El misterio del faro abandonado - Jerry D. Thomas - E-Book

El misterio del faro abandonado E-Book

Jerry D. Thomas

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Beschreibung

Las vacaciones de la familia Vargas en la playa dan un giro misterioso cuando Cris y María descubren un cementerio en lo alto de una duna de arena. ¿Quién fue Carlos Rivero? ¿Qué significa la inscripción en su lápida? Esta aventura está llena de sorpresas y lecciones sobre la confianza. Acompaña a dos de los Resuelvemisterios mientras evitan olas "imprevisibles", buscan pistas para encontrar un tesoro escondido y, finalmente, resuelven el gran secreto de Carlos Rivero; un secreto que también transforma a Cris.

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El misterio del faro abandonado

Jerry D. Thomas

Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires, Rep. Argentina.

Tabla de contenidos
Tapa
¡Hola!
1. Comienza el misterio
2. ¿Quién es Carlos Rivero?
3. Problemas en el faro
4. Un ángel al rescate
5. Leones, panteras y osos
6. Más pistas
7. Una X marca el lugar
8. Pero ¿dónde está?
9. ¡Tesoro encontrado!
10. Los “detectives” cuentan la historia
11. Una GRAN sorpresa
Respuestas

El misterio del faro abandonado

Jerry D. Thomas

Título del original: The Mystery of the Abandoned Lighthouse

Dirección: Natalia Jonas

Traducción: Natalia Jonas

Diseño: Carlos Schefer

Ilustración: Mauro Perasso

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Printed in Argentina

Primera edición, e-book

MMXXIII

Es propiedad. © Pacific Press, 2001. © Asociación Casa Editora Sudamericana, 2023.

Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

ISBN 978-987-798-915-1

Thomas, Jerry D.

El misterio del faro abandonado / Jerry D. Thomas / Director Natalia Jonas / Ilustrado por Mauro Perasso. - 1ª ed. - Florida: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: online

Traducción de: Natalia Jonas.

ISBN 978-987-798-915-1

1. Vida Cristiana. I. Jonas, Natalia, dir. II. Perasso, Mauro, ilus. III. Jonas, Natalia, trad. IV. Título.

CDD 248.83

Publicado el 31 de agosto de 2023 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)

E-mail: [email protected]

Web site: editorialaces.com

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

¡Hola!

¿Alguna vez viste la luz de un faro brillando para guiar a los barcos y evitar que se acerquen a rocas peligrosas? ¿Alguna vez estuviste dentro de un faro? Un faro puede ser un lugar muy interesante para visitar si estás en la playa o en la costa. La próxima vez que hagas un viaje, presta atención y quizá veas uno.

¡Volvieron los Resuelvemisterios! Esta vez, María, Cris y su familia están de vacaciones en la costa. Además de vivir en una yurta, Cris y María encuentran un misterio en un antiguo cementerio que descubren. Ese misterio los lleva a un faro abandonado y a la historia del farero.

El misterio del faroabandonado es un libro muy especial. Fue escrito con la colaboración de un niño, Grant Perdew, y su madre, Suzanne Perdew. La historia que ellos comparten nos muestra cuán importante es confiar en los demás y la diferencia que Dios puede hacer en tu vida.

Leer las historias sobre Cris, María y los demás Resuelvemisterios es más que divertido: nos enseña qué significa realmente ser un cristiano, tanto en casa como en el colegio y en la plaza. Si estás tratando de ser un amigo de Jesús, ¡estos libros son perfectos para ti!

¿Puedes resolver el misterio del faro abandonado antes que María y Cris?

Jerry D. Thomas

Capítulo 1

Comienza el misterio

–¿Por qué nos detenemos acá? –preguntó Cris cuando el vehículo de los Vargas paró frente a una estructura redonda bastante rara.

Los Vargas estaban comenzando sus vacaciones familiares. Cris, María y Yami sabían que las vacaciones serían en la playa, pero no sabían en qué lugar en particular. Los papás habían decidido sorprenderlos: se hospedarían en una yurta en un parque nacional, cerca de la playa.

–Porque nos vamos a quedar aquí –respondió el Sr. Vargas.

–¿En esa cosa? –exclamó Cris–. ¿Qué es? Parece un… un…

–Una yurta –dijo María, con tono de sabelotodo.

–¿Una qué? –preguntó Cris.

–Una yurta –repitió María mientras salía del coche–. Es como una carpa redonda, solo que es más rígida porque está sostenida con una estructura de madera en el interior.

–¿Cómo es que sabes tanto sobre yortas? –quiso saber Cris mientras la seguía.

–Yurtas –lo corrigió María–. Aprendí sobre ellas en la escuela. La gente de Mongolia vive en cosas así, solo que sus yurtas están hechas de pieles de animales.

–¡Genial! –exclamó Cris–. Espero que la nuestra también.

–La nuestra está hecha de lona gruesa –dijo María mientras caminaba por el sendero que los llevaba hasta la yurta.

Cris y Yami le pisaban los talones.

–¡Miren! Tiene una puerta de madera, como una casa de verdad –dijo Cris–. Pero no se puede ver nada adentro.

Trató de espiar por la ventana.

–Quizá hay mongoles escondidos –agregó.

–La cortina está cerrada, Cris –dijo María–. Además, no hay mongoles por esta zona. Viven del otro lado del mundo. Son nómades.

–¿Son qué? –preguntó Cris.

–Nómades –respondió María–. Significa que se mudan un montón. En lugar de construir una casa nueva cada vez que se mudan, desarman su yurta, la empacan ¡y se la llevan con ellos!

–Pero no estamos en Mongolia –dijo Yami, tironeando de la ropa de María–. Estamos en la playa. ¿Por qué hay yurtas acá?

–Para que la gente como nosotros pueda hospedarse en una –bromeó la mamá–. Algunos de los parques nacionales están probándolas para ver si a las personas les gustan.

–Y deben gustar –agregó el papá–. Esta era la última disponible para esta semana, cuando hice la reserva. Aquí está la llave. ¿Entramos?

El interior de la yurta era pequeño, pero cómodo. Una pared gruesa de madera con un diseño de celosía, unida a un piso de madera, sostenía las paredes de lona. La parte de arriba de la yurta tenía un tragaluz redondo que permitía que entrara mucha luz. Contra la pared del fondo había un calefactor eléctrico. En el lado izquierdo de la yurta había un camarote con una cama de dos plazas abajo y una cama de una plaza arriba. Del otro lado había un futón que se abría y formaba una cama de dos plazas. En el medio había una mesa baja de madera.

–¡Mami! ¡Es muy lindo! –exclamó Yami–. Pero ¿dónde está el baño?

–Está afuera. Hay que seguir el sendero que está justo detrás de nuestra yurta –dijo la mamá–. Te mostraré apenas nos acomodemos. El baño es para todos los campistas de la zona, y ahí también están las duchas.

–¿Puedo dormir en la cama de arriba? –pidió Cris a gritos–. Yami y María pueden dormir abajo, y ustedes con mamá pueden dormir en el futón.

–Parece que ya encontraste lugar para todos, Cris –dijo el papá–. ¿Todos están conformes con dormir así?

–Yo estoy de acuerdo, si Yami no me empieza a patear –dijo María.

–Y yo, si María no me hace caer de la cama –rio Yami.

–Bueno, entonces busquemos los bolsos y acomodémonos –dijo el Sr. Vargas.

–Papá, ¿cómo se te ocurrió que viniéramos acá? –preguntó Cris mientras traía bolsos a la yurta.

–En realidad fue idea de tu mamá –respondió–. Tú sabes que a ella le encanta la playa. Yo había leído que algunos parques nacionales alquilan yurtas y pensé que sería un lugar divertido para pasar las vacaciones. ¿Qué te parece a ti?

–Al principio pensé que era medio raro –dijo Cris.

–¿Pensaste que había elegido un lugar extraño y que te aburrirías o te avergonzarías? –preguntó el papá.

–Sí, creo que sí –murmuró Cris–. Pero ahora creo que va a ser genial.

–¡Seguro que sí! –respondió el papá, con un brillo especial en los ojos–. ¡Confía en mí!

–Voy a intentarlo –sonrió Cris–. Y papá, cuando terminemos de acomodar todo, ¿podemos ir con María a explorar un poco?

–Claro, pero no se alejen mucho –respondió el Sr. Vargas.