Cómo leer y comprender la Biblia - Pedro Donoso Brant - E-Book

Cómo leer y comprender la Biblia E-Book

Pedro Donoso Brant

0,0

Beschreibung

En casi todos los hogares existe una Biblia, sin embargo, no significa que sea la obra más leída

Para muchos, sigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca personal. Pero ¿por qué no es el más leído? Y la respuesta parece ser, que es una lectura agotadora, porque invita a pensar y a reflexionar con gran intensidad. Es así como muchos comienzan a leerla, pero después de algunos capítulos, la dejan de lado. Esto sucede en muchos casos porque no es fácil comprender lo que se lee. En efecto, La Biblia nos presenta rápidamente muchos nombres y lugares desconocidos que si no sabemos ubicar geográfica e históricamente, hace que nos perdamos.

Este libro le guiará en todo momento, dándole los datos y consejos necesarios para que descubra la verdadera dimensión de lo que se narra, en cada uno de los pasajes del libro más influyente de todos los tiempos

BENEFICIOS
– Es un libro que ayudará a cualquier persona a entender La Biblia, por qué fue escrita, por quién, para qué… Es decir, con la ayuda de esta guía, uno descubrirá la verdadera dimensión de La Biblia, de la mano de uno de los mayores expertos de la misma. Para Mestas es un lujo estratosférico poder tener un libro de este autor.
– La guía analiza, uno a uno, todos los libros de La Biblia. Aconseja cómo leerlos y da claves para entenderlos.
– El autor es una eminencia a nivel mundial como experto en La Biblia y Los Evangelios. Fue el primero en utilizar internet para explicar de manera sencilla el significado de La Biblia.
– Sus estudios sobre libros relacionados con la cultura cristiana han sido publicados a lo largo de todo el mundo.
– Recibe más de 1000 emails diarios de gente que le consulta aspectos de La Biblia. Él y su equipo los contestan todos. Llegando incluso a recitar pasajes o misas por teléfono para que ninguna persona de este planeta pueda quedarse sin conocer la palabra de Dios.

SOBRE EL AUTOR

Pedro Donoso Brant, ocds, nacido en Viña del Mar, Chile, fue una de las primeras personas en el mundo en utilizar internet para divulgar la Palabra del Evangelio. Ya en el año 95 empezó a vislumbrar las posibilidades que ofrecía este medio para poder acercar a gente sencilla la verdadera dimensión de La Biblia. Actualmente publica a diario, en su web Caminando con Jesús, reflexiones, cuentos y testimonios, algunos de los cuales se pueden encontrar en importantes medios de información católicos.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 189

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



1Introducción

1.1 LA BIBLIA EN EL HOGAR

En casi todos los hogares cristianos existe una Biblia, sin embargo, no significa que sea el libro más leído. Existe conciencia que la Biblia es el Libro Sagrado de la casa, pero para muchos, la Biblia sigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca personal.

Una pregunta válida es: ¿por qué no es el libro más leído?, y la respuesta parece ser, que es una lectura agotadora, porque invita a pensar y a reflexionar con gran intensidad. Es así como muchos comienzan a leerla, pero después de algunos capítulos, la dejan de lado. Esto sucede en muchos casos porque no es fácil comprender lo que se lee.

En efecto, la Biblia nos presenta rápidamente muchos nombres y lugares desconocidos y si no sabemos ubicarnos geográficamente e históricamente, nos perdemos.

Es así como, para muchos, la Biblia es un libro que resulta extenso y difícil.

Uno de los grandes problemas de leer la Biblia, sin tener una mínima noción técnica de lo que se lee, es la interpretación parcial –en algunos casos caprichosa–, otras veces errónea y, en el caso más grave, fanática. Entonces, esta lectura muchas veces se transforma en algo más cercano a lo odioso que a lo amoroso que hay en ella, con el agravante añadido de ser una invitación a adherirse a sectas y al alejamiento de la Iglesia. Esto es válido para todas las iglesias cristianas y, en especial, para la Católica, de la que mucha gente llega a apartarse por ignorancia en la fe.

Otro de los errores es la lectura al azar, sin reflexión, sin orden o sin motivo, y sin explicación alguna. Es bueno, por tanto, tener una cierta metodología para introducirse en ella.

Ahora, es bueno comprender que no basta leer la Biblia con fe y devoción; es necesario o recomendable unir la fe, la oración y la devoción con el estudio sistemático y metodológico y con una mínima preparación; esto es, hay que prepararse para leerla.

Entonces es bueno intentar resolver las preguntas siguientes: ¿Cómo leerla?, ¿por dónde comienzo?, ¿cómo comenzar?, ¿a quién le pregunto?, ¿qué necesito tener a mano?

1.2 CÓMO LEER LA BIBLIA

Parece que una buena recomendación es la paciencia en la lectura y luego la disciplina en la lectura.

Otro punto necesario a resolver es: qué tipo de Biblia leo, porque hay algunas diferencias. Yo recomiendo la Biblia de Jerusalén y la Biblia Latinoamericana, entre las muchas buenas existentes. En todo caso, es bueno elegir las de última edición o las más modernas, ya que con ediciones demasiado antiguas –incluso incompletas, sin introducciones ni comentarios–, o con ediciones de bolsillo, no se puede completar una lectura o un estudio serio.

También es bueno contar con un atlas bíblico a mano, a fin de consultar geográficamente los hechos.

Una metodología que recomiendo es la Biblia personal de estudio y reflexión –de preferencia, no muy pequeña–, de papel fuerte y especialmente que tenga un buen margen, para poder subrayar los fragmentos más importantes y las cosas significativas, con posibilidad de registrar anotaciones de interés, como algunas reflexiones, impacto de lo leído, significado en nuestra vida, etc.

Otro punto de interés es el conocimiento del texto, esto es, el índice, abreviaturas, fe de erratas, introducciones, notas del editor, notas al margen, explicaciones especiales, etc. Esto es una gran ayuda para conocer lo que se leerá.

1.3 CONOCIENDO LA BIBLIA

1.3.1 ¿Qué es la Biblia?

Biblia: palabra de origen griego –de donde proviene la palabra biblioteca–, que quiere decir “libros”. Este conjunto de libros al que llamamos Biblia se fue componiendo a lo largo de varios siglos. Transmisión oral, escrita y como la conocemos hoy.

1.3.2 ¿Cuándo fue escrita la Biblia?

La Biblia no fue escrita de golpe; llevó mucho tiempo, más de 1000 años. Comenzó a escribirse alrededor del año 1250 a. C. y se puso punto final sólo cien años después del nacimiento de Jesús.

La Biblia, como hoy la tenemos, pasó por muchas etapas. Primero fue vivida, después fue contada y luego, para que perdure, escrita.

1.3.3 ¿En qué lengua se escribió la Biblia?

La Biblia se escribió en tres lenguas diferentes: hebreo, arameo y griego. En el tiempo de Jesús el pueblo de Palestina hablaba el arameo en casa, usaba el hebreo en la lectura de la Biblia y el griego en el comercio y la política.

1.3.4 ¿Dónde fue escrita la Biblia?

Antiguo Testamento: Palestina, Babilonia, Egipto.

Nuevo Testamento: Palestina, Siria, Asia Menor, Grecia, Italia.

1.3.5 ¿Cuántos libros?

La Biblia consta de 73 libros, separados así:

Antiguo Testamento: 46 libros.

Nuevo Testamento: 27 libros.

Total: 73 libros.

2Capítulo ICómo se escribió la Biblia

En la condescendencia de su bondad, Dios, para revelarse a los hombres, les habla en palabras humanas: “La Palabra de Dios, expresada en lenguas humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre, asumiendo nuestra débil condición humana, se hizo semejante a los hombres” (DV 13).

Dios es el autor de la Sagrada Escritura. “Las verdades reveladas por Dios, que están contenidas y se manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo.” Él ha inspirado a los autores humanos de los libros sagrados.

La tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Esta lista integral es llamada “Canon de las Escrituras”. Canon viene de la palabra griega kanon que significa “medida, regla”.

El Canon comprende para el Antiguo Testamento 46 escritos y 27 para el Nuevo. Estos son: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Ruth, los dos libros de Samuel, los dos libros de los Reyes, los dos libros de las Crónicas, Esdras y Nehemías, Tobías, Judit, Ester, los dos libros de los Macabeos, Job, los Salmos, los Proverbios, el Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, la Sabiduría, el Eclesiástico, Isaías, Jeremías, las Lamentaciones, Baruc, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías, para el Antiguo Testamento.

Para el Nuevo Testamento: los Evangelios de Mateo, de Marcos, de Lucas y de Juan, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas de Pablo a los Romanos, la primera y segunda a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a los Colosenses, la primera y segunda a los Tesalonicenses, la primera y segunda a Timoteo, a Tito, a Filemón, la Epístola a los Hebreos, la Epístola de Santiago, la primera y segunda de Pedro, las tres Epístolas de Juan, la Epístola de Judas y el Apocalipsis.

2.1 ANTIGUO TESTAMENTO

Los judíos consideraban que existían dos cánones de los Libros Santos: el Canon Breve (palestinense) y el Canon Largo (alejandrino).

El Antiguo Testamento en hebreo (Canon Breve) está formado por 39 libros y se divide en tres partes: “La Ley”, “Los Profetas” y “Los Escritos”.

El Antiguo Testamento en griego (Canon Largo) está formado por 46 libros. La versión griega de la Biblia, conocida como de los Setenta, cuenta con 7 libros más: Tobías, Judit, Baruc, Eclesiástico, I y II de Macabeos y Sabiduría.

Además, algunas secciones griegas de Ester y Daniel. Estos libros son conocidos frecuentemente –aunque la expresión no sea necesariamente la más adecuada–, como “deutero-canónicos” (esto es, segundo canon).

Los judíos en Alejandría tenían un concepto más amplio de la inspiración bíblica. Estaban convencidos de que Dios no dejaba de comunicarse con su pueblo, aún fuera de la Tierra Santa, y de que lo hacía iluminando a sus hijos en las nuevas circunstancias en que se encontraban.

Los Apóstoles, al llevar el Evangelio al Imperio Grecorromano, utilizaron el Canon Alejandrino. Así, la Iglesia primitiva recibió este canon que consta de 46 libros.

En el siglo III comenzaron las dudas sobre la inclusión de los así llamados “deuterocanónicos”. La causa fue las discusiones con los judíos, en las cuales los cristianos sólo utilizaban los libros proto-canónicos. Algunos Padres de la Iglesia hacen notar estas dudas en sus escritos –por ejemplo: Atanasio (373), Cirilo de Jerusalén (386) y Gregorio Nacianceno (389)–, mientras otros mantuvieron como inspirados también los deuterocanónicos –por ejemplo: Basilio (379), Agustín (430) y León Magno (461)–.

A partir del año 393, diferentes concilios –primero regionales y luego ecuménicos–, fueron precisando la lista de los Libros “canónicos” para la Iglesia. Estos fueron:

Concilio de Hipona (393)

Concilio de Cártago (397 y 419)

Concilio Florentino (1441)

Concilio de Trento (1546)

En este último, solemnemente reunido el 8 de abril de 1546, se definió dogmáticamente el canon de los Libros Sagrados.

Los protestantes sólo admiten como libros sagrados los 39 libros del canon hebreo. El primero que negó la canonicidad de los siete deuterocanónicos fue Carlostadio (1520), seguido de Lutero (1534) y luego Calvino (1540).

2.2 NUEVO TESTAMENTO

El Nuevo Testamento está formado por 27 libros y se divide en cuatro partes: “Evangelios”, “Hechos de los Apóstoles”, “Epístolas” y “Apocalipsis”.

En los orígenes de la Iglesia, la regla de fe se encontraba en la enseñanza oral de los Apóstoles y de los primeros evangelizadores.

Pasado el tiempo, se sintió la urgencia de consignar por escrito las enseñanzas de Jesús y los rasgos sobresalientes de su vida. Este fue el origen de los Evangelios.

Por otra parte, los Apóstoles alimentaban espiritualmente a sus fieles mediante cartas, según los problemas que iban surgiendo. Este fue el origen de las Epístolas.

Además, circulaban entre los cristianos del siglo primero dos obras más de personajes importantes: “Los Hechos de los Apóstoles”, escrita por Lucas, y el “Apocalipsis”, salido de la escuela de San Juan.

A fines del siglo I y principios del II, el número de libros de la colección variaba de una Iglesia a otra.

A mediados del siglo II, las corrientes heréticas de Marción (que afirmaba que únicamente el Evangelio de Lucas y las 10 Epístolas de Pablo tenían origen divino), y de Montano (que pretendía introducir como libros santos sus propios escritos), urgieron la determinación del Canon del Nuevo Testamento.

Hacia fines del siglo II, la colección del Nuevo Testamento era casi la misma en las Iglesias de Oriente y Occidente.

En los tiempos de Agustín, los Concilios de Hipona (393) y de Cartago (397 y 419) reconocieron el Canon de 27 libros, así como el Concilio de Trullo (Constantinopla, 692) y el Con cilio Florentino (1441).

Al llegar el protestantismo, éste quiso renovar antiguas dudas y excluyó algunos libros. Lutero rechazaba Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis. Carlostadio y Calvino aceptaron los 27. Los protestantes liberales no suelen hablar de “libros inspirados”, sino de “literatura cristiana primitiva”.

En el Concilio de Trento (1546), se presentó oficial y dogmáticamente la lista íntegra del Nuevo Testamento.

El criterio objetivo y último para la aceptación del Canon del Nuevo Testamento será siempre la revelación hecha por el Espíritu Santo y transmitida fielmente por ella.

Otros criterios secundarios que se tuvieron en cuenta, fueron los siguientes:

Su origen apostólico(o de la generación apostólica).

Su ortodoxia en la doctrina.

Su uso litúrgico antiguo y generalizado.

3Capítulo IIPanorama histórico-literario de la Biblia

A continuación presentamos un esquema de las etapas de la historia de Israel, el Pueblo Elegido, los principales eventos y fechas, y su correspondencia con los libros del Antiguo Testamento.

4Capítulo IIILos idiomas de la Biblia

Tres son las lenguas originales de la Biblia: Hebreo, Arameo y Griego.

– En Hebreo se escribió:

La mayor parte del Antiguo Testamento

– En Arameo se escribieron:

Tobías

Judit

Fragmentos de Esdras, Daniel,Jeremías y del Génesis

El original de San Mateo

– En Griego se escribió:

El libro de la Sabiduría

El II de Macabeos

El Eclesiástico

Partes de los libros de Ester y de Daniel

El Nuevo Testamento,excepto el original de San Mateo

Versiones de la Biblia

Existen distintas versiones básicas de la Biblia. Las actuales ediciones de la Biblia en las diversas lenguas son traducciones de una u otra versión. Estas versiones son:

Versión de los “Setenta” o “Alejandrina” (conocida también como “Septuaginta”): es la principal versión griega por su antigüedad y autoridad. Su redacción se inició en el siglo III a. C. (250 a. C.) y se concluyó al final del siglo II a. C. (105 a. C.).

El nombre de “Setenta” se debe a que la tradición judía atribuye su traducción a 70 sabios y “Alejandrina” por haber sido hecha en Alejandría y por ser usada por los judíos de lengua griega en vez del texto hebreo. Esta traducción se hizo para la lectura en las Sinagogas de la “diáspora”, comunidades judías fuera de Palestina, y quizá también para dar a conocer la Biblia a los paganos.

Versiones Latinas:

Itala Antigua o

Vetus Latina

: proviene de la Versión de los Setenta para la mayoría de los libros del A. T. y de los originales griegos para los libros del N. T. y Sabiduría, 2 Macabeos y Eclesiástico. Estuvo en uso en Occidente desde el siglo II hasta el siglo V.

Vulgata: hacia finales del siglo IV, el Papa Dámaso ordenó a San Jerónimo hacer una nueva versión latina teniendo presente la Itala antigua. Esta versión se impuso en el siglo VII definitivamente. Se denominó

Vulgata

porque la intención de la obra era “vulgarizarla”, volverla popular.

San Jerónimo tradujo directamente del hebreo y del griego originales al latín, a excepción de los libros de Baruc, Sabiduría, Eclesiástico y 1º y 2º de los Macabeos, que los transcribió, sin alteración alguna, de la Itala antigua.

Neovulgata: La Neovulgata es la misma versión Vulgata, a la que se han incorporado los avances y descubrimientos más recientes.

El Papa Juan Pablo II aprobó y promulgó la edición típica en 1979. El Papa lo hizo así para que esta nueva versión sirva como base segura para hacer traducciones de la Biblia a las lenguas modernas y para realizar estudios bíblicos.

5Capítulo IVLos libros de la Biblia

5.1 LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO (46 LIBROS)

5.2 LIBROS DEL NUEVO TESTAMENTO (27 LIBROS)

6Capítulo VLos libros del Antiguo Testamento

6.1 EL PENTATEUCO

El Pentateuco –o según lo llaman los judíos, el Libro de la Ley (Torah)– encabeza los 73 libros de la Biblia y constituye la magnífica puerta de la Revelación divina. Los nombres de los cinco libros del Pentateuco son: el Génesis, el Éxodo, el Levítico, los Números y el Deuteronomio, y su fin general es exponer cómo Dios escogió para sí al pueblo de Israel y lo formó para la venida de Jesucristo; de modo que en realidad es Jesucristo quien aparece a través de los misteriosos destinos del pueblo escogido.

El autor del Pentateuco es Moisés, profeta y organizador del pueblo de Israel, que vivió en el siglo XV o XIII antes de Jesucristo. No solamente la tradición judía sino también la cristiana han sostenido siempre el origen mosaico del Pentateuco. El mismo Jesús habla del “Libro de Moisés” (Mc 12, 26), de la “Ley de Moisés” (Lc 24, 44), atribuye a Moisés los preceptos del Pentateuco (cf. Mt 8, 4; Mc 1, 44; 7, 10; 10, 5; Lc 5, 14; 20, 28; Jn 7, 19), y dice en Juan 5, 45: “Vuestro acusador es Moisés, en quien habéis puesto vuestra esperanza. Si creyeseis a Moisés, me creeríais también a Mí, pues de Mí escribió él”.

El Pentateuco consta de 5 libros, éstos son:

6.1.1 Génesis

Génesis significa “generación u origen”. El nombre nos indica que este primer libro de la Revelación contiene los misterios de la prehistoria y los comienzos del Reino de Dios sobre la tierra. Describe, en particular, la creación del universo y del hombre, la caída de los primeros padres, la corrupción general, la historia de Noé y el diluvio. Luego el autor sagrado narra la confusión de las lenguas en la torre de Babel, la separación de Abraham de su pueblo y la historia de este patriarca y de sus descendientes: Isaac, Jacob, José, para terminar con la bendición de Jacob, su muerte y la de su hijo José. En esta sucesión de acontecimientos históricos van intercaladas las grandes promesas mesiánicas con que Dios despertaba la esperanza de los patriarcas, depositarios de la Revelación primitiva.

6.1.2 Éxodo

Éxodo, es decir, “salida”, se llama el segundo libro, porque en él se narra la historia de la liberación del pueblo israelita y su salida de Egipto. Entre el Génesis y el Éxodo median varios siglos, es decir, el tiempo durante el cual los hijos de Jacob estuvieron en el país de los Faraones. El autor sagrado describe en este libro la opresión a los israelitas; luego pasa a narrar la historia del nacimiento de Moisés, su salvamento de las aguas del Nilo, su huida al desierto y la aparición de Dios en la zarza. Refiere después, en la segunda parte, la liberación misma, las entrevistas de Moisés con el Faraón, el castigo de las diez plagas, el paso del Mar Rojo, la promulgación de la Ley de Dios en el Sinaí, la construcción del Tabernáculo, la institución del sacerdocio de la Ley Antigua y otros preceptos relacionados con el culto y el sacerdocio.

6.1.3 Levítico

Levítico es el nombre del tercer libro del Pentateuco. Derívase la palabra Levítico de Leví, padre de la tribu sacerdotal. Trata primeramente de los sacrificios, luego relata las disposiciones acerca del Sumo Sacerdote y los sacerdotes, el culto y los objetos sagrados. En el capítulo 11 empiezan los preceptos relativos a las purificaciones, a los cuales se agregan instrucciones sobre el día de la Expiación, otras acerca de los sacrificios, algunas prohibiciones, los impedimentos matrimoniales, los castigos de ciertos pecados y las disposiciones sobre las fiestas. En el último capítulo habla el autor sagrado de los votos y diezmos.

6.1.4 Números

Números es el nombre del cuarto libro, porque en su primer capítulo refiere el censo llevado a cabo después de concluida la legislación sinaítica y antes de la salida del monte de Dios. A continuación se proclaman algunas leyes, especialmente acerca de los nazareos, y disposiciones sobre la formación del campamento y el orden de las marchas. Casi todos los acontecimientos referidos en los Números sucedieron en el último año del viaje, mientras se pasan por alto casi todos los sucesos de los treinta y ocho años precedentes. Descuellan algunos por su carácter extraordinario; por ejemplo, los vaticinios de Balaam. Al final se añade el catálogo de las estaciones durante la marcha a través del desierto y se dan a conocer varios preceptos sobre la ocupación de la tierra de promisión.

6.1.5 Deuteronomio

El Deuteronomio es, como expresa su nombre, “la segunda Ley”, una recapitulación, explicación y ampliación de la Ley de Moisés. El gran profeta, antes de reunirse con sus padres, desarrolla en la campiña de Moab en varios discursos la historia del pueblo escogido inculcándose los divinos mandamientos. En el primero (1-4, 43), echa una mirada retrospectiva sobre los acontecimientos en el desierto, agregando algunas exhortaciones prácticas y las más magníficas enseñanzas. En el segundo discurso (4, 44-11, 32) y en la parte legislativa (caps. 12-26), el legislador del pueblo de Dios repasa las leyes anteriores, haciendo las exhortaciones necesarias para su cumplimiento y añadiendo numerosos preceptos complementarios. Los dos últimos discursos (caps. 27-30) tienen por objeto renovar la Alianza con Dios, lo que, según las disposiciones de Moisés, ha de realizarse luego de entrar el pueblo en el país de Canaán. Los capítulos 31-34 contienen el nombramiento de Josué como sucesor de Moisés, el cántico profético de éste, su bendición, y una breve noticia sobre su muerte. El Deuteronomio es, según dice San Jerónimo, “la prefiguración de la Ley evangélica” (Carta a Paulino).

6.2 LOS LIBROS HISTÓRICOS

6.2.1 Josué

El libro de Josué narra la conquista de la Tierra prometida, llevada a cabo después de la muerte de Moisés por Josué, el nuevo caudillo y sucesor de Moisés.

Divídese el libro en dos partes, de las cuales la primera (caps. 1-12) relata el paso del Jordán, la toma de Jericó, las batallas de Hai y Gabaón y otros sucesos relacionados con la ocupación del país. La segunda parte (caps. 13-22) trata del reparto de la tierra de Canaán entre las doce tribus que la recibieron en suerte. Termina como el Deuteronomio, con la renovación de la Alianza (caps. 23 y 24).

El título no quiere decir que Josué mismo sea el autor del libro. Sin embargo, hay indicios de que el conquistador hiciera uso del arte de escribir (Jos 24, 26). La tradición judía y muchos santos Padres le atribuyen a él mismo la composición del libro, mientras que los modernos en su mayoría, son de opinión contraria, sosteniendo que el autor no fue Josué sino otro escritor, que utilizó relatos y documentos, escritos por Josué y otros en tiempos de la ocupación de Canaán.

El libro fue redactado antes del establecimiento de la monarquía en Israel, pues al tiempo que se escribía, estaban los gabaonitas todavía al servicio del Santuario. Ahora bien, por otra fuente (II Reyes cap. 21) sabemos que Saúl, el primer monarca, los persiguió hasta el exterminio. En Jos 6, 25 leemos que Rahab y su familia vivía aún al tiempo de la composición del libro. Esta observación permite suponer que el libro fue escrito por un contemporáneo de Josué.

El objeto del Libro de Josué es mostrar la fidelidad de Dios en el cumplimiento de su promesa de dar a su pueblo la tierra de Canaán.

Los datos del Libro de Josué son confirmados indirectamente por las tablas cuneiformes del archivo de Tell el-Amarna, las que describen la situación política de entonces de la misma manera que el Libro Sagrado. No había gobierno central ni jefe superior, sino que una multitud de reyezuelos vivían entre sí en constante hostilidad y sólo se unían cuando un común y poderoso enemigo los amenazaba.

6.2.2 Jueces

El Libro de los Jueces contiene la historia del periodo transcurrido entre la muerte de Josué y la judicatura de Samuel, o sea, hasta la implantación de la monarquía.

Llámase Libro de los Jueces porque sus protagonistas desempeñaban el cargo de jueces, que era idéntico con el cargo de gobernar y reinar, pues en todo el Antiguo Testamento juzgar es sinónimo de reinar. Fueron en realidad los caudillos del pueblo de Israel en el periodo indicado.

Dios solía llamarlos directamente en tiempos de suma necesidad, para que librasen a su pueblo de sus opresores. Una vez oprimidos los enemigos, seguían desempeñando, por regla general, las funciones de gobernantes, sea en su tribu, sea en todo el pueblo. Por eso, antes de formular juicio u opinión sobre la conducta de los Jueces de Israel, debemos tener muy presente que éstos fueron puestos por Dios, como se ve en el discurso de San Pablo en la sinagoga de Antioquía de Pisidia (Hch 13, 20), a fin de abstenernos de condenar lo que el mismo Dios dispuso.