El unicornio - Bernd Roling - E-Book

El unicornio E-Book

Bernd Roling

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Beschreibung

Portador de remedios milagrosos en la Antigüedad, protagonista de gabinetes de curiosidades y también de modernos estampados de camisetas, símbolo de pureza en el cristianismo y más tarde del movimiento queer, El unicornio ha provocado un irresistible encantamiento a lo largo de nuestra historia. El unicornio. Historia de una fascinación es un apasionante viaje por la extensa y polifacética historia de una de las criaturas más cautivadoras y misteriosas de la mitología. En este recorrido, entretenido y erudito a la vez, Bernd Roling y Julia Weitbrecht exploran las atribuciones y símbolos que ha encarnado la figura del unicornio en distintos ámbitos y culturas; su origen como mito y la influencia que ha ejercido en el imaginario de diversas civilizaciones. Desde su aparición en narraciones de la India del siglo V a. C., pasando por las leyendas de griegos y romanos en la Antigüedad clásica, su apropiación por parte del cristianismo en el Medievo, o su traslado al reino del mito en el siglo XVII, El unicornio llega a nuestros días como símbolo del movimiento queer y se convierte en protagonista de la cultura pop y del mundo audiovisual infantil. Un relato imprescindible que entrevera datos y curiosidades de la historia natural y la medicina, la religión, el arte y la literatura en torno a este ser fascinante, cuyo halo de magia y misterio ha hecho patente el anhelo y la búsqueda de significado inherentes al ser humano en cualquier época o geografía.

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Edición en formato digital: marzo de 2024

Título original: Das Einhorn, de Bernd Roling y Julia Weitbrecht

En cubierta: Un unicornio, Biblia de Borso d'Este (1455-1461), fol. 245V © Biblioteca Estense, Módena / Bridgeman Images

© 2023 Carl Hanser Verlag GmbH & Co. KG, Múnich

Derechos negociados a través deUte Körner Literary Agent – www.uklitag.com

© De la traducción, Alfonso Castelló

© Ediciones Siruela, S. A., 2024

Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

Ediciones Siruela, S. A.

c/ Almagro 25, ppal. dcha.

www.siruela.com

ISBN: 978-84-10183-19-3

Conversión a formato digital: María Belloso

Índice

INTRODUCCIÓN Unicornio – sincornio – similcornio

CAPÍTULO 1 Quimeras con cuernos, conocimiento y fantasía: el unicornio en las ciencias naturales de la Antigüedad y su ejemplo

CAPÍTULO 2 Una criatura pura e indomable: el unicornio como símbolo religioso

CAPÍTULO 3 De caza, peligro y deseo: el unicornio como símbolo de amor

CAPÍTULO 4 Sueños, dientes de narval, huesos y veneno: ¿el final del unicornio en la temprana Edad Moderna?

CODA El unicornio lunar

Agradecimientos

Referencias

Créditos de ilustraciones

INTRODUCCIÓNUnicornio – sincornio – similcornio

La profesora Grubbly-Plank […] los condujo al otro lado del potrero […] y luego hacia un árbol que se alzaba en el lindero del bosque. Atado a él había un unicornio grande y muy bello.

Muchas de las chicas exclamaron: «¡oooh!» al ver al unicornio.

—¡Qué hermoso! —susurró Lavender Brown—. ¿Cómo lo atraparía? ¡Dicen que son sumamente difíciles de coger!

El unicornio era de un blanco tan brillante que a su lado la nieve parecía gris. Piafaba nervioso con sus cascos dorados, alzando la cabeza rematada en un largo cuerno.

—¡Los chicos que se echen atrás! —exclamó con voz potente la profesora Grubbly-Plank, apartándolos con un brazo que le pegó a Harry en el pecho—. Los unicornios prefieren el toque femenino.1

El cuarto año de colegio de Harry Potter en Hogwarts está marcado por el Torneo de los tres magos, con la emoción añadida de las diferencias cada vez mayores entre chicos y chicas en la pubertad y la atracción mutua que surge cuando es el momento de las invitaciones al baile de Navidad. Justamente, el conflicto en esta fase tan problemática lo plantea la asignatura «Cuidado de Criaturas Mágicas», impartida primero por el semigigante Hagrid, que ama a todos los monstruos y criaturas peligrosas, especialmente a los dragones, pero también a los escregutos de cola explosiva, que los alumnos tienen que criar como parte de su proyecto escolar. Más adelante, Hagrid es víctima de un artículo sensacionalista en el que se lo acusa de poner en peligro a los niños a causa del contacto con «criaturas espeluznantes», todo esto unido al acoso racista debido a su origen de gigante, algo que muestra la atmósfera cada vez más amenazante del mundo de los magos. Por eso, la profesora Grubbly-Plank, especialmente popular entre las chicas, sustituye a Hagrid. «—Esto se parece más a lo que yo me imaginaba de Cuidado de Criaturas Mágicas: criaturas hermosas como los unicornios, no monstruos […] —dijo Parvati Partil al terminar la clase […]».2

Esta historia encantadora, pero también un poco pasada de moda, se lee ahora con otra mirada respecto a la representación de los géneros. En los últimos años, la autora J. K. Rowling se enfrenta a acusaciones constantes de transfobia, y sus detractores la califican de TERF, es decir, feminista que no reconoce a las mujeres trans como mujeres, y ella siempre se ha caracterizado por su vehemente defensa del binarismo de género. Las lecturas críticas de la serie de Harry Potter han encontrado múltiples referencias a un marco de transfobia que apoyaría las acusaciones contra Rowling. Este no puede ni debe ser el lugar para dirimir si esas críticas son adecuadas al objeto. Desde la perspectiva de la ciencia literaria, se podría objetar quizás que el mundo mágico de Harry Potter obedece a unas leyes de ficción propias y, por lo tanto, no responde a los conflictos sociales del capitalismo tardío. Por el contrario, Rowling introduce en el mundo de Harry Potter de lucha del bien contra el sistema totalitario y excluyente de Voldemort, y referencias a la realidad histórica desde un punto de vista ideológico, lo que confiere a la serie un atractivo especial tanto para lectores juveniles como adultos. Cada época tiene sus propios discursos ilustrados, y lo que en el año 2000, cuando apareció el cuarto libro, parecía tan emancipado como la inteligente y valiente Hermione, la representación de los géneros y la socialización en el colegio, hoy parece más bien solícito en exceso, como las inofensivas jinetes Lavender y Parvati.

¿Qué tiene esto que ver con los unicornios y con este libro?

Mucho, porque la representación de Rowling es de todo menos arbitraria: lo que enseña la profesora Grubbly-Plank en Hogwarts, y que también juega un papel en el spin off de la serie de Harry Potter Animales fantásticos,hace referencia a representaciones del unicornio que se remontan a la Antigüedad, que se tratarán en los siguientes capítulos.3 Entre ellas, que su cuerno es un antídoto eficaz contra el veneno, que la sangre de unicornio posee facultades curativas y que el animal es muy huidizo y solo se deja atrapar por mujeres.

El animal descrito en Harry Potter tiene todas las características de la apariencia de los unicornios «modernos»: una criatura grácil similar a un caballo con un cuerno en espiral en la frente que arranca un «aaah» a todas las almas románticas. Es posible que las personas más maduras unan esta representación a la película de animación El último unicornio de 1982, basada en el libro homónimo de Peter S. Beagle de 1968. La resplandeciente criatura blanca se parece también a los innumerables seres con cuernos que han aparecido en masa en los últimos años en mochilas, camisetas, sábanas y fundas de móviles. Estos bonitos unicornios modernos tienen un gran éxito comercial: como descubrimos en el programa Kalkofes Mattschiebe, en AstroTV se puede comprar un juego de unicornio XXL por solo 249 euros, con «accesorios rituales» y aerosol de unicornio incluidos, con el que podemos «devolver» a los unicornios del reino de las leyendas a nuestra vida diaria y «hacerla brillar».4

Aquí el comercio se une a una particular promesa de curación que muchas formas de religiosidad nuevas proyectan al unicornio: los organizadores de los «campamentos de verano de unicornios» y las «meditaciones de unicornio», que pretenden tomar la energía espiritual del animal, convocan el poder chamánico y curativo del unicornio y elevan el encuentro con él a un suceso ritual en toda regla. Muchas de estas representaciones meditativas recuerdan a la clásica canalización y a versiones de la magia de los ángeles, que llevan décadas acompañando al esoterismo, pero no deja de ser sorprendente que, para algunas personas, nuestro animal cornudo es capaz casi por sí solo de calmar la sed de significado. A quien ve el brillo casi infantil en los ojos de los adultos que participan en cursos similares le resultará difícil no burlarse de esas personas, pero su fe en el poder sanador espiritual de los animales demuestra, en cualquier caso, el gran deseo que tienen por encontrar significado y realización.

Para Julia Jannsen, autora de Auf den Einhornpfad. Die Reise zu meinem Seelensursprung [En el camino del unicornio. El viaje al origen de mi alma], considerarse un unicornio encarnado supone una auténtica revelación. Con la misma convicción, la estadounidense Diane Cooper afirma que «los encuentros con los seres iluminados de la séptima dimensión» pueden suponer un beneficio directo para la vida espiritual. La autora ha publicado este año también The Magic of Unicorns [La magia de los unicornios], pero desde hace años hay docenas de libros de autoayuda con el unicornio en el título. También lo ha hecho Sonja Ariel von Staden, cuyo canal de Youtube, con más de 52 000 suscriptores en el momento de la redacción de este libro, pone de manifiesto la esotérica historia de éxito de los unicornios espirituales, la cual, desde hace más de dos décadas, inspira, pinta y escribe en el ámbito de la nueva religiosidad con una gran intensidad y frecuencia. En su mundo, donde el unicornio tiene su hogar entre puertas estelares y mensajes de los que prometen un contacto con los «unicornios de la sabiduría», los amuletos, juegos de cartas, cuadros, camisetas, tazas, mensajes en vídeo, el DVD Einhörner: Vom Mythos zum Begleiter [Unicornios: de ser un mito a acompañarnos] y el calendario anual de ángeles y unicornios forman un conjunto que cubre todos los segmentos de los medios. También cabe mencionar que el precio de esos artículos se mueve en las mismas cifras que el juego de unicornio XXL. La propia monografía de Sonja Ariel von Staden sobre el tema, titulada Das Einhorn als Beschützer und Begleiter für die Neue Zeit [El unicornio como protector y acompañante para la nueva época], ofrece, en primer lugar, una introducción histórica al fenómeno de los unicornios, en la que se tratan brevemente muchas de las apariciones que nos interesan aquí, para pasar a los «unicornios como seres de luz» y explicar sus propios encuentros con los portadores de energía. Las ilustraciones incluidas con mensajes inspiradores recibidos de los unicornios durante la canalización suponen la mayor parte del libro. El título ya advierte de la gran similitud con el popular movimiento de la magia de los ángeles: «Alorna: la delicada energía de los unicornios» está junto a «Enclastra: el unicornio de fuego» y «Empror: la danza marítima de luz lunar de la libertad», pero también «Epona: la guardiana de los caballos y la naturaleza».5 Los celtas y los romanos adoraban a esa diosa desde la Antigüedad temprana, como muestran las inscripciones latinas y las citas de poetas clásicos.

La fuerza curativa de los unicornios, postulada durante siglos y cuyo eco vamos a tratar en este libro, se ha podido reproducir con fuerza en el mundo de lo sobrenatural, o al menos eso es lo que parece. Estos animales con cuernos acompañan a las personas con su sabiduría, como afirma von Staden, para que su «conciencia pueda seguir desarrollándose». Según la tesis de muchos representantes de la religión del unicornio, ellos son «almas libres que decidieron hace tiempo ayudar al mundo con su sabiduría». La ayuda que surge de esta «frecuencia energética pura de los unicornios» con su capacidad de autorrealización coincide con la lógica del coaching personal moderno. Como afirma repetidamente von Staden en entrevistas, el fin último es la utopía de una sociedad emancipada, de individuos capaces de amar e, idealmente, veganos, y que se comporten con empatía y respeto mutuo, también respetando la naturaleza.

En contra de las exigencias de un mundo exterior que se percibe como financiarizado y vacío, aquí parece articularse una especie de sentimiento de comunidad que ha encontrado su elemento de unión en la creencia en el carácter real de los unicornios. En este contexto, Michael Blume, teólogo, y William James han hablado, quizás con razón, de una «religión ilusoria» que impacta positivamente en la personalidad de sus practicantes.6

En el negocio de este anhelo, la comercialización ilimitada del «unicornismo» puede ser apabullante para los fanáticos más acérrimos del brillo; por eso existe el sitio web einhornkaufen.de, un «portal comparativo» para «todo lo que hace feliz a un fan de los unicornios» que ordena en categorías los innumerables artículos sobre unicornios.

Lo que hace felices a los fans de los unicornios sigue, por un lado, el tradicional tema del caballo, que encontramos también en J. K. Rowling y que, a menudo, parece ser de dominio exclusivo de las niñas mediante el uso del color rosa; mientras que, por otro lado, en la comunidad de los unicornios, aumentan los colores brillantes, tornasolados y arcoíris, más diversos. Las amigas de los ponis en la serie de animación My Little Pony: La magia de la amistad (desde 2010) son de distintas especies: pegasos, ponis terrícolas y unicornios con distintas facultades mágicas y que se suelen llevar muy bien. Todas son chicas, pero las ponis también tienen amigos leales, que se llaman «Bronnies».7

El unicornio y el género es también un aspecto central, y político, de la historia del unicornio, porque el animal lleva siendo desde los años 80 la mascota del movimiento del Orgullo, posiblemente unida a la bandera arcoíris que el artista Gilbert Baker diseñó para el «Gay Freedom Day» de 1978 en San Francisco. Las causas del éxito del unicornio como figura identificativa de la comunidad LGTBQ+ son muy diversas, pero seguramente tienen relación con el amplio espectro de formas y colores que distingue al mundo de los unicornios, así como con el elemento lúdico de ponerse a prueba, porque este ser es familiar pero enigmático. Es un elemento fijo de nuestra imaginación colectiva, pero nos rehúye.

Esta ambivalencia impregna tanto al no-unicornio infantil de los libros ilustrados de Marc-Uwe Kling y Astrid Henn como al divertido y melancólico documental Inside London’s Hedonistic Polyamorous Unicorn Movement, que la plataforma Vice publicó en 2015.8 En él se retrata al carismático Shaft, que ha creado en Inglaterra una comunidad utópica llamada Unicornia junto con otras personas de gustos similares. Disfrazados de unicornios, recorren la gris Londres esparciendo purpurina, felicidad y amor, aunque sus exagerados disfraces también causan irritación. La existencia como «glamicornio» promete la liberación de las convenciones sociales en cuanto al sexo, la sexualidad, el proyecto de vida y el encuentro con otros unicornios indomables en su afán de libertad. Por desgracia, el proyecto poliamoroso de Shaft acaba mal debido a los celos, pero el breve documental nos lo muestra sin malicia; aquí lo que se vincula al «unicornismo» es más bien el deseo de cambio, las ganas de disfrutar la vida y la creatividad. Este fenómeno tampoco es nuevo: ya en 1454, Louis de Luxemburgo, duque de Saint-Pol, organizó en Cambrai una feste de la licorne, «fiesta del unicornio», con gran fausto y boato. Un total de ochenta jóvenes campesinos debían enfrentarse entre sí, pero, como muchos de los invitados no acudieron, el torneo tuvo que celebrarse en un formato más reducido. Aunque se afirma que todos los miembros de la corte se habrían disfrazado de unicornios, las fuentes no permiten determinarlo con precisión, aunque nos gusta imaginar que así fue.9

No solo la creencia en el poder curativo del unicornio se remonta a la Antigüedad, también lo hacen las atribuciones simbólicas de variabilidad, libertad e inconformismo de un ser que aparece con diversas formas. La ciencia y la religión, el anhelo y la búsqueda de significado, la mercantilización y la capitalización: estas relaciones tienen una larga historia con el unicornio, en la que siempre se trata cómo el ser humano se posiciona respecto a la naturaleza y cómo se refleja en el animal.

Esa historia, con especial atención a sus orígenes en la Antigüedad y la Edad Media, es el objeto de este libro y parte de la idea de que, en esa época, el mundo estaba convencido de que los unicornios existían de verdad. Los antiguos zoógrafos ya describían su hábitat y enumeraban sus hábitos de alimentación y vida según los criterios «científicos» del momento. La existencia de seres con cuernos en los confines del mundo estaba fuera de toda duda gracias a esa autoridad escrita, pero se describen de forma muy diferente a los preciosos unicornios de nuestra época. De eso trata nuestro primer capítulo.

Las ciencias naturales de la Edad Media recogen estos conocimientos y se apropian del unicornio como símbolo de Cristo. En esta idea cristiana, que trataremos en el segundo capítulo, el animal salvaje solo se deja domar por una virgen pura y, en ese contexto, se reinterpreta como objeto de deseo. Aquí no solo juegan un papel los símbolos religiosos, también el motivo de la caza y la simbología del amor que está vinculada a ella. Esto también supone el requisito para la carrera del unicornio en la cultura y el arte cortesanos de la Alta y la Baja Edad Media, que se tratará en el tercer capítulo.

El tímido animal del cuerno en espiral en la frente no se convierte en animal fabuloso hasta la Edad Moderna, cuando se descubrió que los muchos «unicornios» de las cámaras de las maravillas de monasterios y cortes eran realmente colmillos de narval. Los sabios de la Edad Moderna temprana recurrieron también al conocimiento enciclopédico, sometido cada vez más a la crítica y a la comprobación empírica a medida que las ciencias se especializaban; ese es el núcleo del cuarto capítulo. No obstante, este proceso no llevó a la «abolición» del unicornio, como se podría haber esperado, sino más bien a una transferencia de sus capacidades, como el poder curativo de su cuerno, al unicornu marinum, el narval; aun así, hasta el siglo XIX se encuentran en trabajos científicos y libros de viajes las huellas del «unicornio terrestre».

Durante mucho tiempo, pues, la pregunta no era si existían los unicornios, sino qué aspecto tenían, dónde se podían encontrar y cómo atraparlos, preguntas que no habían tenido respuesta con el inicio de la Edad Moderna. Para acabar nuestro breve recorrido por el colorido mundo de los unicornios, otro ejemplo de la fascinación moderna con el unicornio: el asunto del «similcornio» deja claro que la desaparición científica del unicornio no resuelve en absoluto la cuestión de su existencia. El mensaje, bastante actual, del 1 de abril de 2016, demuestra el deseo de acercarnos al unicornio en tiempo y espacio: «¿convivieron los seres humanos con los unicornios?».10 El mensaje no era una broma [lo que se conoce en España como Día de los Inocentes se celebra en Alemania el 1 de abril], sino que incluía conocimientos paleontológicos reales: «probablemente, los hombres prehistóricos encontraron unicornios. Investigadores kazajos han encontrado restos de un unicornio siberiano que vivió hace unos 29 000 años».

En el siglo XXI, la existencia de los unicornios parece seguir siendo objeto de debate, aunque una imagen adjunta acaba con todas las ideas romantizantes de gráciles seres fabulosos: una reconstrucción11 que la California Academy of Sciences compartió en Twitter el 28 de marzo de 2016, y que se volvió viral, muestra que el unicornio siberiano no era una criatura similar a un caballo con grandes ojos, sino que se parecía más a una «especie de bisonte prehistórico con un cuerno en la frente».12

Esa es la primera decepción relacionada con la noticia bomba; la segunda es que, a raíz del entusiasmo por el hecho de que el ser humano y el unicornio convivieran (y esto quiere decir únicamente que vivieron al mismo tiempo, en el mismo período geológico, no que vivieran juntos), se publicó una datación incorrecta y sin comprobar del hueso encontrado. En el número de la revista del Süddeutsche Zeitung del 20 de julio de 2018 apareció el artículo «Das Scheinhorn», en el que el paleontólogo Andrej Schipanski corregía la edad de 28 000 años, determinada en un primer análisis y publicada demasiado pronto: «el unicornio encontrado tendría al menos 50 000 años. Es posible, realmente, que el hombre y el unicornio hubieran coincidido, pero no se puede determinar a partir del hueso».13 Al final, la ciencia empírica provoca una gran desilusión, pero esa desilusión también es curativa. ¿El mensaje se habría hecho viral si hubiera dicho «Con toda probabilidad, los hombres prehistóricos vivieron en la misma época que unos grandes antílopes siberianos»?

Les licornes de Gustave Moreau. Musée National Gustave Moreau, París.

Nuestras ideas sobre el unicornio se han enriquecido con el tiempo y se han visto impregnadas de historias que siguen teniendo eco en el presente. A causa de la timidez atribuida al ser desde siempre, estas narrativas se definen, en gran medida, por el deseo de encontrarlo, atraparlo y domarlo, aunque, a posteriori, resulte ser un «similcornio». La cuestión de la existencia de los unicornios sigue siendo interesante cuando consideramos con base en qué se contesta, ya sea en la Antigüedad, en la Edad Media o en el presente, y qué conceptos del mundo y deseos están vinculados a ella. Al igual que los modernos paleontólogos, los sabios y los artistas de la Antigüedad y de la Edad Media buscaban acercarse al animal con los métodos empíricos y hermenéuticos de los que disponían. Esta historia de fascinación y conocimiento del unicornio desde la Antigüedad hasta el inicio de la Edad Moderna es la que vamos a seguir en nuestro libro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1Rowling, J. K., Harry Potter y el cáliz de fuego, Madrid, Salamandra, 2001.

2Íbidem.

3Krass, Andreas, «Die Spur des Einhorns. Phantastische Tier und woher sie kommen», en: Julia Benner y Lea Braun, Merlin in Bermuda-Shorts. Mittelalterliche Stoffe in Kinder- und Jugendmedien, Kopaed, 2019.

4https://www.youtube.com/watch?v=JpSRdM46W8Q (última consulta: 16 de octubre de 2023).

5von Staden, Sonja Ariel, Das Einhorn. Beschützer und Begleiter für die Neue Zeit, Schimer Verlag, 2011.

6Blume, Michael, «Die Wiederkehr der Einhörner. Eine pragmatische Analyse einer neureligiösen Glaubensbewegung», en: Raters, Marie-Luise, Warum Religion? Pragmatische und pragmatistische Überlegungen zur Funktion von Religion im Leben, 2015.

7Dath, Dietmar, «Das Glück der Wiehervereinigung», en Frankfuter Allgemeine Zeitung 232. 6 de octubre de 2017.

8https://video.vice.com/en_us/video/unicorns/562612ab9280d39a346edcc0?-playlist=58f4e4a43518cb7a7be500ce (última consulta: 16 de octubre de 2023).

9Barbara Drake Boehm supone que los cortesanos se disfrazaban de unicornios para el torneo, pero la fuente, Historie des ducs de Bourgogne de la masion de Valois, del barón de Brabante, no dice nada al respecto. Brugière, Amable-Guillaume-Prosper, barón de Brabante, Historie des ducs de Bourgogne de la masion de Valois 1364-1477, volumen 6, Bruselas, 1839. Véase Boehm, Barbara Drake, A Blessing of Unicorns: The Paris and Cloisters Tapestries (The Metropolitan Museum of Art Bulletin, v. 78, n.º 1, 2020).

10https://web.de/magazine/wissen/geschichte/lebten-menschen-einhoernern-31463742 (1 de abril de 2016, última consulta: 16 de octubre de 2023). Véase también la nota en The Guardian: https://www.theguardian.com/science/2016/mar/29/siberian-unicorn-extinct-humans-fossil-kazakhstan (29 de marzo de 2016, última consulta: 16 de octubre de 2023).

11https://twitter.com/calacademy/status/714510396372090880 (28 de marzo de 2016, última consulta: 16 de octubre de 2023).

12https://web.de/magazine/wissen/geschichte/lebten-menschen-einhoernern-31463742 (1 de abril de 2016, última consulta: 16 de octubre de 2023). Véase también la nota en The Guardian: https://www.theguardian.com/science/2016/mar/29/siberian-unicorn-extinct-humans-fossil-kazakhstan (29 de marzo de 2016, última consulta: 16 de octubre de 2023).

13Schwenkenbecher, Jan, Das Scheinhorn, en: SZ-Magazin (20 de julio de 2018).

CAPÍTULO 1Quimeras con cuernos, conocimiento y fantasía: el unicornio en las ciencias naturales de la Antigüedad y su ejemplo

Siempre es difícil buscar los orígenes. ¿No se había mirado lo suficiente? Al inicio de la historia de éxito de nuestro unicornio, ¿había quizás un antílope cuyo segundo cuerno no vio el cazador porque lo cegaba la luz del sol? ¿A una historia bien contada le siguió luego otra? ¿O vieron los sabios de la Antigüedad algo que ahora les queremos arrebatar? La zoología antigua no era una ciencia exacta en el sentido actual, pero tampoco era simplemente un pasatiempo que ofrecía a los ciudadanos romanos o atenienses anécdotas de tierras lejanas a las que no podían viajar. La zoología del Viejo Mundo podía ser ambas cosas en función de los destinatarios. No pocas veces, los narradores antiguos enriquecían las ciencias naturales con elementos fantásticos porque querían entretener a su público, y a la inversa: a menudo, un acontecimiento bien narrado solo resultaba creíble cuando incluía conocimientos de las ciencias naturales. Parte de la historia de nuestro unicornio es que el animal se movía constantemente en la delgada línea entre el placer sensorial y la experiencia empírica de la naturaleza, y pasaba ora a un territorio, ora al otro. El unicornio era un lienzo en el que se proyectaba el sueño de lo desconocido, lo lejano y lo exótico, pero esta fascinación no podía impedir que los científicos quisieran saber algo más, ni siquiera en la Antigüedad.

Una historia de la India y su éxito

En el siglo V