Esto es narcisismo - Elise O. G. - E-Book

Esto es narcisismo E-Book

Elise O. G.

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Beschreibung

Tienes que saberlo: el narcisista es un buen jugador, pero esto es porque jamás juega limpio. Su tablero está diseñado para que todo aquel que entre en él pierda y sufra, mientras cree que quizá podría ganar. No te sorprendas; es probable que conozcas a uno y que, sin darte cuenta, hayas sido víctima de sus manipulaciones. Un hecho interesante es que a lo largo de tu vida te toparás con muchos de ellos: en el trabajo, en la iglesia, en tu hogar, etc., pero... ¿Sabes cómo identificarlos? ¿Entiendes por qué actúan como actúan? ¿Sabías que cada vez hay más víctimas del abuso narcisista por todo el mundo? ¿Habías notado que en el cristianismo poco o nada se habla al respecto? El problema es que casi todos lo ignoran, por ello no están preparados para ayudar y mucho menos para recibir ayuda. En este pequeño, pero esencial libro, la autora pone a nuestro alcance las herramientas necesarias para ayudar o ser ayudados, pues muestra (desde una perspectiva bíblica) lo que es el narcisismo y cómo afecta a otros, y de forma simple recuerda al lector que Cristo aún tiene poder, que aún puede dar victoria y que aún ofrece libertad.

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© Derechos de edición reservados.

Letrame Editorial.

www.Letrame.com

[email protected]

© Elise O.G

Diseño de edición: Letrame Editorial.

Maquetación: Juan Muñoz Céspedes

Diseño de cubierta: Rubén García

Supervisión de corrección: Celia Jiménez

ISBN: 978-84-1068-386-0

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

«Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

.

A mi abue gracias. Un abrazo hasta el cielo…

Para mi Dios, y tal como Job lo dijo, hoy puedo decirlo yo, de oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven.

A Él sea la gloria y la honra.

.

Querido lector, quiero que tomes el tiempo de leer esto porque deseo mostrarte que Dios sigue teniendo poder y capacidad de dar victoria sobre las áreas en nuestras vidas que parecen no tener solución. Que a pesar de que muchas veces lo sentimos tan distante o incluso ausente, aún está en control, y que sigue siendo verdad que el mal puede ser vencido con el bien. Mi anhelo sincero es ayudar a todo aquel que vive, conoce o ha convivido con un narcisista; y aunque estoy convencida de que existe gente más capacitada que yo, o que ha estudiado mucho más sobre el tema de lo que yo lo he hecho, me siento en el deber y con el corazón cargado por este asunto.

No podemos tomarlo a la ligera, no se trata de un hogar más con dificultades; no es otra mujer con arranques de ira u otro novio explosivo que se justifica al decir que ha sido protector. No es solo un padre que corrige incorrectamente a sus hijos, de ninguna manera es un caso más de rebeldía, dureza o falta de perdón, es el narcisista actuando con sutileza, destrozando y manipulando. Mi intención no es confundir a nadie, pero tenemos la idea preconcebida de que el narcisista existe solo fuera del cristianismo. Sin embargo, el problema es real; el narcisismo en lo absoluto es la norma, sino la excepción; no es el modelo, es el defecto, quiero decir que son una minoría y que es precisamente esto lo que le quita importancia y lo normaliza.

No es natural y mucho menos sano; al ignorar la verdad nos convertimos en esclavos de las mentiras de Satanás, por ello estoy convencida de que muchos hijos, cónyuges, familiares y amigos han sido víctimas del abuso narcisista dentro del cristianismo. Siendo afectados de forma negativa y profunda, viviendo con heridas graves, condenados a seguir prisioneros de una farsa, no porque Cristo no tenga la solución o porque sea incapaz de ofrecer rescate, más bien porque quienes podemos proporcionar una guía a la libertad en Él (la iglesia y los hogares cristianos) ignoramos con o sin intención el problema. Esto es porque no hablamos de algo superficial, se trata de un asunto espiritual que debe confrontarse con la verdad de la Palabra de Dios.

En las siguientes páginas presentaré verdades bíblicas que servirán a todo aquel que lea este estudio para identificar su condición, con la intención de que su mirada vuelva a Cristo, a no rendirse ante el odio, el rencor y la amargura, sino a aprender a entregarle todo a Él diariamente, viviendo una situación a la vez.

Espero de corazón que este material sirva para que, en lo que respecta a este asunto (y todos sus efectos colaterales), puedan hallar verdadera libertad en Dios.

Entiendo lo valiosa que es la verdad, personalmente habría dado lo que fuera por tener entre mis manos (años atrás) algo que me hiciera entender qué era lo que estaba viviendo, que con la Biblia me mostrara por qué las circunstancias no cambiaban aunque lo intentara. Que me hiciera comprender que no todo era mi culpa, algo que refutara la mentira de que Dios estaba siendo cruel y ese sentimiento de que nadie podía entender realmente lo que ocurría.

Muchos intentan ayudar, pero la mayoría receta una cura equivocada; nada cambia hasta que el Consolador (de manera dulce) muestra la verdad que desde el principio ha estado presente, y es esa la que deseo compartir con otros, para que encuentren lo que yo hallé.

PARTE UNO(Narcisismo)

CAPÍTULO UNO

¿Qué es el narcisismo?

En esta primera parte trataré de explicarte los orígenes y definiciones del término, pero debo pedirte que seas paciente y comprendas que es necesario mostrar el lado secular de esta moneda antes de hablar bíblicamente; no porque considere que sea más importante, sino porque es en lo secular donde toda la información se ha desarrollado y ha sido explicada, por ello lo creo indispensable y espero que tú también.

Dicho esto, debemos saber que el término narcisismo es utilizado con frecuencia en la psiquiatría y la psicología desde el siglo XIX para describir una serie de comportamientos que impactan en las relaciones interpersonales, especialmente en la familia. Sin embargo, su origen proviene de mucho tiempo antes con un mito griego. La historia habla sobre un hombre de hermosa apariencia llamado Narciso, todo aquel que le veía se enamoraba porque no podía pasar desapercibido. Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con una ninfa de nombre Eco, la cual había sido maldecida por Hera, condenada a repetir las últimas palabras de aquellos a quienes oía hablar.

Eco se había enamorado perdidamente del joven y bello Narciso, por lo que, de la forma que pudo, le confesó su amor esperando que el sentimiento fuera mutuo. Él la rechazó con crueldad, expresando que le sería imposible amar a un ser tan horrendo, lo que provocó que la mujer se ocultara en una cueva, dejando que la tristeza la consumiera hasta matarla, causando que su voz quedara atrapada ahí.

Némesis (la diosa de la venganza), en castigo al engreído Narciso, lo condenó a morir enamorado de sí mismo. El hombre miró su reflejo en un estanque y sorprendido de la belleza que tenía frente a él se convenció de que no había nada en el mundo que fuera más digno de admirar como lo que sus ojos veían. Se enamoró y mientras intentaba agarrar aquel reflejo para poseerlo, murió ahogado.

Así nació la palabra «narcisismo», pero con el paso del tiempo, lo que hasta ese momento pocos conocían como un sinónimo de egoísmo, fue aplicado al comportamiento humano como una perversión sexual (Havelock Ellis y Paul Nape XIX). Idea que fue afirmada por Sigmund Freud en su libro Introducción al narcisismo (1914) donde lo describió como una conducta por la cual el individuo mira y trata a su cuerpo con complacencia sexual hasta que alcanza satisfacción plena.1

Sin embargo, no todos aceptaban la definición que estos hombres tenían sobre el término y fue por ello que con el paso de los años muchos otros psicólogos y psiquiatras dieron sus propias explicaciones, asemejando la información a lo que hoy en día conocemos. Pero no fue hasta los años 1971 al 1977, que Heinz Kohut y Otto Kernberg lo catalogaron y definieron como un trastorno de la personalidad.2

Definición secular

Hoy el narcisismo está catalogado como un trastorno de personalidad, esto quiere decir que quien lo padece tiene un comportamiento perdurable (permanente), sigue un patrón y provoca una distorsión de lo que se percibe, lo cual afecta a cuatro áreas específicas: la cognición (la manera en la que se percibe e interpreta a otras personas, a uno mismo y a los acontecimientos), las respuestas emocionales, el funcionamiento interpersonal y el control de los impulsos.3

Quien padece un trastorno de personalidad no se desenvuelve en la vida de la misma manera que cualquier ser humano sano lo haría y es necesario que recordemos esto, no como una excusa o justificación a las acciones del narcisista, sino como una explicación para entender cómo actúa.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (por sus siglas DSM) es el que se ha encargado de enumerar y clasificar todos los trastornos que han sido descubiertos a lo largo del tiempo, en sus diferentes ediciones existen definiciones sobre el narcisismo de las cuales quiero mostrarte dos; la primera se encuentra en el DSM-III donde se describe como:

«Un sentimiento grandioso de auto importancia o peculiaridad, fantasías de éxito ilimitado, necesidad exhibicionista de atención y admiración constante, respuestas características a las amenazas a la propia estima y alteraciones características de las relaciones interpersonales, del tipo de sentimientos de pretensión y de explotación interpersonal; relaciones que oscilan entre un exceso de idealización y devaluación, y falta de empatía» (p.315).4

El DSM-V (mismo manual, pero en su quinta edición) lo define como:

«Patrón dominante de grandeza (en la fantasía o en el comportamiento), necesidad de admiración y falta de empatía, que comienza en las primeras etapas de la edad adulta y se presenta en diversos contextos» (p.365).5

Entre ambas ediciones existen 27 años de diferencia y lo que el DSM-III describía como un «sentimiento grandioso de auto importancia» el DSM-V lo presentó después como un «patrón dominante de grandeza».

Aunque las dos definiciones describen al narcisismo de forma acertada, la información cambia y es justamente eso lo que quiero enfatizar, el cambio. Esto me lleva a pensar que lo que hoy conocemos como narcisismo podría ser modificado con el tiempo porque los datos que se tienen están basados en investigaciones, vivencias y en agrupar diferentes términos para definirlos como uno mismo. La noción de la palabra ha cambiado para acomodarse a las culturas y épocas, con esto no intento decir que los datos que se tienen no sean confiables, sino que pueden variar e incluso cambiar, afirmando así la verdad que deseo compartir: aunque en el mundo el narcisismo cambie su significado de acuerdo al tiempo en el que se vive, y que el narcisista no siempre sea reconocido como un problema real, la Biblia los describirá siempre de la misma manera y reconocerá en cada generación el peligro que representan.

CAPÍTULO DOS

Origen bíblico

Es verdad, la Biblia no menciona ni una sola vez las palabras narcisismo o narcisista (porque el término es relativamente actual). Sin embargo, hablamos de un tema que siempre ha existido, donde como primer y más grande ejemplo tenemos al diablo, y aunque no conocemos exactamente el comportamiento que Satanás tuvo antes de ser expulsado del cielo, la Biblia nos muestra versículos sobre su caída que revelan detalles en su carácter.

Ezequiel 28:17 nos dice: «Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor…». En primera instancia se le describe como un ser arrogante, egoísta, altivo y soberbio.

Isaías 14:13-14 enfatiza el hecho de que él es su propio dios: «Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de los montes subiré».

Por esa simple razón pretendía poner su trono en lo alto: para ser semejante al Altísimo, demostrando que estaba a Su altura y que incluso era mejor. Estos pasajes nos pintan una pequeña imagen de lo que Satanás era en un inicio, pero la Biblia entera nos enseña el cuadro completo, no lo que el diablo mismo pretende ser, sino lo que es en realidad: el acusador, un manipulador por excelencia, un engañador experimentado, quien utiliza a las personas como medios para lograr un fin en el cual solo él se ve beneficiado, un ser soberbio y malvado que se muestra como lo que no es; vendiendo una imagen engañosa de sí, insinuando e incluso afirmando que es Dios.

El origen mismo de lo que significa la palabra narcisismo se encuentra en el diablo y aunque fue el primero no es, ni tampoco será el único.

Definición bíblica

Hay muchos versículos en la Biblia que nos hablan sobre narcisismo. Sin embargo, ninguno de ellos define al narcisista tan ampliamente como lo hace Pablo en 2ª Timoteo 3, donde los describe como: «amadores de sí mismos».

En este capítulo, el apóstol previene a Timoteo sobre los postreros tiempos y de forma directa expone el carácter de las mujeres y los hombres «amadores de sí mismos», dejando así en evidencia lo que son y cómo son.

«También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella… hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe» (2ª Timoteo 3:1-5,8).

Pablo entendía el peligro y la advertencia escrita a Timoteo pretendía (entre otras cosas) que el joven pastor fuera capaz de identificarlos. Por ello, creo que cada cristiano debería estar preparado para reconocerlos y al mismo tiempo aceptar que solo al conocer la verdad de Dios sabremos cómo actuar y responder ante sus mentiras. Después de todo, el narcisista es real y el peligro que representan también lo es; es un hecho, quien no sepa tratar con ellos terminará destruido.

Narcisismo primario y secundario

Freud, en su famoso libro Introducción al narcisismo, describió dos tipos de narcisismo como base: primario y secundario6, el primero lo atribuyó a los niños, a quienes nombró: «su majestad, el bebé», mencionando que este es necesario porque ayuda en la supervivencia y el desarrollo del menor.

Quiero ejemplificarlo de esta manera: un bebé no es consciente de la importancia que tienen las personas a su alrededor, se preocupa solamente de sí mismo y por sus necesidades, los que le rodean son el medio para conseguir aquello que desea (alimento, afecto, protección, amor). Esto es hecho sin malicia. No obstante, cuando comienza a crecer, sus padres le enseñan cómo funcionan las relaciones, ponen límites, explicando que no todo se puede hacer en el momento que quiere y como desea. Existe un intercambio entre ambos y es así como va dejando este comportamiento «de niño» a un lado para terminar de desarrollarse como una persona sana.

El secundario, por otro lado, es el que concierne a los adultos, no es sano y daña no solo a quien lo padece, sino también a quienes le rodean.

¿Cómo y cuándo surge?

Ante la sociedad un trastorno no tiene cura aunque sea tratable; para el mundo el hombre o la mujer que se convierte en narcisista lo será para siempre. Es interesante, la psicología declara que el narcisismo no puede ser diagnosticado durante la infancia, y el DSM-V afirma que comienza en las primeras etapas de la edad adulta.

Este dato muestra que nadie nace siendo narcisista. Sin embargo, las circunstancias y el ambiente donde nos desarrollamos tienden a moldear diferentes áreas de nuestro carácter, dictando muchas veces las reacciones que tenemos y cómo actuamos; siendo hasta cierto punto responsables de nuestra forma de ser. Ante esta idea considero que son estos los factores que forman o causan al trastorno de la personalidad narcisista, y aunque es cierto que durante la niñez no se puede diagnosticar, lo que ocurre en torno al niño durante su crecimiento determinará si se convierte o no en el siguiente narcisista.

Quiero señalar que las circunstancias en la vida no deberían determinar en lo que se convierte un individuo. Sin embargo, aunque no hay una ley que dicta que el niño se volverá aquello que alguna vez odió o le causó dolor, por lo general termina siendo exactamente eso.

Romanos 12:21 menciona: «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal». Expuestos a una vida como esta, la elección recae sobre la persona para decidir en lo que se transforma.

Características que exponen al narcisista

Existen ciertas características que exponen a los narcisistas y sí, con esto quiero decir que no es posible catalogar a cualquier persona con el trastorno solo por conocer las definiciones y los orígenes. El DSM-V ofrece un marco con el perfil narcisista mencionando que, para que alguien pueda ser diagnosticado, es necesario manifestar cinco o más de los siguientes puntos:

• Tiene sentimientos de grandeza y prepotencia (por ejemplo: exagera sus logros y talentos, espera ser reconocido como superior sin contar con los correspondientes éxitos).

• Está absorto en fantasías de éxito, poder, brillantez, belleza o amor ideal ilimitado.

• Cree que es «especial» y único, y que solo pueden comprenderle o solo puede relacionarse con otras personas (o instituciones) especiales o de alto estatus.

• Tiene una necesidad excesiva de admiración.

• Muestra un sentimiento de privilegio (es decir, expectativas no razonables de tratamiento especialmente favorable o de cumplimiento automático de sus expectativas).