El Patrón Fíat - Saifedean Ammous - E-Book

El Patrón Fíat E-Book

Saifedean Ammous

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Beschreibung

En El Patrón Fíat, el economista de renombre mundial Saifedean Ammous aplica su singular lente analítica al sistema monetario fíat, explicándolo como una proeza de ingeniería y tecnología, al igual que hizo con bitcoin en su bestseller mundial El Patrón Bitcoin. En esta ocasión, Ammous se adentra en el anterior cambio del patrón oro al actual sistema de dinero fiduciario respaldado por el gobierno, describiendo los propósitos y los fracasos del patrón fíat, derivando las implicaciones económicas, políticas y sociales más amplias de su uso y examinando cómo bitcoin lo afectará con el tiempo. Con una visión iluminadora, Ammous analiza las monedas globales por analogía con bitcoin: cómo se "minan" cada vez que las entidades garantizadas por el gobierno crean préstamos, su falta de restricciones inherentes a la inflación y la intervención gubernamental desenfrenada que ha dado lugar a distorsiones fuertes, devastadoras y persistentes en los mercados globales de alimentos, combustible, ciencia y educación. A través de estas comparaciones, Ammous demuestra que bitcoin podría ser nuestro próximo paso a seguir, proporcionando una alta vendibilidad a través del espacio, al igual que el sistema fíat, pero sin la descontrolada deuda fiduciaria. En lugar de un desordenado colapso hiperinflacionario, el auge de bitcoin podría parecerse a un jubileo de la deuda y a una actualización ordenada del sistema operativo monetario mundial, revolucionando los mercados globales de capital y energía. "LA VISIÓN ILUMINADORA DE SAIFEDEAN consiste en explicar el funcionamiento del fíat por analogía con el funcionamiento de bitcoin. En este contexto, podemos pensar en el fíat como una moneda digital, como una altcoin, definiendo sus cualidades y características y sus puntos fuertes y débiles. Mientras que el marco analítico de El Patrón Bitcoin se centró en la evaluación de la vendibilidad a través del tiempo y cómo esta explica el ascenso monetario del oro y bitcoin, en El Patrón Fíat Saifedean utiliza el marco de la vendibilidad espacial para explicar el ascenso del fíat y cómo sustituyó al oro. Lejos de un ataque unilateral contra el fíat, El Patrón Fíat ilustra y explica las ventajas que hicieron posible la adopción global del fíat. Este marco constituye a su vez la base para evaluar el ascenso de bitcoin en un mundo fíat, su modelo de seguridad y sus posibilidades de continuar teniendo éxito". —Del prólogo de ROSS STEVENS Fundador y presidente ejecutivo de NYDIG" "HE PASADO TODA MI CARRERA estudiando obras sobre teoría monetaria, el patrón oro, diferentes sistemas monetarios, bancos centrales y propuestas de reforma monetaria y financiera. Calificaría como excelentes una pequeña fracción de los libros que he leído sobre cualquiera de estos temas. El libro del Dr. Ammous, El Patrón Bitcoin, contiene un excelente tratamiento de todos estos temas, además de uno de los pocos relatos esclarecedores e instructivos sobre bitcoin que he encontrado. Es una lectura esencial para cualquiera que esté interesado en conocer el rol que podría desempeñar bitcoin en un futuro régimen de dinero libre y sólido". —JOSEPH SALERNO, Vicepresidente Académico del Instituto Mises, sobre El Patrón Bitcoin "ESTE LIBRO ME VOLÓ LA MENTE; es una obra maestra. Ha reunido los aspectos técnicos, económicos, motivacionales y otros temas relacionados con bitcoin mejor que cualquier otra cosa que haya visto. El mejor cumplido que puedo darle a este libro es que lo leí y decidí comprar U$S425 millones de bitcoins. Fue el más impactante en nuestra forma de pensar en Microstrategy, y nos hizo querer invertir nuestro balance para basarlo en un patrón bitcoin". —MICHAEL SAYLOR, cofundador, presidente y CEO de Microstrategy, sobre El Patrón Bitcoin

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El Patrón Fíat

La esclavitud por deudas como alternativa a la civilización humana

© Obra Original: Saifedean Ammous, The Fiat Standard: The Debt Slavery Alternative to Human Civilization

© Traducción: Gonzalo Coelho, María Josefina Alonso, Akbar Zab, Sebastián Osorno Chávez, Javier Bastardo, Juan Felipe Arteaga, Rodrigo Diaz Kilian, Julian Dimcer, Camilo JdL, Rafael Benavento, Andy Tió, Juan Cerrone , Konsensus Network.

Todos los derechos reservados. Esta traducción fue realizada con la licencia John Wiley & Sons, Inc., que es el titular de los derechos de la obra original.

Edición y publicación: Konsensus Network, The Bitcoin Publishing House

Dejanos tu opinion: [email protected], https://konsensus.network/

Sitio web del autor: https://saifedean.com/

Sobre el autor

Saifedean Ammous es un economista de renombre mundial y autor de El Patrón Bitcoin: La alternativa descentralizada a los bancos centrales, el libro definitivo y más vendido sobre bitcoin, traducido a 25 idiomas. También es autor del libro de texto de próxima publicación Principios de Economía. Saifedean imparte cursos sobre los principios económicos detrás de bitcoin y de economía en la tradición de la escuela austriaca en su plataforma de aprendizaje en línea Saifedean.com. Además, es el presentador de The Bitcoin Standard Podcast.

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El autor dedica este libro a los siguientes lectores y simpatizantes que apoyaron la publicación independiente de este libro al reservar ejemplares firmados. ¡Su apoyo e interés son la razón por la que escribo!

60e75d5207d67cef0b16cea187be29f3c97b80cec30420427187892f4f004a4c, A. Milenkovic, A.W. Steinly, Aaron Dewey Olsen, Abdullah Moai, AceRich2020, Adam Miller, @Adelgary, Afsheen Bigdeli, Ágúst Ragnar Pétursson, Akihiko Murai, Alberto Toussaint, Aleksi M., Alex Bowe, Alex Chizhik, Alex Gladstein, Alex Toussaint, Alexander Tarnok, Ali Meer, Alistair Milne, Amber D. Scott, Amelia Alvarez, Amine Rahmouni, Andrés M. Tomás, Andrew K Sloan, Andrew Masters, Andrew P Hickman, Andrew W. Cleveland III, M.D., Andrewstotle, Andy Goldstein, Andy Holmes, Angelina Franklin, Anonymous, Antoni Taczanowski, Antonio Caccese, Armand Tuzel, Arvin Sahakian, Arxnovum Investments, Askar Kazhygul, Avtarkaur Sachamahithinant, Chaivit Sachamahithinant, Sujitra Sachamahithinant, AZHODL.com, Baron Bloe, Bartosz Granowski, Basem Jassin, Ben Davenport, Benoit Fontaine, Bert de Groot, Bill Daniels, Bill Sousa, Biocycle, @BitcoinIsThePin, bitcoin-schweiz.ch GmbH, bitcoinsverige.org, BklynFrank, Braiins & Slush Pool, Brandon Nabors, Bret Leon Lusskin Jr., Brett Bondi, Brian Lockhart, Brian Bilnoski, Brian Fisher, Brian L. McMichael, Britt Kelly, Browning Hi-Power 9mm, Bryan Boot, Bryan Hennecken, Bryan S. Wilson D.O., C&H, C4R3Bear, Carlos Octavio Chida Suárez, Cedric Youngelman, Chad Welch, Chafic Chahine, Charles Ruizhongtai Qi, Chiefmonkey, Chris Rye, Chris Vallé, Christian Cora, Christof Mathys, Christophe Masiero, Christopher Chang, Christopher S. Widger, CJ Wilson, Central Valley Bitcoiners, Clancy and Joe Rodgers, Clayton Maguire, Colin Heyes, Conscious Money Creators, Craig McGarrah III, Craig S Smith, D. Akira Ulmer, Dan Carman, Dan J, Dan Skeen, Daniel Carson, Daniel G. Ostermayer, Daniel Marulanda, Daniel Oon, Darin Feinstein, Darin Wilmert, Dave Burns, David Adriani, David B. Heller, David Barry, David Bryson, David Carre, David and Shauna Jeffries, David Love, David McFadzean, David Strimaitis, Decrypted LLC, Dennis Eibel, Dennis Kohler, Derek Sheeler, Derek Waltchack, Dick Trickle, Dicka, Dmitriy Molla, Doug Devine, Doug Hemingway, Michael Milmeister & the Stormrake team @stormrake.com, Dr. And Mrs. Douglas M. Moeckel, Dr. Paul Essey, Dustin Dettmer, Dylan Hedges, Dylan Wettasinghe, Ed Becker, Edgar R Tapia Gonzalez, ElCapitan, Eliah van Dijk and Anais van Dijk, Elias Andalaft—co-founder Webempresario.com, Elio S. Fattorini, Emmanuel Azih Jr., Eric Dosal, Érick Zazueta Ávila, Eugen Zimbelmann, Evangeline and Jacob, Fabian, Fabian Bürger, Fadi Mantash, Felix L., Filip Karađorđević and Danica Karađorđević, Filipe Neves, Frank Acklin, Frank T. Young, Frederick D’Mello, G Charles Harrison, Gabe C., Gabriele “gurgamezcla” Gussoni, Gaël Giusti, Gareth Hayes, Gary Lau, @gauchoeddy, Gerard N, Gerd Lüdtke, Gert Kleemann, Gina Jaramillo, Giuseppe Bueti, Glenn T., Gordon S Greer, Greg and Joy Morin, Gregory Zajaczkowski, Hadi, Harvinder Singh Sawhney, Hashim Elmegreisi, Hendel Bouchelaghem, Henry Gonzalez, Herman Vissia, Housam Majid Jarrar, Hugh Fowler, Hunter Hastings, Imre Michalsky, Isabella V. Fernando, Isaias De Leon, Isandi, J Dixon, J Flow, J. Kevin Coffin, J. Woods, J.M.B., Jack Heitger, Jacob Boyer, Jacob Cherian, Jakob Kucharczyk, James DelGuercio, James Harris, James Ian Thompson, James Machado, James McCoy, James Sutherland, James Swinhoe, James Viggiano, Jan W.F. van Dort—Master in digital currencies, Janajri Family, Coinbits Team, Jarod M. Bona, Jasper de Trafford, Javier Gil, Jay Chin, Jeff and Beth Ross, Jeff Aurand, Jeff Bennett, Jeff Packard, Jeff Smith, Jeffrey S. Van Harte, Jeffrey Poppenhagen, Jeffrey Williams of ILA Local 1654., Jeremiah Albright, Jeremiah James, Jeremy Cooper and #TeamCooperOhana, Jeremy Showalter, Jerrold Randall, Jerry Aguirre, Jez San, Jimmy Weaver, @JMFM_89, Joachim B., Joe Rubio, Johan M. 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Prólogo por Ross StevensFundador y presidente ejecutivo de NYDIG

Inmediatamente después de su publicación, El Patrón Bitcoin de Saifedean Ammous se convirtió en un clásico instantáneo de lectura obligatoria para cualquiera que esté seriamente interesado en comprender la importancia y el poder de bitcoin. Primero lleva al lector a un cautivador viaje a través de la historia del dinero, y luego procede a exponer exhaustivamente los primeros principios del atractivo comparativo de bitcoin. De hecho, en medio de una selección de excelente literatura sobre bitcoin, El Patrón Bitcoin es el primer libro de la lista cuando alguien de la comunidad bitcoin dice “si vas a leer un solo libro sobre bitcoin, lee este libro”.

Casi cuatro años después, El Patrón Bitcoin ha envejecido bien. Bitcoin es relevante en la vida de más de 100 millones de personas en todo el mundo, lo que confirma la validez de las ideas principales de Saifedean. Dado que bitcoin, a diferencia del dinero fíat, es adoptado voluntariamente por sus usuarios en todos los casos, es apropiado asombrarse de que, a pesar de su corta vida, se haya convertido en una importante institución monetaria mundial, proporcionando un medio no estatal y no bancario de almacenamiento de riqueza, además de un medio transaccional apolítico y neutral. Las cifras globales de adopción de bitcoin son convincentes, pero los índices de penetración per cápita cuentan una historia aún más interesante. La mayor penetración per cápita de bitcoin se da en el África subsahariana, América Latina, Europa del Este y el Sudeste Asiático. Que los ciudadanos de estos lugares estén entre los más fervientes adoptantes tempranos tiene sentido. Tanto si los síntomas son episodios inflacionarios avanzados como controles de capital asfixiantes, los ciudadanos de los países con mayor adopción per cápita se sienten atraídos por bitcoin debido al fracaso de sus instituciones locales, que abarca debilidades en la integridad del gobierno, los derechos de propiedad y la libertad monetaria.

Tal vez de forma tan intuitiva como explícita, la atracción radica en el modelo de emisión predeterminado de libre mercado de bitcoin, que garantiza que la élite privilegiada no pueda adueñarse del acceso exclusivo al grifo monetario. La prueba de trabajo de bitcoin –por la que los mineros de bitcoin entregan electricidad y recursos computacionales para adquirir nuevos tokens1– establece un costo en el mundo real para el recurso, lo que obliga a los mineros a aceptar las reglas de consenso si quieren ocupar el rol de casa de moneda.

Aquí es donde Saifedean da un giro brillante a las cosas en El Patrón Fíat. Su penetrante visión consiste en explicar el funcionamiento del fíat análogamente con el funcionamiento de bitcoin. En este contexto, podemos pensar en el fíat como una moneda digital, como una altcoin2, definiendo sus cualidades y características y sus puntos fuertes y débiles. Saifedean define la minería fíat como la creación de crédito y los mineros fíat como cualquier institución con requerimientos de reserva fraccionaria. Al igual que los mineros de bitcoin, los mineros de fíat están incentivados a maximizar la emisión de tokens para ellos mismos. Sin embargo, a diferencia de los mineros de bitcoin, los mineros de fíat no están limitados por el ajuste de dificultad. Por lo tanto, la minería fíat no tiene ningún mecanismo para controlar la emisión, lo que explica poderosamente la explosión acelerada de tokens fíat, país tras país, década tras década. El marco de Saifedean demuestra además que los colapsos de fíat observados, al igual que los puentes mal diseñados, no representan más que el resultado inevitable, e inexorable, de una mala ingeniería.

Lejos de ser un ataque unilateral al fíat, El Patrón Fíat ilustra y explica claramente las ventajas que hicieron posible la adopción global del mismo. Mientras que el marco analítico de El Patrón Bitcoin se centraba en la evaluación de la vendibilidad a lo largo del tiempo, y cómo esta propiedad explica el ascenso monetario del oro y bitcoin, en El Patrón Fíat, Saifedean utiliza el marco de la vendibilidad en el espacio para explicar el ascenso del fíat y cómo este sustituyó al oro. Este marco constituye además la base para evaluar el ascenso de bitcoin en un mundo fíat, su modelo de seguridad y sus posibilidades de éxito continuado.

Aprovechando el lenguaje adoptado por Saifedean al utilizar “tokens fíat”, también obtenemos claridad sobre por qué los bancos centrales y comerciales modernos –combinados– causan, no curan, graves desplomes económicos. Al ceder al clamor populista por los tokens fíat cada vez más abundantes y de libre emisión, la minería fíat paraliza el rol del regulador más sabio, el mercado, al eliminar el mecanismo más importante para la asignación eficiente de capital en toda la economía: los precios relativos de las monedas sólidas (es decir, estrictamente limitadas). Al carecer de restricciones en la emisión de tokens fíat, los incumplimientos o defaults soberanos3 en 2020 fueron los más altos en más de 20 años, y la relación entre las rebajas de calificación de crédito soberano y las mejoras se situó en un máximo histórico de diez a uno.

Habiendo establecido los defectos de la infraestructura de ingeniería del fíat, Saifedean nos lleva a un amplio e inesperado viaje, un brillante análisis que demuestra las implicaciones de estos defectos en varias áreas de nuestra vida cotidiana, abarcando la arquitectura, la familia, la alimentación, la ciencia y la energía, entre otras. Esta controversial sección dejará a ciertos lectores enfadados, en total desacuerdo, o algo peor. Sin embargo, muchos lectores de mente abierta saldrán con una colección imperdible de preguntas y reflexiones sobre la perniciosidad del fíat. El planteamiento de Saifedean de “el fíat como explicación fundamental de X” representa una contribución importante y original a la discusión de por qué un sistema monetario gestionado por gobernantes conduce a grandes desigualdades, desequilibrios y consecuencias no deseadas.

No voy a estropear ninguna sorpresa aquí. Sin embargo, como adelanto de lo que está por venir, recordemos que mientras que bitcoin requiere su apropiadamente costoso proceso de prueba de trabajo para emitir nuevos tokens, el proceso de minería fíat elimina completamente el concepto de costo de oportunidad en la creación de sus tokens. Este contraste explica el desesperado aferramiento al poder entre los creadores de tokens fíat y, por tanto, la absoluta falta de sorpresa de que esta multitud se sienta más amenazada por bitcoin. Al no ver ningún costo de oportunidad en la acuñación de tokens fíat, muchos mineros fíat actúan como si estuviesen obteniendo algo a cambio de nada. Considera las amplias implicaciones sociales de esa realidad percibida, por supuesto, irreal.

Saifedean termina con una nota de optimismo mezclada con practicidad, explorando cómo el fíat y bitcoin pueden coexistir, incluyendo la posibilidad de que bitcoin impulse una reducción gradual de la deuda fíat a través de la liquidación voluntaria del fíat. La aceleración de la adopción de bitcoin, junto con el continuo declive del dinero fíat en términos reales, puede generar una ruta gradual para la transformación voluntaria de la humanidad hacia el dinero sólido. Por lo tanto, el auge de bitcoin no tiene por qué causar un colapso catastrófico del fíat, y se puede argumentar a favor de bitcoin como una forma de seguro de la riqueza denominada en fíat, lo que fortalece los argumentos a favor de tener una cantidad no nula de bitcoins para todos.

Sin embargo, bitcoin también es una forma de seguro de vida, aunque no en el sentido tradicional de un gran pago si uno muere. Más bien, bitcoin proporciona un gran pago, que no tiene precio, mientras vives, en forma de soberanía personal, libertad y dignidad. En un mundo repleto de injusticia monetaria, institucionalización de riesgos morales y creciente domesticación de nuestra individualidad por parte del Estado, la incorruptible equidad, justicia, verdad y belleza de bitcoin representan un faro para todos los optimistas que buscan la mejora personal y la paz.

Quizás justo a tiempo, cada ciudadano global tiene ahora una opción. Puedes quedarte en el patrón fíat, en el que algunas personas, entre las que probablemente no estes incluido, consiguen producir nuevas unidades ilimitadas de dinero de forma gratuita. O bien optar por el patrón bitcoin, en el que nadie puede hacerlo, incluyéndote. Con la opción, ahora, de un sistema monetario gobernado por reglas, no por gobernantes, podemos estar agradecidos por la oportunidad, y la responsabilidad personal, de hacer esa elección.

Un objeto físico o digital que tiene valor en cierto contexto o para determinada comunidad.↩︎

Las altcoins son criptomonedas alternativas que fueron lanzadas después del éxito de bitcoin (N. del T.).↩︎

Un impago o cesación de pagos soberano es el fracaso o el rechazo del gobierno de un Estado soberano a pagar su deuda pública en su totalidad (N. del T.).↩︎

DINERO FÍAT

1Introducción

Este año se cumple el quincuagésimo aniversario de que el gobierno de Estados Unidos cerrara la ventanilla de cambio de oro por dólares y pusiera al mundo en un sistema monetario fíat. La inmensa mayoría de las personas que viven hoy en día nunca han utilizado otra cosa que no sea dinero fíat. Esto no puede considerarse una casualidad inexplicable, y los economistas deberían ser capaces de explicar cómo funciona y sobrevive este sistema, a pesar de sus numerosos y evidentes defectos. La longevidad del fíat hace que no sea razonable seguir descartándolo como un fraude incorregible al borde del colapso, como han hecho muchos de sus detractores durante décadas. Después de todo, hay muchos mercados en todo el mundo que están masivamente distorsionados por las intervenciones de los gobiernos, pero que sin embargo siguen sobreviviendo. No es un respaldo a estas intervenciones intentar explicar cómo persisten.

En su libro de 1929, La cosa, G. K. Chesterton cuenta la historia de un hombre que encuentra una valla que parece no servir para nada y decide quitarla. Otro hombre le responde: “Si no ves su utilidad, no te dejaré quitarla. Vete y piensa. Luego, cuando vuelvas y me digas que sí le ves utilidad, puede que te permita destruirla”.1 Cincuenta años después de tomar su forma definitiva, y más de un siglo después de su génesis, con un nuevo competidor que amenaza con eliminarlo, una evaluación de los usos del sistema fíat es ahora posible y necesaria.

Aunque el fíat no se ha ganado ser aceptado en el libre mercado, y aunque sus fallos y limitaciones son muchos, no se puede negar el hecho de que muchos sistemas fiduciarios han funcionado durante gran parte del siglo pasado, y han facilitado un inconmensurable número de transacciones y operaciones en todo el mundo. Su funcionamiento continuado hace que sea útil entenderlo, sobre todo porque todavía vivimos en un mundo conducido sobre el fíat, que actúa como el sistema operativo de la economía. ¡El hecho de que tú hayas terminado con el fíat no significa que el fíat haya terminado contigo! Entender cómo funciona el patrón fíat, y cómo falla con frecuencia, es un conocimiento esencial para poder navegarlo.

Tampoco es apropiado juzgar los sistemas fíat basándose en el material de marketing de sus promotores y beneficiarios en el mundo académico financiado por el gobierno y la prensa popular. Aunque el sistema fíat mundial ha evitado hasta ahora el colapso total que predijeron sus detractores, eso no puede justificar la publicidad de sus promotores de que se trata de un sistema proveedor de almuerzos gratis,2 sin costo de oportunidad ni consecuencias. Más de sesenta episodios de hiperinflación han tenido lugar en países que utilizan sistemas monetarios fíat en el último siglo.3 Además, el hecho de que el sistema fíat global haya evitado colapsos catastróficos regulares no es suficiente para dfenderlo como un desarrollo tecnológico, económico y social positivo.

Más allá de la implacable propaganda de sus entusiastas y el rabioso veneno de sus detractores, este libro intenta ofrecer algo nuevo: una exploración del sistema monetario fíat como tecnología, desde una perspectiva de ingeniería y funcional, esbozando sus propósitos y modos de fallo comunes, y derivando las implicaciones económicas, políticas y sociales más amplias de su uso. Adoptar este enfoque al escribir El Patrón Bitcoin contribuyó a convertirlo en el libro más vendido sobre bitcoin hasta la fecha, ayudando a cientos de miles de lectores en más de 20 idiomas a comprender su significado y sus implicaciones.

Tal vez contraintuitivamente, creo que entendiendo primero cómo funciona bitcoin, se pueden entender mejor las operaciones equivalentes en fíat. Es más fácil explicar un ábaco a un usuario de computadora que explicar una computadora a un usuario de ábaco. La tecnología más avanzada realiza sus funciones de forma más productiva y eficiente, lo que permite exponer con claridad los mecanismos de la tecnología más sencilla y dejar al descubierto sus puntos débiles. Mi propósito es explicar el funcionamiento y la estructura de ingeniería del sistema monetario fíat y cómo opera en realidad, lejos del romanticismo ingenuo de gobiernos y bancos que se han beneficiado de este sistema durante un siglo.

Los primeros siete capítulos de El Patrón Bitcoin explicaban la historia y la función que cumple el dinero, y su importancia para el orden económico. Una vez sentadas estas bases, los tres últimos capítulos hacían una introducción a bitcoin, explicaban su funcionamiento y profundizaban en su relación con las cuestiones económicas tratadas en los capítulos anteriores. Mi motivación como autor fue permitir a los lectores entender el funcionamiento de bitcoin y su importancia monetaria sin exigirles disponer de una formación previa en economía o en monedas digitales. Si bitcoin no se hubiera inventado, los primeros siete capítulos de El Patrón Bitcoin podrían haber servido de introducción para explicar el funcionamiento del sistema monetario fíat. Este libro continúa desde el final del capítulo 7 de El Patrón Bitcoin. Los primeros capítulos de este libro se basan en los tres últimos capítulos de El Patrón Bitcoin, excepto que aplicados al dinero fíat.

¿Cómo funciona realmente el sistema fíat, en un sentido operativo? El éxito de bitcoin operando como un sistema monetario de libre mercado escueto y autónomo ayuda a dilucidar las propiedades y funciones necesarias para que un sistema monetario funcione. Bitcoin fue diseñado por un ingeniero de software que redujo un sistema monetario a lo esencial. Estas opciones fueron luego validadas por un libre mercado de millones de personas en todo el mundo que siguen utilizando este sistema, y actualmente le confían alrededor de 800.000 millones de dólares de su riqueza. El sistema monetario fíat, por el contrario, nunca ha sido sometido a la prueba del mercado para que sus usuarios emitan el único juicio que importa. Los frecuentes colapsos sistémicos del sistema monetario fíat son posiblemente el verdadero juicio del mercado que surge tras la supresión por parte de los gobiernos. Con bitcoin mostrándonos cómo un sistema monetario avanzado puede funcionar de forma totalmente independiente del control gubernamental, podemos ver claramente las propiedades requeridas para que un sistema monetario funcione en el libre mercado, y, en el proceso, podemos entender mejor los modos de funcionamiento del fíat, y los frecuentes modos de fracaso.

Para empezar, es importante entender que el sistema fíat no fue un sistema operativo financiero diseñado de forma cuidadosa, consciente o deliberada como bitcoin; más bien, evolucionó a través de un complejo proceso de concesiones entre las limitaciones políticas y la conveniencia. El siguiente capítulo ilustra esto examinando documentos históricos recientemente publicados sobre cómo nació el patrón fíat y cómo sustituyó al patrón oro, comenzando en Inglaterra a principios del siglo XX, completando la transición en 1971 al otro lado del Atlántico. Sin embargo, este no es un libro de historia, y no intentará hacer un recuento histórico completo del desarrollo del patrón fíat durante el siglo pasado, de la misma manera que El Patrón Bitcoin no profundizó demasiado en el estudio del desarrollo histórico de bitcoin como software. La primera parte del libro se centrará en el funcionamiento y la función del sistema monetario fíat, estableciendo una analogía con el funcionamiento de la red bitcoin, en lo que podría llamarse un estudio comparativo de la economía de diferentes sistemas de ingeniería monetaria.

El capítulo 3 examina la tecnología subyacente al patrón fíat. A pesar de lo que sugiere su nombre, el dinero fíat moderno no se crea de la nada mediante el decreto del gobierno. El gobierno no se limita a imprimir moneda y entregarla a una sociedad que la acepta como dinero. El dinero fíat moderno es mucho más sofisticado y laberíntico en su funcionamiento. La característica de ingeniería fundamental del sistema fíat es que trata las promesas futuras de dinero como si fueran tan buenas como el dinero presente, porque el gobierno garantiza estas promesas. La coerción gubernamental puede mantener un sistema de este tipo durante mucho tiempo aún cuando no sobreviviría competitivamente en el libre mercado.

El capítulo 4 examina cómo los tokens nativos de la red fíat llegan a existir. Como el dinero fíat es crédito, la creación de crédito en una moneda fíat resulta en la creación de nuevo dinero, lo que significa que el préstamo es la anticuada y aleatoria versión fíat de la minería. Los mineros fíat son las instituciones financieras capaces de generar deuda basada en fíat con garantías del gobierno y/o de los bancos centrales. A diferencia del ajuste de dificultad de bitcoin, el fíat no tiene mecanismos precisos o cuidadosamente diseñados para controlar la emisión. El dinero crediticio, en cambio, provoca constantes ciclos de expansión y contracción de la oferta monetaria con eventuales consecuencias devastadoras.

El capítulo 5 analiza los saldos en la red fíat, explorando cómo muchos, si no la mayoría, de los usuarios tienen saldos negativos en sus cuentas, una característica única de la red fíat. La capacidad de minar fíat mediante la emisión de deuda significa que tanto los individuos como las empresas y los gobiernos tienen un fuerte incentivo para endeudarse. La monetización y universalización de la deuda es también una guerra contra el ahorro, que los gobiernos han practicado sigilosamente y con bastante éxito contra sus ciudadanos durante el último siglo.

Sobre la base de este análisis, el capítulo 6 concluye la primera sección del libro discutiendo los usos del dinero fíat y los problemas que resuelve. Los dos usos obvios del dinero fíat son permitir al gobierno financiarse fácilmente, e incentivar a los bancos a beneficiarse del desajuste de vencimientos4 y la utilización del sistema bancario de reserva fraccionaria mientras se protegen en gran medida de los inevitables inconvenientes. Pero el tercer uso del dinero fiduciario es el más importante para su supervivencia: la vendibilidad a través del espacio.

Tengo que confesar que al intentar pensar en el sistema monetario fíat en términos de ingeniería y tratar de entender el problema que resuelve me ha permitido apreciar su utilidad, y valorar con mayor gentileza los motivos y las circunstancias que condujeron a su aparición. Entender el problema que resuelve este sistema fiduciario hace que el paso del patrón oro al patrón fíat parezca menos estrambótico y descabellado de lo que me había parecido mientras escribía El Patrón Bitcoin, como creyente del dinero duro que no veía nada bueno o razonable en el paso a un dinero más fácil.

Viendo que el marco analítico de El Patrón Bitcoin se construyó en torno al concepto de vendibilidad a través del tiempo, y la capacidad del dinero para mantener su valor en el futuro, y las implicaciones de esto para la sociedad, el patrón fíat puede parecer una nefasta conspiración premeditada para destruir la civilización humana. Pero escribir este libro y reflexionar mucho sobre la realidad operativa del dinero fíat ha puesto de manifiesto la propiedad de la vendibilidad a través del espacio y, en el proceso, ha hecho que el razonamiento detrás del patrón fíat sea más claro y comprensible. A pesar de todos sus defectos, no se puede escapar a la conclusión de que el patrón fíat fue, en efecto, una solución a un problema real y debilitante del patrón oro, su baja vendibilidad espacial.

La escasa vendibilidad temporal del fíat seguía siendo un problema, pero tolerable, debido a sus ventajas en la transferencia de valor a través del espacio. Y lo que es más importante, el fíat otorgaba a los gobiernos de todo el mundo un enorme margen de maniobra para sobornar a sus ciudadanos actuales a expensas de sus ciudadanos futuros mediante la creación de tokens fíat que hacen funcionar sus redes de pago. El fíat era conveniente para los usuarios, pero era más conveniente para los funcionarios del gobierno que controlaban los únicos nodos completos. Al hacer balance de todo un siglo de funcionamiento de este sistema monetario, una evaluación sobria y matizada permite apreciar la importancia de esta solución para facilitar el comercio mundial, al tiempo que se comprende cómo ha permitido la inflación que ha beneficiado a los gobiernos a costa de sus ciudadanos, presentes y futuros. Puede que el fíat haya sido un enorme paso atrás en cuanto a su vendibilidad en el tiempo, pero fue un salto sustancial en cuanto a su vendibilidad en el espacio.

Una vez expuesta la mecánica del funcionamiento del fíat en la primera sección, la segunda sección del libro, La vida fíat, examina las implicaciones económicas, sociales y políticas de una sociedad que utiliza esa forma de dinero con una vendibilidad intertemporal incierta y generalmente pobre. El dinero fíat separa cada vez más la recompensa económica de la productividad económica, y en su lugar la basa en la lealtad política. Este intento de suspender el concepto de costo de oportunidad convierte al fíat en una revuelta contra el orden natural del mundo, en el que los seres humanos, y todos los demás animales, tienen que luchar contra la escasez todos los días de su vida. La naturaleza sólo recompensa a los seres humanos cuando su trabajo tiene éxito, y, del mismo modo, los mercados sólo recompensan a los seres humanos cuando son capaces de producir algo que otros valoran subjetivamente. Después de un siglo en el que el valor económico se asigna a punta de pistola, estas realidades indiscutibles de la vida son desconocidas para, o negadas por, enormes segmentos de la población mundial, que esperan ser salvados y mantenidos por su gobierno.

La suspensión del funcionamiento normal de la escasez mediante el dictado del gobierno tiene enormes implicaciones en la preferencia temporal y la toma de decisiones individuales, con importantes consecuencias en muchas facetas de la vida. En la segunda sección del libro, exploramos los impactos del fiat en la familia, la alimentación la educación, la ciencia, la salud, los combustibles y la gobernabilidad y geopolítica a nivel internacional. Esta sección se centra en el análisis de las implicaciones de dos mecanismos económicos causales del dinero fíat: la utilización de la deuda como dinero y la capacidad del gobierno de conceder esta deuda sin costo alguno. La parte 2 concluye con un análisis costo beneficio del sistema monetario fíat.

Aunque el título del libro hace referencia al dinero fíat, este aún es un libro sobre bitcoin, y las dos primeras secciones sientan las bases analíticas para el plato fuerte que es la tercera parte del libro, en la que se examina la importantísima pregunta con la que El Patrón Bitcoin deja al lector: ¿Cuál será la relación entre el dinero fíat y bitcoin en los próximos años? El capítulo 13 examina las propiedades específicas que convierten a bitcoin en una solución potencial a los problemas del fíat.

Mientras que El Patrón Bitcoin se centraba en la vendibilidad intertemporal de bitcoin, El Patrón Fíat examina cómo la vendibilidad de bitcoin a través del espacio es el mecanismo que lo convierte en una amenaza más seria para el fíat que el oro y otros dineros físicos con baja vendibilidad espacial. La alta vendibilidad espacial de bitcoin nos permite monetizar un activo duro en sí mismo, y no las notas de crédito sobre él, como era el caso del patrón oro. En su forma más básica, bitcoin aumenta la capacidad de la humanidad para la liquidación internacional a larga distancia en unas 500.000 transacciones al día, y completa esa liquidación en unas pocas horas. Esto supone una enorme mejora respecto a la capacidad del oro y convierte la liquidación internacional en un mercado mucho más abierto y difícil de monopolizar. Esto también nos ayuda a entender que la propuesta de valor de bitcoin no sólo es más dura que la del oro, sino que también es mucho más fácil de transportar. Bitcoin combina de forma efectiva la vendibilidad temporal con la vendibilidad espacial del dinero fíat en un paquete apolítico e inmutable de código abierto.

Al ser un activo duro, bitcoin también está libre de deudas, y su creación no incentiva la emisión de deuda. Al ofrecer finalidad de liquidación cada diez minutos, bitcoin también hace muy difícil el uso de notas de crédito. En cada intervalo de bloques, la propiedad de todos los bitcoin es confirmada por decenas de miles de nodos en todo el mundo. No puede haber ninguna autoridad cuyos decretos puedan hacer valer una promesa incumplida de entregar un bitcoin en un determinado tiempo de bloque.5 Las instituciones financieras que adopten la banca de reserva fraccionaria en una economía basada en bitcoin siempre estarán bajo la amenaza de un pánico bancario mientras no exista ninguna institución que pueda crear bitcoin a un precio significativamente más bajo que el del mercado, como los gobiernos pueden hacer con el dinero fíat.

El capítulo 14 analiza en detalle la escalabilidad de bitcoin y argumenta que probablemente se desarrollará a través de soluciones en una segunda capa, que estarán optimizadas para la velocidad, el alto volumen y el bajo costo, e implicarán sacrificios en seguridad y liquidez. El capítulo 15 se basa en este análisis para discutir cómo serían los bancos bajo un patrón bitcoin, mientras que el capítulo 16 estudia el consumo de energía eléctrica de bitcoin, cómo se relaciona con la seguridad de bitcoin y cómo puede afectar al mercado de la energía en todo el mundo. El capítulo 17 realiza un análisis costo beneficio para pasar de fíat a bitcoin.

El último capítulo aborda la cuestión: ¿Cómo puede ascender bitcoin en el mundo del fíat, y qué implicaciones tiene la coexistencia de estos dos patrones monetarios? Se evalúan varias amenazas para bitcoin desde el punto de vista económico, y se presentan los incentivos económicos para la supervivencia de bitcoin. ¿Hará necesario el ascenso de bitcoin un colapso hiperinflacionario del fíat? ¿O será más bien una actualización ordenada del software? ¿Cómo afectará a esta relación la dinámica del mercado crediticio y el auge de las monedas digitales de los bancos centrales?

2El interminable feriado bancario

El 6 de Agosto de 1915, el Gobierno de Su Majestad emitió este llamamiento:

En vista de la importancia de fortalecer las reservas de oro del país para fines de cambio, el Tesoro ha dado instrucciones a la Oficina de Correos y a todos los departamentos públicos encargados de realizar pagos en efectivo para que utilicen billetes en lugar de monedas de oro siempre que sea posible. Se ruega encarecidamente al público en general que, en interés de la nación, coopere con el Tesoro en esta política (1) pagando en oro a la Oficina de Correos y a los Bancos; (2) solicitando el pago de cheques en billetes en lugar de en oro; (3) utilizando billetes en lugar de oro para el pago de salarios y desembolsos en efectivo en general.6

Con este difuso y en gran parte olvidado anuncio, el Banco de Inglaterra inició efectivamente el abandono del sistema monetario mundial del patrón oro, en el que todas las obligaciones gubernamentales y bancarias eran redimibles en oro físico. En aquella época, las monedas y lingotes de oro aún seguían siendo ampliamente utilizados en todo el mundo, pero su uso para el comercio internacional era limitado, lo que obligaba a recurrir a los mecanismos de compensación de los bancos internacionales. La red del Banco de Inglaterra era la más importante de todos los bancos del mundo en la época, y su libra esterlina había adquirido durante siglos la reputación de ser tan buena como el oro.

En lugar de la predecible y confiable estabilidad que proporciona naturalmente el oro, el nuevo patrón monetario mundial se construyó en torno a reglas gubernamentales, de ahí su nombre. La palabra latina fiat significa “hágase”, y en inglés el término ha sido adoptado para significar un decreto formal, una autorización o una regla. Es un término adecuado para el patrón monetario actual, ya que lo que más lo distingue es que sustituye el juicio del mercado con imposiciones del gobierno. El valor en la capa base del fíat no se basa en una mercancía física de libre comercio, sino que está dictado por la autoridad, que puede controlar su emisión, oferta, compensación y liquidación, e incluso confiscarlo en cualquier momento que considere oportuno.

Con el paso a la moneda fíat, el intercambio pacífico en el mercado ya no determinaba el valor y la elección del dinero. En su lugar, fueron los vencedores de las guerras mundiales y los giros de la geopolítica internacional los que dictarían la elección y el valor del medio que constituye la mitad de cada transacción del mercado. Mientras que el anuncio del Banco de Inglaterra de 1915, y otros similares de la época, se asumieron como medidas temporales de emergencia necesarias para luchar en la Primera Guerra Mundial, hoy, más de un siglo después, el Banco de Inglaterra aún no ha reanudado la prometida conversión de sus billetes en oro. Los acuerdos temporales que restringían la convertibilidad de los billetes en oro se convirtieron en la infraestructura financiera permanente del sistema fíat que se desarrolló durante el siglo siguiente. Nunca más los sistemas monetarios predominantes en el mundo se basarían en monedas totalmente redimibles en oro.

El decreto anterior podría considerarse el equivalente al correo electrónico de Satoshi Nakamoto dirigido a la lista de correo de criptografía en el que anunciaba bitcoin.7 Sin embargo, a diferencia de Nakamoto, el Gobierno de Su Majestad no proporcionó ningún programa informático, ni libro blanco o white paper8, ni ningún tipo de especificación técnica sobre cómo un sistema monetario de este tipo podría hacerse práctico y viable. A diferencia de la fría precisión del tono impersonal y desapasionado de Satoshi, el Gobierno de Su Majestad se basó en una apelación a la autoridad y en la manipulación emocional del sentido del patriotismo de sus súbditos. Mientras que Satoshi fue capaz de lanzar la red bitcoin en forma operativa pocos meses después de su anuncio inicial, se necesitaron dos guerras mundiales, docenas de conferencias monetarias, múltiples crisis financieras y tres generaciones de gobiernos, banqueros y economistas para lograr finalmente una implementación totalmente operativa del patrón fíat en 1971.

Los problemas del Banco de Inglaterra comenzaron en los albores de la Gran Guerra. El 31 de julio de 1914, grandes multitudes se concentraron en las puertas de su oficina central de la calle Threadneedle para convertir sus saldos bancarios y sus billetes en monedas de oro antes del día feriado de agosto. El Imperio Austrohúngaro acababa de declarar la guerra a Serbia tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando y un mes de crecientes tensiones en toda Europa. En todo el continente, los inversores se apresuraron a convertir sus instrumentos financieros en oro, pues temían que los gobiernos devaluaran sus monedas para financiar la guerra. Aquel fatídico julio, los periódicos ingleses se refirieron a la guerra que se avecinaba como la guerra del día festivo de agosto, esperando que fuera una rápida victoria para el ejército britanico. Sin embargo, las colas de depositantes ante la institución financiera más importante del mundo presagiaban una historia diferente: el feriado bancario que nunca terminaría.

Si el Banco de Inglaterra hubiera mantenido la cobertura total de sus billetes y cuentas bancarias en oro, como cómo habría tenido que hacerlo bajo un estricto patrón oro, la guerra no habría supuesto un problema de liquidez. Todos los depositantes habrían podido convertir la totalidad de sus billetes y cuentas bancarias en oro físico, y no habría habido necesidad de hacer cola fuera del banco. Sin embargo, el Banco de Inglaterra se había acostumbrado a no respaldar todos sus billetes con oro. Los depositantes tenían buenas razones para mantener el dinero en forma de billetes y cuentas bancarias en lugar de en oro físico. En comparación con el oro, los billetes eran más fáciles de transportar y convertir en denominaciones más pequeñas o más grandes, y una cuenta en un banco inglés permitía al depositante realizar pagos con cheques en cualquier parte del mundo mucho más rápido que enviando oro físico. El capital mundial buscaba los mecanismos superiores de seguridad y compensación del banco, que le proporcionaban un sólido colchón para desviarse de un estricto patrón oro con una estricta banca de reserva del 100%.

En aquella época, el Banco de Inglaterra era el centro del universo financiero, y su libra esterlina era reconocida en todo el mundo por ser tan buena como el oro. La solvencia del gobierno británico, su poderoso ejército y su inigualable red de liquidación de pagos a nivel mundial le habían dado la posición suprema en el orden financiero mundial, con cerca de la mitad de las reservas mundiales de divisas en libras esterlinas.

En el periodo de preguerra, el banco también había ofrecido su propia moneda como reserva para los bancos centrales de sus colonias, bajo lo que se conocía como el patrón cambio oro. Dado que las colonias utilizaban el banco para liquidar sus pagos internacionales, se esperaba que mantuvieran cantidades significativas de estas reservas y no buscaran convertirlas en oro. Esto permitía al banco un cierto margen inflacionario, hasta el punto de que, para 1913, la relación entre las reservas oficiales y los pasivos con las autoridades monetarias extranjeras era sólo del 31%.9 El banco había exportado su inflación a las colonias, financiando sus operaciones pero colocándose en una precaria posición de liquidez. Siempre y cuando la mayoría de las colonias, los depositantes y los poseedores de papel moneda no solicitasen la conversión de sus cuentas bancarias y billetes en oro, la liquidez no sería un problema.

Para una generación de banqueros criados en la paz y la prosperidad de la era victoriana y el patrón oro, había pocas razones para preocuparse por una crisis de liquidez. También había muy pocas razones para preocuparse por una guerra mundial, pero tanto la guerra como la crisis de liquidez se materializaron en el verano boreal de 1914. Si bien la Gran Guerra desencadenó los problemas de liquidez de los bancos, las causas más profundas fueron autoinfligidas, y como es habitual en el siglo fíat, el monopolio gubernamental sobre la red de pagos fomentó el abuso de la moneda.

A medida que los problemas se iban gestando en el continente, muchos depositantes extranjeros trataron de retirar sus activos de Gran Bretaña, y muchos ingleses prefirieron tener oro en lugar de papel del banco. En los últimos seis días laborables de julio, el banco pagó 12,3 millones de libras en monedas de oro de sus reservas totales de 26,5 millones de libras.10 La perspectiva, hasta entonces impensable, de que el Banco de Inglaterra incumpliera su promesa de convertir sus billetes y cuentas en oro de repente parecía plausible. Una devaluación de la libra en ese momento habría permitido al banco disponer de reservas suficientes para respaldar la moneda, pero habría sido indescriptiblemente impopular entre el público británico, socavando permanentemente su fe en el banco.

En noviembre de 1914, el gobierno británico emitió el primer bono de guerra, con el objetivo de recaudar 350 millones de libras entre los inversores privados a una tasa de interés del 4,1% y un vencimiento de diez años. Sorprendentemente, la emisión de bonos no tuvo una suscripción plena, y el público británico compró menos de un tercio de la suma prevista. Para evitar la difusión de este fracaso, el Banco de Inglaterra concedió fondos a su cajero jefe y a su adjunto para que compraran los bonos a su nombre. El Financial Times, el siempre fiel portavoz del banco, publicó un artículo en el que proclamaba que el préstamo había logrado obtener más suscriptores de lo esperado. John Maynard Keynes trabajaba en el Tesoro en ese momento, y en un memorándum secreto dirigido al banco, los elogió por lo que llamó su “manipulación magistral”. La afición de Keynes por los acuerdos monetarios subrepticios llegaría a inspirar miles de libros de texto de economía publicados en todo el mundo. El Banco de Inglaterra había marcado la pauta para un siglo de confabulación de los bancos centrales y los gobiernos a espaldas del público. El Financial Times sólo publicaría una corrección 103 años más tarde,11 cuando este asunto se descubrió finalmente después de algunas indagaciones en los archivos del banco por parte de algunos miembros emprendedores del personal y se publicó en el blog del banco.12

El Banco de Inglaterra decidió continuar con el patrón oro; sin embargo, sus reservas decrecientes lo obligaron a buscar alguna forma de frenar la oleada de gente buscando convertir sus billetes en oro. Su solución fue declarar una guerra no oficial al oro. Los fascinantes detalles de esta guerra pueden encontrarse en The Bank of England 1914-21 (Unpublished War History), un estudio poco conocido, pero muy detallado, encargado por el Gobernador del Banco, Montagu Norman, y redactado por su secretario personal, John Osborne, que se terminó en 1926. Este estudio permaneció inédito hasta que el banco lo subió a su página web en septiembre de 2019.13

Dado que el público no estaba dispuesto a conceder préstamos para la guerra, y que el banco tenía en su poder grandes cantidades de deuda pública, el banco necesitaba apuntalar su liquidez con más oro. El Tesoro emitió el llamamiento citado al principio de este capítulo, en el que pedía al público que pagara a la oficina de correos y a los bancos en oro, que aceptara el pago en billetes en lugar de en oro y que utilizara los billetes para pagar los salarios y los desembolsos en efectivo. Tras este llamamiento, el Banco de Inglaterra y el Tesoro dieron instrucciones a los bancos para que recogieran monedas y las mantuvieran en reserva para que estuvieran a disposición del Tesoro durante toda la guerra.

“En 1915, se recaudó la suma de 20.823.000 libras provenientes de los banqueros del Reino Unido y, con el fin de suministrar al Tesoro más crédito, se exportó a Estados Unidos”, escribió Osborne. Añadió en una nota a pie de página: “El Banco se quedó con 2.423.000 libras esterlinas en soberanos14 porque sus reservas estaban muy agotadas”. Continuó: “En noviembre de 1915 se hizo necesario que el Gobierno nombrara un Comité –el Comité de Intercambio de Londres– para prestar asesoramiento sobre el tema de los intercambios de divisas. Para ayudar al Comité en sus operaciones, se dispuso que los banqueros dejaran de expedir oro a sus clientes, cuyas necesidades podían satisfacerse, por supuesto, con billetes del banco”. La costumbre de que los comités determinen los acuerdos monetarios se convertiría en algo muy común en el siglo fíat.

Osborne continúa:

Durante el año siguiente se hizo evidente que, como resultado del llamamiento mencionado y de la acción de los banqueros, el público se estaba acostumbrando más al uso del papel moneda y se estaba reconciliando más con la ausencia del oro.

Para cumplir con una obligación del Comité de Intercambio de Londres en relación con el préstamo de 50.000.000 de dólares que les hizo un grupo de banqueros de los Estados Unidos en noviembre de 1915, las cámaras de compensación pagaron en junio de 1917 a la cuenta del Tesoro la suma de 10.000.000 de libras esterlinas en monedas de oro, que se “reservó” en nombre del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

Un llamamiento adicional a los Bancos fue hecho en una carta con fecha del 25 de julio de 1917 de parte del Canciller de la Hacienda del Reino Unido. Se pidió a los banqueros que mantuvieran sus existencias de monedas de oro a disposición del gobierno, en cumplimiento de las relaciones comerciales existentes con Estados Unidos. El Canciller instó a los Bancos, en interés del crédito general, a entregar su oro por acuerdo privado y así evitar la necesidad de una orden obligatoria que podría ser emitida en virtud del Reglamento de Defensa del Reino. Como resultado de este llamamiento, los banqueros de todo el país acordaron mantener el 90% de su oro a disposición del Tesoro.

El 1 de abril de 1919 se prohibió la exportación de monedas de oro por decreto. En la misma fecha, en una reunión de banqueros, se acordó que todas las monedas y lingotes de oro que tuvieran en ese momento y que adquirieran posteriormente (exceptuando únicamente el oro que pudieran importar los propios bancos) se mantuvieran a absoluta disposición del Tesoro, y que se entregaran al Banco de Inglaterra cuando se necesitaran. Además, acordaron que todo el oro ya designado para cuentas extranjeras debería, en caso de ser liberado, ser entregado al Banco de Inglaterra de inmediato. Los detalles de todas las tenencias de oro debían ser proporcionados al Banco una vez al mes y los banqueros acordaron desalentar por todos los medios a su alcance la retirada de oro del Banco de Inglaterra.

Se comprendió que era absolutamente esencial, tanto para los banqueros en general como para todo el país, que los suministros de oro disponibles estuvieran a mano, en caso de necesidad, para ser utilizados de forma centralizada con el fin de hacer frente a cualquier amenaza en los intercambios de divisas, y en particular en el intercambio americano. A finales de año, el Tesoro pidió al Banco que reuniera todas las reservas de monedas de oro que tenían los banqueros en todo el Reino.15

El Banco compraba periódicamente monedas de oro a los bancos utilizando billetes. En diciembre de 1919, el Tesoro solicitó al Banco que reuniera todas las monedas de oro en poder de los banqueros del Reino Unido. Los banqueros privados entregaron 41.793.000 libras esterlinas de monedas de oro para junio de 1920, prácticamente todas sus tenencias en oro, a cambio de billetes de papel. Toda la operación costó 5.516 libras, lo que representa poco más de una libra por cada 10.000 libras recaudadas. La disciplina de la minería basada en la prueba de trabajo estuvo notablemente ausente en la génesis del fíat y a lo largo de su siglo. La mayor parte del oro fue enviado a los Estados Unidos a cambio de crédito para luchar en la guerra.

Desde principios de agosto de 1914 hasta finales de agosto de 1921, la ganancia neta del banco ascendió a 62.411.000 libras en oro. El gobierno británico confiscó 14.684.941 onzas de oro, unas 455,2 toneladas métricas. Hoy en día, ese oro valdría unos 20.000 millones de libras, aproximadamente 300 veces más de lo que valía en 1914. Al momento de escribir esto en 2021, las reservas de oro del Banco de Inglaterra son de sólo 310,3 toneladas métricas de oro.

La guerra, que provocó esta demanda de oro, obligó a suspender la mayor parte de la aviación, lo que liberó al banco del envío de oro a sus depositantes extranjeros. En abril de 1919, al terminar la guerra y reanudarse la aviación, se prohibió la exportación de monedas de oro. El historiador económico Lawrence Officer resumió este periodo:

Con el estallido de la guerra, una corrida de la libra esterlina llevó a Gran Bretaña a imponer un control de cambios extremo –un aplazamiento tanto de los pagos nacionales como internacionales– que hizo que el patrón oro internacional no fuera operativo. La convertibilidad no fue suspendida legalmente, pero la persuasión moral, acciones legalistas y regulaciones tuvieron el mismo efecto. Las exportaciones de oro se restringieron por medios extralegales (y por la legislación de Comercio con el Enemigo), con el Banco de Inglaterra requisando todas las importaciones de oro y aplicando la persuasión moral sobre los banqueros y los corredores de lingotes.16

Con menos oro en manos de la gente y más billetes, el banco había logrado proteger el tipo de cambio oficial de oro a libras esterlinas, a 4,25 libras por onza troy de oro, el mismo precio fijado en 1717 por el Maestro de la Royal Mint, Sir Isaac Newton. La credibilidad del Banco de Inglaterra a la hora de convertir sus billetes a este tipo de cambio durante dos siglos, sólo interrumpida por las guerras napoleónicas, fue un motivo de orgullo nacional y de renombre mundial. No sólo dio a la libra esterlina su legendaria reputación de ser tan buena como el oro, sino que también convirtió la frase “gold standard” en el proverbial punto de referencia y paradigma de la excelencia, previsibilidad y confiabilidad, una frase que nunca estuvo amenazada de ser reemplazada por un siglo del patrón fíat.17

Al utilizar la guerra para suspender la convertibilidad en el extranjero y desalentarla en el país, el banco había utilizado con éxito sus decretos, regulaciones y su control monopólico sobre la infraestructura financiera más importante del mundo para financiar el esfuerzo bélico sin salir oficialmente del patrón oro, anunciar la suspensión de la convertibilidad en oro o devaluar la libra. Así nació una nueva ciencia de la alquimia financiera patrocinada por el gobierno. Controlando los bancos y confiscando el oro, los bancos centrales podían crear dinero por decreto. Al hacer que la libra fuera tan buena como el oro, los nuevos alquimistas del papel tuvieron éxito donde Newton y los antiguos alquimistas fracasaron. Al fin y al cabo, el oro podía producirse a voluntad. La imprenta y la cuenta corriente fueron la anhelada piedra filosofal de los alquimistas.

Inmediatamente después de la guerra, no parecía haber ningún inconveniente en que el banco central del mundo y su moneda se apartaran del sólido anclaje del oro. Con el tiempo, los costos de estas engañosas maniobras monetarias se hicieron evidentes, ya que los gobiernos abusaron cada vez más de estos esquemas, convirtiéndolos finalmente en una característica permanente del siglo fíat, cambiando subrepticiamente la prosperidad a largo plazo por la ilusión de estabilidad a corto plazo. Las consecuencias económicas de la inflación pesarían sobre la economía británica durante décadas.

Figura 2.1: El impacto de la guerra en la libra esterlina.

Fuente: Twigger, Robert. “Inflation: The Value of the Pound 1750–1998.” Documento de investigación de la Biblioteca de la Cámara de los Comunes 99/20. Parlamento del Reino Unido (23 feb. 1999), pp. 9-22. Web.

Al mantener la libra esterlina al tipo de cambio del oro previo a la guerra, el Banco de Inglaterra sembró la semilla de varios problemas que se hicieron comunes en las implementaciones posteriores del patrón fíat. El banco mantuvo el tipo de cambio nominal entre los billetes y el oro, pero en realidad, los precios de los bienes y servicios normales aumentaron considerablemente. Según una investigación reciente de la Sección de Política Económica y Estadísticas de la Biblioteca de la Cámara de los Comunes del Reino Unido, la variación anual de los precios entre 1915 y 1920 fue del 12,5%, el 18,1%, el 25,2%, el 22% y el 10,1%, lo que supone un incremento acumulado del 124% en cinco años. Los aumentos de precios dificultaron la vida del inglés promedio, estimulando el surgimiento de sindicatos y demandas populares de controles de precios y salarios. Inevitablemente, el racionamiento y la escasez aparecieron, así como el desempleo masivo. El final de la guerra trajo a casa a millones de militares, pero los controles de precios y salarios hicieron muy difícil que la economía británica se adaptara a su regreso a la fuerza laboral. Revalorizar la libra para adaptarse a la inflación habría supuesto devaluar los ahorros de la población; sin embargo, los precios de los bienes y de la mano de obra se habrían reajustado en el mercado. Al abstenerse de esta revalorización, manteniendo un tipo de cambio sobrevalorado y desalentando la conversión de papel en oro, el banco retrasó el necesario ajuste económico y prolongó las distorsiones provocadas por la inflación y los controles de precios y salarios. Creció la presión sobre el gobierno para que gastara en apoyo de los desempleados y los pobres. Sin embargo, el aumento del gasto y la política monetaria expansiva provocaron aún más subidas de precios y ejercieron una mayor presión sobre la libra esterlina en los mercados internacionales. Creció un clamor populista para que el banco pusiera de nuevo en circulación las monedas de oro y volviera al patrón oro de la preguerra.

Los problemas de Gran Bretaña no eran sólo internos. Mientras que todos los países europeos abandonaron efectivamente el patrón oro en 1914, Estados Unidos no lo hizo hasta 1917, atrayendo grandes cantidades de oro que huían de Europa. Con el crédito que proporcionó al Banco de Inglaterra, la Reserva Federal de Estados Unidos también se aseguró una gran parte del suministro de oro británico. Donde está el oro, está el poder. El Banco de Inglaterra estaba aprendiendo a amoldarse a una nueva realidad económica mundial en la que Estados Unidos y su Reserva Federal desempeñaban un rol sumamente importante. La alquimia del patrón fíat del Reino Unido continuó haciéndose más costosa a medida que Estados Unidos asumía su rol de liderazgo mundial y la libra esterlina seguía teniendo problemas a lo largo del siglo siguiente, perdiendo tres cuartas partes de su valor frente al dólar estadounidense y más del 90% de su valor frente al oro.

Todas las grandes economías europeas se embarcaron en una inflación a gran escala para financiar la guerra. Esto hizo que sus monedas se devaluaran frente al oro y dejaran de ser convertibles al tipo de cambio de antes de la guerra. Llegados a este punto, lo más prudente habría sido reconocer que el patrón fíat había cumplido su propósito como medida temporal de financiación de la guerra y volver al patrón oro. Los gobiernos lo habían prometido repetidamente y los ciudadanos europeos lo esperaban. Sin embargo, volver al patrón oro con la paridad anterior a la guerra habría supuesto el inevitable fin del boom inflacionario iniciado por la expansión crediticia que financió la guerra y, posteriormente, una dolorosa recesión. Estados Unidos eligió este camino, lo que dio lugar a una aguda pero rápida recesión en 1920, tras la cual la economía estadounidense inició una de las expansiones más largas de su historia. En Estados Unidos la conversión en oro se reanudó en 1922 tras una suspensión de cinco años. Gran Bretaña, por su parte, trató de cuadrar el círculo de mantener el elevado gasto del Tesoro, las elevadas exigencias salariales de los sindicatos, la vinculación del oro al tipo de cambio de antes de la guerra y el rol de la libra esterlina como moneda de reserva mundial. Habiendo experimentado el dulce sabor de la alquimia del papel, el Banco de Inglaterra pensó que podría salirse del incumplimiento manifiesto de sus obligaciones de pago en oro mediante ingeniería financiera y política.

En lugar de formalizar la realidad de la inflación y devaluar la libra para volver al patrón oro, el Banco de Inglaterra y el Tesoro optaron por ignorar el problema y postergar la solución por el próximo siglo. Así comenzó la costumbre de obtener un alivio a corto plazo a costa de la solvencia y la estabilidad a largo plazo.

Como lo describió el economista Murray Rothbard:

En resumen, Gran Bretaña insistió en volver al oro a una valoración que era entre un 10 y un 20 por ciento más alta que el tipo de cambio vigente, que reflejaba los resultados de la guerra y la inflación de la posguerra. Esto significaba que los precios británicos tendrían que haber bajado entre un 10 y un 20 por ciento para seguir siendo competitivos con los países extranjeros y mantener su importantísimo negocio de exportación. Pero no se produjo tal descenso, principalmente porque los sindicatos no permitieron que se bajaran las tarifas salariales. Los salarios reales aumentaron y el desempleo crónico a gran escala afectó a Gran Bretaña. No se permitió que el crédito se contrajera, como era necesario para provocar la deflación, ya que el desempleo se habría vuelto aún más amenazante, un desempleo causado en parte por el establecimiento de la posguerra del seguro de desempleo del gobierno (que permitió a los sindicatos oponerse a cualquier recorte salarial). Como resultado, Gran Bretaña tendía a perder oro. En lugar de derogar el seguro de desempleo, contraer el crédito y/o volver al oro a una paridad más realista, Gran Bretaña infló su oferta monetaria para compensar la pérdida de oro y recurrió a Estados Unidos en busca de ayuda. Ya que si el gobierno de los Estados Unidos inflaba el dinero americano, Gran Bretaña dejaría de perder oro en favor de los Estados Unidos. En resumen, el público estadounidense fue nominado para sufrir las cargas de la inflación y el posterior colapso con el fin de mantener el gobierno británico y su movimiento sindical al estilo al que insistían en acostumbrarse.18

Como escribe Benjamin Strong, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, en una carta citada por Rothbard:

La carga de este reajuste debe recaer en mayor medida sobre nosotros que sobre ellos [Gran Bretaña]. Será difícil política y socialmente para el Gobierno británico y el Banco de Inglaterra afrontar una liquidación de precios en Inglaterra... ante el hecho de que su comercio es pobre y tienen más de un millón de desempleados que reciben ayuda del gobierno.19