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El presente libro aborda la Evaluación Docente como un tema de relevancia pedagógica para las Instituciones de Educación Superior, desde una perspectiva formativa. A lo largo de sus 5 apartados, se adentra en un tema controversial dentro de los grupos académicos universitarios, con la intención de explorar su historia, sus alcances y sus limitaciones. Asimismo, se hace un análisis de un proceso de autoevaluación, para proponer un modelo dimensionado que ayude tanto a los profesores como a profesionales encargados que deben detectar necesidades de capacitación, información y formación.
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Seitenzahl: 134
Veröffentlichungsjahr: 2025
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Dr. Leonardo Lomelí Vanegas
Rector
Dra. Patricia Dolores Dávila Aranda
Secretaria General
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN
Mtra. Nora del Consuelo Goris Mayans
Directora
Dra. Ericka Judith Arias Guzmán
Secretaria General
Dra. Laura Páez Díaz de León
Secretaria de Posgrado e Investigación
Mtro. Fernando Martínez Ramírez
Coordinador de Servicios Académicos
Lic. Norma Guadalupe Rojas Borja
Jefa de la Unidad de Servicios Editoriales
Catalogación en la publicación UNAM. Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de la Información
Nombres: Gutiérrez Rodríguez, Rosa Martha, autor. | Neira García, Sharon Aline, autor.
Título: Evaluación docente : una mirada dimensionada / Rosa Martha Gutiérrez Rodríguez, Sharon Aline Neira García.
Descripción: Primera edición. | México : Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Estudios Superiores Acatlán, 2024.
Identificadores: LIBRUNAM 2245616 (libro electrónico) | ISBN 9786073094474 (libro electrónico).
Temas: Maestros universitarios -- Evaluación de -- México. | Comunidades profesionales de aprendizaje -- México.
Clasificación: LCC LB1719.M4 (libro electrónico) | DDC 370.710972—dc23
Evaluación Docente: una mirada dimensionada
Rosa Martha Gutiérrez Rodríguez
Sharon Aline Neira García
Portada: Luis Arturo Lucero Flores
Corrección de estilo: Norma Alejandra Martínez Campos
Diseño editorial y formación: Zita Patricia Flores Angeles
Primera edición digital: 2024
D.R. © UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
Ciudad Universitaria, Alcaldía Coyoacán,
C.P. 04510, Ciudad de México, México.
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN
Av. Alcanfores y San Juan Totoltepec s/n,
C.P. 53150, Naucalpan de Juárez, Estado de México,
Unidad de Servicios Editoriales
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
ISBN: 978-607-30-9447-4Peso EPUB 3.3 Mb
Hecho en México
Made in Mexico
Gracias a los distintos apoyos otorgados por la Universidad Nacional Autónoma de México; a través de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, la Secretaría de Posgrado e Investigación y el Departamento de Investigación Educativa de la Unidad de Investigación Multidisciplinaria II he logrado concluir la presente propuesta de evaluación que constituye un planteamiento para su discusión, debate y análisis.
Se extiende el agradecimiento entrañable a los apoyos académicos y disciplinares aportados por dos amigos y académicos de gran valía: Ignacio Pineda quien, con sus comentarios y discusiones, produjo una importante reflexión en torno a la evaluación como proceso formativo. A Clara Carpy presente en el análisis del manuscrito y en la reconfiguración de elementos determinantes en la construcción del texto.
A Sharon Aline Neira quien me acompañó en todo el proceso de reflexión, lectura y construcción del texto, sin su ayuda no habríamos llegado a este punto del camino y sólo me resta decirles gracias.
A Regina, Emiliano y Emilio.
Hoy presentes en la vida educativa
y partícipes de la conformación
de sujetos reflexivos.
La función intelectual de las dificultades
es la de conducir a hombres y mujeres a pensar.
John Dewey
El proceso de Evaluación Docente en las Instituciones de Educación Superior ha sido un tema controversial y, frecuentemente, de desencuentro entre grupos de académicos y especialistas en los ámbitos universitarios. No obstante, cuando el proceso de levantamiento de información y su análisis se realizan desde la perspectiva de los estudiantes, la evaluación de los pares –que en el mejor de los escenarios dota de apertura y diversidad al recibir la contribución de los colegas– y la autoevaluación que los propios profesores emiten sobre su particular desempeño nos permiten observar que el ejercicio transita del mero cumplimiento de un requerimiento institucional a un proceso de recuperación de información que redundará, invariablemente, en el establecimiento de discusiones reflexivas y fundadas, para dar pie a procesos de transformación y mejora.
El propósito en el proceso de evaluación se centra en destacar la optimización de un procedimiento que abarca múltiples complejidades, como la enseñanza universitaria y la adecuación de la actividad para evaluar el rendimiento docente. Este enfoque se traduce en un progreso que tiene como objetivo:
El mejoramiento de las prácticas de enseñanza a fin de dar retroalimentación a los profesores y asegurar que todos los estudiantes logren aprender durante su paso por la escuela. Se trata de que el sistema educativo identifique con oportunidad las fortalezas y debilidades en el desempeño de sus maestros para que pueda intervenir ofreciendo los apoyos necesarios para atender los problemas identificados, así como monitorear los procesos de mejora (Santos, 2012).
Visto desde la mirada de Annette Santos (2012), los procesos de evaluación docente en el ámbito institucional constituyen una fuente de información importante, puesto que aportan los elementos necesarios para la toma de decisiones; el diseño e implementación de acciones encaminadas al mejoramiento y actualización del profesorado; y saberes pedagógicos que fortalecen los procesos formativos de los estudiantes. Para que esto ocurra los resultados deben reflejar con claridad los procedimientos cuantitativos y cualitativos en su relación con lo que se pretende evaluar.
Por lo que, el análisis que se realiza pretende atender los aspectos teóricos, instrumentales, analíticos, reflexivos e interpretativos a través del tratamiento de los siguientes elementos:
a) La visión teórica de los procesos de evaluación docente.
b) El objeto de la evaluación que, desde el planteamiento teórico, debe centrarse en el desempeño de los docentes.
c) Definir las dimensiones que explican el desempeño docente desde las concepciones teóricas.
d) Diseñar, validar y pilotear el instrumento de evaluación a partir del objeto de evaluación, es decir, los desempeños, realizando las agrupaciones de los ítems a partir de las cinco dimensiones que se plantean como sustento del constructo.
e) Abordar el análisis de las fuentes de información tomando como punto inicial a los estudiantes –pero no como fuente única– en el proceso de evaluación de los docentes, por lo que se recupera la incorporación de estos a través del proceso de autoevaluación.
Es importante señalar que los procesos ya realizados constituyen la manifestación más clara de la preocupación permanente en las Instituciones de Educación Superior (IES) por contribuir a la formación de docentes y estudiantes a través de conocimientos y herramientas necesarias para su mejor desarrollo en los campos de saberes, valores y habilidades.
Por otro lado, es necesario considerar que la evaluación docente –limitada a procesos masivos de medición del rendimiento, desde el terreno de la política pública, en cuanto a acción política se refiere– suele ser considerada como un instrumento de carácter esencialmente punitivo que, desde el ejercicio gubernamental ha sido usado para recuperar el control del magisterio organizado, o no, en órganos sindicales y en grupos que, frente a la organización de los actores en el poder, representan un conjunto de conflictos y problemas que deben mantenerse bajo control. Por lo que, la acción de control se respalda en reglamentos y leyes que contemplan al proceso de medición de los rendimientos docentes, como una herramienta que posibilitará dicho fin.
Por tanto, es necesario incluir la discusión que se plantea entre las posibilidades del desarrollo en los procesos de evaluación docente con fines de discusión reflexiva y los de medición masiva con fines de control, que se encuentran en los posicionamientos e intencionalidades que guían las acciones de los actores.
Dichos elementos propiciarán distintas dinámicas de interacción dialógica: desde las meramente descalificadoras y anuladoras de derechos y del desempeño laboral de los docentes como funcionarios del Estado; hasta aquellas que tendrán como fin contribuir en la construcción de reflexiones, discusiones e intercambios encaminados aplantear alternativas que coadyuvan al mejoramiento y transformación de discursos y quehaceres institucionales. En el trayecto que discurre entre uno y otro extremo se desarrollan distintas aportaciones teóricas, metodológicas y técnicas; reflexiones filosófico-política-pedagógico-educativas con el fin de analizar y poner a debate tanto la necesidad como la representación que asume dicha evaluación docente como un deber institucional, o bien, como una dinámica intersubjetiva y de intercambio entre los actores que participan en las dinámicas educativas en el aula e institucionales. Por lo que, es necesario debatir el proceso y el fenómeno de la evaluación partiendo de revisiones documentales y vivenciales con el fin de reflexionar los alcances, así como las limitaciones del proceso evaluativo a manera de recurso educativo y medio de información.
Así mismo, es necesario precisar que la presente investigación se realizó en distintos escenarios institucionales, para los que la significación de los procesos de evaluación docente se situaba, esencialmente, como una necesidad de cumplimiento normativo más que de reflexión y formación pedagógica, fundamentalmente entre 2016 y 2018, periodo en el que tomó mayor fuerza la necesidad de dar cumplimiento a la política pública nacional en términos de evaluación de la docencia como desempeño en el aula, subordinando su esencialidad pedagógica y posibilidades formativas a un mero trámite obligatorio en su cumplimiento.
Es importante, también destacar que dicha investigación se realizó, en cuanto al campo institucional se refiere, en distintas escuelas de nivel superior de sostenimiento público y privado, por lo que se plantearon como objetivos de la propia investigación los siguientes:
a) Plantear desde las dimensiones teóricas, metodológicas y técnicas las implicaciones de los procesos de evaluación de la docencia en cuanto a sus significados, con el fin de discutir los alcances y limitaciones de los procesos evaluativos desde sus articulaciones político-institucionales.
b) Analizar los fines de la evaluación docente en las instituciones de educación superior, con el fin de enmarcar las intenciones pedagógicas y formativas de la evaluación docente.
c) Vislumbrar la postura actual de los procesos de evaluación docente en las universidades en términos de formación y actualización, para enriquecer la formación de los docentes en los campos de los saberes pedagógicos, técnicos e institucionales.
Así que, a lo largo de cinco apartados, se presenta una breve introducción al proceso de Evaluación Docente y su caracterización durante los últimos años, presentando, en los apartados I y II, un breve recorrido histórico en el que se alude a las posturas desde distintas perspectivas de análisis teóricos, referentes a los procesos evaluativos desarrollados en los centros educativos de nivel superior.
En el tercer apartado hacemos énfasis en los procesos de evaluación docente en instituciones de educación superior e incluimos el análisis de la, no tan reciente, autoevaluación docente.
Dedicamos un cuarto apartado a presentar un proceso de evaluación dimensionada que se caracteriza por incluir al menos dos fuentes informativas: estudiantes y docentes, los primeros al realizar la evaluación a sus profesores y estos últimos con un ejercicio de autoevaluación. También se aborda la explicación de cada dimensión y la importancia de evaluar en torno a dimensiones específicas para hacer más puntual la lectura de los resultados tanto para el profesor como para quienes se encargan de detectar las necesidades de: capacitación,1 información2 y formación.3 Además, se propone la evaluación dimensionada de los desempeños docentes que se ejemplifica con una experiencia de adecuación y aplicación de la misma.
En el apartado final se abordan las limitaciones y los alcances del proceso de evaluación docente en las universidades y su pertinencia y validez desde lo institucional y pedagógico.
La evaluación docente es considerada actualmente una herramienta fundamental para la mejora de los procesos educativos en las instituciones de educación superior. Los resultados derivados de este proceso permiten desarrollar un programa de capacitación diseñado para potenciar la labor docente, elemento clave en la educación de estudiantes tanto de grado como de posgrado, al expandirse hacia estas áreas específicas.
Sin embargo, ocurre, con mayor frecuencia de la deseada, que el proceso de evaluación de los desempeños docentes se realiza a partir de posturas dispares, con objetivos poco claros o estandarizados, que parten de principios y reglas universales que pretenden dar cumplimiento a las políticas públicas nacionales e internacionales bajo el principio de la calidad educativa.4
Desde estas posturas, es probable que los resultados, que se traducen en información, se caractericen por su amplitud, generalización y visión abarcadora; lo que probablemente conduce a la toma de decisiones con un margen de desviación importante, en cuanto a los fines de formación y discusión para y entre la docencia; lo que ha dado como resultado final del proceso evaluativo un fenómeno que contribuye muy poco a la dinámica de mejora y transformación de los procesos educativos, en tanto que los ejes de noción y acción de la docencia han sufrido virajes muy importantes en los últimos años.
En primera instancia, hablar de evaluación docente implica reconocer las configuraciones de la docencia, puesto que identificar el sujeto de evaluación y los elementos adyacentes a sus prácticas profesionales, esclarece el rumbo que debe tomar el proceso de evaluación.
Para Paulo Freire, la docencia significa el establecimiento de un vínculo con la comunidad de escolares, teniendo como eje del pensamiento docente y los quehaceres que implica, la formación como un proceso de amplio alcance y posibilidad que trasciende lo instruccional para centrarse en lo socio-político y humano; probablemente la frase que representa de mejor manera el pensamiento educativo freiriano es “formar es mucho más que adiestrar al educando en el desempeño de destrezas” (Freire, 2006), por lo que la revolución pedagógica freiriana se sostiene en los principios de la ética, lo axiológico, lo humano, y lo científico como el verdadero sentido de la docencia; puesto que exige del docente un profundo conocimiento sobre aquello que se va a enseñar al mismo tiempo que debe conocer las virtudes que el diálogo y la cercanía con el otro otorgan a los actos formativos en términos de mutualidad y comunidad.
Por su parte, Maurice Tardif concibe a la docencia en la posibilidad del saber del profesor y su mediación entre lo individual y lo social reconociéndolo como el actor de una comunidad y al mismo tiempo como componente de los sistemas educativos (Tardif, 2014: 14). En algún momento de sus planteamientos, Tardif articula la experiencia y el saber cómo dos elementos que no deben polarizarse, sino más bien, abonar uno a favor del otro reconociendo el valor dinámico de la docencia sin perder de vista su valor histórico, social y cultural.
Una mirada más sobre la docencia, es la de Villa Escobar y Domínguez Rojas (2017) quienes enfatizan que “el docente en el proceso de enseñanza aprendizaje puede moverse ampliamente en un plano curricular, pedagógico, didáctico, por señalar solo algunos escenarios. Existen, sin embargo, dos aspectos que son de interés en relación al rol del docente, el docente como agente de conocimiento disciplinar y el docente como agente social, cognitivo y autorreflexivo” (Villa y Domínguez, 2017: 5). De este modo, es posible reflexionar sobre el hecho de que la docencia se centra más bien en las construcciones sociales que justifican y sostienen el deber ser de la misma incluyendo el conocimiento disciplinar, el conocimiento del campo profesional, el saber práctico y el saber social.
Podríamos decir entonces, que la docencia se configura como un enorme prisma de representaciones y configuraciones que mantienen desde la visión de los distintos autores algunos elementos en común como el conocimiento disciplinar, el saber pedagógico y el saber técnico.