El libro negro de VCP - Ariel Francisco Sansolini - E-Book

El libro negro de VCP E-Book

Ariel Francisco Sansolini

0,0
7,49 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Además de ser un libro muy entretenido, con un entretejido de historias comandadas por un protagonista adorable, El libro negro de VCP es un registro fiel de una contracultura que comenzó con un grupo de individuos creyentes de un mundo mejor, y que fue atrayendo adeptos para transformarse en un estilo de vida admirable para algunos como repudiable para otros. Su autor, Ariel Sansolini, siendo parte de este movimiento, es el indicado para describir sus costumbres, sus comidas, su vestimenta e incluso el propio léxico, y lo logra con una escritura fresca y joven que atrapa al lector. Juan Corsi

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 221

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Arte de tapa: Nicolás Masllorens.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Revisión de texto: Vivianne Hermann, Juan Corsi, pablo Dragovetzky y Gabriela Alberoni.

Sansolini, Ariel Francisco

El libro negro de VCP I / Ariel Francisco Sansolini. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2022.

206 p. ; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-817-883-7

1. Narrativa Argentina. 2. Novelas. 3. Novelas de la Vida. I. Título.

CDD A863

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

Tinta Libre no se responsabiliza por la corrección textual de la obra ni por los errores ortotipográficos y gramaticales que pudieran leerse. El presente libro se publica fiel al manuscrito original entregado por el autor, bajo su pedido explícito de respetar la obra textualmente como fue escrita. El autor se responsabiliza por la corrección del texto de manera independiente y ajena a la editorial.

Si bien el autor de este libro permite la libre circulación de su obra, es decir, compartir lecturas, prestarla, regalarla, difundirla o publicar fragmentos, siempre pidiendo que se cite la fuente, la editorial realizó una inversión y un trabajo arduo para la publicación, por lo que solicitamos que se respete ese esfuerzo y no se reproduzca en su totalidad de manera impresa o digital. Gracias por comprenderlo.

© 2022. Sansolini, Ariel Francisco

© 2022. Tinta Libre Ediciones

Agradecimientos

A la Tribu primera: Sergio Argüelles, Ismael Pano, Héctor Negretti, Geraldine Coronado, Martín Ferrari, Vero López y el Mono Juan.

A Sandro.

A las Tribus que siguieron, amigas/os de El Semillero.

A Gabriel Todaro por la sugerencia del título.

A la Familia, siempre presente.

A Daniela Melina Mangano.

A Vivianne Hermann.

A todas/os las/os que colaboraron en el libro.

Y a vos, ustedes, lectores… aquí presentes ahora.

Este libro está dedicado a todas/os aquellas/os que tantas veces nos sentimos del lado negro de la historia, y particularmente a don Héctor Negretti, “el Negro Héctor”, en quien varias de las frases y filosofías vertidas en este libro fueron inspiradas. Gracias.

Prólogo

Acabo de leer las últimas palabras de El libro negro de VCP y me asalta una ola de ansiedad por querer compartir mi experiencia e intercambiar opiniones con otros acerca de este viaje literario. Reconozco que he quedado inmerso en un mar de sensaciones diversas. Ante todo sentí alivio, alivio de haberlo concluido, alivio de desprenderme de esa atracción como un adicto superado. Es que en algún punto este libro es malo. Y no lo digo porque fuera aburrido, porque no lo es. Su autor se esmera en tener al lector en vilo, jugando pertinentemente con recursos como el suspenso, el humor o el romance. Tampoco digo malo porque esté escrito sin conocimientos en ortografía o gramática, porque lejos está de eso. La larga trayectoria de Sansolini junto a las letras son garantía de un arte auténtico y exquisito. Durante esta lectura, hasta su finalización, me he encontrado atrapado sin poder quitarme a su protagonista Ysot de la cabeza. Me he dormido leyendo por las noches, más tarde de lo que acostumbro para despertar por las mañanas queriendo recordar sin éxito los últimos párrafos; he hablado con mi vecina acerca del clima mientras colgaba la ropa sin dejar de pensar en qué estaría por suceder en VCP; se me ha quemado la comida por tener el libro abierto a mi lado, e incluso he llegado a mentir fabulando un accidente doméstico para no asistir a una reunión y así poder seguir ligado a su lectura. Y es por estas alteraciones de rutina que le atribuyo el término malo. Ahora me urge desearte, amigo lector, que disfrutes de esta travesía serrana que estás a punto de comenzar y que puedas deleitarla sin esa prisa que no nos hace falta, porque si nos preparamos, aquí hay historias y personajes que una vez que conocemos, nos acompañarán por el resto de nuestras vidas.

Juan Corsi

Si el volumen o el tono de la obra pueden llevar a creer que el autor intentó una suma, apresurarse a señalarle que está ante la tentativa de una resta implacable.

Julio Cortázar (Moreliana 137, Rayuela)

Todos los personajes de mis libros soy yo disfrazado.

Jorge Luis Borges

La culpa es un estado de comodidad.

Héctor Negretti

“Hace treinta años —le dije mientras mirábamos a esos hombres plantar un ceibo en la plaza del pueblo—, por estas mismas calles no había quizá más de dos o tres personas caminando a esta hora”.

Soy el autor de este libro, y me pareció pertinente que les hiciera la presentación de la obra.

Así que para comenzar, quizá se pregunten: ¿qué significan las sigla VCP? Pues bien, hacen referencia a una muy curiosa comunidad: Viva Comunidad del Parke. ¿Y dónde queda esa comunidad? Tal vez eso no sea lo importante, sino sus personajes; oh, perdón, quise decir sus integrantes… y sus historias… Historias que ustedes podrán ir descubriendo a través de las experiencias y el propio relato de un personaje de esa comunidad. El nombre de ese personaje es Ysot. El porqué de ese nombre es aún un enigma... Lo que sí puedo adelantarles es que Ysot hará todo lo posible por demostrar que tiene una misión imprescindible y que todos los demás personajes forman parte de su misión, así como Ysot lo es en las misiones de los demás.

El título también hace referencia a “lo negro”. A lo largo de la Historia se fue asociando lo negro, la oscuridad, a lo malo. ¿Por qué? Este libro no pretende dilucidar ese interrogante, sino que rescata esas otras historias de una comunidad, las pequeñas, las ocultas, las que sumadas hacen el gran entretejido de la aventura humana…

Ariel F. Sansolini

EL DILEMA DE LA E Y DE LA ARROBA (@):

DIÁLOGO ENTRE UN PERSONAJE Y EL Autor

Ysot: Buenas tardes. Discúlpeme el atrevimiento… Me adelanté leyendo la obra y noté que en varias ocasiones usted coloca una e, o un signo de arroba (@), donde se supone que iba una o… ¿Por qué eso?

Autor: Buenas tardes. Sí… qué oportuno que lo menciona, porque encontrará muchos casos así…

Ysot: Claramente es un error…

Autor: No, es intencional

Ysot: Me extraña. ¿No es acaso usted un hombre de letras?

Autor: Precisamente… busco ser lo más justo posible al expresarme… y si utilizo la “e” en algunos casos donde se esperaba una “o”, es porque en esos casos el grupo al que hago referencia puede incluir más de un género además del masculino, y sería injusto y hasta discriminatorio excluir a esas personas.

Ysot: No importa si a usted le parece discriminatorio o no, La Real Academia Española no admite ese uso del vocabulario. Está fuera de la norma.

Autor: Y a mí me importa un bledo lo que su Real Academia Española dictamine si sus normas no contemplan un uso justo…

Ysot: No es mi Real Academia, es también la suya, y la de todos

Autor: O sea que no es la de todas, por ejemplo

Ysot: No se haga el gracioso

Autor: Si perdemos el humor estamos acaba… des

Ysot: Ya que se la da de superado… e inclusivo, ¿cómo hace para incluir a los ciegos en la lectura de su libro, o a los sordomudos en la comunicación verbal?

Autor: Tiene un buen punto. Pero está mezclando las cosas: estamos discutiendo acerca de cómo abarcar géneros, y si bien las personas ciegas o sordomudas tienen género, lo que usted plantea es otro tipo de discusión, que estoy perfectamente dispuesto a debatir socialmente…

Ysot: ¡Eh, eh, te jodí ahí, eh! Ja ja…

Autor: ¿Podemos seguir discutiendo sin que me empuje con la manito en el pecho, por favor?

Ysot: Ay, él… disculpe señor de letras

Autor: Disculpado. Usted y es@s otr@s que vienen ahí con usted

Ysot: ¿Qué? ¿Qué son esos mamarrachos que pusiste ahí entre letras?

Autor: Un signo de arroba, también a veces lo utilizo para abarcar otros géneros

Ysot: ¿Me está burlando a mí…? ¡Te voy a…!

Autor: La manito, saque la manito, por favor

Ysot: No te saco nada la manito, ni la manite, ni nada…

(Aquí abandonamos el relato de un diálogo que no llegó a buen puerto… en pos de poder comenzar la historia…)

Todos los relatos, lugares y personajes de este libro son pura ilusión… como la realidad misma.

Año 2010, campo Orillas del Prado en los alrededores de Virgencita del Monte, sierras de Córdoba, Argentina…

Fue un mediodía. Ysot estaba en la cocina de la casa con la Gringa, preparando el almuerzo. El Indio estaba en una de las habitaciones armando unas pulseras de macramé para salir a vender al pueblo. Afuera, el Jerito jugaba a la pelota con el Gringo. “¡Gol, gol! Te estoy ganando, eh”; Ysot escuchaba los alegres gritos del niño y reía también, cuando de pronto hubo un silencio.

Ysot: Uh… me parece que al Gringo no le gustó perder… debe estar corriendo por ahí al Jerito… Ja, ja— le comentó a la Gringa mientras le pasaba una bandeja con verduras para poner al horno.

Gringa: Y, viste como es el Jerito, capaz de volver loco a cualquiera…

Ysot: Sí… ja, ja… pero a mí no me…

El comentario de Ysot fue súbitamente interrumpido cuando la puerta de la cocina se abrió. Primero entró el Gringo, y detrás de él, Halime. Ysot la vio entrar y la tabla de madera que estaba llevando para lavar se le cayó de las manos. Se quedó mudo, mirándola.

Gringo: Ella es Halime… mi prima…

Halime llevaba puesta una musculosa blanca, cubierta en parte por un suave saco negro sin abrochar; en las piernas, una pollera liviana y florida, y en la cabeza, un pañuelo de seda sujetándole el cabello largo, rubio y lacio. Ella había decidido llamarse así después de un viaje que había hecho a Turquía un tiempo atrás. Sus ojos eran intensamente celestes y claros, como los del Gringo; su figura esbelta, y la piel blanca y delicada.

La Gringa se sacó el delantal que llevaba y se acercó a saludarla con un beso en la mejilla. Ysot seguía observándola, con la boca abierta…

Gringa (dirigiéndose a Ysot): ¿Qué te pasa a vos, no la vas a saludar?

Ysot entonces se aproximó y se saludaron también con un beso en las respectivas mejillas. Ysot la veía como si fuera una princesa que acababa de entrar en la casa. Tuvo repentinamente el recuerdo de cuando conoció por primera vez al Gringo, que parecía haber iluminado toda la sala con su presencia; del mismo modo lo hacía Halime, su prima, con una diferencia: esta vez Ysot se sentía completa y súbitamente… enamorado.

Pero la sorpresa fue aún mayor cuando Halime, lejos de ser una princesa impoluta como la veía Ysot, dijo sus primeras palabras…

Halmie: ¿Siempre recibís a todos así vos? Tenés menos tacto que un guante de amianto, querido… Ja, ja…

Todos rieron inmediatamente. Ysot volvió lentamente al habla, y unos momentos después, aquel grupo ya estaba almorzando en una mesa en la galería de la casa, iluminada por el sol del mediodía…

Por la tarde, el Gringo ayudó a Halime a armar la carpa a un costado de la casa. Era una carpa azul, de grandes dimensiones, quizá demasiado para una sola persona. Cerca, era Ysot quien ahora jugaba a la pelota con el Jerito y gritaba y gesticulaba exageradamente…

Ysot: ¡Ahí va, ahí va, Jerito… a ver si la atrapás!

La Gringa, que estaba tendiendo algo de ropa recién lavada en la soga que colgaba del añejo algarrobo, también junto a la casa, y muy cerca de donde Halime armaba la carpa, miró al Gringo en un momento en el que Halime se había alejado un poco, y le susurró…

Gringa: ¿Qué onda con este, che? (Señalando con la cabeza a Ysot). Está más eufórico que de costumbre…

El Gringo levantó los hombros en señal de no entender, pero internamente ambos sabían qué podía estar pasándole a Ysot.

Luego de un rato de jugar, Ysot le dijo al niño que quería ayudar a Halime a terminar de armar la carpa… El Gringo lo escuchó y le gritó…

Gringo: Dejá, Ysot… dejá… ya está… Siempre a tiempo, vos, eh… Ja, ja.

Ysot se encogió de hombros. E intentó remediarlo…

Ysot: Bueno, preparo unos mates1…

Corrió hasta donde estaba el Jerito con la pelota, le hizo unas cosquillas que lo hicieron reír fuerte, y luego fue a la cocina a poner a calentar agua en una pava, para el mate… Mientras el agua se calentaba, puso yerba en el mate de calabaza, lo sacudió con ambas manos para que se acomodara la yerba y se le fuera un poco del polvo, le echó un chorrito de agua fría, colocó la bombilla, y justo antes de que el agua hirviera, sacó la pava del fuego. Luego caminó hacia afuera, y se sentó en las escalinatas de la galería de la casa. Cebó el primer mate y lo tomó (esa es la costumbre: quien ceba, toma el primero, no por egoísmo, sino porque el primer mate suele estar aún tibio, y recién en la segunda cebada el agua ya está lo suficientemente caliente como para compartir). Enseguida se acercó la Gringa y se sentó junto a él, a su derecha. Y luego Halime, que ya había terminado de armar la carpa, también se acercó y se sentó, a la izquierda de Ysot. El Gringo había llevado al Jerito a caminar un poco por el monte, antes de que anocheciera. Ysot, la Gringa y Halime permanecieron un rato allí, tomando mate en silencio.

En cierto momento, la Gringa dijo que iba a poner a calentar agua para un baño, se levantó y se alejó. El sol caía al oeste, detrás de la casa, y las sierras, al frente, tomaban un color anaranjado… Ysot dudó unos instantes, y luego se atrevió a decir…

Ysot: Parece que la noche va a estar cálida… y además hay luna llena… yo voy a ir al río, después de cenar… si querés acompañarme, vamos juntos…

Lo dijo mirando a las sierras, sin mirar a Halime… quizá por vergüenza o por miedo a que le dijera que no. Ella, también mirando al frente, esperó unos instantes y luego contestó…

Halmie: Sí… me gustaría… vamos

La cena transcurrió de manera serena… Como siempre, se distribuyeron las tareas de cocinar, poner la mesa y lavar los platos, en un clima de amistad y alegría. Antes de medianoche, ya todos se estaban yendo a dormir. Salvo Ysot y Halime.

Una vez que se habían apagado las luces de la cocina, Halime encendió la linterna del teléfono y fue a la carpa a buscar un abrigo. Ysot hizo lo mismo, pero a la habitación que compartía con el Indio y el Gringo. Luego se escabulló en silencio, y salió. Se encontraron junto al algarrobo, y caminaron hacia el río.

La noche estaba efectivamente cálida. La Luna llena iluminaba el camino y se reflejaba en las aguas apacibles del río.

Ysot: ¿Ahí te parece bien? — dijo, señalando unas rocas cercanas a la orilla.

Halmie: Sí… vamos… yo traje una manta…

Halime puso la manta sobre la roca y se sentaron.

Halmie: Ufff… está un poco más fresco acá… ¿no?

Ysot se estiró hasta un costado donde había apoyado su campera, y se la ofreció. Ella se la colocó sobre los hombros y luego se quedaron en silencio mirando las aguas… Algunas ranas y luciérnagas hacían sus melodías todo alrededor. Ysot la miró. Ella aguardó unos instantes, sintiendo su mirada, y luego lo miró también. Él aproximó su rostro suavemente al de ella. Miró en la profundidad de sus hermosos ojos celestes que brillaban aún más en luz de la luna. Sin decir una palabra más, se besaron, y entonces un súbito torbellino giró en el interior de Ysot, como si el tiempo y el espacio se esfumaran repentinamente…

… shoooooommmm… túnel de salto espacio temporal…

CAPÍTULO 1

Un libro en el parque

¿Es acaso quien se menciona como autor quien escribe la historia de un personaje de un libro… o es un misterioso personaje quien le dicta a ese autor cómo escribir un libro?

***

Bitácora de Ysot

Nota 1

“No recuerdo quién habló primero. Si yo le dije “me voy, me voy”, o él me dijo “hay un lugar adonde ir”. La cuestión es que había un lugar donde el viaje iniciaría. Lo supe de inmediato cuando mi gran amigo Águila Azul me dijo… “Tengo un amigo que está viviendo en un pueblo serrano desde hace un tiempo… Pueblo… Villa… ¿Cómo era el nombre? Bueno, no me acuerdo bien… pero es cerca de otro pueblo, Los Resuperartes… Podemos parar unos días en su casa y después vemos…”

No había mucho que pensar. Averiguamos pasajes disponibles y unos días después estábamos en la terminal de trenes de Retiro, en Buenos Aires. Todo era gloria. Sacamos dos pasajes y fuimos a festejar con un par de cervezas en la plaza frente a la terminal…”.

***

La amistad entre Ysot y Águila Azul es bastante reciente, de algunos pocos años… y quién sabe cuántos siglos… Eso, y otros motivos que la razón no entiende pero el corazón sí, los hace Hermanos. Águila Azul tiene el porte de un rocker con estilo grunge2argentino: anteojos negros, campera de lona verde ajustada, jeans y zapatillas desgastadas pero aún modernas. A primera vista, y al verlo sacudirse el pelo con ambas manos a cada rato, poc@s verían lo más brillante: su alma. Un alma clara, sencilla. Un alma que en el cuerpo de un rocker del siglo veintiuno, no puede evitar tener ciertos vicios… terrenales…

Buenos Aires, algunas semanas antes del enero del 2009…

Escena TEATRAL “EN LA TERMINAL”

Obra en un acto

Narrador: Así fue entonces, que Ysot yÁguila Azul una mañana de calor se dirigieron a la terminal de Retiro en la ciudad de Buenos Aires…

Escena

Ventanilla de la empresa de trenes en la Terminal de retiro. Ysot y Águila Azul compran dos pasajes Buenos Aires - Córdoba, clase turista. Se escuchan sonidos de ambiente…

Vendedor ambulante: Hay sanguche de salame y queso, hay sanguche de salame y queso

Águila azul: Che, ¿y si compramos una birra3 y unos sanguches para festejar? Podemos sentarnos en la plaza frente a la terminal…

Ysot: ¡Buenísimo! Las buenas noticias hay que celebrarlas.

Vendedor ambulante 2: Hay gaseosa fría, medias soquete, banderines de fulbo…

(Ya en la plaza frente a la terminal…)

Águila azul: (sosteniendo con una mano la botella de cerveza y con la otra un encendedor en el pico) ¿La destapo?

Ysot: (acostado sobre el césped y con la vista al cielo celeste) ¡Seee!

(Unos instantes de silencio mientras ambos contemplan el majestuoso sonido de la chapita de la botella estallando en el aire…)

Ysot: Che… ¿te conté por qué fue que acepté de inmediato cuando me dijiste de viajar a ese lugar de las sierras?

Águila azul: No, contá…

Ysot: Resulta que una mañana de domingo estaba distendido, leyendo el diario… estaba al pedo, bah…

Águila azul: Sí… los diarios son algo para leer cuando estás al pedo…

Ysot: Exacto. Bueno, entonces ahí, pasando las páginas, de pronto en la sección curiosidades, veo una nota referida a un pueblo: Los Resuperartes. ¡No!, me dije, no pueden haberle puesto un nombre así a un pueblo… yo lo quiero conocer… es genial.

Águila azul: ¡Ah! Por eso cuando yo te mencioné que mi amigo estaba en un pueblo cerca de ahí vos hiciste la asociación inmediata.

Ysot: Precisamente. No podía ser casualidad…

(Rieron… Hubo unos minutos en silencio… aunque en plena ciudad lo del silencio es solo una utopía, claro… después Ysot preguntó…)

Ysot: Che… pero ¿qué onda vos? ¿Te vas de la ciudad también o son solo unas vacaciones?

(Águila Azul toma un sorbo de cerveza, sonríe socarronamente y contesta mientras le pasa la botella a Ysot…)

Águila azul: Je je… Quién sabe… podrían ser unas vacaciones… y al mismo tiempo un primer paso… para irme de la ciudad…

***

BITÁCORA DE YSOT

NOTA 2

“Me quedé pensando. En ese entonces era fácil para mí que un amigo, amiga, o incluso cualquier desconocida/o con quien estuviera manteniendo una conversación me pusiera en jaque una decisión con sólo una pregunta. Me sentía raro. Me sentía un raro. ¿Acaso a l@s demás no les pasaba eso? La incertidumbre constante. Sentir que el destino o el universo te puede plantear en cualquier momento un desvío en el camino que te habías propuesto… así como así, en una charla, una propuesta, una tormenta en medio del día…”

“No, no era algo que les pasara a todas/os. Me pasaba a mí. ¿Sería una cuestión astrológica de nacimiento? Vaya uno a saber… Para colmo, ya hacía un tiempo que yo estudiaba con Águila el Calendario Maya4, o mejor dicho, el Tzolkin y sus aristas, cuando comenzó a interesarme eso del “robo del tiempo”. Como lo fue también “el robo del Cristo”, o de tantos otros “robos” que una elite humana o no humana había ejercido en este mundo. La pregunta entonces es ¿eso tenía que pasar o fueron simplemente decisiones en un tiempo que modificaron un rumbo?”

***

Lunes 19 de enero de 2009, 20:35hs.

Ysot y su amigo Águila Azul se suben a un tren que parte desde la reluciente ciudad porteña… sueño de una noche de verano.

Durante el viaje onírico de aquella noche de luna llena, en uno de los vagones clase turista, entre los llantos de bebés y el olor a sanguches de milanesa, Ysot sueña con el cascarón de un huevo que se rompe… Ysot necesita romper ese cascarón que lo protegía del mundo como una madre protege a su cría… pero Ysot ya no era una cría… aunque a veces aún actuaba como un huevón…

Martes 20…

Asoma la mañana de un nuevo día; el Sol despunta en el horizonte. El tren lleva, entre tant@s, a Ysot y Águila Azul directamente a la ciudad de Córdoba, emplazada en el corazón de Argentina, en el sur del continente verde antiguamente conocido como Amerrika…

Los dos personajes bajan del tren y lo primero que hacen es prenderse un pucho5 cada uno, casi desesperados.

ESCENA TEATRAL “EN LA TERMINAL”

Acto dos y Final

Águila azul: Che, ¿te parece si desde acá hacemos un dedo6?

Ysot: ¡Ni a palos! ¿Cómo vamos a hacer dedo en plena ciudad? Vamos a ver qué micros hay…

(Inmediatamente, ambas miradas escudriñaron las empresas de transportes y sus recorridos… Ninguno les recordaba el nombre del pueblo donde vivía el amigo de Águila…)

Ysot: ¿Te acordaste como se llama el pueblo ese?

(Águila Azul bajó sus lentes oscuros y agudizó la vista para ver los recorridos de los micros y las empresas, mientras en la cabeza de Ysot resonaba la frase… “Lo que importa es el recorrido, no la destinación…”. En ese instante, Águila pegó un grito señalando el nombre de una empresa…)

Águila: ¡Gran Ave Blanca!

(Ysot dirigió la mirada hacia allí y vio que en el recorrido figuraba el pueblo de Los Resuperartes)

Ysot: ¡Sí, sí, vamos con esa!

***

Efectivamente, Ysot y Águila Azul mantienen un vínculo más allá de toda explicación racional, que los lleva a veces, a irracionalidades como la de conseguir dos pasajes hacia un lugar que apenas conocen su nombre.

De equipaje, Ysot llevaba una mochila, una bolsa de dormir, ropa, alimentos, libros… En fin, mencionamos solamente lo material porque Ysot olvidó anotar el detalle del equipaje de karmas pasados…

Recorrieron las calles del centro, consiguieron una carpa a muy bajo costo y enseguida y sin perder tiempo se montaron en Gran Ave Blanca.

… shooommmm… túnel espacio temporal…

Aquella hermosa mañana, el micro llevaba entre sus pasajeros a estos dos curiosos personajes que viajaban juntos… Recorría un trayecto lleno de curvas y contra curvas, inmerso en un paisaje verde de sierras, atravesado constantemente por ríos caudalosos y suaves arroyos. Antes del mediodía, y después de cruzar un gran dique a través de un puente gigante de cemento, la ruta se tornó recta, tomando forma de pista de aterrizaje.

Ysot y Águila Azul, mantenían un diálogo…

Ysot: Che, Águila… Estoy percibiendo algo…

Águila azul: Sí, amigo, yo también… Es como si estuviéramos a punto de entrar en un portal dimensional…

Unos pocos kilómetros después, el micro encendió la luz de giro, dobló hacia su derecha, y atravesó un inmenso arco de piedra blanca, con un nombre labrado en lo alto…

Ysot (saltando del asiento): ¡Acá, Águila es acá!

Águila (levantándose sus gafas oscuras y acercándose a la ventanilla): ¡Mamadera!

……………… shooooommmm ………………

***

BITÁCORA DE Ysot

Nota 3

Cuenta una leyenda que antiguamente el nombre de este pueblo era otro… se mencionaba como Villa y Ciudad y Parque… o algo así… Qué curioso, pensé, esto de Villa. Me lleva a pensar en esas pequeñas comarcas europeas, muy hobbits, donde parece que todo se desarrolla en armonía, esas casas bajas, rodeadas de vegetación, con formas circulares y puertas de madera, cónicas…

En realidad cuando llegué a este lugar, imaginaba una comarca así, lejos del ruido y el quilombo citadino. Bueno, uno muchas veces se choca de frente contra la ilusión, la fantasía, la imaginación… Hasta que le das vuelta a esa imagen estática y descubrís que había un motivo, un por qué estabas soñando algo… Es como si después que atravesás el golpe de no lograr en lo híper inmediato lo que proyectaste, y te ponés a laburar a largo plazo, con paciencia, con fe, con creatividad, reconociendo el lugar y la gente con la que estás… eso que soñaste… llega… o tarda un poco pero llega… o tarda mucho… pero ¿llega?

Me fui por las ramas, diría un mono, Vale.

Ciudad era la segunda palabra. Qué triste. A mí al menos me suena triste. Porque pienso en esa muchedumbre en las ciudades, en sus situaciones alienadas… ¿Y qué? Es sólo una sensación. Quizá hay gente que la pasa bien ahí, ponele. De cualquier modo, yo me fui de la ciudad por algo, y darme cuenta tiempo después que el lugar que elegí para comenzar una nueva vida, se llama también ciudad… me pego con la palma de la mano en la frente y digo ¡pero qué boludo! Ya está. Había un motivo. Un motivo que me trasciende y que trasciende esa pequeña porción del nombre. Es una parte. Una parte de algo que lo forma junto a otras partes; más no lo define por sí misma. Habría que hablar aquí de fractales; no es el momento. Quizá el secreto, el quite de la cuestión está en el cómo se habita, cómo se vive el día a día el lugar donde vivís, y entonces, si es ciudad pero cuidás ese convivir con las/os demás la cosa se pone más interesante…

Y por último, la denominación Parque. ¿Por qué no bosque o monte o sierras? A ver, cómo quedaría: Villa Ciudad Bosque. Mmm, podría ser, aunque sigue sonando algo contradictorio. Villa Ciudad Monte. Uh, no, eso suena a emprendimiento inmobiliario. Puaj. Ah, ya entendí porque no Bosque o Monte entonces. Pero sí tal vez… Viva Comunidad del Parke.

¡Si! Ese me gusta. A partir de ahora voy a llamar a este lugar Viva Comunidad del Parke… Es más, intuyo que esto ya da para escribir un libro… Y al primer capítulo lo voy a llamar:

“UN LIBRO EN EL PARKE”.

***

CAPÍTULO 2

Tribus

Bienvenides a un lugar donde todo es posible.

Bienvenides a la suprarealidad extraconvertible.Bienvenides al lugar de tus sueños o tus peores pesadillas. Todo revuelto. Bienvenides al mágico futuro reciclando el pasado en el ojo de la tormenta del presente.Bienvenides al maravilloso despliegue de la naturaleza que no se detiene ni con el avance de motos, motosierras, o motoguadañas… Bienvenides al circo jipi cabañero anarkopunk paisano y peronista Y hadas y duendes y mamitas sabias.

Bienvenides a la semilla, el tallo y la flor de la vida en tiempos modernos, a las noches de fuegos y tambores.

Bienvenides al poder manifiesto del ser humano de ayer proyectándose al futuro… en este presente.

Bienvenides al pueblo infame pueblo mágico, pueblo