El avaro - Molière - E-Book

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Moliere

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Beschreibung

Comedia brillante, ingeniosa y de gran comicidad, inspirada en una obra de Plauto. La maestría de Molière consiste en organizar con genialidad la intriga, la creación de personajes y la crítica social.

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MOLIÈRE

El avaro

Introducción, traducción y notas de

RAFAEL GÓMEZ PÉREZ

EDICIONES RIALP, S. A.

MADRID

©2019 de la versión castellana traducida

por RAFAEL GÓMEZ PÉREZ

by EDICIONES RIALP, S. A.,

Colombia 63, 8.º A, 28016 Madrid

(www.rialp.com)

Realización ePub: produccioneditorial.com

ISBN (versión impresa): 978-84-321-5115-2

ISBN (versión digital): 978-84-321-5116-3

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita reproducir, fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ÍNDICE

PORTADA INTERIOR

CRÉDITOS

INTRODUCCIÓN

EL AVARO

ACTO I

ACTO II

ACTO III

ACTO IV

ACTO V

MOLIÈRE

INTRODUCCIÓN

El hombre y el autor

JEAN-BAPTISTE POQUELIN, LLAMADO MOLIÈRE, nació en París el 15 de enero de 1622 y murió en la misma ciudad el 17 de febrero de 1673, a los cincuenta y un años. Considerado el mejor comediógrafo francés y uno de los mejores del mundo, sus obras más logradas se siguen representando con mucha frecuencia.

Hijo del tapicero real Jean Poquelin y de Marie Cressé, en 1633, a los once años, entró en el Collège de Clermont, jesuita (un año antes había muerto su madre). A los veinte años, en 1642, licenciado por la facultad de Derecho de Orleans, se ocupó del negocio de su padre, pero su pasión era el teatro. En 1643 firmó con los Béjart, una familia de comediantes, el acta de constitución del “Illustre Théâtre”. Un año después ya lo dirige y empieza a utilizar el pseudónimo de Molière.

Abandona París en 1645, fecha de su primera comedia conocida, El médico volador (Molière fue siempre muy duro en la crítica a los médicos) y trabaja como actor en compañía de provincias. Cinco años más tarde retoma la dirección del teatro. Hasta 1658 no aparecieron las primeras comedias, El atolondrado o los contratiempos, escrita en 1655, y El despecho amoroso, farsas bien construidas pero lejanas aún de lo que haría años más tarde.

Representando una farsa ante Luis XIV, divierte tanto al rey que este decide proteger la compañía y le facilita el Petit-Bourbon, una bella casa parisina a orillas del Sena, que servirá como teatro. Con el favor real, Molière se crece. Crítico en no pocos temas sociales, era un fiel servidor de la voluntad de Luis XIV. Al rey le gustó Las preciosas ridículas, de 1659, y aumentó su ayuda a Molière. Cuando el Petit-Bourbon fue destruido para ampliar el Louvre, Luis XIV les destinó una nueva sede en el Palacio Real.

A los cuarenta años, se casó con Armande Béjart, hermana de Madeleine, el alma de la compañía de teatro. Ese año, 1662, estrena La escuela de las mujeres, su primera obra bien conseguida, muy aplaudida por unos pero criticada por quienes, en la Francia de entonces, consideraban el teatro como una escuela de vicios. Molière contraatacó con La crítica de la escuela de las mujeres y el Impromptu de Versalles.

El favor del rey aumentó y en 1664 se le nombró director de las diversiones de la Corte. Ese mismo año su mujer dio a luz a un hijo, apadrinado por el rey, pero que falleció poco después. Escribe entonces Tartufo, una nueva crítica a la hipocresía de los falsos devotos. La reacción de estos fue tal que el Rey prohibió durante cinco años representar la obra.

De 1665 es su Don Juan, basada en El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, pero sin la profundidad teológica de esta última obra. Poco después contrajo la tuberculosis. El misántropo, y El médico a palos aumentaron su fama. De 1668 son Anfitrion, George Dandin y El avaro. En 1671 estrena Los enredos de Scapin, y finalmente, El enfermo imaginario, un divertido análisis de la hipocondría.

Durante la cuarta representación de esta obra sufrió un fuerte ataque de hemoptisis y fue trasladado de urgencia a su domicilio, donde falleció. Según la ley francesa de aquel tiempo, los actores no podían ser inhumados en lugar sagrado, pero la viuda de Molière consiguió del rey que el difunto fuera enterrado, de noche, en la zona del cementerio destinada a los niños fallecidos antes de recibir el bautismo.

Molière no es original en los argumentos. Se basa en Aristófanes y Plauto, entre los clásicos, y en otros autores más modernos. Su maestría está en organizar la intriga, en la creación de personajes, en la crítica social, en la comicidad a veces muy hilarante. El lenguaje, sobre todo en las obras en prosa, es fresco, directo, y no pierde actualidad, salvo en detalles.

El avaro, inspirada en Plauto, es una comedia brillante, de un ingenio vivo y gran comicidad. El personaje del avaro Harpagón, que interpretaba Molière, lo llena todo. Es cierto que algunas escenas se alargan demasiado, que algunas réplicas se repiten, pero se entiende que el público quisiera ver durante más tiempo a Harpagón cayendo en sus propias trampas. Los equívocos se explotan a veces demasiado y el desenlace es abrupto y rocambolesco. Pero eso gustaba al público: una intriga enrevesada y con final feliz.

Rafael Gómez Pérez

EL AVARO

PERSONAJES

HARPAGÓN, padre de Cleante y de Elisa y enamorado de Mariana.

CLEANTE, hijo de Harpagón y enamorado de Mariana.

ELISA, hija de Harpagón, enamorada de Valerio.

VALERIO, hijo de Anselmo y enamorado de Elisa

ASELMO, padre de Valerio y de Mariana

FROSINA, mujer intrigante

MAESTRO SIMON, agente intermediario.

MAESTRO JACQUES, cocinero y cochero de Harpagón

LA FLÈCHE, criado de Cleante

DAMA CLAUDIA, sirvienta de Harpagón.

BRINDAVOINE, LA MERLUCHE, lacayos de Harpagón

EL COMISARIO y su ESCRIBANO

La escena, en París

ACTO I

Escena I

Valerio y Elisa

VALERIO. ¿Qué ocurre, encantadora Elisa? ¿Melancólica después de las claras seguridades sobre vuestra fidelidad que habéis tenido la bondad de darme? En medio de mi gozo os veo suspirar. ¿Acaso os pesa haberme hecho feliz? ¿Os arrepentís de este compromiso? ¿Mi fogosidad os pudo contrariar?

ELISA. No, Valerio. No puedo arrepentirme de lo que he hecho por vos. Me siento arrastrada por un muy dulce poder, y no tengo la fuerza de desear que las cosas sean de otro modo. Pero, a decir verdad, estoy inquieta. Temo amaros un poco más de lo que debiera.

VALERIO. ¿Cómo podéis temer las bondades que me habéis hecho?

ELISA. Hay mil motivos: la cólera de un padre; los reproches de familia; las censuras del mundo; pero, sobre todo, Valerio, que vuestro corazón cambie y aparezca esa frialdad criminal con la que los de vuestro sexo pagan con frecuencia los testimonios demasiado ardientes de un inocente amor.

VALERIO. No me juzguéis según lo que hacen otros. Pensad de mí cualquier cosa menos que deje de cumplir lo que os debo. Os amo demasiado para eso; mi amor por vos durará lo que dure mi vida.

ELISA. Valerio, todos dicen lo mismo. Todos los hombres son semejantes en las palabras. Las acciones los descubren diferentes.

VALERIO. Si solo las acciones permiten conocer lo que somos, esperad a juzgar por ellas mi corazón y no busquéis crímenes en los injustos miedos de una previsión que no ha de cumplirse. No me matéis con los sensibles golpes de una sospecha ultrajante; dadme tiempo de convenceros, con miles de pruebas, sobre la honestidad de mi amor.

ELISA. ¡Con qué facilidad nos dejamos persuadir por quienes amamos! Sí, Valerio, pienso que vuestro corazón es incapaz de engañarme, que me amáis con amor verdadero y que siempre me seréis fiel. No quiero dudar de nada de eso y achaco mi malestar a las aprensiones por las críticas que pueden venir.

VALERIO. ¿Por qué esa inquietud?