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Al ir al cine, al acompañar la película comiendo pochoclo, cotufas o canguil, estamos, en esencia, haciendo lo mismo, compartiendo en el desencuentro de las palabras que nos determinan, la misma historia. En Guagua Dayvi Castellano explora en clave poética lo que nos es común en medio de un recorrido por los pensamientos sobrevenidos durante un viaje accidentado: intentado llegar a Buenos Aires en medio de escapar de la crisis venezolana y quedando atrapado en Ecuador durante la pandemia en 2020. Una travesía que empezaría Guayana, al Oriente venezolano, pasaría por Colombia, Quito y Guayaquil, de alguna forma escurriéndose con la brújula puesta en Argentina, nos enfrenta a un complejo de Ulises en formación que aspira encontrar alivio en la identidad compartida de la región y en drenar las penitencias del camino.
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Seitenzahl: 25
Veröffentlichungsjahr: 2023
DAYVI CASTELLANO
Dayvi CastellanoGuagua : un viaje y otros desencuentros / Dayvi Castellano. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3968-7
1. Poesía. I. Título.CDD A861
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Ruanas y café
Tánatos
Por condición y costumbre
Delirios
Verso nocturno
Granos en la luna
Yo soy de aquí
Botellas de viento
Canta el Chimborazo
Encierro
Onírico
Copas de sobras
Colirio
Libres de amar
En el malecón del Guayas
Paseo
Gua-Gua
Emigrando de la “a” a la “u”
“Stefany”
“Andrea”
“Trujillo”
“Trujillo”
“Para tú”
Viejo, volví
Canto porteño
Dedicado al camino, no tan claro,
entre la calle Manuela Sáenz en Puerto Ordaz
y la calle Moreno en Buenos Aires, Capital.
A todos los que acompañaron ese trayecto.
Amorfo, sin patrón y a la vez...
Hecho a la medida.
Tallado en tierra y viento,
Con una corona blanca y fría.
Las bestias del monte,
Emergen a la vista,
Como pasto en el campo,
Mientras que el cielo, tiende a estar a mano.
Aire gélido puya el cuero,
Una serpiente de asfalto, en medio del manglar,
Verde a lo cerca y azul a lo lejos,
Y un techo de pájaros cantores.
Los sumisos viajeros,
Parecen inmunes al paisaje,
Y a mí que tanto el alma me alegra,
Y a mí que tanta falta me hizo.
Mis ojos ruedan sin freno,
Por el sendero amontañado.
Una gota distraída
cae entre las nubes,
un viento arenoso
choca en ella quebrándola en un par.
Bañan las tierras chuecas,
le dan forma a la vida que florece,
la jungla tiembla, y la lluvia le responde,
y así conversan mis montañas
así acoto su charlar.
Una ruana decora una mejilla de pan
un cuero blanco y a la vez tostado,
arrastra por el platanar
unos becerros de corral.
Mi pueblo es recio
cordial y sencillo,
y va cantando en su labor,
mi pueblo ríe, aunque llora
su ruana rota, su ruana seca,
aun así, dibujan la tenaz sonrisa
en aquellas caras, tan duras de teñir.
A mi Tánatos le dio
por comprar una cerveza en la esquina,
sin desayuno ni aviso,
se me sentó en el hombro y me dijo
cuánto extrañaba el calor de mi piel.
Mientras llora su olvido,
Cautivo, lamento su presencia
ME Vo
y…
DErritiEndo
en el daño que no recordaba
era capaz de causarme
uN
PEnsaMien
tO.
He brindado a copa vacía
con el tedio y el desconsolado tiempo,
rozando la cordillera sideral,
y deambulando entre huertas de frutas sin tierra.
Se escucha mi suspiro en varias esquinas del viento
y con las sobras del humo compongo un paisaje
en el más cercano de mis cielos.
Insultando al dios de turno comulgo con la disonancia
del mero recuerdo de un verso.
Finjo que escribo mientras me duermo en los bordes lóbregos
de llanuras indómitas, donde desfila el centauro