Chemtrails - James Handen - E-Book

Chemtrails E-Book

James Handen

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Beschreibung

Most experts agree that the lines in the sky produced by some aircraft are harmless contrails, that these emissions have always been produced and that they can be explained by the interaction of atmospheric gases. However, different people around the world are astonished by the amount of time these dubious contrails persist, and how they end up looking like indelible clouds. How can it be explained that the analysis of the samples taken from these trails reveal the presence of aluminum, barium and strontium? And more importantly: why would they secretly release dangerous chemicals, how does this relate to climate manipulation and geoengineering? Throughout this book, several of the silenced scientists will deliver what their research shows.

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Seitenzahl: 42

Veröffentlichungsjahr: 2022

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Inhalt

¿Estelas de condensación o estelas químicas?

La versión oficial

Geoingeniería: estrategias para mitigar el cambio climático

Dane Wigington y su Geoengineering Watch

Aerosoles atmosféricos y cargas eléctricas artificiales

¿Para qué sirve la pulverización a gran escala?

William Thomas, una voz en el desierto

Kristen Meghan, la soplona de la Fuerza Aérea

Peter Kirby y el New Manhattan Project

Chemtrails por todo el mundo

Nanopartículas de aluminio en la tierra y en el cuerpo

¿Estelas de condensación o estelas químicas?

¿Has prestado atención a los cielos últimamente? ¿Has visto por casualidad esas estelas que dejan pequeños aviones cuando cruzan una y otra vez el cielo? ¿Has notado acaso que esas estelas persisten durante horas, y se diseminan muy lentamente? Y si fuéramos un poco más allá, ¿has notado que las nubes ya no tienen la forma que solían tener, y que ahora se asemejan a los patrones de las estelas de los aviones? Los cielos han cambiado: ya no son azules y las nubes ya no son blancas y pomposas; ahora son grisáceos y las nubes son líneas suspendidas en el aire.

Mientras que quienes desestiman todo peligro afirman que esas estelas que vemos son “contrails” (condensation trails: estelas de condensación) y lo explican por la diferencia de temperaturas y humedad, una buena cantidad de gente denuncia que en verdad son “chemtrails” (chemical trails: estelas químicas) y que responden a programas de geoingeniería climática que los gobiernos no reconocen que estén implementando. El tema genera controversias y divide aguas: hay quienes creen que, en efecto, esos aviones liberan partículas o nanopartículas con fines específicos, y hay quienes se burlan de lo que consideran otra “teoría conspirativa”.

Los chemtrails serían parte de lo que se conoce como SLAP (secret, large-scale atmospheric spraying program, Programa Secreto, a gran escala, de Pulverización Atmosférica), y sus denunciantes aportan análisis que demostrarían la existencia de nanopartículas de metales como el aluminio, el bario y el estroncio tanto en muestras de suelo como en muestras de aire tomadas directamente de las estelas, justamente los metales que se describen en distintas patentes de métodos de manipulación climática.

Afirman, además, que la geoingeniería climática es un arma de guerra sin igual, y que los gobiernos estarían perfeccionando sus técnicas y métodos. La geoingeniería se presenta como una combinación de disciplinas que propone herramientas “científicas” para combatir el así llamado “cambio climático”: las soluciones que proponen son a gran escala y tan drásticas que serían apenas últimas opciones en caso de que el calentamiento global nos lleve a escenarios de emergencia. Todos los “proyectos” de geoingeniería, afirman quienes denuncian los chemtrails, ya están siendo implementados de modo secreto. Pero eso no es todo: contribuyen a generar la contaminación, a dañar la capa de ozono, a secar árboles y propagar incendios. En definitiva: son causales de los desequilibrios climáticos que estamos viendo.

Una encuesta internacional de 2011 arrojó que casi 1 de cada 6 personas creían en la existencia de SLAP. Una década más tarde, ese porcentaje sería mucho mayor. En las páginas que siguen revisaremos las posiciones en torno a los chemtrails, las explicaciones y evidencias que aportan detractores y promotores de esta teoría, y analizaremos los motivos que podrían esconderse detrás de un plan oculto de pulverización atmosférica.

La versión oficial

Wikipedia advierte que “La teoría conspirativa de las estelas químicas, también llamadas quimioestelas (chemtrails en inglés) plantea la creencia errónea de que las estelas de condensación de larga duración dejadas por los aviones a gran altura son en realidad ´estelas químicas´ que consisten en agentes químicos obiológicos rociados por los aviones con fines nefastos no revelados al público en general”1. En la web de National Geographic explican: “No, no te están fumigando, ni esterilizando; ni controlando el clima para que los agricultores tengan que comprar semillas a Monsanto. Los famosos chemtrails no existen, simplemente son estelas de condensación producidas por la interacción de los gases que expulsan los aviones con los de la atmósfera”2.

Casi todos los principales periódicos del mundo, y desde luego los fact-checkers (chequeadores de datos) han dedicado al menos un artículo a desmentir la existencia de chemtrails. Como sucede con temas controversiales o que son tildados de “teorías conspirativas”, las búsquedas en Internet (con los buscadores mainstream como Google) suelen arrojar toda la “información oficial”. En relación a las estelas químicas, las explicaciones de la narrativa dominante se centran en que se trata solamente de estelas de condensación provocadas por la diferencia de temperaturas, y que los lunáticos conspiracionistas han inventado todo el resto: no hay allí químicos, no hay programas secretos, no hay fumigación, no hay manipulación del clima ni de la radiación solar.