Comunicación solidaria en el capitalismo digital - Víctor Manuel Marí Sáez - E-Book

Comunicación solidaria en el capitalismo digital E-Book

Víctor Manuel Marí Sáez

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Beschreibung

El presente libro realiza una aproximación a la Comunicación Solidaria Digital tal y como está tomando forma en el capitalismo digital o de plataformas. A partir de una aproximación teórico-metodológica y del estudio de casos significativos, se proponen vías para pensar este campo específico de la comunicación digital que ha ido ganando protagonismo con el paso de los años. En un contexto en el que predominan otros enfoques, de carácter más instrumental, centrados en el manejo de las herramientas informáticas y de las redes sociales virtuales, el presente texto aborda una mirada integradora, comunicacional y sociopolítica al sugerente escenario de las prácticas comunicativas solidarias que proliferan a lo largo y ancho del planeta.

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Víctor Manuel Marí Sáez (coord.)

COMUNICACIÓN SOLIDARIA EN EL CAPITALISMO DIGITAL

Teorías, metodologías y prácticas

Redacción periodística en la radio

De la radio convencional al podcasting

ARÁNZAZU ROMÁN-SAN-MIGUEL Y PASTORA MORENO ESPINOSA

Los estudios de la audiencia

De la tradición a la innovación

NATALIA QUINTAS-FROUFE Y ANA GONZÁLEZ-NEIRA (COORDS.)

El algoritmo de la incertidumbre

ROBERTO APARICI Y JORGE MARTÍNEZ PÉREZ (COORDS.)

La comunicación desde abajo

Historia, sentidos y prácticas de la comunicación alternativa en España

ALEJANDRO BARRANQUEROY CHIARA SÁEZ BAEZA (COORDS.)

Comunicar la ciencia

Guía para una comunicación eficiente y responsable de la investigación e innovación científica

MANUEL GÉRTRUDIX BARRIO Y MARIO RAJAS FERNÁNDEZ (COORDS.)

Agenda digital para la TV pública en Iberoamérica

GUILLERMO OROZCO GÓMEZ Y GABRIEL TORRES ESPINOZA (COORDS.)

Tendencias en comunicación

Cultura digital y poder

RAMÓN ZALLO ELGEZABAL

Serious Games for Health

Mejora tu salud jugando

YURI QUINTANA Y ÓSCAR GARCÍA

La educación mediática en la universidad española

JOAN FERRÉS PRATS Y MARIA-JOSE MASANET (EDS.)

Niños y jóvenes ante las redes y pantallas

M.ª AMOR PÉREZ-RODRÍGUEZ, ÁGUEDA DELGADO-PONCE, ROSA GARCÍA-RUIZ Y M.ª CARMEN CALDEIRO

Cultura Transmedia

HENRY JENKINS, SAM FORDY JOSHUA GREEN

Periodismo y nuevos medios

Perspectivas y retos

SANTIAGO MARTÍNEZ ARIASY JOAQUÍN SOTELO GONZÁLEZ

La construcción de personajes audivisuales

Habilidades informativas

JOSÉ LUIS VALHONDO CREGOY AGUSTÍN VIVAS MORENO

Mediaciones ubicuas

Ecosistema móvil, gestión de identidad y nuevo espacio público

JUAN MIGUEL AGUADO

La comunicación audiovisual en tiempos de pandemia

ENRIQUE BUSTAMANTE y MIQUEL FRANCÉS

GUILLERMO OROZCO (COORDS.)

Los retos de la televisión pública ante la multidifusión digital

MIQUEL FRANCÉS, ROSA FRANQUET

Y GABRIEL TORRES (COORDS.)

COMUNICACIÓN SOLIDARIA EN EL CAPITALISMO DIGITAL

Teorías, metodologías y prácticas

Víctor Manuel Marí Sáez (coord.)

Proyecto de investigación de la AEI (Agencia Estatal de Investigación de España) “Comunicación Solidaria Digital. Análisis de los imaginarios, los discursos y las prácticas comunicativas de las ONGD en el horizonte de la Agenda 2030”.

PID2019-106632GB-I00/AEI/10.13039/501100011033. IP: Víctor Manuel Marí Sáez. Universidad de Cádiz.

© Víctor Manuel Marí Sáez (coord.) y de los autores

Cubierta: Juan Pablo Venditti

Primera edición: octubre 2022

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

© Editorial Gedisa, S.A.

www.gedisa.com

Preimpresión: Fotocomposición gama, sl

ISBN: 978-84-18914-78-2

Queda prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio de impresión, en forma idéntica, extractada o modificada, en castellano o en cualquier otro idioma.

Índice

I. Comunicación, redes sociales y emancipación social en el capitalismo digital. Retos y posibilidades

1. Introducción

2. Diversidad de enfoques teóricos en la comunicación solidaria

3. ONG y comunicación en contexto

4. Culturas organizativas, formas jurídicas y discursos comunicativos

5. Comunicación, redes sociales, cambio social y ONGD

6. Retos, tensiones, posibilidades

Bibliografía

II. Las precarias relaciones entre comunicación, cooperación y cultura. Una mirada panorámica desde los Informes sobre el estado de la cultura en España (2011-2021)

1. La cultura, cuarto pilar del desarrollo sostenible

2. Balance de una década ICE 2011-2021

3. Máximos y mínimos de la cultura en España

4. Entre dos crisis: contexto económico y político

5. Debilidades de la cultura en España

6. Conclusiones

Bibliografía

III. Imaginarios decoloniales de la comunicación y transiciones ecosociales y feministas en la era digital

1. El imaginario colectivo como concepto central para la transformación ecosistémica

2. El choque de imaginarios como clave del desencuentro

3. Los medios como fábricas del imaginario colectivo

4. El coste distópico de alimentar imaginarios perversos

5. La transformación feminista de imaginarios

6. Ecotransición y medios

Bibliografía

IV. Coolture, periodismos mutantes y soberanía comunicacional

1. La coolture

2. Periodismos mutantes

3. Soberanía comunicacional

Bibliografía

V. ¿Cómo se investigan, desde la academia, las prácticas comunicativas de las oenegés? Tendencias y confluencias en la era digital

1. Introducción

2. La omnipresencia de la digitalización

3. La comunicación digital en el tejido asociativo

4. La investigación en comunicación con fines sociales aplicada al ámbito de las oenegés

5. La gestión de datos en el ecosistema digital actual

6. Algunos interrogantes como invitaciones a la reflexión

Bibliografía

VI. Análisis crítico del discurso solidario y marcos gubernamentales. Estudio de caso de Oxfam Intermón y de Cruz Roja

1. Introducción: la comunicación pública y los discursos solidarios

2. Contextualización. Un breve apunte histórico

3. Análisis crítico del Discurso de la ideología e instituciones

4. Metodología de la investigación

5. Los discursos solidarios de Cruz Roja y Oxfam Intermón

6. Resultados y conclusiones

Bibliografía

VII. La pandemia del coronavirus en China y España y el edu-entretenimiento como estrategia comunicativa frente a la desinformación

1. Introducción

2. Aproximaciones a la Comunicación para la salud

3. Comunicación para la salud y edu-entretenimiento en la era de las plataformas y de las redes sociales

4. Las particularidades de Internet y de las redes sociales en China

5. Metodología

6. Trabajo de campo y análisis de datos

7. Resultados

8. Conclusiones y debate

Bibliografía

Notas de los autores

I

Comunicación, redes sociales y emancipación social en el capitalismo digital. Retos y posibilidades

Víctor Manuel Marí Sáez1

(Universidad de Cádiz, España)

1. Introducción

En términos generales, y con diferentes grados de intensidad, las ONG y los movimientos sociales ponen en marcha una serie de prácticas comunicativas dirigidas a difundir sus mensajes al conjunto de la sociedad y a avanzar en sus objetivos de transformación social. No obstante, existe una serie de contradicciones y discontinuidades entre los imaginarios, los discursos y las prácticas comunicativas puestos en juego por las organizaciones solidarias. Parafraseando a Luis Enrique Alonso (1998) podemos decir que hay diferencias sustanciales entre el decir y el hacer (comunicacionales) de estas entidades; entre los objetivos y los principios rectores que figuran en sus documentos (estatutos, planes estratégicos) y los imaginarios, encuadramientos y estereotipos utilizados en sus campañas y acciones comunicativas; entre las mediaciones comunicativas empleadas y los fines sociales buscados.

Con el fin de profundizar en las tensiones apuntadas, este capítulo introductorio se va a centrar en los siguientes ejes estructurales: 1) aproximación a los diferentes enfoques teóricos en el campo de la comunicación solidaria; 2) análisis del contexto sociopolítico en el que se desenvuelve la acción solidaria y comunicativa de las organizaciones solidarias; 3) estudio de la relación que hay entre las culturas organizativas/formas jurídicas de las que se dotan las organizaciones solidarias y los discursos comunicativos que ponen en marcha; 4) uso de las redes sociales virtuales y de los espacios digitales de comunicación por parte de las ONG y 5) tensiones y posibilidades para una comunicación solidaria transformadora en la actualidad.

2. Diversidad de enfoques teóricos en la comunicación solidaria

La literatura científica sobre el discurso comunicativo solidario de las ONG en España es amplia y diversa en cuanto a las perspectivas de análisis puestas en juego. En este prolífico repertorio nos encontramos, entre otras, con la perspectiva del marketing y de la publicidad social (Arroyo y Baños, 2013; Martínez Sánchez, 1998), de la comunicación institucional (Pagola, 2017; Herranz de la Casa, 2010), de la comunicación política (Sampedro, 1996), con análisis que se centran en el estudio de los gabinetes de prensa (Ramírez de la Piscina, 1995; González Luis, 2006) o en el trabajo de relaciones públicas de estas entidades solidarias (Soria, 2017).

Dado el enfoque de nuestra investigación, la perspectiva teórica que más y mejor conecta con ella es la comunicación para el desarrollo (Servaes, 2002) y su evolución posterior, la comunicación para el cambio social (Gumucio-Dagron y Tufte, 2006). Para Florencia Enghel (2011) estas dos aproximaciones sirven para denominar y caracterizar un campo relacionado con el papel de la comunicación en los esfuerzos estratégicos para superar los problemas sociales colectivos.

El campo de la comunicación para el desarrollo y el cambio social (CDCS) ha pasado por diversas etapas en su proceso de incorporación a la investigación española en materia de comunicación (Marí, 2013). La primera etapa, la de los pioneros, abarca desde la década de los ochenta del pasado siglo XX hasta el año 1994, momento en el que confluye una serie de acontecimientos clave; entre otros, las movilizaciones del 0,72 y su correspondiente impacto en los medios de comunicación. La segunda etapa, de la eclosión (1994-2002), alberga un progresivo interés por estas cuestiones en la investigación española así como la proliferación de congresos y eventos encuadrables en esta perspectiva teórica y temática. Finalmente, en la etapa de la consolidación e implosión (desde 2003 hasta la actualidad) se asiste a la institucionalización del campo en España y a la aparición de unos indicios de crisis teórica y epistemológica (Marí y Ceballos, 2019).

Lejos de ser un campo homogéneo, nos encontramos con una diversidad de matices y subdivisiones dentro de él. En este sentido, Nos, Iranzo y Farné (2012: 210-211) recopilan algunos de estos énfasis: Comunicación para la solidaridad y la cooperación (Erro Sala y Burgui, 2010), Comunicación de empoderamiento y ecosocial (Chaparro, 2009) o Comunicación para la solidaridad (Aranguren, 2000), entre otros. La propia Eloísa Nos (2019) plantea otro término, el de Comunicación transgresora de cambio social, que puede completarse con el de Comunicación y buen vivir (Barranquero y Sáez, 2015).

Esta proliferación de definiciones se puede leer de modo ambivalente. Por un lado, como muestra de la diversidad de matices y acentos que aglutina el estudio de una comunicación solidaria que es, en sí misma, poliédrica. Por otro lado, esta diversidad terminológica puede releerse como un indicio de la implosión y debilidad teórica de este campo (Marí, 2013) debido a la falta de rigor con el que ha sido construido en su proceso de institucionalización.

3.ONG y comunicación en contexto

Los intentos de clasificación de las ONG pueden llevar a descuidar factores exógenos a las propias organizaciones. Para evitar este peligro es importante atender a las grandes transformaciones que van aconteciendo a escala global, para ver cómo afectan estos cambios a la identidad, a la tarea y a la comunicación de las ONG.

En este sentido, una de las clasificaciones que más influencia ha tenido ha sido la de Korten (1990). En su esfuerzo por estudiar los diferentes ciclos y generaciones de ONG, habla de una primera generación de ONGasistencialistas, nacidas en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, seguida de una segunda generación de organizaciones desarrollistas, de una tercera generación de partenariado y denuncia social y de una cuarta generación de empoderamiento. Siguiendo con el criterio generacional, Manuela Mesa (2001: 55) amplía la clasificación hasta una quinta etapa, orientada a la educación para una ciudadanía global, surgida a mediados de la década de los noventa, ante la constatación de que la crisis del desarrollo afecta a todo el planeta y que la globalización y la privatización de la economía mundial erosionan el poder de los estados y la soberanía nacional, transformando el mundo en un mercado global y desvirtuando la noción de democracia representativa.

3.1. La oenegizaciónde la intervención social

En el periodo histórico que abarcan tanto la cuarta como la quinta generación de ONG hay, al menos, dos momentos importantes que guardan una relación estrecha con el tema que nos ocupa. Nos referimos, en primer lugar, a lo que los expertos en la materia han denominado como el peligro de la oenegización de la sociedad (Álvarez, 2009; Monge y Boza, 2010)3 que se desarrolla, especialmente, en la década de los ochenta, cuando se imponen a escala mundial las políticas neoliberales en numerosos países del mundo. En este contexto, hay un ataque contra el Estado desde arriba (por parte de organismos internacionales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional) y también desde abajo (Petras, 2015), con la colaboración o la instrumentalización de las ONG en este trabajo de erosión y de desgaste de lo estatal. Para Revilla (2002), el carácter «no gubernamental» de las ONG puede orientarse en dos sentidos: uno, funcional a las políticas neoliberales, concibiendo a las ONG como un actor antiestatal o, en segundo lugar, considerando que estas organizaciones también actúan en la producción de lo público, aunque de un modo complementario y diferente al estatal (citado en Monge y Boza, 2010: 84).

El movimiento de la oenegización de la sociedad se puede llegar a concretar, en las ONG, en un halo de conocimiento técnico, experto y «apolítico», manifestado en el terreno de la cooperación y, también, en el de la comunicación. En este sentido, la oenegización camina de la mano junto con una mirada tecnocéntrica de la comunicación, en la que el experto en comunicación manifiesta un dominio técnico que se presenta, además, alejado de la ineludible dimensión política de la acción solidaria y comunicativa, considerada desde esta mirada tecnócrata como algo que contamina la pureza de la intervención técnica.

3.2. ONG y ayudas a la cooperación internacional desde 2008 hasta nuestros días

El segundo momento histórico reseñable —que afecta estructuralmente al mundo de las ONG y de la cooperación— guarda relación con las crisis sistémicas que, a escala mundial, se han venido sucediendo desde el año 2008. Estas crisis han supuesto un significativo recorte en los fondos dedicados a la cooperación al desarrollo, lo que ha generado, a su vez, una profunda crisis en el campo de las ONG. La situación ha terminado por llevar al cierre a muchas de ellas. Para otras ha supuesto la reducción de sus plantillas y, también, la puesta en marcha de procesos de fusión o concentración como los que pueden implementarse en el mundo de las empresas.

Ante esta situación, las ONG —en términos generales— han intensificado la búsqueda de financiación privada. Una estrategia que, al menos en el contexto español, no tenía hasta entonces un peso significativo en el volumen total de la financiación recibida por este tipo de organizaciones. Éste es el caldo de cultivo para que proliferen, a escala mundial, entidades financiadoras como la fundación Bill y Melinda Gates, ejemplo paradigmático del denominado filantrocapitalismo.4 La intervención de estas grandes fundaciones en la denominada «industria del desarrollo» conduce a la privatización de la ayuda dentro de la estrategia neoliberal del desarrollo (Wilkins y Enghel, 2013).

Del mismo modo que sucedía en el caso de la oenegización, la privatización de la ayuda a la cooperación guarda relación con el tipo de comunicación que resulta más funcional a las ONG en el contexto del capitalismo global. Se impone la necesidad de una mayor rendición de cuentas ante los grandes financiadores privados (fundaciones) o ante los pequeños donantes privados. Algo que, en principio, está bien —en el camino deseable de gastar responsablemente el dinero de otros— pero que, a la larga, en las formas en que esta rendición de cuentas acaba imponiéndose, condiciona la acción de las ONG, obligadas ahora al diseño de acciones y campañas con resultados fácilmente medibles y con un fuerte impacto en el corto plazo. Esto supone, a veces, una dificultad a la hora de compaginar esta estrategia «cortoplacista» con un cambio estructural que, necesariamente, tiene que ser contemplado en el largo plazo y que, muchas veces, es difícil de traducir en resultados inmediatos fácilmente medibles.

En este sentido, Lucerga (2013) plantea que una estrategia de financiación privada que depende tanto de la aportación de los pequeños donantes o socios implica la necesidad de captarlos y de fidelizarlos, lo que se traduce en nuevas dependencias y contradicciones que van a afectar a la comunicación puesta en marcha por las organizaciones solidarias de aquí en adelante (Lucerga, 2013: 71).

3.3. Comunicar en el competitivo «mercado de la solidaridad»

Éstos son algunos de los factores que llevan al auge, entre las ONG españolas, desde mediados de la década de 1990 hasta la actualidad, de un enfoque de la comunicación solidaria de carácter publicitario, que desplaza a la mirada esencialmente periodística de periodos anteriores (Marí, 2013). La estrategia comunicativa pasa ahora por la construcción de una imagen de marca entre las ONG, con el fin de conseguir un mejor posicionamiento en el competitivo «mercado de la solidaridad» (Sogge, Biekart y Saxby 1998; Ballesteros, 2002).

Tanto el donante/socio como la gran fundación privada acogen mejor el lenguaje publicitario de la nueva comunicación solidaria. El precio a pagar es alto, ya que implica subsumir a la solidaridad y a la comunicación en la lógica de la mercancía. En este sentido, la campaña de re-branding5 (Lomax y Mador, 2006) de Intermón-­Oxfam «La marca soy IO» marcó un punto de inflexión en los modos publicitarios de comunicar llevados a cabo en España (Lucerga, 2005).

Estas dinámicas sociales y comunicativas apuntadas conducen a la contradicción de que, como sucede en nuestros días, cuando más necesaria es una intervención de las ONG en el plano sociopolítico, más está triunfando una mirada técnica y despolitizadora de la acción solidaria y de la comunicación. Éste es uno de los motivos, no el único, de que, ante el ciclo de movilizaciones mundiales iniciado con la primavera árabe y con el movimiento de los indignados (2011), las ONG hayan jugado un papel secundario, frente a otras fórmulas y modelos de organización de la acción social y política.

4. Culturas organizativas, formas jurídicas y discursos comunicativos

Una vez presentados los elementos contextuales en los que se desenvuelve la acción comunicativa y solidaria, pasamos a abordar un nivel más operativo del análisis. La tarea de clasificar los tipos de ONG puede ser una misión imposible (Martens, 2002) debido, entre otros factores, a la amplia diversidad de variables que confluyen y, además, a la cantidad de disciplinas y áreas de investigación implicadas en esta tarea (ciencias jurídicas, sociales, políticas, etc.). Vakil (1997) sintetiza algunos de estos intentos de clasificación, así como los indicadores tenidos en cuenta: entre otros, habla del ámbito de actuación y del tipo de tareas realizadas (Esman y Uphoff, 1984), la clasificación en función de lo que son (instrumentos de rendición de cuentas y de control de recursos) mejor que atendiendo a lo que hacen (Fowler, 1985), según la capacidad de las ONG de cumplir los objetivos del movimiento feminista (Development Alternatives with Women for a New Era, 1985) o de acuerdo a la orientación que le dan al desarrollo que impulsan (Elliot, 1987).

Por su parte, Martens (2002), en su esfuerzo de síntesis a la hora de clasificar a las ONG y de interpretar cuál es su papel en la sociedad, propone dar prioridad a dos ejes: el jurídico y el sociopolítico, lo que supone su estudio como actores sociales en el escenario internacional. Alineado con estos planteamientos, López Rey (2007) establece una correlación entre la forma jurídica de las ONG y las prácticas sociales de estas entidades. Así, en continuidad con el trabajo inicial de Ortega (1994), establece una diferencia entre las asociaciones y las fundaciones, que se sustancia en una mayor participación de las personas (la base social de la organización y la ciudadanía) en las asociaciones que en las fundaciones (López Rey, 2007: 26).

Según estos planteamientos, podríamos hablar, en la actualidad, de una doble lógica organizativa en las ONG de desarrollo. Por un lado, la de aquellas entidades consideradas —entre otras organizaciones, por la propia Coordinadora Estatal de ONG)— como grandes (similares en su rol a las fundaciones de las que habla López Rey) y, por otro lado, estarían las organizaciones medianas y pequeñas (similares, en este caso, a las asociaciones) cuya lógica de funcionamiento se parece más a la de los movimientos sociales. Mientras que las fundaciones suelen tener una lógica más institucional, las asociaciones tienden a resaltar más la participación de los socios y de la ciudadanía, así como la formulación y puesta en práctica de acciones y proyectos alternativos al modelo social dominante.

De este modo, el tamaño de la organización —como elemento visible de otros factores como la fórmula jurídica o el grado de participación— guarda relación con el tipo de discurso comunicativo que se implementa. En esta línea, Iranzo y Farné (2014: 30) también tienen en cuenta el tamaño de las ONG para analizar su trabajo comunicativo. Establecen dos grandes encuadramientos discursivos posibles. Por un lado, las entidades que comunican desde un marco hegemónico y tradicional, con un enfoque de caridad y ayuda. Por otro lado, estarían las ONG que comunican desde un marco alternativo y de cambio social, con un enfoque de cooperación, justicia y transformación.

Ciertamente, no hay una relación causal ni unívoca entre el tamaño de la entidad y su encuadre comunicacional. No todas las ONG grandes recurren al marco hegemónico, ni todas las pequeñas se adscriben al modelo alternativo. Sí es cierto que las organizaciones grandes, en general, «han apostado por un modelo propagandístico, de cariz marcadamente técnico, con el objetivo de poder competir con garantías en el supermercado de la solidaridad» (Iranzo, 2017: 70), lo que les lleva, en muchas ocasiones, a transmitir unas ideas que van en contra de las aspiraciones de transformación social. Pero, como el propio autor afirma más adelante, «las ONG suelen compatibilizar elementos de los dos marcos en su discurso comunicativo: la mayoría de las organizaciones están más próximas al marco alternativo, pero el hegemónico-caritativo sigue teniendo un peso considerable» (Iranzo, 2017: 76).

5. Comunicación, redes sociales, cambio social y ONGD

Uno de los núcleos teóricos centrales de este capítulo —y del libro en su conjunto— está constituido por el juego de relaciones existente entre los cuatro términos enunciados en este epígrafe. Esto es, en la investigación de las teorías comunicativas que se ponen en juego a la hora de impulsar estrategias de uso y apropiación de las redes sociales virtuales por parte de las Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ONGD) en una perspectiva de cambio social.

Asimismo, en la confluencia de estas interrelaciones reside, desde nuestro punto de vista, una de las novedades de nuestra propuesta, en relación a otros que pueden abordar el estudio de la comunicación solidaria digital desde otros marcos teóricos y analíticos, como los enunciados en los primeros compases de este capítulo.

De este modo, en lo relativo a las investigaciones sobre movimientos sociales y comunicación en España (incluyendo TIC, Internet y, posteriormente, redes sociales virtuales) ha habido un desarrollo significativo desde mediados de los noventa hasta la actualidad (Ortiz Galindo, 2016). Es el caso, por ejemplo, de los trabajos realizados y coordinados por Víctor Sampedro (2005), Igor Sádaba (2012) o Andreu Casero (2016). En el panorama internacional, trabajos próximos a nuestra perspectiva teórica son, por ejemplo, la propuesta de Cees Hamelink (1999) en torno al capital informacional, retomada y ampliada en Latinoamérica por León y Burch (2001); las investigaciones de Christian Fuchs (2007) sobre capitalismo, comunicación y social media; las teorías de la mediatización, en su síntesis de las corrientes europeas (Couldry y Hepp, 2013, principalmente) y latinoamericanas (Verón, 1994), exploradas y sintetizadas por Scolari y Rodríguez Amat (2018) y los trabajos de Treré (2012) sobre movimientos sociales y comunicación digital.

De la producción actual sobre estas temáticas nos parecen especialmente útiles —para pensar comunicacionalmente las prácticas tecnopolíticas de las ONG— los trabajos firmados por Bennett y Segerberg (2012) sobre las lógicas de acción colectiva y acción conectiva impulsada por los movimientos sociales, de modo que las acciones y las comunicaciones diseñadas y gestionadas desde la organización (acción colectiva) se vean complementadas por aquellas otras que surgen más de la apropiación ciudadana, dada la capacidad conectiva del mensaje y de las redes de comunicación y de acción ; el concepto de coreografía de asamblea (Gerbaudo, 2012, 2017) que remite a un liderazgo que no es fácilmente visible en las movilizaciones offline y online de los movimientos sociales; los análisis de Anduiza, Cristancho y Sabucedo (2013) sobre el 15M español, dirigido a identificar el rol que tienen —en las comunicaciones impulsadas por los movimientos sociales— factores como las características de las organizaciones impulsoras, sus canales de comunicación preferidos y el perfil de los sujetos participantes; de las investigaciones lideradas por Eloísa Nos serán útiles para nuestro trabajo sus propuestas en torno a la eficacia cultural de la comunicación impulsada por las ONGD (Nos, 2007), así como la resonancia cultural y la sensibilidad moral (Nos, Iranzo y Seguí, 2014), que remiten a la capacidad de un mensaje para despertar en el público un juicio moral que derive en determinadas emociones que conduzcan a la acción (Nos, Iranzo y Seguí, 2014: 403).

5.1. ONG y comunicación digital

Con la entrada de las ONG en el mundo de la comunicación digital, los debates y las tensiones comunicativas en las que estas organizaciones se mueven cobran una nueva dimensión y, al tiempo, incorporan nuevos matices. Espacios digitales como las redes sociales virtuales abren nuevas posibilidades para que las ONG interaccionen con la ciudadanía (Lim, 2012; Huysman y Wulf, 2004). Sin embargo, estas potencialidades para la participación y para la interacción no suelen ser aprovechadas por las ONG en sus prácticas comunicativas. Así lo atestiguan diversos estudios e investigaciones que se vienen sucediendo desde que las ONG dieron pasos para abrirse a la comunicación en el espacio digital.

Éste fue el caso de ¿Conectadas? Las ONG españolas en la red (2002), en el que se constataba que, en altísimos porcentajes, estas organizaciones incorporaron Internet a sus prácticas comunicativas, pero desde enfoques muy tradicionales, centrados en la transmisión de información, sin llegar a aprovechar su potencial para la interactividad y la participación (Marí, 2007: 460).

En este mismo periodo se publica El trabajo de comunicación en las ONGD del País Vasco (2002-2003), dirigido por Javier Erro desde una mirada comunicacional, que tiene en cuenta los factores de tipo sociocultural que confluyen en la comunicación social y solidaria, como los apuntados por Jesús Martín Barbero (1987), Rosa María Alfaro (2013) o Luis Ramiro Beltrán (2007). Esta mirada comunicacional plantea una alternativa a la tendencia predominante en la comunicación solidaria, que lleva a plantear los procesos comunicativos y de apropiación tecnológica desde una perspectiva meramente instrumental.

En las conclusiones del estudio, Erro encuentra que la gran mayoría de las ONGD trabaja con una idea imprecisa de comunicación, basada más en la inercia y en estereotipos que en una reflexión sistemática y profunda. Dirá Erro que estamos «ante un conflicto de naturaleza cultural, pero con una importante dimensión técnica. Pero no al revés. Porque decidir qué estilo de comunicación adopta una organización determina el tipo de ONGD y los conceptos de solidaridad, desarrollo, cooperación y sociedad que nos informan» (Erro, 2002: 12).

Una década más tarde, en el ciclo de incorporación de las redes sociales virtuales a la comunicación solidaria (Facebook y Twitter, principalmente) las investigaciones sobre la materia constatan los mismos reduccionismos e interrogantes. Los trabajos de Iranzo y Farné realizados en el marco de las investigaciones coordinadas por Eloísa Nos desde la Universidad Jaime I (Castellón) apuntan a que «las organizaciones desaprovechan las opciones de interacción que las redes sociales brindan. En general, se utilizan de forma tradicional, de acuerdo a un esquema de comunicación unidireccional que fluye de arriba abajo, es decir, interesado más en la transmisión de información que en la recopilación de opiniones y sugerencias de sus seguidores» (2014: 48).

Arroyo y Baños (2013: 353-354), en su estudio sobre la comunicación solidaria en la web 2.0, insisten en el mismo argumento: las organizaciones cuentan lo que hacen o lo que hace falta hacer, pero no construyen mensajes que capten la atención y circulen por la red, de modo que no se aprovechan las ventajas de las redes sociales. Esto se debe, una vez más, a que gran parte de los mensajes analizados transmiten, simplemente, una información, desaprovechando las posibilidades de colaboración, cooperación, denuncia o propuesta. Un nuevo estudio (de Cos y Mañas, 2018: 29) vuelve a incidir en lo mismo, en la infrautilización de las TIC por parte de las asociaciones, de modo que queda sin explotar todo su potencial.

En síntesis, nos encontramos ante una serie de reduccionismos que, de un modo reiterado, van apareciendo en las prácticas comunicativas de las ONGD, a pesar de que se vayan sucediendo los años y los ciclos tecnológicos. Este conflicto comunicativo de naturaleza cultural, al que apuntaba Erro, se podría desgranar y concretar en los siguientes aspectos. En primer lugar, en una mirada tecnodeterminista de la comunicación (McQuail, 1991; Marí, 1999, 2004) que vincula la incorporación de cambios sociales a la aplicación cuasimágica de las tecnologías de la información a la realidad social, en un proceso excesivamente simplificado y reductor, que obvia la pluralidad de factores que tienen que confluir para generar cambios estructurales en la sociedad.

En segundo lugar, unas inercias organizativas —vinculadas a la forma jurídica y a la cultura organizacional de las ONG— que refuerzan las lógicas verticales de comunicación y de organización, despreciando o infravalorando el potencial que «la lógica de la red» (Marí, 2004) tiene para la puesta en marcha de otros esquemas más bidireccionales y participativos. En tercer lugar, los discursos solidarios tienden a moverse más en el marco hegemónico y asistencial de ayuda que en el marco alternativo y transformador, limitando o imposibilitando la puesta en marcha de procesos de transformación de la realidad en el plano estructural.

6. Retos, tensiones, posibilidades

Tiene razón Armand Mattelart (2000) cuando afirma que con cada revolución tecnológica se vuelve a abrir la caja de Pandora de los mitos y de las utopías tecnológicas. Disfrazados con nuevos ropajes, estos mitos siguen siendo, básicamente, los mismos. Son tecnoutopías conservadoras. Imaginarios, discursos y prácticas sociales en los que lo nuevo se concentra en el plano tecnológico (nuevos dispositivos, nuevos instrumentos) mientras que lo viejo sigue siendo el sistema social capitalista, que sustenta y alienta estos cambios. El investigador belga se refiere a esta dinámica cuando afirma:

La tecnoutopía de una Modernidad carente de proyecto ha barrido el sueño emancipador del proyecto moderno, deseoso de acabar con las desigualdades y las injusticias. El espacio que debería ocupar un verdadero proyecto social lo usurpa el determinismo mercantil, que instituye la comunicación sin fin como heredera del progreso ilimitado. (Mattelart, 2000: 14).

Por ello, desde una estrategia más sociocéntrica que tecnocéntrica, pasamos a sugerir, en los siguientes apartados, algunas líneas estratégicas que permitan plantear alternativas a las debilidades y carencias del proyecto tecnológico y solidario que toma forma en el marco del capitalismo actual.

6.1. Pensar más y mejor la crítica comunicacional al capitalismo

Más allá de las simpatías que nos puedan suscitar, la realidad es que un buen número de los planteamientos contemporáneos sobre la comunicación alternativa —en todas sus variantes terminológicas— se construyen en torno al descuido, a veces la ceguera, respecto a los estrechos márgenes que el capitalismo ofrece a cualquier propuesta que quiera situarse fuera de sus lógicas de dominio sistémico. Que quede claro, no se está planteando aquí una resignación frente «al imperio de lo dado»; se trata, más bien, de una apelación a un pensamiento y una acción críticos que vayan más allá del adanismo del sí se puede, sobre todo cuando esta proclama surge de un deseo autoafirmativo de una inmediata transformación social. Una frase más propia de la literatura barata de autoayuda que de un análisis social crítico mínimamente consistente. La supuesta alternatividad de la comunicación, cuando no parte de un análisis de sus condiciones de posibilidad en el seno del dominio totalizante del capitalismo, puede retroalimentar los mecanismos de dependencia, más que ponerlos en cuestión.

Por desgracia, las lógicas en las que en la actualidad se desenvuelve el trabajo académico en las universidades dificultan la construcción de un pensamiento crítico realmente transformador. Para algunos/as, este proyecto crítico y emancipatorio no entra en su horizonte de expectativas. Siempre ha sido ésta una tarea de minorías. Más aún hoy en día, cuando muchos investigadores valiosos se pierden en los legítimos pero al tiempo perniciosos mecanismos que llevan a hacer carrera académica siguiendo a pies juntillas los dictados del Boletín Oficial del Estado (B.O.E.) o de la agencia acreditadora de turno. La búsqueda legítima de unas condiciones laborales estables puede ir acompañada de un proyecto social y político más amplio, dirigido a poner el conocimiento y la investigación al servicio de las mayorías excluidas de la sociedad. No es fácil, pero tampoco imposible, integrar estas dos cuestiones.

Tampoco corren tiempos en los que en el mundo de las ONG, de la solidaridad y de la cooperación, se den las condiciones para, en términos generales, impulsar un pensamiento crítico, actualizado y profundizado. Las urgencias, la precariedad de medios, la saturación de tareas y burocracia, dificultan la formación y la autoformación, especialmente cuando ésta no es instrumental. No abundan las propuestas formativas del sector en las que se dedique el tiempo suficiente para formarse en este pensamiento comunicacional crítico y alternativo al capitalismo dominante y a las formas en las que su modo de entender la comunicación se hace presente en las propias organizaciones solidarias. Muchas veces se tiene prisa por pasar, en la formación, a la parte instrumental que interesa: cómo diseñar una campaña, cómo hacer un plan de comunicación en redes sociales, incorporar claves en materia de comunicación para la captación de recursos, etc. Con ello se corre el peligro de potenciar unas lógicas esquizofrénicas en las que el discurso teórico va por un lado y las prácticas comunicacionales caminan por otro lado diferente.

Ante este reto, se pueden abrir caminos de transformación al observar y analizar algunas de las prácticas comunicativas emancipatorias que han venido proliferando a lo largo y ancho del planeta de un tiempo a esta parte. Descubrimos que hay en ellas una gran densidad de novedad. Por ello, hay una invitación a pensar y a repensar los marcos teóricos desde los que estas prácticas comunicativas instituyentes (Castoriadis) intentan ser comprendidas. Queda la gramsciana sensación de que lo viejo aún no ha terminado de morir y de que lo nuevo no ha cristalizado del todo. De ahí el reto de establecer las oportunas continuidades y discontinuidades entre las prácticas sociocomunicativas emancipatorias actuales y sus procesos de construcción teórica y, por otro lado, los conceptos y teorías que en torno a estas cuestiones han ido pasando a formar parte de la tradición del campo. Ni el adanismo (o evismo) tan propio del narcisismo académico millennial ni el «nada nuevo bajo el sol» de los mayores parecen soluciones a la altura del reto (Marí, 2020).

6.2. Más allá de la oenegización

Veíamos en apartados anteriores que la oenegización de la sociedad implica, como estrategia, un trabajo de erosión y desgaste de lo estatal desde abajo (Petras, 1999), con la colaboración o la instrumentalización de las ONG en este proyecto desmovilizador.

La comunicación alternativa desde abajo es necesaria, por supuesto, pero insuficiente. Desde abajo también se apuntalan el proyecto neoliberal y el populismo o fascismo digital (Fuchs, 2022), que requieren del compromiso e implicación de los sectores populares para la legitimación del orden social dominante.

Ante la presencia de la oenegización de la acción solidaria en el capitalismo digital, las alternativas pasan por el diseño de políticas públicas en torno a cuestiones estratégicas para la vida en sociedad, como puedan ser la comunicación o la justicia social; en un sentido de lo público que vaya más allá de la iniciativa gubernamental o institucional, incluyendo estos términos, al tiempo que se amplían. De este modo, la fragmentación y atomización propias del neoliberalismo y de la oenegización pueden ser revertidas por unos procesos de rearticulación social.