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Al calor del verano cuando caminas por la costa, como faritos prenden fósforos los inciensos indicando al mar por dónde tiene que ir rociando, vas pisando otros mundos de costuras y mercadillos sin ver cómo el malpaís te ofrece su muestrario de terciopelos olvidados, y tú tan tranquila vas paseando, ajena al mensaje en morse que vuela en la cola de los mirlos, al leguaje de signos de los cardones que señalan al risco, donde los bejeques a tu paso casi en un suicidio se van alongando, y tú caminando tan distraída mientras la tarde entra en un alisio, llevándose la luz en un gris de nube, mientras la bajamar teje y olvida para tus hombros una toquilla de musgo pues ya va refrescando.
SOBRE EL AUTOR
Nacido en el año 67 en Santa Cruz de la Palma,
Anselmo Pérez de la Cruz es licenciado en Derecho por la UNED. Trabajó como abogado laboralista para un sindicato, luego como formador para el Cabildo Insular y los últimos veintitrés años como empleado de banca. Ávido lector, amante de la pintura y la naturaleza, ahora prejubilado, se dedica a cuidar de su familia, vivir al ritmo al que crecen las plantas y a recuperar la escritura que ha permanecido silente durante todo este tiempo.
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Seitenzahl: 17
Azulverdepiel
© de los textos, Anselmo Pérez de la Cruz
© de la fotografía del autor, Emilio Barrionuevo
© de la ilustración de portada, Anselmo Pérez de la Cruz
Ediciones El Drago
www.edicioneseldrago.com
Edición permanente, 2022
ISBN edición impresa: 978-84-126348-3-9
DL: M-29781-2022
ISBN ePub: 978-84-126348-4-6
Diseño y maquetación: Montaña Pulido Cuadrado
Conversión a ePub: Rafael Lago Sarichev
La reproducción parcial o total de este libro, mediante cualquier medio, vulnera derechos reservados. Queda prohibida toda utilización del mismo sin el permiso previo y explícito de los editores.
Al calor del verano
cuando caminas por la costa,
como faritos
prenden fósforos los inciensos
indicando al mar por dónde tiene que ir rociando,
vas pisando otros mundos
de costuras y mercadillos
sin ver cómo el malpaís te ofrece su muestrario
de terciopelos olvidados,
y tú tan tranquila vas paseando,
ajena al mensaje en morse
que vuela en la cola de los mirlos,
al leguaje de signos de los cardones
que señalan al risco,
donde los bejeques a tu paso
casi en un suicidio se van alongando,
y tú caminando tan distraída
mientras la tarde entra en un alisio,
llevándose la luz en un gris de nube,
mientras la bajamar teje y olvida para tus hombros
una toquilla de musgo
pues ya va refrescando.
Sinopsis
Poema uno
Poema dos
Poema tres
Poema cuatro
Poema cinco
Poema seis
Poema siete
Poema ocho
Poema nueve
Poema diez
Poema once
Poema doce
Poema trece
Poema catorce
Poema quince
Poema dieciséis
Poema diecisiete
Poema dieciocho
Poema diecinueve
Poema veinte
Poema veintiuno
Poema veintidós
Poema veintitrés
Poema veinticuatro
Poema veinticinco
Poema veintiséis
Poema veintisiete
Poema veintiocho
Poema veintinueve
Poema treinta
Poema treinta y uno
Poema treinta y dos
Poema treinta y tres
Poema treinta y cuatro
Poema treinta y cinco
Poema treinta y seis
Poema treinta y siete
Poema treinta y ocho
Poema treinta y nueve
Poema cuarenta
Poema cuarenta y uno
Poema cuarenta y dos
Poema cuarenta y tres
Poema cuarenta y cuatro
Poema cuarenta y cinco
Poema cuarenta y seis
Poema cuarenta y siete
Poema cuarenta y ocho
Poema cuarenta y nueve
Poema cincuenta
Poema cincuenta y uno
Agradecimientos
Sobre el autor