El destino de Aries - Noemi Blumen - E-Book

El destino de Aries E-Book

Noemi Blumen

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Beschreibung

¿Qué es el destino? Líneas del tiempo atribuibles a una causalidad o la manipulación de hilos por una mano fría y calculadora. La muerte tuvo que ser su final, la transformación etérea y un recuerdo esporádico. Pero ha despertado en la misma tierra y con una sombra diferente, no ha renacido, ha esperado siglos para encarar la vida que jamás soñó. El apetito de los hombres por superar los límites de su entendimiento reencendió las llamas de una guerra interminable donde el odio abre el paso al desierto de sus vidas. Cazadores y presas en una cuenta regresiva donde la balanza se inclina de un lado a otro con cada secreto revelado.

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© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

[email protected]

© Noemi Blumen

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

Diseño de portada: Rubén García

Supervisión de corrección: Ana Castañeda

ISBN: 978-84-1386-529-4

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

.

Para mis padres y mi hermano, porque juntos hemos atravesado las peores adversidades y permanecimos unidos para salir adelante como personas y como familia.

.

Era un día lluvioso, era hora de volver a casa y el tráfico no se hizo esperar. Una chica corría entra la multitud, sus oídos no podían percibir el sonido de las gotas chocando en el suelo y en el metal de los autos, pues sus audífonos la animaban con la música de Sheether y su melodíaTonight. Su atención estaba fija en el autobús que la llevaría a su destino. Estaba a una cuadra de distancia, repentinamente salió un auto que pretendía pasar un alto, su agilidad le permitió deslizarse por el capósin sufrir daño. Sonrió, pues el autobús se había detenido. Deslizóun poco la bocina izquierda para poder oír al conductor que la saludócon gusto:

—¡Hey!, casi no lo logras —dijo él.

—Sabes que nunca he perdido uno de tus viajes —contestóella con el aliento agitado.

—Pasa, pronto estarás en casa —replicóel chofer.

La chica tomóun asiento en la ventanilla a la mitad del autobús, observó su celular y revisóun mensaje:«Estamos juntos, te esperamos», ella solo guardósu teléfono. Ya no había paradas que hacer, un viaje directo la esperaba. Nunca había llovido como ese día, la gente hablaba preocupada alrededor y miraba por las ventanas con una expectativa extraña. El chofer parecía confiado, una curva en la carretera que ya había recorrido durante 10 años no le hacía temblar, aunque cayera un hielo gigante del cielo, los pasajeros reían al oír este comentario. La caída del granizo y la brisa que había no le permitió escuchar unas llantas frenando frente a ellos, un tráiler había perdido el control de la carga. Fue demasiado tarde para virar.

El choque dejóa la mitad de los pasajeros sin vida. La chica permaneció inmóvil entre los cuerpos, con los ojos abiertoscomenzó a soñar.

1 El sueño

Todavía lo recordaba, tenía apenas 14 años. Esta lluvia era una tormenta inesperada. No había luz, pero aún era temprano, no tuve mucha alternativa de diversión más que leer un libro. Y entonces lo escuché, fue un ruido bastante fuerte en el patio trasero. Creí que había sido un rayo, aun así, decidí inspeccionar.«¿Qué?», mi aliento solo alcanzópara decir esa pregunta.

Corrí a buscar las llaves para abrir la puerta y comprobar que mis ojos no me mentían, era un cuerpo, un cuerpo con unas vestimentas blancas extrañas. Estaba boca arriba y descansaba sobre unas alas casi transparentes. No lo pude pronunciar, no pudo salir de mi boca la palabra que mejor describía a esa criatura. Siempre se escucha de algún afortunado o loco que creyó ver a un ángel o un ser de otro mundo, pero yo no sentí eso en mi cuerpo, era miedo, sí, miedo es lo que se aproxima a esa sensación que me paralizó. Abrió los ojos, un azul profundo y casi brillante, una mirada intensa y difícil de encarar.

—¿Estás bien? —Fue lo mejor que puede preguntar.

—Ayúdame… —contestóel ser.

De inmediato, me acerquépara levantarlo, era muy grande, pero liviano, las cosas no concordaban. Lo llevédentro de la casa, su cuerpo comenzó a sentirse muy caliente, no lo soportéy me alejé.

—Lo siento —dijo, se recostó en el suelo y volvió a dormir.

Lo analicé más de cerca, tenía una herida grande detrás de una de sus alas, era como si las hubieran querido arrancar. Pasaron casi cuatro horas, la tempestad de la lluvia pasó dejando un bello arcoíris.

—Hey —escuchéun leve murmullo—. Hielo —pronunciócon debilidad.

—¿Quieres hielo? —preguntépara confirmar. Después de que asintió con la cabeza fui a la cocina a preparar su petición, lo llevéenvuelto en un trapo, pues pensé que la usaría en su herida, no fue así, bebió los hielos como si fuera agua. Notéque, al tocar su lengua, estos se convertían en líquido inmediatamente. Quedéperpleja.

—Tu nombre —dijo.

—Soy Nemo, ¿y tú? –respondí.

—Nemo, cuando vuelva la lluvia podré sanar, hasta entonces, no menciones mi presencia. —Se volvió a recostar y cerró los ojos.

Me pareció descortés que no me dijera su nombre, pero no lo pensé demasiado. Mi familia volvió, la euforia no se hizo esperar. El ángel permaneció durante cuatro semanas con nosotros, mi madre estaba fascinada, pues creía que habíamos sido bendecidos, afortunadamente controlósu ímpetu por contárselo a todo el mundo. Mi hermana insistía en preguntar cosas extrañas y mi padre hablando de filosofía y la existencia del universo, estoy segura de que el pobre deseaba haber caído con una familia menos parlanchina.

Y entonces pasó, aquella lluvia se presentó, era más tranquila, pero igual de poderosa. Él salió al patio, levantósus manos hacia el cielo y disfrutóde la sanación de su herida. Lo sabía, se iba, volaría para no regresar. No quería perder su presencia y él notómi tristeza. Se aproximó a mí y me dijo al oído:

—No pongas esa cara, nos volveremos a ver. —Apretó mi mentón y se alejó de mí. Con un poderoso salto y el rugir de sus alas cortando el viento, se elevó y desapareció en un agujero que abrió en el cielo. Por un instante, no percibí ninguna sensación en mi cuerpo y luego surgió un miedo intenso. ¿Por qué me dijo eso?

Han pasado 10 años desde entonces, ya lo había olvidado. ¿Por qué lo recuerdo ahora? Aquí, donde yace mi cuerpo inmóvil en una lluvia tan tupida.

Levanté mi mano derecha como aquel día en el que él voló y no recordé nada más.

—¿Cómo están los demás pasajeros? —dijo una voz varonil.

—Lo siento doctor, solo quedan tres personas con vida, ya perdimos a la niña —dijo con angustia una voz femenina.

—Llamen a sus padres, daré la noticia —dijo el hombre tras un gran suspiro—. Cuiden a esta paciente, su familia llegaráhoy por la noche —terminóy sus pasos abandonaron la habitación.

Eran las 10:00 de la noche, Nemo permanecía inmóvil en la cama, su respiración controlada por un aparato y su pulso moribundo monitoreado constantemente. Una sombra negra entróa la habitación,sus pasos eran lentos y silenciosos, una luz tenue brillóen la oscuridad, en una hoja de un pequeño libro apareció la información de la chica.

—Eres tú, te he encontrado —dijo la sombra—. Desafortunado espíritu, tu poder interno los dioses reclaman —añadió. Tocóel pecho de la chica con su mano izquierda, su respiración y corazón se manifestaron solo una vez más. Su mascota, que habían llevado sus padres, se desvaneció a su lado.

—Al parecer están conectados, bueno, no le vendrá mal un poco de compañía —desapareció tras estas últimas palabras.

Su mente se perdió en el tiempo, había viajado una gran distancia, pero ya no había recuerdos, solo una sensación extraña en sus manos y cara. Era suave, como tocar las cenizas de una hoja de papel. De repente, sintió algo frío en su frente, pequeños toques que trataban de despertarla.

Abrió los ojos, estaba tendida en una tierra completamente gris y nublada, se levantó poco a poco, no distinguía el lugar, sus pies tocaban la suave ceniza.«¿Dónde estoy? —se preguntó mientras miraba a su alrededor—. Esto es muy extraño, la sensación en mis pies es increíblemente realista».Notóalgo en el suelo.

—¡Hey!, estás conmigo. —Tomó a su gato en brazos.—¿A dónde se supone que debería ir? —Estaba confusa. Su gato saltórepentinamente y comenzó a correr—.¡Hey!, espérame.

Nemo corrió tras su gato Thomas, el paisaje del lugar era extraño, pero tranquilizador y bello a su modo. Pasópor un puente de madera negra para atravesar un río púrpura donde corrían flores rosas, la iluminación estaba a cargo de un enjambre de luciérnagas que danzaban sin cesar. La vegetación estaba llena de colores oscuros, pero brillantes, estaba en otro mundo. Nemo y Thomas alcanzaron un camino delimitado por antorchas de un fulgor rojo y azul, siguieron el sendero hasta un pequeño edificio de piedra. La puerta era de madera, parecía muy firme.

—¿Cómo la abrimos? —pregunto al gato—. Creí que por ser un sueño fantástico hablarías, pero solo me miras —se contestó Nemo. «Veamos, debe haber una palanca o bloque extraño»,se dijo mientras palpaba las paredes. Por casualidad, logra dar con el bloque de algún mecanismo. Se escuchaba ruido tras aquella puerta, pero no veía nada más.

—Rayos, no sé qué está pasando —dijo mientras colocaba su oreja en la puerta—.¿Qué es eso? —escuchóvoces que venían del cielo, del norte, del sur, del este y del oeste. Eran llantos desgarradores, lamentos y angustia, perturbadores para un ambiente tan gris.

—Nemo —dijo una voz—. Tranquila —continuó.

—¡¿Quién es?! —gritóasustada. Los lamentos se escuchaban cada vez más cerca, casi en su oído, eran tan fuertes que se puso de rodillas.

—Solo son ecos, ya no están más. No los escuches, no te pueden hacer daño —le decía una voz.

Levantóla mirada y ahí estaba, el ser que llegóy se fue en un día lluvioso.

—Eres tú —dijo Nemo.

—Sí, te dije que nos volveríamos a ver —sonrió el ángel.

—Pero ¿cómo? Yo, bueno… —Pasó la mano derecha por su cabello con desesperación.

—Despacio, tienes mucho tiempo para preguntar. Sé que esto es perturbador, despertar aquí sin recuerdos del cómo, en un lugar extraño y lúgubre. Afortunadamente, estás acompañada —señalóal felino.

—¿Cómo has dicho? ¿Despertar? Pero si sigo dormida.

—¿Dormida?

—Sí, aunque debo admitir que esto se siente muy real. Estos sueños sí que son intensos y ahora tú apareces, es gracioso, ya que no había pensado en ti en muchos años—dijo ella convencida.

—Nemo, se siente real porque lo es, tu alma ya ha migrado a otra tierra.

—¿Qué dices?

—Después del accidente falleciste en el hospital, lo que tú ves es solo tu alma.

—¿Qué?—Nemo echóuna carcajada—. ¿Esperas que crea eso? Esto no es real.

—¿Yo no soy real? —Elángel se acercó y tomóel brazo de Nemo.

—Pues… —No tuvo más palabras.

—Escucha, no te asustes, te prometo que te acompañaréen cada etapa de este viaje que experimentarás. Créeme, no estás sola. Toma. —Da una espada a Nemo.

—¿Qué es esto? ¿Esperas que tome la espada y camine después de esteshock?

—Sí.—Fue la última respuesta del ángel.

Ella tenía más preguntas, pero él no estaba dispuesto a contestar, era momento de que ella partiera. El ángel tocóla puerta de madera, en un instante, esta quedóreducida a cenizas.

—Esta escalera te llevaráal túnel de la conexión, camínalo hasta que veas la puerta celeste, una vez allí, podrás atravesar al mundo de los vivos. Camina por la ciudad hasta que encuentres a Curbano, recuerda su nombre, él te ayudará en ese lado. Ve, Nemo. —El ángel señalóla entrada.

Su alma estaba inmóvil, su mirada perdida, su cara sin gesto alguno.

—No temas, te estaré mirando. Si sientes dudas, mira hacia el cielo, entonces sabré que me necesitas.

Cuando reaccionó, el ángel había desaparecido. No tuvo otra alternativa que seguir por la escalera, escoltada por Thomas, camino por el laberinto iluminado por un fuego azul. Las gotas de agua se movían de abajo hacia arriba, todo un deleite para el gato, que disfrutóel trayecto. Ella solo caminaba sin saber dónde estaría la puerta celeste y aquel hombre cuyo nombre había de memorizar.

Repentinamente, escuchóun ruido a sus espaldas, parecía como el paso de una persona que arrastra los pies al caminar, Thomas erizósu pelo y gruñócual gato enfurecido.

—¿Qué sucede? ¿Qué viene? —preguntó Nemo levantando eco.

Ante ella, un ser humanoide y encorvado, de su boca salió una rata putrefacta, de su piel, sangre casi negra. Ella no lo dudó, tomóa Thomas y comenzó a correr tan rápido que llegóa la puerta celeste al instante.

—¿Cómo la abro?—Comenzó a golpear desesperada, el ser se acercaba sin pausa—. Demonios, no hay nada —dijo mientras trataba de encontrar algún bloque especial como antes. Era tarde, el ser la había alcanzado, ella solo abrazóa Thomas y se tiróal suelo asustada. Aún con los ojos cerrados notóun fulgor intenso que iluminótodo el túnel. Una luz blanca había atravesado el corazón y cabeza del monstruo, este quedo pulverizado.

—Ya lo he terminado, no temas —dijo una voz varonil y un tanto seductora.

—¿Qué?—dijo mientras se incorporaba.

—Tú debes de ser Nemo, permite que me presente, mi nombre es Raduma. —Un hombre de vestiduras negras y mirada intensa apareció ante ella.

—¿Quién eres? —preguntó.

—Pero si ya he dicho mi nombre.

—No, no me refiero a eso, quiero saber quéquieres.

—Oh, me encantaría charlar contigo, pero hay mejores lugares que este espantoso túnel, del otro lado platicaremos con gusto. Anda, es hora de que cruces, no tenemos mucho tiempo —dijo mientras se aproximaba a la puerta celeste. Después de acomodar los cerrojos, la puerta se abrió dejando ver un portal extraño.

»Tal vez no te agrade el lugar donde aparecerás, pero es el portal que está abierto en esta temporada. Esa espada te protegerá de estos seres y cosas más lúgubres, no la olvides. Con ese atuendo parece que estás loca, desgraciadamente no traigo vestimentas para ti, tu despertar fue muy repentino, no pudimos prepararnos bien. Dame a tu amigo,él no puede salir. Recuerda a Curbano, lo tienes que buscar como tu prioridad, la gente sabrá orientarte, trata de no meterte en tantos problemas. Anda, no puedes esperar todo el tiempo.

—Yo…, no entiendo nada —dice preocupada.

—Lo sé, solo si te aventuras descubrirás. —Raduma señala el portal.

Se escucha ruido en el túnel, Raduma empuja a Nemo por el portal y cierra la puerta inmediatamente. Ella cae en una tumba recién cavada, parecía que ya estaba atardeciendo. Logra salir del hoyo, era un cementerio.

—Quésutil —dijo.

Caminópor el lugar hasta localizar la puerta, alcanzóa percibir que una lápida se abría, sin dudarlo corrió hasta estar lo más lejos posible del panteón. Comenzó a recorrer el único sedero que había, a su derecha miróuna laguna, había un cuerpo flotando.

—Tiene zapatos, pero no me acercaré.—Siguió su camino. A su izquierda, otro cuerpo, estaba partido por la mitad y colgando de un árbol.

—¿Qué es esto? —No se detenía a indagar, pues ya casi oscurecía. En su andar se topó con un cruce de caminos, había tres pueblos: Memphis, Cirenaica y Fayún.

—Hum…, el ángel y Raduma no me dijeron hacia dónde seguir. Iré a Fayún, por lo menos tengo un presentimiento.

Hacia su destino, encontró a una niña que cuidaba a una oveja, tras asegurarse de que no fuera un cadáver viviente, platicócon ella.

—Hola, ¿qué haces aquí sola?

—Hola, mi oveja, se lastimóla pata y ya no camina, tampoco la puedo cargar. —La niña tenía la cabeza del animal en su regazo.

—Yo puedo ayudarte, ¿dóndevives? —Se puso en cuclillas.

—En una granja a las afueras de Fayún.

—Vamos.

Repentinamente, se escuchó un ruido de entre los arbustos, un ser deforme y con la piel verdosa se dejó ver.

—No, ya aparecióél primero. —Nemo se echó ligeramente para atrás.

—Tranquila, solo basta con gritar«Vindicatif»para que se vaya —dijo la niña.

—Ah, ¿sí? —respondió incrédula.

—¡Vindicatif!—gritó.

El ser corrió en cólera hacia ellas.

—¡Corre! —exclamó Nemo con la oveja en brazos. Llegaron a la granja lo más rápido que pudieron, el padre de la niña abrió de inmediato.

—Hija, ¿cómo has salido sola?

—Lo siento, la oveja se lastimó—respondió la niña agitada.

—¿Quién es ella? —señalóa Nemo.

—Ella me ayudó, es mi amiga.

—Hola,¿quétal? —Nemo se coló de inmediato en la casa.

—Gracias por ayudarla, soy Norman. Las viejas técnicas ya no funcionan, cada vez son más agresivos.

—Oye, Norman, ¿qué son esas cosas? —Nemo bajóa la oveja.

—¿Qué? ¿De dónde rayos vienes como para preguntar eso? —La mirócon confusión.

—Créeme cuando te digo que soy ajena a todo esto.

—Son la peste de los gusanos verdes, vienen de tierras muy lejanas, pero ahora están proliferando, nos preguntamos quélo está provocando. —¡Toc, toc!, se escucha en la puerta—. Julius, vamos, es hora de terminar con esos andantes.

—Sí,padre —contestóun muchacho.

—Ven con nosotros, tienes una espada interesante —dijo Norman a Nemo.

—Claro que no, yo me quedó —se negó al instante.

—Yo cuidaréa la oveja y aseguraréla puerta —agregóuna mujer, parecía ser la madre.

—Vamos, si esperamos demasiado vendrán más —dijo Norman al abrir la puerta.

Norman clavósu hacha en la cabeza del gusano sin dudarlo, su hijo lo asistió para derribar a uno más. La mujer cerró la puerta a espaldas de Nemo, aunque no sentía temor, sus manos no alcanzaron a animarse a tomar la espada.

—¡Atrás! —gritóNorman. Un cadáver golpeóa la desprevenida dejándola en el suelo, por instinto, tomóla espada con las dos manos y la colocófrente a ella, el atolondrado gusano es atravesado y comienza a quemarse.

—¡Es una buena arma en verdad! —exclamóJulius.

Solo bastóun intento para animar a la joven a luchar con esos seres desorientados y torpes, una o dos tajadas fueron suficientes para derribar al pequeño grupo.

—Vamos, muchachos, ya hemos terminado —dijo Norman dirigiéndose a la casa.

La familia se reunió para cenar. Su cuerpo no reaccionaba ante los estímulos de la comida, en verdad, estaba inconsciente de la situación.

—No, de verdad, no tengo apetito —dijo Nemo al recibir la comida. Norman la mirócon extrañeza.

—Vamos, no seas tímida, por lo menos acepta un vaso de leche —dijo Julius.

—Hum, está bien. —Acompañóese sorbo con una mordida a una galleta, a pesar de que pasópor su paladar y garganta, al final no sintió nada.

—Olvidépresentarte, ella es Luci, mi esposa, la pequeña a la que rescataste es Rosi, mi hija, y este muchacho es mi hijo Julius. ¿Cuál es tu nombre?

—Soy Nemo.

—Ella se dirigía a Fayún, papá —agrególa niña.

—Ah, eres un viajero, supongo que vas a descansar, aunque tus vestimentas me dicen que te han robado.

—No realmente, tampoco sé quéhay en Fayún.

—¡Ja!, no me lo creo, pero allá vas sin conocer quéencontrarás.

—En realidad, estoy buscando a un tal Curbano.

—¿Curbano?—preguntóJulius.

—¿Lo conocen?

—Claro, es un gran guerrero, pero es más famosos por su hija, es una belleza —balbuceóel muchacho.

—Eso te lo diría cualquier joven atolondrado. —Luci da un pellizco a Julius—. Nadie ha visto de cerca a esa chica, el mito lo ha generado su madre. ¿Por qué lo buscas?

—¡Pff!, es difícil decirlo. —Pasósu mano por su cabello.

—Bueno, no lo encontrarás en Fayún, desde que falleció su esposa se ha vuelto muy ermitaño, pero séde alguien que te puede ayudar.

—Bien, dime.

—En el centro de Fayún busca a Gari, el dueño de la herrería, al parecer fabrica armas que él solicita especialmente.

La familia descansaba después del tormento, Nemo permaneció despierta tirada en el suelo cerca de una chimenea. Cuando el sol comenzó a salir, ella se dispuso a partir, unos pequeños pasos la interrumpieron.

—¡Oye!—exclamóRosi.

—¿Sí?—Dio media vuelta.

—¿Te iras con esos harapos? —preguntóla niña.

—Eso creo. —Se encogió de hombros.

—Toma, mi madre te los envía. —Da unos huaraches negros, una playera y unosjeansde cuero. Nemo agradece el gesto y se retira de la casa. En poco tiempo alcanzóla puerta de Fayún, era custodiada por unos guardias que inspeccionaban a todos los que querían entrar.

—Ciudadano, no se permite el acceso a la ciudad con armas, tendrás que dejarlas en la torre —ordenóel guardia.

—No puedo dejarla aquí, es muy valiosa.

—Cuando salgas de la ciudad podrás recogerla.

—Bien, aquí está.—Trata de entregar la espada, cuando el guardia toca la empuñadura, esta se desvanece en un haz de luz y se introduce en el brazo de Nemo.

—¿Qué ha sido eso? Los actos de magia no se permiten en Fayún, lo siento, no puede entrar.

—¿Qué?, pero no sé qué es lo que ha ocurrido, no lo controlo.

—¡Retírese!—El guardia insiste apuntando a Nemo con una alabarda.

Nemo se retira y comienza a idear el modo de entrar a la ciudad, explora todas las zonas alrededor de la muralla, pasa cerca de la torre de vigilancia y escucha que a las 5 a. m. del día siguiente la guardia se reforzarádejando sin escolta la puerta norte. Había un problema, no tenía un reloj como para saber la hora, tal vez una vara y un buen lugar haría que la posición del sol le indicara el momento del día en que se encontraba. Después de buscar, logróencontrar el lugar propicio para su experimento, eran las 4 p. m. Demasiado tiempo, no estaba tan loca como para comenzar a hablar sola, miróal cielo y recordó al ángel:«Tal vez me está mirando», pensó. Los arbustos a su alrededor se movían, parecía que un animal estaba atrapado o tal vez un gusano. Saltó un cerdo salvaje, parecía herido, pero no lo suficiente como para no tratar de envestir a la joven.

—Bueno, en todo caso esto es mejor que un cadáver con vida —dijo.

Un ruido fino la distrajo, una flecha apareció repentinamente matando al cerdo.

—¿Se encuentra bien señorita? —dijo un joven que aprecióentre los árboles.

—Estoy perfectamente —contestó.

—¿Qué clase de idiota le dio esa vestimenta? — dijo el joven burlándose.

—Tal vez deberías retirarte, el cerdo se te va a podrir en la boca —respondió disgustada al cruzarse de brazos. El muchacho dio media vuelta y se fue.

Oscurecía, la luna hacía gala con su brillante luz, pero no había nada más relumbrante que unas ardillas fosforescentes que saltaban entre los árboles. En ese momento, ella estaba dispuesta a creer en cualquier cosa. Se levantó del tocón en el que permaneció sentada un buen rato y se percató, había un cadáver justo a sus espaldas, la mitad de su cuerpo era solo un esqueleto, ya no tenía mandíbula y sus ojos estaban desorbitados; estático y extraño. Se alejó lentamente, pero este la perseguía al mismo ritmo. Se movió sin darle la espalda, esta vez el cuerpo permaneció sin moverse. Cuando lo tuvo a una distancia considerable, acelerósu paso y corrió tan rápido como pudo, al mirar hacia atrás notóque el moribundo no la perseguía, o eso creyó.

Regresósu mirada hacia al frente, un golpe fue lo que recibió. El gusano se abalanzóencima tratando de herirla con sus afilados huesos. Un fulgor rojo la cegó por un instante, luego no sintió más al atacante.

—Nemo, ¿estás bien? —preguntóel ángel mientras le daba la mano.

—Vaya, sí que esperas hasta el último momento. —Se puso de pie con ayuda del ángel.

—No vendré cada vez que tengas el menor de los problemas. —Toma el brazo de Nemo y extrae la espada.

—¿Cómo hiciste eso? —quedóatónita.

—Estas armas son especiales, son espirituales, solo seres como tú o yo las podemos utilizar, una vez no la necesites esta volverá a ti y se convertirá en el pequeño tatuaje que viste. Si quieres sacarla, solo basta con que toques el grabado en tu piel, ¿ves? —el ángel muestra como hacer el truco.

—Bien, si eso lo hubiera sabido antes ya estaría dentro de esa ciudad.

—Siempre hay otra oportunidad.

—Tengo una duda aún más importante. Si soy solo un alma, ¿cómo pueden verme?

—¿Ves esta pequeña piedra en el mango de la espada? Es un Herz, un corazón de cristal. Conél, las almas se pueden materializar, convierte parte de su energía en huesos, músculos, piel, dientes y voz, lo necesario para caminar entre los vivos. Si te arrancaran un brazo, no lo volverás a tener hasta que lo encuentres, pero si apagas el cristal, tu cuerpo perderá su forma y tu energía se reformará. —Elángel apaga el cristal, por un instante parte del cuerpo de Nemo se vuelve una luz azul.

—Está bien, ya entendí, no hagas eso —se preocupó.

—Debes saberlo. Hay otra cosa, aunque no sientas fatiga, llegaráun punto en que sentirás que no tienes suficiente ímpetu. Herz se alimenta de ti, si no recibe la energía mínima necesaria para materializarte, comenzaráa consumir tu energía vital. Esta es la fuente de tu propia existencia, si el corazón de cristal la drena, partes de ti desaparecerán para siempre, ten cuidado —aclaróel ángel.

—¿Qué pasaría si el cristal se rompe?

—Tu energía se esparcirá y será absorbida por el ambiente.

—De acuerdo. —Presiona su mentón.

—Retomando tus asuntos, ¿te topaste con alguien en el túnel?

—Sí, no me dijo mucho, solo su nombre, parecía muy apresurado por sacarme de allí.

—Entiendo.¿Qué necesitas para entrar a esaciudad?

—Un reloj.

—¿Reloj?, toma este entonces. —Elángel ofrece un reloj de bolsillo plateado.

—Vaya, sí que es bonito. Son las 12 a. m., parece que mi predicción del tiempo no fue tan exacta.

—Ya tengo que irme, no te involucres con la gente de Fayún, si comienzas a hacer favores, perderás el tiempo. —Elángel comienza a caminar y se pierde en la oscuridad.

Nemo se queda cerca de la puerta norte de la ciudad, decide subir a un árbol para descansar, una ardilla voladora era mejor que un cadáver devorador. Siendo puntual, la guardia desapareció de la zona norte, ella se aproximó para buscar una entrada, había unas tablas que cubrían una pequeña reja lo suficientemente amplia como para que ella cupiera, con la espada quemóla madera. Ya dentro, se escondió por los lugares más oscuros para poder caminar por la ciudad. La gente seguía en sus casas, mas había uno que otro madrugador. En un callejón, se topó con una tela roja tendida, al inspeccionarla, se dio cuenta de que era un vestido.«Es enorme, creí que era un mantel. ¿Qué clase de gente vive aquí?»,se dijo.

En busca de la herrería hallóuna especie de posada, entrópara preguntar acerca de Gari.

—Quélugar tan colorido —dijo—.¡Hey!, buenos días. —Nemo no pudo pronunciar más palabras ante la reacción de tan emocionado anfitrión.

—¡Perfecta! —exclamó.

—¿Qué? —dijo ella confundida.

—Excelente figura, justo lo que necesito. —El hombre entro por una puerta a sus espaldas.

—¡Oiga!—gritóella.

—Ponte esto. —El hombre le dio un vestido a Nemo.

—¿Qué? Claro que no.

—Un extraño acento. Soy Antonio Alabi, diseñador y vendedor profesional. Tengo grandes ideas, pero por desgracia no encuentro una buena modelo, todas las fayunas tienen medidas diferentes, no ajusta —dijo cruzándose de brazos.

—Espere, espere, no entiendo de quéva esto, pero no vengo a lo que sea que esté pensando. Solo vengo a hacer una pregunta.

—Esto no es un periódico, es una casa de venta.

—Pero afuera dice posada.

—Oh,sí, no he cambiado el letrero. Pensé que venías por mi anuncio. Es raro que alguien se ofrezca, pero todo sea por salir de esta pobreza que invade la ciudad.

—No tengo tiempo para esto. —Nemo da media vuelta para retirarse.

—Espera, te pagaré si me ayudas.

—¿Cuánto…? No, espere, ¿qué tengo que hacer? —Vuelve la espalda interesada.

—Solo ponerte este vestido y caminar por las calles cuando amanezca. Seguro preguntaran por mí, entonces tú los mandas a mi tienda, ¿entiendes?

—Mmm, suena sencillo.

—Te conviene, además con esa combinación ridícula cualquier guardia de Fayún te tomarápor delincuente. Anda, ganarás dinero. —Antonio frota sus dedos. Nemo no muestra mucha objeción, el hombre cierra el trato y ofrece una habitación mientras llega la hora del espectáculo. Dan las 8 a. m., Nemo sale de la tienda ataviada con un vestido escarlata, bastante tolerable, pero ajustado. Sin más, comenzó a buscar la herrería, el lugar parecía dedicado a la agricultura, había arado, molinos y almacenes, un lugar muy comercial. Los pobladores tenían una complexión muy robusta, podría decirse que eran obesos, a ella le pareció simpático su aspecto, por lo que no pudo evitar reír. En contraste, la gente que trabajaba arduamente era esbelta y fuerte.

—Hola —una mujer la saludó.

—¿Eh?

—¿De dónde sacaste ese vestido?

—¿Te agrada?

—Sí, ya pronto se aproxima el festival y todos buscamos ropa novedosa para atraer a los compradores.

—¿Festival?

—Sí, es para burlarnos de los idiotas de Ismailía, su desgracia es nuestra fiesta. Aprovechamos para vender algunos de los esclavos.

—¿Esclavos?

—Sí, la gente que trabaja para nosotros en las tierras. ¿Cómo no lo sabes? ¿De dónde vienes?

—Hum, de ninguna parte realmente.

—No me lo creo, tus brazos me dicen que eres del sur, no tienes nuestra complexión.

—Pues se podría decir que tengo la mitad de su complexión —responde con gracia.

—¡Ja!, claro, ustedes siempre hablan así, pero conocen bien su negocio, la prostitución les hace usar su creatividad.

—¿Qué?—Nemo queda perpleja—. No soy de ninguna de esas tierras, vengo de otro sitio, con eso le bastará.

—Bueno, ese vestido. —Lo mira a detalle.

—Es de Antonio Alabi.

—¡Alabi!, ese vulgar ladrón, siempre abaratando sus precios y dejando poca calidad. Louse tiene mejores ofertas.

—Sí, bueno. Ya tengo que irme. —Nemo da media vuelta y sigue su camino. Después de un rato de deambular, topa con la herrería.

—Hola —saluda al ver a un hombre.

—Sí, ¿en qué te puedo ayudar?

—¿Es usted Gari?

—Así es. —Deja su martillo y se seca la frente.

—Vengo para preguntar por Curbano, ¿lo conoce?

—Desconozco a esa persona —dijo de manera renuente.

—¿Seguro?, alguien me comento que… —No termino frase alguna cuando Gari la arrastrófuera del establecimiento.

—Mmm, tendré que averiguar qué pasa con este sujeto.«No te involucres», dijo el ángel, parece broma.

Pasóun rato platicando con las personas a su alrededor, los fayunes no parecían estar muy interesados en ese hombre, mas los ocupados arrieros tenían una historia que contar.

—¡Oh!, el herrero, desde que su hija le fue arrebatada ya no es el mismo, pero quése le va a hacer, donde manda capitán…—dijo una chica llamada Sahara.

—¿De qué hablas?

—Nosotros los arrieros y agricultores no somos más que esclavos. Gari obtuvo su independencia al conseguir el suficiente dinero para pagar su compra. Puso su tienda, tuvo una familia y esa hermosa hija. Pero su comprador no se iba a quedar sin más ganancias, secuestróa su hija y la vendió a Cirenaica. Los fayunes pueden ser rencorosos, en verdad, si se escapa su propiedad —explicóla chica.

—Entiendo, por eso no confía en nadie.

—Así es. Pobre Gari. —La chica no dijo más y siguió en sus labores.

Nemo no tuvo que pensarlo, si hallaba a su hija, seguro Gari la ayudaría. Se dirigió a Alabi para obtener el dinero. Regresócon el vestido hecho una garra, era tan delgado que se deshizo con el caminar de la joven.

—Pero¿qué has hecho?

—Ponérmelo, fue todo.

—Vete de mí vista, toma tu dinero.

Nemo esperóel anochecer para poder escapar de la ciudad amurallada. Continúo su camino hasta el cruce.

—A Cirenaica entonces —dijo. Su entusiasmo fue mermando al darse cuenta de que era un viaje de 3 días en un camino oscuro y desértico. El sendero hacia la ciudad era bastante claro, solo que muy lejano. Al oeste había algo extraño, parecía rojo, no era un espejismo,¿existía en verdad? Al paso de las horas aquel lugar se volvía más claro.

—Un bosque con hojas rojas —dijo sorprendida, parecía absurdo encontrar algo así en un desierto, pero esto no era la ciudad que estaba ansiosa por encontrar.

Ya era el cuarto amanecer que pasaba tratando de llegar a Cirenaica, mas fue compensada al encontrar un camino de piedra que rodeaba aquel bosque extraño, aunque lo que había en una rama no era nada alentador.

—Solo espero que no sea la hija del herrero —dijo al ver el cuerpo de una mujer colgada del cuello.

Pasó un puente, el primer río que veía hace días, escuchóun murmullo a su izquierda, parecía la silueta de una mujer oculta en la tenue luz entre los árboles que había alrededor del río. Nemo sintió un ligero mareo, se sostuvo con la mano derecha en el puente, mirósu reflejo. No parecía ella, era otra persona que la observaba por debajo del agua. Su mirada estaba clavada en su rostro. Repentinamente, aquella mujer saltódel fondo del río dejando ver su verdadera forma, un rostro putrefacto y deforme. Nemo fue arrastrada al interior.

Poco a poco, fue recobrando la conciencia, cuando recuperósu postura no tardóen volver a perder la cordura, estaba debajo del agua del río. Un bosque iluminado por la luna que estaba a punto de desaparecer, una pequeña laguna y un tronco que servía de asiento a una mujer que cubría su rostro.

—¡Hey! ¿Quién eres? ¿Qué te ha sucedido? —preguntómientras se aproximaba lento. La mujer solo sollozaba.

—Oye, te hablo. —La tomópor el hombro. La mujer sujetósu mano y la miróinmediatamente. Nemo se echó para atrás lo más rápido que pudo, pues ella tenía el rostro desgarrado.

—¡Ayuda, me han arrojado! —gritó.

—¿De qué hablas?

—No soy, no soy, ¡no! —decía gritando.

—No te entiendo.

—¡Quierovenganza!

—¿Qué?

—Venganza, quiero descanso… —Cubrió su rostro con sus manos.

—¿Qué te han hecho?

—Bruja no soy, túme entiendes, eres inmortal. Toma, búscalo, él sabe. —La mujer saca un anillo y se lo entrega a Nemo.

—De acuerdo, pero vas a tener que ser más específica.

—Mary es mi nombre; matrimonio, Royer, mi vida. Suegra, bruja maldita; río, frío como el hielo. Mil agujas atravesando mi rostro. —La mujer interrumpe sus lamentos cuando siente algo venir, mira hacia atrás con temor.

Una sombra negra sale desde el agua arrastrándola al fondo, Nemo trata de alcanzarla cuando es cegada por unflash. Ella yacía en el puente, tallósus ojos y sintió algo extraño.«El anillo»,lo admirópor un momento. Siguió su camino sin olvidar las palabras de esa mujer atormentada, parecía que había sido víctima de un acto despiadado y sombrío, tan sombrío como la entrada principal de la ciudad Cirenaica. No era colorida ni tenía algún guardia, parecía que no les importaba quién entrase o saliese, después de todo, quién se aventuraría a cruzar cerca de tan curioso bosque.

Nemo vagópor las calles tratando de encontrar señales de los pobladores. Las voces de miles de personas parecían concentrarse en un solo lugar, en el centro de la ciudad. Los habitantes permanecían estáticos observando a un grupo de personas vestidas de túnica negra. Estas rodeaban una jaula dorada donde había tres mujeres con la cabeza cubierta y con las manos atadas a sus espaldas. Se apreciaba el ritmo de una música extraña, una flauta, una guitarra, un arpa, un tambor y una gaita generaban esa melodía tranquila, pero aterradora. Entre los uniformados había una mujer, parecía ser la que llevaba la batuta de la festividad.

—Venga, es su hora. Veneremos al gran señor —dijo. Las mujeres fueron liberadas de la jaula.

—Yo, el gran sacerdote honro a nuestro señor con estas tres almas —continuómientras arrojaba sangre a las víctimas— y con ello volverá el sol de cada día a Cirenaica. —Todos los pobladores alzaron las manos y gritaron al unísono—: ¡Kaven, kaven! —La mujer abrió una pequeña caja dorada, de esta emanóuna bruma rosa que envolvió de inmediato a las mujeres manchadas de sangre. Sus gritos de agonía se escuchaban aún entre la exclamación constante de los espectadores. La bruma volvió lentamente a esa caja extraña, de aquellas damas solo quedo un esqueleto.

—Pero¿qué es esto?—Nemo queda inmóvil ante la reacción indiferente y fría de los pobladores. El sacerdote tomóuna cubeta de sangre y, sin demora, se bañó con esta. No pudo ver más, los encapuchados lo cubrieron con una manta café y alejaron a los curiosos, con un día ya avanzado ella solo buscórefugio y volvió al día siguiente.

La ciudad estaba tranquila, de la sangre de ayer ninguna palabra se oía, a pesar de ser una persona curiosa, la gente no le tomóimportancia, estaban tan acostumbrados a los forasteros que uno más no hacía la diferencia. Preguntóa un par de personas por el hombre que describió la atormentada en el puente, al parecer, formaba parte del grupo que llevóa cabo el oscuro evento del día anterior. Caminóhasta encontrar el templo con la cúpula roja, en el interior no había demasiado, lo que más resaltaba era una estatua deteriorada cuya forma era difícil de descifrar. Alguien entrórepentinamente a la nave central preguntando por los asuntos de su presencia.

—Solo estoy buscando a Royer.

—El hermano se ha retirado, puede volver mañana.

—Gracias… —Ella interrumpe sus palabras al oír un grito que venía del interior de una puerta a la derecha—.¿Qué fue…?

—La benevolencia venga a nosotros. —Se retiró sin escuchar. Su curiosidad no pudo esperar, tratóde abrir la puerta de dónde venían aquellos gritos, la suerte no podía ser perfecta, estaba cerrada con llave. Sin duda, ese hombre debería saber algo, así que comenzó a seguirlo. De regreso a un melancólico cementerio lleno de lápidas sin nombre o fecha, la arena ya había cubierto las estelas a la mitad, algunas apenas se apreciaban. Entre estas se erigía una de tono plateado, el hombre se paró frente a ella e introdujo una llave en un agujero, una trampilla en el suelo dejóver una escalera subterránea, dentro había bastante ruido, parecía que corría cerveza y vino.

Del lugar salieron otros tres miembros del grupo, uno estaba lo suficientemente ebrio como para desmayarse entre las tumbas. Nemo tomóla túnica y la llave para poder acceder a la zona. Al entrar, una mujer le dio la bienvenida.

—Hola, cariño. ¿Quién te ayudará?

—¿Ayudarme?

—¿A quién visitas hoy?

—Hum, vengo por algo nuevo.

—Oh, bien. Las nuevas alternativas no estarán disponibles hasta mañana, tenemos envíos de Memphis, Fayún y las tierras del sur.

—¿A partir de qué hora? —preguntóal instante al escuchar la ciudad de Fayún.

—Qué impaciente, a partir de las 7 p. m.

—Entonces volveré mañana a esa hora.

—Claro, las distribuiremos por todo el bar.

—Espere, ¿qué pasa si quisiera verlas a todas primero?

—Tendrías que pagar una gran suma de dinero, por lo menos 10 monedas de oro —dijo después de reírse.

—Toma, necesito verlas, en verdad quiero saber si vale la pena. —Dio las 10 monedas a la mujer.

—De acuerdo, pero solo te daré 15 minutos con ellas —respondió tras espabilarse de su sorpresa.

—Es todo el tiempo que necesito.

Nemo sale del bar y decide hacer tiempo investigando esta secta de la benevolencia, esconde la túnica y la llave en una tumba. Preguntóa todos los que pudo acerca de lo que vio el día que llegó, pero siempre recibía la misma respuesta:«Es la voluntad de la benevolencia»,decían.

—Te dije que no te involucraras —le dijo un hombre con la cabeza cubierta, era el ángel.

—Eres tú.

—Sígueme —comenzó a caminar con Nemo siguiendo sus pasos, en un callejón lejos de la mirada de los habitantes se destapóla cabeza.

—Oye, no me estoy demorando a propósito, las pistas de este sujeto me llevan de un lugar a otro, tuve que hacer un viaje de casi cuatro días y ahora me encuentro con esta gente loca que se baña con sangre, ¿qué demonios sucede?—dijo Nemo con desesperación.

—Tranquila, conserva la calma. En esta ciudad viven de un fanatismo particular, son gente temerosa que creen en aquellos que les muestran trucos y fantasías. La mujer que túviste es la creadora de una secta que controla la ciudad Cirenaica, su nombre es Iboric. Muchos han tratado de terminar con esa ridícula tradición, pero no es fácil acercarse a ella —explicó.

—¿Por quéno hacerlo tú o aquel sujeto llamado Raduma?

—Estoy seguro de que notaste la peculiaridad de la bruma rosa que ella tiene. Se le conoce como la esencia de Sekhmet, esa nube puede devorar cualquier cosa, cualesquiera que sean las cualidades de lo que engulle se lo otorgara al invocador.

—Entiendo, si te engullera seguro sería un problema, la mujer se volvería superpoderosa.

—Eso también te incluye a ti. Si ella te descubre, te pondrás en gran peligro. Si vas a hacer esto, tienes que tener tus precauciones.

—¿Ella es una especie de bruja?

—Claro que no, es solo una mujer vanidosa con un arma poderosa.

—Oye, hace unas horas descubrí una especie de prostíbulo, si lo podemos llamar de esa manera.

—Iboric creóun mercado negro de esclavos, más específicamente de mujeres. Lo hace ver como un negocio, pero realmente es una carnicería. Ella las explota en ese lugar, cuando ya no son lo suficientemente relevantes las mata tal y como tú viste cuando llegaste a Cirenaica.

—Lo que más me sorprendió fue la reacción de la gente, bueno, realmente no hubo ninguna.

—Esa es la otra parte de la historia, les ha hecho creer que este rito es para conseguir el favor de un dios que no existe.

—Bueno, ¿cómo puedo llegar a esta mujer? Tal vez pueda deshacerme de esa caja dorada.

—A Iboric no la encontrarás fuera de ese templo, te recomiendo que aún no la confrontes, trata de hacerte de aliados y mayor información.

—Oh, claro. Mira, tengo este anillo. —Muestra su mano.

—Mmm, ya había escuchado de una mujer que aparecía en ese puente, si ella te envío aquí seguro que tiene que ver con este ridículo rito. A las afueras de la zona oeste de la ciudad vive una anciana, durante un tiempo estuvo dentro de esta secta, búscala, tal vez ella pueda decirte algo más.

—De acuerdo. —Elángel se retiró una vez acompaño a Nemo a la puerta oeste.

Era un camino desolado, parte de una sección del bosque rojo que ya se había secado. Un tronco atravesaba un risco, este se derrumbó cuando ella alcanzóla mitad del improvisado puente. Miróa lo lejos, del otro lado había tres figuras, alerta por el ruido.

—No otra vez —dijo un hombre.

—Necesitamos esa leña o nuestro padre nos patearáde nuevo —refunfuñóun segundo.

—No soporto que siempre tengamos que llevar madera blanca —añadió un tercero.

—Oye, amiga, ¿viste cómo se cayó el puente? —Uno de ellos se dirigió a Nemo.

—No, lo siento.

—Para mí que fueron esos malditos andantes, siempre tragándose todo —contestóotro.

—O tal vez fue esa bruja de la cabaña rosa.

—Te he dicho mil veces que esa mujer no es una bruja.

—¿De verdad tienes la certeza de eso?

—Ya basta, hay que ir del otro lado.

—Esperen, al otro lado hay criaturas —advirtió Nemo.

—¿Qué? En este lado no hay muertos, están muy lejos del cementerio y del bosque rojo. Esta zona ya no es prolífera para estos seres sedientos de vida. Vamos, crucemos por las cuevas.

—¿Les importa si los acompaño?, también necesito cruzar —preguntóNemo.

—Claro —contestóuno de ellos.

Los tres leñadores y Nemo caminan por la vereda cerca del precipicio, llegan a una plataforma donde hay una escalera en zig zag. Comienzan su descenso por la tambaleante escalera, algunos animales y ruidos extraños los acompañan. Cuando logran alcanzar el fondo, el ambiente se vuelve diferente, escuchan pasos que los rodean, podrían estar cerca o lejos, no lograban discernir.

—¿Habrá alguien más aquí abajo? —preguntó uno de ellos.

—No creo, nosotros somos los únicos idiotas que bajamos a este lugar, Yack.

—Quizás sea el eco de nuestros pasos, Jack.

—Sigamos caminando, Jack, Yack.

—¿Los tres se llaman Jack? —preguntóNemo.

—Sí, pero él es Jack con J, yo soy Yack con Y y el otro es Llack con Ll, somos trillizos, nuestros padres no pensaron demasiado nuestros nombres.

—Bueno, Yack, Llack, Jack, ¿Dónde está la cueva?

—Debemos seguir la corriente del pequeño río, al topar con un árbol en forma de U veremos la entrada a nuestra izquierda —respondió Yack.

En su andar, aquellas sombras que ella vio se hicieron presentes de forma violenta y decidida, Jack reacciona cortando la cabeza a uno de los andantes con el hacha.

—Eh, ¡Yack!, ¿necesitas ayuda? —gritóJack.

—Estoy bien. Nemo, córtale el pie —grita Yack.

—Claro, te asisto. —Nemo corta el pie del andante y Yack remata en su tronco.

—A cortar leña —dijo efusivo. Ella observa, faltaba uno, cuando la euforia desaparece se da cuenta de que el tercer cadáver estaba justo detrás de Llack.

—¡Llack con L,cuidado! —gritó, pero no fue suficiente, ya había perdido la cabeza. Yack y Jack observaban como su hermano era devorado hasta las entrañas. Los cadáveres se volvieron a levantar y otros tres aparecieron.

—Escuchen, siento lo de su hermano, pero no es momento de lamentarse, pongan atención o los próximos serán ustedes, ¡me oyen! —Nemo les llamó la atención con desesperación.

—Pero ya lo has visto, se han vuelto a levantar —dijo Jack al secarse las lágrimas.

—Lo veo, pero no tenemos alternativas, hay que derribarlos y correr de vuelta a la escalera, tal vez en la cueva haya más —señalóNemo.

—¿Esperas que dejemos aquí a nuestro hermano? —replicóYack.

—Yack, si no nos vamos, nos quedaremos aquí con él —respondió Jack.

—Pero… —Yack continúo en su sollozo.

—Dejen de hablar y pongan atención.

—De acuerdo. —Yack secósus lágrimas—. Estoy listo. —Yack se lanzó contra los cadáveres sin más, no escuchó a los demás acercarse, al instante perdió un brazo y una pierna. Nemo cae al suelo al sentir el peso de otro de ellos, Jack no tuvo alternativa, su hermano ya estaba perdido, arremetió contra el agresor de la joven, pero él no tuvo oportunidad, su descuido le costó la vida. La espada iluminada volvió polvo otro andante, cuando se vio libre de ataques corrió hasta la escalera. El movimiento brusco de sus perseguidores venció la vieja estructura, al saltar logrósostenerse de las rocas del risco, —Demonios —dijo al perder la espada. Una pequeña roca golpeósu frente, al levantar la mirada notóque uno de los andantes venía bajando el risco en su dirección, cayó al fondo cuando este mordió su mano y arrancósus dedos. Con su mano izquierda logróalcanzar la espada para protegerse de la criatura que saltóde lo alto de la pared. Cuando se incorporó, tenía la atención de los cinco muertos. Tapósus ojos tras un repentino destello.

—Vaya, no lo creía, en verdad eres tú —dijo una voz masculina. Ella no emitió ninguna respuesta, la sensación de agotamiento en su cuerpo la rindió y se quedó de rodillas. Del otro lado del precipicio, el hombre la sanóy su cuerpo se reintegró.

—Debes tener cuidado con los cadáveres sin alma, estos no se desvanecen así los cortes en pedazos. Es una lección que también aprendieron tus compañeros, los que ya lograron encontrar a Curbano, el tercero ya va en camino y el cuarto se encuentra cerca de aquí, tal vez lo conozcas —dice vagamente Raduma.

—¿De qué hablas? —preguntóNemo.

—Oh, claro, aún no te lo explicamos. Verás, no eres la única que está pasando por esto, estoy sorprendido de la peculiaridad de este pequeño grupo, los dioses tienen sentido del humor. Pero bueno, eso no es conversación para lugares inhóspitos —vuelve a divagar.

—Siempre dices eso.

—¿De verdad?, es la segunda vez que lo digo. Ya, vamos, levántate. —Raduma da la mano a Nemo para incorporarse.

—Bueno, pues debo terminar lo que empecé en esta ciudad.

—Oh, claro, esa mujer y su esencia diabólica no dan más que problemas. Solo me da más trabajo tener que mover almas de aquí para allá y luego dejarlas en un lugar de poco acceso —suspira después de volver a divagar.

—Oye, tengo que seguir, gracias por tu ayuda.

—Mmm… —Raduma rasca su mentón.

—¿Qué pasa?

—Creo que puedo ayudarte, de todos modos, necesito deshacerme de esa loca mujer.

—¿No erapeligroso acercarse?

—Lo es —contesta el ángel.

—Mira quién llegó, y tarde, para variar —dice Raduma.

—No seas imprudente.

—Oh, vamos, no hagas drama.

—Típico de ti, rompiendo las reglas en el momento menos oportuno.

—Vamos, ¿no te parece interesante lo que sucede aquí? Ella ha hecho más progreso acerca de este asunto de Iboric que nosotros en años.

—Este no es nuestro asunto, solo es el resultado del trabajo de esa bruja imprudente.

—Al final es parte de nosotros. —Raduma se encoje de hombros. —Y hablando de ella, ¿vas a permitir que la devoren cada vez que la rodeen? —señala a Nemo.

—Esa es una buena pregunta. —Ella se cruza de brazos y levanta las cejas.

—Y tú, ¿vas a permitir que te devoren cuando te rodeen? —pregunta elángel a Nemo.

—Pero quéfrío. Pero ya me has convencido, dejaréque todo fluya a su ritmo —dice Raduma mientras se aleja.

—Lo voy a seguir, no confío en él. Estarás bien, no detectónada cerca —Se va en la dirección de Raduma.

Nemo camina por la vereda y por fin encuentra la cabaña rosa, toca la puerta, pero nadie abre, escucha que alguien cava en la tierra. Una mujer sembraba en un jardín.

—Hola.

—Sí, ¿quién eres?

—Disculpe que la interrumpa, tengo algunas preguntas acerca del rito de benevolencia, sé que usted alguna vez fue miembro.

—No tengo intención de recordar ese lugar, ahora solo cultivo flores —dice la mujer mientras se dirige a su casa.

—Espere, esto es muy importante, estoy tratando de ayudar a una mujer llamada Mary. —La sigue con insistencia.

—¿Mary?—La mujer se detiene bruscamente.

—Sí, este es su anillo.

—Pero ¿de dónde lo sacaste? —inspecciona el anillo.

—Ella me lo dio.

—Sígueme. —La mujer la invita al interior de la cabaña.

Dentro había un fuego acogedor, una taza de chocolate caliente reconfortóel paladar de la cansada mujer.

—Estoy sorprendida, que traigas este anillo y menciones a Mary, podría tratarse de una broma, pero no veo ningún intento de mentir en ti. —Toma un gran suspiro—. Verás, hace 100 años fue la sucesión del gobernador de Cirenaica, era un hombre joven y vanidoso, solo pensaba en cuanto objeto exótico pudiera conseguir. A las afueras de esta ciudad estáese bosque místico y extraordinario, nadie se atreve a entrar por miedo a los muertos, pero él no era uno de ellos. Mandóun pequeño ejército al corazón del bosque, solo regresóun joven moribundo en cuya mano había una página con escritura extraña. Él encontró a alguien capaz de interpretar y ese fue su final, esa persona era Iboric. Ella creóesa esencia y matóal soberano. Por temor, nadie se levantó en su contra y entonces tomóel control del gobierno, yo era parte del consejo, así que presenciésus horrores por un tiempo.

—La esencia de Sekhmet, ¿cierto?

—Aún no, la esencia se desvaneció. Pasaron 20 años para que una flor creciera en ese pantano, su hija era muy bella y generosa, el pueblo esperaba una sucesión y así lo comenzamos a maquilar, pero ella se dio cuenta. Entonces mejoróla formula y usósu propia sangre. Hizo que su hija devorarála esencia, el alma de aquella chica fue expulsada de su cuerpo y así Iboric se pudo apoderar de ella, un intercambio entre cuerpos y almas. ¿Viste la estatua en el templo?

—Sí, no tenía una forma muy definida.

—Es Iboric. Justo después del intercambio, ella lanzóla esencia en contra de su propio cuerpo, este tragóel alma de la chica y le otorgótoda la juventud al cuerpo de su hija. Como alma y cuerpo no eran el mismo, este se convirtió en piedra. Pasado un mes, Iboric, convertida en su hija, salió a la luz con una historia de maldición y desgracias, decía que la falta de fe había convertido a su madre en piedra.

—¿Pero es que nadie se dio cuenta de este evento?

—Solo yo, por eso fui expulsada.

—¿Cómo funciona el rito?

—La esencia se volvió más voraz con el tiempo, ahora necesita tres mujeres. Debe extraer su sangre, bañar a las mujeres para invocar la esencia, luego ella debe empaparse para que las virtudes de las victimas nutran su cuerpo.

—Entiendo, ¿hay manera de parar esto?

—Yo contactépersonalmente con los guardianes del bosque rojo, la esencia de Sekhmet es una creadora de almas, con el tiempo tendría la energía suficiente para tener una«hija», un alma pura. Esa es Mary.

—Mary, ¿la chica del puente?

—Sí. Hace 30 años se concibió esa alma, pero Iboric la mantuvo en secreto. La crio durante 25años.

—Pero ¿para que la necesita?

—Ella…—La mujer comenzó a ponerse roja.

—¿Qué sucede? ¿Está bien?

—No… me… deja… —La mujer se coloca las manos en la garganta.

—Señora…

La anciana cayó en el suelo asfixiada. Nemo quedóconfundida, la información que parecía ayudarla se fue con esta mujer. Comenzó a inspeccionar la cabaña, encontró un pequeño diario en el que venía la palabra«guardiana roja», quizás si encontraba a este personaje podría orquestar el fin de los tormentos de Cirenaica. Cogió una soga para bajar por el risco, comenzó a alistarse para cruzar al otro lado cuando la luz de la luna desapareció. No daba crédito a lo que vio, tres cadáveres corrían despavoridos, huían de algo. Era enorme, un gigante, esa sombra se aproximaba corriendo y destrozando lo que había en su camino. Tratóde correr, olvidótodo, la espada, la soga y mirar al cielo; se escondió atrás de un árbol y cerró los ojos.

La luz de la Luna volvió a brillar, en el precipicio, Nemo estaba tendida al igual que el día en que la lluvia la hizo soñar. La extraña criatura la tomóde la pierna y la arrastróa gran velocidad.

2 El viaje

Un hombre de aspecto serio y sobrio permanecía viendo por una ventana en una pequeña taberna.

—¿Ya has terminado aquí? —Una mujer pelirroja, ojos verdes y vestimenta azul lo acompaña en la mesa.

—Aore, te estaba esperando. Sé exactamente a dónde debo ir. Un barco partirá de Ismailía en una semana. Esa ciudad está al noreste, será mejor que comience mi camino.

—Sí, es cierto. Pero hay algo que quiero que hagas por mí.

—¿Tú me estas pidiendo un favor? Estoy atónito.

—Calma, no es como si confiara en ti, solo quiero que lo hagas. Necesito que viajemos a Cirenaica.

—¿Cirenaica? Esto está a días de aquí.

—No si te envío al bosque rojo.

—¿Tu hogar está en peligro?

—No, es solo un asunto que debo cerrar, pero quiero asegurarme de que no haya errores.

—Si consideras que esto no me atrasarápara llegar con Curbano, adelante.

Aore y el hombre se alejan a un lugar aislado, con su báculo realiza un dibujo en el suelo, este se eleva por los aires desapareciendo los dos cuerpos. Cerca del bosque rojo ambos se materializan.

—Ya estamos aquí, sigue este camino, cuando llegues a Cirenaica busca a Royer en el templo, pregúntale por Mary, Soler y el rito de benevolencia, ya te lo he explicado con mis memorias. Confía en mí, en cuanto termines, ven al cementerio, te esperaréallí —terminóAore.

—De acuerdo —dijo el caballero al dar la vuelta para dirigirse al templo. Dentro encontró a un hombre, tuvo la suerte que su compañera no compartió.

—Así que tú eres Royer.

—Sí, ¿en qué te puedo ayudar?

—Vengo en nombre de Aore, la bruja del bosque rojo. —Royer abrió los ojos por completo, estaba sorprendido, pero mostraba una extraña felicidad.

—Al fin, al fin ha venido por lo que es suyo. Señor, le diré todo lo que sé.

—Bien, te escuchó.

Cuando terminóde hablar con Royer, se dirigió a donde la bruja lo esperaba.

—¿Y bien? —preguntóAore.

—Mary era una chica especial, la hija de la esencia. Iboric creyó que podría usarla para devorarla y obtener el poder de absorber las almas por sí misma, pero no lo consiguió, así que la asesinóy la arrojo al río. Su idea es atacarla directamente, cuando ella se dé cuenta de que hay un inmortal, invocaráa la esencia. Royer aprendió de Soler a invocar a los cuerpos, al parecer, él puede traer a Mary de dondequiera que esté. Si somos hábiles, la esencia consumirá su cuerpo, entonces Iboric recibirá muerte y eso podría traer a la vida a su prometida. ¿Esto tiene sentido para ti?

—Sí, devolveremos a esa impostora de bruja a esa fría roca.

—Me suena a una venganza personal.

—Ellos robaron mis estudios, es justo que prueben las consecuencias. Pues ya está, volveremos al anochecer, ven te llevaréa conocer la ciudad, necesito comer algo. —Aore comienza a caminar.

—Como desees —asiente el muchacho resignado.

El día estaba despejado, era un clima agradable, pero ella no podía verlo, pues permanecía entre cuerpos en una cueva inmunda llena de peste y muerte. Despertó para sentir terror.

—¡¿Qué es esto?! —No siente una parte de su cuerpo—.¡Mi brazo derecho…, lo he perdido! —Saltóde entre la pila de cadáveres y corrió por un rato desorientada hasta que tropezó en un charco de agua. El cesar de sus pasos le permitió escuchar, algo estaba tragando y engullendo, no estaba muy lejos, lo evitó. Al final de ese túnel encontró una puerta de madera, la habitación era pentagonal iluminada por la luz de unas velas negras, en medio, había una fuente que chorreaba agua cristalina, en cada pared una cortina de diferente color, de un candelabro colgaba una manta blanca. Ella se aproximó a la fuente, logró