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El nuevo vivir del trading es una actualización de un clásico moderno, popular a nivel mundial tanto entre traders que trabajan por cuenta propia como entre traders institucionales. Este libro, revisado y ampliado, adapta conceptos que han sido probados por el paso del tiempo a los mercados frenéticos de hoy en día, añadiendo nuevos estudios y técnicas para los traders modernos. Esta guía clásica enseña un enfoque tranquilo y disciplinado de los mercados. Enfatiza la gestión del riesgo y la autogestión de uno mismo, presentando reglas claras para ambas. El nuevo vivir del trading incluye plantillas para evaluar elecciones de acciones, para crear planes para las operaciones y para conocer el estado de preparación personal para la hora de practicar el trading. Proporciona los conocimientos, las perspectivas y las herramientas necesarios para desarrollar un sistema de inversión propio que resulte efectivo. Todos los gráficos en este libro son actuales y a todo color, con comentarios concisos sobre reglas y técnicas. La claridad de lenguaje, los ejemplos prácticos y la manera generosa en que se comparten las habilidades esenciales han hecho de este libro un modelo para la industria: a menudo imitado, pero imposible de duplicar. El nuevo vivir del trading está destinado a ser una herramienta aún más valiosa que los libros anteriores del autor: – Supere las barreras del éxito y desarrolle una disciplina más férrea – Identifique zonas del mercado asimétricas, en que las recompensas sean mayores y los riesgos, menores – Domine la gestión del capital estableciendo entradas, objetivos y stops – Utilice un sistema para llevar registros que le ayude a ser su propio maestro
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Seitenzahl: 654
Veröffentlichungsjahr: 2017
Dra. Elaine N. Aron
El nuevo vivir del trading
Psicología · Disciplina Herramientas y sistemas de trading Control del riesgo · Gestión de operaciones
Si este libro le ha interesado y desea que le mantengamos informado de nuestras publicaciones, escríbanos indicándonos qué temas son de su interés (Astrología, Autoayuda, Ciencias Ocultas, Artes Marciales, Naturismo, Espiritualidad, Tradición...) y gustosamente le complaceremos.
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Colección Éxito
El nuevo vivir del trading
Dr. Alexander Elder
1.ª edición en versión digital: septiembre de 2017
Título original: The New Trading for a Living
Traducción: Israel Planagumà
Maquetación: Juan Bejarano
Corrección: M.ª Ángeles Olivera
Diseño de cubierta: Isabel Estrada
© 2014, Dr. Alexander Elder
(Reservados todos los derechos)
© 2017, Ediciones Obelisco, S.L.
(Reservados los derechos para la presente edición)
Edita: Ediciones Obelisco S.L.
Collita, 23-25. Pol. Ind. Molí de la Bastida
08191 Rubí - Barcelona - España
Tel. 93 309 85 25 - Fax 93 309 85 23
E-mail: [email protected]
ISBN EPUB: 978-84-9111-286-0
Maquetación ebook: [email protected]
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, trasmitida o utilizada en manera alguna por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación o electrográfico, sin el previo consentimiento por escrito del editor.
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A la memoria de Lou Taylor.
Contenido
Portadilla
Créditos
Dedicatoria
Prólogo
Introducción
Psicología del individuo
Psicología de masas
Análisis gráfico clásico
Análisis técnico por ordenador
Volumen y tiempo
Indicadores generales del mercado
Sistemas de inversión
Vehículos de inversión
Gestión del riesgo
Detalles prácticos
Cómo llevar un buen registro
Un viaje sin fin: cómo seguir aprendiendo
Bibliografía y otras fuentes
Agradecimientos
Acerca del autor
La versión original inglesa de Trading for a Living fue publicada en 1993 y se convirtió en un best-seller internacional. Sigue estando en los puestos más destacados de muchas listas de lectura, gracias a las recomendaciones entre amigos y a que las empresas de trading lo entregan a sus nuevos empleados. He resistido la tentación de revisar mi libro durante todos estos años porque confiaba en su lógica interna, me gustaba. He estado trabajando, viajando, escribiendo otros libros y dando algunas clases. Ahora, veintiún años después, he aceptado actualizar mi libro más popular, para que puedan beneficiarse de las nuevas tecnologías, así como de las lecciones que he aprendido.
Mi gran amigo Lou Taylor, ya fallecido, y a quien dedico este libro, solía bromear: «Si gano un 0,5 % de inteligencia cada año, seré un genio para cuando muera». Revisar mi primer libro ha sido como vivir de nuevo mi juventud, con la ventaja de la experiencia.
Mientras planeaba esta actualización, pensaba en un complejo de edificios en Viena, Austria, llamado «el Gasómetro». En su núcleo hay depósitos de almacenamiento de varios pisos, erigidos por albañiles austríacos en 1927. Cuando la tecnología moderna hizo que los cilindros de gas quedaran obsoletos, los arquitectos los convirtieron en pisos modernos. Abrieron grandes aberturas en los muros de ladrillos, creando vistas panorámicas; pusieron suelos y ascensores y añadieron áticos acristalados. Solía quedarme en uno de estos áticos, y es por eso que he querido que mi nuevo libro siguiese ese modelo de combinar la vieja artesanía con la nueva tecnología.
Antes de empezar a leer este libro, hágase la pregunta: ¿cuál es el paso más importante que puedo dar para convertirme en un trader de éxito?
La psicología es importante. Mientras escribía el libro original Trading for a Living también practicaba activamente la psiquiatría y, desde entonces, la parte psicológica ha resistido la prueba del tiempo, por lo que ha sufrido pocos cambios en esta nueva edición.
El análisis del mercado es muy importante, pero recuerde: cuando observamos un gráfico, sólo estamos tratando con cinco datos: la abertura, el máximo, el mínimo, el cierre y el volumen. Acumular cantidad de indicadores y patrones sobre estos cinco valores sólo incrementa la confusión. Muy a menudo, menos es más. Si ha leído Vivir del trading, verá que he reducido el número de capítulos técnicos, y he movido algunos de ellos a un apéndice que se puede descargar de Internet. Por otro lado, he añadido algunos capítulos que se centran en nuevas herramientas, sobre todo el sistema impulso. También he añadido una sección sobre stops, objetivos de beneficio y otros detalles prácticos.
La gestión del capital es extremadamente importante, ya que los mercados financieros son focos de riesgo. Ésa era la parte menos sólida del libro original, por lo que la reescribí por completo. Una de las herramientas que encontrará es el triángulo de hierro del control del riesgo.
La psicología, las tácticas de inversión y la gestión del capital son los tres pilares del éxito, pero existe un cuarto factor que las une. Ese factor –que integra a los otros– es el mantenimiento de registros. Llevar un buen registro le permitirá aprender de sus experiencias. Le ayudará a salir del círculo vicioso de pequeñas ganancias y grandes pérdidas, dando vueltas como un hámster, sudando y estresado, sin llegar a ninguna parte. Llevar registros de calidad hará de usted su propio maestro y un mejor trader. Le mostraré diversos tipos de registros que deberá llevar, y compartiré con usted algunos de mis diarios de operaciones.
Si es un nuevo lector, bienvenido al viaje. Si ya ha leído Vivir del trading, espero que encuentre este libro dos décadas más inteligente que el primero.
Dr. Alexander Elder
Nueva York-Vermont, 2014
1. El trading: la última frontera
Puede ser libre. Puede vivir y trabajar en cualquier lugar del mundo. Puede ser libre de la rutina y no tener que dar explicaciones a nadie.
Así es la vida de un trader de éxito.
Son muchos los que aspiran a esto, pero pocos lo consiguen. Un principiante mira una pantalla de cotizaciones y ve millones de dólares centelleando ante sus ojos. Trata de alcanzar el dinero y pierde. Vuelve a intentarlo –y aún pierde más–. Los traders pierden porque el juego es difícil, o por ignorancia, o por falta de disciplina. Si usted sufre alguna de estas aflicciones, escribí este libro para usted.
Cómo empecé en el trading
En el verano de 1976 conduje de Nueva York a California. Llevaba algunos libros de psiquiatría (entonces estaba en mi primer año de residente en psiquiatría), algunos historiales clínicos y una copia en rústica de How to Buy Stocks, de Engel. No me imaginaba para nada que aquel libro, sobado y con las esquinas dobladas que me había prestado un amigo abogado, llegaría un día a cambiar el curso de mi vida. Aquel amigo, por cierto, era todo lo contrario al dicho de «convierte en oro todo lo que toca»: todo lo que tocaba se hundía. Aunque ésa es otra historia.
Devoré el libro de Engel en áreas de descanso a lo largo de Estados Unidos y lo acabé en una playa del Pacífico en La Jolla. Antes no conocía nada del mercado de valores y la idea de ganar dinero simplemente pensando me fascinó.
Crecí en la Unión Soviética en los tiempos en que, según las palabras de un famoso ex presidente de EE. UU., ésta era «un imperio malvado». Yo odiaba el sistema soviético y quería escaparme, pero estaba prohibido emigrar. Comencé la universidad a los dieciséis años, me gradué en medicina a los veintidós, hice el período de prácticas y encontré trabajo como doctor en un barco. ¡Ahora ya podía escaparme! Salté de la nave soviética en Abiyán (Costa de Marfil).
Fui corriendo a la embajada de EE. UU. a través de las calles llenas de atascos y polvorientas de ese puerto africano, con los miembros de la tripulación persiguiéndome. En la embajada me escondieron en un piso franco y después me metieron en un avión con destino a Nueva York. Aterricé en el aeropuerto de JFK en febrero de 1974, proveniente de África, con veinticinco dólares en el bolsillo. Hablaba algo de inglés, pero no conocía absolutamente a nadie en ese país.
No tenía ni idea de qué eran las acciones, los bonos, los futuros ni las opciones, y de vez en cuando me mareaba al ver los billetes de dólares estadounidenses en mi cartera. En mi antiguo país, un puñado de ellos podían hacerte acabar tres años en Siberia.
La lectura de How to Buy Stocks abrió mi mente a un mundo completamente nuevo. Cuando volví a Nueva York compré mis primeras acciones –acciones de KinderCare–. Ocurrió algo muy malo: gané dinero en mi primera operación, y después de nuevo con la segunda, quedándome con la falsa ilusión de que ganar dinero en los mercados era fácil. Tardé dos años en deshacerme de esa noción.
Mi carrera profesional avanzaba por un camino diferente. Completé mis prácticas en psiquiatría en un hospital universitario muy importante, estudié en el Instituto de Psicoanálisis de Nueva York y trabajé como editor de libros en el mayor diario de psiquiatría de Estados Unidos. Aún conservo mi licencia, pero mi práctica profesional hoy se reduce a una o dos horas al mes, como mucho. Estoy muy ocupado con el trading, me encanta viajar y doy algunas clases.
Aprender el negocio del trading ha sido un largo viaje, con algunos puntos álgidos maravillosos y otros dolorosos. Mientras avanzaba, o daba vueltas en círculos sin llegar a ninguna parte, me estrellé contra un muro y acabé, repetidamente, con mi cuenta de operaciones bajo mínimos. Cada vez volvía a mi trabajo en el hospital, ahorraba algo, leía, pensaba, hacía más pruebas y empezaba a practicar el trading de nuevo.
Mis competencias en el trading mejoraron poco a poco, pero el gran paso adelante fue cuando me di cuenta de que la clave del éxito estaba en mi cabeza, no dentro de un ordenador. La psiquiatría me permitió comprender el trading, y esto es lo que compartiré con usted.
¿Quiere triunfar realmente?
Tuve un amigo durante años cuya esposa era obesa. Vestía con elegancia, y había estado a dieta desde el día que la conocí. Decía que quería perder peso, y no comía pasteles o patatas delante de otras personas… Pero cada vez que entraba en su cocina, la veía comiendo a manos llenas. Decía que quería ser delgada, pero seguía estando gorda.
El placer a corto plazo de comer era más fuerte en ella que el placer pospuesto y los beneficios para la salud de perder peso. La esposa de mi amigo me recordaba a muchos traders, que dicen que quieren llegar al éxito, pero siguen haciendo operaciones impulsivas, persiguiendo las emociones fuertes a corto plazo de apostar en los mercados.
La gente se engaña a sí misma y fantasea. Mentir a los demás es malo, pero mentirse a uno mismo es un caso perdido. Las librerías están llenas de buenos libros sobre cómo hacer dieta; no obstante, el mundo aún está lleno de personas con sobrepeso.
Este libro le enseñará cómo analizar y operar en los mercados, el control del riesgo y a lidiar con su propia mente. Yo puedo ofrecerle el conocimiento. Sólo usted puede poner la motivación.
Recuerde esto: el atleta que quiere disfrutar de deportes de riesgo debe seguir ciertas medidas de seguridad. Cuando reduce los riesgos, experimenta una sensación añadida de haber logrado algo y de control. Ocurre lo mismo con el trading.
Sólo puede tener éxito en el trading si lo trata como una actividad intelectual seria. El trading emocional es letal. Para asegurarse el éxito, practique una gestión del capital defensiva. Un buen trader vigila su capital con el mismo cuidado que un buceador profesional vigila sus reservas de aire.
2. La psicología es la clave
¿Recuerda cómo se sintió la última vez que colocó una orden? ¿Estaba ansioso por saltar ala cancha? ¿O tenía miedo de perder? ¿Aplazó la decisión repetidamente antes de dar la orden? Cuando cierra una operación, ¿se siente alguna vez eufórico o humillado? Las emociones de miles de inversores se funden en corrientes psicológicas gigantescas que mueven los mercados.
Bajarse de la montaña rusa
La mayoría de inversores pasan la mayor parte del tiempo buscando operaciones buenas. Una vez han entrado en una operación, no la gestionan, sino que, o bien se retuercen de dolor, o bien hacen muecas de placer. Montan en una montaña rusa de emociones y se pierden el elemento esencial de la victoria: la gestión de las emociones. Su incapacidad de autogestión les lleva a una mala gestión del riesgo y a las pérdidas.
Si su mente no está en sintonía con los mercados, o si no hace caso a los cambios en la psicología de masas, no tiene ninguna posibilidad de ganar dinero en el trading. Todos los profesionales que ganan conocen la enorme importancia de la psicología. La mayoría de principiantes que pierden la ignoran.
Algunos amigos y estudiantes que saben que soy psiquiatra a menudo me preguntan si esta condición me ayuda como trader. La buena psiquiatría y el buen trading tienen un principio en común importante. Ambos se centran en la realidad, en ver el mundo tal y como es. Para vivir saludablemente, uno debe ir con los ojos bien abiertos. Para ser un buen trader, uno debe operar con los ojos bien abiertos, identificar las tendencias y giros reales y no desperdiciar el tiempo o la energía en fantasías, en lamentos, ni en hacerse vanas ilusiones.
¿Un juego de hombres?
Los datos de las agencias de bolsa indican que la mayoría de inversores son hombres. Los archivos de mi empresa, Elder.com, confirman que aproximadamente entre el 85 y el 90 % de los inversores son hombres. El porcentaje de inversoras entre mis clientes, no obstante, se ha más que duplicado desde la edición original de Vivir del trading, escrito hace veinte años.
Dada la naturaleza de la lengua inglesa1, él fluye mejor que él o ella, o que ir saltando de un pronombre al otro. Para facilitar la lectura, usaré el pronombre masculino a lo largo de este libro. Esto no pretende ser una falta de respeto a las muchas inversoras que hay, por supuesto.
En realidad, encuentro que el porcentaje de inversores exitosos es mayor entre las mujeres. Como grupo, tienden a ser más disciplinadas y menos arrogantes que los hombres.
Cómo se organiza este libro
Los tres pilares del éxito en el trading son la psicología, el análisis de los mercados y la gestión del riesgo. Llevar un buen registro es el nexo entre ellos. Este libro le ayudará a aprender los fundamentos de todas estas áreas.
La primera parte de este libro le mostrará cómo gestionar sus emociones en el trading. Descubrí este método practicando la psiquiatría. Mejoró en gran medida mi rendimiento como trader, y también puede ayudarle a usted.
La segunda parte se centrará en la psicología de masas de los mercados. La conducta colectiva es más primitiva que la de los individuos. Si entiende cómo se comportan las masas, podrá aprovecharse de los cambios de ánimo de éstas, en lugar de ser arrastrado por estas corrientes emocionales.
La tercera parte mostrará cómo los patrones en los gráficos reflejan las conductas colectivas. El análisis técnico clásico es psicología colectiva aplicada, como la realización de sondeos. El soporte, la resistencia, las rupturas y otros patrones reflejan la conducta colectiva.
La cuarta parte le enseñará métodos modernos de análisis técnico por ordenador. Los indicadores proveen de una mejor perspectiva de la psicología de masas que los patrones clásicos de las gráficas. Los indicadores de seguimiento de tendencia ayudan a identificar tendencias de mercado, mientras que los osciladores muestran cuándo estas tendencias están a punto de invertirse.
El volumen y las posiciones abiertas también reflejan la conducta colectiva. La quinta parte se centrará en éstos, así como en el paso del tiempo en los mercados. Las masas tienen una capacidad de concentración y atención limitadas, por lo que el inversor que consigue encontrar la relación entre cambios de precios y tiempo gana una ventaja competitiva.
La sexta parte se centrará en las mejores herramientas para analizar el mercado de valores de manera global. Pueden ser de especial ayuda para los traders que inviertan en futuros y opciones de índices bursátiles.
La séptima parte representará diversos sistemas de inversión. Comenzaremos con la triple pantalla, que ha sido ampliamente aceptado, para después examinar el sistema impulso y el sistema de canales.
La octava parte discutirá diversas clases de vehículos de inversión. Esbozará las ventajas y las desventajas de las acciones, los futuros, las opciones y el forex, a la vez que despejará la niebla publicitaria que nubla algunos de estos mercados.
La novena parte le llevará al tema de suma importancia de la gestión del capital. Este aspecto esencial del éxito en el trading es descuidado por la mayoría de principiantes. Puede tener un sistema de inversión brillante, pero si su gestión del riesgo es deficiente, una racha corta de pérdidas podría destruir su cuenta. Armado con el triángulo de hierro de control del riesgo y otras herramientas, usted se convertirá en un inversor más seguro y efectivo.
La décima parte ahondará en el meollo del trading: poner stops, objetivos de beneficio y escaneo. Estos detalles prácticos le ayudarán a implementar el sistema que usted prefiera.
La undécima parte le guiará a través de los principios y las plantillas para llevar un buen registro. La calidad de sus registros es el mejor indicador individual de sus probabilidades de éxito. Le ofreceré descargas gratuitas de plantillas que me gusta usar.
Por último, y no por ello menos importante, este libro tiene una guía de estudio aparte. Plantea más de cien preguntas, cada una enlazada con una sección específica de este libro. Todas las preguntas están diseñadas para probar su nivel de comprensión y descubrir sus puntos flacos. Después de leer cada sección de este libro, tendría sentido usar la guía de estudio y responder a las preguntas relevantes de dicha sección. Si los resultados de la prueba resultan ser menos que excelentes, no se apresure, lea de nuevo la sección del libro en cuestión, y haga la prueba de nuevo.
Está a punto de pasar muchas horas con este libro. Cuando encuentre ideas que le parezcan importantes, compruébelas de la única manera que importa: con sus propios datos de mercado y en su propio trading. Usted sólo aprehenderá estos conocimientos mediante la inquisición y la prueba.
3. Las probabilidades en su contra
¿Por qué pierden la mayoría de inversores y son expulsados de los mercados? El trading emocional y desidioso es una razón importante, pero existe otra. Los mercados, de hecho, están diseñados para que la mayoría de traders pierdan dinero. La industria del trading mata lentamente a los traders con las comisiones y el deslizamiento.
Usted paga comisiones por entrar y salir de cada operación. El deslizamiento es la diferencia entre el precio al que usted coloca su orden y el precio al que esta orden acaba ejecutándose. Cuando usted da una orden limitada, ésta se ejecuta a su precio o a un precio mejor, o no se ejecuta. Cuando usted está impaciente por entrar o salir y da una orden de mercado, a menudo se ejecuta a un precio peor al que había cuando la dio.
La mayoría de principiantes no son conscientes del daño causado por las comisiones y el deslizamiento, de la misma manera en que los campesinos en la Edad Media no se podían imaginar que unos diminutos gérmenes invisibles podían matarlos. Si hace caso omiso del deslizamiento y emplea un agente de bolsa que cobre comisiones altas, estará actuando como el campesino que bebe de un pozo comunitario durante una epidemia de cólera.
La industria del trading drena grandes cantidades de dinero de los mercados. Las bolsas, los reguladores, los agentes y los asesores viven de los mercados, mientras generaciones enteras de traders continúan siendo expulsadas. Los mercados necesitan un suministro de nuevos perdedores, de la misma manera que los constructores de las antiguas pirámides precisaban un suministro de nuevos esclavos. Los perdedores aportan el dinero necesario a los mercados para la prosperidad de la industria del trading.
Un juego de suma negativa
Los ganadores de un juego de suma cero ganan tanto como los perdedores pierden. Si usted y yo apostamos veinte dólares sobre en qué dirección será el próximo movimiento de cien puntos en el índice Dow, uno de nosotros recibirá veinte dólares y el otro perderá la misma cantidad. Una apuesta simple contiene un componente de suerte, aunque la persona mejor informada ganará con mayor frecuencia a lo largo del tiempo.
La gente se cree la propaganda de la industria que dice que el trading es un juego de suma cero, muerde el anzuelo y abre cuentas. No se da cuenta de que el trading es un juego de suma negativa.
Los ganadores reciben menos de lo que los perdedores pierden, ya que la industria está drenando dinero de los mercados.
Por ejemplo, el juego de la ruleta en el casino es un juego de suma negativa, ya que el casino se lleva entre el 3 y el 6 % de cada apuesta. Esto hace que no se pueda ganar en la ruleta a largo plazo. Usted y yo podríamos entrar en un juego de suma negativa, haciendo la misma apuesta de veinte dólares sobre en qué dirección será el próximo movimiento de cien puntos en el índice Dow Jones a través de brókeres. A la hora de saldar cuentas, el perdedor tendrá veintitrés dólares menos, el ganador recibirá sólo diecisiete dólares, mientras que los dos agentes irán sonriendo al banco.
Las comisiones y el deslizamiento representan para los traders lo que la muerte y los impuestos representan para todo el mundo. Hacen que la vida sea menos divertida y, en último término, terminan con ésta. Todo trader debe mantener a su bróker y a la maquinaria de las bolsas antes de ganar un centavo. Limitarse a ser «mejor que la media» no basta. Deberá sacarle más de una cabeza al resto, para ganar en un juego de suma negativa.
Las comisiones
Las comisiones han disminuido mucho en las dos últimas décadas. Hace veinte años, aún había agentes que cobraban comisiones de entre el 0,5 y el 1 % del valor de la operación en cada sentido. Comprar mil acciones de GE a veinte dólares la acción, por un valor total de 20.000 dólares le costaría entre 100 dólares y 200 dólares para entrar, y de nuevo para salir. Afortunadamente para los traders, los importes de las comisiones han caído en picado.
Las tarifas abusivas no han desaparecido por completo. Mientras estaba preparando este libro para su publicación, recibí un correo electrónico de un cliente en Grecia con una cuenta pequeña, cuyo agente –un banco europeo muy importante– le cobraba una comisión mínima de 40 dólares sobre cada operación. Le hablé de mi agente, cuya comisión mínima por cien acciones es de sólo 1 dólar.
Sin el cuidado debido, incluso las cifras aparentemente pequeñas pueden levantar una gran barrera al éxito.
Veamos el ejemplo de un trader bastante activo, con una cuenta de 20.000 dólares, que efectúa una operación de ida y vuelta al día, cuatro días por semana. Si pagase 10 dólares en un sentido, al final de la semana habría gastado 80 dólares en comisiones: 40 dólares en operaciones de entrada y 40 dólares en operaciones de salida. Si hiciese esto cincuenta semanas al año –si es que puede aguantar tanto tiempo–, al final del año habría desembolsado 4.000 dólares en comisiones. ¡Eso representaría el 20 % de su cuenta!
George Soros, uno de los mejores gestores de carteras, consigue de media un retorno anual del 29 %. ¡No estaría en esa posición si pagase un 20 % en comisiones al año! ¡Incluso las «comisiones pequeñas» pueden suponer una gran barrera al éxito! He oído a agentes echarse unas risas mientras chismorreaban sobre clientes que se devanaban los sesos simplemente para cubrir los gastos del juego.
Busque las comisiones más bajas posibles. No le dé vergüenza regatear tarifas más bajas. He oído a muchos agentes quejarse de la falta de clientes, pero no a muchos clientes quejarse de la falta de agentes. Dígale a su bróker que él es el primer interesado en cobrarle comisiones bajas, ya que así usted sobrevivirá y seguirá siendo su cliente por mucho tiempo. Diseñe un sistema de trading en que se opere con menos frecuencia.
En mi trading a nivel personal, tengo una cuenta importante con un agente que me cobra 7,99 dólares por operación, sea del tamaño que sea, y otra con un agente que me cobra un centavo por acción con un mínimo de 1 dólar. Cuando opero con acciones caras, comprando menos de ochocientas acciones, coloco la orden con el agente que cobra un centavo por acción; en el resto de casos, trabajo con el agente que cobra 7,99 dólares por operación. Un trader principiante, que esté dando sus primeros pasos, debería buscar un agente que cobre un centavo por acción. Así podrá operar con cien acciones por un dólar. Un trader en el mercado de futuros puede esperar pagar sólo un par de dólares por una operación de ida y vuelta.
El deslizamiento
El deslizamiento ocurre cuando sus órdenes son ejecutadas a un precio diferente al que usted vio en la pantalla cuando dio la orden. Es como pagar cincuenta centavos por una manzana en una tienda de comestibles, a pesar de que el precio anunciado es de cuarenta y nueve centavos. Un centavo no es nada; pero cuando compra mil manzanas, o mil acciones, con un deslizamiento de un centavo, resultará en 10 dólares por orden, lo que probablemente sea más que la comisión.
Existen dos tipos de órdenes: limitadas o de mercado. Su deslizamiento depende de cuál de ellas utilice.
Una orden limitada dice: «Deme esa manzana a cuarenta y nueve centavos». Garantiza el precio, pero no la cantidad. No pagará más de cuarenta y nueve centavos, pero quizá acabe sin la manzana que quería.
Una orden de mercado dice: «Deme esa manzana». Garantiza la cantidad, pero no el precio. Si el precio de las manzanas está subiendo cuando dé la orden, puede que acabe pagando más de lo que veía en la pantalla cuando le dio al botón comprar. Puede que el deslizamiento le afecte.
El deslizamiento en las órdenes de mercado se incrementa con la volatilidad de éste. Cuando el mercado se dispara, el deslizamiento se pone por las nubes.
¿Sabe cuánto le cuesta el deslizamiento?
Sólo hay una manera de averiguarlo: anote el precio en el momento de dar la orden de mercado, compárela con la contrapartida recibida y multiplique la diferencia por el número de acciones o de contratos. No hace falta decir que necesitará un buen sistema para llevar el registro, como una hoja de cálculo con columnas para cada uno de los conceptos detallados anteriormente. Ofrecemos una hoja de cálculo con estas características a los traders como un servicio público en www.elder.com.
A lo largo de este libro leerá «registre esto» y «registre lo otro». Recuerde que un buen sistema de registro es esencial para el éxito. Debe vigilar sus ganancias, y controlar sus pérdidas aún más de cerca, ya que puede aprender mucho de estas últimas.
Aquí tiene un dato chocante, que usted puede confirmar llevando un buen registro: el trader promedio gasta tres veces más en deslizamiento que en comisiones.
Antes hemos hablado de cómo las comisiones suponen una barrera al éxito. La barrera del deslizamiento es tres veces más alta. Ésta es la razón por la que, por muy tentadora que sea una operación, debe evitar comprar a precio de mercado (con órdenes de mercado).
Usted quiere estar al control y operar sólo a los precios que le convengan. Hay miles de acciones y docenas de contratos de futuros. Si pierde una operación a causa de una orden limitada, tendrá innumerables oportunidades más. ¡No pague de más! Yo casi siempre uso órdenes limitadas y recurro a las órdenes de mercado sólo para establecer stops. Cuando se alcanza un nivel de stop, éste pasa a ser una orden de mercado. Cuando una operación esté quemándole, no es el momento de economizar. Entre despacio, pero salga rápido.
Para reducir el deslizamiento, opere en mercados líquidos con volúmenes de contratación elevados, y evite los mercados estrechos, en los que el deslizamiento suele ser mayor. Adopte posiciones largas o cortas cuando el mercado esté calmado, y utilice órdenes limitadas para comprar o vender a precios específicos. Lleve el registro de precios en el momento en que dé una orden. Pídale a su agente que se pelee en el parqué para que le consiga una mejor contrapartida, cuando sea necesario.
La horquilla de precios de compra y venta
Cuando el mercado está abierto, siempre existen dos precios para todo activo negociado: el precio de compra (bid) y el precio de venta (ask). El precio de compra es la cantidad que la gente está dispuesta a pagar por un valor en un momento dado; el precio de venta es la cantidad demandada por los vendedores para venderlo. El precio de compra siempre es más bajo, y el precio de venta más alto, y el diferencial entre ambos, conocido como horquilla, va cambiando.
Las horquillas varían entre mercados, e incluso en el mismo mercado en momentos diferentes. Las horquillas de precios de compra-venta son más altas en los activos menos negociados, ya que los profesionales que dominan tales mercados demandan cantidades elevadas a aquellos que quieren unirse a la fiesta. Las horquillas probablemente sean muy estrechas, quizá sólo un tick en un día tranquilo en una acción, futuro u opción negociados activamente. Se hacen más amplias a medida que los precios se aceleran al alza o a la baja, y pueden llegar a ser enormes –docenas de ticks– después de una caída severa o de una recuperación muy brusca.
Las órdenes de mercado se ejecutan en el lado malo de la horquilla. Una orden de mercado compra al precio de venta (alto) y vende al precio de compra (bajo). No es de extrañar, por tanto, que muchos traders profesionales se ganen bien la vida dando contrapartida a órdenes de mercado. No dé de comer a los lobos, ¡utilice órdenes limitadas siempre que pueda!
Las barreras al éxito
El deslizamiento y las comisiones hacen que el trading se asemeje a nadar en un río infestado de pirañas. Hay otros gastos que también consumen dinero del trader. El coste de los ordenadores y los datos, el precio de servicios de asesoría y libros –incluyendo el que está leyendo ahora–, todos salen de sus fondos para practicar el trading.
Busque el agente con las comisiones más baratas y vigílelo como un halcón. Diseñe un sistema de inversión que dé señales con relativa infrecuencia y que le permita entrar en los mercados en épocas de calma. Utilice órdenes limitadas casi en exclusiva, excepto para establecer stops. Vaya con cuidado con las herramientas en qué invierte su dinero: no existen las soluciones mágicas. El éxito no puede ser comprado; sólo puede ser ganado.
1 Ídem para la española. (N. del T.)
4. ¿Por qué practicar el trading?
El trading parece fácil a primera vista. Un principiante puede entrar en el mercado con cautela, ganar unas cuantas veces y comenzar a creer que es un genio y que es invencible. Entonces comienza a asumir riesgos absurdos y acaba teniendo grandes pérdidas.
La gente hace trading por muchas razones; algunas son racionales, muchas otras irracionales. El trading ofrece la oportunidad de ganar mucho dinero en muy poco tiempo. Para mucha gente, el dinero representa libertad, a pesar de que a menudo no sepa qué hacer con él.
Si sabe practicar el trading, puede hacerse su propio horario, vivir y trabajar donde le plazca, y no tener que dar explicaciones a ningún jefe. El trading es un juego fascinante: ajedrez, póker y videojuegos, todo en uno. El trading atrae a las personas que aman los desafíos.
Atrae a los amantes del riesgo, y ahuyenta a los que no les gusta. Una persona normal se levanta por la mañana, va al trabajo, almuerza, vuelve a casa, se toma una cerveza y cena, mira la televisión y se va a dormir. Si gana algo más de dinero que de costumbre, lo pone en una cuenta de ahorro. Un trader hace horarios extraños y pone su propio capital en riesgo. Muchos traders son personas solitarias que abandonan la seguridad de la rutina y saltan al vacío de lo desconocido.
La autorrealización
Mucha gente tiene una tendencia innata a intentar sacar lo mejor de uno mismo y desarrollar sus habilidades al máximo. Esta tendencia, junto con la gratificación del juego y la atracción del dinero, empuja a los traders a desafiar a los mercados.
Los buenos traders suelen ser gente muy trabajadora y astuta, abierta a nuevas ideas. El objetivo de un buen trader, paradójicamente, no es ganar dinero. Su objetivo es practicar bien el trading.
Si invierte bien, el dinero es una consecuencia de segundo orden. Los traders exitosos nunca dejan de perfeccionar sus habilidades en el intento de llegar a su máximo desarrollo personal.
Un trader profesional de Texas me invitó a su oficina y me dijo: «Si se sienta delante de mí a la mesa mientras hago trading intradía, no podrá saber si estoy ganando o perdiendo 2.000 dólares en esa sesión». Ha alcanzado un nivel en el cual ganar no le genera euforia, y perder no le causa desaliento. Está tan centrado en practicar bien el trading y en mejorar sus habilidades que el dinero ya no influye en sus emociones.
El problema de la autorrealización es que mucha gente tiene tendencias autodestructivas. Los conductores propensos a tener accidentes destruyen sus vehículos, mientras que los traders autodestructivos destruyen sus cuentas. Los mercados ofrecen amplias oportunidades para sabotearse uno mismo, así como para autorrealizarse. Representar los conflictos internos de uno mismo en los mercados es una propuesta que puede salir muy cara.
Los traders que no están en paz consigo mismos a menudo intentan cumplir deseos contradictorios en los mercados. Si usted no sabe hacia dónde va, acabará en un lugar indeseado.
5. La realidad frente a la fantasía
Si un amigo con poca experiencia en la agricultura le dijese que planea alimentarse con la comida producida en un terreno de alrededor de mil metros cuadrados, usted esperará que su amigo pase hambre. Sólo se puede obtener una cantidad limitada de alimentos de un huerto pequeño. Sin embargo, existe un campo en que los adultos dejan volar sus fantasías: el trading.
Una persona que antes trabajaba por cuenta ajena me dijo que tenía pensado ganarse la vida con el trading, con una cuenta de 6.000 dólares. Cuando intenté convencerlo de la futilidad de su plan, cambió de tema rápidamente. Era un analista brillante, y aun así rehusaba aceptar que su plan de «cultivo intensivo» era suicida. En su intento desesperado por triunfar, tendría que tomar posiciones de gran tamaño, por lo que el más leve movimiento del mercado lo llevaría a la bancarrota.
Un trader de éxito es una persona realista. Conoce sus habilidades y sus limitaciones. Ve lo que está ocurriendo en los mercados y sabe cómo reaccionar. Analiza los mercados sin escatimar esfuerzos, se contempla a sí mismo y hace planes realistas. Un trader profesional no puede permitirse ilusiones.
Una vez el principiante ha sufrido varias caídas y recibido varias demandas de margen adicional, pasa de ser un gallito a ser temeroso, y empieza a desarrollar ideas extrañas sobre los mercados. Los perdedores compran, venden o evitan operaciones por culpa de sus ideas exóticas. Se comportan como niños que tienen miedo de pasar por un cementerio o de mirar debajo de la cama por la noche porque tienen miedo de los fantasmas. El ambiente sin estructura del mercado facilita que se desarrollen fantasías.
La mayoría de personas que crecen en Occidente tienen fantasías similares. Están tan extendidas que, cuando estudiaba en el Instituto de Psicoanálisis de Nueva York, se ofrecía un curso llamado «Fantasías universales». Por ejemplo, mucha gente en su infancia tiene la fantasía de haber sido adoptado. Esta fantasía parece explicar el mundo poco amistoso e impersonal. El niño encuentra consuelo en ella, pero le impide tomar consciencia de una realidad que preferiría no ver: que sus padres no son tan buenos. Nuestras fantasías influyen en nuestra conducta, incluso cuando no somos conscientes de ellas.
Después de haber hablado con cientos de traders, aún sigo oyendo diversas fantasías universales. Éstas distorsionan la realidad y dificultan nuestro éxito en el trading. Un trader de éxito debe identificar sus fantasías y librarse de ellas.
El mito del cerebro
Los perdedores que sufren el mito del cerebro le dirán: «He perdido porque no conozco los secretos del trading». Muchos albergan la fantasía de que los traders de éxito poseen algún tipo de conocimiento secreto. Esa fantasía ayuda a mantener vivo el mercado de servicios de asesoría y los sistemas de trading precocinados.
Un trader desmoralizado puede que tire de su tarjeta de crédito para comprar «secretos del trading». Puede que envíe dinero a un charlatán por un sistema de trading por ordenador que «nunca falla» porque se ha probado con datos del pasado. Cuando dicho sistema se autodestruye, sacará de nuevo su tarjeta, que casi ha llegado al límite de crédito para comprar un «manual científico» que explica cómo dejar de perder y comenzar a ganar contemplando la luna, las estrellas e incluso Urano.
En un club de inversión que teníamos en Nueva York, solía encontrarme con un famoso astrólogo de las finanzas. A menudo pedía entrar gratis porque no se podía permitir pagar el precio modesto del encuentro y la comida. Su fuente principal de ingresos sigue siendo la predicción bursátil basada en la astrología proveniente de principiantes con esperanzas.
Los perdedores no se dan cuenta de que el trading es bastante simple desde el punto de vista intelectual. No es ni mucho menos tan exigente como extraer el apéndice, construir un puente o juzgar un caso en un tribunal. Los buenos traders son astutos, pero pocos son intelectuales. Muchos no han ido a la universidad, y algunos no acabaron la educación secundaria.
A menudo, gente inteligente y trabajadora que ha tenido éxito en sus carreras se siente atraída hacia el trading.
¿Por qué fracasan con tanta frecuencia? Lo que diferencia a los ganadores de los perdedores no es su inteligencia ni los secretos, y desde luego tampoco la educación recibida.
El mito de la infracapitalización
Muchos perdedores opinan que tendrían éxito en el trading si tuviesen una cuenta más grande. La gente destruye sus cuentas o bien a causa de una racha de pérdidas o bien por una única operación abismalmente mala. Con frecuencia, cuando el perdedor se queda sin nada, incapaz de responder a la llamada de reponer el margen mínimo exigido, el mercado se invierte y se mueve en la dirección que él esperaba. Comienza a echar humo: si hubiese sobrevivido otra semana, ¡habría ganado una fortuna, en vez de perder!
Este tipo de gente ve las inflexiones del mercado que llegan demasiado tarde y piensa que estos cambios confirman sus métodos. Puede que vuelva al trabajo, gane y ahorre algún dinero, o lo pida prestado, y abra otra cuenta pequeña. La historia se repite: el perdedor es barrido del mercado, éste cambia de tendencia y «prueba» que tenía razón, sólo que demasiado tarde: se ha vuelto a quedar sin nada. Así nace la fantasía: «Si tuviese una cuenta más grande, podría haber permanecido en el mercado más tiempo y habría ganado».
Algunos perdedores obtienen fondos de familiares y amigos mostrándoles un historial de operaciones. Parece que pruebe que habrían ganado mucho si hubiesen tenido más dinero con el que operar. Incluso si obtienen más fondos, también los pierden, ¡como si el mercado se estuviese riendo de ellos!
El perdedor no está infracapitalizado; lo que pasa es que su mente está subdesarrollada. El perdedor puede destruir una gran cuenta casi tan rápido como una pequeña. Una vez, un conocido hizo que se esfumaran más de doscientos millones de dólares en un día. Su agente liquidó su cuenta –y entonces el mercado invirtió su tendencia–. Demandó a su agente y me dijo: «Si tuviese una cuenta más grande…». Parece que una cuenta con doscientos millones de dólares no es suficiente.
El problema real de los perdedores no es el tamaño de su cuenta, sino operar más allá de sus posibilidades y una gestión del capital poco rigurosa. Toman riesgos demasiado grandes para el tamaño de sus cuentas, sea cual sea el tamaño de éstas. No importa lo buenos que sean sus sistemas: una serie de operaciones malas seguro que los llevará a la bancarrota.
Los principiantes ni esperan perder ni están preparados para gestionar operaciones con pérdidas. Considerarse a sí mismos infracapitalizados es una manera de evadir la realidad para evitar dos verdades dolorosas: su carencia de un plan de gestión del capital realista y su falta de disciplina.
El trader que quiera sobrevivir y prosperar debe controlar las pérdidas. Esto se consigue arriesgando sólo una pequeña fracción de su patrimonio neto en toda operación individual (véase sección novena, «Gestión del riesgo»). Aprenda de los errores baratos en una cuenta pequeña.
La única ventaja de las cuentas de operaciones grandes es que el precio de los equipos y servicios representa un menor porcentaje de su capital. El propietario de un fondo de un millón de dólares puede gastar 5.000 dólares en clases, y eso sólo le representa un 0,5 % de su patrimonio. Un gasto igual le supondría un mortífero 25 % del patrimonio a un trader con una cuenta de 20.000 dólares.
El mito del piloto automático
Los traders que creen en el mito del piloto automático consideran que la búsqueda de la riqueza puede ser automatizada. Algunas personas intentan desarrollar un sistema de inversión automático, mientras que otras compran sistemas de vendedores especializados. Personas que han invertido años en pulir sus competencias como abogado, médico o empresario se dejan miles de dólares en competencias enlatadas. La mayoría están motivadas por la codicia, la indolencia y la incompetencia matemática.
Antes, los sistemas eran escritos en folios, pero ahora se descargan a un ordenador. Algunos son primitivos; otros, elaborados, con optimización integrada e incluso reglas de gestión del capital. Muchos traders gastan miles de dólares buscando fórmulas mágicas que hagan que unas cuantas páginas de código de programación se conviertan en una fuente de riqueza inagotable. La gente que paga por sistemas de inversión automáticos es como los caballeros medievales que pagaban a alquimistas por el secreto de cómo convertir metales en oro.
Las actividades humanas complejas no se prestan a la automatización. Los sistemas de aprendizaje por ordenador no han reemplazado a los profesores, y los programas para presentar impuestos no han generado paro entre gestores y asesores fiscales. La mayoría de actividades humanas requiere el ejercicio del juicio con criterio; las máquinas y los sistemas pueden ser de ayuda, pero no reemplazar a las personas.
Si existiese un sistema de inversión automático que funcionase, su comprador podría irse a vivir a Tahití y pasar el resto de sus días disfrutando, mantenido por un flujo de cheques de su agente. Hasta el día de hoy, los únicos que han ganado dinero con estos sistemas de inversión son sus vendedores. Forman una pequeña, aunque pintoresca, industria artesanal. Si sus sistemas funcionasen, ¿por qué razón los venderían? ¡Ellos mismos podrían ser los que se mudasen a Tahití y cobrasen los cheques de sus agentes! Entretanto, cada vendedor de sistemas tiene su excusa. Algunos dicen que prefieren la programación al trading. Otros alegan que venden sus sistemas tan sólo para capitalizarse, o incluso por amor a la humanidad.
Los mercados siempre están en continuo cambio, por lo que derrotan a los sistemas de inversión automáticos. Las reglas rígidas de ayer funcionarán peor hoy, y probablemente dejen de funcionar mañana. Un trader competente puede ajustar sus métodos cuando detecta problemas. Un sistema automático es menos adaptable y acaba autodestruyéndose.
Las líneas aéreas pagan salarios altos a sus pilotos a pesar de tener pilotos automáticos. Lo hacen porque los humanos pueden manejar los acontecimientos imprevistos. Sólo un humano puede gestionar crisis tales como cuando el techo de un avión de pasajeros sale volando por el Pacífico, o cuando éste pierde ambos motores a causa de una bandada de gansos sobrevolando Manhattan. La prensa ha informado de emergencias así, y en cada caso, pilotos con experiencia consiguieron hacer aterrizar sus aviones con soluciones improvisadas. Ningún piloto automático puede hacer eso. Jugarse su dinero con un sistema automático es como jugarse la vida con un piloto automático. El primer acontecimiento imprevisto hará que su cuenta se estrelle y arda.
Existen buenos sistemas de inversión en venta, pero deben ser monitorizados y ajustados usando el criterio personal. Deberá mantener los ojos fijos en la pelota: no puede cejar en su responsabilidad de tener éxito en un sistema mecánico.
Los traders que creen en la fantasía del piloto automático intentan reproducir los sentimientos de su infancia. Sus madres satisfacían sus necesidades de comida, calidez y confort. Ahora intentan recrear la experiencia de estar acostados y recibir ganancias pasivamente, como una fuente inagotable de leche caliente y gratuita. El mercado no es su madre. Está constituido por hombres y mujeres duros, que buscan la manera de obtener su dinero, no de servirle leche caliente directamente a la boca.
El culto a la personalidad
La mayoría de personas sólo desean la libertad y la independencia de boquilla; cuando están bajo presión cambian de parecer y empiezan a buscar un «liderazgo fuerte». Los traders en situaciones angustiosas a menudo buscan dirección de diversos gurús.
Mientras crecía en la antigua Unión Soviética, se les enseñaba a los niños que Stalin era nuestro gran líder. Más tarde descubrimos cuán monstruoso llegó a ser, pero mientras estuvo vivo, la mayoría de personas disfrutaba de seguir al líder. Les liberaba de la obligación de pensar por sí mismos.
Había «pequeños Stalins» en cada área de la sociedad: en la economía, la biología, la arquitectura, etc. Cuando llegué a Estados Unidos y comencé con el trading, me sorprendió comprobar cuántos traders buscaban un gurú –su «pequeño Stalin» particular–. La fantasía de que un tercero puede hacerte rico siempre nos acompaña.
Existen tres tipos de gurús en los mercados financieros: los gurús del ciclo de mercado, los gurús de métodos mágicos y los gurús muertos. Los gurús del ciclo anuncian los giros importantes del mercado. Los gurús de métodos promueven nuevos atajos a la riqueza. Otros han escapado de la crítica e invitado al seguimiento de culto a través del simple mecanismo de partir de este mundo.
Los gurús del ciclo de mercado
Durante muchas décadas, el mercado de valores estadounidense ha seguido de forma general un ciclo de cuatro años. El mercado de valores ha pasado dos y medio o tres años subiendo, y un año o un año y medio bajando. Durante casi cada ciclo importante emerge un nuevo gurú del ciclo de mercado, una vez cada cuatro años. La fama de los gurús tiende a durar de dos a tres años. El reinado de los gurús coincide con importantes fases alcistas del mercado en Estados Unidos.
Los gurús del ciclo de mercado predicen recuperaciones y recesiones. Cada predicción correcta les da más fama y hace que aún más gente compre o venda cuando hacen públicos sus dictámenes. Todo gurú del ciclo de mercado tiene su teoría preferida sobre el mercado. Desarrolla esa teoría –ciclos, volumen, ondas de Elliott, no importa– durante los años anteriores a su llegada al estrellato. Al principio, el mercado se niega a seguir la teoría preferida de los aspirantes a gurú. Entonces el mercado cambia, y durante algunos años se pone en marcha con las llamadas del gurú. Ése es el momento en que la estrella del gurú gana ascendencia sobre el mercado.
Compare eso con lo que les ocurre a las modelos de moda con los cambios en los gustos del público. Un año, las rubias están en boga, al siguiente lo están las pelirrojas. De repente, la estrella rubia del año anterior ya no es requerida para las portadas de las revistas importantes. Todo el mundo quiere una modelo de color, o una mujer con una marca de nacimiento en la cara. La modelo no cambia, pero el gusto del público sí lo hace.
Los gurús siempre surgen de la periferia del análisis de mercado. Nunca son analistas establecidos. Los empleados de las instituciones juegan sobre seguro –temerosos de arriesgarse– y casi nunca consiguen resultados espectaculares. Los gurús de ciclo del mercado son intrusos con una teoría singular.
Los gurús permanecen en la fama mientras el mercado se comporte de acuerdo con su teoría, generalmente menos que la duración de un ciclo de mercado de cuatro años. En algún momento el mercado cambia y comienza a marchar al son de otra melodía. El gurú de turno sigue usando los métodos antiguos que le funcionaron tan bien en el pasado y pierde sus seguidores. Cuando las predicciones del gurú dejan de funcionar, la admiración del público se convierte en odio. Es imposible que un gurú del ciclo de mercado desacreditado pueda volver al estrellato.
Todos los gurús del ciclo de mercado tienen algunas características en común. Están activos en el negocio de las predicciones varios años antes de llegar al estrellato. Cada uno tiene su teoría singular, algunos seguidores y cierta credibilidad, ganada por la mera supervivencia en el negocio de la asesoría. El hecho de que las teorías de todo gurú no funcionasen durante algunos años es ignorado por sus seguidores. Cuando la teoría comienza a funcionar, los medios de comunicación le prestan atención. Cuando una teoría deja de funcionar, la adulación de las masas se convierte en odio.
Cuando reconozca la emergencia de un nuevo gurú de éxito, quizá sea provechoso subirse al carro. Aún es más importante reconocer cuando un gurú ha llegado a la cima. Todos los gurús se estrellan y, por definición, se estrellan desde la cúspide de la fama. Una buena señal de que ha llegado a la cima es cuando los medios de comunicación lo han aceptado. Los medios de comunicación convencionales no se fían de los intrusos desconocidos. Usted sabrá que el fin está cerca cuando varias revistas de circulación masiva le dediquen espacio a un gurú de mercado de moda. Seguirán emergiendo nuevos gurús por la propia naturaleza de la psicología de masas.
Los gurús de métodos mágicos
Mientras que los gurús de ciclos son criaturas de la bolsa de valores, los «gurús de métodos» son más prominentes en los mercados de derivados. Los «gurús de métodos» irrumpen en la escena financiera tras descubrir un nuevo método de análisis o de inversión.
Los traders siempre están buscando algo que les dé ventaja sobre el resto de traders. Como caballeros a la compra de espadas, están dispuestos a pagar generosamente por sus herramientas de trading. No hay precio demasiado alto si con éste consiguen acceder a la cañería por donde corre el dinero.
Los gurús del método mágico venden un juego de llaves nuevo a las ganancias en el mercado: speedlines, ciclos, perfil del mercado, etc. Puede que ofrezca una ventaja al principio, pero tan pronto como suficiente gente se familiarice con el nuevo método y lo pruebe en los mercados, éste inevitablemente se deteriorará, comenzando a perder popularidad. Los mercados siempre acaban destrozando la ventaja de cada método, por lo que aquello que funcionaba ayer es probable que no funcione hoy, y aún menos probable que funcione de aquí a un año.
Es bastante raro que, en nuestra era de comunicaciones globales, las reputaciones cambien despacio. Un gurú que haya perdido su estatus en su propio país puede ganar dinero difundiendo su teoría en el extranjero. Un gurú me hizo esta observación mientras comparaba su continua popularidad en Asia con lo que le ocurre a los cantantes y actores americanos que ya no están de moda: son incapaces de atraer audiencias en Estados Unidos, pero aún pueden ganarse la vida actuando en el extranjero.
Los gurús muertos
El tercer tipo de gurú del mercado son los gurús muertos. Sus libros se reeditan, sus cursos sobre el mercado son objeto de escrutinio por las nuevas generaciones de traders entusiastas y la leyenda sobre la capacidad y riqueza personal del querido difunto crece póstumamente. El gurú muerto ya no está entre nosotros y no puede capitalizar su fama. Otros promotores sacan provecho de su reputación y de sus derechos de propiedad vencidos. Un ejemplo de gurú fallecido es R. N. Elliott, aunque el mejor ejemplo de leyenda es W. D. Gann.
Varios oportunistas venden «cursos Gann» y «software Gann». Afirman que Gann fue uno de los mejores traders que haya existido, que legó una herencia de cincuenta millones de dólares, y aún más cosas. Entrevisté al hijo de W. D. Gann, que es analista en un banco de Boston. Me explicó que su famoso padre no podía mantener a su familia con el trading, sino que se ganaba la vida escribiendo y vendiendo cursos de instrucción. No podía permitirse un asistente, por lo que su hijo tenía que trabajar para él. Cuando W. D. Gann murió en la década de 1950, su herencia, incluyendo su vivienda, estaba valorada en poco más de 100.000 dólares. La leyenda de W. D. Gann, el gigante del trading, es perpetuada por los que venden cursos y demás parafernalia a clientes crédulos.
Los seguidores de los gurús
Los gurús tienen la obligación de producir investigación original durante diversos años y después tener suerte cuando los mercados se giran en su dirección. Algunos gurús han fallecido, mientras que entre los que siguen vivos hay un amplio espectro, desde los académicos serios hasta los showmen. Si desea leer sobre escándalos relacionados con diversos gurús, pruebe con Winner Take All, de William R. Gallacher.
Cuando pagamos a un gurú, esperamos obtener más de lo que gastamos. Actuamos como un hombre que apuesta unos cuantos dólares contra un trilero en una esquina jugando a monte con tres cartas. Esperamos ganar más de lo que ha depositado en un cajón boca abajo. Sólo los ignorantes o los codiciosos muerden este anzuelo.
Algunos siguen a gurús buscando un líder fuerte. Buscan un proveedor omnisciente, como sus padres durante su infancia. Como me dijo una vez un amigo: «Caminan con el cordón umbilical en la mano, buscando un sitio donde conectarlo». Un emprendedor listo provee un enchufe así, a cambio de un precio.
El público quiere gurús, y nuevos gurús habrá. Como trader inteligente, usted debe darse cuenta de que, a la larga, ningún gurú le hará rico. Usted tiene que trabajar en ello por su cuenta.
Ocasionalmente, cuando doy una charla o salgo en la televisión, alguien me presenta como un «gurú famoso». Me estremezco al oír esto e interrumpo tales presentaciones. Un gurú es alguien que afirma liderar a las masas a través del desierto a cambio de un donativo. ¡Yo no vendo discursitos!
Siempre comienzo explicando que no hay métodos mágicos, que el campo del trading es tan amplio y diverso como el de la medicina, en que uno debe escoger una especialidad y trabajar duro para acabar siendo bueno en ella. Yo escogí mi camino hace mucho tiempo, y lo que hago frente a una clase es simplemente pensar en voz alta, compartiendo mis métodos de investigación y de toma de decisiones.
Haga trading con los ojos bien abiertos
Las vanas ilusiones son más poderosas que los dólares. Investigaciones recientes han probado que la gente tiene una capacidad prodigiosa de autoengaño y de evitar ver la verdad.
Dan Ariely, profesor en la Universidad de Duke, describe un experimento ingenioso. Se le entrega un test de inteligencia a un grupo de personas, pero a la mitad de ellas se les muestra la hoja de respuestas «por accidente», permitiéndoles mirar las respuestas correctas antes de que escriban las suyas. No hace falta decir que este grupo obtiene resultados por encima del resto. A continuación, se les pide a todos que predigan sus puntuaciones en el siguiente test de coeficiente intelectual, en el que no habrá trampas de ningún tipo –y aquellos que hagan una predicción correcta tendrán una recompensa económica–. Sorprendentemente, la mitad del grupo que obtuvo una puntuación más alta usando la hoja de respuestas predijo mejores resultados para el siguiente test. Los tramposos deseaban creer que eran muy inteligentes, incluso cuando sus predicciones incorrectas les costaban dinero.
Un trader de éxito no puede permitirse las ilusiones vanas, debe ser realista. No hay chuletas ni hojas de respuestas en los mercados: puede ver la verdad en sus diarios de operaciones y curvas de patrimonio.
Para ganar en los mercados deberemos dominar tres componentes esenciales del trading: una psicología sólida, un sistema de inversión lógico y un plan efectivo de gestión de riesgos. Estos tres componentes son como las tres patas de un taburete: quite una y el taburete caerá. Un error típico de principiantes es centrarse exclusivamente en los indicadores y en los sistemas de inversión.
Deberá analizar sus emociones mientras opere para asegurarse de que sus decisiones son sólidas. Sus operaciones deberán estar basadas en reglas claramente definidas. Deberá estructurar su gestión del capital de manera que ninguna serie de pérdidas pueda expulsarle del partido.
6. Las tendencias autodestructivas
El trading es un juego muy duro. El trader que desee ganar y seguir teniendo éxito a largo plazo tiene que ser extremadamente serio en su oficio. No puede permitirse ser ingenuo ni operar bajo motivaciones psicológicas ocultas.
Por desgracia, el trading a menudo atrae a gente impulsiva, personas con tendencia al juego, y a aquellos que sienten que el mundo les debe el sustento. Si usted invierte en busca de emociones fuertes, de manera inevitable se meterá en operaciones con bajas probabilidades de éxito y aceptará riesgos innecesarios. Los mercados no perdonan, y el trading emocional siempre acaba en pérdidas.
El juego
El juego consiste en apostar en juegos de azar o de habilidades. Se da en todas las sociedades, y casi todo el mundo ha apostado alguna vez en la vida.
Freud creía que el juego era universalmente atractivo porque era un sustitutivo de la masturbación. La actividad repetitiva y excitante de las manos, el impulso irrefrenable, las decisiones de parar, la cualidad embriagadora del placer y los sentimientos de culpa establecen un vínculo entre el juego y la masturbación.
El Dr. Ralph Greenson, un psicoanalista destacado en California, ha dividido a los jugadores en tres grupos: la persona normal que apuesta por diversión y puede parar cuando quiere; el jugador profesional, que escoge las apuestas como su medio de vida; y el jugador neurótico, que apuesta movido por necesidades inconscientes y no puede controlarse.
El jugador neurótico o bien se siente afortunado, o bien quiere probar su suerte. Ganar le proporciona una sensación de poder. Se siente a gusto, como un bebé tomando el pecho. Al final, el jugador neurótico siempre acaba perdiendo, ya que intenta recrear aquella sensación omnipotente de felicidad absoluta en vez de concentrarse en un plan de juego realista a largo plazo.
La Dra. Sheila Blume, directora del programa de juego compulsivo en el South Oaks Hospital de Nueva York, ha definido el juego como «una adicción sin droga». La mayoría de jugadores compulsivos son hombres que apuestan en busca de acción. Las mujeres tienden a apostar como una vía de escape. Los perdedores generalmente ocultan sus pérdidas, aparentando y actuando como si fuesen triunfadores, aunque están asolados por la falta de confianza en sí mismos.
Operar con acciones, futuros y opciones proporciona un subidón al jugador, a la vez que parece más respetable que apostar en carreras de caballos. Apostar en los mercados financieros otorga una mayor aura de sofisticación que hacerlo con un corredor de apuestas.
Los jugadores se sienten felices cuando las operaciones van a su favor. Se sienten muy deprimidos cuando pierden. Se diferencian de los profesionales de éxito en que éstos se centran en planes a largo plazo y no se disgustan ni se excitan particularmente a causa de operaciones específicas.
La señal clave de que se está apostando es la incapacidad de resistir el impulso a apostar. Si siente que está operando demasiado y los resultados son malos, deje de operar durante un mes. Esto le dará la oportunidad de reexaminar su trading. Si el impulso a operar es tan fuerte que no puede permanecer alejado de la acción durante un mes, entonces es hora de visitar su sección local de Jugadores Anónimos o de empezar a seguir los principios de Alcohólicos Anónimos, esbozados más adelante en este capítulo.
El autosabotaje
Tras practicar la psiquiatría durante décadas, llegué al convencimiento de que la mayoría de fracasos en la vida se deben a que nos saboteamos a nosotros mismos. Fracasamos en nuestros asuntos profesionales, personales y empresariales, no por mala suerte o incompetencia, sino para cumplir un deseo inconsciente de fracasar.