Enfermería y ciencias sociales: posibilidades para la formación profesional - María Victoria López López - E-Book

Enfermería y ciencias sociales: posibilidades para la formación profesional E-Book

María Victoria López López

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Enfermería y ciencias sociales: posibilidades para la formación profesional condensa buena parte de la experiencia de su autora durante más de veinte años como docente de asignaturas de las ciencias sociales para la formación en enfermería y como investigadora de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia. En este libro, María Victoria López comparte con generosidad y rigurosidad sus aprendizajes, reflexiones y preguntas sobre las relaciones entre la enfermería y las ciencias sociales, ubicadas en el ámbito de la formación profesional, como una manera de reciprocidad, de contribuir al avance del conocimiento y de generar nuevas inquietudes, no solo a enfermeros y enfermeras, sino también a profesionales y estudiosos de las ciencias sociales, y al público interesado en el cuidado y en la enseñanza de la enfermería. María Eumelia Galeano Marín

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Enfermería y ciencias sociales: posibilidades para la formación profesional

María Victoria López López

Enfermería

Editorial Universidad de Antioquia®

Colección Enfermería

© María Victoria López López

© Editorial Universidad de Antioquia®

ISBN: 978-958-501-030-7

ISBNe: 978-958-501-031-4

Primera edición: junio del 2021

Hecho en Colombia / Made in Colombia

Prohibida la reproducción total o parcial, por cualquier medio o con cualquier propósito, sin la autorización escrita de la Editorial Universidad de Antioquia®

Editorial Universidad de Antioquia®

(+57) 4 219 50 10

[email protected]

http://editorial.udea.edu.co

Apartado 1226. Medellín, Colombia

Imprenta Universidad de Antioquia

(+57) 4 219 53 30

[email protected]

El contenido de la obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad de Antioquia ni desata su responsabilidad frente a terceros. El autor asume la responsabilidad por los derechos de autor y conexos contenidos en la obra, así como por la eventual información sensible publicada en ella.

Agradecimientos

Más allá del ejercicio académico, la motivación más profunda para realizar este libro tiene una razón de ser: la gratitud. Aspiro a dejar el resultado de un trabajo que, de manera sencilla, ofrezca puntos de reflexión a la Facultad de Enfermería y a la profesión, las cuales me han abierto la posibilidad de comprender que las ciencias sociales —y específicamente para mí, la sociología— y la enfermería tienen en común la preocupación por lo humano y la idea de que el reconocimiento de esta condición, más que una declaratoria, es un proceso de construcción y deconstrucción, de significación y resignificación. En tal sentido, pensar en esta articulación de campos del saber me da la oportunidad de hacerme preguntas relacionadas con los alcances y las dificultades por las que pasa la búsqueda de interdisciplinariedad.

Dicho lo anterior, quiero expresar mi gratitud a María Consuelo Castrillón, decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia en 1997, a su equipo administrativo y al doctor Gustavo Valencia, en ese momento vicerrector de Investigación de la universidad, quienes, una vez fui aceptada en la convocatoria Colciencias, abrieron el camino para recibirme en la institución, estimularon mi permanencia allí y, con ello, marcaron un rumbo en mi vida.

A quienes durante este tiempo en la Facultad de Enfermería me han acompañado y me han dado las posibilidades de ser docente al lado de los estudiantes de pregrado y posgrado, por los que siento gran afecto, respeto y admiración. También al grupo de investigación Políticas Sociales y Servicios de Salud, nicho que me ha posibilitado formular preguntas y estar cerca de los investigadores, estudiantes y comunidades con quienes he encontrado aprendizajes muy significativos.

A amistades invaluables, como las de Eumelia Galeano, Pilar Pastor, María Isabel Lagoueyte, y, muy especialmente, a Gustavo Arango por su estímulo y acompañamiento incondicional, y por regalarme siempre en este recorrido otras preguntas.

A las directivas de la facultad, a los docentes y a los participantes en las entrevistas grupales o individuales, y en las conversaciones informales, quienes me mostraron cómo la construcción académica está marcada por el afecto, la confianza y la generosidad para entregar sus propias experiencias y reflexiones.

A mi familia, de manera central a Valeria y a Manuela, a mis hermanas y a mis amigos, que de tantas maneras me apoyaron y animaron a seguir adelante.

En el fondo creo que este sentimiento de gratitud es la principal semilla que le ha dado sentido a este camino.

Prólogo

Enfermería y ciencias sociales: posibilidades para la formación profesional, publicación fruto de un año sabático de la profesora María Victoria López, es más que eso; condensa buena parte de su experiencia de más de veinte años como docente de asignaturas de las ciencias sociales para la formación en enfermería y como investigadora de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia. En el libro comparte con generosidad y rigurosidad sus aprendizajes, reflexiones y preguntas sobre las relaciones entre la enfermería y las ciencias sociales, ubicadas en el ámbito de la formación profesional, como una manera de reciprocidad, de contribuir al avance del conocimiento y de generar nuevas inquietudes, no solo a enfermeros y enfermeras, sino también a profesionales y estudiosos de las ciencias sociales, y al público interesado en el cuidado y en la enseñanza de la enfermería. De ahí deviene que este libro podrá ser útil a diversos grupos poblacionales y profesionales de diferentes áreas del conocimiento.

La autora combina su formación en sociología y medicina social con su experiencia en el campo de la enseñanza y la investigación de la enfermería para preguntarse por las relaciones entre esta última y las ciencias sociales —en especial la sociología, la psicología, la antropología y la pedagogía—, lo que, según López, implica preguntarse por el papel que se les da a ambos saberes en el desempeño del otro.

Además de sus aportes teóricos, este libro tiene una utilidad práctica en tanto contribuye a reflexionar sobre uno de los procesos académicos más sentidos en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, la transformación curricular, al analizar en el currículo categorías de estudio que se abordan en la formación profesional relacionadas con las ciencias sociales.

Es significativo explicitar, como apertura al texto, la perspectiva teórica y metodológica asumida por la autora para la comprensión de la relación entre la enfermería y las ciencias sociales que ubica al lector en una perspectiva crítico-social y le permite adentrarse en una concepción dinámica, incierta, compleja y cambiante de la realidad social y del papel de los sujetos como actores de la construcción social de las prácticas y concepciones de cuidado a la salud y la vida. López piensa las profesiones desde la comprensión y la construcción particular de ellas e, igualmente, como configuraciones sociohistóricas, y muestra, para su abordaje, la necesidad de la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad, consideradas como relación de diálogo entre ejes problemáticos. Comprender esta perspectiva de la autora es fundamental para entender los temas que presenta en los siguientes capítulos.

El enfoque metodológico comprensivo asumido en la investigación es explicitado no solo en su diseño, sino también en su ejecución, mostrando el recorrido para lograr los resultados alcanzados y, de esta forma, fundamentar sus hallazgos y compartir sus aprendizajes metodológicos. Se combina la revisión documental teórica de fuentes reconocidas y actuales de las ciencias sociales y humanas, y de la enfermería, con la revisión del currículo actual de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia y con entrevistas a expertos que contrastan, profundizan y muestran otras aristas de la relación entre la enfermería y las ciencias sociales, propósito fundamental de la investigación que da origen a esta publicación. Esta combinación de técnicas para generar y recoger información permite develar diferentes concepciones del mundo expresadas en los referentes conceptuales de quienes son entrevistados, de los textos teóricos consultados pertenecientes a las diferentes disciplinas y de lo expresado en los documentos curriculares.

La revisión documental, sin ser exhaustiva, puesto que no se trata de un estado del arte, se realiza de manera intencionada, permitiendo examinar diferentes etapas relacionadas con el cuidado y con el desarrollo de la enfermería, lo que posibilita su compresión. El uso de entrevistas a profesionales con amplia trayectoria le permite a la autora la validación y complementación de los hallazgos en la revisión de las investigaciones y teorizaciones acerca de la profesión.

La metodología empleada y fundamentalmente la revisión documental, orientada por la delimitación de diferentes etapas en el proceso histórico, permite a la autora hacer visible la importante participación de los hombres en una actividad que tradicionalmente se ha reconocido como de mujeres, puesto que, aunque en los discursos se hace alusión a este fenómeno, en la literatura y en muchas intervenciones profesionales se sigue aludiendo al cuidado como una actividad del sexo femenino. Dicha revisión permite, también, reconocer los aportes que desde las características “masculinas” orientan a cambios en el ejercicio profesional a partir de lo que algunos teóricos han denominado el “dividendo patriarcal”.

López le concede especial importancia a la construcción del sistema categorial que centra el estudio, lo orienta desde la perspectiva teórica y metodológica, y permite una estructura lógica en la presentación de su contenido. Así, este libro es una ilustración útil y sistemática de cómo desarrollar los objetivos y contenidos temáticos a través del sistema categorial.

Los contextos geoespacial, institucional y profesional se presentan con sus rasgos pertinentes como “un campo de reconocimiento de la acción y relación humana en el ejercicio del cuidado a la salud” (p. 12), que permite comprender los contextos de relación interdisciplinaria, global e intercultural, de necesaria consideración en la formación de los profesionales de la enfermería.

Adentrarse en el contexto institucional de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia y en sus relaciones con el contexto geoespacial permite identificar las posibilidades y retos de la formación profesional, más allá de una enfocada a competencias específicas. Tal trabajo se lleva a cabo a través de un análisis desde la pedagogía de los conceptos de proceso formativo, modelo pedagógico, currículo y transformación curricular, así como de un estudio del currículo actual con la mirada puesta en la relación entre la enfermería y las ciencias sociales, visión que se focaliza en la categoría central cuidado como producción subjetiva y en las categorías que desde las ciencias sociales se plantean en el sistema categorial.

Por su parte, en el contexto profesional, enmarcado en la globalización, se plantean los desafíos de la formación de enfermeros y enfermeras como un proceso histórico-social que demanda considerar las particularidades de los contextos donde se realiza la profesionalización.

La relación entre la enfermería y las ciencias sociales es estudiada por la autora mediante categorías comunes a estos campos del conocimiento, en especial la categoría cuidado, que si bien es central en la enfermería, trasciende esta disciplina e involucra otras áreas del saber, particularmente a las ciencias sociales que se ocupan del estudio de los seres humanos y de la interacción entre ellos. Por tanto, la relación, poco estudiada, entre enfermería y ciencias sociales a través de la categoría cuidado es el eje de indagación de este libro.

López plantea, a partir del análisis de los bloques de formación en el currículo actual de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia y los cursos relacionados con las ciencias sociales dedicados a la formación clínica, argumentos que permiten orientar la flexibilización y la transformación curricular y redimensionar, precisamente, la relación entre estos campos del conocimiento.

Para adentrarse en la categoría fundamental de la enfermería, el cuidado, centrado en la acción y la relación como construcciones sociales, la autora ubica históricamente la profesión, su lugar en la sociedad, su presencia en las instituciones de salud y la formación en enfermería. Todos estos son temas que aportan claridad para contextualizar en las dimensiones social, económica y política la profesión de la enfermería y comprender cómo los cambios en los contextos la orientan.

El cuidado del otro y de sí mismo es un rasgo propio de los seres vivos, presente en su heterogeneidad y complejidad cultural y social, y vinculado al desarrollo humano como un proceso social conformado por prácticas culturales propias del entorno en que se nace y se vive, que hacen posible la conservación de la especie. Cuidar involucra acciones que permiten hacerse cargo de sí mismo y de otros con el ánimo de preservar y transformar su vida, salud y bienestar; dicho de otra forma, seres humanos cuidan a otros seres humanos y en una relación de reciprocidad se cuidan entre sí. En ese juego de subjetividades, los saberes biomédicos, las técnicas y los procedimientos desplegados en el cuidar, aunque necesarios, no son suficientes para comprender a los otros y atender necesidades que, como seres humanos integrales, demandan. Por tanto, el concepto de cuidar implica múltiples dimensiones, como la psicológica, la emocional, la moral, la espiritual, la relacional y la de la salud física. Las expresiones, los significados, los procesos y los modelos de cuidado varían entre las culturas, brindando una rica diversidad de perspectivas disciplinares para su estudio: enfermería, antropología, sociología, psicología, pedagogía, entre otras. La profesora López asume en este libro la tarea de mostrarlas.

Desde el interaccionismo simbólico, el cuidado es considerado como relación entre dos o más sujetos, y se concibe a los actores de la relación, cuidador y persona cuidada, como individuos con capacidad de tomar decisiones sobre el proceso del cuidado. Ambos interactúan, cada uno desde sus condiciones, demandas, expectativas, visiones, necesidades e intereses, y en el proceso de cuidar construyen relaciones, toman decisiones, se comunican, comparten un espacio y establecen vínculos. Es una relación intersubjetiva que ayuda a vivir y en la que el cuidador y la persona que es cuidada construyen de manera permanente relaciones mediante la acción de dar y recibir cuidado.

En este sentido, se trata de una relación en la que la persona cuidada es un sujeto activo que también aporta en la construcción de su relación con el cuidador, motivando, poniendo límites y planteando estrategias acordes con su situación. En esta intersubjetividad el cuidador aprende de la persona de la que está a cargo y de la acción de cuidar, lo que permite que ambos desplieguen sus capacidades como seres humanos, aprendan el uno del otro, se comuniquen cada uno desde su lugar y crezcan en su autoconocimiento.

Como relación intersubjetiva, la subjetividad del cuidador (su patrimonio interior y su manera de ver el mundo, el cuidado y la persona que cuida) influye y se ve influida por la subjetividad de la persona que es cuidada. Ambos construyen un ámbito de relaciones donde se hacen presentes con sus propios significados, experiencias, visiones y representaciones para crear una experiencia compartida que transforma su vida y su futuro. Esta consideración del cuidado como relación de intercambio, como interacción social y comunicativa constante, supone un conocimiento de la persona que es cuidada, de sus condiciones físicas, espirituales, emocionales y psicológicas, y de su visión de la vida y de la muerte, así como también implica respeto por su dignidad, su intimidad y el sentido que asigna a la situación que vive. Por ello, en el cuidado es igual de importante la subjetividad (en su manera de ver y vivir la vida, su enfermedad, su condición, y la forma como experimenta los estados de salud, enfermedad y curación) que el conocimiento sobre los procesos biopatológicos. Asimismo, el cuidado por parte del cuidador supone saberes, motivación, expectativas y disposición. De modo que, como se mencionó antes, el estudio de la categoría cuidado demanda la concurrencia de diversas disciplinas, trabajo que allana la profesora María Victoria.

En esos procesos y acciones del cuidado se construye, entrecruza y transforma el significado de preservar la existencia y la dignidad, y de la relación entre sujetos, asociada a la confianza, el respeto, la satisfacción, el reconocimiento de la subjetividad del otro, el compartir aprendizajes, el transformarse, la reciprocidad y la responsabilidad. Así, en respuesta a las necesidades de sí mismo y de otros, se genera un cuidado mutuo. Cuidar también significa amar, mostrar compasión y solidaridad como vivencia transformadora, y para algunos esto es su vocación, su profesión, su proyecto y sentido de vida.

Es innegable la pertinencia de este libro en el momento actual en el que la covid-19 ha evidenciado la urgencia del cuidado personal y del cuidado de otros como forma de prevención frente al contagio y la muerte. Como lo muestra la autora en el aparte de contexto geoespacial, a través de los conceptos de sistema mundo y globalización, situaciones como las evidenciadas por la pandemia han mostrado que el cuidado no es solo un asunto individual, sino también de amplias repercusiones sociales. La globalización del virus globalizó, a su vez, el cuidado, haciendo visible que no es una categoría exclusiva de la academia, sino un aprendizaje de sobrevivencia para todos. La categoría cuidado históricamente ha estado presente en la sociedad, en la enfermería y en las ciencias sociales y humanas; recrearla, nutrirla y ponerla a tono con las necesidades globales actuales es un reto que la profesora López asume aportando tanto desde la perspectiva teórica investigativa como desde la formación de los profesionales que los tiempos de hoy demandan.

María Eumelia Galeano Marín

Junio 17 de 2020

Introducción

Creo pertinente iniciar señalando el sentido personal que tiene este documento. Después de algo más de veinte años de trabajo académico permanente en la Universidad de Antioquia, empecé a considerar la posibilidad de recoger algunas líneas de lo que ha sido mi recorrido como docente en la Facultad de Enfermería y, asimismo, a tomar distancia de las dinámicas cotidianas del plan de trabajo en las diversas actividades institucionales.

Fue así como pensé en centrarme en una sola actividad: la investigación, la cual siempre me ha interesado y ha sido fundamental como complemento del quehacer docente en mi vida laboral. Por ello, tomé el año sabático, en cuanto derecho consagrado en el Estatuto Docente de la institución, como una oportunidad para desarrollar un tema que me motivara y permitiera su realización.

La pregunta que podría orientar esta investigación fue fluyendo a partir de mi formación como socióloga. Me interesaba tener el tiempo para poder hacer lecturas más pausadas y concienzudas de algunos autores que hoy nos indican reflexiones necesarias en lo epistemológico, lo ético y lo teórico-metodológico para las ciencias sociales. También me interesaba realizar una investigación que se enmarcara en uno de los procesos académicos más sentidos en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Antioquia, la transformación curricular, que ha generado preocupación durante muchos años, con el propósito de, por mi parte, contribuir con algunas reflexiones al escenario de posibilidades en la formación profesional.

Con lo anterior en mente, surgió el objetivo general del trabajo del que derivó este libro: orientar el análisis de las relaciones entre la enfermería y las ciencias sociales en términos de complementaciones, tensiones y confluencias. Se esperaba que dicho conocimiento permitiera aportar a la formación profesional del programa de Enfermería de la Universidad de Antioquia.

La pregunta por las relaciones supone indagar por el lugar que se asigna a las ciencias sociales en el campo de la enfermería y viceversa, el que las mismas ciencias sociales dan a la salud y a la enfermería. En coherencia con lo anterior, los objetivos específicos que hicieron posible la indagación fueron: a) reconocer categorías que guían la relación entre la enfermería y disciplinas como la sociología, la psicología, la antropología y la pedagogía, para lo cual se tuvo como marco de referencia la relación explícita de estos campos disciplinares en los cursos académicos de la Facultad de Enfermería vigentes hasta 2019; b) destacar los aportes teóricos y metodológicos de los campos disciplinares de las ciencias sociales mencionadas a la enfermería, y c) analizar desafíos y posibilidades de las ciencias sociales en la formación del saber y del hacer en enfermería en el contexto de la transformación curricular de la facultad.

En lo temático, este trabajo ha significado hacer cambios en mi accionar como investigadora. Ha supuesto pasar de la comprensión de teorías y conceptos de autores de ciencias sociales y enfermería, primero, a la revisión de programas académicos, para identificar el peso que tienen las ciencias sociales en el currículo y la inclusión expresa o implícita de problemas y conceptos de las ciencias sociales en las propuestas académicas, y, luego, a situarme como testigo de un proceso en el cual me siento involucrada, para tratar de interpretar, a partir de mi experiencia como docente e investigadora, aspectos para mí fundamentales de lo que los profesionales de enfermería han expresado en sus debates y formulaciones.

En lo teórico, metodológico y procedimental, este recorrido ha implicado tratar de recoger lo aprendido al lado de maestros como Eumelia Galeano y Gustavo Arango, quienes me han enseñado acerca de la pertinencia de buscar la coherencia interna a través de la elaboración del sistema categorial, y, con ello, la necesidad de, por un lado, elaborar mapas categoriales que permitieran identificar guías orientadoras para la escritura y la formulación de nuevas preguntas y, por el otro, realizar una revisión cuidadosa a través de las fichas de contenido, la categorización, las fichas de indización coordinada y los memos analíticos, todo lo cual se constituye en instrumentos para sistematizar y analizar la información a la luz del sistema categorial. A ellos, mi agradecimiento sincero, pues me han permitido reconocer el valor de la investigación como campo generador de nuevos interrogantes y como una oportunidad de autorreflexión.

Se parte de la afirmación sostenida por las ciencias sociales de que las profesiones, y por supuesto también la enfermería, son construcciones sociohistóricas. En tal sentido, en el capítulo 1 se destacanalgunas decisiones teóricas y metodológicas que orientaron la investigación. Para ello, se tienen en cuenta, en primer lugar, los referentes clave acerca de las ciencias sociales como categoría sensibilizadora del proceso investigativo y, en segundo lugar, las estrategias metodológicas que permiten la aproximación a los aportes disciplinares y a la comprensión del objeto de estudio. Se integra en este apartado el sistema categorial, que fue la guía teórica y metodológica de la investigación y permitió orientar la elaboración teórica, la construcción de instrumentos de recolección y la generación de información en coherencia con las categorías; además de centrar las búsquedas de información, orientar la sistematización y ordenar el análisis.

En el capítulo 2 se presenta una reflexión en tres niveles de contextualización identificados en el sistema categorial: para empezar, se habla sobre lo geoespacial y algunos referentes de este nivel necesarios para la discusión sobre la profesión de enfermería; se continúa con el contexto institucional y algunas contribuciones de las ciencias sociales para la reflexión acerca de los modelos pedagógicos y la producción y reproducción del modelo institucional desde la Universidad de Antioquia y su programa de Enfermería, y, por último, se aborda el tercer nivel, el desarrollo profesional, en el que se destaca la globalización como reto para la profesionalización de la enfermería, su contexto histórico, algunos retos de la formación y la presencia de las ciencias sociales en los cursos de formación en enfermería de la Universidad de Antioquia.

En el capítulo 3 se destacan aspectos de la evolución histórica de la enfermería y su concepto fundamental: el cuidado. Se subrayan temas como la pertinencia del análisis histórico, los rasgos de la historia de la profesión, el cuidado como acción y relación social, y algunos enfoques contextualizados del cuidado.

Finalmente, a manera de conclusión, se presentan algunas tensiones, complementariedades y confluencias entre los campos de la enfermería y las ciencias sociales como campos de saber y de práctica, y como ámbito de formación profesional. Estas permiten identificar referentes de las ciencias sociales en la enfermería y tomar en cuenta la relación entre esta última y disciplinas de las ciencias sociales (sociología, psicología, antropología y pedagogía), no solo por los aportes explícitos en los cursos vigentes, sino también por algunas reflexiones acerca del currículo como categoría sensibilizadora del proyecto, que supera la técnica y lo vincula con las ciencias sociales orientadoras de ejes problemáticos de la salud y el cuidado.

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Acotaciones teórico-metodológicas

Referentes para la lectura de las ciencias sociales

Las ciencias sociales configuran un campo en el que confluyen distintos saberes disciplinares que se ocupan de la construcción de la vida en lo individual y lo colectivo, a la vez que comparten el estudio e intervención de problemas y respuestas que emergen en este proceso. Ello permite formular nuevas hipótesis o explicaciones, identificar escenarios, recoger distintas propuestas metodológicas y proponer conceptos que se retoman y se incorporan a la experiencia y al lenguaje cotidiano (Puga, 2009).

Desde una perspectiva crítico-social, se entiende que las ciencias sociales son expresiones formalizadas de acercamiento a realidades complejas, a la materialización de condiciones interconectadas como los procesos de individuación y socialización, y a las distintas formas, colectivas e individuales, de crear la vida, a lo largo del tiempo o desde lo cotidiano, con reconocimiento de determinadas regularidades y, a su vez, de incertidumbres y caos (Berger y Luckmann, 2008). Lo anterior lleva entonces a pensar las ciencias sociales como un espacio que se renueva a partir de relaciones dinámicas que suponen no solo cambios en los paradigmas explicativos de los que se sirve y en el papel de los sujetos, sino también el reconocimiento de una realidad siempre cambiante e incierta frente a la cual no suele haber salidas o explicaciones inmediatas.

El objeto de las ciencias sociales es comprender la realidad social en su carácter sociohistórico y cultural, razón por lo cual los sujetos se tornan en protagonistas del análisis, en cuanto constructores de distintos modos de vida y como seres que se forman en la interrelación con los demás y con los entornos económicos, ambientales, políticos e ideológicos, entre otros. Es precisamente en esta tarea interpretativa en la que los cientistas sociales enfrentan retos teórico-metodológicos para dar cuenta de cómo se construyen los datos de los criterios con los que se estructuran las preguntas y de cómo se interpreta la realidad. Al respecto Zemelman (2010) señala:

El primer desafío se traduce en tener que problematizar lo que se entiende por realidad socio-histórica […]. No es posible pensar en ningún tipo de estructura social, económica o política, como tampoco cultural, si no es como resultado de la presencia de sujetos en complejas relaciones recíprocas en cuanto a tiempos y espacios; lo que implica tener que enfocar los procesos como construcciones que se van dando al compás de la capacidad de despliegue de los sujetos, los cuales establecen entre sí relaciones de dependencia recíproca según el contexto histórico concreto (p. 356).

Esta claridad para las ciencias sociales, según Jaime Osorio (2012), abre dos caminos necesarios. En primer lugar, reconocer que toda observación y lectura que se haga de la realidad social estará cargada de teoría y de intencionalidades. Los datos son construcciones, razón por la cual es necesario dar cuenta de por qué se privilegian determinadas realidades, de los horizontes de visibilidad y los que quedan ocultos, así como de las posibles consecuencias que se generen por las rutas asumidas. En segundo lugar, posibilita encontrarle sentido a la transdisciplinariedad, pues, al margen del origen disciplinar, se requiere fortalecer diálogos académicos que, en la dimensión teórico-epistemológica y metodológica, rebasen las fronteras de los saberes para orientar a nuevas y, posiblemente, más complejas interpretaciones y acciones.

De esta manera, una condición esencial que direcciona el análisis y la contribución a la transformación de lo social, desde las ciencias sociales, es el reconocimiento del carácter dinámico de la realidad, de lo incierto, lo aún no dado, y del papel que tienen los sujetos como artífices de la construcción de relaciones susceptibles de transformaciones sociopolíticas, las cuales también generan impactos en distintas dimensiones de lo individual y lo colectivo. Tal como lo señala Edgar Morin (1984), contrario a lo que indica la ciencia formal y pese a las certezas innumerables, enfrentamos un proceso de conocimiento que se caracteriza por su complejidad, lo que trae consigo relaciones de incertidumbre y riesgos de error en su ejercicio.

En relación con la interdisciplinariedad, más allá de la aceptación de diálogo entre campos de saber, es importante insistir en la pertinencia de abogar por un “razonamiento de umbral” que lleve a abrir la mirada disciplinar y que dé la posibilidad de formular nuevas preguntas que trasciendan lo establecido por las disciplinas específicas. Romper esos esquemas hace posible reconocer nuevas realidades y construir conocimiento que no se limite a los ámbitos de sentido definidos originalmente en las disciplinas (León, 1995).

Asimismo, desde el paradigma crítico se concibe que la realidad va más allá de lo que existe y que es preciso avanzar en la reflexión sobre posibilidades y limitaciones de las ciencias sociales, de modo que se enfrente la rigidez con la que en ocasiones se produce conocimiento:

La realidad, como quiera que se la conciba, es considerada por la teoría crítica como un campo de posibilidades, siendo precisamente la tarea de la teoría crítica definir y ponderar el grado de variación que existe más allá de lo empíricamente dado. El análisis crítico de lo que existe reposa sobre el presupuesto de que los hechos de la realidad no agotan las posibilidades de la existencia y que, por lo tanto, también hay alternativas capaces de superar aquello que resulta criticable en lo que existe. El malestar, la indignación y el inconformismo frente a lo que existe sirven de fuente de inspiración para teorizar sobre el modo de superar tal estado de cosas. Las situaciones o condiciones que provocan en nosotros malestar, indignación e inconformismo parecen no ser excepcionales en el mundo actual (Santos, 2006, p. 16).