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Donde los puertos, la Mar es una introspección lírica a través de los ojos de Ángela Monteros. En esta colección de poemas y textos poéticos, la autora nos lleva en un viaje emocional que abarca el amor, la nostalgia, y la muerte. Con un lenguaje evocador y una profunda sensibilidad, cada pieza invita al lector a explorar la complejidad de las experiencias humanas y la belleza de los momentos efímeros.
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Seitenzahl: 43
Veröffentlichungsjahr: 2024
ÁNGELA CARMEN MONTEROS
Monteros, Ángela Carmen Donde los puertos, la Mar / Ángela Carmen Monteros. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5715-5
1. Poesía. I. Título. CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Contacto: [email protected]
La banalidad de las letras
Venus es una calle despareja
Diecisiete de agosto
Va de nuevo
Hilachas de pensamientos
“Dar esquinazo”
Miriñaques y Mandarinas
Revisión
Tango
La borra del café
Leyendo Epigramas
Cosas de chicos
Vistas de San Miguel de Tucumán
Memento Mortis
Juliana, Julieta
Girasoles de Van Gogh en trenes
Girasoles de Van Gogh enjuiciados
In memoriam Liliana
Cafetería Martínez sobre calle con Plátanos
País de las zonas rojas
Yeites de la lluvia
Ausencias
Ser español
El ruido de las cosas al caer
La única propuesta seria
Allí donde vivo
Esa hojarasca obsoleta
A María de los Ángeles
Carta al Buen Amor
Tras los cristales
A Guille
A un profesor distraído de Filosofía y Letras
ANDROS
Camino de vuelta
Constituido en Mora
Setentismo argentino
Sobre la madre monja o el cura padre
Y esta poesía impedida
Contigo, a la distancia
Al filo
Aula Virtual
Cachorrito
Desembarazarse del lazo patrio
Y así fue, nomás
Detrás de Mascarillas
Noches sáficas
Ping–pong
Esfinges Platenses
Llena eres de Gracia
Silencio y quietud
Todavía quedan Quijotes
Del dos mil catorce
Homenaje a Borges en 2006
Bon voyage, troupe de gentiles
Kakebo, el arte de ahorrar
Ojos ardiendo golosos
Sorpresas te da la vida
Tengo del perro y el escarabajo
el cuerpo a tierra del niño.
¿Cómo decirnos que están juntos?
¿Que todos estamos solos
cuando pinta bien lo de
“volverte a ver”, o también
“todo va a estar mejor”?
Sin embargo la casa quedará deshabitada
porque el poeta tuvo tres (o más veces)
que mandarse a mudar, en igual
espacio de tiempo,
antes de morir
de la paralizante pandemia.
La belleza también choca
con el cuerpito moribundo
de un chiquito con leucemia.
Ya no puedo conjurar el dolor.
Se han ido juntos los tres:
ese pequeñín que no pudo
andar desde la cuna,
trepar los árboles, hacer amigos,
ponerse a jugar y ser un perro
o un escarabajo, sin amortiguar sus caídas.
Fue obturada la canción
que enseña a volar y a poner la cabeza
sobre el corazón materno.
No tengo las formas de comunicar
que ese algo que nos hace felices,
o no tanto, es indecible.
Porque
la metáfora borra, desperfila, saca contenido.
El vértigo a la eternidad
nos lleva a traducir los pájaros como árboles,
o todo lo que tengo es todo; que no agrega, ni quita.
Sólo “quiero retruco” al ambicioso proyecto
de que la belleza nos aclare el mundo.
Había concluido sospechando de todos, sobre los encuentros en Venus. Entre parejas y funestos idilios.
Para compaginar las Memorias, recurrió al Calendario: Venus en Tauro, Venus en Piscis, Venus en Géminis, etc A cada entrada le correspondía distintos cancereanos, virgilianos, geminianos, dentro de la copiosa fabulación de su marciana escritura.
“Héctor”, estupendo hombre, atractivo, inteligente; casado con Julia. Punto. (16 de agosto de 1979)
“Ramón” gentil acompañante en salidas que desembocan, instantáneamente, en la calle de la Diosa. Realmente eras asiduo visitante, igual que la élite que te acompañaba a frecuentar esa cuadra. Por ese entonces, la Provincia era un sueño. Desperté un 24 de marzo de 1982.
“Nicolás” taciturno, malhumorado; capaz de convertir la inmensa fabulación de ese recorrido, lleno de fuentes que rodeaban las esquinas, y casas cerradas a discreción, en un desparejo accidente de tránsito, que nos conducía a cualquier cuchitril mal pago. (No me acuerdo, no me acuerdo, 1989).
En fin, que cada personaje arrastra clase, estilo e historia íntima, llena de suspicacias y develadora de suspensos posteriores.
Hoy el mundo se transformó en un gorreo; miradas infieles que recorren los cuerpos otros, con sed de conquista esporádica. Cuantas más escandalosas mejor.
Machos Alfa, fuera de cualquier voto, que ya me han dejado atrás de esos encuentros clandestinos. Fin (15 de octubre de 1999).
No quiero hacer la maleta y
ya chirria el tren.
Sin levantarme
pero tampoco acostada,
me puede pasar un camión
encima,
¿lo podré esquivar?
Triste oprobio el mío,
me llaman del otro lado
y no sé qué responder.
Va para perseguir rutas
para eso, por eso, mientras las calles
recién regadas son pantanos
donde mueve sus remos en dulce de leche,
las más de las veces.
Va de nuevo, porque no salió
ese niño de la siesta
ni de un zafrero u otro peón.
No tendrá más que el triste
destino del pombero,
un brujo incierto que