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Te invito a navegar y aventurarte por este libro, lleno de experiencias fascinantes, conociendo y adentrándote en los puntos energéticos de Capilla del Monte y un sin fin de experiencias vividas con un grupo maravilloso de hermanos estelares, que se reencuentran, en comunión con la madre naturaleza, conectando con las Jerarquías de Erks y su ciudad intraterrena, penetrando en los rincones más inhóspitos del corazón y del ser interno.
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Seitenzahl: 160
Veröffentlichungsjahr: 2022
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HERNÁN STEINER
Steiner, Hernán De aventuras y reencuentros cósmicos 1 / Hernán Steiner. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3188-9
1. Relatos. I. Título. CDD A863
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Prólogo
Introducción
Capítulo 1
Una reseña de vida
Capítulo 2
Mi apertura de Registros
Capítulo 3
El llamado de Erks
Capítulo 4
El viaje a un nuevo mundo
Capítulo 5
Ongamira – Energía de todo lo creado
Capítulo 6
Uritorco Cerro Macho
Capítulo 7
Encuentro con las Jerarquías
Capítulo 8
Cambio de planes
Capítulo 9
Un viaje en familia
Capítulo 10
Reflexiones finales
Agradecimientos
Mi nombre es Hernán Steiner, nací en Buenos Aires, Argentina, un 16 de enero de 1980, junto a muchos niños índigos de mi generación que venimos a marcar un cambio y una transmutación, derribando viejas estructuras y programas arcaicos, que ya no pueden ser sostenidos bajo este sistema creado por el hombre.
Soy un simple laburador de la luz, que ha reconocido sus oscuridades, que camina día a día por el sendero interno del ser, adentrándome al reencuentro con migo mismo, con mi ser primordial y superior, buscando saber quién fui, quien soy y hacia dónde voy, limpiando cada piedra que encuentro en mi camino y puliéndola para algún día poder convertirla en diamante.
Disfruto y amo aprender de cada paso que doy día a día, acostumbrándome a esa constante transmutación evolutiva del espiral cósmico universal, siempre desde mi centro del corazón.
Aprendiendo a amarme, para poder amar, ayudarme para poder ayudar y hoy entrando al servicio de la mano de mis guías terrenales y maestros ascendidos que me muestran el camino.
Siempre desde un centro en equilibrio, para hallar el discernimiento de la información que me llega y formar mi propia verdad.
Parte de mi misión es ayudar en la transmutación de lo denso a lo sutil, compartiendo mis experiencias para quienes las necesiten, como me lo han pedido los guías.
Bienvenido a este mundo, mi mundo, que también puede ser el tuyo, si así lo deseas. Solo debes “creer” para “ver” y así lo materializas, desde la co–creación del Ser, “creer es crear”. A través del sistema, se implantó en la sociedad la frase “ver para creer”, con esta frase te limitaron para que solo puedas creer en lo que te muestran tus ojos, sin embargo desde niño he sentido que todo lo que me mostraban mis ojos, no era compatible con la realidad de mi Ser.
A partir de aquí te invitaré a que aprendas a ver con los ojos del alma y ya no con los ojos físicos, que puedas percibir y sentir con el corazón, desprogramándote de todas las creencias impuestas por las instituciones, por el sistema de la matrix, por la sociedad; para que formes tu propia creencia, tu propia verdad, que será única y diferente a la de otro.
En base a investigaciones científicas publicadas, el corazón contiene un cerebro propio. ¡Sí, como lo escuchas!
Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.
Gracias a esos circuitos tan elaborados, el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza:
• La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
Esto significa que el corazón puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.
• La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés, producir y liberar oxitocina, la que se conoce como la hormona del amor.
• La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardíaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
• La comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.
El campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.
Se ha llegado a la conclusión de que el circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza.
Cuando tenemos emociones y pensamientos positivos, nuestra frecuencia cardiaca es armoniosa, de ondas amplias y regulares; con el miedo, la ira o la desconfianza, la frecuencia se vuelve desordenada y con ondas incoherentes.
Podemos decir que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente.
Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón, crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas. (www. lavanguardia . com)
Ahora bien, luego de leer esto comprenderás la importancia de conectar a través del corazón y de su percepción creando tu propio estado de conciencia evolutiva.
Te invito a que leas estos capítulos, conectando desde lo más profundo de tu corazón, sintiendo en cada vibración y emoción que te transmita, la asimilación o no, de lo que aquí te cuento.
Él te hablará a través de su resonancia, así debes aprender a escucharlo.
En este libro, te llevaré a navegar por distintas experiencias y vivencias personales y de seres maravillosos que caminan con migo, que son parte de mi familia cósmica y terrenal, aquellos que pactaron junto a mí antes de nacer, transitar este camino hacia la evolución individual, en unión de amor hacia el Todo que es el Uno de la Conciencia Universal. Te invito a transitar por cada uno de estos estadios del Ser, viajando al interior de un mundo maravilloso, sin pedirte que creas en lo que te cuento, más invitándote a sentir, a recordar, investigando y adentrándote en lo más profundo de tu espíritu, conectando con tu chispa divina, con tu energía universal, trabajando tu interior y desbloqueando tus programas.
Comencé a escribir este libro por pedido de mis guías, al volver de mi primer viaje, sentí que me hablaban y me pedían que escriba un libro, plasmando cada una de mis experiencias de vida en el camino de mi evolución. Esto vendría a ser confirmado más adelante con un mensaje recibido por Beatriz, una hermana de camino, que recibió un mensaje canalizado para mí, que les quiero compartir:
“María con su amor de madre, junto a tu ser superior y tu ángel de la guarda, se hacen presentes y te regalan este mensaje de luz y amor.
Te acompañamos y custodiamos la alineación de tus cuerpos sutiles, de los códigos de luz y de tus núcleos de conciencia.
Has venido a servir a este planeta con humildad, generosidad y entrega, lo que te permite acceder al conocimiento.
Conserva el espíritu alegre, en los tiempos que vendrán. En el servicio y el amor, reconocerán la frecuencia cristica en ti, a través de tus palabras sencillas y de tu voz, transmitirás la buena aventuranza y la completud a otros, como forma de acompañar el camino de los que te rodean. Sé fiel a tu corazón, en la llama trina resplandeciente esta tu fortaleza. Observa e ilumina las experiencias de vida y enséñales a otros a hacerlo. En ello encontrarás el regocijo y la paz. Eres amado por el creador y bendecido por las jerarquías eclesiales en tu camino. ¡Te abrazamos y te amamos!” (Canalización recibida por M.B.Cortéz).
Les dejaré a continuación, antes de adentrar nos en las aventuras, unas líneas que narrarán una pequeña reseña de mi vida.
Nací halla por el año 1980 un día 16 de enero, una semana después del nacimiento de quien sería mi compañera de camino. Se podría creer que casi viajamos juntos a la tierra.
Cuenta mi madre, cuando estaba embarazada de mí, un día llega a tocar el timbre de casa un vendedor de ajo:
—¿Qué tal señora estoy vendiendo ajos, quiere comprar uno?
—No señor no puedo comer ajo, me hace mal.
—¡Veo que está por llegar un niño a su vida, felicitaciones!
Mi madre estaba embarazada de 4 meses y aún no me había elegido el nombre.
—Si y es un varón, ¿Cómo lo supo?
—Porque lo puedo presentir y se va a llamar Hernán
—Aún no tengo nombre elegido, pero me gusta Hernán.
Mi madre le compró el ajo de todas maneras y luego de charlar un par de palabras el hombre se va. Ella se quedó pensando en el nombre y decide ponerme Hernán.
Buscando el significado encontré dos: “Guerrero audaz” o Viajero espiritual”.
39 años después, sabiendo de esta anécdota que me llamó mucho la atención, cuando me abrí registros, pregunté por quién era ese hombre.
Miguel Arcángel respondió lo siguiente: “Esa persona es un ser de luz que anunció tu venida, como la de cada uno de los guerreros del arcoíris” (Canalizado por Arista Maestra de llaves).
Mi niñez fue en líneas generales tranquila, sin sobresaltos, salvo algunos problemas de salud de mi hermana que con el tiempo fueron superados, con unos padres maravillosos que me criaron con amor y una hermana mayor que siempre me cuidó.
Recuerdo ser un niño al que si bien le costaba sociabilizar, disfrutaba de mi soledad, de juegos solitarios siempre en contacto con la naturaleza. Me crie en una casa con un fondo de 25 metros aproximadamente, al que disfrute mucho en mi infancia. Amaba el silencio, la naturaleza y el descubrir de ese mundo natural que nos rodea, tan pequeño y tan inmenso a la vez, al que muchas veces somos ajenos. Criado en una clase baja trabajadora, con unos padres a los que les costó mucho crecer desde abajo, y que siempre me enseñaron los valores del esfuerzo, la humildad y el brindar siempre el apoyo a los más necesitados.
En mi casa se me enseñó a que nunca se le niega un plato de comida a nadie y muchas veces me senté a comer con algún niño que le pueda faltar la comida. El pan y los restos de comida era un pecado tirarlos a la basura.
Uno de los recuerdos que más me marcaron en mi infancia, fue un hecho que me ocurrió cerca de los 8 años allá por el año 1988 aproximadamente, que cambiaría por completo el rumbo de mi vida y me introduciría en una constante búsqueda de la verdad sobre el más allá.
Para ese tiempo había logrado un nivel de concentración óptimo, el cual lograba y tenía la facilidad de mirar a un punto fijo desenfocando la mirada, llegar a no pensar en nada y desconectarme de la realidad 3D, conectando con otras realidades. Fue cuando un día, jugando con esta técnica, me encontraba en mi parque jugando, observando la naturaleza, sentado en un banco de cemento junto a la pileta; cuando de repente sentí estar flotando en el aire a cierta altura, no podría calcular cuanta altura, pero era muy alto, y desde ese lugar logré verme a mí mismo sentado en el banco del parque. Lo que recuerdo de ese instante fue un total sentimiento de puro amor, el que nunca había experimentado y me sentí pleno en regocijo con la fuente divina.
Cuando volví en sí y regrese a mi cuerpo me vinieron miles de preguntas a la cabeza, una pequeña sensación de incertidumbre y miedo frente a lo desconocido, pero a la vez el recuerdo de esa sensación hermosa e inexplicable.
Hoy en día entendí que esa experiencia que me había ocurrido, tenía que ver con un estado de desdoblamiento de materia.
Cuando me hice la apertura de Registros Akashicos pregunte sobre esta experiencia y quien se presentó, mi guía Arcángel Miguel me dijo lo siguiente:
“Amado hermano en la luz, por aquel tiempo tu alma que se manifestaba en este plano, optó por desdoblarse para la reconexión de tu ser primordial. Es un recuerdo que había en tu memoria celular y que ha sido bloqueado con un fin y un objetivo. El recuerdo ha de ser desde tu ser de luz en conexión profunda”. (Canalizado por Arista Maestra de llaves)
En estos momentos de conexión directa con la fuente, podía entrar en un estadio de amor incondicional, entrando en un estado de nirvana, algo que también se logra a través de horas o días de meditación.
Pero para un niño de 8 años, era una experiencia que no podía comprender, que la sentía desde lo más profundo de mí ser y que no se puede comparar con ninguna experiencia terrenal. Luego de ser bloqueada, no pude volver a experimentar ese estado, pero continué con la práctica de concentración en un punto y desconexión.
Al tiempo entendí que debía dejar de lado esa práctica, para poder anclarme más a tierra y cuando comencé el secundario la fui lentamente mermando, quedando algunos vestigios de desatención en momentos de charlas sociales.
Luego de que se me haya bloqueado esta habilidad con el fin de anclarme, comenzaron algunos inconvenientes. Comenzó a despertar muy tempranamente la sexualidad en mí, hoy entendí que como esa energía quedó bloqueada en el chakra sacro, eso me producía sensaciones en búsqueda de placer; esa energía tan intensa pedía ser liberada por algún lado. Tuve que atravesar un largo periodo de tiempo hasta poder expresar estas sensaciones.
Todo este lapso fue complicado para mí, ya que la no liberación de esa energía me produjo algunos inconvenientes, trastornos difíciles de sobrellevar para un niño entrando a su adolescencia.
Esto me trajo inseguridades y angustias, que derivaron al plexo solar, produciéndome problemas a largo plazo de digestión crónica, problemas de respiración y falta de aire. Más tarde, en mi adultez, se me declararía dos hernias de disco en la 4ta y en la 5ta vertebra, a la altura del sacro.
Con el correr del tiempo y adentrando me en mi adolescencia comenzaron a aflorar esos miedos, inseguridades, incomprensiones de la vida; aquellos que estaban en mi niñez, pero que para muchos en la etapa que adolece afloran de una manera intensa. A veces para comprender la oscuridad, se necesita atravesarla y ser parte de ella. Comencé a darme cuenta de que si quería introducirme en la sociedad como el resto de los jóvenes, debía afrontar esos miedos e inseguridades que me apartaban del resto. Muchos de mis amigos fueron fundamentales, para atravesar este proceso con valentía y alegría.
De esta manera poder empatizar más con un mundo al que no era compatible con mi manera de ser y de pensar, pero sin embargo, entendí que debía transformarlo para introducirme de lleno en la sociedad. La sociedad adolescente es así, o estas dentro o estas fuera. Y ya venía cansado de sentirme fuera. Fue así que comencé a surfear las profundidades de mi ser, para enfrentarme a mis miedos y a mi propia inseguridad.
Cuando se adentra en lo más profundo de nuestro interior, aflora lo más denso, aquello que no queremos mostrar y que nos cuesta cambiar, de esta manera se va formando un carácter fuerte, donde llegan los desafíos de conocer nuestra verdadera identidad a la que nos enfrentaremos, caminando al límite de los excesos, y siempre buscando ir más allá. Jamás me pregunté si las cosas que hacia estaban bien o mal, solo hice lo que mi ser pedía en ese momento, me fui a lo más profundo de mi ser y encendí una vela. Fue así que me largue a experimentar mi adolescencia en plenitud, enfrentando los desafíos que se presentaban. Experimente muchos estadios, con los cuales poco a poco fui ganando confianza y formando mi temple de guerrero.
Para fines de mis 17 años, ya terminando el nivel de estudios secundarios, conocí el amor, mi compañera y madre de mis hijos.
Si bien cursamos los mismos años, en el mismo colegio pero en distintos cursos, tardamos más de 5 años en encontrarnos. El último año casi como en un juego de adolescentes, bastó solo un beso nocturno con un cielo estrellado, para reconocernos como almas gemelas, que con el tiempo iba a ser confirmado. Cuando mi alma reconoció a la mujer y madre de mis hijos, mi ser aún no se encontraba preparado para semejante responsabilidad, con un conocimiento sexual recién iniciado tenía muchas preguntas, cosas para descubrir y comprender sobre mí; pero sin embargo el amor ya había nacido en nosotros y nos llevaría 8 años de idas y vueltas hasta afianzar la pareja.
Encontré en Pamela todo lo que a mi ser le faltaba para terminar de anclarse en esta tierra y más. Responsabilidad, estructura, organización. Si bien mi ser iba en contra de todo esto, lo adapte hacia mí, para los momentos que consideraba eran necesarios, el trabajo y otras actividades sociales que requerían de esto, al cual yo le esquivaba.
Luego de terminar el secundario comencé a estudiar la carrera de diseño gráfico. De chico siempre me gustó el arte y la música, para mis 10 años ya dibujaba, pintaba, cantaba y tocaba la guitarra. Mi familia por parte de mi padre eran músicos, guitarreros, cantores y gracias a él aprendí (entre otras cosas) a cantar y tocar la guitarra. Mi madre siempre me inculcaba el positivismo y la seguridad de ir siempre para adelante para lograr todo lo que me proponga en la vida.
Con estas bases encaré la carrera de Diseño Gráfico la cual cursaría hasta los 23 años y luego la abandonaría. Siempre trabajando, de manera que se me haría muy cuesta arriba poder terminarlos. Trabajaba de lo que podía o de lo que surgía, para esos tiempos el trabajo era muy poco remunerado y casi de tiempo completo, el cual era poco el tiempo que me quedaba para el estudio. Trabajé de ayudante de colocador de alfombras y pisos, repositor en supermercados, juntaba cartones para venderlos, llegue a ser vendedor de buzos de egresados. Todo lo que sumaba para costear mis estudios. Hasta que me ganó el cansancio y dejé la facultad.
Para ese tiempo estábamos aprendiendo a bailar salsa con mi novia en ese entonces, a ella siempre le gusto el baile y un día me pregunto: ¿Por qué no tomamos clases de salsa y aprendemos a bailar? Yo siempre fui un patadura para el baile, pero encontré en el baile una expresión más para la música que tanto amaba, entonces le hallé el sabor a la música caribeña, con constancia y paciencia aprendimos a bailar juntos; fue una experiencia más que hermosa porque lo disfrutamos mucho y aun lo seguimos bailando. El baile para nosotros rememora los mejores momentos de nuestro noviazgo. Llegamos a ser profesores y a dar clases de salsa, hasta bailar en un ballet y dar exhibiciones en público. (Entendí que a la vida hay que vivirla en todas sus mayores expresiones).