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Poemario donde la muerte, semejando grajos, vuela sobre la ciudad, tejados, calles, casas; se asoma a ventanas abiertas, provoca dolor en aquel que lo ve venir en toda su majestad. El desgarramiento inducido se trasmuta en tabla de salvación, con la firme intención de surcar hacia el horizonte —la vida—, la cual parece puerto incierto. No hay brújula, Estrella Polar. Solo bruma y, mucha, mucha lluvia, dibujando, advirtiendo diluvio. Poema a poema, el poemario dibuja como el mejor de los Maestros, la imagen del amante. Iconografías tan perfectas, policromáticas, que pueden saltar del verso, tocarnos, embadurnarnos la piel, susurrarnos al oído. Podemos sentir su aliento. Sentimos. Vivimos. Sufrimos. Ese amante —lirio entre margaritas, violetas, magnolias—, a veces huidizo, a veces niño, a veces Divino, deseamos verle partir, olvidar su nombre, silueta, colores, ademanes, pero ya es tarde.
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Seitenzahl: 27
Veröffentlichungsjahr: 2024
Edición y corrección: Juan M. Alsina
Diseño de cubierta: Jadier Iván Martínez Rodríguez
Fotografía de cubierta del autor: Omar Parada Soto
Diseño, composición y conversión a ebook: Grupo Creativo Ruth Casa Editorial
© Omar Parada Soto, 2023
© Sobre la presente edición:
Ediciones Bayamo, 2024
ISBN: 9789592233218
Ediciones Bayamo
Centro Provincial del Libro y la Literatura
Mármol # 113 entre/ Maceo y Ave. Francisco Vicente Aguilera, Bayamo, Granma, Cuba
E-mail: [email protected]
A Yadriel, YOP,
siempre en mis ojos
y los versos que le descubrieron.
Nada es más simple que la resignación.
Nada más sublime que la cautela.
Ian Rodríguez
Odio y amo. ¿Por qué hago yo esto?
No lo sé mas lo siento y eso me causa dolor.
Catulo
…no hables, hijo mío, en oraciones simples
…no perdones los verdaderos culpables…
Carlos Esquivel o Diusmel Machado
Todos los caminos del hombre son limpios…
Proverbios 16:2
Para Yadriel, irremediablemente.
Fueron días de diluvio.
El agua cercenaba toda esperanza.
Fue un país – el nuestro – violáceo.
En la colisión más mediata
arrastrándose contra el azul
prediciendo – presumiblemente – otro abandono,
el hombre.
Era almora y colmado este hombre
de tristeza y deseo su mano
sus ojos amarillos como anunciando muerte.
No era Ugarit ni Egipto esta tierra
de tiempo indefinido
atravesada por la libertad. ¿La libertad?
El hombre escondió el rostro perdiendo
la belleza en días del diluvio.
Padre viene en sueños cada jueves
filosofa sobre el ejemplo del agua
los geranios en el huerto
los ojos amarillos y la muerte.
Me dice “sabe Dios qué cosas”
y comprendo. Así termina cada noche:
busca desde siempre la mano cruel
el ritual lúdico contra el sacrificio
sacude su cabellera tersa
me acuna en sus brazos
como lo hacías Níctimo mío cuando amábamos.
Fueron días de diluvio
agua vertida en la madrugada más infeliz
extraña ante la luz de mis ojos