El diablo gitano - Rafael Tejeda de Luna - E-Book

El diablo gitano E-Book

Rafael Tejeda de Luna

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Beschreibung

Misteriosos asesinatos diezman la población de la Villa de Monclova en la Nueva España. Corre el año de 1711 y la Santa Inquisición nombra a un reconocido exorcista dominico como comisario especial para investigar los crímenes. Don Juan José María de Castilla y Rioja, un escribano culto y temeroso de Dios, es testigo de la investigación al tiempo que todos sus principios se tambalean sacudidos por inesperadas pasiones amorosas. En esta situación, se verá obligado a omitir hechos en sus registros para el Santo Oficio y utilizar su ingenio para ocultar sus amoríos. Se desencadena una imparable sucesión de extraños y malignos acontecimientos. La llegada secreta de gitanos a la Nueva España coincide con la aparición de brujas y adoradores de la diablesa Lilith. La Inquisición enfrentará por primera vez un caso real en la Nueva España. ¿Podrá hacer algo para salvar a la población del norte del virreinato? Edición ampliada de la novela merecedora del Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2008

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EL DIABLO GITANO

Testimonio a la Inquisición

Rafael Tejeda de Luna

© Rafael Tejeda de Luna

© El diablo gitano. Testimonio a la Inquisición

Pintura de la portada: El Sabio de Bernardo Augusto Tejeda Calzada

Traducción al español de la carta quemada en el texto de la obra: Dra. Carolina Ponce, del latín

Agosto 2023

ISBN papel: 978-84-685-7784-5 ISBN ePub: 978-84-685-7783-8

Depósito legal: M-27985-2023

Registro de la Dirección General de Derechos de Autor de México: 03-2023-080812302200-01

Editado por Bubok Publishing S.L.

[email protected]

Tel: 912904490

Paseo de las Delicias, 23

28045 Madrid

Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

Ganadora del Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 2008.

Mención de Honor como Fragmento de Novela en el Premio Punto de Partida 1998.

Mención de Honor en el Premio Criaturas de la Noche como cuento: 1997

Carta de tarot

Índice

Nota del autor

Introducción por Rafael Araujo

Capítulo I La historia de mi villa

Capítulo II El Comisario Especial del Santo Oficio

Capítulo III Hay que conocer al diablo para combatirlo

Capítulo IV Pueblo chico, infierno grande

Capítulo V La osamenta del Cerro de La Gloria

Capítulo VI El emponzoñamiento

Capítulo VII El campamento gitano

Capítulo VIII El tráfico del chinguirito

Capítulo IXLa víctima en turno

Capítulo X ¿Cómo llegaron los gitanos a la Nueva España?

Capítulo XI Tres en una

Capítulo XII Gitanosversusbandidos

Capítulo XIII Mi petición a Don Eustaquio y el silencio del alto clero

Capítulo XIV Las cartas

Capítulo XV El borracho de la capilla

Capítulo XVI Doña Brígida y el interrogatorio

Capítulo XVII El desenlace

Ilustraciones

Nota del autor

El libro que tienes en tus manos se sumerge en las profundidades de la historia y la utiliza en hechos y locaciones para justificarse en un extraño afán imaginario que hace confluir distintos géneros literarios. Es el rompimiento de la frontera entre lo irreal y verídico lo que da razón a El diablo gitano.

El lector podrá experimentar el sentimiento de incertidumbre por lo que narra el protagonista. En la medida de lo posible se ha procurado mantener una narración solemne, como si un escribano de la época de la colonia de la Nueva España intentara describir sus vivencias mientras va cambiando sus valores.

No puedo negarlo. Escribir esta obra fue divertido y emocionante, pero leerla lo es aún más, ya que no sólo entretiene pues también enseña en los temas vertidos.

Cuando la obra ganó el Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos en 2008, se publicó con base al número de páginas que permitía el galardón, cercenando aproximadamente un cincuenta por ciento del texto original. En esta ocasión presento la obra completa.

¿Por qué esta novela que se desarrolla a principios del siglo XVIII lleva notas y citas al pie de página? Es simple, es como si fuera una leyenda de hechicería documentada e investigada.

Por lo general, los críticos literarios, escritores y editores, tienen la idea de que las notas y citas al pie de página no deben ir en una novela, cuento o poema, bajo pena de excomunión ipso facto de crítica literaria, debido a que en su opinión ofrecen información adicional que resulta de interés pero que no debe incluirse dentro del texto, ya que corta el ritmo de la lectura y la imaginación. Aparte de ser inoportunas y destruir el sueño de la lectura de ese momento, trayéndonos a una realidad o dándonos información que no era necesaria. Para mí, esto es una media verdad, y las verdades a medias son medias mentiras.

Los investigadores o académicos tampoco ven con buenos ojos que un texto de ficción use notas o citas como si fuera un trabajo académico, ensayo o documento informativo.

Sin embargo, esta norma de la mayoría de los escritores y críticos literarios no escrita, nunca ha sido labrada en piedra y toda ley puede transgredirse, además, es difícil contener el espíritu rebelde frente a un autoritarismo creativo.

Algunos novelistas, pocos cuentistas y escasos poetas lo han hecho, y sus textos no pueden leerse sin las notas o citas; incluso hay obras en las que se convierten en un elemento central en la construcción del relato. Varios ejemplos los encontramos en autores como Enrique Jardiel Poncela, Samuel Beckett, David Foster Wallace o Laurence Sterne, entre otros.

Por mi parte, siempre he pensado que las mejores mentiras son las que están hábilmente mezcladas con la verdad. Cuando una mentira está cubierta con fuentes y datos verdaderos es más difícil discernir lo que es real y lo que es falso. Basta con escuchar a los políticos de cualquier lugar del mundo para saber lo que estoy afirmando.

De esta misma manera, pienso que una novela, cuento o poesía, pueden incluir notas y citas que den la impresión de una investigación seria y real en un texto con inverosimilitud, o que legitima el dicho del juglar que vaga de aldea en aldea, pregonando las hazañas e historias que al parecer existieron y tuvieron lugar en un espacio y tiempo determinados, haciendo una ruptura de los géneros literarios en una especie de bodrio armónico, lo cual suena contradictorio pero en realidad permite tener un ritmo de lectura.

Y como factor irreverente de esto último, advierto que no he usado la rigidez requerida en la forma de citar (y no la necesita), pero si reconociendo el trabajo de otros autores o investigadores que con sus textos enriquecen la cultura en el mundo.

En cuanto a la Introducción, me pareció oportuno que fuera una de las reseñas que en su momento se hizo del libro y que presenta uno de los puntos de vista que hacen los críticos literarios.

Sólo me resta decir que considerando la época en que se desarrolla El diablo gitano, deseo que sirva como una de las pócimas mágicas de las letras que despierte al lector a reflexionar sobre el amor, desde una visión diferente a la que estamos acostumbrados.

Introducción por Rafael Araujo

La hermenéutica [que es la técnica de interpretación de textos en el contexto], está vinculada con la religión cristiana. Fue utilizada para interpretar los textos sagrados. Comprender lo que decían las escrituras no era cosa fácil, requería interpretación a partir de mecanismos especializados. Por eso los teólogos utilizaron un código de tipo hermenéutico.

[…] Buscar significados en las palabras escritas tiene su historia y ésta muestra la evolución de las ideas y de las sociedades. La semiótica,1 también nominada semiología,2 ofrece una alternativa para quienes no desean apoyarse en la hermenéutica. Hay otras, ciencias y conocimientos auxiliares, baste decir que de acuerdo al ángulo buscado se utiliza la herramienta apropiada.

Sin embargo, para los estudios literarios, esos instrumentos de apoyo funcionan en tanto ayudan a explicar el hecho artístico, éste es el que domina, no la herramienta. Así, cuando del Diablo se trata en literatura, aquello que está fuera del campo literario es complementario, a veces funciona como un eje para que de ahí se sostenga la acción narrada, pero son las herramientas literarias las que dan cuenta de su valor artístico.

En esta línea de ideas, cuando el lector se acerca a un título como el de El diablo gitano, la primera impresión puede no ser la correcta. Un título así parecería indicar que la temática del libro está relacionada con sucesos demoníacos o con aventuras del grupo social identificado con ese nombre: los gitanos. Incluso, el autor de esta novela, Rafael Tejeda de Luna, juega con la narración para dar pistas falsas sobre la historia a narrar.

Desde el principio apunta hacia hechos delictivos vinculados con la brujería que, en la época donde ubica la narración, es perseguida por la inquisición. En este contexto la historia vincula a un grupo de gitanos con las muertes diabólicas investigadas y el personaje principal es involucrado afectivamente con ellos. Pero no es así. El pretexto que da pie la novela, el motivo principal de la historia, no es sino aquello que representa el mito de Lilith: la mujer como perdición del hombre.

Lilith es un demonio hembra que merodea por las ruinas explica la Biblia de Jerusalén […] Parece, a juzgar por los relatos midrásicos3 acerca de su promiscuidad sexual, haber sido una diosa de la fertilidad

Lo cierto es que en esa religión, como en todas aquellas en las que domina el género masculino entre las divinidades, representa el dominio del hombre sobre la mujer. En el caso católico es, además, la justificación del ser maligno en la naturaleza humana. No sólo Lilith es representación del deseo sexual promiscuo y pecador, sino que Eva funge como el instrumento del Diablo para que Adán rompa con las normas divinas al consumir la famosa manzana, producto del árbol del bien y del mal.

Con estas referencias en el texto, cabe preguntarse si el protagonista es una especie de Adán engañado. No, a mi parecer no lo es porque él actúa en pleno dominio de sus actos y deseos. Sí, es inducido a actuar por el deseo carnal pero matizado por la emoción amorosa. Peca y engaña a los religiosos. Si es Adán, solo actúa para redimir a sus Evas. No es un personaje pasivo como en la Biblia, es un constructor de sus propias acciones.

Para cerrar el círculo artístico en la novela, la distracción generada por la presencia gitana regresa a la brujería y es, nuevamente, una mujer la antagonista. El autor se descara y presenta a Lilith, la relaciona con el Diablo, sí, pero éste es un ente que es hombre y mujer. Lilith, también es dual, es mujer pero con la capacidad de convertirse en hombre, por qué no. Son la antítesis de Dios. No hay confusión pero la idea que se envía al lector es clara, el diablo no tiene sexo. No a la manera hermafrodita, ni homosexual. Más bien, podría decirse que el diablo también es mujer.

Sólo resta mencionar que los motivos y la acción se han ubicado en el México de la colonia. El lenguaje de la narración no es típico de la época, hace bien el autor, no juega a presentar un documento histórico aunque ofrece una ficción congruente con el tiempo narrado. Es decir, usa la realidad para crear una atmósfera creíble.

1. Estudia los signos en general.

2. Estudia los signos en la vida social.

3. Género literario que facilita la comprensión del Antiguo Testamento

Capítulo I La historia de mi villa

El diablo continúa; avanza desde la reja del infierno hacia el caos, un no-lugar que separa el no-lugar del infierno de la realidad que es el cielo y el universo que de él depende. Al dejar el caos, viaja hacia el universo mientras Dios observa su curso a través del vacío y comienza a preparar su respuesta.

Jeffrey Burton RussellEl Príncipe de las Tinieblas

En la Villa de Monclova de la Nueva España, a los veinte días del mes de octubre de 1732, teniendo la gracia de llegar a los 61 años, siento que las fuerzas me abandonan para brindar tributo al Dios todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Haciendo la señal de la Santa Cruz me encomiendo a Nuestra Señora de Guadalupe, nombre que llevó alguna vez4 mi querido terruño de Santiago de Monclova, hasta que en 1689 cambió su nombre por el que lleva en la actualidad, en honor a Santiago de León Garabito, Obispo de Guadalajara, y de Melchor Porta Carrera Losa de la Vega, Conde de Monclova.

Debo mencionar que muchos años antes, cuentan que por 1580, un portugués llamado Luis de Carvajal y de la Cueva, hizo la primera fundación de esta villa, a la que llamó Almadén. Como consecuencia de ser judío y promover las prácticas de las ceremonias de la ley judaica, Dios lo castigó con su aprehensión5, junto con la Villa de Almadén (hoy Monclova), al ser asolada en lo sucesivo por indios que se negaban a ser evangelizados, bandoleros de la peor calaña, así como por brujas y hechiceras que venían acompañadas de unos seres que aparecían bajo forma humana para beber la sangre de los hombres y animales con tal avidez, según testigos de oídas, que a menudo les salían gotas por los ojos y oídos.

Pero qué impaciencia en quererme adelantar a lo que debo contar con calma y detalle. De no ser así, este testimonio no daría a conocer con claridad los acontecimientos que hubo de maldad en la Nueva Extremadura, también llamada provincia de Coahuila, y porqué cambié mis ideas y actos respecto a las pasiones carnales, transformando mi fervor y temor de Dios en tolerancia religiosa, que hasta la fecha mantengo en secreto.

Eso me pasó porque amé anteponiendo mi vida y futuro al destino incierto. Cedí ante la mágica sensualidad de la mujer experimentando la tentación de la carne para aprender costumbres prohibidas que me ayudaron a ser feliz.

No es que la gente que habita aquí sea mala; por el contrario, es buena. Tan es así, que los franciscanos Dionisio de San Buenaventura, Esteban Martínez, Francisco Peñasco, Manuel de la Cruz, Juan Barrero y Antonio Barcárcel se encargaron de la evangelización, a pesar de carecer de recursos materiales, alimentos y acompañamiento de soldados. Valiéndose sólo de su bondad, los misioneros hicieron que los buenos indios nómadas, que eran en extremo tornadizos, y quienes además preferían la libertad en las llanuras y montañas, vivieran congregados en pueblos hasta que pudieran acostumbrarse a la conversión cristiana sembrada en la comunidad.

Así se desarrollaron muchos poblados, se construyeron obras de riego, edificios para la administración civil y se fomentó el culto. De este último, se establecieron las misiones de Santa Cruz, Santa Catalina Mártir, San Antonio de Sabinas, San Buenaventura, San Juan Bautista del Río Grande y San Bernardino, entre otras, donde después de la Santa Misa, a los indios casi desnudos con sólo una piel de venado ceñida a la cintura, se les repartía lo que necesitaban para su sustento cotidiano cada mañana.

Cadena Misional en la Zona Noreste de la Nueva España

Los misioneros merecen mi respeto y admiración, sin embargo, a pesar de que siento que me queda poco tiempo de vida, creo que varios sacerdotes se equivocan cuando enseñan que las realidades humanas aun en las personas inocentes y buenas son imperfectas a consecuencia del pecado, porque para mí esas imperfecciones son la sal y la pimienta que hacen bello a nuestro mundo. Pero dejemos de lado estas ideas pues que tengo mucho que contar y poco tiempo para hacerlo, así que empezaré por explicar el contexto en el que se desarrollaron los sucesos.

En aquella época o mejor dicho durante los últimos veinte años, habían sucedido muchas cosas desagradables, la situación en que se encontraba la Nueva España era muy difícil. Se perdieron en la zona centro del virreinato las cosechas de maíz y trigo, se agotaron los depósitos de granos lo que provocó una terrible hambruna. Al siguiente año se alzaron algunos indios de la capital, los cuales excitados por el exceso de pulque y aguardiente prendieron fuego al palacio del virrey, a las casas del Cabildo y otras construcciones.6 Se levantaron muchas tribus que asolaron ranchos, reales de minas y pueblos. Don Juan Isidro de Pardiñas, Gobernador y Capitán General de la Provincia de la Nueva Vizcaya aplastó a los indios sublevados a bala y espada en el territorio que él gobernaba, lo mismo hicieron otros muchos gobernadores y capitanes generales de las provincias.

De 1696 a 1714, los caminos y las ciudades estaban plagados de asesinos y ladrones, se tenía escasez de azogue que paralizaba el trabajo de las minas, la piratería metía la zancadilla al comercio y hubo escasez de víveres.

Durante el tiempo que gobernó la Nueva España el Virrey Don Francisco Fernández de la Cueva Enríquez, duque de Alburquerque, el comercio de las Indias se empezó a realizar con todas las naciones de Europa, siendo la Metrópoli un puente para la mercadería. Dicho virrey trajo vestidos y costumbres francesas muy raras a las que el pueblo nunca se acostumbró.

Fue en ese gobierno según me acuerdo, cuando nos enteramos que en Yucatán, por el lado de la costa, se había fundado una especie de colonia a la que le decían Walix, poblada por piratas, cortadores, comerciantes de palo de tinte y aventureros.7

La guerra con Holanda, Inglaterra y Portugal obligó a Felipe V, el primer Rey de España de descendencia Borbona, a proveerse de recursos de cualquier parte por lo que el duque de Alburquerque remitió a la Corte las contribuciones de dos años, lo cual llevó a que el gobierno no pudiera costear una buena guardia y los caminos se llenaran de ladrones, todo subió de precio y la miseria aumentó. 8

De manera esporádica empezaron a surgir en el norte del virreinato terribles asesinatos, sobre todo en la provincia de Coahuila, los cuales el virrey no pudo resolver, se llegó a decir que él sabía quiénes eran los culpables, pero que tuvo miedo de tomar acciones frente al aura de poder maligno. También se dijo que le echaron un aojamiento9 para que sufriera fiebres altas y cayera en cama ¡Bueno! No todo fue negativo, pues dictó órdenes severas para castigar a los ladrones, publicó una tarifa de precios para los artículos comerciales que eran importantes, atendió las obras de desagüe en la capital y fortificó los puertos.

Provincias de la Nueva España

Sé que falta mucho por decir, pero sólo he podido recordar lo relevante. Debo agradecer a Dios el haberme dotado de una cabeza que recuerda varias de las fechas y sucesos que acontecieron.

Poner atención a estas líneas. Que mis palabras sean consejo para montar guardia cuando la sangre y la brujería intenten regresar a estas tierras. Esto es una advertencia a las futuras generaciones sobre la existencia de seres malditos que venden su alma por riquezas terrenales al Rey de los Infiernos, buscando engañar a la muerte para vivir unos cuantos años más en este mundo. Todos ellos, aunque vivan siglos, jamás podrán evadir su inevitable destino en el Juicio Final, en la resurrección de la carne, y en vez de renacer en seres gloriosos, tendrán cuerpos malditos, tullidos y malformados, plagados de enfermedades y capaces de sufrir, poseerán una fealdad oscura según su tormento, serán atados a todo entorpecimiento para que la vergüenza y vileza de su pútrida alma actúe sobre ellos.

He aquí la mayor anécdota de mi vida. Sucedió a principios de 1711, cuando contaba con 40 años de edad. Acababa de comprar por cuarta ocasión en Real Almoneda,10 el cargo de escribano, otorgado por el virrey, la Real Audiencia de la Nueva España y el Cabildo de la Villa de Monclova perteneciente a la provincia de Coahuila, por lo que presidía casi todos los interrogatorios a que eran sometidos ante la autoridad civil, los acusados en la villa y misiones aledañas, y en ocasiones auxiliaba en los procesos del Santo Tribunal de la Inquisición.

No soy nadie para juzgar los métodos del Santo Oficio, eso se lo dejo a Dios. Lo que sí puedo decir es que hubo una situación en el que, de no haber intervenido los inquisidores, es muy probable que Monclova fuera ahora un lugar maldito junto con sus habitantes.

Acaeció en aquellas tierras que, durante los últimos quince años se fueron encontrando cadáveres de personas que habían sido asesinadas. En un principio la situación no causó alarma pero se agravó en el momento en que el número de muertos fue aumentando.

En las noches con viento frío en que el cielo se llenaba de nubes negras y salía una o más personas de sus casas, aparecían sin vida al día siguiente, asesinados de una manera terrible. Sus rostros reflejaban la atroz muerte a la que habían sido sometidos; en algunos casos los cuerpos los encontrábamos enjutados, con los ojos abiertos sin brillo ni esperanza, como sí hubieran sido congelados por algo monstruoso o paralizados por el miedo. Se decía que habían tenido una visión del diablo y que este les dio un beso de agonía.

Las marcas dejadas en las víctimas tenían señas de haber forcejeado con alguien más fuerte, sus cuerpos revelaban que les apretaron la garganta y el estómago para luego quebrarles los huesos, incluso por las diversas hendiduras en las venas se deduciría que se les había succionado la sangre, ya que se les encontraba sin este líquido vital.

Los animales no escapaban a esta maldad. En el caso de las vacas, se les hallaba amarradas una a la otra por el rabo, con símbolos satánicos tatuados en la piel, mientras que a los toros les faltaba un testículo, tenían los pitones rotos y las patas quebradas.

En una ocasión descubrimos a un indígena muerto cuya cabeza estaba metida en el recto de un toro. Ambos carecían de sangre. A veces, el ganado emitía mugidos de dolor, pero por temor a lo desconocido o a perder la vida la gente no salía de sus casas para averiguar lo que ocurría. Este ganado era sacrificado y quemado, para no correr la suerte de sufrir un maleficio.

Entre las cosas más raras que se llegaron a encontrar, fue una estrella de cinco picos con figuras extrañas. En el centro de ésta, se hallaban sesos de algún animal, huevos de víbora y dos cabezas de murciélagos.

En esos días las autoridades de la Villa habían recibido un mensaje anónimo, revelando que los hechos de sangre podían estar sucediendo en una casa ubicada cerca de una vieja mina de carbón que tenía por nombre El Cepillo, la cual hacía muchos años que se encontraba cerrada. Al parecer habían visto que durante las noches entraban personas con las caras ocultas que se movían con sigilo, después salían volteando para todos lados a fin de cerciorarse que nadie los estuviera esperando u observando. Cuando se convencían que no había nadie, los que llevaban caballos montaban con rapidez para partir dejando sólo un rastro de polvo, los que llegaban a pie a ese lugar tenían que desgastar su calzado.

Esta información se manejó con mucha reserva entre unos cuantos funcionarios. El Alguacil Mayor tuvo mucha prudencia en preparar todas las acciones necesarias para hacer la inspección, incluso nos acompañó el cura de la iglesia ¡No fuera que halláramos nuestra propia desgracia buscando la justicia!

Con 23 hombres allanamos el lugar en la noche de un viernes. Los primeros en entrar dispararon sus armas, se oyeron varias descargas. Cuando entré, me di cuenta que se trataba de un lugar lleno de barriles que servían de mesas y sillas. El lugar estaba cubierto por humo de tabaco, además apestaba a aguardiente. Había tres indígenas y una mestiza, muertas de miedo sentadas en el piso sobre unas pieles de borrego, cubriéndose con las pocas ropas que tenían a la mano, junto a ellas había varios hombres desnudos a quienes se les obligó a estar parados.

En las mesas, también de pie, se hallaban personas sorprendidas por nuestra inhóspita visita. Al fondo se veía un charco de sangre que provenía de dos cuerpos tirados en el suelo, no me costó trabajo deducir que ellos eran los que habían opuesto resistencia.

Conocía a casi todos, incluso se encontraban miembros del cabildo de la villa, personas que eran reconocidas por su fervor religioso y pertenecer a grupos católicos.

También cogimos a tres salteadores de caminos, dos que habían fallecido y otro malherido. Estos maleantes pertenecían a una gran banda que rondaba la región, que se caracterizaba por violar a las mujeres y asesinar con crueldad a funcionarios del gobierno. No siempre los mataban, en ocasiones les hacían correr desnudos por el desierto, les cortaban la nariz, las orejas y les daban de machetazos, luego, si el prisionero quedaba moribundo le cortaban las piernas y dejaban que se desangrara. Los maleantes disfrutaban mucho de estas torturas y mutilaciones.

Algunos castigos fueron muy ingeniosos dentro de lo siniestro, me duele recordar que en una ocasión capturaron a un muchacho al que estaba educando de aprendiz, lo había mandado comisionado a otra villa en la Provincia del Reino Nuevo de León, era un joven impetuoso que hablaba con mucha fluidez, a él le cortaron los labios y la lengua, les rociaron sal y pimienta mientras las asaban frente a sus ojos para después obligarle a comérselas ¡Qué horrible!

Volvamos a nuestra historia. Al salteador que sobrevivió se le hizo un juicio rápido y se le colgó como escarmiento. En el lugar, que era un burdel manejado por una mestiza en donde se mezclaban la lujuria y todos los estratos sociales no se encontró nada que tuviera relación directa con los acontecimientos sangrientos que estábamos buscando.

Cuando ya nos retirábamos, nos llamó la atención que el viento trasladaba un sonido de dolor y sufrimiento que se enfriaba con el aire, penetrando en nuestra piel y sembrando la desesperación frente a la duda de lo que pasaría en los próximos días.

4. En 1674.

5. En 1589.

6. En 1693 fueron abundantes las cosechas, situación que tranquilizó a la población.

7. “En 1703 no se sabía aún dónde estaba establecida esa colonia en Yucatán, que se descubrió por los reconocimientos que mandó practicar en las costas el gobernador Don Álvaro de Rivaguda. Fue entonces cuando se conoció la existencia de Belice, llamada en sus inicios Walix.” Riva Palacio, Vicente, Resumen Integral de México a través de los Siglos, “El Virreinato Tomo II”, Compañía General de Ediciones, México,1963.

8. “El trigésimo cuarto virrey de la Nueva España, don Francisco Fernández de la Cueva y Enríquez, marqués de Cuellar, duque de Alburquerque y grande de España […], gobernó de 1702 a 1711. [...] intentó expulsar a los ingleses y holandeses de San Agustín de la Florida. Para sostener esa guerra Felipe V exigió del clero la décima parte de sus bienes y rentas. Además, el duque remitió a España el producto de las recaudaciones públicas, que eran del orden de un millón de pesos oro, por lo que no pudo pagar a los soldados y la autoridad del gobierno decayó. Los caminos y las calles se llenaron de malhechores y de asaltantes.” Moya Palencia, Mario, “Saga de Bardos” en Los Ojos del Tiempo, Miguel Ángel Porrúa, México, 1993.

9. “Echar el mal de ojo” se relaciona con los términos aojamiento, aojo y ojeriza, además existe otro vocablo en español para nombrar a dicho mal, que es el de la fascinación, fascinar se refiere al hecho de aojar, a pesar de que la aceptación más común con esta palabra es la de deslumbrar, engañar y alucinar.” Arries, Francisco Javier, El extraño poder de los aojadores, Aguilar, España, 1996.

10. Venta pública de cargos públicos de nivel medio a través de subasta.

Capítulo II El Comisario Especial del Santo Oficio

El reino de las tinieblas está gobernado por una tríade y es jerárquico. Es reino lleno de odio y de iniquidad y se rige precisamente sobre las pasiones más oprobiosas. Es reino de horrores que no tiene paralelo en ningún otro lugar del universo y no es descriptible en términos humanos. Súbditos de este reino son todos los ángeles que con Lucifer, Belcebú y Satanás generaron la gran rebelión. Es un reino en continua expansión, porque van a agrandarlo todos los hombres que dicen “sí” al plan diabólico de las potencias oscuras del Infierno.

Monseñor Octavio MicheliniLa Medida Está Colmada

A tanto llegó el escándalo ocasionado de los acontecimientos, que el Cabildo de Monclova solicitó ayuda urgente al virrey, así como al Santo Oficio de la Nueva España. Esperamos días, éstos se convirtieron en semanas y después en meses. No hubo reacciones ni respuestas.

Fue un caso específico el que despertó al Gobierno y a la Iglesia. Se trataba del descubrimiento de dos osamentas que correspondían a una bebé como de 6 meses y a una mujer que suponemos era su madre, que tendría unos 17 años cumplidos.

La cuestión estuvo así, al lado de donde fueron asesinadas se hallaron abundantes pedazos de papel que habían sido quemados al punto de estar carbonizados, con excepción de uno, que sólo estaba medio incinerado, es posible que por una distracción quien debió quemarlo no lo hizo. Dicho trozo fue llevado a la notaría que también era mi casa, es decir, ambos lugares se encontraban en la misma construcción. Como escribano de la villa, cualquier escrito que debiera conocer la autoridad civil pasaba primero por mis manos, debido a que era de las pocas personas del lugar que sabían leer y escribir; después, tenía la obligación de entregarlo a la autoridad competente.

En este caso, como el documento estaba en latín decidí traducirlo, a fin de que sirviera como indicio para encontrar a los culpables de los asesinatos, el texto contenía una oración demoníaca, con frases incompletas:

Mientras lo traducía y escribía en el idioma de Cervantes, invocaba la protección de toda la Corte Celestial y de San Miguel Arcángel.

Al hacer la traducción le puse corchetes para indicar los espacios que no pude leer o estaban quemados en el papel, decía así:

“Poderoso Lucifer.

¡Oh gran Luzbel, emperador excelso de los antros infernales! Nosotros tus hijos putativos nos postramos ante ti. Te reconocemos como Señor y Soberano. Has cumplido el pacto al darnos vida eterna en la sangre de los inocentes. No tenemos ningún temor y sí vasto deseo de jurar siempre seguir tu ley. En adelante [...]renegaremos de Dios a quien aborrecemos. Nos declaramos en contra del agua del bautizo que sin nuestro consentimiento recibimos cuando éramos simples mortales. Queremos permanecer y formar compañía con los espíritus de tentación y daño. Desde aquel [...] esclavos por siempre en [...] ya que Dios dejará de ser Dios cuando reines, serás el Dios de Dioses por el poder que sobresale a [...]. Ya no se escribirá la palabra Dios aludiendo a Luzbel con “d” minúscula sino con la “D” mayúscula. Nunca aceptaremos a la mujer que pisa la cabeza11para salvar almas. Te amamos [...] nos recreamos en el terror [...]

Cuando terminé, decidí descansar un rato, fui a mi cama y me dormí.

De pronto me encontré en un sótano gigante oscuro y húmedo, parecían unas mazmorras; las paredes escurrían agua apestosa que impregnaba el lugar, los pisos estaban resbalosos a causa del moho lo que obligaba a caminar con mucho cuidado; llevaba en la mano izquierda un crucifijo y en la derecha una pequeña vela que me permitía ver dónde tenía que pisar.