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Stephen Drake

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Beschreibung

Cuando Kevin Murdock, experto en artes marciales y en supervivencia en la naturaleza sale del estado de animación suspendida a bordo de una capsula de transporte, el y sus otros nueve compañeros no tienen ni idea de lo que les espera.

Murdock abogó por que fueran precavidos después de ver algo extraño: También habitan animales en su nuevo entorno, todos mucho más grandes que sus homólogos de la tierra. Al poco tiempo estalla un conflicto entre Murdock y James Whittier- un político con ansias de poder y de control.

Pero pronto descubren que hay algo incluso mas peligroso a bordo. Algo que puede costarles la vida.

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DESPLAZADOS

STEPHEN DRAKE

Traducido porJORGE ALBERTO IGLESIAS JIMENEZ

Derechos de autor (C) 2019 Stephen Drake

Diseño de Presentación y Derechos de autor (C) 2021 por Next Chapter

Publicado en 2021 por Next Chapter

Este libro es un trabajo de ficción. Los nombres, personajes, lugares e incidentes son producto de la imaginación del autor o se usan de manera ficticia. Cualquier parecido con eventos reales, locales o personas, vivas o muertas, es pura coincidencia.

Todos los derechos reservados. No se puede reproducir ni transmitir ninguna parte de este libro de ninguna forma ni por ningún medio, electrónico o mecánico, incluidas fotocopias, grabaciones o cualquier sistema de almacenamiento y recuperación de información, sin el permiso del autor

ÍNDICE

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Notas

Querido lector

Este Libro esta dedicado a. Linda y Susan, sin su ayuda y apoyo, este trabajo no habría sido posible.

Me gustaría dar las gracias especialmente a Karen Gray, Kate Watts, K.J. Simmill, and Alex Grove por todas sus sugerencias, y encontrar tiempo en sus ocupadas vidas para leer mi trabajo.

1

Murdock estaba tan plenamente consciente que sabia que estaba durmiendo. “Murdock, despierta”. El oyó una voz de contralto, suave y clara llamándole. No podía ubicar la voz, pero era irresistible.

“Kevin Murdock¡, ¡despierta ¡”.

Cuando Murdock empezaba a despertarse, estaba confuso y sus pensamientos parecían lentos. ¿Dónde estaba? El lo intento, pero no pudo abrir los ojos, tenia los parpados quemados. Entonces intento levantar la mano para frotárselos, pero su brazo estaba inesperadamente débil y pesado.

La voz parecía estar en todas partes. El la escuchaba como si estuviera dentro de un capullo. Sin golpeteos ni clics ni zumbidos. Se sentía encerrado en una manta que bloqueaba cualquier sonido extraño. Solo quedaba la voz. Pasados unos segundos, intento levantarse, a pesar de estar ciego y perdido.

Tuvo que realizar varios intentos antes de que pudiera levantarse y mantener el equilibrio. Se toco el pecho y sintió algo suave y pegajoso al tocar su piel. Deslizando la mano hasta el muslo se dio cuenta de que le llegaba hasta las piernas por lo menos.

“Don- “. Tenia la voz ronca. La garganta seca y rasposa. Con gran dificultad, consiguió tragar saliva. ¿Dónde estoy?, ¿Qué esta pasando? Dijo el con la voz ronca, mas para si mismo que para nadie en particular. A el, su voz le sonaba fina y débil.

“A tu derecha tienes un lavabo para lavarte la cara. Le dijo la voz que llenaba toda la habitación.

El llego tambaleándose hasta el lavabo y el agua empezó a salir. Murdock se llevo el agua a la cara con ayuda de las manos y empezó a lavarse la cara y los ojos. Se dio cuenta de que ahora tenia una barba muy larga. El paso los dedos entre los pelos, el cual era muy largo, mas largo del que el solía llevar. Se agarro al lavabo con ambas manos, bajo la cabeza y cerro los ojos tratando de organizar sus pensamientos. Consigo lubricarse la garganta haciendo un cuenco con las manos para poder llevarse el agua a la boca.

“A tu derecha hay una toalla”.

El estiro su mano derecha, localizando la toalla y empezó a secarse la cara. Su visión se fue aclarando lentamente.

“¿Quién eres tu?”. Preguntó Murdock. La voz le parecía ahora demasiado perfecta, demasiado mecánica.

“Mi denominación oficial es Capsula de transporte TP737-1, pero respondo a “nave” o “capsula”.

“¿Eres un ordenador?”.

No, soy un capsula de transporte, “Corrigió la voz”.

“¿Y que diferencia hay?”. No estoy de humor para discutir con un puto ordenador, pensó el.

Tenia el estomago vacío y necesitaba café imperiosamente. “¿Aquí se puede desayunar y tomar un café?”. Preguntó el.

“Cuando estés listo, la comida te estará esperando en el compartimento principal”.

Respondió la nave.

La visión de Murdock se estaba aclarando, y el pudo divisar un pobre compartimiento que parecía una mesa quirúrgica plana, con paneles de cristal colgando de debajo de la colchoneta. Mientras se alejaba del lavabo, este desapareció en la pared, al igual que el toallero una vez que el volvió a dejar la toalla.

El miro hacia abajo y se dio cuenta de que llevaba puesto un mono limpio, pero no tenia ni idea de que material estaría fabricado.

“Puedes encontrar tu ropa bajo el colchón. Pulsa con el pulgar el interruptor que se encuentra en la marco del colchón para abrir el contenedor de almacenamiento”.

Murdock obedeció, y se abrió un cajón justo bajo el colchón. En el, encontró su pantalón y camisa de ante precintados en plástico. Intentó averiguar como se desabrochaba el pijama, pero no pudo, así que se lo arrancó y empezó a vestirse.

Una vez vestido, miro a su alrededor y vio una entrada. Mientras se dirigía hacia ella, oyó un ligero susurro tras el. Cuando de giro la mesa quirúrgica había desaparecido y el compartimento estaba vacío.

A través de la entrada pudo ver una mesa pequeña y se dirigió lentamente hacia esta. Su comida apareció en un pequeño nicho en la pared, que era el dispensador de comida mientras el caminaba lentamente hacia la mesa. Se sentó en la silla, que era muy funcional, aunque incomoda.

El puso un tazón de copos de avena finos y un té algo débil de sabor encima de la mesa. Los copos de avena no tenían la pinta de ser ni substanciales, ni apetitosos, pero Murdock empezó a comer. Mientras comía, una pantalla cobró vida mostrando vistas del exterior mientras una voz masculina hablaba…

“Estas a bordo de una capsula de transporte que ha aterrizado en la superficie de un planeta del que nunca se marchara. Durante el viaje, entre ciento cincuenta años y trescientos cincuenta años has transcurrido en la superficie de nuestro planeta, aunque físicamente solo han transcurrido de dos a tres años para ti. Este capsula de transporte puede o no ser el primero, pero no es el único. Cada cinco años, otro capsula aterrizará en un radio de treinta y dos kilómetros de este. Con cada sucesivo capsula tu población se duplicará por diez.

“Las baterías de este capsula duraran trescientos sesenta y cinco días de veinticuatro horas- un año, como todos vosotros estáis acostumbrados, si tomáis medidas para preservar la energía en el almacenada y los paneles solares se mantienen limpios de polvo.

“No se te ha enviado aquí para morir, si no para sobrevivir, si puedes. Encontraras en los compartimentos accesibles desde el exterior, armas, herramientas y una limitada cantidad de comida.

“Tratar de volver a la tierra es una perdida de tiempo. Tu antiguo planeta ya no existe. Ahora es nuestro planeta. Tu planeta ahora es en el que te encuentras, si es que puedes dominarlo. Fuiste expulsado porque no eres compatible con nuestros requerimientos, pero una parte de tu progenie quizá pueda serlo. Buena suerte”.

La pantalla se oscureció.

Murdock se acababa de terminar su pobre desayuno, que resultó llenar más de lo que parecía, cuando oyó la puerta abrirse. Una mujer joven entró por la puerta con aspecto de demacrada y desorientada. El calculaba que tendría mas o menos su edad, quizás algo más joven. Tenia una buena constitución, tenia el pelo de color marrón claro y llevaba unos pantalones y una camisa de franela.

¿A dónde miras y quien coño eres tu? Pregunto ella con desdén con voz profunda y sensual.

“¿Qué quie…”? Murdock paró para aclararse la garganta. ¿Qué quieres decir? Pregunto el tranquilamente.

“Nunca he visto a nadie vestido así, excepto en las películas antiguas. Pareces salido de una película cutre de Daniel Boone”.

Murdock se puso rígido he intentó ignorar el comentario, Estaba acostumbrado a las reacciones de la gente cuando el llevaba puesta su ropa de piel de ante.

El se levantó de la silla. La mujer se sentó y empezó a comerse su comida. La pantalla de nuevo cobró vida, repitiendo el mensaje que Murdock acababa de oír. El dio un paseo examinando el compartimento, pero no pudo encontrar ni puerta ni ventana alguna que diera al exterior. Anhelaba salir al aire libre.

La pantalla paro y la mujer se levanto, parecía atontada y confusa. Entonces la puerta se abrió de nuevo, esta vez era un hombre de unos cuarenta años vestido con un traje de negocios. El hombre los ignoró, se sentó y comió. De nuevo el mensaje se reprodujo en la pantalla. Para ese momento Murdock ya se había dado cuenta de que se trataba de un mensaje genérico que usarían todos los capsulas.

Después de tres horas de dicha rutina, veinte personas, diez hombres y diez mujeres se apelotonaban en el pequeño compartimento. Murdock empezaba a sentir claustrofobia. Justo entonces un motor se encendió y se abrió una rampa. El olor a aire fresco y limpio del exterior le golpeó de lleno y Murdock lo respiro alegremente.

En el momento en el que se abrió la rampa, Murdock se encontraba tan lejos como se podía encontrar de la salida. Cuando todo el mundo se movió en masa hacia la rampa, su sentimiento de claustrofobia aumento- hasta que sus pies pisaron suelo virgen. Una vez se había librado de los demás el empezó caminar por la base del transporte.

Desde fuera, el capsula parecía mucho mas grande que desde dentro. Su forma plana y ovalada no le sorprendió ya desde dentro se podía intuir la forma de la nave. Mientras caminaba, Murdock tomaba buena nota de los alrededores. El transporte había aterrizado en el medio de un prado de hierba de unos cincuenta metros de ancho y cien de largo, aproximadamente. La tierra parecía fértil y exuberante, y hasta donde llegaba la vista no era pantanosa.

Al menos no era una tierra desértica, pensó. El oyó el agua correr, no muy lejos y abundantes arboles rodeaban el prado. La zona le recordaba al oeste de montana, el norte de Idaho o la cordillera de las cascadas en el estado de Washington. Los arboles consistían en coníferas, arces de roble, álamos y abedules. El se dio cuenta de que todo tenía una forma distinta de la que estaba acostumbrado- un color azulado en la vegetación que debería de ser verde- y ni una pequeña curiosa criatura fue a ver a los recién llegados.

Además. El no oía ningún insecto. Todo lo que podía oír era una suave brisa en los arboles y el agua correr, el se había desentendido del ruido que hacían los otros al hablar o al caminar observando los alrededores.

En su segunda vuelta alrededor del capsula de transporte, encontró el compartimento de almacenamiento y lo abrió. Si quieres que haga algo, hazlo tu mismo, pensó el, no esperes que lo hagan los demás. Empezó a sacar los objetos, dejándolos en el suelo mientras caían. Nadie se movió para ayudarle.

Mientras el daba vueltas alrededor del capsula, podía oír las conversaciones.

“No me creo nada de esto”. Estaba diciendo una de las mujeres.

“No lo se. Las cosas no son iguales a como yo las recuerdo”. Dijo uno de los hombres.

“Sabes lo caro que es transportar a toda esa gente que nos han dicho, estén aquí o allí? “Creo que es una farsa”. Dijo otro hombre.

“! Creo que nos están observando ¡”, dijo otra mujer chillando con un susurro.

Murdock se reía entre dientes. A el le daba igual si era una farsa o no. El quejarse o montar una teoría de la conspiración retorica era una perdida de tiempo y energía. Lo único que importaba era el aquí y el ahora…y sobrevivir.

A el lo estaban reviviendo como James Whittier, estaba soñando. Su padre, de nuevo, le estaba dando un sermón.

“La mayoría de la gente es vaga, esperan que alguien se haga responsable de sus necesidades, y pensaran que le están dando poder a aquel que les provee. Dijo su padre en su sueño.

El siempre seguía incesantemente, casi siempre, James quería estrangularlo hasta que se callara. Su padre había sido un político de éxito y le había sermoneado constantemente sobre lo que había aprendido, según sus palabras “a las malas”.

“Siempre que la gente piense que tu tienes las respuestas, harán lo que les digas. Continuaba su padre dentro de su cabeza. Pero tan pronto como pierdan la fe en ti. La gente no te dará nada. Se lo tendrás que quitar de las manos, y lo tendrás que hacer de manera que la gente piense que es idea suya o que es en su beneficio. Los políticos tienen que hacer malabarismos usando métodos sutiles y en la mala dirección para que el pueblo les apoye.

El viejo Whittier había muerto cuando James estaba en su segundo año de instituto. El se alegró de ello ya que significaba que estaba libre de los sermones interminables de su padre. En tiempos de estrés, sin embargo, todo lo que podía oír en su cabeza a su padre pontificándole incesantemente.

“La gente quiere que el gobierno les provea de todas sus necesidades y tenga el poder de actuar en su nombre”. Continuo la voz de su padre. “Para tener poder, tienes que ser parte del gobierno, La gente nunca debe saber que el gobierno casi siempre se mete por medio y no para beneficio de la gente.

El padre de James siempre había sido un verdadero discípulo de la religión del gobierno y quería que su hijo fuera su acolito.

Y James había hecho todo lo que había podido para continuar el legado de su padre. La primera vez que a James lo habían pillado haciendo trampas, tenia seis años y lo castigaron, no por hacer trampas, por que lo pillaron.

“Lo que mayoría de personas llaman “verdad”, no es tan objetivo como ellos puedan pensar, de hecho, es muy subjetivo. La voz de dentro de su cabeza continuo. Para un político, “la verdad” es lo que el diga que es. Po lo tanto, ningún político miente. Tales cosas no son mentira; Los hechos fluyen de manera que se pueden interpretar de la manera que mas convenga según las necesidades del momento”.

James había conseguida entrar en una escuela secundaria muy buena gracias al nombre de su padre. Incluso consiguió menciones en dos deportes a los que ni siquiera había jugado nunca. Algunos de los estudiantes decían que le había hecho trampas, o comprado o chantajeado para conseguir que lo aceptaran en la escuela. Estaban en lo cierto, por supuesto, pero James achacó a los celos el que no lo hubieran descubierto antes. Su padre dijo que había conseguido unas cuantas “pequeñas hazañas”, sin deshonrar el buen nombre de la familia.

Cuando supo el nombre de la escuela la que iba a ir, James contrató a unos detectives privados sin que su padre lo supiera. Su trabajo era encontrar indiscreciones del director del colegio, un tal Potiphar Grimsdale. Una vez encontradas, fue a ver a este hombre con las pruebas, de manera que desde que James entró en la oficina para su primera entrevista, ya había sido admitido.

A finales de año Grimsdale le estaba pagando a través de terceras personas para que no desvelara sus indiscreciones. Cuatro años después la cuenta bancaria de James había aumentado considerablemente y el tenia menciones en varios deportes, unas notas muy altas y muchas cartas de recomendacion para los alma-mater de su padre En el colegio James W. Whittier consiguió su diploma sin mucho esfuerzo. La cantidad justa de dinero aquí, presiones allá y antes de darse cuenta se había graduado. Unas pocas semanas después se presento a alcalde de Atenas, Ohio.

Para cuando James W. Whittier III fue nombrado alcalde, daba le proporcionaba mayor placer que otro se plegara a sus deseos. Sabia que sacrificaría a millones de personas para conseguir sus fines. No tenía dudas de que su visión de la realidad era la correcta y que los demás deberían sacrificarse por ella. A el le gustaba ser poderoso y haría cualquier cosa para conseguirlo. Y haría lo necesario para retenerlo.

Después de su resurrección la comida y de oír las instrucciones. Whittier busco al resto de sus compañeros peregrinos. Que pandilla de indeseables, pensó. Mientras se iban uniendo mas a la cola. Whittier hizo una nota mental de un par de ellos como posibles confederados, basado en su tamaño y en su percibidle poca inteligencia. Una idea empezó a gestarse en su cerebro.

Cuando todos salieron de la nave, Whittier consiguió llevar aparte a un hombre mas viejo que se había presentado a si mismo como Burns. “Busca a ver si puedes encontrar uno o dos hombres en los que podamos confiar, le dijo conspirativamente. Burns asintió. “Si nos movemos rápidamente podremos mandar a este grupo. Eso quizá no sea gran cosa, pero creo que comer regularmente es algo”. Le dijo Whittier.

A ver que encuentro. Burns asintió silenciosamente.

“Hazlo discretamente”, Whittier susurró rotundamente. ¿Sabes lo que quiere decir discretamente?, pregunto el con aire de superioridad. Tiene que saber quien es el jefe, pensó.

Burns asintió, y Whittier pudo ver que se le ponía la cara roja por el insulto. El avanzó para mezclarse con el resto de la multitud.

Cuando el había acabado de vaciar el compartimento de almacenamiento, y después de un breve descanso, empezó a catalogarlo todo mentalmente. El vio varios cuchillos, hachuelas, cabezas de hacha de varios tamaños, alambre de acero, un par de sierras de dos mangos, varios diámetros de distintos tipos de cuerda, cabezas de pala, cabezas de picos, un par de azuelas, y navajas. Además, el encontró cuarenta cantimploras, unas cuantas lonas pesadas de varios tamaños un par de ollas para cocinar y utensilios de comer y cuarenta paquetes de copos de avena.

Cogió un par de machetes y uno de treinta centímetros y otro de cuarenta y cinco con una funda abrochada a su cinturón. También se metió un cuchillo de caza en la bota y una hachuela en el cinturón, en la espalda, cerca de donde acaba la columna. El guardó lo sobrante encima de una lona que había preparado antes. Cuando acabo, doblo el restante de la lona encima del montón Ahora el sabia que era con lo que contaban y lo tenía protegido de la intemperie. Finalmente, el coloco las cantimploras encima de la lona.

Tan pronto como había acabado un hombre vestido con un traje de negocios vino a verle. Murdock pensaba que tendría unos treinta y tantos, de un metro y ochenta y cinco de altura y ochenta y cinco kilos. Su manera de comportarse según Murdock tendía a la pomposidad y por lo tanto, no era de fiar.

“Hiciste un gran trabajo reuniendo los suministros”, dijo el hombre sonriendo indicando la pila bajo la lona. ¿Sabes de que recursos físicos disponemos?

“Hasta cierto punto y a mi manera”. Respondió Murdock de manera cortante y tranquila, “Y tu también lo sabrías si te hubieras sacado el palo ese y me hubieras ayudado.”

“¿De que palo hablas?” pregunto el hombre, ya sin sonreír.

“El que tienes metido en el culo”, replico Murdock lo suficientemente alto para que el hombre lo oyera.

Al hombre se le puso la cara roja y le fulmino con la mirada. Entonces le ofreció la mano y trato de sonreír.

“Soy Whittier”.

Murdock solo miro a la mano, después a la cara del hombre. Sus ojos se estrecharon. “¿Mas blanco que quien?”. Dijo el estoicamente.

“! No ¡Mi nombre es Whittier! James W. Whittier tercero. ¿Y tu eres?

“Murdock”

“¿No tienes nombre de pila o es ese tu nombre de pila?” preguntó Whittier.

“Tengo nombre de pila”. Bromeo Murdock “para los amigos”. Prepotente y además es un trepa. Este no es de fiar, pensó el.

“Estoy seguro de todos somos amigos aquí”. Sentencio Whittier, lo suficientemente algo para que todos los demás pudieran oírlo. El trató de mantener la sonrisa forzada, mientras miraba su mano extendida.

“Eso todavía esta por ver” Respondió Murdock con recelo. Pudo ver que su reticencia a estrechar la mano del hombre lo estaba poniendo nervioso.

Murdock miro a la mano que el hombre le había ofrecido, los dedos tenían hecha la manicura, la mano era carnosa y la piel parecía ser suave, sin ninguna dureza. Este tío estaba acostumbrado a sentarse tras un despacho. Murdock se agachó, cogió varias cantimploras y las colgó en el brazo extendido de Whittier, todas menos dos,

¿Qué se supone que tengo que hacer con esto? Whittier resopló.

“Quizás quieras llenarlas, a no ser que no bebas agua.”

“¿Te crees que voy a llevar el agua?”, estas de broma ¿no? Dijo Whittier con cara de asombro

“No me creo nada, puedes hacer lo quieras, ahora cuando tengas sed te aguantas”. Dijo Murdock caminando hacia la dirección en la que se oía el agua, con dos cantimploras en la mano, No me había recorrido muchos pasos cuando escuchó como las cantimploras golpeaban el suelo. El se rio par si mismo y se dirigió al lago.

Mientras Murdock se dirigía a la dirección de la que la provenía el sonido del agua, el continuó examinando el terreno buscando algún signo de la presencia de animales. También pensó en los comentarios que hicieron sus presuntos compañeros.

El parecía anacrónico con su ropa de ante. Sus botas también eran de ante y le llegaban hasta el muslo. Eran de ante autentico. Su ropa la había fabricado el mismo. Era suave como la mantequilla y llevarla puesta era una delicia, eran una posesión muy preciada para el, se alegraba de tenerla.

El se había fijado en como vestían los otros. Levaban cualquier cosa, desde faldas hasta pantalones vaqueros. Al menos nadie llevaba un esmoquin se rio para si mismo. ¿Por qué los demás iban tan mal equipados para esta aventura? ¿Por qué los que los habían llevado hasta allí no les habían equipado con una ropa mas acorde con el entorno? A los que llevaban pantalón vaquero les iría mejor que a los demás, pero todos lo iban a pasar mal cuando llegara el invierno, el incluido. Y a juzgar por los distintos tipos de arboles que se podían ver, el invierno llegaría.

Basándose en la indolencia de los demás, Murdock pensó que el era el único con conocimientos de silvicultura de todos ellos. Todos los demás tenían pintar de vivir en la ciudad. ¿Tendrá alguno de ellos idea de lo que les espera?

Mientras se acercaba al agua corriente, Murdock busco pistas en el suelo de la presencia de animales con mas detenimiento, lo que indicaría la dirección en la que se encontraba el agua. Justamente dentro de la línea de pequeños arboles que iban a dirección en dirección a esta. Murdock siguió la fila de arboles y encontró un pequeño lago. El lago no tenía mucha anchura, solo un metro o metro y medio hasta el otro lado, pero la menos parecía tener algunos metros de profundidad y el agua no parecía moverse muy rápidamente. En el borde del lago notó que algunos animales lo habían cruzado.

No lejos del sendero, Murdock encontró un charco, formado por el lago fluyendo hacia si mismo. Usó las manos para llevarse un poco de agua a la boca. Aunque el camino había sido fácil. Ya estaba sudando debido a lo débil que se sentía. El bebió hasta saciarse antes de llenar las cantimploras.

Entonces se sentó, observó y escucho. Vio a unos cuantos insectos grandes en la orilla mas tranquila del charco. Mientras observaba, vio como uno desaparecía. “Pescado¡, el se metió en el charco, hizo un cuenco con las manos y las puso entre sus piernas, y se quedó quieto. Un momento después, un pez se acercó, y el lo sacó del charco con un movimiento aterrizando el pez en la orilla del charco.

Después de coger otro pez, camino hacia la orilla y se quedo observándolos.

Eran peces, si, solo que distintos de los que el estaba acostumbrado a ver. Estos peces se parecían a las truchas, pero cada uno tenía un par de aletas extra y la cola era más parecida a la de un delfín que a la de una trucha. Murdock había medio esperado que se levantaran y anduvieran, pero no fue así.

El clavó los dedos en las branquias, cogió las cantimploras y comenzó a regresar hasta el capsula de transporte.

Murdock estaba de buen humor. Esta era su idea del cielo; Aquí el se encontraba en su elemento. En un extremo del prado el pudo ver lo que parecían cebollas y paró el tiempo suficiente para recolectar algunas, Los demás va n venirle suplicando una vez el cocinara estas hermosuras, pensó el, riéndose anticipadamente al pensar como les contestaría con que se las apañaran ellos mismos.

Ellos podrían, deberían, haberle acompañado, pensó Murdock. Aquellos que no querían aprender o esperaban que alguien les hiciera todo el trabajo, no le servían. Mientras caminaba, iba pensando en todo esto, cuando vio unas pocas ramas muertas en el camino y también las cogió. Para cuando volvió al capsula de transporte, había reunido un buen montón.

Mientras Murdock se aproximaba al capsula pudo ver que los demás se habían reunido en un grupo. El escogió un buen sitio para hacer un campamento, lejos de los demás y preparó el pescado para cocinarlo. Mientras olía el pescado cocinándose se podía imaginar como el olor despertaba el hambre de los demás.

Aunque a Murdock le había llevado la mayor parte del día comprobar los suministros, así como conseguir el agua y el pescado, por lo que podía ver, los otros no habían hecho nada. Ahora, de reojo, pudo ver que Whittier se dirigía hacia el. Espero a que el hombre estuviera a seis metros de el.

“Ya te has acercado bastante, Whittier”. Advirtió Murdock sin girarse.

“Ey, amigo, eso huele muy bien. ¿De donde has sacado ese pescado? Pregunto Whittier nerviosamente sin atreverse a acercarse mas.

“Del mismo sitio donde he sacado el agua”. Respondió Murdock sarcásticamente. A fin de cuentas, los peces viven en el agua”.

“Um… ¿Y donde esta eso?

Murdock giró la cabeza para mirar de lado a Whittier. “Bueno, ya ves me encontré estos delicatesen mientras paseaba esta mañana. Whittier se quedó mirándolo fijamente sin ninguna expresión en la cara. Murdock señalo con la cabeza el camino hacia el lago. Por allí

“¿Te importa si te acompaño?”. Preguntó Whittier, después de mirar a la dirección a la que Murdock había señalado.

“Me importa mucho”. Respondió Murdock de manera cortante. “No soy amigo tuyo”. Le dedico una mirada de advertencia.

“Se que antes no empezamos con buen pie”. Whittier sonrió nerviosamente por lo bajini.

“¿Podemos enterrar el hacha de guerra, por decirlo así?”.

Eso depende.

¿De que?

“Oh, ¿Qué habéis hecho mientras yo no estaba? ¿Porque ni tu ni ninguno de los otros me siguió para conseguir agua?”. Me habrían venido bien una mano extra para traer leña.

“Oh, bueno estábamos hablando, organizándonos para tratar de encontrar una manera de salir de aquí.

“¿Y que habéis pensado?”. Pregunto Murdock, genuinamente curioso. ¿Nadie ha prestado atención al video?

“No hemos conseguido encontrar una manera aún. Sin embargo, Nos gustaría invitarte a una pequeña reunión dentro del capsula. Hablar será mas fácil si estamos juntos. “¡Que bien que huele ese pescado ¡”.

Si, ¿Verdad? Respondió Murdock sarcásticamente. Casi podía ver la boca de Whittier salivando. El cogió una de las cantimploras y bebió de ella un buen rato, chasqueando los labios de satisfacción.

“¿Me puedes dar un trago de agua?”

“¿Recuerdas lo que te dije antes?”

“si, lo recuerdo”. Whittier le soltó “Esas siendo maleducado y antipático, solo te pido un trago de agua ¡.

“Vamos a dejar las cosas claras, ¿crees que de alguna manera eres importante, y que todo el mundo esta obligado a apoyarte?, ¿verdad que llevo razón? Si no eres un político,” te has equivocado de profesión ¡. ¿Y los demás? Murdock vio que a Whittier se le ponía la cara roja.

“Pues si. Soy un político de un regional, ya que lo preguntas, todos están bastante sedientos. Todo el tiempo que llevamos hablando hoy hace que se te seque la garganta”.

“Mala suerte que ninguno de ellos tuviera la previsión de seguirme a coger agua.”

“¿Has hecho alguna vez en tu vida algún trabajo manual?”.

“! No¡, solo te he pedido un trago de agua, no me voy a someter a tu inquisición”. Whittier echaba chispas por el enfado.

“Sera mejor que te des cuenta que esta situación no conduce a ninguna dictadura”, Murdock cogió la cantimplora que todavía no había usado y se la pasó a Whittier. “! Eso es todo lo que tu o cualquiera de vosotros vais a sacar de mi.”. ¡

Whittier cogió la cantimplora y se volvió con el resto del grupo.

“Las cosas se van a salir de madre rápidamente”. “Pensó Murdock. El sabia que era inferior en número, pero también sabía que podía ganarles a la mayoría si se llegaba a esa situación. El necesitaría los objetos de debajo de la lona. Aunque el podría sobrevivir sin la mayor parte de ellos, la vida sería mucho mas fácil con ellos, o al menos con acceso a ellos. Iba a necesitar planificación y sutileza, y la sutileza nunca había sido su fuerte.

Mientras comía, Murdock pensó en un plan. El necesitaba encontrar una base de operaciones mas permanente. El empezaría por aparejar algún tipo de paquete para llevar las cosas necesarias para hacer la base mas habitable y fácil de mantener. Sobretodo necesitaba saber si los humanos eran el mayor depredador de este planeta, lo que requería de salir a explorar. Pero antes de que el pudiera hacer eso, tenía que fortificar su fuerza. Un día o dos serían suficientes antes de que pueda empezar a explorar, pensó el.

Después de comer la mitad del primer pez, Murdock estaba lleno. Sin manera de poder impedir que el pez se echara a perder, cogió las sobras y se las llevó a los demás y las ofreció a cualquiera que lo quisiera. Algunos rechazaron comer porque era silvestre, otros se quejaron de que estaba poco hecho. Otros pensaban que estaba muy hecho. Con todo otros pensaban que el pescado tenía demasiados huesos. A pesar de todas las quejas, Murdock se dio cuenta que el pescado desapareció rápidamente.

Después de su confrontación con Murdock, Whittier estaba muy furioso. El decidió que Murdock representaba un problema para el y para sus planes. Murdock no se conformará con menos que ser el líder de la comunidad y ya me había reservado ese rol para mi. Pensó el.

Mientras pasaba la cantimplora a los demás. Whittier esperó al turno de Burns. “Necesito que tu y el otro me votéis para ser vuestro líder en la reunión. Le dijo a Burns en tono bajo y conspirativo, Burns asintió.

Whittier sonrío al ver que Burns sabia cuando hablar, cuando callarse, y hacer lo que le ordenaban.

La reunión transcurrió como Murdock esperaba. Todos menos Murdock se reunieron en la habitación común del capsula de transporte y, como si no hubiera espacio suficiente Murdock prefirió quedarse en la rampa. Ahí había menos gente y además podía enterarse de todo lo que estaban hablando. Bastantes de las voces de los desplazados se quejaron por la falta de instalaciones y agua potable y otros expresaron su preocupación por su dieta. Murdock se rió y pensó que los copos de avena les parecería muy pronto blandos e insípidos.

“creo que primero que todo deberíamos de votar el liderazgo de la colonia”. Chillo Whittier sobre el estrépito de los demás que estaban hablando todos al mismo tiempo.

“! Necesitamos tener un orden y un líder lo traerá ¡”.

“! Voto por el señor Whittier ¡”. Gritó alguien desde el fondo de la habitación.

“Yo lo secundo”. Dijo alguien mas. Murdock sonreía mientras agitaba la cabeza.! Podías disimular un poco mas Whittier ¡.

Ha habido una nominación y ha sido secundada. Los que estén a favor que digan “Si”. Dijo Whittier la parte delantera de la habitación.

“! Si ¡”, dijo una fuerte voz.

“¿En contra?”

“! No ¡”, en voz baja.

“La presidencia dice que han ganado los “Síes”. La primera orden ejecutiva es establecer comités para algunas de las necesidades básicas de la colonia.”.

Murdock camino disgustado. El siempre ha conocido a los políticos y sus maneras de conseguir el poder. Si necesitas un retrete, empiezas haciendo un agujero en el suelo, no formas un comité, el pensó mientras volvía a su campamento. Mientras tanto el podía oír a Whittier contando votos y no pudo evitar preguntarse que estafa estaba tramando el político.

Cualquiera que fuera Whittier iba a ser el principal beneficiario.

2

Cuando salió el sol el había estado moviéndose por lo menos durante una hora. Vio que la rampa del transporte estaba cerrada y no había signos de nadie mas. De camino hacia el lago, encontró una pequeña manada de animales que se parecían a los ciervos, pero si eso eran ciervos, eran enormes. El estimaba que su tamaño se aproximaba al de un alce, eran enormes, vistos desde la distancia.

No va ser fácil abatir a una de esas bestias con un arco o un arma a distancia de ese tipo. Pensó el. Dudaba de que una lanza pudiera ser efectiva contra un animal de ese tipo. Quizás un atatl estaría mejor.

Pero cuando se aproximaba al lago paró. Un gran oso pardo estaba en el medio del lago. Murdock se había encontrado osos en la tierra, pero este diría que tenia el tamaño de un grizzli grande.

El oso no le había visto, así que el decidió retroceder tan lentamente como pudo. Lo ultimo que quería hacer era enfrentarse a un oso de ese tamaño con las armas que tenía, especialmente con lo débil que se sentía. Cuando el oso desapareció de su vista, el respiró mas tranquilo.

Después de calmarse un poco. Murdock se dio cuenta de que tenía al oso le en la dirección del viento y decidió acercarse un poco mas y observar. Tan pronto se tumbó boca abajo escucho unas pisadas que se estaban acercando. El se asomo por encima de la hierba para ver a la mujer que le había llamado Daniel Boone caminando hacia el oso sin saberlo.

Rose Griffen se había levantado mas temprano que el resto del grupo y había decidido encontrar el agua que Murdock había mencionado. Después de salir del capsula y volver a cerrar la rampa, ella miró hacia el campamento de Murdock.

“Eres muy madrugador, Murdock”. Dijo ella en voz alta. Oh, bueno. Necesitas un baño, chica. Chúpate esa y dirigirte en esa dirección y lo encontraras…seguro. Pensó ella.

Mientras caminaba, miraba en todas direcciones, apreciando todos los diferentes colores de las flores, así como del extraño tono azulado de a la hierba y de los arboles. El área le recordaba a un parque que ella había visitado de niña en Omaha.

Ella también notó la ausencia de ruido. Acostumbrada como estaba al ruido de la carretera, el zumbido de las líneas eléctricas, los pájaros trinando y los críos chillando, Rose encontraba este silencio casi ensordecedor, incluso perturbador. Ella estaba en guardia mientras caminaba, siguiendo una especie de sendero, creado por alguien o algo, empujando la hierba alta que le llegaba por las rodillas.

Rose no estaba lejos de los arboles pequeños que rodeaban el prado en el que se encontraba el capsula de transporte cuando de repente ella se estaba cayendo. Algo de detrás de los arboles le había golpeado la pierna detrás de la rodilla, haciendo que su pierna se doblara. Entonces, ella golpeó el suelo, alguien le rodeaba sus brazos y sus piernas. Ella respiró profundamente para gritar, cuando una mano le tapó la boca.

“Silencio” susurró un hombre, tenía la boca cerca de su oreja. “Hay un oso en el lago”.

Cuando dejó de luchar, el quitó la mano lentamente de su boca y se desenredó de ella. Sin decir palabra, le hizo un gesto para que lo siguiera, gateando hacia el lago mientras ella lo seguía. El oso ni lo había oído ni olido y seguía alimentándose de los peces que el capturaba.

Murdock se giro para mirarla de frente, La boca de Rosa estaba abierta por la sorpresa y el aturdimiento, así como los ojos que los tenía muy abiertos.

Ellos observaron al oso durante varios minutos. Finalmente, el oso acabo y se marchó lejos de ellos y del capsula de transporte. Mientras ella intentaba levantarse, Murdock la empujo hacia abajo y le puso un dedo en los labios. Ellos esperaron unos cuantos minutos mas y entonces Murdock se levantó lentamente.

“Lo siento”, dijo el, ofreciéndole una mano para ayudarle a levantarse mientras miraba a su alrededor- ella presumía que el buscaba otros peligros. “Pensaba que no querrías encontrarte a este vecino en particular a estas horas de la mañana”.

“Bajo estas circunstancias, vale. ¿De verdad que eso era un oso?”. Preguntó ella silenciosamente, todavía llena de asombro.

“Es lo más parecido a un oso que seguramente veamos. Seguramente será uno de los mayores depredadores de este planeta.”. Explicó Murdock.

“Si, no estoy de humor para conocer a los vecinos”. Bromeó ella mientras se sacudía. “Me llamo Rose Griffen”. Ella extendió su mano y Murdock la tomó.

Ella había visto a Murdock nada más despertarse en la nave. En ese momento pensaba que el era anacrónico, que pertenecía a una era desaparecida hacia mucho tiempo, y algo arrogante. Ahora lo miró más detenidamente. El era más bajo que ella por un centímetro o dos, de construcción fuerte, pelo negro, o muy bronceado o de piel más oscura de manera natural y aparentemente bien musculado, aunque lo escondía bien. Sobretodo ella pensaba que era agradable de ver. Ella lo clasificó como alguien a quien la mayoría de la gente subestimaría, lo que ella suponía era su objetivo. El obviamente sabia lo que hacía cuando se trataba de sobrevivir en la naturaleza.

Finalmente, Murdock reparó en Rose.

“Murdock”, dijo el mientras le chocaba la mano suavemente. Sus manos eran suaves y cálidas, pero tenían algunas durezas. “¿Qué hacías aquí tan temprano?”.

“Quería darme un baño en el lago”.

“Eso no es una buena idea hasta que conozcamos bien este lugar, No recomendaría aventurarse solo”.

“Ya, yo no recomendaría ponerse a con el viento a favor de mi hasta que me de un baño, tampoco, bromeó y sonrió Rose.

Tiene una bonita sonrisa, pensó el, contagiosa.

“Bañarse es imposible, por el momento”. Murdock se dio cuenta de que ella no tenia ni siquiera un cuchillo. “Lavarse bastará, pero no sola y ¡desde luego, no desarmada ¡

“No me han dado un arma”. Contestó Rose bruscamente.” En todo caso tampoco me iba servir de mucho, soy una chica de ciudad.”.

Murdock se quedo perplejo por lo acababa de escuchar. Había dado por sentado que todos sabían un cuchillo para defenderse. El se saco su cuchillo de quince centímetros de la bota y se lo dio. “Sujétalo con el cinturón”.

Rose miró al cuchillo encogiendo los hombros. “No llevo cinturón”. Ella se levantó la camisa para enseñarle a Murdock que los lazos de su pantalón estaban vacíos.”. Además, ahora estas tu aquí y parece que estas armado hasta los dientes.

“No estoy tan bien armado como me gustaría, ni de lejos”. Dijo Murdock volviendo a poner el cuchillo en su bota. “Cuando regresemos veré que puedo hacer. Esto no es un paseo por el parque, estamos en una situación de supervivencia extrema. ¡Aquí puedes morir en menos que canta un gallo ¡.

“Si tanto te preocupa, creo que será mejor que me sigas”. Rose ignoró sus advertencias y se dirigió hacia el lago.

Murdock solo la miro pasar y decidió seguirla. El ya sabía que discutir con ella no llevaba a ninguna parte. Cuando llegaron al lago, Rose se quitó sus zapatillas de deporte mientras Murdock llenaba su cantimplora. Ella miró a Murdock.

“¿Me prometes que no vas a mirar?”. Preguntó ella tímidamente.

“No, no me puedo prometértelo. Alguien tiene que vigilar”. Declaró Murdock rotundamente mientras subía por la orilla poco profunda.

Rose solo se encogió de hombros, se quitó su camisa de franela y sus vaqueros y los puso al lado de sus zapatos. Ella entró al lago y empezó a lavarse quedándose cerca de la orilla alerta ante cualquier posible amenaza proveniente de cualquier punto del lago. Cuando acabó se volvió a poner la ropa y se calzó las zapatillas sin atarse los cordones. Murdock no se había dado cuenta ni de cuando se vistió, ni cuando se desvistió, su atención estaba en otra parte.

“Yo me ataría las zapatillas, si fuera tu” Dijo el mientras ella subía por la orilla, con su ayuda, al verle las zapatillas desatadas.” Tus tobillos van a necesitar un buen agarre, y nunca se sabe cuando habrá que correr.”.

“Ni se te pase por la cabeza que me vas a decir lo que tengo que hacer a cada momento”. Le contestó ella de mala manera. Y salió pitando hacia el capsula de transporte.

Ya de vuelta en el campamento, no había pasado mucho tiempo cuando Murdock vio que Whittier se dirigía hacia el, y dejo escapar una pequeña sonrisa.

“¿Te importa si charlamos?”. Preguntó Whittier.

“Vale”. Respondió Murdock con frialdad. “No creo que importe mucho si digo que no”.

“¿Rose dice que habéis visto un oso en el lago?”. Preguntó Whittier ignorando la chulería.

“No exactamente un oso como el que encontrarías en la tierra, pero se le parecía”.

“¡Ostras!”, no pensaba que nos encontraríamos con animales grandes por aquí.

Murdock no podía creer lo que oía. “¿Creías que nos habían dejado tirados en un parque?”. Preguntó el sarcásticamente.

“! No esperaba que tuviéramos que lidiar con osos ¡”.

“¿Te importa si hablo con sinceridad?”

“Adelante”.

“Hay muchas cosas de este planeta que no sabemos. Te aseguro que no somos los únicos depredadores aquí. Podría haber muchos tipos de animales que representaran una amenaza para el ser humano, este lugar parece tener un paralelismo con las montañas del colorado de allí en casa, pero las apariencias pueden y de hecho lo hacen, engañar. Hay probablemente diez mil maneras de que este planeta te mate, y eso tirando por lo bajo.

“Espera un momento,”. Protesto Whittier. “Somos seres humanos, no depredadores”.

Murdock parecía confundido. Este tío no tiene ni idea. Pensó el. “¿Has tenido que lidiar con muchos osos allí en la oficina?”. Preguntó el sarcásticamente.

“No, pero parece que tenemos opiniones diferentes sobre lo que es un depredador”.

“¿Quizás podrías decirme que especies han puesto en peligro a, lobos, focas, ballenas, leones, tigres y águilas, solo por decir unas cuantas?

“Lo hicimos los humanos, pero fue por nuestro progreso. Pero no voy a debatir eso contigo”.

“A mi me parece eso ser un depredador, pero tu eres el líder de la colonia elegido democráticamente, ¡como puedo yo atreverme a decirte nada ¡Murdock, enfurecido se dio la vuelta para regresar a su campamento”.

“¡Espera! ¡No tienes porque ser tan bruto ¡he venido hasta aquí para preguntarte tu opinión sobre el tema”.

“Mi opinión es que deberías dejar al oso en paz, si te encuentras con uno”. Murdock volvió se dio la vuelta para atizar su fuego. “Tratar de erradicarlos esta más allá de tus capacidades”.

“Si, como tu dices soy el líder elegido democráticamente, y debo encargarme de la seguridad de la colonia, ¿Qué sugieres que hagamos para poder coger agua en este infierno?

Murdock rio disimuladamente, ¿infierno? “Creo que tu preocupación por la seguridad no vas allá de la tuya propia”. Contestó Murdock. “Como en cualquier situación tu tienes que evaluar tus opciones antes de actuar”. El solo quería que Whittier le dejara en paz. No puedes enseñar a quien no quiere aprender y mucho menos a alguien que cree que lo sabe todo.

“Eso es precisamente lo que tu hiciste ayer. Tu evaluaste nuestras opciones ayer”.

“Y tu te negaste a escuchar”. Murdock le contestó de mala manera. “! Dije todas las opciones ¡” ¿hay algún doctor entre nosotros?, ¿cuántos de nosotros sabemos cazar?, ¿cuántos han estado alguna de camping en la naturaleza?, ¿hay alguien que conozca técnicas de supervivencia?, ¿o no consideras que son una opción esas habilidades? El volumen de la voz de Murdock se elevaba cada vez por la frustración y a Whittier le llegaba a todo volumen.

“Entiendo tu punto de vista”, Whittier respondió fríamente, parecía de alguna manera intimidado por el hombre mas bajo.

“! Y no dejaría que nadie camine solo fuera del capsula de transporte sin ir armado, al menos con un cuchillo. Gracias a nuestro aterrizaje, los humanos estamos en el menú ¡.

“! No veo razón para hacer eso¡, estando todos aquí juntos, estamos a salvo.

“¿Eso crees?”. Pregúntale a Rose Griffin. Ella vio el oso. ¿Cuántos de nosotros querría arriesgarse a pelear para salvar al otro?

“Bueno, no hay demasiados de nosotros para hacer mucho si hubiera que rescatar a alguien”.

A Murdock no le sorprendía escuchar eso de Whittier. ¿” Ni siquiera si fueras tu el que necesitara que lo rescataran?”. Preguntó el con frialdad.

Whittier no dijo nada, Murdock vio como Whittier apretaba las mandíbulas y juraría que el ni siquiera había pensado en esa posibilidad.

“Tu seguramente no rescatarías a nadie”. Musitó Murdock. “Significaría que te preocupabas por alguien que no fuera tu mismo”.

¡Eso no es justo ¡Me preocupo por todos los que están aquí ¡Whittier elevo la voz para que todos pudieran escucharle.

“Si eso es verdad, entonces ¿Por qué te encerraste en el transporte dejándome a mi fuera anoche?”.

“Fue una decisión que tuve que hacer como líder de la colonia. Me imaginé que, si hubieras querido venir, lo habrías hecho antes de que cerrásemos la rampa.”

“¿Sin avisarme si quiera de que ibas a cerrar?”. En mi opinión lo mejor que podrías hacer por los demás es dar un largo paseo. Y con un poco de suerte no regresaras. Murdock le dio la espalda a Whittier.

¿A quien te crees que engañas con tu falsa preocupación? Eres el típico político, cuida de si mismo y todos los demás tienen que cuidar de el también.

Whittier, furioso, agarró a Murdock por el bíceps para darle le vuelta. Murdock se lo sacudió de encima y atrapó el brazo de Whittier con su cuerpo haciendo presión en su codo con su brazo libre. El paró cuando le faltaba muy poco para romperlo, Whittier estaba conmocionado y estaba de puntillas tratando de aliviar la presión del y el dolor de su brazo y hombro.

“! Metete esto en la cabeza ¡. ¡No me toques¡, ¡nunca ¡o te lo partiré. Advirtió Murdock con los dientes apretados. “! Fuera de aquí ¡”. El empujó al hombre hacia el capsula de transporte. Whittier perdió el equilibrio y se cayó.

Cuando Whittier se levantó, el se estaba frotando el codo, parecía estupefacto y dolorido.

“Eres un hombre muy violento y una persona muy inestable, no estoy muy seguro de que necesitemos a gente de tu calaña aquí”. Dijo Whittier mientras caminaba hacia los otros.

“Con lo estupenda que era la tierra, tenía una cosa mala; demasiada gente como tu”. Gritó Murdock a la espalda de Whittier.

El sabía que debía de haber reprimido su ira, pero la estupidez de Whittier y su arrogancia le había hervido la sangre en menos que canta un gallo. Murdock sabia que Whittier sacrificaría a quien fuera con tal de salvarse el mismo. ¿Sentía realmente Murdock lo que dijo? Si, cada palabra, pero el también sabia que puy poca gente podía aceptar la cruda verdad o la realidad de la situación.

El vio como Whittier entraba en el capsula de transporte, ayudado por dos de los hombres y una de las mujeres los cuales el no reconocía a ninguno. El resto del grupo estaba embarcado en su propia discusión y no se dio cuenta del altercado.

Whittier echaba humo por las orejas mientras se alejaba. ¿Cómo se atreve Murdock a ponerme las manos encima? Ahora, el esperaba poder deshacerse del el. El temperamento de Murdock le había proporcionado la escusa perfecta para ello.

Cuando el se acercó al capsula. Burns y otro hombre le ayudaron a subir a entrar en la nave. Una mujer que el no conocía les siguió.

“¿Estas bien, jefe?”, preguntó Burns, con evidente y real preocupación. Whittier frunció el ceño a los extraños y luego a Burns. “Son de fiar. El es Tom Collier y Krysia Oblonski. Krysia sonrió a Whittier tímidamente cuando Burns la presentó.

“! Necesito hablar con Burns, así que vosotros dos iros ¡¡Ir a por agua o lo que sea ¡Whittier les dijo bruscamente.

Una vez que se marcharon, el le preguntó a Burns. “¿Viste el altercado?”

Si, bueno, mas o menos. ¡Nunca he visto nada igual¡, ¡ni le vi moverse¡¡Pestañeé y ya te tenia ¡Respondió Burns con excitación!

“Joder, casi me parte el brazo”, Dijo Whittier venenosamente mas para si mismo que para Burns. El se frotó el codo mientras recordaba el incidente. “! Murdock es demasiado peligroso para ir suelto por ahí y armado ¡”.

“No creo que pueda desarmarlo”, respondió Burns, negando con la cabeza. “! No creo que ni todos los hombres trabajando juntos puedan desarmarle ¡”.

Mi liderazgo ha sido desafiado, pensó el y el sabía que la cosa no podía quedar así. “Quiero que el grupo me vote para darme plenos poderes”. Le dijo a Burns después de pensar un momento.

“Creo que puedo obtener una mayoría, si se me permite por los medios que sean necesarios. Contestó Burns.

“No quiero que nadie resulte herido…aun”, Ordeno Whittier. “Usa la idea de que Murdock podría ir a por ellos en cualquier momento. Usa sus miedos. Consígueme a tanta gente como puedas para obtener una mayoría. ¡Promételes algo!”.

“¿Y que saco yo de todo esto?”. Preguntó Burns astutamente.

“¿Qué quieres?”. Respondió Whittier respondió mal humorado. Que tonto, pensó el. En la cara de Whittier se dibujo una sonrisa de complicidad mientras esperaba que Burns verbalizase lo que quería.

“No lo sé”, dijo Burns. “Se que vas a ser el mandamás después de esta votación, y quiero ser parte de los que manden”.

“Podría hacerte jefe de policía. Permitirte reclutar a quien tu quieras”.

Ofreció Whittier aun con esa sonrisa de complicidad en la cara. Cuando llegue el momento, el no tendrá problema en tirar el lastre de este idiota. Se lo hare pagar a todos, mas tarde o más temprano. Nadie me va a ayudar así que voy a hacer que todos desee haberlo hecho.

Después de más de veinte minutos, Rose se acercó a ver a Murdock. “¿Ya te has calmado bastante para decirme que es lo que necesito según tu?” Preguntó ella agradablemente.

“No tenemos lo que yo creo que necesitas”, Respondió Murdock con una ligera sonrisa. El se había calmado lo suficiente para ser amable. “No he visto capsulas, ni lanzacohetes. Todo lo que puedo hacer es apañármelas con lo que tenemos”.

El y Rose fueron a la lona y tiraron de ella. El seleccionó una cuerda de sesenta milímetros y midió un tramo de sesenta centímetros y lo cortó y se la puso diagonalmente sobre su cuerpo. Entonces midió otros sesenta centímetros y volvió a cortar. El la ató a la cintura de Rose tres o cuatro veces y la cortó de nuevo.

Divídelo hasta que tengas bastante para atarlo delante de ti sin que sobre mucha cuerda”. Sugirió el mientras continuaba buscando objetos bajo la lona.

“¿De verdad que necesito todas estas cosas?”. Preguntó ella mientras el colgaba los machetes y el cuchillo de quince centímetros en su cinturón hecho a mano. El también metió un hacha como el la llevaba en su cinturón.

“Si, lo necesitas”. Nunca se sabe cuando lo vas a necesitar hasta que no lo tienes.

“Pero no sé para que sirven todas estas cosas”.

“El cinturón sirve para varias cosas, si por ejemplo tienes que colocar trampas o poner una venda en la pierna de alguien”. Explicó el. El machete grande se usa para cortar la hierba o talar pequeños arboles. El machete pequeño se puede usar para los trabajos más pequeños que son demasiado pequeños para el machete grande y demasiado grande para el machete de quince centímetros. El machete de quince centímetros se puede usar para cualquier cosa desde cortar una cuerda pequeña hasta despellejar y limpiar la carne. La hachuela es buena para los arboles demasiado grandes para el machete. Todas estas cosas se pueden usar como armas efectivas, si tenéis que hacerlo. También te sugeriría acostumbrarte a atarte las zapatillas de deporte cuando las uses. De lo contrario, podrías perderlas si tienes que correr huyendo de un oso. No creo que quieras hacerlo descalza”.

Mientras Murdock equipaba a Rose, el resto del grupo vino a escuchar sus explicaciones. Siguiendo sus instrucciones los miembros del grupo cogieron su equipo y las colgaron de la cuerda como el las llevaba colgadas. Cuando el encontró la piedra de afilar, el le dio una a cada persona- Los demás la miraron sin expresión alguna en la cara.

“Sirven para afilar el cuchillo de quince centímetros y el machete de treinta centímetros. Si tenéis que cortaros hacedlo con un cuchillo que no este afilado. ¿Alguien ha ido alguna vez de acampada, o a cazar, o a pescar?

“Yo he ido de acampada”, dijo un hombre, con otro asintiendo detrás, “y he pescado un poco”.

“Yo he pescado antes, mas o menos” otro interrumpió tímidamente.

“Esto va a ser muy diferente de todo lo que habéis experimentado antes. Vais a tener que confiar el uno en el otro- en vuestras habilidades y en las del compañero. No va a ser fácil”.

“Porque me dijiste que de momento no vamos a poder bañarnos? Preguntó Rose, obviamente todavía irritada por lo del baño.

“¿Alguno de vosotros sabe lo que hay en el agua? Explicó Murdock “¿Hay sanguijuelas o tortugas mordedoras? Recomendaría que no os bañéis hasta que sepamos algo de las criaturas que viven a nuestro alrededor y las criaturas con la que compartimos este hábitat. “¿Hay serpientes cerca?”. Solo porque no las habéis visto no significa que no las haya.

Cuando todos estaban equipados, Murdock retrocedió para mirarlos a todos. El se aguantó la risa. Todos parecían ridículos con sus faldas y sus trajes, ropas inadecuadas para patearse los bosques.

“¿Y las instalaciones para el cuarto de baño?”.

“Hasta que penséis en un dónde vais a construir un asentamiento más permanente. Diría que fuerais entre los arboles. No os recomendaría ir solos, llevaros a alguien, cuatro ojos ven más que dos.

Ellos parecían aceptar lo que Murdock decía. Para Murdock todos parecían estar en estado de shock. El sospechaba que aun no habían asimilado la situación en la que se encontraban completamente.

Justo entonces, uno de los hombres que había ayudado a subir a Whittier al capsula de transporte se acercó a ellos.

“Whittier ha convocado una reunión de emergencia”. Dijo el bruscamente. “! Murdock tiene prohibido asistir ¡”-

Murdock se encogió de hombros y camino hacia los arboles en la dirección opuesta del lago. Faltaba poco para el mediodía, y estaba empezando a tener hambre. Contra más se alejaba del capsula de transporte, mas de le olvidaba el asunto con Whittier.

Mientras caminaba, oyó algo moviéndose en la alta hierba en paralelo a el. Debe de ser algo pequeño o algo arrastrándose. Aunque el no podía ver lo que le seguía, podía oírlo y sentirlo, como si le estuvieran acosando. Lentamente el desenfundó el machete de cuarenta y ocho centímetros de su funda cogiéndolo pegado a su costado en la mano derecha. El pelo del cuello se le erizó. La criatura estaba cerca y le atacaría desde su izquierda.

El dio un par de pasos mas y capto un movimiento de reojo, con un solo rápido movimiento, el aparto su lado izquierdo del ataque y el machete entró en escena. Tan pronto como vio la boca, el clavó el machete hacia arriba. Sin tiempo para analizar el ataque, perdido en sus pensamientos su respuesta había sido casi instantánea.

Hasta que el ataque hubo terminado y el respondido no supo que le había atacado. A sus pies yacía la serpiente más grande que el había visto reptar, le faltaba la cabeza. La cabeza yacía al otro lado con solo unos centímetros de cuerpo.

Murdock dio un paso atrás mientras la serpiente aun continuaba arrastrándose y girándose. El esperaba las contorsiones finales antes de la muerte de la serpiente y que le bajara la adrenalina. Finalmente, después de que la serpiente dejara de moverse, el caminó la larga que era la serpiente.

Siete metros de largo y treinta centímetros de diámetro, pensó el. El calculaba que pesaría unos noventa kilos, por lo menos. Más de que el podía arrastrar o llevar. El cortó la carcasa por la mitad y la llevó hacia su campamento. El viaje fue duro y empezó a sudar profusamente. Allí el ató la primera mitad de la serpiente a un árbol con la cuerda que tenía, tomo un trago de agua de su cantimplora, y regreso a por el otro trozo de la serpiente, antes de llegar hasta el, vio como una docena de aves carroñeras acabándose lo que el había dejado atrás.

“Gracias por la idea, dijo Murdock en voz alta, dirigiéndose de regreso al campamento.

Después de limpiar y de preparar la serpiente para cocinar, colocó las brochetas en el fuego. Como necesitaba agua y limpiarse un poco se dirigió hacia el lago. En el camino de vuelta, se dio cuenta de que los otros habían salido del transporte y estaban de acá para allá hablando entre ellos.

El los evitó y se dirigió hacia su campamento. Cuando comprobó la comida vio que un par de piezas se habían hecho ya y se las comió. La carne era jugosa y un poco dulce y el sabia que saciaría su hambre. Mientras tomaba un trago de agua de la cantimplora, vio que Rose caminaba hacia el.

“¿Qué hay para cenar?”. Dijo ella sonriendo.

“Pollo”, rió Murdock disimuladamente. “¿Te apetece un poco?

“¿En serio, no te importa?”. Dijo ella agradecida. Ella seleccionó una brocheta ya cocinada y empezó comérsela. “! Sabe muy bien ¡”. Dijo ella después de masticar y de tragar un buen trozo. “¿Dónde has encontrado pollo por aquí?”.

Murdock se rió entre dientes. El ya se había terminado su brocheta, después de rellenarla y colocarla en el fuego, se comió otra. Mientras tanto Rose se estaba acabando la suya.

“Si quieres más, sírvete tu misma”. El cogió su brocheta vacía, la rellenó y la puso en el fuego. “Hay mucha cantidad”.

“Ella miró a las otras brochetas y entonces al resto del grupo, del que todos se habían quedado atrás.

“Sabes que se avecinan problemas por tu pequeño revolcón con Whittier”. Dijo ella silenciosamente mientras cogía otra brocheta.

“No es nada nuevo. No es la primera vez, ni será la ultima. Estaría bien si el resto del grupo pudiera verle por lo que es. ¿Qué le ha pasado a tu equipo?”.

“Ese es uno de los temas que tu discusión con Whittier ha hecho que se debata en el foro. La mayoría ha votado por darle a Whittier plenos poderes temporales dentro de la colonia. Todo el mundo ha votado, pero solo han conseguido una ligera mayoría.

Lo primero que hizo fue nombrar a Burns y a Collier policías”.

Los dos son unos…caballeros muy fuertes- y uso el termino libremente y casi no tienen cuello. Rose le recordó. Murdock asintió. “Lo primero que Burns hizo cuando fue nombrado jefe de policía fue decretar que no se permitían llevar armas dentro de la colonia. Nos confiscaron todo el equipo”. Rose hizo una pausa mientras todo se hundía. Murdock había dejado de correr y ahora la miraba de una manera que a ella le decía que el sabía que es lo que les esperaba a partir de ahora. Este pollo esta muy bueno”. Dijo Rose cambiando de tema. “Esta mucho mejor que los copos de avena de mierda que estamos comiendo. “Rose le miró seriamente. “¿Te importa si los demás comen un poco?”.

Murdock miró al resto del grupo. El no vio a Whittier Burns o Collier por ninguna parte.

“¿Dónde están los otros dos chiflados además del que esta cocinando? Preguntó Murdock. “No lo sé. Vamos hacer una pausa durante un rato.”

“¿Por qué me cuentas todo esto? “¿No te acarreara problemas con los jefes?”.

“Nunca he tenido que buscar los problemas”, Rose afirmó entre bocado y bocado. “Siempre me han perseguido, tanto si los quería como si no.

Murdock empezó a atragantarse y casi escupe la carne. “Te entiendo”. Rió el.

“Además me salvaste el pellejo esta mañana, e intentaste ser de ayuda, incluso si los demás no lo aprecian. Te estoy devolviendo el favor.

“Siempre es bueno saber que se avecinan problemas y estar preparado para afrontarlos.”

“¿Y los otros?”. Pregunto Rose.

“Estoy lleno. Supongo que el resto podrá disfrutarlo mientras puedan.”

“Creo que sería mejor si tu hicieras la oferta”, Sugirió Rose. Un gesto de buena de voluntad seguro que no hace daño.

Murdock pensó durante unos instantes. EL camino hacia el resto. “La sopa esta servida”.