia del proyecto a la hora de conseguir mejoras personales. Por ello, el documento base para la evaluación debe ser aquel que registra los proyectos y recoge explícitamente los objetivos de aprendizaje en que cada alumno debe centrarse para alcanzar su desarrollo.

Sobre estos aspectos, planificación y evaluación, los autores se interrogan proponiendo soluciones prácticas que les han resultado útiles en su trabajo como docentes y formadores de equipos en el empleo del ABP.

Un aspecto fundamental en el ABP es el trabajo cooperativo, que genera grandes inquietudes entre el profesorado. Este se muestra inquieto ante la falta de herramientas de las que dispone para llevarlo a cabo y, también, por los riesgos que percibe en su uso. Sin embargo, los proyectos pierden la mayor parte de su potencia educativa si no explotan suficientemente los recursos del aprendizaje cooperativo, ya que es ahí donde el alumnado se va a encontrar con la necesidad de dar lo mejor de cada cual para enriquecer el proyecto, surgirán los conflictos y también se desarrollarán las habilidades de gestión de estos.

Es el trabajo cooperativo el que va a dibujar una narrativa adecuada del proyecto desde su inicio hasta el resultado final. El proyecto es una gran aventura conjunta y la necesidad de trabajo conjunto es otra de las preguntas y respuestas que se ofrecen en este libro. Es interesante leer estas reflexiones junto a la necesidad de reconceptualizar el espacio escolar: pasillos, patios, calles aledañas, etc. Algo que te invita a mirar cada rincón de tu propia escuela con una mirada facilitadora para el nacimiento y desarrollo de los proyectos.

Ross Cooper y Erin Murphy escriben este texto evitando abordar extensivamente todos los elementos posibles del ABP. Prefieren interrogarse en torno a algunas cuestiones que les parecen especialmente relevantes en su implementación en los centros. Para ello utilizan un lenguaje directo y protagonizado por algo que es eje nuclear del ABP: las preguntas. Una enseñanza basada en las preguntas más que en las respuestas. Un modelo que, como el APB, busca desarrollar el espíritu investigador en el propio alumnado y también en el profesorado que lo acompaña.

Como ya he señalado antes, el ABP invita a reconceptualizar el papel del docente en el desarrollo de sus clases. La tarea fundamental de este será la de “poner encima de la mesa del aprendizaje” preguntas motivadoras de procesos de investigación, no respuestas. Esto supone un gran cambio en relación con el modelo tradicional de enseñanza, en el que el papel fundamental del docente era el de ofrecer exclusivamente respuestas.

El ABP puede ser una herramienta de cambio importante para la cultura de las escuelas y a ello se dedica una parte significativa de esta obra. Desde mi punto de vista y para conseguirlo, es necesario que coloque a docentes, alumnado y directivos en una actitud de apertura a la comunidad y de compromiso con unos valores compartidos. La creencia de que el aprendizaje puede ser una gran ocasión para apostar por la construcción de una sociedad mejor y más justa. Solo es posible conseguirlo si la dotamos de una sencilla costumbre: ser capaces de hacernos preguntas que nos lleven a crecer como docentes, como alumnado y como ciudadanos y ciudadanas.

Este libro comparte de forma sencilla un buen número de preguntas que muchos docentes se hacen cuando intentan llevar a sus clases el ABP. Preguntas concretas que buscan respuestas prácticas en el día a día de la escuela. Sin duda, el texto que tienes delante es un excelente ejercicio de reflexión sobre ellas. Se trata de preguntas realizadas de forma sencilla, directa y buscando respuestas “reales”, lo que en palabras de los autores quiere decir: honestas.

Consideraciones al lector de habla hispana

Como te he comentado anteriormente, la obra que tienes delante es un excelente trabajo en el que los autores abordan algunas cuestiones de preocupación recurrentes entre los docentes que desean implementar el Aprendizaje basado en proyectos en sus escuelas. Los comentarios que realizan están orientados al contexto educativo de Estados Unidos, si bien son, en gran medida, de interés para las escuelas de los distintos países de Latinoamérica.

Permíteme que dediquemos algunos párrafos a contextualizar algunos aspectos que pueden ser de interés para reflexionar sobre las preguntas y respuestas que los autores plantean a lo largo del texto.

El modelo de organización educativa regional que señalan los autores se refiere a la organización por distritos escolares. Un modelo que reúne algunas características especiales que singularizan el sistema educativo estadounidense. Se trata de un modelo fuertemente descentralizado y organizado en torno a la demarcación de más de quince mil distritos que aglutinan un número desigual de colegios en cada uno de ellos. También de los recursos de que disponen. Cada distrito está dirigido por un grupo de personas elegidas por el resto de la comunidad que poseen una amplia capacidad de gestión del contenido, financiación y profesionalización de sus escuelas.

Este marco descentralizado tiene la evidente ventaja del alto grado de conexión de la vida escolar con la comunidad de referencia. La rapidez con que los objetivos educativos de cada escuela deben responder a las necesidades de su comunidad es relevante. Como ya hemos señalado, el ABP es un enfoque metodológico que se apoya de forma importante en que los aprendices conecten directamente con la realidad que habitan e intervengan de forma efectiva en ella. La existencia de redes relacionales formales e informales entre la escuela y la comunidad donde se inserta es una gran noticia. La relación entre los contenidos de enseñanza y las necesidades comunitarias, su contextualización con el entorno físico y humano hacen que el ABP tenga un especial sentido como eje que conecta la enseñanza con la comunidad.

Sin duda, esta organización también se enfrenta a grandes retos, ya que aumenta de forma notable las diferencias entre unos distritos y otros y, por consiguiente, entre sus escuelas. Algo que se ve acrecentado por las importantes diferencias existentes entre los recursos económicos con que cuentan, las indicaciones ideológicas, …, y que pueden influir directamente en toda la oferta educativa, la contratación de servicios profesionales y en los proyectos propuestos.

Un aspecto interesante del ABP es su capacidad para luchar contra la desigualdad sociocomunitaria, en la medida en que sea capaz de invitar al alumnado a superar un modelo exclusivamente acumulativo de conocimientos para provocar el desarrollo de pensamiento crítico y comunitario. También, para fomentar la cooperación frente al individualismo y la competición. Este es el modelo de ABP más interesante, ya que busca empoderar al alumno dotándolo de habilidades de investigación, reflexión y búsqueda de acción comprometida con su realidad. En este último sentido, el ABP conecta directamente con modelos de aprendizaje basados en la investigación y la acción, el compromiso comunitario y el juicio crítico. Allí es donde debemos valorar la potencia de este enfoque para conectar los distintos contenidos del currículo con la realidad contextual de cada escuela.

Si bien debemos alertar sobre la variabilidad terminológica de los distintos países en relación con los estándares de evaluación recogidos en sus distintas referencias legislativas, es destacable la importancia que los autores dan al aprendizaje de habilidades orientadas a la comprensión profunda y la acción del alumnado. El lector deberá adecuar el modelo a la redacción de los criterios de evaluación propios de cada país. En todos los casos, la bondad del ABP resalta en su capacidad para facilitar el aprendizaje competencial. Los autores destacan la necesidad de plantearse objetivos ricos en el desarrollo de competencias y comprometer al alumnado en su adquisición. Todo ello mediante un detallado proceso de programación del proyecto, negociación con el alumnado e identificación de objetivos de aprendizaje que el mismo alumno deberá ir valorando a lo largo del mismo. La evaluación se convierte así en un proceso centrado en el aprendizaje y protagonizado por el alumnado.

El desarrollo del ABP en las escuelas de Latinoamérica es progresivo, pero imparable. Este se ayuda de la gradual implantación de modelos innovadores en las reformas educativas locales. La extensión de su uso es global.

Sabemos que no es suficiente con la mera adquisición de contenidos. Deben servir para que el alumnado comprenda profundamente la realidad, desarrolle pensamiento crítico y adquiera compromiso comunitario. Algunas de las preguntas y respuestas que los autores se hacen en este libro sobre ABP son, sin duda, las que se hacen, día a día, decenas de docentes en cientos de escuelas que desean llevar a la práctica este enfoque y se enfrentan con dificultades comunes: programación, evaluación, trabajo cooperativo y creación de una cultura del cambio entre otras. La globalización crea realidades compartidas y grandes retos que exigen respuestas educativas comunes.

Juan José Vergara Ramírez, docente, formador especialista en metodologías activas y ABP, autor de Aprendo porque quiero. El ABP paso a paso.

1https://www.juanjovergara.com/formacion.

2Ver aquí.

3Ver aquí.

Prólogo

Antes de que pases la página, te voy a pedir que te tomes un tiempo para reflexionar sobre tu propia experiencia en el colegio. Tanto si fue hace unos años como si fue hace décadas, ¿cuáles son esas experiencias que lograron mantener viva tu motivación? ¿Con qué experiencias obtuviste los resultados más fructíferos cuando estabas aprendiendo? ¿Qué experiencias sirvieron para fomentar las habilidades que utilizarías después de graduarte? ¿Qué experiencias de aprendizaje se convirtieron en tu centro de atención? ¿Por qué? ¿Cómo?

La “generación Netflix” de estudiantes de hoy día es más diversa que ninguna otra a lo largo de la historia. Al mismo tiempo, un alumno conectado en la actualidad tiene más información a su disposición de la que podría consumir en muchas vidas. En algunas clases, las experiencias de aprendizaje mantienen el foco en el control, en el cumplimiento y en la conformidad; mientras que, en otras, la resolución de problemas, la creación y el aprendizaje más profundo son parte del día a día. En algunos entornos, las herramientas del siglo XXI se superponen a la pedagogía del siglo XX, mientras que en otros se desarrollan habilidades para el futuro y se prepara a los estudiantes para lo que decidan hacer después del instituto. En algunos lugares, la educación obligatoria transmite la pasión por aprender en un alumno justo en el momento en el que se gradúa. En otros, la educación despierta el deseo de cambiar el mundo y las habilidades obtenidas lo hacen posible.

¿En qué tipo de aula, colegio o zona enseñas tú? ¿Cómo lo sabes?

Cuando conoces tu porqué para la innovación, el Aprendizaje basado en proyectos (ABP) constituye uno de los mejores instrumentos para tu caja de herramientas como docente. Cuando te comprometes con tu porqué, el cómo pasa a ser el foco, y este libro se va a convertir en un recurso increíble para impulsar tu viaje. Resulta difícil argumentar que la repetición mecánica de contenidos de bajo nivel sea remotamente relevante ni para determinar los resultados de aprendizaje, ni para preparar de forma adecuada para la vida futura. Se necesitan enfoques más innovadores para esta generación de estudiantes. Al diseñar experiencias innovadoras basadas en metodologías profundas de enseñanza, podemos hacer que la experiencia de aprendizaje sea tanto moderna como significativa. Los alumnos de hoy pueden, sin duda, cambiar el mundo que les rodea, cuando están llenos de iniciativa y empatía, y cuentan con habilidades dinámicas del mundo real. No es ningún secreto afirmar que, de hecho, ya lo están haciendo.

Durante la pandemia de la covid-19, Avi Schiffmann, un estudiante de diecisiete años de Seattle, diseñó y codificó nCov2019.live, una página web de última generación a la que acceden millones de personas al día y en la que se ofrecen estadísticas actualizadas del número de casos confirmados de covid-19 en todo el mundo. ¿Su objetivo? Proporcionar a la gente acceso a información precisa para mantener su ansiedad bajo control. Aunque sus notas no sean las que otros considerarían como exitosas, su impacto es intenso.

Habiendo constatado las consecuencias del huracán Harvey de primera mano, sir Darius Brown, un emprendedor de trece años de edad de Nueva Jersey, partió en una misión para aprender cómo coser pajaritas para contribuir a que gatos y perros fueran adoptados. No tenía mucho dinero, pero estaba lleno de creatividad y tenía claros sus objetivos. Diseñó y creó 500 pajaritas que han sido usadas para ayudar a animales de todo el mundo.

No debería ser considerado algo descabellado para los estudiantes el hecho de disponer de oportunidades para diseñar, crear, seguir sus pasiones o tener una oportunidad para mostrar empatía. Ni tampoco deberían producirse todos estos avances fuera del centro educativo.

En la ciudad de Oakland, California, los alumnos del décimo curso de Introducción a la Educación aprendieron Literatura creando sus propios cuentos para un pueblo en Burkina Faso, un país al este de África, donde habían construido un colegio. Los estudiantes no empezaron estudiando Literatura para niños. Encontraron una audiencia real y desarrollaron relatos únicos especialmente creados para ella.

La relevancia y el propósito son componentes esenciales para el Aprendizaje basado en proyectos. Por eso, algunas de las mejores experiencias para los estudiantes consisten en resolver problemas cercanos.

Por ejemplo, los alumnos de preescolar visitan el refugio de animales local durante el estudio de su unidad sobre los animales y trabajan en colaboración para crear carteles y promover la adopción. O los alumnos de tercero entrevistan a los estudiantes sobre los tipos de tentempiés disponibles en la escuela con el fin de crear una campaña en torno a la alimentación saludable. O los alumnos de quinto escriben cartas a su Ayuntamiento y proponen planes para hacer un reciclaje más eficiente en su comunidad. Las posibilidades para tu clase y, lo que es aún más importante, para impactar en tu alumnado, pueden ser infinitas.

El Aprendizaje basado en proyectos utiliza una perspectiva centrada en el alumno y, en última instancia, va de la mano de la innovación. Sin embargo, con demasiada frecuencia, este tipo de experiencias de aprendizaje auténticas y personales constituyen la excepción, no la norma. Cuando se desarrollan de forma sistemática a lo largo del tiempo, se construye un legado duradero. Ser educador es la mejor profesión del mundo, porque puedes crear un impacto en la vida de los estudiantes que se prolongue a las generaciones venideras. No hay duda de que te recordarán, pero lo más importante es cómo te recordarán. No será por tu contenido, sino por sus experiencias.

¿Cómo darás rienda suelta al increíble potencial que cruza las puertas de tu aula cada día? ¿Cómo serán las experiencias de aprendizaje más enriquecedoras? ¿Cuál será finalmente tu legado?

No tengo dudas de que, como yo, llegarás a amar este libro.

A lo largo de las reflexivas palabras y significativas ideas escritas en estas páginas, Cooper y Murphy, dos renombrados referentes en el Aprendizaje basado en proyectos y el Aprendizaje basado en investigación, te guiarán a través de algunos de los aspectos más desafiantes del ABP, al tiempo que te inspirarán con sus historias y te empoderarán con multitud de ejemplos prácticos. Asimismo, Cooper y Murphy, al enfrentarse al statu quo, te motivarán a reflexionar sobre tus propias prácticas y te ayudarán a crear las experiencias de Aprendizaje basado en proyectos que los alumnos modernos de hoy en día necesitan para triunfar en la vida. Y, de paso, construirás tu propio legado dinámico.

¿Está preparado? Adelante.

Todo por los niños a los que servimos.

Thomas C. MurrayDirector de colegios innovadores y preparados para el futuro.Autor de Personal and Authentic: Designing Learning Experiences That Impact a LifetimeDisponible en @thomascmurray

Introducción

¿Por qué el Aprendizaje basado en proyectos?

Haz las preguntas correctas, y las respuestas quedarán al descubierto por sí solas.

Ophra Winfrey,presentadora de Talk show

El porqué de Ross

En 1990, terminé el primer año en la escuela hebrea New Haven, en la ciudad de Orange, Connecticut. Como mi madre ha conservado todos mis boletines de calificaciones del colegio, puedo deciros que mi profesora, la señorita Winters, escribió los siguientes comentarios en el boletín de calificaciones del cuarto y último semestre:

Ross ha experimentado una mejora muy significativa en Inglés durante este año. Se divierte aprendiendo cuando se trata de algo sobre lo que está interesado. Sin embargo, todavía tiene dificultades obedeciendo órdenes si no son de su interés. Disfrutad de un feliz y próspero verano. Con cariño, Mary Winters.

Los sentimientos expresados por la señortita Winters me acompañaron más o menos de manera constante durante toda mi etapa como estudiante y también, a veces, durante mi vida adulta. Aunque mi pasión era aprender, nunca me encantó el colegio; me parecía demasiado tiempo dedicado a cosas que, simplemente, no me interesaban. Como resultado, con frecuencia, me portaba mal.

Una cita anónima dice, “Conviértete en la persona que necesitabas cuando eras pequeño”. Este es mi porqué de convertirme en educador, y este es mi porqué de utilizar el Aprendizaje basado en proyectos. Adoro a los estudiantes y siempre promoveré las experiencias de aprendizaje como el Aprendizaje basado en proyectos, que permite a los estudiantes tomar el control de su educación. Como estudiante, no tuve muchas oportunidades de este tipo; ahora quiero crearlas para los demás.

El porqué de Erin

Durante mi último año de colegio, participé en un programa de prácticas que se centraba en el Aprendizaje basado en proyectos e investigación. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que este tipo de aprendizaje era diferente a mi experiencia en el colegio; sin embargo, los beneficios estaban claros: los estudiantes en mi clase de segundo año demostraron una comprensión más profunda de lo que estaban aprendiendo, que se constataba en sus conversaciones, sus respuestas escritas y sus resultados. A lo largo del año, convertí este tipo de aprendizaje en la norma. Sin embargo, cuando me gradué y obtuve mi primer puesto como profesora, me di cuenta de que el Apredizaje basado en proyectos era realmente la excepción en la mayoría de los colegios. Me desconcertó comprobar la confianza que depositaban en los libros de texto y las fichas; no podía entender por qué usaban esos recursos cuando existían métodos que eran más eficaces e interesantes.

Ahora, como madre de dos niñas, tengo una perspectiva diferente. Mis hijas son increíblemente curiosas y tienen una sed insaciable por aprender. Ellas describen “descubrir algo nuevo” como su pasatiempo favorito. Me preocupan los sistemas educativos que pueden hacer que mis hijas, o cualquier niño, sientan que aprender es solamente traspasar información de libro de texto a una hoja de un cuaderno de trabajo en vez de sentir la emoción de descubrir. Mi porqué se reduce a mi creencia de que los niños merecen tener experiencias de aprendizaje que inspiren curiosidad y fomenten la alegría.

Nuestro acercamiento

Siempre que nos implicamos en el Aprendizaje basado en proyectos, pensamos por qué decidimos al principio adoptar este enfoque. Estas razones nos sirven de motivación y nos ayudan a humanizar el trabajo. Después de todo, nuestro trabajo curricular no importa si lo que hacemos no resuena en la gente de forma personal.

Mientras tanto, nos dimos cuenta de que no todo el mundo tiene la misma pasión por el Aprendizaje basado en proyectos que tenemos nosotros. Tu pasión puede ser igual o mayor que la nuestra, o puede que odies el Aprendizaje basado en proyectos, pero lo estás llevando a cabo porque te han dicho que lo hagas. En cualquier caso, estés abordando el Aprendizaje basado en proyectos de una forma o de otra, vamos a echarle un vistazo a cómo este acercamiento puede beneficiaros tanto a ti como a tus estudiantes y por qué podrías querer priorizar el Aprendizaje basado en proyectos para cambiar la enseñanza en tu clase, colegio o distrito.

El ABP promueve la relevancia (no solamente la motivación)

De acuerdo con nuestra experiencia, muchos colegios priorizan lo que es cómodo para los adultos, no lo que es lo mejor para los estudiantes. Y después no estamos de acuerdo cuando no creen en lo que estamos haciendo.

Aunque estas prioridades equivocadas pueden presentarse de muchas maneras, estados y formas, una de sus manifestaciones es el grado de implicación de la voz y la elección de los estudiantes, o su ausencia. De acuerdo con el Quaglia Institute School Voice Report (Informe sobre la voz en la escuela del Instituto Quaglia) (2016) el 56 % de los estudiantes sienten que no tienen voz en la toma de decisiones en el colegio y, en parte, como resultado, el 43 % piensan que la escuela es aburrida. Pese a que muchos de nosotros pensamos que estamos dando a nuestros estudiantes voz y voto, es fácil caer en la trampa de autoconvencernos de ello cuando no es verdad.

Ross: como profesor de cuarto curso y amante de la buena comida que soy, a menudo les proponía a mis alumnos proyectos de Top Chef cuyo objetivo era que escribieran reseñas sobre restaurantes. Cada estudiante iba a un restaurante de su elección, tomaba notas durante la cena, y después convertía esas notas en una reseña profesional que era publicada en un blog y enviada al propio restaurante. Los estudiantes que no podían ir a un restaurante hacían una reseña de la cocina de casa, que siempre resultaba divertido…, pero también polémico.

Cuando les hablamos a los educadores sobre este proyecto, normalmente se quedan prendados. Pero cuando analizamos pormenorizadamente el proyecto, descubrimos que nunca llegué a preguntar a mis estudiantes si ellos eran aficionados a la comida o si ellos estaban interesados en escribir sobre restaurantes. Mirando el proyecto con perspectiva, podría haber presentado Top Chef a los estudiantes como una manera entre varias de mostrar su aprendizaje, mientras que también dejaba que surgieran sus propias opciones y preferencias. O, como punto de partida, podría haberles preguntado si querían escribir reseñas de restaurantes o no.

La voz y la elección de los estudiantes puede marcar la diferencia entre la motivación (intentar que los estudiantes se entusiasmen con nuestros intereses) y la relevancia (ofrecer oportunidades a los estudiantes para que se entusiasmen con sus intereses). Mientras que vender a los estudiantes nuestros intereses tiende a generar una motivación que normalmente dura poco tiempo, el último enfoque se centra en los estudiantes y da prioridad a lo que los hace únicos. Como resultado, ellos son los diseñadores o codiseñadores de experiencias de aprendizaje relevantes que aprovechan su motivación intrínseca.

Cuando consideramos que los estudiantes son los dueños del aprendizaje, los niveles de comodidad del profesorado y del alumnado varían dependiendo del contexto. Por ejemplo, los docentes pueden no estar preparados para abandonar el control, y los estudiantes pueden no saber cómo actuar cuando son ellos los que tienen el control. En cualquier caso, deberíamos acercarnos a que el alumnado asuma la responsabilidad de una manera o de otra. Pero esta transición es más fácil de decir que de hacer, y muchos de nosotros nos preguntamos cómo hacerla realidad.

En este sentido, el Aprendizaje basado en proyectos es fundamental porque nos proporciona un marco sólido, pero flexible que permite a los estudiantes tener voz, elección y relevancia. Si no intervienen estos elementos, creemos que lo que estamos haciendo no es ABP. Hay dos razones principales de por qué el Aprendizaje basado en proyectos va de la mano con la voz, la elección y la relevancia.

En primer lugar, como el ABP nos obliga a planificar a largo plazo, tenemos menos urgencia de que los estudiantes demuestren este aprendizaje, de esta manera, ahora mismo. Tenemos flexibilidad en cuanto al cómo y el cuándo porque, en su lugar, estamos buscando que los estudiantes puedan alcanzar sus objetivos de algún modo al final del proyecto, e incluso entonces podemos ofrecer una prórroga. Simon Sinek resumió brevemente y de forma bella estas circunstancias cuando dijo, “Cuando tenemos claro hacia dónde estamos yendo, somos más flexibles en cómo llegar allí”.

En segundo lugar, cada unidad de ABP suele incluir al menos un proyecto en el que los estudiantes crean un producto, contribuyen a realizar una acción, o abordan un problema. Casi del mismo modo los estudiantes (y adultos) leen con sesgos y, por ello, nunca van a poder leer dentro de “las cuatro esquinas de un texto”, los estudiantes nunca van a poder trabajar dentro de “las cuatro esquinas de un proyecto”. A menos que les demos instrucciones paso a paso (aunque no deberíamos hacerlo), los estudiantes abordan sus proyectos de formas que son únicas para ellos, basadas en sus fortalezas, sus experiencias, y en sus conocimientos previos.

Los estudiantes que no están acostumbrados a un Aprendizaje basado en proyectos algunas veces van a pedir permiso o apoyo para beneficiarse de esta flexibilidad y autonomía. Sin embargo, los que están cómodos con el ABP, se entregan a su trabajo como si tuvieran derecho hacerlo. Y así es.

La relevancia no es algo que hacemos para los estudiantes. En vez de eso, creamos las condiciones para que los estudiantes puedan tener autonomía en su trabajo. El Aprendizaje basado en proyectos puede ayudar a que estas condiciones se hagan realidad.

El ABP nos ayuda a trabajar de forma más inteligente, no a que sea más difícil

Muchos de nosotros seguramente recordemos las programaciones tradicionales de las clases que teníamos que presentar como profesores en prácticas. Muchos de ellos seguían el modelo de programaciones de Madeline Hunter: objetivos de clases, estándares asignados, equipo previo, procesos de enseñanza, prácticas guiadas y prácticas independientes, cerradas y con supervisión. Todos nuestros planes de unidades pueden también haber constituido varias programaciones en enormes archivadores innecesarios, conectados por nada más que un tema dominante.

Creemos que estos tipos de unidades todavía son predominantes en muchos de nuestros colegios. He aquí una idea de cómo suelen ser en acción:

1. El docente introduce un tema, como, por ejemplo, las tres ramas del gobierno.

2. Los estudiantes reciben explicaciones sobre dicho tema mediante varias clases, que pueden o no estar distribuidas como un paquete. A medida que el alumnado aprende, las evaluaciones formativas orientan la enseñanza.

3. Los estudiantes hacen un examen sobre la información recibida en las clases.

4. Todos pasan al siguiente tema.

Aunque se producen diversos problemas con este acercamiento, he aquí tres que se deben tener en consideración: 1) La unidad entera, o la mayoría de ella, está compuesta sin pensar en los estudiantes como receptores (inquietantemente similar a una unidad que podrían volver a dar al año siguiente). 2) A menos que los estudiantes amen las tres ramas del gobierno, no hay un incentivo para aprender este temario más que hacer bien un examen. 3) Nunca se especifica a los estudiantes lo que deben saber, entender y ser capaces de hacer como resultado de estudiar las tres ramas del gobierno. Por tanto, a la unidad le falta una verdadera dirección y parece que el docente quiere explicar un tema complicado en un tiempo inadecuado para su enseñanza, haciéndoles estudiarse hechos que luego van a estar obligados a regurgitar en el examen.