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El tratado de estrategia militar más antiguo del que se tenga registro. En trece breves capítulos, muestra los secretos de la planificación, las claves de la disciplina y establece el camino hacia la supervivencia o la pérdida de lo que se posee. Las armas son instrumentos de mal augurio y la guerra es un asunto peligroso son algunas de sus enseñanzas, además de cómo ganar sin tener que luchar y la importancia de actuar solo cuando sea beneficioso.
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Seitenzahl: 75
Veröffentlichungsjahr: 2025
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“La ira puede convertirse en alegría y la cólera puede convertirse en placer, pero no se puede renacer un pueblo destruido y la muerte no puede convertirse en vida”.
El tratado de estrategia militar más antiguo del que se tenga registro. En trece breves capítulos, muestra los secretos de la planificación, las claves de la disciplina y establece el camino hacia la supervivencia o la pérdida de lo que se posee.
Las armas son instrumentos de mal augurio y la guerra es un asunto peligroso son algunas de sus enseñanzas, además de cómo ganar sin tener que luchar y la importancia de actuar solo cuando sea beneficioso.
A pesar de su antigüedad, El arte de la guerra sigue siendo relevante y útil para la comprensión de la estrategia y la toma de decisiones en múltiples ámbitos.
General, estratega, filósofo y escritor. Es considerado tradicionalmente como el autor de El arte de la guerra y es venerado en la cultura china y asiática oriental como una figura histórica legendaria. Dominó la ciencia militar e introdujo la doctrina según la cual un ataque contra el enemigo debe dirigirse a los puntos débiles o indefensos, y así aprovechar cualquier ventaja en el combate. El nombre Sun Tzu es un título honorífico que significa “Maestro Sun”.
Tienes en tus manos un milenario tratado militar de China que explora las estrategias y las tácticas en la guerra, así como la importancia de la planificación, el engaño y la psicología en la obtención de la victoria.
Este libro no solo se enfoca en la guerra física, sino también en la guerra psicológica y la importancia de conocer al enemigo y a uno mismo para alcanzar la victoria. En resumen, busca mostrar cómo ganar la guerra sin tener que luchar, con énfasis en la importancia de la estrategia y la preparación.
Su relevancia es inmensa en la actualidad, ya que sus principios pueden ser aplicados en diversas situaciones, incluyendo la gestión de negocios, la política y las relaciones interpersonales. Sus enseñanzas sobre la estrategia, la competencia y la toma de decisiones son útiles en cualquier ámbito donde se busque alcanzar un objetivo a partir de la persuasión, la negociación o la competencia.
La importancia de la planificación antes de la guerra y la necesidad de entender la situación
La guerra es de trascendental importancia para cualquier Estado. Es el dominio de la vida o la muerte, el camino hacia la supervivencia o la pérdida de lo que se posee, por lo tanto, es imperioso saber manejarla bien. No pensar seriamente sobre todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o privación de lo que nos es más querido. Algo que no debe ocurrir entre nosotros.
Hay que valorarla en términos de cinco factores fundamentales, y hacer comparaciones entre diversas condiciones de los bandos rivales, con vistas a determinar el resultado de la guerra.
El primero de estos factores es la doctrina; el segundo, el tiempo; el tercero, el terreno; el cuarto, el mando; y el quinto, la disciplina.
La doctrina quiere decir lo que hace que el pueblo esté en armonía con su gobernante, de modo que lo siga donde sea, compartiendo la vida y la muerte sin temor al peligro.
El tiempo significa el Yin y el Yang, la noche y el día, el frío y el calor, días despejados o lluviosos, y el cambio de las estaciones del año.
El terreno implica las distancias y tiene que ver con dónde es fácil o difícil desplazarse, y si es campo abierto o un lugar estrecho, lo que influencia las posibilidades de supervivencia.
El mando ha de tener como cualidades la sabiduría, la sinceridad, la benevolencia, la disciplina y el coraje.
Finalmente, la disciplina ha de ser comprendida como la organización del ejército, las graduaciones y los rangos entre los oficiales, la regulación de las rutas de suministros y la provisión de material militar al ejército.
Estos cinco factores fundamentales deben ser conocidos por cada general. El que los domina, vence, y el que no, sale derrotado.
Por lo tanto, al trazar los planes, han de compararse los siguiente siete factores, valorando cada uno con el mayor cuidado:
1. ¿Qué dirigente es más sabio y capaz?
2. ¿Qué comandante posee el mayor talento?
3. ¿Qué ejército obtiene ventajas de la naturaleza y el terreno?
4. ¿En qué ejército se observan mejor las regulaciones y las instrucciones?
5. ¿Qué tropas son más fuertes?
6. ¿Qué ejército tiene oficiales y tropas mejor entrenadas?
7. ¿Qué ejército administra recompensas y castigos de forma más justa?
Mediante el estudio de estos siete factores, serás capaz de adivinar cuál de los dos bandos saldrá victorioso y cuál derrotado.
El general que siga este consejo seguro vencerá, y ha de ser mantenido al mando. El que ignore mi consejo ciertamente será derrotado, y es quien debe ser destituido.
Tras prestar atención a mi consejo y a mis planes, el general debe crear una situación que contribuya a su cumplimiento. Por situación me refiero a que debe tomar en consideración la situación del campo y actuar de acuerdo con lo que le es ventajoso.
El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando las tropas sean capaces de atacar, deben aparentar incapacidad y, cuando vayan a moverse, aparentar inactividad. Si están cerca del enemigo, deben hacerle creer que están lejos y, por el contrario, si están lejos, deben aparentar estar cerca y poner señuelos para atraer al enemigo.
Golpear al enemigo cuando está desordenado. Prepararse contra él cuando está seguro en todas partes. Evitarlo todo lo posible cuando es más fuerte. Si tu oponente tiene un temperamento violento, intenta irritarlo. Si es arrogante, trata de fomentar su egoísmo.
Si las tropas enemigas se hallan bien preparadas tras una reorganización, intenta desordenarlas. Si están unidas, siembra la discordancia entre sus filas. Ataca al enemigo cuando no está preparado y aparece cuando no te espera. Estas son las claves de la victoria para el estratega.
Ahora bien, si las estimaciones realizadas antes de la batalla indican victoria, es porque los cálculos cuidadosamente realizados muestran que tus condiciones son más favorables que las del enemigo. Si indican derrota, es porque tus condiciones favorables para la batalla son menores. Con una evaluación cuidadosa, uno puede vencer y, sin ella, jamás. Muchas menos oportunidades de victoria tendrá el que no realiza cálculos en absoluto.
Gracias a este método, es posible examinar la situación y el resultado aparecerá claramente.
La importancia de la disciplina, la coordinación y la logística en la batalla
Después de empezar la batalla, aunque estés ganando, si continúas por mucho tiempo, desanimarás a tus tropas y desafilarás tu espada. Si estás sitiando una ciudad, agotarás tus fuerzas. Si mantienes a tu ejército en campaña de un modo prolongado, tus suministros se terminarán.
Las armas son instrumentos de mala suerte y emplearlas durante mucho tiempo produce calamidades. Como suele decirse: “Los que a hierro matan, a hierro mueren”. Cuando tus tropas estén desalentadas, tu espada desafilada, agotadas tus fuerzas y tus suministros sean escasos, hasta los tuyos se aprovecharán de tu debilidad para sublevarse. Por lo tanto, aunque tengas consejeros sabios, al final no podrás hacer que las cosas salgan bien.
He oído hablar de operaciones militares que han sido torpes y repentinas, pero nunca he visto a ningún experto en el arte de la guerra que mantenga una campaña por un periodo muy largo. Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo.
Como se dice comúnmente, sé rápido como el trueno que ruge antes de que hayas podido taparte los oídos, veloz como el relámpago que resplandece antes de haber podido pestañear.
Por lo tanto, los que no son totalmente conscientes de la desventaja de servirse de las armas no pueden ser totalmente conscientes de las ventajas de utilizarlas.
Los que utilizan los medios militares con pericia no activan a sus tropas dos veces ni proporcionan alimentos en tres ocasiones, con un mismo objetivo.
Esto quiere decir que no se debe movilizar al pueblo más de una vez por campaña y que, inmediatamente después de alcanzar la victoria, no se debe regresar al propio país para hacer una segunda movilización.
Al principio esto significa proporcionar alimentos (para las propias tropas), pero después se quitan los alimentos al enemigo.
Si tomas los suministros de armas de tu propio país, pero quitas los alimentos al enemigo, puedes estar bien abastecido de armamento y de provisiones.
Cuando un país se empobrece a causa de las operaciones militares, se debe al transporte de provisiones desde un lugar alejado. Si las transportas desde un lugar alejado, el pueblo se empobrecerá.
Los que habitan cerca de donde está el ejército pueden vender sus cosechas a precios elevados, pero así se acabará el bienestar de la mayoría de la población.