El mordisco de la cobra - Berta Villarino Cirici - E-Book

El mordisco de la cobra E-Book

Berta Villarino Cirici

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Beschreibung

Almudena ist 15 Jahre alt, aus reichem Elternhaus und langweilt sich zu Tode. Das Leben ist eine Aneinanderreihung von tristen, grauen Tagen – bis ihre Welt auf einmal völlig Kopf steht. Sie erhält eine magische Gabe, findet ihre große Liebe und das Leben wird herrlich bunt und lebenswert. Allerdings erweckt die Freude des einen oft den Neid der anderen, sodass eine frühere Freundin alles daran setzt, den alten Zustand wieder herzustellen. Dazu sind ihr alle Mittel und Wege recht.

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

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Seitenzahl: 60

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Berta Villarino Cirici

El mordisco de la cobra

1. Auflage1Version 1 | 2020

Das Werk und seine Teile sind urheberrechtlich geschützt. Jede Nutzung in anderen als den gesetzlich zugelassenen Fällen bedarf der vorherigen schriftlichen Einwilligung des Verlags.

© Ernst Klett Sprachen GmbH, Rotebühlstraße 77, 70178 Stuttgart 2018.

Alle Rechte vorbehalten.

Internetadresse: www.klett-sprachen.de

Autorin: Berta Villarino Cirici

Redaktion: Simone Roth

Tontechnik: custom music, Andreas Nesic, Stuttgart

Sprecher: Julio José Serrano Porras

Zeichnungen: Sven Palmowski, Barcelona

Layoutkonzeption: Andreas Drabarek

Gestaltung und Satz: Satzkasten, Stuttgart

Umschlaggestaltung: Andreas Drabarek

Titelbild: Shutterstock (kirian) + Shutterstock (swp23) + Shutterstock (Africa Studio), New York

eISBN 978-3-12-909094-7

Índice

Prólogo

1. Almudena

2. Luis Miguel

3. El incidente

4. La herida

5. El encuentro

6. Celos

7. Esperanza

8. Para siempre

9. La traición

10. Vuelo con destino a…

Epílogo

Die Printausgabe des Titels ist mit einem Hörbuch ausgestattet, das über die App Klett Augmented abgerufen werden kann.

Die E-Book-Ausgabe des Titels enthält das Audiobuch eingebettet in den Content.

Los personajes

Los protagonistas:

Luis Miguel, de La Paz, Bolivia

Almudena, de Madrid, España

Las mejores amigas de Almudena:

Esperanza

Lucía

El hermano de Luis Miguel:

Francisco

Abreviaturas y símbolos

Prólogo

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Madrid dormía, pero él no descansaba. Se sentó en un banco solitario de la estación y miró las vías. Eran las tres de la mañana, hacía frio y la lluvia y las lágrimas mojaban su cara mientras recordaba la frase de Almudena: “somos lo que somos y nada más”. Era cierto, cierto como la vida misma. Y aunque él lo sabía y lo había sentido, no entendía el significado de esas palabras sin Almudena a su lado.

Todo empezó una mañana de mayo cuando sus caminos se cruzaron entre vías paralelas, vías que según las matemáticas nunca se juntan, pero que ese día, gracias a una herida, el destino sí juntó.

las vías Bahngleise

la lágrima Träne

mismo, -a selbst

juntarse sich verbinden, zusammenkommen

la herida (→ herido) Verletzung

1. Almudena

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–Hace cinco minutos que no suena mi móvil. Me aburro –se quejó Almudena sentada en el tren–. Además, hoy no he tenido ningún correo divertido, tampoco he encontrado vídeos originales en YouTube. Mi cuenta de Snapchat está dormida: siempre las mismas tonterías de la misma gente…

–Nosotras estamos igual, Almudena –añadieron Lucía y Esperanza, mientras jugaban con el cable de los auriculares que compartían–. Necesitamos reírnos un rato. ¿Bajamos del tren en Nuevos Ministerios y vamos de compras al Corte Inglés?

–Vale, mola el plan y después subimos por la Castellana y gastamos bromas a la gente. En los parques y en los semáforos siempre hay idiotas jugando con sus móviles baratos –añadió Almudena y sonrió.

–Además, esta mañana he visto al mocoso oscurito en la estación de Pozuelo –añadió la muchacha tras un pequeño gesto de alegría en su cara–. A esta hora a veces regresa a Pozuelo y si está en la estación Nuevos Ministerios, podemos gastarle una broma.

–¿Te refieres a ese niño con cara de tonto y la camiseta al revés? –preguntó Lucía interesada.

–Exacto, ese estúpido. Es el hijo de la interna de los señores Martínez. El niño vivía en Bolivia con sus abuelos y ahora su madre, que es una caradura, se lo ha traído a Madrid y vive con ella y su hermano mayor en Pozuelo, en la casa de los señores Martínez –explicó Almudena a sus amigas.

Almudena, Lucía y Esperanza bajaron del tren en Nuevos Ministerios, subieron por las escaleras automáticas hasta la calle y justo en la salida se encontraron con el niño cara a cara. Le cerraron el paso.

–¿Adónde crees que vas, mocoso? –le preguntó Almudena.

El chico no contestó, tuvo miedo, dio un paso atrás y luego otro; caminaba inseguro, en silencio y casi sin respirar. De pronto, perdió el equilibrio y se cayó. Los pies sobre la acera; la espalda junto al árbol; encima de su cabeza las hojas y su trasero sentado sobre una masa marrón y maloliente: caca de perro. Las chicas se rieron y Almudena sintió que la tarde empezaba muy bien.

–¡Qué tonto eres! Te has llenado el pantalón de mierda –le gritó Almudena–. De todos modos, no importa, tu pantalón es tan horrible ahora como antes –añadió la muchacha contenta.

En los parques de la Castellana las chicas encontraron otros colegiales a quienes acosar. Algunos incluso de su colegio de Pozuelo o de su barrio de Salamanca. Después, se fueron al Corte Inglés a gastar dinero.

–Hay que tener mucho más que pasta para ser de los nuestros –aclaró Almudena a sus amigas, mientras tomaba un reloj de moda y lo miraba. Frente a las chicas, en la sección de zapatería, estaba Matilde, una compañera que odiaban. Matilde se probaba demostrativamente unas deportivas de más de 200€. Almudena la miró y le sonrió con ironía.

–Tengo una idea –dijo Almudena a sus amigas mientras sonreía a Matilde.

Almudena se acercó a Matilde, la miró y le dijo:

–¡Qué deportivas más guays! Cómpratelas rápido, Matilde. Así en azul brillante molan un montón.

Matilde se sorprendió ante la inesperada amabilidad de Almudena. Miró sus deportivas de nuevo y mientras tanto Almudena metió rápidamente el reloj en el bolso de su compañera. Lucía y Esperanza observaban la escena y empezaron a reír. Almudena les hizo un gesto claro y autoritario. Las muchachas se callaron e inmediatamente se fueron a la salida para esperar a Matilde. Las cámaras de sus móviles encendidas y todo preparado. El siguiente objetivo: fotografiar a Matilde con los guardas de seguridad y, naturalmente, colgar la foto rápidamente en el chat de la clase.

A media noche, Almudena, ya en su cama, chateaba con sus amigas y miraba la foto de Matilde con los guardas de seguridad en la puerta del Corte Inglés. ¡Qué bochorno debió sentir su compañera! ¿Había sido divertido? Sí, claro que sí, en su momento, pero la diversión que encontraba cuando se reía de alguien siempre era igual: tan intensa como corta. Vivir al máximo y tener el mundo a sus pies era una droga que le permitía huir de la cárcel de su colegio privado y su horario organizado de lunes a domingo. Una pequeña droga de efecto rápido y corto. Apagó el móvil y se durmió, pero no soñó.

aburrirse sich langweilen

el auricular Kopfhörer

molarjuv gefallen, ok sein

gastar bromas verarschen

el mocoso oscuritocoloq (peyorativo racista/abwertend rassistisch) dunkelhäutiger Rotzjunge

tras nach

la internaHausangestellte, die im Haus der Arbeitgeber wohnt. Kommt in Spanien und Lateinamerika häufig vor.

una caradura dreist, unverschämt sein

cerrar el paso den Weg versperren

respirar (→ la respiración) atmen

el equilibrio Gleichgewicht

la acera Gehweg

acosar belästigen, quälen

la pastacoloq Geld, Kohle

las deportivas Sportschuhe

acercarse (→ cerca) sich nähern

guayjuv toll, krass

molar un montónjuv obercool sein, super gefallen

inesperado (→ esperar) unerwartet

observar beobachten

el guarda de seguridad Sicherheitspersonal

sentir bochorno peinlich sein